Leila Ferraz está enlazada a la “turma” de
mujeres que llevan mariposas de alas ámbares en sus risos y amaneceres poéticos
en su semblante. Poeta, pintora, fotógrafa, dibujante, lectora y soñadora. Desde
niña fue salpicada por el color, la escritura, la ensoñación, la cotidianidad mágica.
El recuento de sus experiencias, de sus andanzas
creativas las podemos rastrear en los años
sesenta: en esa convulsa, y revolucionaria década, Leila, estampó su impronta en
su natal São Paulo al organizar la 13ª Exposición
Internacional del Surrealismo, al lado de los artistas Sergio Lima y Paulo Antonio de Paranaguá. La muestra contó con la participación de los
artistas más destacados del Surrealismo Internacional. El resultado de esta manifestación
quedó suscrita por el catálogo A phala,
donde Ferraz participó y rubricó textos y propuestas de gran importancia y vigencia.
Sus estructuras visuales
escriturales (a la manera de los códices prehispánicos mesoamericanos
–los que escriben y pintan…–) están respaldadas y reafirmadas por lo onírico, la
mancha azarosa y automática, un entramado o tejido metafórico, muchas veces bicolor,
aleación de formas, poemas que vuelan, objetos con doble y triple interpretación…
¡Ensambles mágicos!
Por medio de la liberación
de las premisas y reglas impuestas por las sociedades frívolas y tradicionales,
Leila Ferraz, –desde hace 60 años– vislumbró la senda para la expresión de sus múltiples
conocimientos y saberes… La poeta lo refiere:
La poesía pasó a
ser mi oráculo. A través de esta voz interior llena de revelaciones y misterios
yo emergí, muchas veces, para la creación no solo de poemas, también de dibujos,
grabados que mostraban un mundo mágico y hechicero. Criaturas estelares y astrológicas
obtenían forma en los poemas y trabajos gráficos. Figuras alquímicas, taxidermistas
del tiempo, sibilas y sus resonancias… Ese “trance” poético, por decirlo así, surgía
con frecuencia en mis poemas y manifestaciones plásticas, como en las pinturas,
grabados y dibujos. Misteriosas imágenes que podían tomar cualquier forma de materialización.
Sus recientes incursiones son a la manera
de los cadáveres exquisitos, y nuestra
artista los practica con amigos y colegas; en ellos los “puentes son prodigiosos”:
rudimentos poéticos, áreas visuales, fotos instantáneas, metáforas teatrales, mundos
paralelos, recuerdos e invenciones. [A.P.]
AP | Leila, en tu
trabajo poético no hay temas centrales, más bien es un amplio circuito de formas,
ángulos, esbozos, textos, fotos, recursos… se rastrean máculas surrealistas, oleajes
del psicoanálisis, y propuestas conceptuales… ¿Cómo es tu diálogo con la creación?
LF | Alfonso, mi trabajo refleja la magia de la vida y la percepción
de las cosas cotidianas. Es el encantamiento en todas sus facetas. Creo que jamás
me ligaré a un tema central. Y si lo llegara a hacer, estaría limitando mi creación,
que siempre corrió libre y ágil. Los circuitos de las formas a las que tú te refieres
son las herramientas de mis manifestaciones que se expresan por medio de fotografías,
pinturas, grabados, dibujos o collages, y por supuesto, poemas y textos. De cierta
forma, me pregunto: ¿por qué he de inmovilizarme? ¿Por qué habría de vincularme
a una sola forma de expresión?
AP | Algunos poetas
se apoyan en fotografías para escribir su poema, la descripción de un paisaje, documentar
alguna abstracción… En tu caso vos trabajás con los diferentes lenguajes visuales…
Se me ocurre que será importante conocer tu impresión de como descifrás el entorno
de una foto para llevarla a la poesía…? ¿O lo contrario?
Dos pasiones crecieron conmigo desde la infancia:
la fotografía y la lectura. Yo pasaba horas entretenida y concentrada mirando e
imaginando mientras deslizaba el dedo, era como una caricia, en cada imagen de los
álbumes fotográficos de mi familia. Esa lectura sensual, por decirlo de ese modo,
me contaba historias. Construí un mundo personal en mi imaginación. Eran viajes
infinitos. Percibía como cada persona actuaba en ese universo mágico y fascinante
del tiempo en el espacio fotográfico. Me imaginaba como cada persona fotografiada
vislumbraba la misma historia bajo su punto de vista. Y como las historias podían
ser diferentes para cada una. ¡La misma historia!
Considero que fue a partir de ahí que se dio
el inicio de mi proceso creativo y pasé a dibujar personajes inicialmente concebidos
en lo instantáneo, y posteriormente los trasladé para otros contextos, donde tomaban
caminos diversos. Salían de sus marcos, de sus espacios establecidos, y ganaban
nuevos cuerpos, nuevos lugares, nuevas vidas y otros sentimientos.
No existían límites para mi imaginación. Esos
descubrimientos de mi niñez hicieron que yo quisiera ser artista y poeta desde muchacha.
La misma fascinación que las fotografías ejercían
sobre mi surgió con la lectura. Aprendí a leer desde niña de un modo precoz e devoré
las obras completas de Julio Verne.
Comencé y no paré nunca más de leer. Mi universo
era lo imaginario. Era una explosión de intuiciones y una conformación racional
consciente y necesaria para existir y sobrevivir.
¡Creo que de ese modo contesto tu otra pregunta!
Y reafirmo: mis imágenes –abstractas o no– andan en conjunto. Entro y salgo de ellas
por los poemas o dibujos. Permanezco en otras por la fotografía y salgo de ellas
con un poema.
Me gustaría hablar un poco sobre el universo
femenino en la creación. Considero que muchas mujeres producen arte durante un período
determinado de sus vidas y resurgen en otros momentos renovadas con nuevos lenguajes.
¿A qué se deben esas interrupciones? ¿Es como retomar el camino de la vida de las
artes después de consolidar toda su formación artística y cultural?
En muchas ocasiones a las mujeres se les hace
obligatorio volcarse a las tareas del hogar o incluso en su labor profesional para
sustentar los hijos o la familia, principalmente en los tiempos actuales, en que
ese hecho es una regla.
En esas idas y venidas yo me incluyo. Durante
toda mi vida intenté sobrevivir al mundo patriarcal que fatiga las mujeres de todos
los lados a través de diversos medios. La mayoría de las veces, para no decir siempre,
me sentí obligada a fragmentarme para de inmediato reencontrar mis partes en el
proceso y darle significado a mi existencia. En ese campo de batalla cotidiano me
preparé desde temprano –como ya dije– con instrumentos “mágicos” y ¡poderosos! Capaces
de representarme como individuo y de insertarme en un universo simbólico y trascendente.
Sin apartarme del centro inicial.
Tanto en la poesía, como en las artes plásticas,
y en la fotografía, revelo una mirada femenina, vinculada con el concepto sicosocial
y lo maravilloso. No es extraño que en el intento de dar un sentido y visibilidad
a mis creaciones, surgieran espacios perceptibles muchas veces distanciados de una
continuidad o tema central.
Como mujer, digo: el diálogo con la creación
se da en relación a la mirada y la búsqueda de lo bello y lo desconocido. En ese
sentido soy una aprendiz contumaz y fortalecida de estrategias femeninas ya conciliadas
en la psicología de mi alma, sin intentar conectarme a nada más que no sea lo mágico,
lo encantador o lo arrebatador. ¡Esos momentos están presentes en mi obra poética!
Es el retrato de mi asombro, el deslumbramiento, la perdición, amor, o dolor.
Con el nacimiento de mi amor por las palabras
y por las formas surgió también una certeza de libertad interior que jamás me abandonó.
Por tanto, crear y expresar mi creación a través de todos los medios posibles fue
tan natural como hablar, correr, jugar, amar, danzar, o aprender técnicas de expresión
artística.
En relación con la segunda pregunta, para
mí el mundo creativo es tan intenso, que simplemente brota. Mis poemas tratan de
mi relación emocional con las palabras y sus significados. Todos los significados
posibles adquieren forma concreta y visualizo las palabras en mi imaginación. De
ese modo, al escribir un poema o texto, dejo que las palabras fluyan por los sonidos
y los significados que poseen. Ellas están de tal forma ligadas a mí que forman
parte de mi cuerpo. Se adentran en mi ser y así fluyen, vierten, desabrochan, y
nacen en un gesto de ofrenda.
Las palabras son mis instrumentos afinados
y articulados a las imágenes. Es un proceso mneumónico e intuitivo que hace parte de mi personalidad, de mi alma.
De hecho, trabajo
con diferentes lenguajes y busco la forma de perfeccionarme con ellos. Curiosamente,
no recuerdo el hecho de elegir una foto, por ejemplo, para llevarla a la poesía
y viceversa. Por otra parte, paradójicamente, mis expresiones artísticas, sean un
dibujo, foto o poema, validan mis deseos ante del arte.
¡Siempre estoy frente
al enigma! A veces utilizo un lápiz o pincel para desvelarlo. En otras ocasiones,
la cámara fotográfica para revelarla. Hace algunos años usé el grabado para vencerlo
por la dificultad y me encantó el resultado sorprendente que obtuve. Pero, siempre,
siempre, respeto el misterio del descubrimiento, la revelación y la intuición.
Un proceso alquímico
y mágico cuya explicación está contenida en su liberación para el mundo sensible
y tangible. El placer del retorno de mi mirada que está siempre llena de misterios.
Hay una oscilación
de la mirada diferente para cada forma de expresión artística y ese hecho antes
de seducir al otro, me seduce a mí misma.
Mis obras no tienen
una filiación específica dentro del universo de las artes plásticas, de la fotografía
y de la poesía. Ellas se funden, unas en las otras en el momento de la creación.
El proceso creativo es un dínamo continuo. Un gesto en movimiento.
AP | En los últimos
años del siglo XX se denominó “creación genuina” a cualquier “bártulo”, “objetos
de la sociedad de consumo”, “adefesios industriales”, para citar unos pocos ejemplos…
¿Cuál es tu mirada a esta tendencia contemporánea? ¿Decadencia del arte?
LF | Alfonso, en cuanto a esa cuestión
de que en el siglo XX se denominó “creación genuina”, a los “objetos de la sociedad
de consumo”, tengo que decirte que como publicista que fui durante muchos años,
el mercado –incluido el de las artes– deseó recalcar representatividad y alto grado
de importancia cultural para refrendar acciones de marketing inherentes al campo
de la producción industrial y seriada. Al final, la publicidad también se utiliza
como una herramienta y soporte pertinente en el territorio de las artes.
Esta tendencia contemporánea
–llamémosla así–, “metalenguaje”, adquirió valor de mercado porque la representación
tendría la comprensión inmediata del gran público y generaría controversias de gran
impacto en todos los medios. No creo en la “decadencia del arte”. El arte es un
proceso evolutivo para más o para menos de acuerdo con el momento histórico de la
cultura humana. No es para demonizar algo que pasó de la tecnología al arte sin
comprender las revoluciones cada vez más frecuentes, provocadas por la evolución
de los diversos campos del conocimiento. No tenemos que volver la mirada atrás,
o si fuera así, mejor pasemos el borrador en lo que se ha dicho.
AP | Considero que
en los ámbitos surrealistas (las góndolas surrealistas) se da con mayor fluidez
lo que se denomina “creación interactiva”, en otras palabras el hecho de ser fotógrafo,
poeta, instalador, ceramista, editor y organizador de eventos culturales… La reflexión
me lleva a preguntarte: ¿Podrías hablarnos de la expo surrealista realizada en São
Paulo en los años sesenta?
LF | Mucho se ha dicho y escrito sobre
la 13ª. Exposición Internacional del Surrealismo realizada en São Paulo en los años
sesenta.
En 1965 me casé con
Sergio Claudio de Franceschi Lima –el gran articulador del Movimiento Surrealista
en São Paulo– no obstante, me limitaré a conversar de los temas puntuales para la
realización de la Muestra, y que se refieren a mi participación. En ese tiempo (1965),
tuve mis primeros contactos con el Surrealismo y con el Movimiento Surrealista de
París. Sin duda, quedé marcada para siempre… porque el surrealismo es un estado
del alma y presupone una manera de ser y actuar en el mundo. Hecho que, aun cuando
me envolvía en otros movimientos del arte contemporáneo, jamás me aparté de él –principalmente
en lo que se refiere a mi arrebatamiento por la poesía–.
Desde el principio
me identifiqué con el pensamiento revolucionario surrealista, las reivindicaciones
de lo sagrado y la posibilidad de ampliar mi mirada salvaje a la vida, de desarrollar
un espíritu libertario y desencadenante de fuerzas mágicas como forma de expresión
en el arte.
La exposición surrealista
de 1967 pretendió terminar, –según una exhortación contenida en la propia revista
A Phala–, con “juicios primarios sobre
el surrealismo, provenientes del desconocimiento o del confort mental y del provincianismo,
a partir, en la mayoría de las veces, de obras y no de sus autorizaciones, sino
de personas más interesadas en una actividad decorativa de evasión de mundos fantásticos
o irreales, de creaciones meramente superficiales de esteticismos”.
En el catálogo de
la Exposición yo firmé un Manifiesto en conjunto con Sergio Claudio De Franceschi
Lima y Paulo Antonio de Paranaguá, por el Movimiento Surrealista de São Paulo –entonces
incipiente, que presentaba convicciones– muchas de las cuales abrazo hasta el día
de hoy. El texto dice así:
El Surrealismo es un orden del ser que se cuestiona
a sí mismo y a cada avance de su existencia reformula las concepciones mentales
que lo configuran como un movimiento organizado.
Al relacionarse con todas las posibilidades de expresión
humana y de ésta con el mundo, el Surrealismo es el único movimiento del pensamiento
moderno que, constantemente abierto, propone como perspectiva la aventura de la
Vida.
Por medio de toda su evolución histórica, el Surrealismo
ha sido y continúa siendo, la punta más fina del maravilloso mundo humano.
Las reivindicaciones y su revuelta interior, desde la
efervescencia de su inicio hasta el clamor por un nuevo mytho a partir de 1940,
permanecen siendo lo que de más auténtico surgió de los pasajes emocionales de la
esencia humana en su anhelo de totalidad, de liberación.
La trayectoria nocturna del erotismo y de la magia,
se conjugan con el fulgor de la realidad de la Poesía en todas sus manifestaciones.
Y siempre el hilo fulgente de su clarividencia demarca
el ámbito circular de su afirmación de movimiento, en tanto que dinamiza la exaltación.
El Surrealismo propone en los días de hoy la conjugación
excepcional de las fuerzas antagónicas que rigen lo humano, a través de la imantación
permanente de los instintos y del conocimiento tradicional.
En la brecha majestuosa del porvenir, el Surrealismo
es la flor ascendente.
Son de fundamental
importancia para la comprensión de mi trabajo, los textos que escribí para la revista
A Phala, en su orden: I. “Introducción
al pensamiento Mágico Surrealista”; II. “Del Arte y del Juego entre los Mágicos”;
III. “La Quiromancia y el Montaje de la Exposición, como Mano Mágica”.
Mi contribución para
el montaje de la Exposición se amplió también para la escogencia del tema: la mano
y su intrínseca relación con las obras expuestas y un fragmento del texto de André
Breton: “Del Surrealismo y de sus obras vivas” que podía ser leído e interpretado
por el asistente a la Muestra, bajo la óptica del autor. Mi intención fue constituir
el montaje en términos mágicos y laberínticos y proporcionar al visitante la oportunidad
de “experimentar” la posibilidad de una iniciación y un nuevo orden de misterios
y comprensión del Arte.
Las “conexiones”
serían metafóricamente las líneas y los senderos de los cuales la palma de la mano
humana está constituida y aumentada de señales del destino. Por lo tanto, el
montaje obedeció a una orden determinada de iniciación a los misterios de las palabras
por medio de las relaciones visuales con las obras allí expuestas.
La lectura planteada
pretendió revelar el salto de la simple figuración plástica para constituirse, antes
de todo, en un movimiento de vida.
En la medida en que
cada frase del texto llevaba a una imagen (obra, vestuario, dibujo, collage, escultura
etc.), por medio de hilos, el visitante podría deslizarse por el Espacio de acuerdo
con la visión propuesta.
Para la exposición
inventé un objeto de funcionamiento simbólico –El anti-cinturón de castidad– como
propuesta de liberación del placer femenino, generalmente prohibido a las propias
mujeres.
Publiqué en la revista
A Phala un texto titulado “Homenaje de los siglos – una exaltación surrealista a la mujer”,
ensayo fascinante, a mi modo de ver, y totalmente libertario sobre el dominio que
la mujer debe ejercer sobre su propio cuerpo, pensamientos, creaciones, escogencias,
deseos. Una celebración inédita del femenino en el Brasil. El texto nos remite a
un concepto hoy, más que nunca, puesto en debate: el asunto del Andrógino Primordial.
Allí hago mención
“a la reunificación del ser humano sexualmente dividido en su unidad original, donde
él no era ni hombre, ni mujer, sin embargo, simplemente el ser humano desembocará
en la reunificación del ciclo terrestre con el paraíso en la consumación de los
tiempos” (De Divisionebus
Naturae II4, II8 de Scot Erigène) Leila Ferraz Lima en A Phala – junio de 1967.
Siempre
en A Phala presento una traducción para
el portugués de un manuscrito de Charles Fourier, impreso por las Ediciones Antropos/París
escrito por Simone Debout para el catálogo, bajo el tema “L’Androgyne Primordial”.
Es posible que esta traducción de Charles Fourier haya sido la primera publicada
en Brasil.
Mi poema
“Mi amor yo te hablo de un amor”, publicado en A phala, posteriormente integraría la edición de An International Anthology – Surrealist Women,
con la introducción de Penelope Rosemont (University of Texas Press – Austin,
1998). En ese mismo libro fue publicado mi ensayo “Secret of Surrealism Magic Art”.
En esta
Muestra participaron nombres emblemáticos del Movimiento Surrealista Internacional
y sin duda fue una exposición de Vanguardia. Lo mismo sucedió con la escogencia
de los temas de la Muestra y de los trabajos expuestos, creo que si ese movimiento
hubiera continuado, hoy tendríamos una historia de mayor relevancia en el panorama
del Arte Brasileño.
AP | En muchos de
tus poemas hablás de solidaridad, de viajes, azar, pero también del “amor”… Lo anterior
me mueve a preguntarte: ¿Cómo lo podrías describir, pintar, recitar, musicalizar…?
LF | Sí, en
muchos de mis poemas –sin divulgar– hablo de viajes interiores y alrededor
de muchas ciudades y países que visité. El azar siempre aparece en algunos de mis
poemas, pues ellos llegan sin pedir licencia. Algunas veces ellos permanecen, otras,
los desecho. Dolor y amor surgen en alto voltaje…
Son más de sesenta años de poesía, escribo
desde muy joven. En la adolescencia tuve contacto con Fernando Pessoa –hecho que me influenció sobremanera–. En
aquella época, mis poemas eran densos y hablaban sobre mis inquietudes, dolores
del alma y de las cosas que yo no comprendía. Solo intuía.
Después, me zambullí en el Surrealismo y la
escritura automática se convirtió en un punto de luz sublime. Ella iluminó mis palabras,
sentimientos, deseos e inspiraciones. La poesía pasó a ser mi oráculo. A través
de esta voz interior llena de revelaciones y misterios yo emergí, muchas veces,
para la creación no solo de poemas, también de dibujos, grabados que mostraban un
mundo mágico y hechicero. Criaturas estelares y astrológicas obtenían forma en los
poemas y trabajos gráficos. Figuras alquímicas, taxidermistas del tiempo, sibilas
y sus resonancias… Ese “trance” poético, por decirlo así, surgía con frecuencia
en mis poemas y manifestaciones plásticas, como en las pinturas, grabados y dibujos.
Misteriosas imágenes que podían tomar cualquier forma de materialización.
A los días, con todo, dos puntos se fijaron
en mí como faroles: la poesía y la fotografía. No obstante, recientemente, mi expresión
fotográfica volvió a manifestarse cargada de simbologías y significados algunas
veces herméticos. Mis últimos collages –y fotomontajes– a partir del soporte de
la fotografía digital y sus recursos de edición son una fuente de evidencia de ese
acontecimiento… Para mí una verdadera revelación. Tú me preguntas, si yo podría
¿hacer música? No sé. Solo una vez, en la Cooperativa de los Artistas Plásticos
de São Paulo, presenté una ¡performance poética! Fue un bello evento que me dio
mucho placer y la señal de practicar manifestaciones semejantes adelante. Lo que
no me sucede ahora. El deseo está incubado en mi imaginación. Por otro lado, trabajé
como publicista, durante décadas, y produje muchos guiones para comerciales que
se convirtieron en filmes comerciales. Esa instrumentación era accesible, no obstante,
todavía no elaboro nada de ese modo considerando mi imaginario y la poética.
Retomo nuestra conversa, te comento un poco
sobre mi libro Cometas. Creo que en esos
poemas, transgredí poco. Al contrario de lo que sucedió y todavía acontece en mis
trabajos. En Cometas, los poemas son serenos,
sin arrobos o pasiones. Hoy, para mí, se asemejan a una imagen en cámara lenta.
Imágenes suaves que existían dentro de mí y procuraban ganar vida. Yo misma publiqué
los cien ejemplares del libro. Muy bien realizado con recursos gráficos que yo tenía
a mi disposición y el acabado también artesanal. Era como una tentativa de presentar
una bella edición… quizá es algo que ¡no sobrevive a los 30 días! ¿Cómo te explico?
No sé. Esta es la primera vez que me pongo a analizar mi libro Cometas. Me parece que la transgresión en
mí consistió en colocar un sobre color naranja que ocupaba las páginas centrales
del libro. Dentro de ese sobre hay una foto en tonos azules que revela un detalle
de un desnudo. Como te digo, el libro entero solo existió y tuvo un sentido que
se identificaba con mi mundo mágico, porque dentro del sobre había un poema visual
con la imagen de lo femenino. La adolescente, la muchacha, la mujer que soy yo en
su transgresión plena.
En Poemas
Plásticos (también editado en la época en que participé en la Cooperativa de
los Artistas Plásticos de São Paulo) realicé poéticamente por medio de las palabras
mi fascinación por el dibujo, la pintura, el collage, y la fotografía. Cada poema
es una elegía a los instrumentos –las herramientas– de la expresión plástica. De
ese modo el lápiz produce bulla en la escritura que simula su sonido a través de
las palabras ruidosas, las pinceladas son representadas por palabras con sensualidad;
los colores, frases imaginarias de sueños en movimiento para la realidad. En Poemas Plásticos conseguí avanzar bastante
en mi poética. El libro establece el momento en que me descubrí plural. Una persona
capaz de ejercitarse por cualquier medio o soporte utilizado.
Poemas Plásticos
–una planicie
sin dramas en mi obra–. Un momento de belleza intensa porque las palabras fluyen
y afloran los sentimientos y los sonidos de la naturaleza de las cosas. Me paree
que en Poemas Plásticos realicé un matrimonio
alquímico, sin valerme obligatoriamente de la alquimia como sentido implícito. En
esos dos libros, mi desorden tomó una forma sensible, posible, única y desarmada.
Confluyen las imágenes y las palabras. Una revelación.
Meu mago, meu bruxo
de milhões de instantes, meu dia de Ulisses chegando a Ítaca.
Subo
as escadas inexistentes do teu olhar mágico.
Quero
pronunciar teu nome,
Mas
me tapam a boca mil mãos de pais e mães distantes.
Lá no
teu quarto de Samurai te vejo sobre o leito desfeito
De braços
abertos e sorriso pronunciando meu nome…
Venha
e cole teu corpo ao meu Olimpo.
AP | Este fragmento
esgrimido de tu poema “Primeiro Mestre – o mago” (Catálogo de la Expo Las llaves del deseo) es muy apropiado para
medir tu energía poética y tu brazo broncíneo con tea ardiente en el corazón de
la magia, ¿deslumbramiento o posesión hechicera?
LF | Me gustó mucho tu expresión ¡”brazo broncíneo”! ¡Que bella
pregunta! Hace mucho tiempo percibo la unión total de mi voz poética y audible al
acto de escribir automáticamente. En un cierto sentido, al verter mis poemas, vivo
una “experiencia límite” –como
Roland Barthes la describe–.
No voy a afirmar que es una revelación,
más bien creo que es un encantamiento. El acto poético desencadena un proceso de
sucesivos encantamientos. En ese proceso, mi memoria se abre para las experiencias
vividas y para los sueños soñados. No hay puertas, umbrales o verjas para mi imaginario.
Las palabras se sueltan –pero
no se marchan–. A través de las palabras reflejo
mis elecciones y ellas ya no me abandonan. Por el contrario, se refinan y encantan
mi ser –el único ser– capaz de captar y revelar un orden universal particular.
No creo que sea mediúmnidad
o que yo reciba algo que alguien me transmita del más allá, sin mi conocimiento.
Por el contrario, pasé a tener pleno dominio de ese estado hasta el momento de concluirlo.
Muchas veces creo que es la emoción que se manifiesta en su forma más sublime, bella,
tocada por la fuerza del amor. Capaz de “abrigar varias conciencias”. Me encantaría
que fuera una posesión hechicera –pero no lo es–. Es, eso sí, un abrazo con la inspiración.
Esa fuerza, esa energía que levanta mi brazo de bronce ardiente y lo sumerge en
el corazón de la magia, como tú apuntas.
AP | En tu trayecto
–fotos, textos, cadáveres exquisitos, complicidades poéticas visuales– has tatuado
una impronta de incuestionable coraje y cuantía, sin embargo, creo que es importante
destacar tu trabajo dentro de los parámetros del “automatismo”, eso me lleva a preguntarte:
¿Podés contarnos o adelantar como es el libro que trabajás con tu parceiro Floriano Martins?
LF | Me parece haber adelantado, en la respuesta anterior, un segmento
de mi proceso de escritura automática o “automatismo”. Con certeza, el acto de escribir
poemas no es un “monólogo interior”. Más bien es sumergirse en las aguas más profundas
del océano anímico –mi espacio interior–. Esté donde
me encuentre. Fui tatuada al nacer, figuradamente hablando, y seré de ese modo para
siempre.
Tengo un canal abierto
con lo desconocido. Con lo prohibido y con la Belleza. Me familiaricé, durante toda
mi vida en viajar del subconsciente al inconsciente y viceversa, sin precisar o
acudir, obligatoriamente, al espiritismo o a los estados alterados de conciencia.
Yo me entrego al delirio con la certeza de conformar una creación en las manos –muchas
veces sorprendente para mí misma–.
Un juego que practico hasta el día de hoy
es el de iniciar un texto o poema con una palabra y después la asocio a todos los
posibles sinónimos. En un momento dado llego a la paradoja de las imágenes: y entonces
me veo en la posición de resolverlo. Para eso, utilizo un antónimo de la palabra
inicial y continúo con el texto o el poema en el más puro estado lúdico. Ese fue
un juego que comencé a hacer desde niña y que me sirvió más tarde para comprender
el momento necesario de concluir un proceso automático para transformarlo en algo
importante.
En el caso del poema “Primeiro Mestre – o Mago”, tal hecho no ocurrió. El poema me llegó como la imagen de un recuerdo.
La diferencia es que las palabras –cargadas de los significados que deseé– resultaron
una expresión de fuerza ardiente, apasionada. Ese momento raro de iluminación plena
de un instante de mi vida es vislumbrar la eternidad, sin cualquier sombra de duda.
Mis poemas son así.
Con Floriano Martins
rebasamos los límites de nuestros contornos y conquistamos un espacio de pensamiento
y deseo. Comenzamos a escribir poemas sin habernos conocido personalmente. En algún
momento de nuestras correspondencias, el voltaje alquímico fue tan fuerte que dejamos
de ser Floriano y Leila y nos transformamos en un flujo poético al unísono. Unimos
nuestras personalidades trazando una entrañable línea de tensión entre lo erótico
y lo poético, como afirma Floriano en uno de nuestros diálogos, y así criamos
y nos criamos en los poemas.
Nosotros nos superamos
a través de esos poemas y fuimos transgresores de los sentidos y de la conciencia.
Fuimos atemporales y sublimes. Abandonamos nuestros cuerpos y nos manipulamos en
el campo de la alquimia y de la magia. Fuimos delirantes, quiero decir, entramos
en una especie de delirio y nos entregamos al placer de descubrir lo primordial
que nos unió. Navegamos de uno para el otro en versos. Libres y revolucionarios.
Transgresores.
El libro estará configurado
de poemas de Floriano Martins, mis poemas y otros en complicidad. Las imágenes plásticas
que vengo criando para ese libro acompañarán los poemas de Floriano… y las imágenes
plásticas que él creó estarán al lado de mis poemas. También incluiremos los poemas
al alimón. Me parece que este desarrollo es una idea linda sobre el automatismo
surrealista y la construcción de un “cadáver exquisito”, trabajado por dos poetas
que se lanzan en una aventura sin fin por las profundidades de sus existencias y
pasiones.
AP | De alguna manera
¡”Brasil no conoce a Brasil”! Es una máxima que se balancea en el péndulo y nos
transporta a muchos campos: la política, la economía, el arte, el fútbol, los carnavales,
el militarismo… en los medios impresos y electrónicos planetarios se argumenta –a
favor y en contra– del “Gigante del Sur”. ¿Tu ojeada a la encrucijada brasileña?
LF | El arte
es un lenguaje. Y como tal, posee un enorme vocabulario de poder y de interpretación.
Creo que solo por la consideración de esos dos aspectos somos capaces de descifrar
imágenes y de posicionarnos delante de los diversos campos de actuación de la cultura
brasileña. Podemos comprender como Cultura Brasileña los campos que tú destacaste:
política, economía, fútbol, los carnavales, el militarismo, el arte, entre otros,
como ciencia y tecnologías.
En mi opinión, Brasil vive hoy una crisis
de aguda identidad. Y tal hecho se refleja en las Artes –dejaré de lado los demás
campos– que pasan a ser un péndulo de conceptos que oscilan
entre convenciones y desconstrucciones. En los días actuales, quiérase o no, el
artista, el escritor, el poeta, el músico se ven obligados a tomar partido y comprometerse
personalmente o en grupos para poder desplazar “el lenguaje de sus centros de poder”.
El Brasil sufre de una falta de veracidad
constante y poco se ha hecho para mantener una postura ética capaz de reflejar ciertas
representaciones de la vida cotidiana de los brasileños. Digo poco, porque lo que
está mostrado, evidenciado y articulado muchas veces posee un sentido de falsa evidencia
–lo que se ve es lo contrario del mito en la acepción
más ideal de la palabra–. Todo lo que no puede soportar una atención excesiva está
descartado y así se transmiten falacias y superficialidades intentando cargar de
mitos y signos éticos y estéticos para este país del tamaño de un continente. Que
carece de lenguaje propio, por qué su sociedad engulle y adopta lo que no es capaz
de filtrar. Todo ya viene masticado... ¿Pero cuáles son las bocas que prepararon
ese alimento indigesto? Estoy seguro de que la desmitificación de esos “mitos consagrados”
ha sido, hasta entonces, una tarea de la política desacreditada y de cierta forma,
de las élites económicas, sociales, artísticas, de los medios de comunicación y
de difusión. No estamos hoy por encima de estos clichés insoportables. No obstante,
dentro de ellos. En una mezcla confusa que presta, como lenguaje, una babel ensangrentada…
la historia de este país está llena de ambigüedades, pésimas referencias –no por
falta de las buenas referencias–, sino porque éstas no tienen voz
en medio del bullicio estructural porque no creen en ideas y métodos capaces de
descifrar signos. Están todos aquí. Listos para quienes deseen verlos funcionando,
aceptar el pedido y dar cuenta de la demanda sociocultural de este Brasil.
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EDIÇÃO
COMEMORATIVA | CENTENÁRIO DO SURREALISMO 1919-2019
Artista
convidada: Francesca Woodman (Estados Unidos, 1958-1981)
Agulha Revista de Cultura
20
ANOS O MUNDO CONOSCO
Número 146 | Novembro de 2019
editor geral | FLORIANO MARTINS | floriano.agulha@gmail.com
editor assistente | MÁRCIO SIMÕES | mxsimoes@hotmail.com
logo & design | FLORIANO MARTINS
revisão de textos & difusão | FLORIANO MARTINS |
MÁRCIO SIMÕES
ARC
Edições © 2019
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