Los pocos hernani que hubo en la historia del teatro parece que no alcanzaron la rara intensidad (de furiosos ataques y altruistas ditirambos) en contra o a favor de Pingüinas.
Víctor Hugo tuvo el honor de ser acogido con el primer
hernani. De sus defensores no recibió
críticas tan entusiastas como las que (generosamente) llovieron sobre Pingüinas. Las cinco críticas hostiles e incendiarias que condenan a Pingüinas, para Víctor Hugo se multiplicaron
por cinco.
Georges Bizet tuvo el honor de que su Carmen fuera acogida con un hernani monumental (1875). Hernani que acabó matándole a los 37 años,
en plena representaciones del desastre.
Entre otros, el propio director de la Opera (horrorizado de tener que cumplir con
las 150 representaciones del contrato) afirmó: es música para cochinchinos, no se comprende nada.
Ronconi y Mariangela Melato tuvieron el honor de que
su genial Orlando furioso de Ariosto fuera
acogida con un hernani gigantesco. Los
mejores críticos no comprendieron ni el texto, ni las razones por las que unos cajones
gigantescos se paseaban como carneros
por el escenario.
Oh
Happy Days, Beckett y Madeleine Renaud tuvieron
el honor de que su genial espectáculo fuera acogido con un hernani colosal. Toda clase de chascarrillos y bromas diluviaron sobre
el tronco de la actriz enterrada y sobre el entierro
de Beckett.
Una prodigiosa del francés tuvo el honor de ver acogida
su siempre honesto esfuerzo con un mini-hernani.
Entre otros uno de los mejores novelistas del país, gran conocedor del mejor teatro
y crítico, entonces, del diario Arriba,
la condenó por su traducción de Fin de partie
de Beckett. Razón: traducir [Ma colère tombe]
j'ai envie de faire pis por lo que el
articulista de Arriba juzgó como una traición
al lenguaje acerbo de Beckett: tengo ganas
de hacer pis.
Edmond Rostand tuvo el honor de ser acogido con un Hernani – previo (1875). Las lumbreras del
teatro, los más prestigiosos expertos, los profesores más competentes, unánimemente,
aconsejaron la no representación de semejante
Cyrano de Bergerac. Todos coincidían: la obra era un petardo insoportable, un bodrio de la guerra del Peloponeso, a
nadie le podría gustar. El director del Teatro de la Porte Saint-Martin (que pensaba
lo mismo que los más sabios) pidió al autor y a los actores que, por favor, solamente
representaran tres funciones (dado los compromisos que desgraciadamente había adquirido).
Todos conocen lo que sucedió, con Cyrano o por ejemplo con Jardiel Poncela
…entre los furiosos ataques contra Pinguinas:
un
escándalo, un desmadre surrealista, el femenino
elenco con muchos chistes de chabacanería, extravagancias corporales que hace ejercer a las actrices, el femenino elenco con muchos desparpajos,
ideas que sólo se atreve a enarbolar alguien
con unas cuantas copas, una noche del
bochinchero cerebro del autor, despropósitos
de sonidos y ruidos, acciones gestuales
arbitrarias, espectacular despliegue de naderías, una sucesión de insensateces y mamarrachadas, cohorte de pelotas, enorme broma
contra el espectador, un aluvión incoherente,
el mayor desaguisado teatral, no hay forma humana de salvar este material,
delirio escandaloso, motor gripado, traído porque sí, ideas volanderas
sin concretarse, chistes fáciles,
disquisiciones circenses, para desesperación del director, se pueden oír frases como eres más cursi que un pie sin uñas o o te bajo como a Mary Poppins, las bragas a pedos, surrealismo histérico…
...entre los altruistas ditirambos para Pingüinas:
es
algo soberbio y grande, bello y raro, efervescente y genial, triunfo
loco y transgresor, el teatro el
que espolea al espectador , el tesoro
de su estilo, el lirismo irrumpe con intensidad,
reivindica el
deseo de morir de amor, deslumbra por su belleza, será probablemente la mejor producción española
que veamos en teatros esta temporada, Arrabal,
seguirá brillando, es una cabalgata frenética
de ideas y de conceptos, en un castellano
exótico de puro puro, refrescante y lógico y chispeante como pica-pica, un Cervantes libre,
con voz de mujer, que ha sido aclamado en el Matadero de Madrid , un milagro,
la locura está servida, ellas son mujeres lesbianas, tan arrabalescas
como cervantinas, todas ellas en movimiento
armónico permanente, un totum revolutum
con inteligencia y ritmo, es uno de las
mayores acontecimientos del teatro.
No necesitamos a un Nietzsche como para Carmen. En España hoy, los hay, nos han escrito,
nos emilían, nos llaman. Desde los mejores dramaturgos de mi quinta, hasta los pioneros
del mañana.
Un trance parecido no se puede extirpar así.
No solicitamos, ni premios, ni recompensas, solo pedimos
que no aborte lo que está naciendo con esplendor.
Sí, el ciego Borges,
¿feliz? sí, !feliz!,
a punto de morir,
me dijo
(como si quisiera hablar
a los poetas y dramaturgos de mañana):
hay
que vivir generosamente,
generosamente,
generosamente…
Constanza (bromeando).- Aprovechándote, impunemente y
con alevosía, de que el niño Miho solo tenía 10 añitos, previste que a sus 33 años
sería esclavo en...
(Miho es un esclavo.
Está encerrado
en una jaula
con ruedas.
Le traen y le llevan.
Exhibiéndole
como a una fiera.
Leonor intenta aproximarse
sin lograrlo.)
Leonor.- Soy tu madre Miho. Hijo mío. Quisiera poder
ampararte: en tu país estabas mal en un sitio y tuvieron que trasladarte a otro
peor; no te ofrecieron un destino; te apremiaron con procesos; siempre has estado
sujeto a una vida irregular; te encarcelaron y ahora estás encerrado esclavo en
una cárcel "antigua y lóbrega". No te dejaré morir esclavo.
(La jaula con
ruedas corretea
por el escenario.
Leonor tras ella.
No le permiten acercarse a Miho)
Leonor.- Encontraré los escudos que faltan, - con los que dejó la abuela en su testamento-
para que los trinitarios paguen tu rescate.
(La jaula sigue
correteando
con Miho encerrado,
Siempre Leonor
insistiendo por ver a su hijo)
Leonor.- Llevo casi cinco años suplicando por tu liberación.
Sería tan sencillo...
Constanza.- ¿...cuántos escudos piden por tu liberación?
Leonor.- Los mismos , un doblón sobre otro, que significaría
el gran premio de las letras del país.
(La jaula sigue
correteando,
dando repetidas vueltas,
con Miho encerrado dentro de ella.
Nunca Leonor puede llegar a alcanzarla.)
Leonor.- Tu padre no nos puede ni sabe ayudarnos. Para
que las autoridades me hagan caso a pesar de su pusilanimidad me disfrazo de viuda.
(Miho encerrado
en la jaula,
le siguen exhibiendo.
Siempre Leonor
pidiendo ver a su hijo)
Leonor.- Cuántas veces lloro desconsolada por no poder
expresar con palabras lo mucho que me faltas. Cómo quisiera adornar tu vida, en
tu suplicio, con un cachito de dicha.
(La jaula brinca
por el espacio
con Miho dentro de ella)
Leonor.- Sueño con volverte a ver libre
y abrazarte...
con besos reventando melancolía
con besos bizarros como el garbo
con besos salpicados de lágrimas e hipos
con besos de sabios zumbidos
con besos reverentes y justos
con besos ministrados por el arrebato
con besos impacientes
con besos graciosos como de niña a niño
con besos torpes pero, ¡tan dulces!
con besos sin freno
con besos de fulgores precisos
con besos enredados en la peripecia
Nadie nos podrá apremiar cuando nos sintamos amparados
y libres.
(Corretea la jaula
y tras ella Leonor)
Leonor.- Cómo nos endomingábamos en Alcalá de Henares
los días de fiesta; pero nunca para los demás , sino para nosotros dos.
En el tiempo de un suspiro fui siempre me sentí hermosa
junto a lo que escribías...
(Desaparece la
jaula,
con Miho, por los aires)
Si te liberaran conocería un momentito de eternidad.
Con qué ahínco descubriría el tiempo contigo.
Las palabras me faltan donde el dolor me sobra.
*****
Agulha Revista de Cultura
UMA
AGULHA NO MUNDO INTEIRO
Número
158 | outubro de 2020
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geral | FLORIANO MARTINS | floriano.agulha@gmail.com
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