quinta-feira, 29 de dezembro de 2022

WLADIMIR ZAMBRANO (Ecuador, 1984)

LA CREACIÓN POÉTICA & SUS ESPEJOS

 


FM | Como creador, ¿eres un perseguidor de imágenes o simplemente mantienes abiertas las puertas de la percepción para que entren?

 

WZ | Creo en una poesía tan cargada de conceptos como de sentimientos; en la escritura como sitio de certezas en movimiento o la música del corazón cartografiada. Tengo poemas como “Después del Cine” que surgen de un asunto concreto: mis compañeros de la facultad y yo, después de asistir a un Festival de Bergman en el extinto MAAC CINE, optábamos por discutir posiciones de cámara bebiendo vino hasta que amanecía; después realizábamos una tarea en la que ninguno de nosotros alcanza la nota deseada. Otros como “Odilon Redon, el escape de todo o el secreto confeccionado” son relecturas en tercera persona sobre obras de arte que terminan siendo referencias de idilios personales. Lo importante aquí es que el poema tenga una motivación insoslayable, una fuerza que lo obligue a existir cambiando mi realidad por su ambición expresiva.

 

FM | ¿Tienes una esperanza de vida ideal? ¿Cuál? ¿De qué modo tu creación hace parte de ella? ¿ideal?

 

WZ | Pienso en la ambigüedad de esa palabra, por un lado, alude al mundo de las ideas, mi encuentro con el platonismo y, por otro, a la idoneidad, de lo que debo ser. Sobre ambos conceptos debe ponerse en pie mi esperanza, irremediablemente necia y absurda, a pesar de todo, orgullosa en su convicción poética, pienso en Whitman cuando digo todo esto, de oficio en oficio, “sobreviviendo a la adversidad”, mientras resplandecía en poemas para sí mismo; siempre en anhelo de encontrar una clave en los colores del cielo, en el rostro de la gente, en el sonido de la libertad sobre las rieles del tren o el césped como animal mítico recorriendo algún deseo silencioso. Escribir… posar la mirada en un color y seguir escribiendo sin compromisos académicos o monetarios. No es nihilismo. No es mediocridad o infantilismo. Me gusta trabajar, me gusta estudiar, me gusta colaborar con la academia, me gusta el conocimiento, pero no me gusta el modelo de autoexplotación en el que se ha sumido el mundo (desde las empresas multinacionales hasta los centros educativos). Ser una pieza 24/7, vivir en una competencia y evaluación constante, donde se abarca mucho y se aprieta poco, no puede ser conveniente para ningún ser vivo por donde quiera que se lo vea.

 

FM | ¿Cómo percibes las diferencias entre lo que pretendías crear y lo que realmente creas? ¿Te molesta este abismo sutil de vez en cuando? Si se ha reducido (o incluso desaparecido) con el tiempo, ¿a qué atribuyes tal evidencia?

 

WZ | Comencé a leer por el deseo de vivir más de lo que la vida me ofrecía. La literatura, poli sensorial y polifónica me sacaba del enorme aburrimiento en los suburbios de la ciudad, teniendo muy pocas opciones culturales en los noventa, dos pequeñas librerías, mucha telebasura, una realidad provinciana. Descubrir la poesía fue lo más bello que me paso y luego comenzar a escribir fue un asunto natural y mágico. Cuando tenía 19 años leía la forma en que Breton, Tzara, Eluard, García Lorca, Cernuda, Elliot, Maiakovski, Marinetti, comenzaron sus carreras, lo cual, me provoco muchas emociones y me propuse a mí mismo estar a la vanguardia, hacer el performance, pase lo que pase y contra toda crítica, recibiendo burlas y comentarios favorables por igual. Por otro lado, siempre he visto la poesía como algo más allá de la literatura. Hubo un tiempo en que improvisaba poemas con los objetos que observaba mientras caminaba por la calle, grababa el ditirambo y lo renviaba y esa era la satisfacción más grande; por otro lado, aseguraba que los árboles alrededor del parque de La ferroviaria (Guayaquil) eran letras que formaban palabras de un poema pronunciado por la brisa. Cabe destacar que, fui coeditor de una cartonera, donde cosíamos libros piratas y vendíamos stickers con poemas, también, que hubo un tiempo en que hacia un performance con la bailarina Mayerly Torres fingiendo un secuestro en pleno recital. Otro en que a pesar de la madrugada viajábamos por Manabí en el festival de Horacio Idrovo para leer en voz alta nuestros mejores versos de pueblo en pueblo. Y en todos esos momentos fui feliz. “Todas las hojas son del viento” (Spinetta dixit) porque en todos esos experimentos viví muchas vidas y la poesía. Por ejemplo, en esta conversación, he nombrado varios autores, injustamente olvidados, que alguien consultara hoy al referenciarnos. Entonces aparecen varios fantasmas mientras el lector avanza que están vivos en esta conversación, se reinventaron, en nosotros y en la persona invisible que nos lee. Héctor Hernández recordaba que la poesía es más como un coro inter dimensional donde todos los poetas, de todos los tiempos, cantan, una misma canción por obra y gracia de la física cuántica.

 

FM | Al visitar el templo de Zoroastro, Ítalo Calvino descubre que el fuego real es el fuego oculto. ¿Cómo alimentas el fuego de la creación en tu escritura? ¿Podríamos hablar de la existencia de algún rito?

 

WZ | Hay un verso de Jorge Carrera Andrade que siempre me persigue “La tarde lanza su última edición de golondrinas”, lo tengo presente porque tiene todo lo que yo amo en la poesía, no importa donde vayas, en qué país estés, se reinventa y se precisa (la imagen del ocaso, el drama de la luz como una hoja de papel sometida a los designios, las golondrinas, que son cualquier pájaro del mundo viajando con nuestros anhelos y deseos, quizás formando palabras por capricho) para mí es un verso efectivo y eterno, y lo puedo ver ocasionalmente cuando salgo de mi trabajo, me emociona saber que exista algo así, me da fe en la escritura. Cuando Raúl Zurita escribe “porque tu cuerpo es tu patria, aunque no te guste” no solo hay una crítica a los individuos alienados por la estética de redes, sino una declaración de independencia ante la estética misma. Es la aceptación y el amor del que debe levantarse en su fealdad, en su tercermundismo y pobreza iridiscentes, para pelear contra la muerte, porque al final el deseo de vivir es la máxima expresión de la belleza.

 

FM | ¿Crees que hay un exceso de ideas en el mundo y que hay una especie de mal uso de esas ideas? ¿Es necesario minar constantemente nuevas ideas o lo que falta en el mundo es orden y perseverancia en las ideas existentes?

 

WZ | El sueño de la Ilustración francesa fue el de otorgar a todos, todo el conocimiento del mundo. Mucha gente valiosa murió en este proceso. Grandes riquezas se invirtieron en libros y tecnología, naciones padecieron y pasaron enormes calamidades. Ejércitos enteros fueron diezmados y renovados para que hoy las ideas recorran al mundo, pero ¿qué es lo que ha hecho la gente con este regalo? Existe una terrible tendencia al olvido, la memoria es un asunto externo, hoy en día los realitys shows y la interacción en redes, el inmediatismo, generan la ilusión permanente, como si se tratase de una relación horizontal, entre nosotros y el mercado, pero no, no es así de ninguna manera, más bien se trata de una relación asimétrica, supervisando la vida de muchas personas como si de productos se tratase. Por ejemplo, antes de la pandemia, exigían a la gente apagar sus teléfonos celulares para comenzar un evento, ahora resulta imposible exigir que alguien apague el suyo para empezar una conferencia, de hecho, la necesidad de fotografiarla o registrarla está por encima del contenido de la misma ¿cómo llegamos al punto en que es más importante registrar la conferencia en video que oírla o disfrutarla? es un asunto muy grave y debe denunciarse.

 

FM | ¿Cómo has contribuido a mejorar el mundo?

 

WZ | Como docente creo en la educación como pilar fundamental para una sociedad justa, igualitaria y fraterna. He tratado de trasmitir todo mi entusiasmo, conocimiento y pasión por la literatura y el arte a través de talleres, cursos, festivales, revistas, exposiciones y encuentros para jóvenes y adolescentes de mi ciudad. Cada lugar en el que he dado clases o he compartido mi conocimiento he dejado un proyecto lector o una publicación artesanal o digital circulando, algo que permita conocer y disfrutar la literatura como yo la he vivido.

 

FM | ¿Existe una realidad hispanoamericana o el conjunto de sus 19 países aún no ha descubierto sus verdaderas perspectivas culturales para la acción conjunta? ¿Cómo cree que debería funcionar esa América tan deseada y a veces imposible?

 

WZ | Lamentablemente los gobiernos de Hispanoamérica no terminan de entender que solo la unión determinara la mejora de sus pueblos. La corrupción en los gobiernos, la decepción general por el sistema político y el fracaso de los medios en integrar a la sociedad de una forma proactiva, suman reces audiovisuales al índice de la pobreza, donde se naturaliza el sufrimiento y la desigualdad. Pero nosotros llevamos culpa en esto, padecemos una variante del síndrome de Estocolmo con nuestros explotadores del primer mundo, hemos sido cómplices del desorden “Entonces la noche fue triste, pero bien travesti y nosotros abusábamos del alcohol y les chupábamos las barbas todos seducidos”. Ernesto Carrión en su poema De la nueva España, recuerda que desde nuestros génesis, fuimos seducidos y traicionados, y que ese engaño, querámoslo o no, está presente, como una cicatriz en todos los actos de la cultura Latinoamérica, una mancha que llevamos en la historia y que se manifiesta cuando llegamos a los aeropuertos del primer mundo (donde atravesar implica un salto, un borrar / borrarse que en su intento siempre será descomposición de lo anterior, de su negatividad ante el paisaje nacional).

 

FM | ¿Qué sueles leer fuera del español? No me refiero sólo a la literatura, porque aquí me interesa evocar tu entorno de lectura. ¿O crees que leer poetas es el único material imprescindible para tu creación?

 

WZ | Leo de todo, noticias internacionales, locales, comunitarias, documentos científicos, me encanta la arqueología y la astronomía, el estudio de los pueblos y su cultura, me gusta el conocimiento, creo que es la mejor razón para estar vivos: conocer.

 

FM | ¿Crees en la existencia de la sociedad?

 

WZ | Creo que nos acercamos a un punto de inflexión en el que todas las instituciones que sostienen lo real sufrirán una crisis luego de la cual deberán renovarse o desaparecer. Resulta inevitable un cambio en la concepción de la escuela, la iglesia, la familia, el género, la sexualidad, la policía y las leyes; porque es enorme la decepción de la gente frente al estado, así como enorme la tristeza y la pobreza post pandemia. Pensar que las fórmulas de antes proporcionaran soluciones en la actualidad es un error. Las evidencias científicas han sido mostradas, las voces más respetadas han pronunciado sus recomendaciones y ¿Qué han hecho los gobiernos frente a esto? La gente sabe que si no hay una motivación que resulte favorable para los grandes grupos económicos nada se mueve, entonces queda implícito el chantaje en todas las acciones del estado.

Necesitamos repensar nuestros objetivos como grupo humano y recordar que dependemos de los otros y de la naturaleza.

 

FM | ¿Quién eres de todos modos?

 

WZ | Parafraseando a Rubén Darío: Alguien que ha soñado día y noche con los ojos abiertos. Alguien que se ha jugado todo por la poesía. Alguien que pide disculpas, si ha causado alguna molestia, a lo lejos.

 

FM | ¿Qué te parece la idea de incluir un poema propio, comentando algo que motivó su creación?

 

LUZ VERDE

(Salida de emergencia)

 

Amanece en todas partes y el domingo se nos quema.

Cantamos soñando con romper.

Rompemos soñando con cantar.

Pero amigos:

nos hundimos y flotamos en la excelencia del desorden,

nos abrevamos mutuamente

como un manjar de ejecuciones vacunándose

al infinito de las estrellas volátiles

esperando

que, así como estas luces raras mueven nuestros cuerpos desde el cielo

así los mejores dones nos guarden del olvido.

 

Porque lejos.

Más lejos.

Tras las haciendas negras de los ciempiés masoquistas…

Tras las torres azules de hielo empresarial termodinámico...

Tras las estepas de plomo y soldadores jubilados…

Tras el reloj caníbal de los relojes pobres del mundo…

Todavía hay quien pregunta por los benefactores de la muerte

(su dirección, sus cuentas bancarias,

su clientela nueva en cicatrices de luciérnagas).

Todavía hay papeles cortantes como la rabia misma repujando

la hipocresía cobre de la tarde mediática,

vagando de sueño en sueño

hasta volvernos a encontrar

en el filo de un cuchillo

con las maletas ardiendo.

 

Todavía hay colecciones de huesos fugaces,

galerías de fantasmas sin nombre

en posiciones metálico fetal

esperando

presupuestos para la próxima reapertura de los nuevos museos,

de batallas de personajes rojos y preguntas pixeladas.

Murmurando entre las sienes

noticias que vienen y van:

 

Mi incienso se mezcla con el de los demás.

Marguerité Yourcenar

 

 

 


WLADIMIR ZAMBRANO (Guayaquil, Ecuador, 1984). Poeta, artistas plástico y docente. Licenciado en comunicación social; especializado en proyectos de lectura y bibliotecas escolares; Master en gestión educativa. Su primera tentativa poética Diario del Crepúsculo recibió el premio nacional de poesía David Ledesma Vásquez en el 2009, desde entonces ha publicado los libros Interior de ciudad (Dadaif, Guayaquil 2011), La restauración (Casca huesos editores, Lima 2013) y Carta de los muertos para uso de los vivos (Fondo de animal editores, Guayaquil 2020).

 

 

 


CONEXÃO HISPÂNICA 2021-2023

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Conexão Hispânica

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