SOLEDAD ALVAREZ |
SOLEDAD ALVAREZ | El primer movimiento de vanguardia en República Dominicana es el
Postumismo. Con el poeta Domingo Moreno Jimenes a la cabeza, surge muy temprano
en la década del 20 –en el mes de marzo de 1921–, casi simultáneo con los ismos
europeos. Sin embargo, como en otros países latinoamericanos el punto inicial:
la necesidad de cambio, la ruptura y la renovación formal, características del
espíritu de la vanguardia, hay que buscarlo desde los inicios del siglo en el
post-modernismo. En poetas como Zacarías Espinal y Vigil Díaz. El primero,
vuelto hacia el pasado clásico se instala en la palabra para desde ella y las
combinaciones fónicas subvertir, destruir el sentido rechazando la posibilidad
de comunicación a partir de la realidad inmediata, e instaurando la autorreferencialidad
del poema. Antecedente también, y el punto inicial más reconocido es Vigil
Díaz, precursor del Vedrinismo, "primer movimiento literario de nuestra
historia literaria e inicio de los de vanguardia en nuestra América",
figura polémica de nuestra literatura pues si algunos lo señalan como el
introductor del versolibrismo en nuestra poesía, con quien surge "el
auténtico espíritu de vanguardia", otros matizan, cuando no rechazan ese
aserto.
Lo indiscutible son los signos de cambio que comienzan
a manifestarse en el ambiente literario dominicano en los albores del siglo,
cónsono con las profundas transformaciones económicas y sociales que vive el
país de cara a la modernización, entre las cuales cabe citar la modificación
del aparato productivo con el desarrollo de la industria azucarera y la
consiguiente fundación de nuevos poblados y ciudades, la introducción del
ferrocarril y luego la construcción de redes de carreteras, la entrada de
capitales extranjeros y la apertura al exterior. Justamente en el período de
las vanguardias, el país rural que éramos, de apenas 458,500 habitantes a fines
del siglo XIX y dos o tres centros urbanos, aumenta su población a 894,665
habitantes en 1920, y en 1935 a 1,479,417, inicia un cierto desarrollo
industrial y urbanístico y conoce los más importantes inventos modernos: la luz
eléctrica, el automóvil, teléfono, fonógrafo, cinematógrafo, el aeroplano, y
sobre todo un importante aumento en el número de periódicos y revistas a partir
de la introducción de la máquina de escribir y el linotipo, espacios de
apertura, medios en los cuales circulaban no sólo las nuevas ideas políticas y
de modernización, sino también noticias sobre las novedades culturales en
Europa, entre otras el surgimiento de las vanguardias.
En esos años se producen también cambios importantes
en la educación –bajo la influencia hostosiana– así como en los órganos de
transmisión cultural. Los nuevos estilos de vida se aceleran a raíz de la
intervención norteamericana de 1916 y la subsecuente norteamericanización a
partir de la Segunda Guerra Mundial. Como señaló el indispensable Pedro
Henríquez Ureña, "El siglo XX llegó, pues, tan a prisa como había llegado
despacio el siglo XIX".
MANUEL MORA SERRANO | Juan Bosch se
quejaba de la arritmia histórica en Santo Domingo; en efecto, la militancia
auténticamente modernista, con el mismo entusiasmo que la juventud de la
mayoría de nuestros países y hasta de la misma España con Salvador Rueda y
otros que luego formarían parte de la Generación del 98 incluyendo a Juan Ramón
Jiménez, estaban a favor de ciertos aspectos, entre nosotros no ocurrió
igualmente, a pesar de que José Joaquín Pérez en 1884 en la Revista
Científica, literaria y de conocimientos útiles escribió entusiasmado,
adelantándose a casi todo el mundo en el resto de Latinoamérica, del joven
Rubén Darío de diez y siete años entonces (ver Rubén Darío y sus amigos
dominicanos, de Emilio Rodríguez Demorizi, Ediciones Espiral, Colombia,
1948, página 11), lo siguiente:
MANUEL MORA SERRANO |
Lamentablemente nuestro gran poeta no dio el título de ese opúsculo, que se
ha confundido con Primeras notas, epístolas y poemas, de 1885 editado en
1888 de acuerdo con la edición de Aguilar de sus Poesías Completas
(1961), aunque cronológicamente se ha dicho que Abrojos de 1887, editado
en Chile, fue su primer libro publicado, de modo que este opúsculo así
documentado fue el primero realmente. Destacamos este hecho porque precisamente
fue José Joaquín Pérez el gran admirador del joven Rubén el que le torció el
cuello al cisne quince años por lo menos antes que Enrique González
Martínez y con ello dio pie para que surgieran los primeros vagidos
vanguardistas nuestros.
Federico Henríquez y Carvajal, tío de Pedro Henríquez Ureña, conocido como
El Maestro, citó a Azul como una obra
maravillosa y en 1992 publicó un poema en prosa en el cual aparecen dos
heraldos rubenianos: un cisne y un lirio.
El dos de noviembre de 1894 apareció el número uno de la revista El Hogar dirigida por Fabio Fiallo, en
la cual colaboró el entonces joven Tulio Manuel Cestero de apenas 17 años,
convirtiéndose en la primera publicación del país que hizo propaganda directa
al modernismo. Ahí se difundieron poemas en prosa de Rubén desde el inicio,
apareciendo Fugitiva, aquel que
comienza: Pálida como un lirio, como una
rosa enferma. Tiene el cabello oscuro, los ojos con azuladas ojeras. El
once de ese mes aparece el primer poema modernista en prosa de un autor
dominicano, de la autoría de Tulio, prematuramente enviciado de exotismos, con
el título de Pálida, comete la
audacia de iniciar diciendo: Triste se
marchita allí, en el saloncito rojo, como se marchitan las oropéndolas, los
lirios y las azucenas, en los japoneses jarrones. Hastiada, le mortifica el
perfume de las flores, colocadas en los etruscos vasos griegos y en las manos
de las diminutas marmóreas estatuas.
Muchos de los poemas de Azul se
dieron a conocer allí y Tulio publicó otras prosas atrevidamente inmaduras.
En los primeros meses del año siguiente circuló la falsa noticia de la
muerte de Rubén. Un literato y periodista boricua, José Contreras Ramos publicó
un artículo en El Hogar denostando a
Rubén por exótico, diciendo de él, entre otras cosas: "Nacido en América, en estas tierras criollas
tan dignas de ser amadas, fue traidor a la patria intelectualmente
hablando"…."El poeta, francés, europeo, encuentra muy malo, dañina,
la independencia y sus resultados, y no la maldice pero coloca el indio salvaje
por sobre el criollo civilizado"… concluyendo: "En cuanto a mí,
mientras más sufra mi gran patria americana, más la he de amar. Criollo de
nacimiento, francés de corazón, duerme en paz." Después que se
desmintiera su muerte, se supo que el señor Contreras no estaba solo. Mientras
Pedro y Max Henríquez Ureña confirman que el primer modernista convicto y
confeso fue Tulio Manuel Cestero como propagandista y ya vimos que como actor,
por el poema citado y por otros más que divulgó más adelante, además de
traducciones de Charles Baudelaire, y que al final del siglo XIX J. M. Vargas
Vila lo incluyó en su libro de 1899 Bustos
y Medallas entre los valores modernistas del continente al lado de Manuel
Díaz Rodríguez y Rufino Blanco Fombona, amén de haberle dedicado en New York un
ejemplar de su novela Flor de Fango,
dice de él: Tulio M. Cestero, el bohemio
dominicano, amante de lo exótico, el arista decadente de "Notas y
Escorzos; luego iniciando el Siglo XX gana un concurso con su pequeño poema
en prosa Del Amor editado en 1901 (ellos citaban a Fabio Fiallo como el
primer poeta influenciado), la reacción del gran admirador del adolescente
Darío, quizás recordando lo de Contreras Ramos, se adelantó al mexicano
González Martínez, como veremos en la comparación del poema del dominicano de
1896 y el famoso tuércele el cuello al cisne del mexicano de 1911 (de
quien Octavio Paz diría que aquel torcedor fue el único poeta
auténticamente modernista de México):
DE AMÉRICA
A un modernista exótico
José Joaquín Pérez
Pues háblame del mundo que conozco,
de mis flores silvestres, de mis selvas,
y deja para el viejo mundo, lotos,
clemátidas, orquídeas, crisantemos.
Ponme en contacto con la pompa virgen
de esta monumental naturaleza,
de formas y colores y matices
que el arte no profana ni supera.
Píntame a golpes de la luz del trópico
a la criolla del cutis de canela
que el beso perennal y voluptuoso
del sol en el cenit colora y quema.
Descríbeme torrentes y montañas,
cuanto con vida vigorosa alienta
en la fértil región americana:
¡en nuestra hermosa, exuberante zona!
No estudies en los libros, sino en ese
gran libro que el Creador aquí escribiera,
que los granos magníficos contiene
del más sublime, original poema.
Tuércele el cuello al cisne de engañoso plumaje
que da su nota blanca al azul de la fuente;
él pasea su gracia no más, pero no siente
el alma de las cosas ni la voz del paisaje.
Huye de toda forma y de todo lenguaje
que no vayan acordes con el ritmo latente
de la vida profunda. . .y adora intensamente
la vida, y que la vida comprenda tu homenaje.
Mira al sapiente búho cómo tiende las alas
desde el Olimpo, deja el regazo de Palas
y posa en aquel árbol el vuelo taciturno. . .
El no tiene la gracia del cisne, mas su inquieta
pupila, que se clava en la sombra, interpreta
el misterioso libro del silencio nocturno.
José Joaquín Pérez enfrenta al modernista exótico, que como vimos no podía
ser otro que Tulio Manuel Cestero, confirmado más tarde por Vargas Vila, y
ofrece una solución contra el modernismo: el criollismo. El deber del
poeta americano de cantar y exaltar la fértil región americana: ¡nuestra
hermosa, exuberante zona!
El mejicano señala la metafísica, desconociendo que en ese aspecto el
propio Rubén había presentado en sus nocturnos y en muchos otros poemas
al búho sabihondo como símbolo expresionista.
Sin duda alguna, la reacción contra el modernismo que acontecería en la
segunda y tercera décadas del siglo xx se iniciaría en Santo Domingo a fines de
la centuria anterior con Bienvenido Salvador Nouel, un poeta nacido en la
ciudad de Santo Domingo que se avecindó en un campo de La Vega en el norte del
país, que fuera el primero que escribiera un poema modernista en versos,
publicado en Letras y Ciencias el
treinta y uno de marzo de 1896 con el título de Azul para que no hubiera duda alguna de su influencia de Darío:
Ella es como un rayo de
luna/ en el ágata azul de una concha!/ y nació de nereidas y silfos/ en el
lecho nupcial de la Aurora.//En su frente de nítidos lirios/ bullen albos
ensueños de diosa;/ griego es su perfil, y sus labios/ dos pulidos rubíes de
Golconda.
Curiosamente este poeta fue el primero que escribió un poema criollista en prosa con el título de Criolla, en esa misma revista el 19 de
mayo de 1896, demostrando tal influjo de José Joaquín Pérez que mezcla detalles
indigenistas de lo que este había sido la figura más importante del país con
sus Fantasías Indígenas, al
expresarse de este modo: Suave, como
tierno corazón de palmito de nuestras selvas vírgenes, así es tu cutis fino,
donde luces la india color que acusa tu progenie. ¡Y pudiera llamarte Anacaona!
Flor de oro significa el nombre de la reina indígena y tú… Tú eres flor y eres
oro! Flor nacida a los besos de brisas cibaeñas! Oro purísimo que ha sufrido al
conjuro de genios invisibles, trasmutación de ángel!…
Es casi un calco, por aquello del
color del cutis, por el pedido de que cantara
la criolla de cutis de canela; este poeta, más tarde comprendió lo que
quería el autor De América, y
escribió y publicó los primeros poemas auténticamente criollistas describiendo la zona agreste donde vivía, creando una
legión de seguidores por toda la República con un criollismo que alcanzó
sus más altas notas de delicadeza en las Criollas de Arturo Pellerano
Castro. Sin duda alguna pudo convertirse en una vanguardia y de hecho así la
consideramos, como el antecedente más claro de lo que luego sería el
postumismo, aunque no llegó a señalarse como tal, fue un movimiento coherente,
cuya ideología está claramente expuesta en el poema copiado y en la protesta de
aquel olvidado Contreras Ramos y lo decimos por el concepto actual que algunos
críticos y ensayistas tienen de las vanguardias auténticas americanas,
declarando que el criollismo es un claro ejemplo de la rebelión contra el
modernismo, que compartimos fervorosamente.
FLORIANO MARTINS | Los movimientos
locales, ¿estaban de acuerdo con las ideas de las vanguardias europeas
correspondientes o acaso agregaban algo distinto?
SOLEDAD ALVAREZ | La vanguardia dominicana no solo nace temprano, sino también con sello
propio. El primero de los movimientos, el Postumismo, comparte con las
vanguardias europeas la búsqueda de nuevos códigos literarios, el rechazo a las
normas y a la estética academicista, la libertad –del verso y del poema- la
beligerancia, la gestualidad subversiva, el subjetivismo. Y por supuesto la
ruptura de la tradición, referida expresamente en el Manifiesto Postumista no
ya a la tradición literaria nacional sino a la clásica europea, desde un
americanismo que asumido a ultranza traza una línea de separación con las ideas
americanistas en circulación, de la Generación del 900 y también de pensadores
contemporáneos a las vanguardias como Pedro Henríquez Ureña, Vasconcelos y
Alfonso Reyes, para quienes la búsqueda de nuestra expresión y la
reivindicación de lo propio parte del reconocimiento del legado español y de la
incorporación de la cultura latinoamericana a la universalidad. Nada más lejos
del americanismo integrador de un Henríquez Ureña en los Seis Ensayos
que el "parricidio" postumista -por lo demás más teórico que
práctico- cuando afirma: "Los mármoles de Paros y de Corinto no se han
hecho para nuestras estatuas. No tendremos en nuestros calderos surrapa de
Verlaine ni de Mallarmé, de Tristan ni de Laforgue. Homero y Virgilio, Goete y
Schakespeare (sic) no serán más que divinidades que respetaremos, soles
apagados que no nos iluminarán. Hemos levantado la estatua con el barro
grotesco de nuestro América. Si acaso caen chaparrones que nos la deformen, nos
queda mucho barro, mucho barro que es nuestro ideal universalizado".
La iconoclastia radical lleva a los postumistas no
solo a la negación de la tradición y los moldes europeos, sino también al
rechazo de la vanguardia en la que se inscriben, constituyendo así, en palabras
de Andrés L. Mateo, en una antivanguardia, "ya que en este momentos los
puntos de referencia europeos son el futurismo italiano, el dadaísmo francés o
alemán, y posteriormente, el surrealismo".
"Reaccionaremos también contra los ultraístas,
(sic) futuristas y creacionistas que pretenden en "acrobacia azul" y
sobre grupa de aeroplanos ir a conquistar un más allá escondido tras las nubes."
Esta reacción
singulariza al primer Postumismo frente a las vanguardias europeas –en etapas
posteriores el localismo y el americanismo combativo sería atenuado por una
dudosa universalidad- a lo que se agrega su rechazo al formalismo y a las
"extravagancias en el decir". Otras diferencias nacen de la realidad
histórica en la que se inserta el movimiento, determinada en ese momento por la
invasión militar norteamericana al país en el año 1916. La agresión a la
soberanía determina la inflexión política del Postumismo, que en su
encarecimiento de lo nacional y reclamo libertario es otra de las diversas
manifestaciones de protesta que se dan en el país contra el invasor. Pero
también hay, tanto en nivel teórico como en la práctica del poema, una
problematización de los postulados del pensamiento tradicional dominicano
alrededor de la cuestión nacional. A la visión peyorativa del campesino y de
las clases subalternas, y a la pobre valoración de la realidad nacional de las
elites ilustradas y europeizantes los postumistas oponen el reencuentro con el
paisaje, y la realidad inmediata, el registro de lo popular, la dignificación
de lo ordinario y la democratización del hecho estético, a lo que agrega un
estilo de vida y de comportamiento alejado del talante aristocrático que
caracterizaba a los hombres de letras. El campo, opuesto no ya a los cisnes y
las princesas sino a la ciudad deslumbrada por el progreso y la parafernalia
moderna; y el poeta como oficiante dedicado a tiempo completo a esa
"Religión Universal" que es el arte y el culto de la poesía,
consagración que hizo de Moreno Jimenes una figura excéntrica en el desabrido
ambiente literario de su época, viandante estrafalario por todo el país con los
bolsillos y el maletín lleno de sus folletos poéticos para la venta.
La Poesía Sorprendida, que podríamos clasificar como
"segunda vanguardia" es otro momento de la relación con los
movimientos europeos y latinoamericanos. Aunque relacionada con Moreno Jimenes
en su fundación, nace contraria al Postumismo. Con su lema "Poesía con el
hombre universal" y su expresa adhesión a la creación "sin límites,
sin fronteras y permanente; y con el mundo misterioso del hombre, universal,
secreto, solitario e íntimo, creador siempre" los sorprendidos en lugar de
rechazar exigían su derecho a participar en la cultura universal, mostrando una
mayor afinidad y vinculación con las tendencias y las prácticas vanguardistas
tanto europeas como latinoamericanas.
MANUEL MORA SERRANO | Para responder esa
pregunta es preciso que diferenciemos claramente lo que significaba luego de la
muerte de Rubén Darío la rebeldía americana. Para ello voy a copiar una
síntesis de lo que señalan dos críticos historiadores de las vanguardias
nuestras, el español Guillermo de Torre en su Antología de poesía
latinoamericana de vanguardia (1916-1935) (Argentina, 1930):
En la América hispanoparlante, –no puedo prescindir de mi actual punto de
mira–, y además de los naturales reflejos y secuencias de algunos de esos
"ismos", que en cada país y en cada literatura se colorean con un
acento particular.
Todavía podríamos apuntar otros. Así aquellos que, empero su oriundez local
y su ahínco terruñero recibieron en lo formal, como razón extrínseca de su
nacimiento, el soplo vivificante de los modelos antedichos. Tales: el
nativismo, el criollismo, con brotes un poco esparcidos por todo el
Altántico; y el indigenismo, el indoamericanismo, visibles en la banda
del Pacífico, aunque en estos últimos se hallen más bien cargados de
intenciones ideológicas y políticas que literarias.
En conjunto, todos ellos se reducen a: tradicionalismo, localismo,
folk-lorismo, retorno a lo genuino o auténtico, desdén –más o menos declarado,
aparente o sincero– de lo europeo. Es decir, poseen características
externas y generales diametralmente opuestas a las de los ismos
europeos, sintetizadas en la equivalencia del cuadro antes descrito:
descentralización, internacionalización.
Me refiero, naturalmente, a la vanguardia surgida en América con sentido
propio y cierta ambición particularista. Ya que también existe, o ha existido,
en este continente, otra vanguardia, –caligramas, palabras en libertad,
dislocaciones ramonianas, etc., que hasta hace poco hicieron estragos en el
Cuzco–pero ésta era solamente un reflejo o adaptación de la europea.
Y el rumano Mihail
Grünfel en Las vanguardias españolas de 1920 a 1935 (Poesía Hiperión,
Madrid, 1997):
Su identificación con el movimiento internacional, la vanguardia es eco y
portavoz de las preocupaciones políticas, culturales y nacionales del
continente sureño cuya descripción es uno de sus proyectos.
Aunque cada movimiento vanguardista preconiza normas estéticas propias, la
tendencia general de la vanguardia es hacia una liberalización del arte, hacia
una democratización –el tema de la libertad en el arte es central en casi todos
los manifiestos de la época– que borre la idea de una norma estética absoluta y
permita la coexistencia dentro del mismo movimiento de una pluralidad de voces
y discursos.
Una de las oposiciones importantes que desaparecen durante el período de
las vanguardias es la contraposición entre la voz culta y la voz popular, y el
supuesto de la incompatibilidad de esos dos registros.
La vanguardia permite la coexistencia de varios niveles discursivos, pero
aún más, permite la revalorización del discurso popular, de la voz del pueblo,
dentro del discurso literario.
Esta inclusión está acompañada por el uso poético de un lenguaje popular de
carácter oral tradicionalmente excluido de la poesía y considerado a veces
vulgar para el género.
Como nadie trató de capitalizar el movimiento criollista de
principios de siglo en el que participaron más de dos decenas de poetas (no
recogidos en un volumen), aunque muchos fueron antologados, primero por Osvaldo
Bazil en su Parnaso Dominicano (Editora Mauci, Barcelona, 1915) y
después en la mayoría de las analectas, no podemos decir que fue vanguardia
aunque fuese uno de los más espontáneos movimientos literarios que hubo en el
país.
Otros dos poetas reaccionaron de diferente manera. Se dio el caso de
Ricardo Pérez Alfonseca, un modernista militante, residente en París adonde
había ido a realizar estudios de derecho, que llegó a ser tan amigo que fue
secretario de Rubén, de quien había recibido el título de Benjamín del
modernismo y quien luego, influenciado por los poetas post
simbolistas franceses como André Gide en sus Alimentos Terrestres,
publicó en 1913 un poema inusitadamente profundo: Oda de un Yo, que
aunque fue criticado favorablemente en esos años y hasta se habló del "yoísmo"
de Pérez Alfonseca, que correspondería a lo del búho de González
Martínez, no cuajó en movimiento ni en vanguardia.
Lo mismo ocurrió con Federico Bermúdez, otro poeta modernista que se reveló
socialista influido por Charles Baudelaire y José Santos Chocano que nos
visitara en 1908, que no solo editó Los Humildes en 1916, un libro
clave, sino que lo dio a conocer desde 1913 publicando poemas y defendiendo su
ideología, sin que tampoco encontrara eco favorable en los demás poetas de su
tiempo, por lo que no cuajó en vanguardia ni en movimiento. Sin embargo, vistos
hoy a más de cien años del criollismo y a cien justos del yoísmo y el
socialismo, bien podríamos considerarlos como auténticas manifestaciones de
vanguardia.
Así llegamos al final de la segunda década cuando en 1919 Domingo Moreno
Jimenes, un poeta solitario que había sido designado Director de la escuela
primaria de Sabaneta, una remota aldea del norte del país, desde allá comenzó a
enviar unos poemas raros, sin rima ni métrica a la revista Letras
dirigida por el venezolano Horacio Blanco Fombona, que llamaron la atención en
aquella pequeña gran aldea que era Santo Domingo, al punto de interesar a un
pequeño industrial amante de la literatura llamado Rafael Augusto Zorrilla que
había publicado unas prosas galantes y de Andrés Avelino un joven poeta del
interior que había venido a continuar estudios a la capital, tal y como ellos
luego lo expresaron, y como llegaron a vivir en el vecindario de los extramuros
coloniales que llamaron la Colina Sacra, se entusiasmaron tanto, que
pensaron hacer de esa labor de Moreno una consigna. Así nació un movimiento
innominado, aunque por haber creído que nadie aceptaría su rompimiento con la
métrica y la rima en la poesía versal sino después de muertos, Avelino lo bautizó
postumismo. Moreno y Zorrilla lo aceparon. Lo demás es historia:
Proclamaron el movimiento en La Cuna de América una de las principales
revistas, en el mes de marzo de 1921 con despliegue de versos. Apareciendo
poemas por riguroso orden de importancia y jerarquía de: Domingo Moreno
Jimenes, Vigil Díaz, Andrés Avelino y Rafael Augusto Zorrilla.
No solo proclamaron el movimiento sino que tres de esos pioneros editaron
sus libros principales ese mismo año: Psalmos de Domingo Moreno Jimenes,
con el apéndice de su credo poético en dos entrevistas que le hicieron; Galeras
de Pafos de Vigil Díaz que incluía sus poemas protopostumistas que llamó Sonetos
Bárbaros, y Fantaseos de Andrés Avelino que anexaba el Manifiesto
Postumista que había elaborado y que los demás conjurados no firmaron;
aunque con tanta suerte, que se consideró por muchos años el único testimonio
ideológico del movimiento, a pesar de lo de Moreno en las entrevistas y en el
prólogo a Fantaseos y de dos escritos de Zorrilla: el Origen del
postumismo que apareció en la proclama y el pequeño ensayo Apuntes
Postumistas en el primer aniversario en el folleto que publicaron con el
título Del movimiento postumista, con clara conciencia de que realizaban
algo que avanzaba y que planteaba algo nuevo en el medio y recibiendo ataques
despiadados e irónicos y hasta un defensor, y como existía el ismo, se
consideraba y hay que considerarlo una vanguardia típicamente americana por el
fondo, porque lo de versolibrismo y libertad venía también de Europa y había
sido uno de los cánones del futurismo.
Años después, en 1926 un joven poeta llamado Zacarías Espinal publicó unos
poemas muy raros con el título de Versos Vhendrinhistas. Ocurrencia que
más tarde daría origen a lo que se ha considerado otra vanguardia nacional.
Estos poemas dieron pie a que se dijera que Vigil Díaz había fundado un
movimiento vanguardista en 1912 con la edición de su libro Góndolas y
que luego en Galeras de Pafos había expresado su ideología, aunque los
críticos amigos de Vigil señalaron, en su tiempo que él no era hombre de ismos
y que no era postumista; a pesar de que Tomás Hernández Franco en una
conferencia sobre la poesía dominicana dictada en París el veintinueve de enero
de 1923, editada ese año en francés con el título de La poesíe a la
Republique Dominicaine (Editions Rythme Et Synthèse, París), siendo enemigo
jurado de los postumistas por una desavenencia con Avelino, declaró que antes
del postumismo no hubo ninguna tendencia, que era la primera y que su figura
principal era, precisamente, Vigil Díaz. Años más tarde, en 1928 en El Día
Estético la revista de los postumistas, Vigil publicó su Poema
Vendrinista (sin las haches y con esta ene) y más luego en la revista Cromos
en 1929 su Motete Vedrinista(ya despojada de la ene y las haches, que
más tarde resucitaría el crítico Pedro René Contín Aybar en una nota de
Antología de 1943: Vedrhinista, y el propio Tomás ese mismo año declaró
en un artículo sobre Los ismos de la Vanguardia que Vigil lo había
creado para burlarse de los postumistas, con lo que, sea Zacarías
Espinal, el verdadero creador del ismo, o de Vigil, como sostienen diferentes
críticos e historiadores de nuestra literatura sin aportar prueba alguna de que
este último utilizara el adjetivo antes que Espinal, lo que sea el vedrinismo
es posterior al postumismo, y es justo reconocer cual fue realmente
el primero, ya que sin proclamas, sin manifiesto y sin seguidores no puede
reconocerse ninguna manifestación como movimiento vanguardista por rara que
fuese; de ahí que aunque se prescinda de lo primero, se ha dicho que el creador
del término fue el único seguidor de quien lo aprovechó.
Ahora bien, ni uno ni otro siguen lineamientos europeos y si las rarezas de
Espinal se consideran hoy las auténticamente vedrinistas, se le acusaba de seguir en la forma al uruguayo Julio
Herrera y Reissig. Además para mayor prueba, de Zacarías es la única
definición, como explicaremos si ha lugar.
Max Henríquez Ureña, una de las autoridades criollas más relevantes
internacionalmente, en su Panorámica de la literatura dominicana, Tomo
I y II (Editorial Librería Dominicana, 1965) dice que el nombre era veedrinismo
y Zacarías figura, como en todos los demás que se refieren al ismo, como
discípulo de Vigil, que ya había escrito y publicado en su libro de 1922 Del
Sena al Ozama el prólogo a un libro de este, que llevaría el título de Neurosis
de Cristal, el cual todavía permanece inédito.
FLORIANO MARTINS | ¿Qué relaciones
mantenían estos mismos movimientos con las corrientes estéticas de los demás países
hispanoamericanos?
SOLEDAD ALVAREZ | La literatura dominicana ha estado desde siempre marcada por nuestra
condición insular. Mucho más cuando todavía no existían canales regulares de
comunicación ni de circulación de las escasas publicaciones. Como en otros
países latinoamericanos lo nuevo, y el contacto entre los creadores llegaba
fundamentalmente a través de las embajadurías o del viaje personal de los
escritores, sobre todo a Europa y en particular a París, como sucedió con la ya
legendaria visita de Vigil Díaz a esa ciudad. Esta condición explica el
aislamiento de los movimientos de vanguardia dominicanos, los cuales no
pudieron ayer trascender el mar que nos separa del resto de nuestra América, y
todavía hoy no ocupan el lugar que merecen en la historia literaria
latinoamericana.
En lo que respecta al Postumismo, hubo una tímida
recepción en algunos países del área. Se tienen noticias de que en México el
crítico Horia Tanasescu da a conocer la labor poética de Moreno Jimenes; en
Costa Rica la revista Repertorio Americano publica trabajos de los
postumistas y en Puerto Rico, según leemos en la biografía del poeta escrita
por José Rafael Lantigua y en el exhaustivo estudio de Manuel Mora Serrano
sobre las primeras vanguardias dominicanas, Moreno "estimuló y aconsejó al
movimiento Integralista", prestándole para el primer número de su revista
el clisé y formato de la revista del Postumismo, El Día Estético. Mora
Serrano y José Rafael Lantigua, estudiosos del movimiento, se refieren al viaje
de Moreno Jimenes a Puerto Rico, el único que realizó fuera de la isla, y
consignan su relación con Luis Lloréns Torres, Alfonso Lastra y Luis Hernández
Aquino, entre otros poetas vanguardistas.
La relación de la Poesía Sorprendida con el extranjero
y los vanguardistas latinoamericanos fue mucho más estrecha y fructífera.
Acorde con su proclama de una poesía nacional nutrida de lo universal y con el
objetivo programático, subrayado en distintos momentos de vencer el aislamiento
insular dando a conocer la poesía dominicana en el exterior, y en el país la
universal, clásica y contemporánea, en los veintiún números de su revista,
publicada desde octubre de 1943 hasta mayo de 1947, encontramos la presencia
significativa de poetas vanguardistas latinoamericanos y españoles, sobre todo
del grupo cubano "Orígenes", así como testimonios de los contactos
con los mismos a través tanto de la recepción de textos inéditos, como de
cartas, visitas y noticias. En la introducción a la reimpresión facsimilar de
la revista, publicada bajo el título Publicaciones y opiniones de la Poesía
Sorprendida (1998), el poeta Freddy Gatón Arce hace constar la
participación de 128 firmas de veintisiete países distintos, poetas en su
mayoría ligados a la vanguardia. Destacan, entre otros, de la primera
vanguardia cubana Emilio Ballagas y Eugenio Florit; de Orígenes José
Lezama Lima, Gastón Baquero, Eliseo Diego, Cintio Vitier y Fina García Marruz,
además de Virgilio Piñera; entre los surrealistas chilenos ligados a Mandrágora
Jorge Cáceres, Enrique Gómez Correa, Braulio Arenas, Enrique Rosenblatt y
Eduardo Anguita, además de Carlos de Rokha y Alberto Baeza Flores; de Ecuador
Jorge Carrera Andrade, de Guatemala Mario Monteforte Toledo, de Nicaragua Pablo
Antonio Cuadra y Claribel Alegría, de Perú Javier Sologuren, Jorge Eduardo
Eielson y Sebastián Salazar Biondy; de Colombia Jorge Rojas, Edudardo Carranza,
y Carlos Martin, integrantes de "Piedra y Cielo"; y de España Jorge
Guillén, Pedro Salinas y Juan Ramón Jiménez. Nunca antes ni tampoco después
publicación alguna logró reunir tal cantidad de poetas prestigiosos, con textos
inéditos en sus páginas, lo que sin dudas constituye un hito en nuestra
historia literaria, aunque justo es señalar que no representó un mayor
conocimiento de nuestra poesía en el exterior, pues hasta donde tenemos
conocimiento no hubo en correspondencia una circulación importante de la
producción de los dominicanos.
Momentos importantes en la historia de la Poesía
Sorprendida fueron las visitas a Santo Domingo, entonces Ciudad Trujillo, de
personalidades literarias de la talla de Pedro Salinas, José María Chacón y
Calvo, Medardo Vitier, y aunque antes de que se proclamara el movimiento, en
1941 de André Breton. La visita del surrealista francés necesariamente debió
influir en los poetas jóvenes de entonces, pero además marcó la vida de la
revista -que la consigna al referirse al apoyo de Bretón en la edición de abril
1946- a través de la fructífera amistad que desde entonces mantuvo con el
fundador del surrealismo francés el pintor y escritor surrealista español
Eugenio Fernández Granell, figura central del movimiento y de la revista en los
primeros. En Ensayos, encuentros e invenciones (1998) los aspectos que
Fernández Granell destaca de la Poesía Sorprendida son justamente los relativos
a su afinidad con el surrealismo y a su incorporación a la contemporaneidad.
"De la Poesía Sorprendida yo destacaría
cuatro aspectos: su amplitud de miras a través del espacio dedicado al
surrealismo, pero igualmente a otros escritores galos. La influencia paralela
de la poesía de lengua inglesa. La recuperación de la tradición clásica
española y la de otros escritores más contemporáneos, sobre todo los del 27 y
algunos de sus maestros, como Juan Ramón Jiménez. Y por último, el empeño por
llevar adelante, a través de esta amalgama, la posibilidad de una poesía
autóctona, enmarcada dentro de la literatura hispanoamericana."
MANUEL MORA SERRANO | Realmente los
postumistas señalaron entre los ismos conocidos por ellos el panedismoy
el pancalismo de 1913 del puertorriqueño Luis Lloréns Torres que propugnaban:
el primero que todo era verso; y el segundo que todo era bello.
Citaron en sus escritos el creacionismo de Huidobro y el ultraísmo
español. Tenían conocimiento del dadaísmo y naturalmente del futurismo,
porque de todo eso se había escrito bastante en el país. Más tarde, Vigil
hablaría de otros movimientos puertorriqueños y veinte años después, Moreno
visitaría a su amigo Luis Hernández Aquino y tendría relaciones con el integralismo
de este. Pero realmente relaciones durante la época heroica no las hubo más que
con algunos intelectuales de Costa Rica como Moisés Vicenzi y Rafael Estrada
que se adhirieron al movimiento, hecho que los internacionalizaba, y porque
Avelino en su Pequeña Antología Postumista de 1924 incluiría a un poeta
borinqueño que realmente no militó en el movimiento, me refiero a Evaristo
Rivera Chevremont. En cuanto al vedrinismo no sabemos que tuviese ningún tipo
de relación, porque no hubo manifiestos ni proclamas.
Los postumistas además de la proclama, del Manifiesto de Avelino, Del
Movimiento Postmista, de la Pequeña Antología Postumista,
publicaron otro folleto titulado Poemas en 1923, un Boletín
postumista y un Panfleto Postumista de Avelino; editaron tres
revistas: X, La Voz y El Día
Estético; Moreno y Avelino publicaron varios libros y se mantuvieron unidos
hasta 1934 en el cual hubo un cisma sobre el Pontífice Máximo del movimiento,
eligiendo a Zorrilla. En sus relaciones internacionales dieron a conocer lo que
se producía en el resto de América y daban a conocer tanto del estridentismo
de Manuel Maples Arce como de los socialistas de Suramérica y Cuba. Recibieron
cartas de Rufino Blanco Fombona, Juana de Ibarborou y de Víctor Haya de la
Torre, entre otros distinguidos escritores.
FLORIANO MARTINS | ¿Qué aportes
significativos de las vanguardias fueron incorporados a la tradición lírica y
cuáles son sus efectos en los días de hoy?
SOLEDAD ALVAREZ | La literatura dominicana es un entramado fascinante de afinidades y
diferencias, continuidades y rupturas en el que destacan determinados núcleos
constitutivos, presupuestos que por su permanencia en el tiempo han actuado
como vectores que atraviesan y articulan los diferentes momentos del proceso
poético, y en los cuales la vanguardia ha jugado un papel de primer orden.
Desde Domingo Moreno Jimenes y los sorprendidos, hasta las jóvenes
generaciones, el deseo de innovación y ruptura con el pasado inmediato, la
relación, asumida o evadida con el contexto histórico, oposición entre
universalidad y nacionalismo, poesía cerrada y abierta, social y de énfasis
formal, subjetiva y realista o exteriorista. Y muy de vez en vez, en una
tradición poco dada a los excesos, en la que pueden contar con los dedos de la
mano los momentos de delirio y desmesura, el talante iconoclasta. Lo que
siempre ha estado, explícito o metamorfoseado es ese afán de "estar al
día" y de alcanzar un lugar en el mundo propio de la literatura de los
países periféricos.
¿Cuáles son los
aportes de la vanguardia a la tradición lírica dominicana? Es difícil
desglosarlos strictus sensu, aislarlos en el solapamiento de los
diferentes momentos de nuestra poesía, en la que no son estáticos ni los
movimientos ni las obras; de tal manera, por ejemplo, que criollistas
románticos como José Joaquín Pérez y Arturo Pellerano Castro allanan el camino
al reencuentro con lo nacional que se produce en los postumistas; que en otro
romántico como Federico Henríquez Carvajal encontramos asomos modernistas; que
post-modernistas como Ricardo Pérez Alfonseca, con su Yoísmo, y Vigil
Díaz con su Vedrinismo prologuen la llegada de la vanguardia, y que un
postumista de los primeros tiempos como el imprescindible Rafael Américo
Henríquez, se haya convertido en figura de primer orden de los sorprendidos y
de la vanguardia de influencia creacionista con su poema Rosa de
tierra. De otro lado, si bien el Postumismo rechazó la actitud estetizante
del simbolismo, y del modernismo la separación de lo bello y lo feo, su
entendimiento del universo como un misterio que el poeta pretende decodificar
al buscar la relación secreta de las cosas, los sorprendidos, en cambio,
retomaron el culto a la palabra y el subjetivismo de los modernos, la
musicalidad simbolista, el mundo como un misterio, la búsqueda de la belleza.
Más aun, y para confirmar que no existen remates en el auténtico creador, en su
evolución poética Moreno Jimenes se acercaría a las lindes de los sorprendidos,
y estos alcanzarían las cotas más altas en su producción al encontrarse con la
realidad y el hombre dominicanos. Entonces y después es en esa convergencia
donde se demostraría la madurez de la poesía dominicana.
Toda la literatura del siglo XX en República
Dominciana está marcada por los dos movimientos más importantes de nuestra
vanguardia: Postumismo y Poesía Sorprendida, por sus diferencias y querellas en
una polémica que sin dudas podemos clasificar como una de las más vanguardistas
manifestaciones de la vanguardia en el país, y que curiosamente si determinada
en su momento por la dictadura trujillista, como todos los aspectos de la vida
nacional, se extiende más allá de los treinta y un años de la tiranía
suscitando una notable radicalidad y maniqueísmo en la toma de partido de las
generaciones siguientes por uno u otro movimiento, por una u otra influencia. Habrá
que esperar a los novísimos del siglo XXI para que comience a manifestarse la
liberación de esa carga.
El decantamiento entre postumistas y sorprendidos
inició muy pronto, cuando todavía estaban vivos y productivos los integrantes
de estos movimientos. La crítica ha señalado la influencia de Moreno en los
poetas agrupados en el movimiento Los Nuevos, que con Manifiesto y espíritu de
vanguardia surge en el interior del país, en la provincia de La Vega en el año
1936. Su poeta más destacado, Rubén Suro, se inscribe en la poesía de temática
negra y en una de las tendencias más persistentes de nuestra tradición lírica:
la de contenido social, ambas continuadas por algunos de los integrantes de los
llamados "Independientes del 40": Manuel del Cabral, Pedro Mir,
Héctor Incháustegui Cabral –confeso admirador del postumismo– y Tomás Hernández
Franco, entre otros. En todos la afirmación de lo dominicano y el sabor local
de los postumistas, la introducción de realidades y vocablos cotidianos, la
visión del mundo como realidad toda poetizable. Pero también la inquietud
intelectual y la inmersión en las profundidas humanas, la imaginería verbal y
la influencia de las vanguardias europeas y latinoamericanas propias de los
sorprendidos, sobre todo el rescate del romancero español. Pasada la
beligerancia de la vanguardia y asentada su influencia y la "nueva
sensibilidad", los "Independientes del 40", con una poesía
integradora de las conquistas de los postumistas y los sorprendidos, produjeron
obras definitivas para la literatura dominicana.
Es innegable la proyección de Los Nuevos y de los
Independientes del 40 en la llamada Generación del 48, que inició la práctica
poética a finales de la década del 40, cuando había desaparecido la revista La
Poesía Sorprendida, pero encontrándose en plena actividad creadora sus
integrantes, así como también Moreno Jimenes. El grupo –no generación- integró
en sus filas a poetas de disímiles tendencias: en unos, era notorio el
contenidismo; en otros la "pureza seráfica" del verso, las preocupaciones
formales y existenciales, y hasta el malditismo romántico y simbolista; en
muchos el compromiso con la lucha contra la tiranía, precedente de las batallas
que se aproximaban y que pone sobre la mesa el eco tardío de las
"vanguardias políticas", cercenadas en el país por la dictadura de
treinta y un año. Sin Manifiesto, pero con un conjunto de ideas y postulados
dados a conocer en sus publicaciones, los del 48 se pronuncian y practican,
aunque con menor fortuna que sus predecesores, "la integración de lo
dominicano con lo universal", es decir, la integración de la herencia
postumista-sorprendida en una "poesía de testimonio –al decir de uno de
sus miembros, el poeta Lupo Hernández Rueda- esencialmente política, que
recreando la historia, buscando nuestras raíces sociológicas, redescubre y
afianza el paisaje nacional, canta al hombre y su destino transmutando en la
palabra nuestra realidad y procedencia".
Ajusticiado el dictador, las huellas de la vanguardia
parecieran haber quedado sepultadas por las urgencias que marcaba la hora del
despertar político y la intervención norteamericana de 1965, acontecimientos
decisivos y determinantes en la poesía de las próximas décadas. Si el primero
significó la revisión y hasta el cuestionamiento de la herencia literaria a la
luz no tanto de las poéticas como de la participación de los mayores en el stablishment
trujillista, la segunda, como en el 1916, marcó la vuelta al nacionalismo y a
la raíz social, "esencialmente humana y humanista" del arte y la
literatura. Los años siguientes estarían determinados por la adhesión o el
rechazo a una estética del compromiso, de contenido sociopolítico y supeditado
al objetivo de la liberación política, a la "creación de un arte realista,
rico en la forma y avanzado en el fondo, contra las corrientes
irracionales", como señalaba la "Declaración de Principios" de
"La Isla", uno de los grupos surgidos al calor del momento.
El callejón sin salida en el que la literatura
comprometida había colocado la poesía es dinamitado por un poeta sorprendido,
Manuel Rueda, el 22 de febrero de 1974 cuando, al dar a conocer las claves para
leer y explicar el poema "Con el tambor de las islas" crea el
Pluralismo, que podríamos definir como el último de los movimientos de
vanguardia en el país tanto por sus planteamientos liberadores, ya no solo del
verso sino de la estructura del poema y la participación del lector, como por
la tremenda polémica y el terremoto que provoca en el adormecido país
literario. En su Manifiesto, Rueda no solo pasa revista a la tradición
vanguardista sino que intenta responder a las preocupaciones fundamentales de
la vanguardia desde el conocimiento a partir de la intuición y el inconsciente,
lo nuevo y la experimentación verbal, la tradición, la modernidad, hasta la estructura
del poema, la música, el espacio gráfico. Después del pluralismo la poesía
dominicana no sería la misma. La "tradición de la ruptura" a la que
se refiere Octavio Paz se manifestaría en nuevos cuestionamientos y también en
una mayor conciencia de la práctica escritural y del poema como hecho de la
lengua, marcando la identificación de los poetas de las generaciones más
jóvenes con el legado de la Poesía Sorprendida. Reflexiva y trascendente, plena
de sensualidad y de espíritu, nacional y abierta a la tradición como a todas
las tendencias y corrientes contemporáneas, la poesía dominicana actual muestra
una extraordinaria riqueza y vitalidad en su aspiración, impensable sin el
aporte de la vanguardia, a esa unidad a la que se refirió Walter Benjamin: entre
el orden intelectual e intuitivo.
MANUEL MORA SERRANO | En cuanto al
vedrinismo, fue poco lo que pudieron influir en los demás poetas. Realmente lo
que diferenciaba era lo que publicaba Zacarías Espinal. Casi todo lo que
escribió se conservó y fue recogido por su sobrina Ligia Espinal en un opúsculo
póstumo con el título de Zacarías Espinal, editado en Holanda, sin datos
de impresión ni fecha en el colofón. El no podía ser imitado o seguido porque
realmente era sumamente raro y personal y salvo en esos primeros poemas y
alguno que otro, como norma no prescindió casi nunca de la rima y publicó
sonetos en su mayoría incluyendo palabras inventadas por él, o muy raras, que
ha hecho pensar a nuestros críticos que se anticipó a las jitajánforas de
Mariano Brull y Alfonso Reyes. Sin embargo, en el presente siglo hay jóvenes
que respetan y veneran a Zacarías y hasta intentan resucitar el vedrinismo,
sobre todo por la admiración que en las nuevas generaciones despierta el hecho
de que Espinal fuese morfinómano desde muy temprano en su vida (Vigil en el
prólogo a su libro inédito mencionado, señala que ya era adicto a la morfina).
Sus familiares han informado que se la habían recetado y así adquirió la
adicción y por eso se dice que muchos de esos poemas raros los escribió bajo
los efectos de la droga.
En cuanto a los postumistas, influyeron poderosamente en las generaciones
posteriores y tuvieron corifeos y seguidores. Recibieron repulsas y apoyos.
Sobre todo en la imposición del versolibrismo.
Moreno Jimenes caminaría todo el territorio nacional ofreciendo recitales y
presentaciones en pueblos y ciudades, además vendía sus libros y se reunía con
los jóvenes inquietos de las distintas localidades que seguían los lineamientos
postumistas, fundando colinas sacras,
eligiendo las reinas del arte, especialmente en San Pedro de Macorís, Santiago,
La Vega, Barahona, San Francisco de Macorís. Se le acusaba de buhonero de
literatura porque vendía sus opúsculos y sus libros y de eso mantuvo su familia
durante muchos años hasta que en 1950 el gobierno lo nombró Director del
Instituto de Poesía Osvaldo Bazil que se creó en San Cristóbal, cuna del
dictador, aunque se mantuvo recibiendo jóvenes y asistiendo a clases de
literatura casi hasta su muerte en 1986, después surgió en Neyba en el sur del
país, un movimiento neopostumista en los años ochenta del pasado siglo. El
postumismo sigue siendo motivo de tesis académicas y de investigaciones
literarias.
FLORIANO MARTINS | Los documentos
esenciales de las vanguardias, ¿se han recuperado?, ¿es posible tener acceso a
ellos?
SOLEDAD ALVAREZ | La vanguardia dominicana produjo una documentación apreciable y
significativa en su cantidad si consideramos el número reducido de creadores en
un país pequeño como el nuestro. Pero en cada época hubo una voluntad
reflexiva, una necesidad de argumentación e incluso de polémica. Manifiestos,
proclamas, reflexiones, reacciones y adhesiones, polémicas, se encuentran
dispersos en las distintas publicaciones y revistas de la época, en folletos y
antologías. También en las fundamentales revistas de los postumistas, El día
estético, y de los sorprendidos La poesía sorprendida, que como
señalé más arriba fue recopilada y publicada el año 1988. Afortunadamente, los
Manifiestos son muy conocidos, pues han sido reproducidos en diferentes
publicaciones. Recientemente, en su libro Postumismo y Vedrinismo. Primeras
vanguardias dominicanas, el escritor Manuel Mora Serrano anuncia la
publicación de un segundo volumen de su investigación con los textos relevantes
de estos movimientos.
MANUEL MORA SERRANO | Todos los documentos
que se citan históricamente como pertenecientes a uno y otro ismo se han
recuperado, menos el libro inédito de Zacarías Espinal cuyo prólogo se salvó
porque Vigil Díaz lo incluyó en Del Sena al Ozama en 1922. Pero la
mayoría de su producción que incluyen poemas de aquel libro desaparecido se han
dado a conocer, tanto lo que aparece en revistas de la época en las cuales
participó, como en lo recogido por su sobrina Ligia ya citado. Incluso hay
mucha tinta derramada sobre los orígenes del ismo y no faltan los inventos para
llenar los vacíos y se ha creado todo un mito que ha trascendido
internacionalmente. Nosotros podríamos ofrecer ejemplos de cada uno de los
poetas citados en ambos ismos, pero nos vamos a conformar reseñando que en 2010
publicamos un volumen de 792 páginas con el título de Postumismo y
vedrinismo primeras vanguardias dominicanas (Ministerio de Cultura, Santo
Domingo), y respecto a las ideologías, aparte de lo de Espinal que recoge Diógenes
Céspedes en Obras de Vigil Díaz y Zacarías Espinal (2004), extractos
de los manifiestos virtuales de Moreno y Zorrilla, el de Avelino y otro de unos
artículos suyos, hasta la fecha no ha aparecido nada que esclarezca su
misterio, ya que Vigil nunca expuso su concepto, a pesar de tener las puertas
abiertas de todas las publicaciones nacionales y su columna Fatamorganas
en el Listín Diario, y haber publicado Música de Ayer en 1952,
donde aparece el poema vendrinista del Día Estético de 1928, que
lo inserta sin título, algo que es sumamente curioso si hubiera creado el ismo
y ese poema fuese significativo. Hay que hacer una lectura de este hecho como
una forma de borrar su nombre de esa aventura.
Para no alargar demasiado mi intervención y para ofrecer una idea de lo que
pensaban tanto Espinal, como Moreno, Avelino y Zorrilla, haremos un resumen de
sus posiciones ideológicas, de algo que sostuvo en un prólogo el primero y
partes de los manifiestos, tanto real, el de Avelino, como virtuales de los
tres tomados de sus textos.
Como hemos sostenido
que el autor del adjetivo vhedrinhistas es Zacarías Espinal, veamos lo
que Diógenes Céspedes en el prólogo a la obra citada dice respecto a lo único
que hasta ahora aparece como esbozo ideológico del ismo, tanto en él
como en Vigil.
He aquí el resumen de lo que Zacarías Espinal entendía como vedrinista
(1929):
A–Piñeyro (Julio) no pertenece a ninguna escuela literaria de las
existentes en ese momento, pero "de todas estas orientaciones literarias
domina poderosamente la poliformia de todas estas manifestaciones estéticas y
escribe con igual maestría una emocionante Oda Magistral que un simple y
complicado poema vedrinista."
B)– La razón no es quizás muy difícil de encontrarla: sencillamente porque
persuadido como está de que el verso es la viva expresión del inconsciente, y
es además la sugerente condición de este algo superior, que es el psiquiatra
Fursast y el no menos psicólogo Dostoiesky, han solido llamar akoasmas de la
virtualidad como un recurso de la condición intelectiva: domina con encantadora
maestría todo el cordaje de la lira fadika, no haciendo en todo ello, sino
derramar en un torrente singular el elevado sentimiento de su concepto
supraestético.
C–Su maravilloso pensamiento de fino artista del verso, tanto en verso como
en prosa está por encima y por fuera de su voluntad; por eso precisamente., a
pesar de su enérgica y vigorosa mentalidad poética, un tanto vedrinista en el
puro sentido estético de la concepción, su fina sensibilidad no se ha
contagiado nunca de hermosura exótica ni ha tratado de trasplantar a sus versos
como la mayoría de los poetas contemporáneos esa florescencia de procedimientos
extraños que embotan dolorosamente el temperamento y coartan la maravillosa
capacidad de la expresión.
D–El libro de Piñeyro es incuestionablemente el simbolismo representativo
de la independencia, de la libertad y de la autonomía del poeta.
Aparte de que es la viva expresión del inconsciente que ya en 1926
pudo emparentarlo con el surrealismo, dado que en Santo Domingo en ese tiempo
se seguía muy de cerca lo que acontecía en París, no podemos decir que
militaran o tuvieran parentesco. Además, hasta en ese fragmento del prólogo a
Piñeyro esas palabras akoasmas y fadika, que explican su vedrinismo
particular, se han convertido en un misterio, porque nadie sabe lo que
significan.
En cuando al postumismo, tomamos de mi obra mencionada fragmentos del
manifiesto real de Andrés Avelino y de los manifiestos virtuales; luego
seguiría Domingo Moreno Jimenes y terminamos con Rafael Augusto Zorrilla de
modo que el lector pueda conocer lo que era el postumismo para cada uno
de ellos.
Resumen del Manifiesto de Andrés Avelino y Del Movimiento
Postumista:
Fantaseos (1921)
Del Manifiesto Postumista:
A–Porque no podemos seguir siendo súbditos de una aristocracia intelectual
que no nos pertenece. La verdadera aristocracia la lleva el pensador en el
cerebro. Debemos tan solo ser aristócratas de nuestra democracia.
C–Vida sincera e íntima, arte autóctono, para abrir la talanquera que nos
ha separado del infinito.
D–De todo lo utilizable haremos un símbolo, un solo símbolo, y de todos los
simbolistas un fósil, un solo fósil. La luna con los simbolistas será también
un símbolo fosilizado.
E–Seremos humanamente eternistas; con un solo Dios, nuevo, subpanteísta,
que a cada quien permita buscar su religión en sí mismo. Para nuestra ruta no
olvidaremos el Corán y la Divina Comedia, la Biblia y El Quijote.
F–Todos tendrán el mismo derecho de vivir su momento artístico, lo mismo la
dama de la quinta florida, que el galán con chamarra, el labrador, el jornalero.
G–Los poetas no seguirán siendo seres privilegiados y desconocidos de la
multitud, camino del ensueño, sino seres videntes, camino de la verdad;
pensadores y filósofos.
H–No reconoceremos vocablos poéticos. Toda palabra es bella cuando está
bien escrita, todos los actos de la vida basta que sean reales para ser
artísticos; gran artista es aquel que más fiel interpretación nos brinda de
esos actos. La bella mentira de Oscar Wilde desapareció con su muerte: un
tronco carcomido jamás retoñará porque se le inserten ramas de hojas verdes. La
materia poetizada es creación. Nuestra belleza de sombra y luz será la belleza
del futuro.
I–Sofrenaremos la imaginación con las bridas en tensión de los sentidos.
J––Reaccionaremos a la vez contra el romanticismo de Hugo y contra el
realismo de Balzac. Pero nada de malabarismos estéticos ni musicales. Rubén
Darío ha muerto. Cada acto debe ser una palabra escrita y la belleza emoción de
ese acto: ritmo, y ese ritmo: música. Reaccionaremos también contra los
ultraístas, futuristas y creacionistas que pretenden en acrobacia azul y sobre
grupa de aeroplanos ir a conquistar un más allá escondido tras las nubes.
K–Destacaremos las extravagancias del decir y tan solo daremos cabida a las
sutiles.
L–Forma y fondo y fondo y forma será una misma cosa ya que nuestro acento
emocional permite una mezcla igual de idea y de emoción.
Del Movimiento Postumista, El
Postumismo y la música:
A–El poeta postumista no debe aspirar solo a ser un buen versificador ya
que para él la versificación regular no existe.
B–Mientras la irregularidad métrica no flote en el ambiente de su época,
para el del futuro será tan solo necesaria la enjundia de la personalidad,
respetable requisito inconcuso para sentir armónicamente y crear.
C–El verso postumista, caballo sin bridas que monta la emoción.
D–Quién sabe si por eso, por ser sin bridas, es que los jinetes de nuestro
verso son tan escasos.
E–La música del verso postumista no puede ser medida, en cambio, sí pesada.
Pesada, porque la emoción es vibración y la vibración energía. Energía
sutilizada. Materia en movimiento.
F–Dando lugar la emoción pura al esqueleto musical del verso postumista, la
armónica general de una composición estará siempre regida por la armonía
unipersonal anímica del yo.
G–Cada diapasón temperamental humano está en mayor o menor grado de
afinamiento de conformidad con la escala cromática universal.
H–El esquema de una pieza poética está ligado a la psicología del motivo de
ella, al ambiente y al temperamento del autor.
I–El corte de los versos debe ser dado en armonía con el compartimiento de
los acentos.
J–Nuestro verso es el resumen ideológico de las épocas pasadas y futuras.
K–El camino para llegar a él fue la labor rítmica de Moreno Jimenes,
partiendo de la poesía rítmica castellana.
L–Es natural que despojada nuestra poesía de los harapos de la métrica y la
rima, fuese un campo abierto al pensamiento y la emoción tanto tiempo mutilada.
Ll–Siendo nuestra poesía intensamente psicológica, sea la emoción la única
encargada de musicalizar la inconsciencia del poeta.
M–Mientras el soplo poético del autor no dé para crear belleza
subconsciente, la musicalidad de sus producciones será deficiente.
N–Pretender musicalizar en nuestro verso, es un fracaso, mientras quien tal
intente no esté imbuido de nuestras universales tendencias y no esté en plena
posesión de eso que solo se encuentra a fuer de buscarse a sí mismo.
Resumen de la ideología de
Domingo Moreno Jimenes.
De Psalmos y prólogo a Fantaseos
(1921).
De las entrevistas en Psalmos:
A– La rima es siempre cursi cuando no es preparada para el canto, o para la
canción; y es, además, tiránica; empuja incompasivamente a la selección
artificiosa en los campos del léxico. El ritmo clásico métrico, aún el
neológico anterior al postumista, es bailable y despótico.
a) ¿De la rima? ¡Oh no! Esa es una cuestión secundaria desde hace mucho
tiempo. En mi concepto su uso quedará abolido… es decir, relegado a ciertos
efectos onomatopéyicos.
B– Se fracasa haciendo poesía cuando la emoción que se trasmite no es capaz
de engendrar una emoción parecida o relativa a la emoción que engendró la obra
poética.
b) Siendo, como es, la palabra hablada el signo eufónico de la idea, y por
su naturaleza, un signo limitado en el espacio y en el tiempo, el poeta debe
procurar que la palabra, después que fallezca en el tiempo y en el espacio,
continúe vibrando en el alma del mismo poeta factor y en el espíritu de quien
la ha oído.
b1) La poesía es ante todo música, pero música no de sonidos retumbantes,
sino de emoción eterizada hasta la quintaescencia. En la emoción está el
secreto de la música del poeta. Entre nosotros todo se reduce a ver la realidad
interna o exterior a través de nuestras emociones.
C–En todas las cosas, tómense en conjunto o individualmente, hay belleza,
desde el invisible átomo hasta el Cosmos. No hay materia absolutamente vil
desde el punto de vista artístico. El poeta, como los astros, puede dorar o
argentar todo lo que reposa o se mueve bajo su percepción física; y más que los
astros, puede colorar hasta lo que se escapa a la percepción de sus sentidos y
vaga en el mundo intangible del Ensueño
Del prólogo a Fantaseos:
O–El efecto capital de una composición consiste en que sus variaciones
armónicas no obedezcan a necesidades de la intención psicológica, sino a ese
afán espectacular de producir asombro.
P–Conociendo el origen acentual de la lírica castellana, y deduciendo que
si la rima se empleaba al final de los versos, ello obedecería seguramente a la
preeminencia de las voces finales, decidí originar una nueva fórmula lírica en
la cual casi toda la prosodia estuviese basada en un acento emocional, que,
sustituyendo la rima, contribuyera a darle un influyente caudal de expresión al
idioma.
Q–Cuando hay una adjetivación bastante profusa me desagrada no poco.
R–Las bases de la futura manera están echadas, pero yo no me quedé ahí; y
casi a continuación, produje una poesía enteramente regida por las emociones,
donde los prejuicios de forma y fondo desaparecen. La principal dificultad de
esta modalidad consiste en el escrupuloso cuidado que ha de tomarse para
conservar el acento emocional patético y el ritmo apenas perceptible en las
pausas que la diferencia de la prosa.
Resumen ideológico de Rafael Augusto Zorrilla
En el folleto Del movimiento postumista (1922)
De su ensayo Apuntes Postumistas:
C–El Postumismo, siguiendo el procedimiento rítmico de la poesía
castellana, sustituyendo el acento obligatorio por el emocional patético con
sus expresiones subjetivas al terminar de cada verso, en mucho de su labor, sí
ha llegado a encontrar el auténtico verso libre castellano.
D–Moreno Jimenes el más feliz versolibrista dominicano, en su obra
recientemente publicada, ha realizado lo definitivo en la materia.
F–La obra de Moreno Jimenes, como he dicho ya en "Origen del
Postumismo", fue el punto inicial que dio principio a la nueva tendencia.
H–La cuestión del color local en nuestra poesía no presenta los
inconvenientes que en las otras tendencias y modalidades, ceñida como está a un
naturismo sencillo y humano y siendo originaria de las fuerzas instintivas,
permite que el ideal de su belleza subconsciente no necesite de energías anexas
para tangibilizarse en el mundo de lo externo.
I–No más palabras: Intención, intención e intención.
J–La poesía actual con su métrica fuera de razón orquestal y su rima
adocenada, mortifica la sublime armonía.
caso psicopatológico.
L–Luz, sombra, excursiones crepusculares del otro lado de la vida, simples
imágenes de serena sugerencia.
Ll–Dejemos como cosa olvidada en museos de antigüedades esa belleza
sugerente creada por imágenes agigantadas por lo maravilloso y fantástico.
M–Hagamos uso de los vocablos y las notas musicales para realizar la labor
escenográfica de un estado de alma o la indiscreción exacta de un girón de
cielo.
N–Dejemos al verso su propia música. Música universal y eterna, serena y
condensada; creada por íntimas vibraciones psicológicas.
0–Emoción sutilizada en energía sonora y no hábil combinación del sonido
que tienen las palabras.
P–Paradojas de luz y sombra: inversión de lo corpóreo a lo intangible, de
lo tangible a lo incorpóreo.
Q–Realicemos la unidad subjetiva y objetiva tangibilizando el ideal en una
belleza subconsciente, como pura creación del espíritu.
Realmente no hubo
ningún otro ismo claramente expresado a partir de la aparición del postumismo
que no fueran las variaciones, muy importantes en ese decenio y en el siguiente
de las aproximaciones al ultraísmo por Tomás Hernández Franco y las
incursiones de Manuel Cabral, tanto en esas zonas europeísta, como en la negritud,
y el nuevo criollismo y la nota socialista de izquierdistas
militantes, sobre todo del interior del país, aparte de un retroceso con el
romancero propuesto por Juan Bosch siguiendo a Federico García Lorca en los
años treinta, la presencia de los miembros de la diáspora española de
izquierdistas que escaparon de la guerra civil entre los que estaba el
surrealista Eugenio Fernández Granell y el chileno Alberto Baeza Flores
canciller de la Delegación Diplomática de su país, son los detalles más
relevantes antes de 1943, año en que aparece la revista y el movimiento de La
poesía sorprendida.
*****
Soledad Alvarez
(1950) | Manuel Mora Serrano (1933)
Capítulo XVII do
livro Espelho Inacabado – Imaginário das
vanguardas na América Hispânica, de Floriano Martins © 2016 ARC Edições.
Artista convidado: Ramón Oviedo (1924-2015)
*****
Organização a cargo
de Floriano Martins © 2016 ARC Edições
Imagens © Acervo
Resto do Mundo
Esta edição integra
o projeto de séries especiais da Agulha Revista de Cultura, assim
estruturado:
1 PRIMEIRA
ANTOLOGIA ARC FASE I (1999-2009)
2 VIAGENS DO
SURREALISMO, I
3 O RIO DA
MEMÓRIA, I
4 VANGUARDAS NO
SÉCULO XX
5 VOZES POÉTICAS
6 PROJETO
EDITORIAL BANDA HISPÂNICA
7 VIAGENS DO
SURREALISMO, II
8 O RIO DA
MEMÓRIA, II
9 SEGUNDA
ANTOLOGIA ARC FASE I (1999-2009)
A Agulha
Revista de Cultura teve em sua primeira fase a coordenação editorial
de Floriano Martins e Claudio Willer, tendo sido hospedada no portal Jornal de
Poesia. No biênio 2010-2011 restringiu seu ambiente ao mundo de língua
espanhola, sob o título de Agulha Hispânica, sob a coordenação editorial apenas
de Floriano Martins. Desde 2012 retoma seu projeto original, desta vez sob a
coordenação editorial de Floriano Martins e Márcio Simões.
Visite a nossa loja
Nenhum comentário:
Postar um comentário