quinta-feira, 24 de fevereiro de 2022

MACARENA BRAVO COX | El mundo fascinante de Susana Wald

 


Preámbulo

Entre julio y octubre del 2021 se llevó a cabo la primera retrospectiva de Susana Wald en Chile y la primera de estas características en sus 83 años. En la retrospectiva que se alojó en tres amplias salas del Museo Nacional de Bellas Artes de Santiago se recorrieron más de cincuenta años de creación literaria y plástica producida por la artista, traductora literaria, muralista y diseñadora surrealista.

A pesar del complicado contexto sanitario que azotó la mayoría de la programación cultural del primer semestre del año 2021, se logró inaugurar –en un frío invierno– En busca de lo inasible. La exposición fue la primera retrospectiva de su vida: 51 años después de su última muestra individual en Chile, se reunieron un conjunto de 47 obras (pinturas, dibujos, esculturas) que reivindicaron una trayectoria prolífica, así como la tenacidad de una artista que no ha obtenido hasta ahora un reconocimiento en nuestro país. La hipótesis de su omisión historiográfica fue, en esta línea, parte integral de la curatoría de la muestra. La experiencia expositiva se sumó, así, a un linaje de exposiciones que revitalizan testimonios de mujeres artistas que por diferentes motivos fueron omitidas por la Historia del arte. En ese sentido, esta retrospectiva se planteó como una retribución a la deuda que tenemos frente al desconocimiento del aporte de Wald en el arte y la cultura chilena y latinoamericana.

Susana Wald (Budapest, 1937) es una artista chilena-canadiense con una carrera de más de sesenta años de producción artística y editorial. Es sobreviviente de la Segunda Guerra Mundial, emigró a América Latina a los 11 años y desde entonces ha vivido en cuatro países (primero Argentina, Chile, Canadá y finalmente México). La búsqueda de lo inasible refiere a aquello que perseguimos en pos de algo que nos elude. La artista otorga a la creación artística la facultad de abrir capas y universos cuya existencia no sospechaba. Los principios surrealistas combinados a inquietudes personales marcadas por su experiencia, por sus deseos o por su condición de género funcionan como un motor para asir dimensiones profundas del mundo que habita. Desde su experiencia y su incansable trabajo reflexivo, las obras de Susana Wald son testimonios de su propio surrealismo, inquieto e íntimo.

En busca de lo inasible se organizó en tres ejes temáticos repartidos cada uno en una sala. La museografía jugó un rol clave en el entendimiento de las diferentes temáticas: los colores elegidos facilitaron la narrativa visual y acentuaron los ejes curatoriales. La yuxtaposición de obras realizadas en diferentes períodos permitió reunir grupos de obras y también acentuar sus diferencias.

Los colores de los muros fueron una apuesta, ya que desconocía muchas de las obras en su formato físico. Fue una maravillosa sorpresa descubrir cuán afín resultó el naranjo de fondo para la mayoría de las obras: se me viene a la mente aquel magma candente que sostiene al muro de mujeres desnudas en el retrato que Susana hace de Ludwig Zeller en El Poeta en el Valle de La Luna (1998). Los colores emergieron vibrantes en cada mirage [1] apoyado sobre passe-partout de distintos colores. La paleta de Susana se develó brillante, diversa y prolíficamente trabajada, lo que contribuyó a reunir las piezas en torno a un conjunto sensorial.

 

Primera sala o “El universo surrealista de Susana Wald”

 

Ser artista es un estado mental, una especie de deformación benigna […] No cesa este impulso ni en la vigilia ni en el sueño.

SUSANA WALD, Manifiesto obligado, 2018. [2]

 

La primera sala abordó el compromiso de Wald con el movimiento surrealista. Ella representa a sus 83 años una figura clave del surrealismo internacional, movimiento que practica como un modo de vida en donde priman la libertad, el humor, la atención a sus sueños y el protagonismo del azar. Un cimiento de su obra es el trabajo automático, práctica en donde la artista da espacio a su esfera inconsciente: desde allí emergen imágenes y conexiones no premeditadas sobre las piezas en las que empieza a trabajar. Esto está encarnado por la pieza que da inicio al recorrido expositivo, la escultura Frágil, realizada en 1972. La cerámica es su primer lenguaje artístico al ser graduada de la Escuela Nacional de Cerámica de Buenos Aires y especializada en cerámica decorativa. La artista ve en la transformación del barro en el fuego una metáfora de la mutación de los elementos sicológicos presentes en cada individuo. En el surrealismo, la artista encontró un lenguaje expresivo y personal. Así, la pieza Frágil encarna lo que la artista declaró en los sesenta como un “quiebre con lo utilitario”: un evento fortuito deformó sus piezas aún blandas y encantada por el resultado, instaló en su proceso creativo una búsqueda más automática con la materia. El azar tomó un rol de mediador y propició una producción de cerámicas basadas en la necesidad de modificar lo previsible.


Un grupo de obras en el muro sur de la primera sala reunió parte de su extensa serie dedicadas a la figura del huevo. El interés de Susana Wald por la representación de huevos tiene diversos orígenes: primero, consciente de su herencia surrealista, el huevo es un tópico privilegiado dentro de la plástica de la vanguardia. En un aspecto más metafísico, los huevos simbolizan para la artista lo cíclico y lo femenino, significados que vincula con la etapa en que los retrata: en su fase menopáusica, Susana Wald otorga a sus retratos de huevos una alusión a su propio renacer.

 

La colaboración

También, se hizo hincapié en su práctica colaborativa en la plástica y en su trabajo de gestión cultural y editorial. En el sector norte de la amplia sala del Museo Nacional de Bellas Artes de Santiago, se agruparon siete de los más de doscientos mirages que Susana Wald y Ludwig Zeller (1927-2019) crearon en conjunto, fusionados a tal nivel que muchos fueron firmados bajo el sello “ZW”, aludiendo al surgimiento de una tercera personalidad que combinó lo mejor de sus talentos.

Dos objetos destacaban en esta sección dedicada a la colaboración: primero, los sellos conmemorativos basados en Mirages que Susana y Ludwig realizan en 1974 para el aniversario n°50 del Primer Manifiesto Surrealista. La hoja reza una consigna que traduce el ánimo con que se fundó el movimiento surrealista a principios del siglo XX y que encuentra eco hasta el día de hoy: “Cambia el mundo, desconfía de todo tipo de poder establecido y de sus ostentosos emblemas. Pon tu propio sello corrosivo junto a los sellos tradicionales en tus sobres.” El otro objeto era el cassette “Mujer en sueño”, que cuenta con una versión en español del poema recitado por su autor, Ludwig Zeller. El lado B contiene la versión traducida al inglés por Estela Lorca y leído por Peter Mortimer. El audio tiene, en su versión en español, una duración de 40 minutos. [3] Cuatro moldes en forma de senos sirvieron de cubierta para las 100 copias numeradas que se distribuyeron desde Canadá. El esmaltado y la producción completa del objeto fueron realizados en colaboración por Wald y Zeller.

En el lado opuesto de la primera sala, se ubicó una vitrina que contenía una pequeña selección del importante aporte de Susana Wald al mundo del diseño gráfico y editorial en Chile, en Canadá y México. Junto con Zeller, fundó tres editoriales surrealistas autogestionadas que reflejan su dinámica creativa: en Chile la editorial Casa de la Luna (1968-1970) que repartió publicaciones vanguardistas a un público local asiduo del café cultural Casa de la Luna, también fundado por los surrealistas en 1968. En Canadá fundaron Oasis Publications (1970-1994) sólida editorial que surge por la necesidad de publicar autores hispanohablantes en el país norteamericano. Es una empresa desarrollada con tesón por la pareja surrealista: Susana Wald recuerda que se optimizaba el doblez de cada hoja, así como se utilizaron papeles desechados por otras imprentas, volviendo irregular –y único cada ejemplar. Las ediciones bilingües y trilingües contribuyeron a expandir la recepción de las publicaciones. Instalados en México desde mitad de los noventas, la pareja surrealista fundó su tercera editorial Oasis Oaxaca (1994-2006), que cobijó revistas y libros que continuaron promoviendo escritores y artistas de vanguardia, siguiendo la propuesta de lo que fue su primera publicación, en 1968.

 

Vínculo con Chile

Una de las intenciones mayores de la retrospectiva En Busca de lo Inasible fue vincular a la artista con el territorio chileno, celebrar su aporte a la cultura nacional y reivindicar su elección por nacionalizarse chilena. Susana es heredera del movimiento chileno Mandrágora, grupo literario promotor del surrealismo formado en Talca a fines de la década del treinta, quienes se propusieron renovar el ambiente literario-intelectual de la escena nacional. Para ello, llevaron a cabo acciones públicas, recitales de poesía e impulsaron la colaboración creativa con otros poetas nacionales como Vicente Huidobro –su mentor– y Pablo de Rokha. Mantuvieron también correspondencia con André Breton y Benjamin Péret, miembros fundadores de la vanguardia parisina, confirmando la importancia y alcance internacional del grupo nacional.

El 2018 se cumplían 80 años del nacimiento del grupo Mandrágora y gracias a la gestión de la curadora chilena Ximena Olguín y del coleccionista Guillermo García, se le encargó el 2014 a Susana Wald conmemorar su legado a través de un mural. El resultado fue Amanecer de Mandrágora, un mural de 45 m2 que celebra los cimientos del surrealismo en Chile. La presencia de la mandrágora, raíz con propiedades medicinales y su fusión con la figura de Jorge Cáceres en una especie de baile ritual se complementan con escenas del cotidiano maulino y acompañan el caligrama con que Ludwig Zeller aportó en la composición. El boceto que se presentó en la muestra refleja la metodología de la artista y su compromiso por honrar a un movimiento del cual ella junto a Ludwig Zeller tomaron, de alguna manera, el relevo.

 

Segunda sala o “El Gran Cambio”

 

En mi edad avanzada estos dos asuntos –haber nacido mujer y la esencia universal de lo femenino son los que me preocupan más y dedico todo el tiempo posible a explorarlos, sondearlos.

SUSANA WALD

 


Para la artista estamos hoy adentrándonos a una nueva fase de creación de la realidad que emerge desde un inconsciente colectivo femenino: es lo que ella llama “el Gran Cambio” y que se caracteriza por prácticas más armoniosas para con la naturaleza y con el otro. Hace treinta años que la artista explora la sicología femenina promovida por C.G. Jung (1875-1961) pero, sobre todo, las relecturas posteriores realizadas por varias de sus discípulas analistas, en su mayoría mujeres. Éstas últimas han puesto un especial énfasis en los arquetipos, en la sabiduría femenina y sus manifestaciones, aspectos que han inspirado a Susana Wald y que han gatillado una producción artística en la que estas cuestiones son centrales.

Susana Wald cita con frecuencia a su contemporánea Jean Shinoda Bolen (1936), analista junguiana que ha desarrollado la idea de que la sangre producida por las mujeres fértiles, en la etapa menopáusica, simbólicamente se transforma en sabiduría. Esta idea repercutió de manera significativa en la artista y alberga toda la potencia creativa que encuentra en su etapa más actual en que se ha propuesto darle un lugar a la presencia de lo femenino en la humanidad.

La artista ha simbolizado, a través de sus imágenes, diferentes aspectos de la experiencia de su concepción de lo femenino: encontramos obras con menciones a lo terrenal, a lo sexual y explícito de la experiencia de las mujeres en torno al cuerpo; por otro lado, una representación más simbólica de esta energía manifestada en deidades femeninas y veneraciones a aspectos como la fertilidad y la sabiduría. Susana ha buscado, adscribiendo a su propia intuición más que a la teoría feminista, revertir la ausencia de lo que ella entiende por lo femenino –no exclusivo al género– y así contribuir a recuperar el equilibrio entre las energías masculina y femenina, fuertemente inclinado hacia la primera a causa del patriarcado imperante hace más de cuatro mil años.

Destacamos de esta sala, el proyecto de traducción literaria que Susana realizó a principios de la década del 2000, momento en que descubre –a través de una recomendación de su única hija mujer– el libro Inana, Lady of Largest Heart escrito por la analista Betty De Shong Meadors. El libro divulga los himnos escritos por la alta sacerdotisa de la ciudad de Ur, Enjeduana, quien vivió hace cuarenta y cuatro siglos y cuya poesía es la primera obra literaria de la cual se tiene certeza arqueológica. Cautivada por el relato, Susana Wald le propuso entonces a la autora estadounidense realizar una traducción al español del libro: durante tres años la surrealista trabajó en la traducción y en la búsqueda de una editorial interesada en el proyecto. Finalmente se publicó el 2009 en la Editorial de la UACM (Colección Al Margen) con el título de Tres grandes poemas de Enjeduana dedicados a Inana. La portada la ilustra una obra sin título realizada por Susana Wald en 1990 y que presenta a una mujer vestida con un tipo de túnica y con los brazos levantados mostrando las palmas, como en signo de oración. Sobre su cabeza flota un ojo gigante del cual emanan rayos de colores rojizos anaranjados.

 

Tercera sala o “La Doble Condición”  

La última sala apuntó a revisitar, desde una perspectiva más contemporánea, algunas obras que la artista realiza entre los setenta y los ochenta. Esta revisión de obras y archivo se sitúa desde la perspectiva de género, metodología que permite considerar los contextos de producción y la implicancia cultural y social asignada a las mujeres.

Por ejemplo, sabemos que la artista surrealista incursionó más formalmente en la técnica de la pintura a principios de los ochenta. Al no contar con un taller, utilizó un espacio del departamento que habitaban en Toronto. Esto explica la elección del acrílico en vez del óleo ya que este último resultaba tóxico para utilizar dentro del hogar.


La teoría feminista desarrollada en los años setenta visibilizó las dificultades que experimentaban las mujeres en el sistema patriarcal. En la práctica, resultó en la dificultad de conjugar la esfera privada con la pública así como la lucha contra los roles impuestos a las mujeres que las subyugaban a labores domésticas y de cuidado. Susana Wald se enmarcó dentro de esta dicotomía al querer combinar una carga laboral considerable y su deseo de desarrollarse artísticamente. En efecto, es en el período canadiense, entre sus 33 y 57 años, que personifica su mayor cantidad de roles: su labor a tiempo completo como docente; su gestión como editora e ilustradora de Oasis Publications; su práctica artística; su rol en el cuidado de sus tres hijos; su labor en lo doméstico; su rol como cónyuge. Éste último marcaría su experiencia personal, al ser mayoritariamente conocida como la “mujer de” Ludwig Zeller. Así, a través de cinco pinturas pertenecientes a la icónica serie “Mujeres de”, se buscó tensionar el humor surrealista, dinámica desde donde surgen estos retratos de mujeres transformadas en muebles, con la experiencia de la condición femenina. Desde lo puramente surrealista –humor y automatismo emergieron desde el pincel de Wald estos cuerpos transmutados que, con el tiempo, han cobrado otro tono: la artista reconoce en ellos un ánimo de protesta inconsciente contra su propia experiencia. Detrás de la risa se oculta un dolor. La intención de esta tercera sala es mostrar el doble potencial de las obras: funcionan como piezas de arte y también como fragmentos que nos informan sobre las tensiones personales que pudo experimentar Susana, en este caso, considerando su género y su oficio.

Frente a la serie de “Mujeres de”, la serie de dibujos “Paisajes de Piel” (1972-1973) ejemplificó también la experiencia de la doble condición: las dificultades de combinar la carrera artística profesional con las tareas asociadas culturalmente a las mujeres. Recién instalada junto a su familia en Canadá, Susana Wald dedicó una hora, después de su jornada laboral, al ejercicio del dibujo. La serie se divide en dos tipos: dibujos terminados (firmados) y dibujos incompletos. En su calidad de madre y cónyuge, muchas veces los 60 minutos que disponía para realizar sus dibujos eran interrumpidos por quehaceres domésticos: Susana es consciente de la dinámica que envuelve la serie. Los dibujos inacabados no fueron retomados, sin embargo, funcionan como reflejo del contexto en el que fueron producidos: el carácter non finito del trazo es un testimonio biográfico de la experiencia de una mujer artista en los setentas.

El último elemento expositivo buscó exponer algunas de las vicisitudes dentro del desarrollo de una carrera artística para una mujer en los años setenta-ochenta. Se trató de la exposición del archivo de sus inicios en pintura que data de 1981. Desde los años sesentas que la artista registra con impecable metodología sus procesos creativos. Son cuadernos completos que evidencian un sistema de códigos visuales dignos de la archivística. Sin embargo, destaca un objeto original: se trata de una caja de cartón que contiene sobres blancos, ordenados y numerados del 1 al 120 que Susana llama “catálogo”. Cada sobre corresponde a una obra realizada entre 1981 y 1997 (año en el que se inicia en la pintura y año en que se instala de manera definitiva en México, respectivamente). Cada sobre lleva un título e incluye –cuando está completo una tarjeta descriptiva del cuadro, una diapositiva y fotografías del proceso de la obra. Se trata de anotaciones minuciosas vinculadas al contexto de producción de las obras, pintura, principalmente.

Este objeto archivo traduce la metodología detrás de la producción artística de Susana Wald, una metodología precisa, codificada y muy útil para quienes nos dedicamos a estudiar su obra. Transmite también información técnica –dimensiones, paradero de las obras– y también menciones a su vida privada como comentarios que pudieron haber realizado sus hijos durante el proceso de creación o bien los sacrificios que demandaron algunas piezas (“En seis semanas, con mucho trabajo y sacrificando domingos con la familia, comidas y todo lo demás, terminé el cuadro” reza la tarjeta que acompaña “El Mar interior” de 1984).
En términos simbólicos, podríamos preguntarnos sobre el ánimo que impulsa a una artista a escribir de manera tan meticulosa sobre su obra, un ánimo de reescribirse, de permanecer en la historia, de trascender quizás.

 

Notas finales

La profundidad con que la artista chilena-canadiense produce su obra permite que los significados de las piezas puedan transitar en las distintas salas: los principios surrealistas como el automatismo, el azar o la capacidad transgresora acompañan la totalidad de las obras expuestas. La especial atención puesta en la experiencia de lo femenino, en su rescate y valorización se percibe, aunque de manera un poco más solapada en sus inicios, de manera explícita en las obras de los años ochenta en adelante. Cuando Susana Wald menciona que su arte debe ser analizado atendiendo el contexto del pasado, invita a considerarlo tomando en cuenta las vicisitudes que significó para la artista una creación tan íntima, tan franca.

Es heredera de los principios del movimiento surrealista, sin embargo, un movimiento que aprecia a tal nivel la introspección, la transgresión de lo canónico, privilegia la libertad y el humor, posibilitaron que cultive el surrealismo como un modo de vida. En ese sentido, el surrealismo le ha servido como un “pasaporte hacia la libertad, el erotismo, la imaginación y los imposibles”, aspectos que se materializan en los pigmentos, trazos y dimensiones que se reunieron en Chile, en esas dimensiones, por primera vez.

Se puede visitar la exposición de manera virtual así como todos los contenidos complementarios a la retrospectiva de Susana Wald en el sitio www.enbuscadeloinasible.cl

 

 

NOTAS

1. En términos plásticos, Ludwig Zeller y Susana Wald produjeron un trabajo conjunto llamado Mirages. Se trata de imágenes compuestas por ilustraciones del siglo XIX recortadas y dibujos realizados en tinta. El collage era intervenido por el lápiz o también ocurría que sobre el dibujo se pegaran nuevos trozos de papel: en palabras de Wald, el poeta proponía una pregunta y ella ofrecía una respuesta. La simbiosis creativa que experimentaron juntos produjo lo que la artista caracterizó como una tercera personalidad. Esa unión encuentra un correlato material en la firma que utilizaron para algunos de los mirages: el timbre con las iniciales de sus apellidos “ZW” funciona como un testigo de la construcción en común de las maravillas del mundo onírico.

2. Texto completo en: http://arcagulharevistadecultura.blogspot.com/2020/10/susana-wald-manifiesto-obligado.html.

3. En el siguiente vínculo se puede escuchar el poema completo www.youtube.com/watch?v=4BeaCLb4wtU.

 

 


MACARENA BRAVO COX | Historiadora del arte, investigadora independiente y curadora. Ha trabajado catalogando colecciones privadas de arte en Chile y sus investigaciones se concentran en la producción artística realizada por mujeres. Hace cinco años que se dedica a estudiar y dar a conocer la obra de Susana Wald. El 2019 ganó el IX Concurso de Ensayos sobre Artes Visuales organizado por el CEDOC con el ensayo "mujer, artista y surrealista: tres miradas de la obra creativa de Susana Wald"; coordinó la adquisición de la obra "La Mujer del químico" de Wald por el ministerio de la Cultura, las Artes y el Patrimonio de Chile (2020) y el 2020 se adjudicó el Fondart Nacional para realizar la primera retrospectiva de la artista en el MNBA de Santiago. Es creadora del sitio Instagram @enelespejoretrovisor dedicado a la artista".
 

 


J. KARL BOGARTTE | Nacido el 8 de septiembre de 1944, de ascendencia holandesa e irlandesa, formado en antropología, fotografía y diversas tradiciones esotéricas. Ha sido un participante activo en el surrealismo internacional durante más de 50 años. Actualmente vive en Santa Fe, Nuevo México. Bogartte, es a la vez artista y poeta, y ha publicado doce libros de escritos poéticos: While the night windmills through xylophone and…, And Still the Navigators, Spirits in the Albino Hotel Throwing Antlers, The Mirror held Up In Darkness, The Wolf House, Secret Games, Luminous Weapons, Primal Numbers, A Curious Night For A Double Eclipse, Auré, The Spindle’s Arc, and Antibodies: A Surrealist Novella. Alineado desde hace mucho tiempo con el surrealismo internacional, también es cofundador de La Belle Inutile Éditions. Su obra ha aparecido en las siguientes antologías: ANALOGON # 65, Melpomene, Hydrolith # 1 and # 2, La vertèbre et le rossignol # 4, Lithaire # 2, Peculiar Mormyrid # 2, Paraphilia, Silver Pinion and The Fiend online journal.
 

 


Agulha Revista de Cultura

Série SURREALISMO SURREALISTAS # 04

Número 203 | fevereiro de 2022

Artista convidado: J. Karl Bogartte (Estados Unidos, 1944)

Traduções de Allan Vidigal e Susana Wald

editor geral | FLORIANO MARTINS | floriano.agulha@gmail.com

editor assistente | MÁRCIO SIMÕES | mxsimoes@hotmail.com

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