Olvidamos los comentaristas y los críticos también, que Freddy Gatón Arce (1920-1994, uno de los fundadores en 1943 junto con Franklin Mieses Burgos, Mariano Lebrón Saviñón, Rafael Américo Henríquez, el chileno Alberto Baeza Flores y el español Eugenio Fernández Granell del segundo movimiento vanguardista de la República Dominicana, conocido como “la Poesía Sorprendida”, fue considerado el primer poeta surrealista de nuestro país con su poema “Vlía” de 1944), escribió y publicó sin fanfarrias políticas dos cantos premonitorios de la caída del trujillato.
En “Retiro hacia la luz, poesía 1944-1979” (Contemporáneos No. 1 de Ediciones Siboney, 1980), su primer libro importante, que contiene sus poemas surrealistas y humanísticos (para decirlo de alguna manera), después de publicaciones esporádicas hasta 1948, aparecen en 1952 y en 1961, publicados en el suplemento literario del periódico El Caribe “Letanía” el 2 de noviembre del 52 y “Adoración de la Virgen” el 4 de junio del 61 unos cantos aparentemente religiosos, inocentemente piadosos, que sin dejar de serlos (en el fondo Freddy era creyente, aunque cubría ese fervor con cierta ironía que se podía confundir con indiferencia religiosa; aunque nació católico como la mayoría en nuestra tierra, no era observante asiduo de los rituales), nunca se han leído como lo que son: poemas cristianos, y sobre todo católicos, por sus títulos y temas. En el intermedio apareció “Casi elegía” el 8 de enero del 61, en el mismo periódico, sin quizás, uno de sus más hermosos, que nada tiene de religioso si no consideramos el amor pagano como un culto divino, que comienza: “Es imposible buscarte /Cuando he perdido las manos /De tanto tenerlas en las aguas azules /Y semovientes del mar. / Cuando las he abandonado /Al goce hiriente y limpio de la luz.”
Un estudio de la evolución poética de Gatón Arce (que no se ha hecho a cabalidad, pese a estudios enjundiosos de Alberto Baeza Flores, Manuel Rueda, José Alcántara Almánzar, María del Carmen Prosdoscimi de Rivera y Cayo Claudio Espinal, etc.) que apenas dio a la luz ocho poemas después de desaparecida la revista “Poesía Sorprendida” y “Los Cuadernos Dominicanos de Cultura”, de 1948 a 1961, y todos en el mismo periódico, por lo que es sumamente interesante leerlos cincuenta años después de decapitada la dictadura y mientras soplan vientos libertarios de uno a otro confín del mundo.
Cada vez que hemos asistido los 22 de julio a las misas en sufragio de su alma levantisca y rebelde, echamos de menos la ignorancia de nuestros sacerdotes que no dan lectura a algunos de estos poemas dedicados a Dios y a la Virgen que Freddy escribió con pulso sereno y mucha fe.
SIGNIFICACIÓN DE REBELDÍA
Nunca nos hemos detenido, es verdad, en ese extraño poema que tituló “Letanía” publicado en 1952. La dictadura ya era mayor de edad. Tenía 22 años. Publicar un poema rebelde en un periódico propiedad de Trujillo, en el cual Freddy colaboraba y durante mucho tiempo trabajó, no parece lógico. Y no lo es. Pero pasó “por debajo de la puerta” y poca gente le hizo el caso que ameritaba y que hubiera escandalizado si aquella dictadura se hubiera preocupado más por los asuntos culturales.
En el Freddy habla con Dios directamente, sin intermediarios.
Veamos lo que en ese momento se atrevió a pedirle al Señor, algo que de seguro han clamado en todos los lugares del mundo, antes y después, ahora y entonces, donde quiera que haya dictadores y no se respeten los derechos humanos:
“Letanías”: “No nos abandones, / No abandones a los que vendrán después /Deja que el tiempo fiel, y seguro, y secularmente dócil /Huya de las almas de los hombres humildes, /Se acalle en las almas de los niños humildes, /Sea noche oscura en las almas de las mujeres humildes. / Danos, / dales a todos los que vendrán después /Una sola hora de consolación, /Una sola hora de rebeldía, /Una sola hora con estrellas y soles radiantes.
De aquí en adelante /No apures más desamor, /No nos hagas reventar de desamor, /No hagas que los que vendrán después /Revienten de desamor; / Permítenos, / Permite a los que vendrán después / Llamarte todavía inocentemente “Dios mío”/ Cámbianos, /Cambia a los que vendrán después; /No depongas en nosotros, /No depongas en los que vendrán después: /Haznos, /Has a los que vendrán después /Seres sin dejación; /Concíbenos, /Concibe a los que vendrán después /Como hombres, como mujeres, como niños /Vencidos, subyugados por ti, / Desobedientes a causa de tu desamparo, /Que todo lo resiste, /Que soporta el desorden, /Que de tan rotundo, aún resiste y soporta ordenamientos /Distintos al tuyo, /Diversos o tu secular templanza.
De aquí en adelante / No nos prohíbas, /No prohíbas a los que vendrán después /La lubricidad y el deshonor; /No nos impidas, /No impidas a los que vendrán después /Que a fuerza de pecadores /Sigan buscándote por oscuros y resbaladizos laberintos; /No nos exijas, /No exijas a los que vendrán después /Una pureza y una claridad sólo tuyas; /Evita proclamar, /Evítanos proclamar, /Evítales a los que vendrán después /Proclamar en tu nombre; /Inanes déjanos, /Deja inanes a los que vendrán después /Con tu vivo fulgor siempre lejano.
De aquí en adelante, /Asegúranos ver qué somos, cómo somos, quiénes somos; /No nos lleves, /No lleves a los que vendrán después /A la zaga de tus realizaciones: /Ponnos a tu vera /Ardentísima; /No nos hagas hablar tu misma lengua /Ni escribir tus mismos signos; /No nos hagas desear / No ansíes que nosotros, /No ansíes que los que vendrán después /Deseen, busquen ser como tú /Sin retribución.
De aquí en adelante /Maldice un poco, /Apoca un tanto tu majestad y tu orgulloso poderío; /Rebájate, ven, sé como cualquier hijo de vecino; /No interpongas tu grandeza /Entre nuestro apetito y tu infalibilidad; /Humíllate, ten algo del humilde y del sabio, /Tan indigno de ti el uno como el otro; /Llega, acércate, no te arrimes más a la Eternidad y el desengaño; /No nos imposibilites, /No imposibilites a los que vendrán después /Por un anhelo de perfección.
De aquí en adelante, /De aquí en adelante y por siempre jamás, /Niéganos, /Niégales a los que vendrán después /Tu firmeza y tu omnipotencia constructoras; /No consientas que cuanto hagamos /Ni cuanto hagan los que vendrán después, /Sea porque tú hubieses podido hacerlo mejor; /Déjanos respirar sin sentir que tú impones el ritmo; /Déjanos marchar olvidando que tú también marcas el paso; /Déjanos trabajar sin necesidad de alabarte, /Sin acceso a tu suprema pujanza cuando desfallecemos, /Cuando acudes nuestra energía /Con tu evocación misericordiosa; /Déjanos, /Deja a los que vendrán después /En la ignorancia de tu misericordia; /En la ignorancia de tu fortaleza acuciosa y vibrante; /En la ignorancia de tu piedad y tu atento amor; /En la ignorancia de tu sabia cordura; /En la ignorancia de tu estímulo rampante, /Que solivianta mas no conmueve el cuerpo del hombre; /Déjanos vivir /Y deja vivir a los que /vendrán después /Según su impar conocimiento /Según su guerra y su osadía, /Según sus músculos, sus huesos, su cerebro, /Según su sangre y las cualidades de su corazón, /Según sus dientes y sus uñas, /Según nosotros, y los que fueron antes de nosotros, y los que vendrán después de nosotros; /No pidas demasiado a quienes nada podrán por ti /De aquí en adelante, de aquí en adelante.”
Naturalmente que no había que esforzarse mucho para entender cuándo se refería a Dios realmente y cuando a Trujillo y a sus vicios y voluntades. Se trata de un poema atrevido sin dudas, y esos versos parecen escritos hoy para los árabes que luchan por ser libres ofrendando sus vidas en países de Oriente Medio, y mañana es posible a los que están más allá: “Danos, / dales a todos los que vendrán después /Una sola hora de consolación, /Una sola hora de rebeldía, /Una sola hora con estrellas y soles radiantes.”
Es un pedido claro de acción y rebeldía. Ya han caído los invasores del 1949 y han muerto o desparecido todos los que se atrevieron a conspirar. Estábamos atrapados. Realmente “inanes” como dice el poeta atrevidamente.
EL EXTRAÑO POEMA DEL FINAL
Sin embargo, es curioso que “Adoración de la Virgen” fuese publicado el domingo 4 de junio; es decir, cinco días apenas del asesinato de Trujillo ocurrido el martes 30 de mayo. Para los que conocimos la forma de trabajar del poeta, sin duda alguna fue escrito mucho antes, porque Freddy jamás improvisaba en materia poética. Todos recordamos que la noticia de la muerte del dictador se supo oficialmente en la tarde del primero de junio, aunque siendo persona avisada y periodista avezado, pudo saberla bien temprano, pero la emoción del momento, la incertidumbre reinante y la precipitación periodística por noticias y detalles, estando, como estaba el aparato dictatorial intacto, hacía imposible el clima de reposo que se precisa para escribir un poema de tal aliento. Es natural que esa agitación general imposibilitara la tranquilidad de espíritu que transpiran los versos, y, además, no era Freddy autor de poemas de ocasión; es decir, de esos que como un resorte escriben poesía porque tienen que agradar a alguien o complacer a otro, y se apresuran a ser de los primeros autores de una elegía. En toda su obra sólo hay un poema a un poeta muerto: fue a Aída Cartagena Portalatín y mucho después de su tránsito. El respetó siempre aquella exigencia de Horacio de no escribir “lo que esperan las gentes”.
Empero, con el cadáver del tirano ya expuesto, en el periódico que había sido suyo, apareció ese poema, inocente al parecer, de Freddy Gatón Arce titulado “Adoración de la Virgen”. No discutamos si lo hizo estando vivo o ya muerto, el hecho de que se publicara justamente a cuatro días de saberse el asesinato, aunque a los más suspicaces le llame la atención sobre el día de la escritura, porque Freddy destruía meticulosamente los manuscritos los originales de sus poemas.
Más oportuno no podía ser. Ya el pueblo se preparaba para celebrar “esa hora de rebeldía” que había destruido al dictador y esperaba “las estrellas y los soles radiantes” de la anhelada libertad. Veámoslo:
“Adoración de la Virgen”: “Nosotros somos los vencidos /E hijos de padres vencidos, /Que a su vez fueron hijos /De padres vencidos a su vez. /Nosotros somos, Madre, pero sólo tú lo sabes, /Sólo tú, Madre nuestra de todos nosotros, sabes /Que los hombres humildes y las mujeres humildes /Humildes en el seno de Dios /Sólo se reúnen una sola vez, /Sí, y una sola vez sólo en El están, /Una sola vez están sin distinción de amor.
Madre, Madre nuestra, sólo tú sabes /Que Dios está sobre todas las leyes escritas o habladas, /Que Dios marcha a la cabeza de la herencia y las generaciones, /Que Dios adelanta su claridad en los usos y las costumbres, /Que Dios se depura y contiene en toda mudanza y en toda novedad, /Que Dios es el dueño en el seno de la creación.
Nosotros somos los vencidos e hijos de vencidos, /Que en su turno fueron los retoños /De los vencidos árboles humildes. /Enajena, oh Dios, Tu reino para todos /Y no para unos pocos. Ya ves: /Tus hijos Te preguntan ¿Vienes a mí?, /Y los ojos y las manos, /Y la memoria y el espíritu /Se vacían de rostros y criaturas /Cuyas sangres desaparecieron en los mejores momentos. /Pero llegas Tú, esplendente e inequívoco, /Llegas Tú en yéndome, en yéndonos todos, /Y pones orden y concierto en el mundo, /Y entran en gozo los senderos y las selvas, /Y las aguas, y los cielos, y el alma Tuya, /Que ciertamente vas insuflando en los cuerpos /Otrora miserables y llagados.
Nosotros somos tus hijos, Madre, nosotros somos. /Nosotros somos los que vemos tu oro incandescente /En las múltiples hojas verdes de los laureles. /Nosotros somos, oh Madre nuestra de todos los hombres, /Nosotros somos los que conocemos la savia, /Y levantamos el fruto en el alba. /Nosotros somos la raíz, en la sangre, la raíz, /Y en el cántico, el apoyo del coro.
Nosotros somos los vencidos. Algún día /El abandono, la dejación, sí, la misericordia que nace… /Algún día también tendremos que olvidar, /Habremos de perder esto y aquello /Dulcemente ganado en el Amor, /Como gana el agua, al temblar sobre los hojas, /En la soledad de los campos durante el crepúsculo.
Nosotros somos cual luz no mirada ni profunda, /Sino busca, búsqueda desacertada a veces, /Mas tierna y asidua siempre, /Dulce, y asidua, y tierra siempre, /Hasta en los momentos en que todos volvemos el rostro /Ante tu luz lejana, profunda, /Como la voz grave, profunda y lejana del Padre.
Nosotros somos tus hijos, los humildes /Que marchamos por las calles y avenidas, /Que subimos las cuentas empinadas bajo el sol y la lluvia, /Que disputamos la dignidad de rastrear a los perros, /Que vamos escribiendo una historia sucia /Por los cielos oscuros de tachos y cunetas.
Nosotros somos / Los hombres que se sientan en los parques /A mendigar un poco del Amor /Y otro poco del amor del prójimo. /Somos los vencidos, los desamparados de Tu piedad, /Los desamparados de la arrogancia y la fe. /Nosotros no tenemos vecindad en qué volcar nuestro desconsuelo, /Y no tenemos a la vista siquiera una balanza/ En qué poner un atisbo de fervor o de querella. /Nosotros estamos solos y vacíos, sin proyectos, problemas /Ni báculos de agonía.
Nosotros somos los vencidos, /Los hombres de la calle, /Tus hijos, como los demás,
Trasuntos de Dios, como los demás. /Oh Madre nuestra de todos nosotros, /Tú eres la dulzura extrema. /Tú eres como raíz que se apoya en la sangre. /Tú, con tus palpos de simiente /Que se abre cautelosa y grata, /Nos formaste como a los demás, /Nos diste esperanza como a los demás. /Y sin embargo, nosotros somos los vencidos, /E hijos de hombres postrados, por tu amor, /Ante la gracia de Dios.”
BALANCE POLÍTICO O RELIGIOSO DE LOS POEMAS
Vimos que en el intermedio Freddy publicó uno de sus más hermosos poemas, “Casi elegía”, en nada ligado a estas rebeldías; son versos de amor, de un amor de madurez, aunque era joven todavía en enero del 61, ya era cuarentón.
Sin embargo, cuando volvemos sobre estos dos que hemos copiado (respetando la grafía del poeta que empezaba cada verso en mayúsculas a la manera clásica), nos damos cuenta de que esa “Adoración de la Virgen” fue escrita antes del tiranicidio por esa repetición de que ‘nosotros somos los vencidos’, cuando ya éramos los vencedores. ¿Hasta dónde aquel grito de plena juventud en “Letanía”, a sus 32 años, difiere de este, nueve años después? Entonces le pedía directamente a Dios que le mandara una hora de triunfo para todos, que solo podía darla la decapitación del tirano. Sin embargo, ahora, más pesimista, no le pide a Dios directamente, sino a la Virgen, y lo hace con gran humildad, postrado “Ante la gracia de Dios”, que, sin embargo, sonaría un poco a agradecimiento final.
Aunque muchas veces hablamos de sus poemas, nunca le preguntamos a Freddy ese pequeño detalle de cuándo realmente escribió “Adoración”.
Aunque Dios está presente en la esperanza final en el poema a la Virgen:
“Que Dios está sobre todas las leyes escritas o habladas, /Que Dios marcha a la cabeza de la herencia y las generaciones, /Que Dios adelanta su claridad en los usos y las costumbres, /Que Dios se depura y contiene en toda mudanza y en toda novedad, /Que Dios es el dueño en el seno de la creación.”
Sin embargo, recuerdo que cuando lo leímos, estuvimos tentados de saber que también en este raro poema religioso Freddy tiene intacta la esperanza cuando proclama el triunfo contra el mal:
“Nosotros somos los vencidos e hijos de vencidos, /Que en su turno fueron los retoños /De los vencidos árboles humildes. /Enajena, oh Dios, Tu reino para todos /Y no para unos pocos. Ya ves: /Tus hijos Te preguntan ¿Vienes a mí?, /Y los ojos y las manos, / Y la memoria y el espíritu /Se vacían de rostros y criaturas /Cuyas sangres desaparecieron en los mejores momentos. /Pero llegas Tú, esplendente e inequívoco, /Llegas Tú en yéndome, en yéndonos todos, /Y pones orden y concierto en el mundo, /Y entran en gozo los senderos y las selvas, /Y las aguas, y los cielos, y el alma Tuya, /Que ciertamente vas insuflando en los cuerpos /Otrora miserables y llagados.”
Aquí oímos el repiquetear de las campanas. La lectura de estos poemas indica que es imprescindible estudiarlo desde la perspectiva cristiana o religiosa con una mayor seriedad para el conocimiento cabal de un poeta tan extraño a veces, autor de otros cantos suyos como los titulados precisamente “Poema de Dios” y “Poema del fervor” y los copiados arriba, Es una lástima, repetimos, que la Iglesia sólo admire a los repetidores de padres nuestros y ave marías y no se detenga ante ejemplos magníficamente sonoros de auténtico amor a Dios, como estos versos de Freddy Gatón Arce.
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Manuel Mora Serrano (República Dominicana, 1933). Es narrador, poeta y ensayista, autor de una Historia de Literatura Dominicana y Americana. Trabajó en 2008 en el Ministerio de Cultura como conferencista y compareció a eventos a diversos lugares del país y del exterior, como Puerto Rico y Miami. Actualmente mantiene un contrato con ese ministerio para la conclusión de investigaciones, dentro de ellas una Historia de los movimientos de vanguardia. Contacto: luisero2004@yahoo.com. Página ilustrada con obras del artista Eligio Pichardo (República Dominicana).
El período de enero de 2010 hasta diciembre de 2011 Agulha Revista de Cultura cambia su nombre para Agulha Hispânica, bajo la coordinación editorial general de Floriano Martins, para atender la necesidad de circulación periódica de ideas, reflexiones, propuestas, acompañamiento crítico de aspectos relevantes en lo que se refiere al tema de la cultura en América Hispánica. La revista, de circulación bimestral, ha tratado de temas generales ligados al arte y a la cultura, constituyendo un fórum amplio de discusión de asuntos diversos, estableciendo puntos de contacto entre los países hispano-americanos que posibiliten mayor articulación entre sus referentes. Acompañamiento general de traducción y revisión a cargo de Gladys Mendía y Floriano Martins. |
terça-feira, 18 de novembro de 2014
Premoniciones políticas y religiosas en Freddy Gatón Arce | Manuel Mora Serrano
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