Sólo los espíritus agrietados poseen aberturas al más allá.
E. Cioran
Quisiera comenzar con dos fragmentos de Artaud (donde pueda hablar él me abstendré) que creo son fundamentales para la comprensión del texto.
Dice Artaud:
¿Qué se entiende por
Auténtico Alienado?
Es un Hombre que prefiere
volverse loco antes que traicionar una idea superior del honor humano.
En el alienado hay un
genio incomprendido que cobija en la mente una idea que produce pavor, y que
sólo puede encontrar en el delirio un escape a las opresiones que le prepara la
vida.
Si fueron capaces de matar a mi amigo con esa sed
imposible que es el desconocimiento opacado por la imbecilidad (cosa que
denuncia a cualquier negligente), cuidado, el mundo les pertenece
El corto camino de la mediocridad siempre prefigura
esa clara intención.
El hombre está solo. La soledad es como una gran
noche que traga todo. Ya sabemos que lo obscuro se lleva hasta las sombras y
que sólo podemos hallarlas en los últimos silencios.
Artaud, el pobre Artaud, el loco Artaud, ya no
tiene la costumbre de la angustia; ya la tierra tapó toda tristeza y su dolor
es otro de los olvidos.
El poeta puede soñar lo que no sabe y ganar un
espacio sin memoria.
Soledad y nada; entrega y decisión; humillación y
angustia. Antonin Artaud ha llegado al infierno y el río del olvido no existe
(o sí). Beber, olvidar y despertar en el infierno, en la orilla de un río que
al beber olvidas todo, es sentencia.
El vacío único de bucear en todo y al límite;
siempre; en dirección a la nada.
Dicen que en febrero de 1948 se le diagnosticó
cáncer de recto terminal. Dicen también que el exceso de electroshock, además
de ocasionarle la rotura de una vértebra y la caída de varios dientes, lo mató.
Acusa el diccionario a propósito del término
electroshock (electrochoque) lo siguiente:
Terapéutica psiquiátrica consistente en el paso por
el cerebro de una descarga eléctrica (en las sienes del paciente) durante unas
décimas de segundo con la pérdida de conciencia. Aunque de eficacia discutida,
se usa en el tratamiento de cierto tipo de psicosis.
Me sorprendió encontrar sobre esta definición, la
palabra electrocutar: "Muerte debida la paso de una descarga
eléctrica".
Lo que mata sería la dosis.
Tratemos de ordenar desde su cabeza, cómo esa
degradación le fue ganando la carne hasta pudrirla.
Dice Artaud:
En todo psiquiatra
viviente hay un sórdido y repugnante atavismo que le hace ver en cada artista,
en cada genio, a un enemigo..
… Los asilos de alienados
son refugios de magia negra deliberados y conscientes y el tema no es sólo que
los médicos promuevan la magia por sus métodos terapéuticos híbridos y
disruptivos sino que la practican. Si no hubieran aparecido los médicos, no
hubieran existido los enfermos…
… y que en ese instante
le permite no sólo no conocer sino terrible y desesperadamente desconocerlo que
fue, cuando él era él, qué, ley, yo, rey, tú, zas, y eso. Pasé por eso y no lo
voy a olvidar…
Pero veamos, los
electroshocks jamás fueron una experiencia y agonizar en el electroshock es
hacer pedazos una experiencia succionada por embriones del no-yo y que el
hombre no volverá a encontrar…
Siempre habla de pérdida y nunca de recuperación de
cualquier algo. Sigue:
La medicina pervertida
miente cada vez que muestra a un enfermo curado por las introversiones
eléctricas de su método, yo sólo he visto a los aterrorizados del sistema,
imposibilitados de reencontrar su yo. El que ha sido sometido al electroshock,
no sale más de sus tinieblas y la vida disminuyó un grado…
… crear la muerte de esa
manera artificial como lo hace la medicina actual es impulsar un reflujo de la
nada que jamás fue provechoso para nadie.
¿Pero quién garantiza que los alienados de este
mundo pueden ser curados por los auténticos vivientes?"
Grave e hiperlúcido; el disminuido que no reduce un
grado de genio y testifica con sus vísceras una realidad tan ineludible como
inexplicable.
Cada aplicación -dice Artaud-
me sumió en un terror que duraba cada vez varias horas. Y no sin desesperación
veía acercarse cada nueva aplicación pues sabía que perdería la conciencia una
vez más y que durante una semana entera me vería además ahogándome en mí sin
llegar a reconocerme sabiendo perfectamente que yo estaba en alguna parte pero
Dios sabe dónde y como si estuviese muerto.
Termina -por ahora- con una sentencia de las más
violentas que he leído y que paradójicamente está marcada por una pasividad
extrema:
Tengo que levantar una
protesta por haber hallado en el electroshock a muertos que no hubiese querido
ver.
Sólo pide el derecho a disponer de su angustia, la
angustia que hace a los locos, a los suicidas, a los condenados; la angustia
que la medicina desconoce y que el doctor no entiende y que arranca la vida…
"Mi cuerpo y yo no
queremos que nadie disponga de él." y agrega: "no existe sismógrafo
humano que permita a quién me mire, llegar a una evaluación de mi sufrimiento
más exacta que aquella fulminante de mi espíritu. Toda la incierta ciencia de
los hombres no es superior al conocimiento inmediato que puedo tener de mi ser.
Soy el único juez de lo que hay en mí."
Es él quién esclarece (bien digo esclarece)
anticipadamente su crimen.
En el hiperlúcido trabajo sobre "Van Gogh, el
suicidado por la sociedad", encontré la analogía por estudio y por
sensaciones orgánicas con su vida y su muerte:
La lucidez de Van Gogh,
deja a la psiquiatría reducida a un tugurio de gorilas, obcecados y
perseguidos, que sólo tienen como recurso para atenuar los más terribles
estados de angustia y opresión humana, una ridícula terminología.
…Y recuerdo la sentencia de Porfirio: Lo semejante
reconoce a lo semejante.
"El médico siempre
tiene razón contra un encarcelado, porque le basta afirmar, y el enfermo
siempre está en el error porque en tales casos aún sus afirmaciones de hechos
entran en la categoría de un delirio catalogado, cualquiera sea la lucidez que
emplee en expresarlos" - le dice Artaud al excelentísimo doctor Latrémolière, director de un asilo
para alienados.
Aldo Pellegrini explica que el rechazo de Artaud al
psicoanálisis tiene un fundamento ético y Antonin aclara: "Rechazaré toda
tentativa de encerrar mi conciencia en preceptos y fórmulas."
No conozco testimonio más claro que el que Artaud
propone y no ha sucedido que un denigrado (físico y mentalmente) exponga y
proponga con excelencia su mal y su solución.
Soy aquel que ha sentido
mejor el desconocimiento estupefaciente de su lengua en sus relaciones con el
pensamiento. Soy aquel que mejor ha localizado el punto de sus más íntimos, de
sus más insospechables deslizamientos. Me pierdo en mi pensamiento
verdaderamente, tal como se sueña, tal como se entra súbitamente en el
pensamiento. Soy aquel que conoce los recovecos de la pérdida.
En toda la literatura de Artaud hay claves -ciertas
veces claras y ciertas no- de su terrible nacimiento, vida y hasta adelantarse
a su muerte. La angustia metafísica de Artaud multiplica el problema que es la
vida. Artaud, como dice Pellegrini "rechaza cualquier tipo de conformismo,
cualquier pretexto de alivio, cualquier engaño usado como justificativo para
poder vivir".
El hombre civilizado es
un monstruo que ha desarrollado hasta el absurdo esa facultad que tenemos de
derivar los pensamientos de nuestros actos, en vez de identificar nuestros
actos con nuestros pensamientos.
La ficha del psiquiátrico decía "este hombre
se dice poeta". JA JA JA JA JA JA y JA. Allí donde la inteligencia exige
un límite, vemos -no sin asombro- que la imbecilidad NO.
El Psiquiatra estudia…
El poeta siente…
El poeta, estudiando algunos años, puede ser la
piel del psiquiatra. El psiquiatra, aún viviendo algunas vidas, podrá jamás ser
la piel del poeta.
En el pecho del poeta se refleja -como en ningún
otro- las torsiones del corazón y el sentido de una cosa. El verbo en estado
puro.
El pecho de un poeta es un volcán que, cuando hace
erupción, sepulta todo lo que quiere con decisión y calor únicos. El alma
también se consume con ardor… pero se rehace, siempre; porque, como dice Antonin, "la
nada es cosa de poetas".
La sociedad no se ha elevado aún hacia él. Han
intentado bajarlo hasta el límite estúpido de sus conciencias débiles. Por eso
cuidado con la pluma del poeta, la tinta puede ser sangre… y te puede matar una
palabra.
Gracias una vez más, hermano, por no haber dejado
de ser jamás, Antonin Artaud.
*****
Organização a cargo de
Floriano Martins © 2016 ARC Edições
Artista convidado:
Salvador Dalí
Agradecimentos a Hernán
Alejandro Isnardi
Imagens © Acervo Resto
do Mundo
Esta edição integra
o projeto de séries especiais da Agulha Revista de Cultura, assim
estruturado:
1 PRIMEIRA ANTOLOGIA ARC
FASE I (1999-2009)
2 VIAGENS DO SURREALISMO
3 O RIO DA MEMÓRIA
A Agulha Revista
de Cultura teve em sua primeira fase a coordenação editorial de
Floriano Martins e Claudio Willer, tendo sido hospedada no portal Jornal de
Poesia. No biênio 2010-2011 restringiu seu ambiente ao mundo de língua
espanhola, sob o título de Agulha Hispânica, sob a coordenação editorial apenas
de Floriano Martins. Desde 2012 retoma seu projeto original, desta vez sob a
coordenação editorial de Floriano Martins e Márcio Simões.
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