Las composiciones sobre telas, instalaciones con maniquíes,
arte objetual, collages y los poemas visuales, son los diálogos (entretejidos) que
Amirah Gazel sostiene con sus congéneres y los espectadores de sus propuestas visuales.
Su puesta en escena está configurada de un lenguaje simbólico y musical, donde la
abstracción, los signos geométricos y ciertas grafías figurativas, recorren y conforman
una realidad sorprendente y magnética. Sus ramificaciones imperantes se desbordan
por la tela en blanco y forman cavidades, semicírculos, óvalos, líneas, entrelíneas,
canales, soles acústicos, lunas desvaídas, brocados, grietas lumínicas, orejas vibrátiles,
corazones púrpuras. El grafito ondulante es deslizado por entre volúmenes como una
insinuación de rasgos emocionales y anímicos. En su proyecto percibimos y vislumbramos
seres de otras dimensiones, gemas alucinantes, carbunclos que se desdoblan en microrganismos
sepias y llenos de misterio. No escasean los elementos poéticos, las frases colindantes,
las vocales danzantes. La vasta iconografía de Gazel y su exquisita abstracción
ha descollado en numerosos escenarios europeos, asiáticos y latinoamericanos, también
en importantes contextos y sus creaciones están representadas en libros de artista,
catálogos impresos y digitales, cubiertas de libros, poemarios y revistas de arte
actual. Su serie –en medianos y grandes formatos– Metrópolis del inconsciente, es una clara combinación de trayectos y
vivencias interiores, con autonomía y una sutil intención de salvaguardar su propia
memoria, como un diapasón ecléctico y plural, y que a cada brochazo, a
cada cabriola del inconsciente queda personificado
su aleación entre pintura y psicoánalisis. Amirah Gazel, es una figura importante
y vigente dentro de la “saga surrealista” del siglo XXI; acotamos que ha organizado
diversos eventos en Ámsterdam, Bruselas y Praga, y en marzo de 2016, inauguraremos
la expo surrealista internacional Las llaves
del deseo, Museo Municipal de Cartago. En suma, la obra de Amirah, es un “bordado”
dinámico y cromático, un gran trabajo, materia viva, alquimia de la imaginación.
[A.P.]
AP
| Amirah,
desde tu infancia, continuando por tu adolescencia, tuviste una especie de imán
(¡gran atracción!), por los maniquíes. Esas muñecas y muñecos de madera, plástico,
celuloide, que acompañan al ser humano desde hace unos 400 años, y que se exhiben
en “pasarela” en tiendas y boutiques. La literatura y el arte están “contaminados”
de esos “artefactos”, algunas veces lúdicos y por otra parte vistos como objetos
de creación, deseo, de fantasía, de velado erotismo. Cuéntanos de tu relación con
ellos.
AG
| Bueno
Alfonso, es cierto que he tenido una relación particular con los maneken. Nací bajo la influencia del Pop Art y entre mis primeros estudios universitarios
de Art Director en Publicidad, los maniquíes,
eran objetos de gran fantasía e inspiración que me servían para presentar mis campañas
publicitarias sobre diversos productos. Me encantaba, mostrar mis trabajos con estos
“artefactos” y endilgarles una etiqueta, de alguna manera “nadar” contra la corriente
de la moral establecida.
Los maniquíes, existen desde hace más de 2000
años, pero es solamente a finales de 1700 que su uso se hace más frecuente en el
mundo de los modistas.
Soy libanesa –costarricense, –como lo sabes–,
hija de un comerciante en pasamanería, desde pequeña viví entre estos “armatostes”.
No sólo en los escaparates, de los negocios de familia, o amigos de la familia,
sino en los talleres de las múltiples modistas que solíamos frecuentar.
Era una pequeña muy curiosa y avispada, desde
que tengo uso de razón, recuerdo, haber construido una realidad paralela, en la
que jugaba y creaba mundos que representaban sueños. Los maniquíes eran amigos,
mis amigos no invisibles, pero silenciosos, que se articulaban a través de sus formas,
o expresiones de sus rostros estimulando la fantasía. Mi incertidumbre, me escalofriaba
de sólo pensar que lograra a través de mi imaginación hacerlos hablar y que pronunciaran
mi nombre.
Un día mi padre, de su regreso de un viaje
por México, –tendría yo como nueve años–, trajo una revistilla de esas populares,
revistas en papel rústico, de quiosco. En ella venía un artículo sobre el maniquí
viviente de Chihuahua: “Pascualita”, creo que así se llamaba, ¡imagínate vos!, me
enloqueció esa leyenda de la novia que encerraba el espíritu de la dueña ya fallecida,
del negocio La popular, la tienda de vestidos
de novia de esa ciudad. En mi imaginación efervescente, soñaba con poder darle vida
a un maniquí y que además guardara en el momento de mi muerte, mi persona. ¡Qué
fantasía!
Durante los años universitarios, en la universidad
Veritas, vagabundeaba en el mundo nocturno gay de la ciudad de San José. Como eran
épocas de gran interdicción moral, me veía obligada a llevar dos vidas. En el día
ejercía la práctica universitaria, como publicista y en las noches llevaba mi vida
bohemia de artista. En una de esas salidas nocturnas, clandestinas, junto a mis
amigos de la época, me encontré tirado en un basurero un busto femenino de maniquí,
al que pinté de blanco y bauticé “Sutil”.
Ese maniquí, se volvió parte de mi vida, no
solo como objeto decorativo, ya que me acompañaba al cine y a todas las fiestas,
una especie de juego provocador, que confieso volvía loca a mi familia. Esa “muñeca”,
me servía de modelo para mis dibujos, de espectador para “mis monólogos”. Freud,
hubiese dicho, que era una proyección de mi misma y creo que fue así.
En 1986 me trasladé a Europa. “Sutil”, terminó
en un rio de Escazú y en los primeros cinco años en el Viejo Continente, trabajé
como publicista y en la moda, por lo tanto rodeada de maniquíes.
Estos protagonistas estáticos han encendido
emociones disímiles en los seres humanos, hasta llegar a verlos como objetos del
deseo, o experimentar sensaciones eróticas. No obstante, si esas emociones no son
canalizadas en la creación artística, cualesquiera que sea la expresión, se vuelven
desórdenes mentales, ya que el símbolo no es la realidad.
Estos “artefactos” están en el diario vivir,
caminamos por las calles y los vemos ahí, fijos con una vida extraña. Como si viviesen
en una dimensión paralela, queriendo decirnos algo misterioso. Nos miran como si
supieran algo, que nosotros no sabemos. Desmembrados, piernas, brazos separados
de sus cuerpos, gritándome llévame y haz algo conmigo. Son l’objet trouvé.
A principios de los noventa, decidí dedicarme
al arte puro, la primera obra pública que realicé con un maniquí fue: “Para cuando”
la diseñé para una exposición sobre la defensa de los Derechos Humanos, en la Universidad
Libre de Bruselas, era una instalación con un maniquí articulado de los años 40.
Desde
entonces, estos “artefactos” tan especiales, representaciones humanas con una vida
oculta, aparecen en varias de mis obras, ya sea en pinturas o en arte objetual,
a través de ellos expreso emociones o pensamientos, que no podría exponer de otra
manera.
AP
| En
Surrealart, (Espacio dedicado al surrealismo,
en la Fundación Camaleonart, en barrio Amón-Amor) hay una pieza de arte objetual, que está estructurada de vestigios
de maniquíes, encontrados en las calles y avenidas de Bruselas. Los visitantes quedan
gratamente sorprendidos, por esa creación que se encuentra adherida al cielorraso
y se llama “Entre piernas” y que está ornamentada y recreada por elementos que recuerdan
ciertas creaciones de Giorgio de Chirico y Giorgio Morandi, no obstante, al observarla,
comprendo, que lleva tu huella personal…
AG
| “Entre Piernas” es una obra erótica–humorística,
una travesura, un giño de ojo a la seducción femenina. No suelo hacer obras de género,
pero si me gusta trabajar con el “ánima”. Debe de ser esa coquetería, la que llama
la atención de los observadores.
Esas piernas se encontraban superpuestas en
un basurero en el Marche aux puces de
Bruselas. ¿Cómo dejarlas abandonadas?, ¡Imposible! Las recogí y diseñé sobre papel
la obra, solo tuve tiempo de embalarlas ya que estaba “con un pie en el avión”,
iniciando el viaje de regreso a la tierra de origen.
Me encanta que menciones a De Chirico, su
período metafísico ha sido de gran importancia en mi desarrollo artístico.
No pretendo repetir, ni siquiera aspiro a asemejarme a este maestro, pero la exteriorización
de la imaginación de De Chirico es muy misteriosa, un inconsciente lleno de imágenes
que evocan ambientes sombríos y abrumadores. Al inicio de este período, las referencias
eran paisajes urbanos, inspirados en las ciudades mediterráneas, aunque progresivamente,
su atención se fue transportando hacia cuartos abarrotados de objetos, algunas veces
habitados por maniquíes, con un contraste de luz que encandila los ojos. Es con
esas atmósferas con las que mi espíritu se identifica.
Saltamos, Alfonso, de un surrealista a un
“futurista” italiano, Giorgio Morandi, pero que al fin y al cabo tienen algo en
común, dos artistas que sostenían una relación privilegiada con los objetos.
Surrealart, es un espacio fuera de
la realidad, como vos lo decís, es el
espacio de la Fundación dedicado al surrealismo de todos los tiempos, que mejor
lugar para ensamblar “Entre Piernas” y
suspender la obra justo allí, en el cielo de esa habitación mágica.
AP
| En
la literatura latinoamericana, existen muchos exponentes de esa corriente de las
muñecas y muñecos de celuloide; recuerdo un cuento de Felisberto Hernández (cuentista
uruguayo) “Las hortensias” en el texto , Felisberto, le insufla vida a un maniquí
y también deseo mencionar al escritor carioca Rubém Fonseca, que en su libro O caso Morel, habla de la “Robofilia”, que
es la práctica sexual que tienen ciertos sujetos con maniquíes tecnológicos y toda
la parafernalia de perversiones y sado masoquismo. ¿De qué modo podríamos explicarnos
la fascinación que ejercen los maniquíes sobre los artistas y escritores?
AG
| Hay
artistas, escritores, visuales u otros, que canalizan su atención en el escenario
del misterio, lo que está detrás de toda representación y se esconde del otro lado
de la realidad visible, por decirlo de alguna manera. Otros proyectan solamente
sus desórdenes mentales. Te digo esto ya que depende de la esencia del creador y
el giro mágico que le dé a sus fantasías.
Las pupetas,
o pupetos, para no dejar el “animus” de lado, han sido alimento prohibido o
fruto ofrecido a la ilusión de la psiquis, no olvidemos que son representaciones
humanas.
Lo fascinante es cuando el artista es honesto
consigo mismo y utiliza su propia historia y fantasías para convertirlas en sujeto
de expresión creativa, generando ese enigma que hace que el observador, o lector
no sepa más en donde se encuentra el límite entre la realidad y la ficción.
Podemos
interpretar y analizar obras tanto visuales, como escritas, de diversas maneras.
En cada una de nuestras críticas, es nuestro propio inconsciente el que se manifiesta.
Es lo que nosotros llevamos dentro, en gran proporción, lo que desentraña, lo que
observamos.
AP
| En
1999, vos fundás en Ámsterdam el Grupo Surrealista
Agorart. ¿Cuál fue la idea primigenia para llevar a cabo esta aventura? Conociendo
de antemano las dificultades y suspicacias que una artista latinoamericana podría
encontrar en Europa. Más, tratándose de “asuntos intocables” como es El Surrealismo.
AG
| La
observación y la mundología, contribuyeron a que la soledad del creador se hiciera
cada vez más evidente. Los grupos de artistas y pensadores, eran escasos en la ciudad
de Bruselas.
La querella del arte contemporáneo estaba
en plena efervescencia, dejando un espacio frio, lleno de murmullo ruidoso. Esa
falta de ideales, los resentía en todos los campos sociales y existenciales de la
sociedad.
En 1994, organicé en mi taller, en Saint Gilles,
Bruselas, el grupo de poesía de mujeres, “Javla”, que reunía poetas consolidadas,
con poetas emergentes, de ahí germinó la “Antología los 12”, con poemas de Ana Cristina
Rossi, costarricense, Sonia Sales, cubana, las argentinas Eva García y Ana Fernández,
Juliette Boully, belga y otras, lamentablemente por falta de medios para publicarla,
el manuscrito permaneció en el armario que colecciona los “Proyectos en sala de espera”. El grupo se
desintegró dos años después. Como en la vida todo se teje con hilos invisibles,
tropecé con el movimiento latinoamericano Pucara,
que no tardó en desilusionarme, carecía, desde mi punto de vista, de esencia artística.
Bélgica y Europa en general, estaban en un
socavón generalizado, el inconsciente colectivo comenzaba a sombrear en la desesperanza y se volvía cada vez más difícil reunir a las
personas en torno a sueños comunes.
Como soy de naturaleza “testadura”, persistí
sobre el tema, construyendo proyectos sincréticos, como peldaños de cambio, entre
la burocracia, la economía y el arte. Proyectos que compartí y realicé entre hombres
y mujeres artistas y financieros, de diversos horizontes geográficos. Entre ellos
Christian Brynaert, ex Ingeniero químico de Petrofina y excelente dibujante, que
fue, en sus inicios, mecenas del grupo.
Como consecuencia de un viaje a Ámsterdam,
en 1996, entré en relación con el grupo ACA, los pintores Automáticos de Ámsterdam,
de inmediato se gesta la aventura de Camaleonart,
que nace de un gesto altruista, del deseo de reunir talentos legítimos y artísticos,
de hacer florecer un espacio para que los creadores “autocríticos y comprometidos”,
nos retroalimentáramos y que mejor espejo que los artistas ¡Nosotros mismos!
Camaleonart, creció como plataforma
de encuentros fortuitos, de experimentación, focalizada en la importancia de la
autonomía de expresión, hacia un colectivo integral. Un proyecto ambicioso, apasionante.
Camaleonart, creó a Agorart, que ha sido y sigue siendo la “vanguardia”
que apoya esta aventura maravillosa.
Se realizaban sesiones de pintura colectiva,
encuentros entre artistas de diferentes expresiones artísticas y de esos encuentros
casuales y mágicos, surgió la relación con el Movimiento Surrealista, un intercambio
fértil, de ricas manifestaciones. El surrealismo, como su nombre lo dice, solo puede
encontrarse, de una manera surreal.
En realidad no tuve ningún problema con el
Movimiento Surrealista, nos identificamos de inmediato y simpatizamos.
Los surrealistas, siempre fueron percibidos
como “los intocables”, pero este Movimiento es más bien autónomo y en realidad es
una corriente exigente. ¡No a los oportunistas!
Son
incontables las censuras y las “descalificaciones” que se han hecho de este grupo
“cerrado”, “sagrado”, –visto desde afuera–, pero en su médula, la tropa, es resplandeciente,
abierta a la reflexión.
AP
| En
ese tránsito por la corriente del surrealismo, vas a conocer al viejo gurú (Poeta
y crítico de arte vinculado al surrealismo) Edouard Jager. Será interesante para
los lectores de Agulha – Revista de Cultura,
que nos contés de tu relación con el creador de “Miradas sobre una historia paralela”,
ese notable maestro del surrealismo de los últimos años en París…
AG
| “La noche está hecha para
abrir puertas…” ¡Edouard, era una legitima
llave!
Durante 1996 y el 2000 viajé con constancia
a Ámsterdam. Mis reciprocidades artísticas con el pintor y poeta argentino-holandés,
Miguel Lohlé, forjaron atmósferas poético/dinámicas, de colores estridentes y chillones,
no por lo escandaloso, sino por la intensidad de la creación, que se manifestaba
de ese encuentro. Participábamos de las sesiones entre los gladiadores de la creación
de esa ciudad, que eran frecuentes y Miguel era cofundador de ACA y los automáticos
de Ámsterdam, tenían lazos con el gran Edouard. Cuando le comunicaron a Edouard,
que yo deseaba ir a conocerlo y presentarle mi trabajo, el aceptó.
Viajé a Paris, iba advertida de que el inaccesible
Jaguer, solo me iba a recibir unos diez minutos, con suerte me invitaría a un Chivas
Reagal y hasta luego, y si me llegaba a publicar, podría bendecir al cielo. “Cero caridad, para los artistas, de la parte
de este gigante”, me decían los colegas.
Recuerdo
su apartamento lleno de libros esparcidos por el suelo, apilados en torres ordenadas,
que parecían querer salirse por el techo. Los muros estaban colmados de obras de
Wilfredo Lam, Atlan, Max Ernest, Enrico Baj… y muchos más de sus amigos. El humo
de los cigarrillos Gitane, de Anne, su
mujer, habían amarillado todas las paredes, creando un museo antiguo, olía a historia.
Una hora después, –no de un whisky, sino de dos– y sobre todo de amenas conversaciones
y una reciproca simpatía, Edouard, me solicitó que le dejara la carpeta que yo llevaba,
con las imágenes del periodo que estaba desarrollando en ese momento: L”obvie e l’obscure.
A los dos meses, recibí una carta de su parte,
comunicándome que publicaría algunas de mis creaciones en la revista de Canadá,
La tortue e la libre. Ese fue el inicio
de la espontánea relación entre Edouard y yo. Después, de ese encuentro, se dieron
intercambios de correspondencia, visitas y conversaciones telefónicas que manteníamos
sobre el movimiento surrealista y la magia misteriosa de la vida.
Edouard, es un pilar no solo del movimiento
surrealista, sino del arte global. Era un hombre infatigable, auténtico y de una
gran honestidad con el mismo. Nos dejó un vasto legado, Jaguer–Jaguar, como yo solía llamarle, es una indudable pérdida.
AP
| Se
afirma que Edouard Jaguer, después de algunas controversias y polémicas contigo,
te va a llamar Le Baobab d’or. ¿De qué
modo “digeriste” esa etiqueta?
AG
| Edouard,
era muy exigente. Declaró públicamente su desacuerdo con algunas de las exposiciones
que yo organicé en Bruselas sobre el movimiento. Continúo, estando agradecida por
esa actitud, que me hizo crecer y afinar las ideas con respecto a la manera en la
que debo organizar las exposiciones sobre los surrealistas.
No suelo hablar públicamente de mis relaciones
con algunos personajes significativos de la historia, debe de ser porque eres vos,
Alfonso, que me siento en confianza de compartir con la revista Agulha y sus finos lectores, estas pequeñas
anécdotas.
Edouard, me llamaba Le Baobab d’or, el Baobab, es un árbol de la sábana africana,
d’or, significa de oro, lo que él quería expresar
con ese apelativo, era su reconocimiento a mis capacidades organizativas, de acuñar,
de acoplar, de reunir, de defender mis ambiciones por hacer trascender el surrealismo,
de no permitir que, tan importante corriente, se llenase de moho. Era la más joven
y exótica del movimiento para los europeos y mi espontaneidad ponía una nota musical
en las reuniones.
Me preguntas como digerí ese mote, pues en realidad
lo recibí con mucho halago, –parodia al mismo tiempo– y consciente de que me estaba, “entre risas”, confiando una gran responsabilidad.
AP
| Vos
fuiste la conductora de la organización de varias exposiciones surrealistas internacionales,
cuéntanos como era el clima antes y después de esos trascendentes espectáculos en
diversas ciudades europeas.
AG
| Los
atritos, en el seno de esta corriente y en cualquiera, son inevitables. ¡El movimiento
surrealista es una auténtica familia!
Organicé, alrededor de siete muestras internacionales
con los surrealistas en diversos países de Europa, principalmente en Bélgica. Mi
relación con los checos, siempre ha sido valiosa y trabajo mucho con ellos, mi contacto
y amigo Arnost Budik, es un hombre apasionado y perseverante. Los checos son muy
colectivos, en ese entonces los europeos del norte mostraban resistencia al este,
pero con el paso del tiempo, se han ido limando asperezas y la universalidad comienza
a reinar. La atmósfera, antes y durante la organización era tensa, después de la
apertura, la alegría y la gracia nos envolvían y un poco después llegaban los “porrazos
y las flores”, o sea las críticas públicas, tan necesarias para prosperar.
AP
| Váyamos
a Au bord de la pensé, Surrealisme actuel,
2004, Poesie, Peinture , Sculpture, que se llevó a cabo en Bruselas y dónde
vos fuiste la anfitriona y la guía de la puesta en escena.
AG
| En
el 2005, participé como asistente de dirección del Festival de Arte y Teatro de
calle Il sole e la luna, en Montone, Italia.
Conocí al poeta y crítico de arte Eros Constantini, con él trabajé durante varios
veranos italianos. Eros es un artista surrealista y conversábamos bastante sobre
la ausencia de los italianos en dicho movimiento y sobre el separatismo que suele
existir entre los diferentes grupos de una misma corriente.
Baobab
d’or,
decidí entonces organizar una exposición internacional sobre el Surrealismo actual.
Eros, la llamó Al bordo del pensiero, yo
deseaba invitar a los italianos para que formaran parte del evento. Se le agregó
“Actual” porque la exposición tenía la intención de contribuir a remover el óxido
que estaba cubriendo al movimiento. Au bord
de la pensé, fue una manifestación bomba, creó controversia, y a su vez dejó
su huella.
AP
| En
las conversas que mantengo contigo, sobre el automatismo psíquico, la escritura
automática, la creación colectiva y los cadáveres exquisitos, he advertido, que
vos no te considerás “una artista surrealista”; expresás que tu obra no tiene que
poseer matices y la técnica y los modelos de los creadores surrealistas; sin embargo
acotás : “he abrazado al surrealismo como una forma de vida…”
AG
| El
surrealismo no es un estilo o lenguaje creativo, es mucho más que eso, es una filosofía
de vida. El surrealismo va al encuentro de la manifestación del inconsciente, por
lo tanto no podemos afirmar que existe un solo estilo de lenguaje surrealista, somos
más bien surrealistas, nuestra obra lo es tambien ya que es el reflejo de nuestro
inconsciente. Esta es la razón por la que subrayo: “Yo soy la surrealista, no mi
obra”.
AP
| Coincidimos
que el surrealismo está fundamentado por muchos vértices y aspectos de las propuestas
freudianas, y –con el correr del tiempo– jungianas. De ahí, que tu obra y tu personalidad
tenga una gran interrelación con la psicología y sus métodos de investigación. ¿Podrías
ahondar en este tema?
AG
| Cuando
se habla de psicología, se habla de estudio del alma, de análisis y desde que tengo
uso de razón soy una analítica. Siempre me interesé en el comportamiento de las
personas y el misterio que envuelve las situaciones. Como te dije anteriormente,
me gustaba, y me gusta jugar creativamente con los sueños, deseos, intuiciones,
me llena de inspiración, todo lo invisible de “extraña” expresión.
En
1994, en Bruselas, realicé una serie pictórica que la llamé “Lo que no se ve pero
se siente”, traté de materializar conceptos impalpables, pero esenciales. Escogí
el blanco y negro que me pareció lo más obvio para representar lo invisible y perceptible
a la vez.
Con los límites entre el blanco y el negro,
intenté, simbolizar sutilmente ese mundo inmaterial que nos rodea, por ejemplo Alfonso,
ese espacio entre vos y yo en este momento, que está lleno de tantas sensaciones,
emociones, silencios y que solo los podemos sentir, ya que no los vemos. O por ejemplo,
el silencio, que habita entre esa copa y esa botella, repleto de algo que solo se
percibe.
Esta serie, fue expuesta
durante el Parcours d’artiste , en 1992
en Bruselas, en el barrio artístico de la ciudad. Creó controversia, ya que yo, solo tenía 28 años y recuerdo que los
budistas, con cierto humor, declararon que era muy pretencioso, el expresar esas
cosas a tan temprana edad. Esa observación, me hizo reír de una manera traviesa.
Después, siguió,
Alguien me habla, que trataba de figurar
la relación entre el mas allá, el cosmos y el inconsciente. Esa serie, se podía
confundir perfectamente con la esquizofrenia y te digo esto, ya que en el límite
entre el misterio del inconsciente y el espíritu, ¡la locura baila!
Mi trabajo y mi vida
están interrelacionados con la psicología. Durante 25 años, llevé, un psicoanálisis
freudiano y en la actualidad, continúo el psicoanálisis junguiano, es mi mejor manera
de estudiar la psicología. Considero que los seres humanos, para vivir consigo mismos
y los demás y alcanzar una parte de esa libertad interior que buscamos, deberíamos
tener acceso al psicoanálisis, desde temprana edad.
Los surrealistas,
–en su gran mayoría–, llevaban, el psicoanálisis con Freud. No es sorprendente,
ya que el surrealismo, en su esencia, busca descubrir el inconsciente. Esta tendencia, siempre ha creído
en la existencia de otra realidad, ama modelar un mundo absurdo, ilógico, donde
la razón no puede dominar al subconsciente.
Vayamos, al origen de este movimiento: El dadaísmo, que era/es la oposición de la
razón instaurada, un movimiento rebelde, que posteriormente buscó inspiración en
el inconsciente, la imaginación, el método de la escritura automática y el estudio
de las teorías del psicoanálisis de Freud.
El
surrealismo, propuso entonces, materializar al mundo del arte, las imágenes del
inconsciente, los deseos, los sueños… No es una casualidad, que este movimiento
y yo, nos hayamos encontrado e identificado, en la autopista de la vida.
AP
| Observo
que en la propuesta de tus collages, hay una libertad creativa y un gozo por romper
ciertos moldes tradicionales con esta técnica. En tu quehacer, adicionas elementos
novedosos, y despliegas unos contenidos sorprendentes, modernos y actuales. Ya no
es el collage donde la figura de la mujer (desnuda) tiene un papel dominante y hasta
“lujurioso”, en tu collage el lenguaje es vertiginoso, y la técnica es una tijera
que habla y se contorsiona entre los textos y las hendiduras de los pliegues corrugados,
las fotografías incoloras, los brochazos resplandecientes… ¿Tu opinión?
AG
| Lo
que intento, con la técnica de los collages –que de paso, es una de mis expresiones
preferidas–, es confrontar el realismo, con
el automatismo, crear tensión entre las imágenes reales y expresiones abstractas,
del inconsciente. El resto es un juego de niña interior, que habita aún en el Kinder
Garden. Porque, nuestro niño interior, es uno de los principales detonantes de la
creación, en la hermosura de su espontaneidad. Es posible, que sea esa pillería
la que vuelve misteriosos estos trabajos.
AP
| No
puedo pasar por alto la serie de tus Autorretratos.
Ellos tienen un tratamiento muy especial, estamos ante una propuesta visual vigorosa
y que hace acopio de diversas técnicas: el collage, el grafito, el óleo, la pincelada
audaz, la intervención sobre antiguos soportes. De pronto me encuentro ante una
figura clásica, o una máscara de carnaval, o quizás un retrato con cierto acento
del Por Art, o un ensamble surrealista…
En todos ellos hay una elasticidad, un cordel invisible que los enlaza… ¿De qué
trata todo esto?
AG
| En
1996, en mi vida, los autorretratos, representaron, ¡una gran revelación espiritual!
Mi
oposición continua, a las reglas establecidas, sin fundamento, me obligó, a vivir
al margen de la tradición de la academia, lejos de estudios de proporciones u otros,
para descifrar una perfección prodigiosa en el dibujo. Soy autodidacta. Mi interés,
en cualquiera de mis múltiples expresiones, se inscribe, en la interpretación de
lo que observo y la materialización de lo que siento y pienso.
Cuando pinté el primer retrato, descubrí,
la importancia de la memoria afectiva y como la emoción podía ser más fuerte que
el conocimiento. En ese instante, me vi comprometida, ante la revelación, de continuar,
pintando retratos y autorretratos.
Como vivo la emoción, ¡con intensidad!, entonces
fotografío yo misma al personaje, y, luego lo pinto, buscando, no representar como
tal la persona, sino más bien la atmósfera que la envuelve y su psicología y utilizo
todos los medios creativos que estén a mi alcance para materializar lo deseado.
AP
| En
tu creación artística, hay un segmento que me parece debemos tomar en consideración;
hablo de los poemas colectivos; con algunos artistas como Miguel Lohlé, Rafael Árcangel
La O, Valeria Valeriani, entre otros, has desplegado una serie de creaciones colectivas,
ahí la escritura automática y ciertos elementos del collage, tienen un diálogo ágil
y musical con las metáforas urbanas, son especies de susurros lingüísticos… ¿Poema-imagen?
AG
| No
voy a profundizar en un tema tan amplio, como lo es el automatismo, sin embargo,
te cuento, que alrededor de los años noventa, en Bruselas, se me dio la oportunidad,
de registrar la huella, de todas las fiestas y los círculos en los que solía concurrir.
Me armé de papel krarft o buvard y de
pasteles grasos y proponía a los invitados pintar, todos, sobre una misma superficie.
No se imponían los temas, solo se liberaba el inconsciente, ¡hay obras maravillosas!
En esas sesiones, participaban personas de todas las edades, género, origen y profesión.
Ámsterdam, sirvió de puente en el encuentro
con los Automáticos, y las obras colectivas,
ya no eran solamente arte terapia, sino trabajos realizados solo entre artistas.
Las obras colectivas son mágicas, parecen
hechas por una sola persona y exigen la abolición del ego, porque se construye con
el inconsciente del otro y el propio subconsciente. Nos muestran, que en nosotros,
hay tantos que nos habitan. Y son el espejo del inconsciente colectivo.
He participado en cientos y cientos de obras
colectivas, los famosos Cadavres exquis (Cadáveres
exquisitos). Y, entre artistas, era/es, algo natural, la realización de esas
creaciones colectivas literarias o pictóricas, en cada uno de los encuentros. Se
trataba, de dejar evidencia, de lo que sucedía en la sociedad, en ese momento. Como
lo dice Kandisky: “El arte es testimonio de su época”. Europa, vivía cambios acelerados,
las poblaciones se metamorfoseaban de forma evidente, las fronteras se disipaban,
y todo eso, queríamos, dejarlo expresado, en la dinámica vibratoria y lúdica disonancia,
de las obras pictóricas colectivas y también en los poemas–imagen, que realizábamos
en ese momento. En realidad, es una acción, que continúa en los encuentros mágicos,
a veces menos frecuentes.
Son tan significativas esas obras, que sirven
de arquetipo, para el desarrollo de la sociedad, ya que para un óptimo desarrollo
colectivo, es necesario un excelente desarrollo individual. Digo esto ya que toda
manifestación colectiva tiene su éxito en el propio desarrollo de los participantes
y eso es esencial, es la médula, de la diferencia, entre una obra y la otra.
AP | Parafraseando
al poeta y crítico italiano, Eros Constantini: “Observada en el conjunto, la obra
de Amirah Gazel, encierra astillas de un espejo, esquirlas que reflejan diversas
imágenes de una sola realidad, convirtiéndose en otra, mutándose a través la singular
tensión generada por los diferentes temas, que hacen alejarse la inalcanzable meta.
Figuras estáticas que escapan, lentamente, con ansia o sin preocupación, con el
rostro rosado, rosado o tal vez negro, te miran, van de derecha a izquierda, en
alto, hacia abajo, en todas las direcciones posibles, como las nubes. Máscaras,
maniquíes, mesas, ladrillos, cielos y más nubes, fases lunares y sueños azules,
labios rojos, mosaicos encantados, muros, ventanas sin vidrios, esos sueños detrás
del arco de la iglesia y más óvalos esta vez no en hueso, collage de mensajes no
enviados, mujer, un pájaro negro, bosques, una mirada a la búsqueda de una flor”.
¿Amirah, estás de acuerdo con estas apreciaciones sobre tu obra artística?
AG
| Es
curiosa tu pregunta, Alfonso, ya que el asunto de las críticas o críticos, siempre
me ha interesado. Pienso, que los críticos de arte, no hablan o escriben solo sobre
la obra o el artista, sino que se expresan sobre ellos mismos, a través del otro,
o de la obra misma.
Si observamos con atención las críticas, son
puntuales los puntos que hablan directamente sobre la obra o el artista, el resto
es un ensayo, que para mí, descubre el inconsciente de quien lo escribe.
No obstante, no niego la importancia en la
difusión y promoción del artista, que las críticas de arte tienen, sobre todo, dependiendo
de quién venga.
Eros Costantini, es un gran poeta y crítico
de arte italiano, que se interesó particularmente por el periodo de mi trabajo “El
respirar de las nubes, libremente yo” trabajo pictórico, poético–metafísico, que
realicé en Giulianova, Italia, del 2005 al 2009.
Trabajé con Eros, entre Italia y Bruselas.
Tuvimos la oportunidad, de conversar de arte y poesía, con profundidad. Aprecio
y valoro, lo que Eros ha escrito sobre mi trabajo, sin embargo, esto que te voy
a decir, él lo sabe: “Creo que buena parte de lo que expresa sobre mi obra, está
más cerca de él que de mí…”
AP
| Para
nuestros lectores, será de suma importancia, conocer: ¿Por qué tus amigos y colegas,
y también en los diversos medios: papel y digitales, a vos te llaman La Loba”?
AG
| “Auuuuuu
auuuuuu auuuuuu…”
Una noche de luna llena, me comenzó a salir
pelo por todo el cuerpo… No, esto no es serio.
Se dice que lo que la loba hace, al lobo le
place, lo que indica la habilidad con que se aúnan, los que tienen las mismas inclinaciones.
Soy de naturaleza protectora y guía y he trabajado
con manadas de lobos y lobas (artistas).
En Bruselas, –como guerrera defensora del
arte y los artistas–, las instituciones solían señalarme cuando los confrontaba:
c’est une vrai louve (Es una verdadera
loba), al mismo tiempo, coincidía con el hecho de que es uno de mis principales
animales totémicos.
Amante de crear grupos y espacios para reunir
talentos y desarrollar conocimiento, Laloba, se volvió mi pseudónimo en el Movimiento
Surrealista y en mi círculo de amigos y colegas. ¡Me identifico con este hermoso
animal! Auuuuuuuuuu…
AP
| Tu
exposición de pintura más reciente, se denominó “Metrópolis del inconsciente”. Es
una colección de obras entre construidas-deconstruidas y abstractas, con un predominio
de los tonos ocres, sepias y cienas. El conjunto de las obras nos remite a la vigilia
y a ciertas presencias oníricas; encuentro un trabajo equilibrado con un predominio
de las metáforas del constructivismo. Conversemos en relación a este trabajo que
fue expuesto en el Teatro Nacional de San José, en el 2013.
AG
| De
tanto estar atenta, a lo que el inconsciente nos envía, se van descubriendo, en
él, habitáculos maravillosos. Lugares en donde el silencio y las formas habitan
con armonía.
Este periodo, lo considero, la síntesis de
mis otras investigaciones pictóricas, es por ahora, la Gestalt de mi ser, lo que
deseo mostrar.
Estas representaciones surgieron en Ámsterdam
en 1999 y desde entonces, entre pérdidas y reencuentros voluntarios, las he venido
desplegando, hasta que el “aullido del inconsciente” me llevó a dedicarme a la búsqueda
y experimentación en ellas.
Metrópolis,
eso
es lo que son, ciudades gigantes, que
duermen y habitan en el subconsciente. En
ese misterioso espacio que no tiene ni principio, ni fin y en el que revelo hoy,
que yace, también una luz comunicante con el universo, en el fondo de esa misteriosa
oscuridad.
AP
| En
el inicio del 2015, en los “meandros cibérneticos”, se comenta de una complicidad
en la que están interviniendo (Agorart y
la revista Matérika) ; la organización
de la exhibición Las llaves del deseo,
es la primera expo de arte surrealista internacional que se llevará a cabo en Centroamérica,
podrías adelantar “algo” sobre este importante evento.
AG
| No
quiero vender en este caso “la piel de los lobos antes de matarlos…”
Es cierto que Agorart/Camaleonart y Materika
tienen mucha masa sobre la mesa, se han unificado para cocinar sabrosos manjares.
Las Llaves del deseo, es un cadáver exquisito.
[Muelle de San Carlos, mayo, 2015]
Organização a cargo de Floriano
Martins © 2016 ARC Edições
Artista convidado: Fred Svendsen
(Brasil, 1960)
Agradecimentos: Amirah Gazel
Imagens © Acervo Resto do Mundo
Esta edição integra o
projeto de séries especiais da Agulha Revista de Cultura, assim estruturado:
1 PRIMEIRA ANTOLOGIA
ARC FASE I (1999-2009)
2 VIAGENS DO SURREALISMO,
I
3 O RIO DA MEMÓRIA,
I
4 VANGUARDAS NO
SÉCULO XX
5 VOZES POÉTICAS
6 PROJETO EDITORIAL
BANDA HISPÂNICA
7 VIAGENS DO SURREALISMO,
II
8 O RIO DA MEMÓRIA,
II
9 SEGUNDA ANTOLOGIA
ARC FASE I (1999-2009)
10 AGULHA HISPÂNICA
(2010-2011)
A Agulha Revista de Cultura
teve em sua primeira fase a coordenação editorial de Floriano Martins e Claudio
Willer, tendo sido hospedada no portal Jornal de Poesia. No biênio 2010-2011 restringiu
seu ambiente ao mundo de língua espanhola, sob o título de Agulha Hispânica, sob
a coordenação editorial apenas de Floriano Martins. Desde 2012 retoma seu projeto
original, desta vez sob a coordenação editorial de Floriano Martins e Márcio Simões.
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