sábado, 22 de novembro de 2014

ENRIQUE DE SANTIAGO | Enrique de Santiago por él mismo: tránsitos bajo la surrealidad






Enrique de SantiagoComencé con la aventura de pintar, un lejano día a principio de los años 80. En aquel entonces desconocía lo que era el Surrealismo, pero ya mi pintura contenía las emociones provenientes del automatismo que me surtía del imaginario de lo desconocido. En mí habitaba sólo el deseo de manchar para así ir reconociéndome en este oportuno derrotero que se apareció en mí transitar, con el tiempo me fui dando cuenta que ese camino me llevaría a adentrarme para siempre en lo abscóndito. Optar por otra vía, ya a estas alturas sería impensado, pues la fascinación que produce el embrujo de ser nauta de lo maravilloso, ejerce en el espíritu, una acción que induce más a adentrarse que a un retirarse de esta forma de vida.
En aquellos años entre el humo de las barricadas bajo los extremos tiempos de la dictadura, la universidad y mi atril, se fueron sucediendo los primeros trazos que me indicaban que lo mío era explorar la vastedad del inconsciente. No había aún lecturas sobre Breton, ni Lautréamont, sólo surgían instintivamente las formas inesperadas que cada día dialogaban con mis asombrados ojos, pues quizás la metáfora venía en mi adn, producto de la herencia de mis abuelos nacidos en las zonas del chamanismo illapelino, gente ligada a la tierra que desde su toponimia nos narra además la historia alfarera de esta región (1)
El hombre siempre ha estado solo, o se siente en soledad frente a la tremenda carga que le impone su propia vida al saberse finito, desvalido, frágil ante la misión profunda e imperativa de su ser biológico que lo impulsa aparentemente sólo a sobrevivir de mejor manera para restablecer su código genético. Para mí, al pensar en el motivo de la existencia humana, había algo más que eso y percibía la vida como la punta de un iceberg de algo más profundo. Esta percepción fue manifestándose en un incesante martilleo de preguntas que me empujaba a buscar una similar cantidad de respuestas. Estas aparecían a manera de trazos y símbolos surgiendo frenéticos en el lienzo, el papel o cualquier otro soporte que tuviese a la mano. La impresión producida en este viaje frente al vacío, siempre concluía con la idea de que desde el lugar donde surgían las formas y sus colores, debía existir algo más allá que aquellas imágenes primeras, una dimensión infinita distinta a la nuestra. Con el tiempo me di cuenta que esa dimensión afuera, extensa y prolongada, también se prodigaba hacia adentro, incluso en el adentro de esta, una suerte de sucesión de planos que en cierta medida Breton cita en su mito de “Los grandes transparentes” (2)
Lo que habito, en su ancha expansión vive y al igual que yo, esta entidad tiene su propia consciencia, esa manifestación además estaba en movimiento como mis pinturas, pues estas imitaban esa condición, me interesaba lo que se movía, lo que aparecía, lo fenomenológico con su ritmo arsico-tético, con su música secreta, pues como decía el alquimista “El equilibrio que necesita alcanzar no es el que produce la inmovilidad, sino el que realiza el movimiento. Pues la inmovilidad es la muerte y el movimiento es la vida”. (3) Se desprende de estas palabras entonces que el vacío aparentemente inmóvil, también es movimiento, pues debe transformarse a medida que las formas se desplazan en su área, las formas que comprenden la vacuidad se someten a esas otras que ocupan dicho volumen y pasan a constituirse en la realidad o surrealidad de forma-fondo. Esto provocó en mí que insistiera en la búsqueda de formas ignotas, pues estas además tenían su residencia en planos ocultos y extensamente profundos, es así como estos primeros años de exploración, fuesen dados en aquello que yo definí más tarde como mi etapa del Surrealismo expresionista abstracto, un ejercicio determinado primeramente por la gestualidad violenta y  veloz que construye tanto el fondo como los primeros planos. Por aquellos años, di con las obras del célebre pintor surrealista Arshile Gorky y en esos trabajos encontré un gesto pictórico similar a lo que yo estaba realizando, años antes Gorky en la década de los 40, enfrentaba la búsqueda de lo surreal desde una forma distinta al resto. Aquel que se había vinculado con Matta, no pintaba como este último, su propuesta era notablemente diferente y verbalizaba una alquimia distinta, una solución que planteaba una nueva tesis formal y semántica. La primera expresión realizada con celeridad permitía la pureza de la información que se develaba primeramente. Acto seguido intervenía el proceso mediumnico, que separaba las formas del fondo en un ritual más pausado que el anterior. Gorky era situado en el Surrealismo por Jose Pierre, pero también se le señalaba como un expresionista abstracto de la Escuela de Nueva York (esta corriente por otra parte es también una expresión del Surrealismo) Pero esto sucedía, debido a que pintar en distintos estados de profundización del inconsciente, revela a su vez capas diferenciadas de este. Una suerte de mapa de lejanas y cercanas geografías a las cuales podemos acceder de forma independiente o tal vez de manera simultanea. Estas experiencias gorkyanas se repitieron en mí durante gran parte de la década de los años 80 y mediados de los 90.

EL MAPA DEL UNIVERSO DESCONOCIDO | ¿Qué era entonces la surrealidad en relación a la realidad? ¿Una extensión de esta? Estas y otras preguntas se repetían en mi pensamiento día tras día. Era mi imaginación, fantasía mental, un intento de la consciencia que jugaba a desarmar o articular la realidad para dar con nuevos y caprichosos constructos. ¿Cómo se insertaba la realidad en este mapa extenso más allá de las cotas de lo comprensible o medible? Es ahí cuando comienzo a entender a partir de los estudios sobre la física cuántica, de que la realidad estaba determinada por el observador, por lo que era pertinente mirar de otra manera, pero sobre todo había que sentir distinto y llevar las exploraciones a una abisalidad más extrema. ¿Y por qué no? trazar una línea entre ambos estadios, una especie de cordón de plata entre la realidad y la surrealidad. Entonces paralelamente surge un proyecto llamado “El encuentro de dos mundos” esto cerca del año 1999. Este tema se centraba en cotejar estos mundos que se encontraron en el Siglo XV y XVI en América, entre los pueblos originarios de nuestra continente y los conquistadores cristiano-europeos, portadores de una cultura y cosmovisión completamente distinta a los nativos. El indígena era chamánico, un ser que convivía con las fuerzas mágicas del universo y de la tierra que él habitaba. Una cultura que poseía la condición de vivir en un sempiterno estado de conexión con las fuerzas metafísicas que le rodeaban. Aquella además era una sociedad participativa con su entorno, sabía por transmisión ancestral que el mundo eras habitado además por fuerzas ocultas y que para él no le eran desconocidas, la surrealidad o parte de ella era en cierta manera la realidad. Por el contrario, el hombre europeo venía de abandonar en el siglo XII gran parte de su acervo mágico-hermético al instaurarse la inquisición, además comenzaba a asentarse con fuerza los primeros atisbos de una doctrina racionalista que derivaría posteriormente en su pseudo verdad positivista y mecanicista sobre el mundo. Entonces este encuentro debía plasmarse en el lienzo, más que como un mero contraste, debían percibirse además las áreas o zonas comunicantes que llevan las formas de un plano a otro, la percepción profunda del indígena versus la condición fija cognoscitiva del español. Entonces la línea divisoria de ambos planos aparece como móvil, puede retraerse, expandirse, o serpentear dependiendo de mi ánimo exploratorio, donde además yo me convierto en un observador primario, para después ser parte de la suma de observadores.  Por esos años me pregunté ¿Qué, como o donde se traza la línea que divide realidad de la surrealidad? ¿Qué es lo que determina nuestro saber, sobre uno u otro campo? La respuesta estaba en la pintura que se conjugaba en diversas profundidades del inconsciente, había por lo tanto, que partir del punto consciente. Era necesario conjugar la realidad con la surrealidad, trazar este mapa y ver donde las cotas diferenciarían a la una de la otra o como se comportaban sus líneas fronterizas, en el momento en que esa surrealidad se incorporaba a mi nueva realidad. Allí es, en que comienza un camino largo para abrir esta suerte de cubo y encontrar los misterios de la vida como lo planteaba Matta en alguna oportunidad, lo que posteriormente sería un Leit Motiv para mi trabajo. ¿Que se esconde dentro y fuera de la geometría? ¿Qué fuerza invisible ordena los procesos químicos y biológicos? ¿Qué es eso invisible o surreal? ¿Qué es el universo y que lo sostiene? ¿Un universo inverso? La pintura, las instalaciones, la búsqueda en lo profundo irían generando ciertas respuestas.
Enrique de SantiagoUn día reflexioné acerca de todo este inmenso escenario de la realidad, todo diseñado para que un microscópico enlace se produzca (la fecundación del óvulo) y se manifieste casi imperceptible en esta infinita bóveda, la cual además está en constante expansión desde el punto conocido como la gran explosión y que por el cual, por muchas variables geométricas, aritméticas y leyes de la física, que permiten que se sostengan nebulosas, que dan orígenes a galaxias, las cuales dan orígenes a estrellas, que a su vez cuando colapsan dan orígenes a enanas blancas o quasares que gravitan de tal manera que absorben otras galaxias, siendo la primera en ser absorbida, la propia galaxia que contribuía a este sol a sostenerse y orbitar, en cosa de un segundo todo esa indescriptible energía y materia es comprimida a casi nada ¿Dónde va? ¿Es trasladada a un universo paralelo? Además entre todos estos cuerpos y eventos se desenvuelve otra estructura con un papel aparentemente sostenedor de estos cuerpos de masa medible, la llamada materia oscura, la cual pueda ser el reflejo o aura de la primera, o la suma de puntos periféricos de los cuales de cada uno, nace un universo paralelo, universos de nuestro propio universo inverso, con un no-concepto, o una no-idea, o una no-sensación que nos sitúe a una posición mas aledaña  del concepto, al no oponer resistencia por las interferencias, de las cuales mas adelante me referiré, ya que adelantando un poco, la estructura plástica puede llevar de una u otra manera a penetrar esos microportales que enlazan con los universos anversos. Observar el lado inverso del  protón (el antiprotón) o el universo reflejo y extendido del punto donde termina el concepto flora. Pero para hacer lectura de estos me debo ir desprendiendo del concepto observado, de su propio y reconocido significado, dejar la idea que lo concibe en nuestro plano para encontrar la idea al otro lado del espejo, un ejercicio que podríamos denominar como la filosofía del desapego, o ¿que debo hacer para encontrar?, la respuesta parece ser la, de poseer la no-ubicuidad para entender y ordenar el mensaje que florece y los ríos que se abren tras las llaves que operan en esta suerte de columnas sephiroticas, estos, sin distingo se ofrecen amplios al observador y al que busca, es una relación espectral, una multi-ubicuidad dada por las impresiones de otras formas anteriores, que también están presentes de manera espectral. Evidentemente ante tamaña tarea reflexiva, el ser cotidiano busca atajos en su tarea pensante, o definitivamente, opta por la modorra y en su rol de irreflexivo educando, adquiere e ingiere las pequeñas y borrosas dosis indoloras que contienen el “no percibiré mas allá de mis jaulas y de los circuitos que las interconectan”.
El hombre en la antigüedad crea al mito, pues este le ayuda a entender lo fenomenológico, pero el mito parece surgido de un conocimiento antiguo y no parece ser un dato tan lejano de la realidad. Por lo mismo debo hurgar en el mito que subyace en los piélagos surreales. Esta información en forma de mito, no es más que la forma simbólica en que los arquetipos se nos aparecen, un recurso que el mismo Jung reconocía, de allí que Breton viera la importancia de generar nuevos mitos. Más allá de pretender engañar o falsear, la idea es adentrarse en la urdimbre arquetípica que mora en nuestro inconsciente para encontrar la respuesta que parece similar a la realidad constructiva en los albores mitológicos. Ese principio lo aplico desde la pintura, cada trabajo es una búsqueda en la surrealidad de un mito que nos de luces sobre una esencialidad desconocida.  Esta aparece y determina su propia historia.
Pero creer que el ejercicio pictórico, puede ofrecer por sí solo, una mirada puramente metafísica, una liberación espiritual segura, o una ascensión a los estados del Nirvana, puede ser una peligrosa y egocéntrica manera de distinguir la actividad, pues cuando no se reconoce el vaivén de las mareas sígnicas o simbólicas, desde una vida complementaria que contenga como hecho el vivir el Surrealismo, cualquier manifestación plástica cae en lo que Stefan Baciu denominó como acto surrealizante. Mi postura en ese sentido es clara, vivo el Surrealismo y pinto lo que vivo.
Desde mi punto de vista el concepto no conocido, es la información que busco, sin abandonar o suprimir el ejercicio de la realidad (en una forma parcial) , más bien pretendo conjugar o no hacer practica de lo absoluto, esto permite enriquecer la obra, darle más puntos de vista, sin temor incluso a hacerla abundante, disponer de los elementos combinatorios entre lo sintético y la abundancia analítica, esto no puede perjudicarla, lo que sí la limita es la perspectiva del tiempo en que el artista y el espectador se enclaustran, como sujetos de limitados o acotados, conceptos o ideas sociales y filosóficas. El Surrealismo para mi es revolucionario, dinámico, inagotable y de infinitas posibilidades. Otra definición sería interponer de frente a las realidades-irrealidades, abrirlas sobre un punto, encontrar una nueva relación cognoscitiva, una percepción desconocida, etc. Debido a la abundancia de signos perturbadores y elementos desestimulantes que dificultan la manutención del buen sentido en el transito hacia la surrealidad, voy interfiriendo brevemente con tales o cuales elementos a través de mi trabajo y rescatando la memoria oculta, re-presentando a su vez los signos y símbolos  asociados a lo atávico que son mejores conductores hacia la surrealidad pues han dejado mayor cantidad de impresiones en lo que yo denomino gusanos dimensionales (parafraseando a Einstein), ya sea por su abundancia de huellas impresas por ánimas anteriores. Cada hecho, cada pensamiento, impulso o gesto, queda grabado al otro lado del espejo, donde podría imprimirse como parte del paisaje del sueño, el delirio o la muerte.
Hoy sin embargo en un mundo saturado de imágenes y estímulos, los  surrealistas hemos pasado a ser un grupo de esenios dispersos, arrojando minúsculos signos en el inmenso piélago de los millones de sofismas contemporáneos.
Para concluir este punto, si citamos los actuales y antiguos estudios sobre el eikon, sabremos de las transformaciones y mutaciones de la gnosis que lo prodiga, donde los elementos formales mutan según su realidad inherente y la subyacente, encontraremos además que es el medio o entorno, es el que actúa como moldeador de la estructura plástica incluso también en los seres vivos, en los vegetales y los inanimados, por lo tanto las consecuencias finales morfológicas de una determinada “cosa”, estará condicionada por su geometría esencial y por el medio natural, o no natural que la rodea, lo que implica que solo soy autor de una parte de la obra anteriormente descrita, y la muestra en cuestión puede ser bien denominada una colectiva, donde participan otras entidades invisibles.
La idea básica de mi trabajo es producir una interferencia sobre un lienzo que ha sido tratado con una impresión basal en óleo, tempera o acrílico ( en aguadas sucesivas), con los tres elementos primordiales ordenadores del todo cosmológico, me refiero al fuego, el agua y la tierra, estos son dados por la acción cromática de la pintura superpuesta (mixta) a partir de estas tres fundaciones primigenias, se van disponiendo elementos en soportes geométricos casi cuadrados (la estructuración a partir del caos no es condicionalmente perfecta), sobre estas formas interfiere el signo antiguo e inmutable que se sostiene dentro y al mismo tiempo al margen de la realidad conocida y que al ser revelados, tal como las columnas cabalísticas que contienen las llaves, de los mundos donde transmigran las almas. Dentro de estas formas compositivas coexistirán elementos no necesariamente proto- vehiculares transdimensionales, sino también objetos provocadores reconocibles (de provocación de los afectos), por lo menos desde el punto de vista del sujeto creador.
Enrique de SantiagoLa impresión fuerte y sostenida sobre y en la vasta fuente contenedora que es el soporte da cuenta del necesario acento, que se le da a estas fuerzas primordiales desde donde se levantan todas las energías formadoras o deformadoras del universo (esto estará determinado por la cantidad de elementos surreales o no que porcentualmente participen en el todo compositivo).
En mi obra el color es aquel que conocemos, el que es medible, por lo mismo lograr una obra absolutamente surrealista del punto de vista cromático es tarea imposible, pues trabajamos con elementos y soportes que ya en sí, constituyen una realidad conocida. Entonces es la forma la que se prodiga más en el sentido de lo oculto, pues un color es tácitamente color del cosmos, es color telúrico, color ígneo o también es el pigmento casi transparente del aire que respiramos. Este planteamiento proveniente de una percepción personal, me obliga a plasmarlo tan solo como asiento estructural de la obra, para desplegar sobre esta el contrapuesto elemental que se contendrá en el signo o elemento pictórico interferente que se abre a un nuevo estado que sugiera una nueva lectura, a la que agrego un nuevo elemento formador y que tiene una repercusión y o connotación distinta en dicho objeto o suma de objetos (cuando se transforma en simbólico) No se debe sin embargo pretender fijarlo dentro de una propuesta simbólica, mal entendiéndola como una alegoría, sino que me refiero a las estructuras supra-hermenéuticas de un fenómeno, escríbase como forma abstracta o  de realidades superpuestas.

FRÁGILES TRANSITOS BAJO LAS ESPIRALES | Comencé a adentrarme en el mundo de la espiral, hace muchos años en la playa del Yeco. Deslumbrado por su geometría, aún no transitaba en las aguas de la surrealidad y en ese entonces aún no pensaba que en su estructura anacarada en realidad convivía la luz de las nuevas posibilidades de internarme en mundos suprafísicos de maravillosas posibilidades. Pienso hoy en día que aquello que vayamos descubriendo en el largo e interminable derrotero del Surrealismo, pasará a ser parte anexada de las realidades cotidianas, es quizás este el momento del viaje en busca de otro vellocino de oro, una ascensión al monte Olimpo en busca de las ambrosías que sacudan todos nuestros sentidos.
Nunca sospeché, que una figura curva desenrollándose en el tiempo- espacio revelara tantos misterios y me convidara a transitar como los antiguos primitivos, por aquellas sendas ocultas que se avecinan a nuestras realidades, sobre los vehículos de las formas de otros espíritus y las ánimas arcanas que abundan en las tierras del canelo hacia el Sur. Tengo los navíos dispuestos a partir de hoy, para ver en cada pequeño detalle la más grande de las odiseas y hacer de cada uno de estas una aventura de insospechados descubrimientos hacia los confines de mundos de irrealidad, los que con certeza serán del conocimiento de este transhumante onírico.
Cada pequeño detalle en el universo es un portal al inframundo, un pasadizo al Xibalba que se debate entre los múltiples planos dimensiónales de una sinfonía de cuerdas cuánticas, cada beso es una arista para ascender, cada guijarro, la materia de la próxima gran explosión esperando desatarse en un mañana.
En el principio la luz estaba contenida, así como la materia toda y por lo mismo las estructuras geométricas que las soportarían, aguardaban las ecuaciones elementales y su momento para desplegarse en los infinitos planos y subplanos, pues siempre estuvieron ahí esperando dar una ratio que soportaran los mínimos y monumentales tránsitos, inclusive en nuestro devenir expandiéndonos como prediseñados cuerpos o a través de las invisibles designaciones.
Quiero detenerme en aquella figura geométrica que avanza, que determina los ordenes primordiales y los acota; La espiral logarítmica.
Es cierto que su asomo en el universo viene dada desde la primera mañana del tiempo, incluso puede que desde antes de la gran explosión esta nos esperara con su increíble diseño,  el cual ya reconocían los griegos de la antigüedad. Pero fue Descartes quien la estudia en forma matemática incluyéndola en la denominación de curvas mecánicas, esto quiere decir, que su ecuación no es un polinomio, este hecho acontecido en el año 1638,  fue comentado a Mersenne,  quien también se interesó por esta forma de tan singular aspecto. Este comentó, que estaba buscando una curva creciente con una propiedad similar a la de la circunferencia, donde la tangente en cada punto corte la radio vector siempre en el mismo ángulo.
Ellos también descubrieron que esta misma condición es equivalente al hecho de que los ángulos alrededor del polo,  son proporcionales al logaritmo del radio vector.
El nombre de esta curva eso sí, no vino de este estudio,  sino que fue dado por el estudioso matemático Jacob Bernoulli que se empapó en profundidad de este maravilloso diseño de la naturaleza y lo estudió durante el resto de su vida, tanto así que mandó a grabar en su tumba la frase que designaba la propiedad de la espiral: “Eadem mutata resurgo” (Resurjo cambiada pero igual).
Una característica a la vista de esta espiral, es que la separación de las espiras aumenta al crecer el ángulo, esto significa que el radio vector aumenta en forma exponencial respecto del ángulo de giro, la espiral es distinta en radio desde cualquier punto de la espira hacia el centro de la misma, por esto recibe también el nombre de espiral geométrica.
Su ecuación es de la forma: r = Ce,  donde r es el radio de posición, C una constante, k otra constante y theta el ángulo de giro, donde el ángulo es proporcional al logaritmo del radio. Una de las propiedades que nos maravillan de esta figura es que la espiral logarítmica es la única curva que verifica que su evoluta,  su involuta,  su cáustica y su podaria, que son a su vez una espiral logarítmica. Eso explica mayormente el “Eadem mutata resurgo”  atribuida a esta espiral, ya que  aunque me cambien, es decir si trazan mi evoluta, mi involuta, mi cáustica de refracción o de reflexión… siempre resurgiré semejante a mi misma.
Enrique de SantiagoEsta fascinante forma se prodiga de forma asombrosa en toda la naturaleza, ya sea en los objetos fractales, en los cuerpos amnonoídeos del Cámbrico, Cretáceo o Jurásico (inclusive hasta hoy en día encontramos similitud de esta forma en los organismos Nautiloideos o en los caracoles). También se refleja en la proporción de crecimiento de numerosas semillas,  sobre todo en los abetos, también en la manera en que determina la posición de las hojas en los tallos, la construcción de variadas galaxias, helechos, la multiplicación de insectos coloniales,  o de los roedores y otras especies.
Es adentrándose en los aspectos cognoscitivos de la espiral como cuerpo físico presente en la naturaleza, es que surge la pregunta antes del desenvolvimiento corpóreo: ¿qué, la contiene y soporta como diseño estructural? ¿cómo es posible que se mantenga prediseñada sin que se altere? y ¿qué la obliga a prodigarse de esa manera? ¿cómo se anticipa este diseño como diseño primordial? es la cuestión razonable, y después el ¿cómo y donde la estructura se forma? Es en tiempos mas que remotos, esto es claro, pero ¿en que espacio y tiempo espera su momento para saltar a las formas de la vida desde adentro? pues no se conocen aproximaciones ni diseños tentativos como registro en los rastros fósiles. Pareciese que esta figura geométrica, fue diseñada por un plan maestro anterior pendiendo en la surrealidad del cosmos paralelo e invisible. Es el momento donde surgen las preguntas que plantean sobre los próximos y futuros diseños que aguardan en este supracosmos, los qué sin manifestarse aún aguardan para próximamente desplegarse en esta realidad conocida, o por el contrario en otras universalidades desconocidas para el hombre. Pues es en este campo cognoscitivo, donde el hombre surreal y metafísico es el llamado a emprender el viaje hacia estas nuevas e ignotas formalidades a través de la incorporación del espíritu holístico, en este despliegue holográfico llamado universo, donde la realidad termina por dar pistas de un mundo invisible dispuesto para que el hombre ávido lo convoque a sus sentidos, es ahí donde el surrealista se entromete en las verdades arcanas, aquellas solo dispuestas para aquel que a partir de los sueños, transmutará desactivando las trabas que el cuerpo físico nos impone para retenernos en la mal llamada conciencia, así la espiral pasa a ser uno de los tantos vehículos que llevan al ser que busca a los recónditos parajes del yo integrado al todo.
La espiral es la música para el que busca e indaga en pos de los mundos mas allá de lo conocido, es la barca que se ubica en la orilla de la realidad que invita a navegar trascendiendo las moradas de la verdad y las bellezas expandidas, pues es aquí donde ella ordena y se manifiesta y es también en sus construcciones invisibles que la sostienen donde ella se muestra al anverso de este mundo conocido, ambas formas venidas desde donde el mundo aún era joven. En ambos casos, ella se formó en los piélagos de lo desconocido augurando para los sentidos físicos el placer de la dominación armónica.
Quizás la explicación de todo esto, es que la espiral en si misma contiene una sucesión de rectángulos áureos, por lo cual esta misma sería a la vez poseedora del número Fi, el número de oro, en el siguiente dibujo se puede apreciar que una y otra vez, se van construyendo cientos de rectángulos áureos tanto  en sus formas reflexivas, como refractadas.
Sabemos que él número de oro se manifiesta en toda la naturaleza, tanto en organismos vivos así como en otras distintas formas constructivas o contenedoras, podemos nombrar como ejemplo, la disposición y orden proporcional de las falanges en todos los mamíferos, así como las estructuras proporcionadas de sus cuerpos, sujetas a un orden matemático llamada la sucesión numérica de Fibonnacci, quien descubrió este orden armónico presente en las emanaciones naturales.
Pero la tierra toda obedece a las influencias de la espiral. En la antigua región de Liguria (región de los antecesores de los Heracleos) surgen los monumentos megalíticos (dólmenes y menhires) estos puntos llamados “Puntos Lug” (en referencia al Dios Lug) (3) se distribuyen en la zona geográfica de la actual Francia de forma de una espiral logarítmica ¿por qué? Se sabe que estas construcciones megalíticas interferían en la energía de la tierra a manera de lo que nosotros conocemos como la acupuntura del cuerpo (de hecho nuestro cuerpo está diseñado dentro de una gran espiral) hay casos en que estas intervenciones pétreas fueron removidas de su lugar, por ser objetos paganos (decretado por la iglesia en la Edad Media) produciendo trastornos como inundaciones de los cultivos con graves consecuencias, perdiendo así la tierra la propiedad adquirida por la ubicación anterior del dolmen o menhir. A todas luces se ve que además esta figura correspondía a una ruta de peregrinación pre-céltica, un camino ritual que tenía que ver con las correspondencias mágicas geodésicas.
 Es aquí donde yo coloco él tránsito omnipresente de esta espiral, con nuestro propio tránsito, sin nos percatarnos de la disciplinada presencia de la primera en nuestra propia estructura corpórea, como en nuestro entorno.  Esto de alguna manera da cuenta que el hecho de habernos estado ignorándonos en lo esencial, nos ha dado como consecuencia provocar desórdenes mayúsculos, ya que si las estructuras sostenedoras tienen proporciones exponenciales, los daños y sus consecuencias serán de efectos similares. Transitar o hacer él tránsito, en forma armónica en los distintos planos del entorno,  lleva de una u otra manera al conocimiento cabal de los mismos.
El conquistador, el explorador que desconoce estos ordenamientos primordiales, se convierte en agresor, un intruso en el plano, un agitador de exterminio, ya sea en el siglo XV o en nuestros días. Como dice Morris Berman: “La sabiduría hermética, como ha sido denominada, estaba en  efecto dedicada a la noción de que el conocimiento verdadero ocurría únicamente vía la unión del sujeto y el objeto, es una identificación psíquico-emocional con imágenes en lugar de la examinación puramente intelectual de los conceptos.” (4)
La vida es nuestro propio tránsito, separado, pero dentro de un tránsito global, masivo y complejo, hacerlo con conocimiento del reconocerse obligados a las estructuras fundamentales que lo ordenan, es reconocerse en este tránsito, como un propósito mas allá de perpetuar nuestro ADN a través del acto de la cópula, o ingerir todos los días calorías esperando el momento de ojalá repetir este acto en muchas oportunidades. La espiral nos habla de aquello que la sostiene mas allá de los planos físicos, pues sí hay algo que la sostiene en el universo tangible, llámese materia oscura, leyes gravitacionales o geométricas, a manera de planos sostenedores que permiten que se manifiesten.
Hay de todas maneras algo sin resolver, y lo dije antes ¿como se manifiesta exacta dentro de un espacio? ¿qué, la obliga a no variar su forma desde fuera y que la mantiene desde dentro?, y a estas formas anversas que presionan desde lo exterior, ¿qué las sostiene a ellas?, ¿qué las obliga o compromete con la forma logarítmica que cotejan?, en fin y mas allá del como preguntaba antes ¿qué amarra o soporta a la formas que interactúan y a la vez soportan a la espiral? Y así sucesivamente en él o los planos infinitos y agregando además el cuestionamiento valido: ¿Qué o quien diseña esta forma? pues si uno se interroga sobre la presión que ejerce el medio o entorno sobre las formas plásticas de los seres vivos, podríamos argumentar de que en este ejemplo existen interrelaciones físicas (queda aún la duda de por que el ADN, responde en forma de modificador en cualquier dirección en el cuerpo físico, es como si contuviera todos los patrones diseñadores) las respuestas quizás están tras los antiguos portales, los que ofrecen los secretos de la estructura del Leviatán, aquellas amplias sendas de información que se manifiestan en este universo conocido a manera de diminutas grietas y quizás estemos hablando de otros universos de otra distinta composición y diseño, una distinta materia, o inmateria, donde solo a través del espíritu liberado sea posible acceder, es decir a través de los sueños o tan solo del paso de la vida a la muerte. Sean estas las fases donde el espíritu (en los sueños), se prepara y aprende para el viaje definitivo y posterior, el trascendente e incluso el primero de tantos.
Breton hablaba y describía al inconsciente y todo lo que ocurría en él o en sus manifestaciones como un universo distante o un mundo desconectado. Si pensamos en aquello que soporta y obliga a las estructuras ordenadoras, llegamos a la posible conclusión de que hay puntos de sujeción entre estos distintos campos dimensiónales, incluso algunos carentes de dimensiones para así lograr un efectivo  sostenimiento global de los cuerpos ordenadores (elipses, espirales, circulo, planos etc.) pero ¿sin dimensiones?
El absurdo, quizás corresponde a los primeros actos o balbuceos en torno al verdadero y total idioma que rige las infinitas moradas multidimensionales, de ser así la distancia entre nuestros conocimientos de lo físico que nos aproxima tímidamente a lo metafísico es de una inmensidad abrumadora, somos en realidad pequeños seres limitados recién avecindados en un universo de formas y manifestaciones insospechadas. El absurdo, es la directriz inconsciente ordenadora, así como lo son los sueños y lo es también el punto de trascendencia espiritual dentro del orgasmo cuando el individuo saborea brevemente la unidad en lo infinito, ya que este, a pesar de que se sostiene de una relación meramente física, tiene la capacidad de enlazar el armatoste carnal hacia estados superiores a partir de la conciencia, esta  también se contiene como capacidad trascendental dentro de la actitud de contemplación o desapego de la prisión individual. Hay dimensiones adimensionales y hoy conocemos tres dimensiones más una cuarta: el tiempo. Según la teoría de “Cuerdas” habría 11 dimensiones. ¿Cómo son? Solo sabemos que existen por medio de la teoría física, no sabremos como son, no la viviremos, no la sentiremos, sabemos que están ahí, al igual que sabíamos de los quasars por ecuaciones, hasta que fotografiamos su fenomenología lumínica.
Enrique de SantiagoTodas las espirales, desplegadas en todo el universo con esa inequívoca geometría con las precisas adiciones que en su avance de evolutas, pasan a ser base o sostén de la materialidad toda, permitiéndose coexistir armónica con los espacios a ocupar, las nuevas, de igual forma dan alojo al siguiente desarrollo exponencial. El nácar expandiéndose es como nuestra piel en el útero dispuesta a desplazarse en la evolución proporcional de si mismo. Es el diseño invisible que se sostiene de las tensiones y distensiones de sus formas elementales, cada tensión es transversalmente intervenida por una tensionante y otra distensionante, que a su vez, permiten que las masas criticas en suspensión espacio- temporal, soporten e impriman un impulso a los radio vectores originados desde el centro.
Estas estructuras que soportan al mundo, no pasan inadvertidas en este trabajo ni en mi obra, a partir de estas ecuánimes razones sujetaré los protagonismos en áureas zonas, partiendo desde cualquier punto centro, la composición no vendrá dada del clásico rectángulo áureo, sino que partirá proponiéndose desde cualquier punto de los planos y a partir de este y sus sucesivos crecimientos organizativos, así se dispondrán los elementos composicionales o de densidad critica en el objeto fenomenológico, el que seguirá su desarrollo virtual fuera del plano descrito y de alguna manera, intervendrá el espacio restante a manera de apéndice recordatorio en un breve espacio de los planos circundantes, esto estará obligado por la naturaleza de dicho cuerpo geométrico, que a la vez de potenciar la figura desde su centro único, debilita la forma para dar energía a otra circundante.
Tomando en cuenta el diseño del perímetro a usar, sería interesante ver dos o más formas provocándose en una extensión cercana e interferente, ya que parten de hipótesis distintas como una doble “arsis”, cuya unidad formal plástica o tesis resolutiva estará dada fuera de los propios elementos plásticos en la habitación. Es una instalación conceptual, des-intalándose para dar protagonismo con sus cargas opuestas de radio vectores desde la zona critica, lugar donde está el concepto, hacia los centros en los rectángulos definitivamente plásticos, un “Manierismo” desconceptualizador (a la maniere) no mi manera, sino la del peso organizador que contiene el exponer el objeto estético, no el social o el de las leyes severas de las artes. Se produce así, una poderosa relación por la simbiosis energética que se entrecruza a través de los radio vectores y sus evolutas, que a su vez se avecinan hacia las involutas opuestas fortaleciendo la estructura  poética como tal, pero al mismo tiempo dando vigor al espacio virtual que ocupa el concepto, este concepto ocupa un rol protagónico, pero a la vez clama por su descontextualización como concepto único dentro del todo, negando y afirmando a la vez su  protagonismo, es como la segunda espira que se manifiesta espléndida y poderosa relegando a un plano basal a la primera, pero sin esta su existencia es vacía, por lo cual cualquier análisis decimonónico del concepto es un inútil tránsito si no se observa su entorno o paisaje, o mejor dicho su concepto vecino, su concepto de conjugación inmediata o futura.  La siguiente espira depende del todo conceptual así como las otras sucesivas, así como el concepto depende del entorno universal para verse sentenciado como tal.
Los elementos dispuestos, sobre las espirales en el plano, aportan además elementos tensionantes anexos a los ya enumerados, estos dentro de su propia construcción y organización se reorganizan solo tomando como referencia el soporte de la tela o el poema, esta segunda lectura propone una suerte de anclaje para no comparecer sobre el concepto fuera del plano. Este peso de mayor potencia cromática o tonal, es el hilo conductor vía longitud de onda de diversa y dispersa índole, la que permite al espectador ligarse al plano en desmedro del concepto virtual, entonces el punto critico plástico o tonal gravitará en mayor manera por la aspersión producida por los radio vectores de la figura geométrica, que domina el plano dentro y fuera de este y obliga al objeto en cuestión a obtener cierta dependencia y propone tensionantes propias que le sirvan de sostén y relación con la figura dominante sin perder su sustancia, su naturaleza también fragmentaria o su pertinente interferencia.
Mis manos las poseen, también todo mi cuerpo  las contiene  y este al transitar se desplaza a través de ellas, por los antiguos derroteros desde donde rigen al mundo.
Abajo el desinterés de las  percepciones infructíferas de los legos o los necios, las mismas actitudes desde que los conquistadores, transitaran sin descubrir las nuevas y antiguas espirales. A partir de ahí solo sombras sempiternas.

NOTAS
[1] Illapel, ciudad ubicada en la provincia de Choapa, a 303 kms. al norte de Chile. Es conocida como tierra de brujos, aquelarres y chamanes, posiblemente herencia ancestral de las sabidurías originarias conocidas como las “Culturas Diaguita” y “Molle”. Originariamente viene de las voces quechuas "illa" que significa provisiones, "pele" que significa "barro" y de la voz mapuche "laf" que significa extenso, por lo que equivaldría "a barro extenso".
[2] André Breton. Prolegómenos para un tercer manifiesto o no.
[3] Eliphas Levi “El Gran Arcano del ocultismo revelado Editorial Cultura 1937, Santiago de Chile.
[4] Los gigantes y su origen, Louis Charpentier, Editorial Bruguera, Argentina, 1974.
[5] El reencantamiento del mundo, Morris Berman, Cuatro vientos editorial, Chile, 1987.

Enrique de Santiago (Chile, 1961). Poeta, ensaísta e artista plástico. Foi um dos organizadores da exposição “Phases-Derrame, a emancipação poética”, mostra do movimento Phases, Chile, 2005. No período 2009-2011 organizou “Umbral secreto”, 15ª Exposição Internacional do Surrealismo, também no Chile, onde segue atuando como curador de diversas exposições de nomes ligados ao Surrealismo. Contacto: artedeenrique@yahoo.es. Página ilustrada com obras de Enrique de Santiago, artista invitado de esta edición de ARC.




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