terça-feira, 22 de dezembro de 2020

CONEXÃO HISPÂNICA | Germán List Arzubide

VÍCTOR TOLEDO | Germán List Arzubide: el valor histórico-poético de la vanguardia

 


Dos luceros iluminan la vida de Germán List Arzubide: la vanguardia poética y la pasión social, que en realidad son una sola estrella, elección de un sólo destino: el ser revolucionario, “el más alto escalón al que puede aspirar un ser humano” diría otro guerrero poeta que, como Garcilaso de la Vega, murió asaltando el cielo.

En estas dos cintilaciones poderosas, el brillo poético romántico -como una llama azul-: “cambiar al mundo”, refulge sobre todo, tal titánico trasatlántico, envolviendo y destrozando los iceberges afilados del futuro.

El viejo roble, testigo y sabia de aquella era de gigantes, se ha ido por un tiempo a recoger estrellas de verano en sus raíces.

El soldado niño de la revolución mexicana, el joven sembrador de letras y lecturas para el “hombre nuevo” americano, el viejo Capitán del ejército sandinista, son hijos de un sólo espíritu, el Espíritu de la Poesía.

Cuántos, pudieran imaginar siquiera que existe tal magnitud: la entrega entusiasta y pura a la plenitud de los demás.

Quién negará que también desde Xalapa y Puebla -la recatada provincia, pero iniciadora verdadera de la gesta revolucionaria- Germán List Arzubide junto a Manuel Maples Arce, será el fundador de la primera vanguardia artística universal, el estridentismo, unísona –no inmediata posterior- de la italiana futurista.

List Arzubide (Puebla, 31 de mayo de 1898 – Ciudad de México, 17 de octubre de 1998) estudia en 1913 en la Escuela Normal de Puebla y, recién abierta la carrera de leyes, ingresa al Colegio del Estado (hoy nuestra Universidad Autónoma), pero eran los días en que se desataba la segunda etapa armada de la Revolución Mexicana con el parricidio de Madero y Pino Suárez. Así a los quince años, List se fue a la guerra y se truncaron sus estudios.

En 1920 iniciada la pacificación y con la muerte de Carranza, de quien era estudios de abogado, pero en el Colegio del Estado siguen encumbrados en sus cátedras los viejos maestros porfiristas, los “científicos”, y esto, chocando con sus ideas de renovación, le impide proseguir. Abandona el Colegio y funda sucesivamente las revistas Vincit y Ser, donde da a conocer estudios literarios e históricos de diversos autores poblanos y universales, luego conoce el estridentismo y en enero de 1923, junto con Maples Arce, lanza el Manifiesto Estridentista # 2, que algunos historiadores han calificado de universitario, en el que se hace un ardiente llamado: “Irreverentes, afirmales, convencidos, excitamos a la juventud intelectual del Estado de Puebla, a los no contaminados de reaccionarismo letárgico, a los no identificados con el sentir del medio colectivo del público unisistezimal y antropomorfo, para que vengan a engrosar las filas triunfales del estridentismo y AFIRMEMOS:

Primero.- Un profundo desdén hacia la ranciolatría ideológica de algunos valores funcionales, encendidos pugnazmente en un odio caníbal para todas las inquietudes y todos los deseos renovadores que conmueven la hora insurreccional de nuestra vida mecanicista.

Segundo.- La posibilidad de un arte nuevo, juvenil, entusiasta y palpitante, estructuralizado novidimensionalmente, superponiendo nuestra recia inquietud espiritual, al esfuerzo regresivo de los manicomios coordinados, con reglamentos policíacos, importaciones parisienses de reclamo y pianos de manubrio en el crepúsculo.

Tercero.- la exaltación del tematismo sugerente de las máquinas, las explosiones obreriles que estrellan los espejos de los días subvertidos. Vivir emocionalmente, palpitar con la hélice del tiempo. Ponerse en marcha hacia el futuro.” [1]

¿Quién olvidará su hazaña?, cuando transporta a través de territorio norteamericano la bandera del Imperio, que Sandino arrebata, ocultándola como su fragante ropa íntima -ante los furiosos intentos del lobo por recuperarla-

y tendiéndola a orear en Nueva York, frente al orgulloso desfile del día de acción de gracias; los que marchaban, ejército y policía, pensaron que en aquel departamento había un americano más que ondeaba su impoluta bandera desde un patriótico balcón. La misión era presentar el lábaro trapo en el Congreso Internacional de la Paz en Franfort, Alemania, como prueba simbólica mayor de la invasión norteamericana a Nicaragua.

Esta editorial –tan actual-, trazada por su pluma enardecida, apareció en Ser, #5, del 15 de noviembre de 1922, en Puebla.

“Provocada por la tensa situación diplomática entre nuestro país y los Estados Unidos al finiquitarse el convenio De la Huerta-Lamont (el 16 de junio): establecía la responsabilidad mexicana para el pago de las deudas externas y por tanto reabría el crédito planetario mexicano: Los últimos acontecimientos con los Estados Unidos, han exhibido el desdén de ese pueblo imperialista para la legalidad, interpuesta contra su dictado de pueblo fuerte.

Después de negarle a México derecho por no estar reconocido, a hacer sus reclamaciones judiciales ante los Tribunales Americanos, admite que pueda ser enjuiciado en esos mismos Tribunales, donde no logrará solicitar su defensa; y acatando la orden de un juez, viola -atropellando los dictados de Derecho Internacional y olvidando la consideración que los pueblos se deben mutuamente-, el Consulado de México: lugar que siempre fuera comprendido como una prolongación de la patria que representa.

Es la eterna garra levantada sobre la América que sueña; ¡y pensar que todavía hay quien se afane por acercarnos al futuro invasor! Ay del que crea en el yanqui; ¡del que olvide su conducta con Nicaragua, con Cuba, con Santo Domingo, con México!

Un ojo de ambición espía en la sombra; cuando nuestra confianza se despoje del escudo, y nuestro odio abandone la lanza, el enemigo romperá las fronteras, y -nuevos bárbaros sobre la Roma descuidada-, la brutal avalancha caerá sobre nosotros.

Escuchemos sus rugidos de león hambriento (...) de poder, observemos sus gestos amenazadores alzados sobre nuestros derechos inaceptables de pueblos débiles, como la sombra inmensa de un buitre que acecha ebrio de orgullo y de desdén.

¡Ay de los que olviden que un día nos atropelló y nos arrancó, cobarde, una parte del territorio! ¡Ay del que optimice en un futuro, que sólo puede salvar la

lucha! El peligro rubio se yergue amenazador detrás del Bravo; somos presa codiciada de una raza que sueña vernos -y detrás de nosotros a toda la América Latina-, a sus plantas, tributarios de su poder.

“La guerra futura - ha dicho Vasconcelos- la librarán las razas”. La guerra futura encapota ya nuestro horizonte; somos la raza contraria, somos el pueblo débil, y somos, ¡oh dolor!, la barrera que impide el paso hacia el Sur codiciado. Desgraciado el que no levante su odio y su desconfianza como una haz de llamas clamando a prepararse.

¡Ay de la América que alimenta odios pequeños, en la hora en que sólo debe alimentar un odio grande; de la América que discute cuando debiera unificarse; de la América que no aprieta sus filas bajo la bandera de la defensa!

Una campana está llamando a combate. ¡Ay del que no la escuche!” [2]

Pero hasta hace poco, el servidor del príncipe le negaba desplegar su razonar humanista arropado por su característica albura y valentía, temía aquél, dejar que otro pudiera oír su voz: hace unas semanas, por ejemplo, se publicó, al fin, en Excélsior, una carta “traspapelada” donde Germán criticaba al preferido de la corte, Octavio Paz, el gran poeta defensor ardiente de la democracia y feroz enemigo de toda dictadura, que sin embargo, no toleraba opinión mínima que disintiera de la suya.

Mas el viejo roble aún hablaba, y tronaba cada vez el rayo de su voz ante lo que consideraba una injusticia. La carta la leyó Paz en la otredad, allí, donde ahora finalmente estrecharan sus manos.

¡Quién dirá aún, después de este reconocimiento universitario [3] que difunde por primera vez completo su historial, su bibliografía y su curriculum, sólo hasta hace poco elaborado, que son insuficientes sus méritos literarios o periodísticos?

Después del escándalo poblano, provocado además por las frases del más famoso manifiesto que él sobre todo pergeñó junto a Maples, donde se leían desde todas las esquinas blasfemias tales como “¡Caguémonos: Primero.- En la estatua del Gral. Zaragoza!, bravucón insolente de zarzuela! (...) horror a los ídolos populares (...) ¡Viva el mole de Guajolote!”, que por supuesto provocó una serie de golpizas al poeta por parte del ofendido estudiantado; Germán List inicia una trayectoria de poeta vanguardista, que le dará fama universal, con cuatro libros de poesía estridentista, Esquina, 1923, Viajero en el vértice, 1926, Cantos del hombre errante, 1970 y El libro de las voces insólitas en 1986. Otro libro se queda inédito, elaborado al alimón con Tina Modotti, él pone los poemas, ella grafita las fotografías, mas, sucedida la detención de Tina, en 1929, es decomisado junto con el resto de sus pertenencias y se extravió, hasta que en septiembre de 1998 es ubicado legajadamente en el archivo del poeta que pudo trabajar de vuelta en él.

Aún escribirá su más célebre libro de vanguardia EL Movimiento Estridentista, crónica del grupo, publicado en 1926. El conjunto de sus libros estridentistas los que tratan de la poesía, la del germen germano de Germán, del espíritu puro, le mereció innumerables y elogiosos estudios de la crítica internacional y de los historiadores de arte y literatura como los del filósofo alemán Klaus Meyer-Minemann catedrático de las universidades Libre de Berlín y la de Hamburgo; el poeta, filólogo e historiador rumano Stefan Baciu; el crítico neoyorquino Sergé Fauchereau; el historiador y director del Archivo de Arte Moderno de la Bienal de Venecia, Pontus Hulten; el historiador literario argentino Luis Mario Schneider; el equipo de investigadores del poeta brasileño y crítico literario Horacio Costa (también estudioso de la vanguardia brasileña, el Concretismo, y de unos de sus mayores poetas Haroldo de Campos) la crítica, de origen alemán, la doctora Silvia Pappe, entre otros.

 

Así, surgen las

Ciudades que inaugura mi paso

mientras los ojos de ella

                        secuestran el paisaje /.../

              los hilos del telégrafo

              van colando la noche

 

y en las últimas cartas regresó la distancia

y con la boca abierta

 el crepúsculo espera

que se resbale la primera estrella /.../

              El balcón

                   de su adiós

                   se entrega entero en una conversión

en las esquinas

              las muchachas inéditas

han encendido los voltaicos

y el paisaje metido en los eléctricos

va diciendo los nombres retrasados

Un vals en el exilio

remendado de notas de colegio

                   Y

 cruzado de brazos

                   el HOTEL

lacrado con el grito de todos los países

                   y un pobre tiempo viejo

Esta ciudad es mía

y mañana

la arrojaré a puñados

al camino de hierro

 

De esta manera la capital -anónima y universal, cósmica y metafísica - amaneció una mañana, amurallada de carteles.

¡Quién le restará méritos, cuando él realizó, el teatro guiñol mexicano y su obra Troka el poderoso -hasta hace poco descubierta- fue musicalizada, en un poema sinfónico, por Silvestre Revueltas!

Cofunda en 1932 con Germán Cueto y Angelina Bellof -la esposa rusa de Diego Rivera- dicho teatro, “como un medio de enseñar divirtiendo a los niños”, con estos mismos fines escribe al lado de su hermano Armando toda la historia de México, para radio, trasmitida primero de 1935 hasta 1940 y luego en sucesivas ocasiones.

El guiñol fue un verdadero esfuerzo educativo que abanderado con el personaje de Comino tenía por propósito forjar una juventud crítica e inteligente además de promocionar asuntos de higiene y formalidades de educación mínima. Algunas de estas obras son de un bien logrado lirismo como Mi amigo el gato que fue también musicalizada por Carlos Chávez.

Quién continuará negándolo, cuando “la primera crónica fantástica”, al decir de un connotado crítico; [4] es un clásico mexicano, libro delicioso donde -para mí- alcanza su excélsior vuelo de poeta. Me refiero a El Movimiento Estridendista.

En parte por lejanía en el tiempo -principios del siglo-, en parte por las dificultades para publicar -las imprentas eran escasas o se destruían por el fragor revolucionario-, y en gran parte por no pertenecer al grupo en el poder -desde los Contemporáneos hasta el de Octavio Paz-, el grueso de la obra del poeta poblano -más de un centenar de libros, contando algunos ensayos inéditos o perdidos- es desconocida o ignorada.

Gracias a este máximo reconocimiento universitario, desde Puebla, a través de los medios- se están difundiendo valiosos documentos inéditos: Cartas de Carlos Chávez, Carlos Pellicer, José Gorostiza, José Vasconcelos, José Mancisidor, Manuel Maples Arce, Lombardo Toledano, etc., así como ensayos, poemas y poemarios inéditos.

¡Quién negará que fue uno de los constructores del México de hoy, como soldado revolucionario, como alfabetizador, como maestro, como decano del periodismo nacional, como geógrafo, como historiador, como diseñador de programas de gran importancia que organizaban los conocimientos y su distribución: cimientos de nuestra pedagogía y nuestras humanas ciencias!

Primer biógrafo de Zapata y uno de los primeros de los hermanos Flores Magón, Germán Lis Arzubide, fue subcomandante en jefe de esa literatura de la estrategia de brillante y jocosa propaganda, el Estridentismo.

Por ir a Franfort al congreso de la Paz, a entregar la ya mítica bandera del invasor, financiando personalmente, sus propios gastos de pasaje y sustento, a su regreso, perdió su casa, hipotecada para tal fin, y perdió a su primera mujer -que realistamente, lo dejó, cansada de tales desplantes poéticos, altruistas y epopéyicos-.

El sin camisa, el descarnado, el desconsolado en su torre abolida, pero con su sol-yema viva y resplandeciente, donó su casa en Puebla para crear un centro cultural, y el vivo, como siempre, el que no tiene ideales tan excelsos, apropiándosela, la convirtió en una cantina más del centro de esta ciudad. Últimamente Germán sólo pedía que el antro “aunque sea llevara una placa con su nombre”.

El fue el primero que defendió en México a Antonin Artaud -tan admirado por Octavio Paz-, y unos de los primeros en salir por la causa indígena, el que apenas en reciente carta se identifica con la rebeldía juvenil del rock, el loco -eternamente joven- que atacaba a los molinos que querían tragarse al aire, amorosa y humanamente respirable.

Con puntualidad en este justo homenaje a su vida y obra -fundidas poéticamente en una práctica totalizadora- se refieren -al fin- sus méritos.

Al apagarse su llama -momentáneamente- se apagan con ella los sueños más grandes de su época, que son los sueños más grandes de este siglo, que es el siglo que más grandes sueños ha tenido. Germán List Arzubide, es el poeta poblano más importante de esta centuria -así como lo fue en el pasado XIX, el otro gran olvidado por sus coterráneos, Manuel M. Flores -el mejor poeta romántico mexicano-. Con ellos dos, Puebla, tiene lo suficiente -cultivándolas- para formar una de las tradiciones poéticas más ricas de México y América. Una de las más revolucionarias. Y no olvidemos al poeta colonial, inmortalizado por su madrigal, el “sevillano-poblano” Gutierre de Cetina, motivo de este libro.

De la nueva palabra escribió List Arzubide: “Han de pasar algunos años para que esta forma de poesía penetre en los cerebros mecanizados de la gente. Durante mucho tiempo se le ha dado la poesía en marcos, perfectamente encuadrada en ellos, nada le han dejado para que ejerza su imaginación.

Que se nos perdone pero eso no es poesía, pudiera ser plástica literaria, un buen dibujo descriptivo con todos sus colores, pero no es poesía. Repito una vez más las palabras de Stephan Mallarmé: ‘nombrar una cosa es suprimir las tres cuartas partes del deleite que produce la poesía, el cual nace del gusto que hay de ir adivinando las cosas: el ensueño y la verdadera poesía está en sugerir... evocar poco a poco una cosa para mostrar el estado del alma, por una serie de intuiciones...’

Sugerir, he allí el problema. Nosotros lo resolvimos dando dentro de las imágenes libertad a las palabras: alas, palabra que el diccionario define como ‘parte del cuerpo de las aves e insectos que le sirve para volar’ pero puestas en una imagen poética nos puede decir todo lo que se abre en un horizonte de vuelo: espacio, inmensidad, distancia y convergiendo en esto: silencio, olvido y un mar de horas caídas.

Aprovechadas las palabras para crear imágenes equivalentes, todo se transforma en emoción y verso a verso se van despertando paisajes interiores y melodías recónditas. El poema penetra como una música que suena en nuestro interior y al igual que con las notas, vibran nuestras cuerdas emocionales y compartimos la visión del poeta, somos el poeta, sentimos junto con él, el calor santo que decía Keats, el peso de la inmortalidad sobre el corazón.

Hay versos que al leerlos nos introducen a un mundo de maravilla, a esa realidad misteriosa de que hemos hablado. No puedo menos de recordar el verso de Max Jacob que a mí me dice tantas cosas: ‘sus brazos blancos, llegaron a ser todo mi horizonte’, por algo el Abate Bremond afirma que para que el estado de poesía se insinué en nosotros, no es necesario entender el poema, hay que sentirlo.

Ignoro si a todos alcanza la misma impresión emocional que a mí me domina escuchando este verso en el que siento llegar un soplo que reúne un dolor amoroso, una nostalgia de bien perdido, una ternura de ensueño roto… en fin, todo lo que puede encerrar la pasión dulce y tierna de las cosas muy amadas y para siempre perdidas y esto sugerido tan sólo con un verso.

Sentir la poesía. Penetrar en ese mundo de sugerencias que dan las palabras liberadas de su carga gramatical entonces se iluminará la noche en que viven hoy muchos de los que aman la poesía y que no han llegado a gozarla íntegramente.

Sentir el encanto del misterio que se va develando. Alcanzar la divina magia del ensueño vagamente corporizado. De lo irreal adivinado y presentido en los sueños. Ser finalmente todos la poesía. Ese ha sido el mejor regalo que le hemos dado los estridentistas a México.” 

¿Para qué sirve la poesía? Es lo que más efectiva y profundamente -aunque, en general, de manera silenciosa, cambia al mundo, lo que lo hace más humano.

Es lo que establece el diálogo con lo sagrado e ilumina -combatiéndolas- a las brumas de la sinrazón.

Hace de la locura una dulce harina blanca que la luna amasa, y convierte los senos luminosos del amor en las olímpicas colinas donde se tienden hermanados, sin temor, con la felicidad, los hombres divinos, los que vuelan con la ensoñación, los que cantan, los amantes.

Si el mundo va a sobrevivir a su cercano holocausto global, será gracias, sobre todo, al conocimiento más amplio que nos proporciona la poesía.

Como preocupado por la lógica y cercana muerte del poeta, el estado mexicano se apresuró a ahogarlo, en sus últimos días, con sus más importantes premios y oropeles que tanto le había regateado durante casi toda su vida de creador.

¿Ha llegado tarde el reconocimiento?

Descansa un poco Germán, aún murmuran las luces del alba, apenas está amaneciendo.

 

2.

Don Germán List Arzubide ha sido, durante toda su vida, un hombre que fiel a sus ideales y convicciones, ha sabido integrar la labor del creador literario con la del activista social. Su espíritu (vanguardista, revolucionario y político) es el resultado de una sensibilidad poética llevada a la práctica pero antes que todo, una práctica poética.

Ambos intereses y actitudes - ha dicho en varias ocasiones don Germán- son la herencia de sus padres. Por un lado, la preocupación social, le fue transmitida por su padre, hombre de ideas liberales, quien vivió la huelga de Río Blanco debido a su trabajo en los talleres del ferrocarril Interoceánico. Por el otro, el amor por la poesía le fue inculcado por su madre.

La ciudad de Puebla arropó su nacimiento, el 31 de mayo de 1898, así el surgimiento del periodista, poeta, educador, revolucionario y promotor del vanguardismo en México y el mundo. Su labor periodística se inició en La Opinión en 1913. También colaboró en periódicos de circulación nacional, en revistas como Tiempo (1940-1952), dirigida por Martín Luis Guzmán y de la cual fue cofundador, Revista de revistas y Siempre! cuando era dirigida por José Pagés Llergo. A los 15 años (1913) fungió como secretario particular del coronel carrancista Gabriel Rojano, quien fuera representante de Puebla entre los constituyentes del 17. Durante esa época vivió en la ciudad de México. Regresó a Puebla a los 20 años y fundó la revista literaria Vincit con la colaboración de Miguel Aguillón Guzmán y Salvador Gallardo. No conforme con esta publicación a la cual consideraron alejada de los movimientos vanguardistas europeos, estos jóvenes editores iniciaron una nueva: la revista Ser (1922-1923) en la cual colaborarían José Juan Tablada, Diego Rivera, Rafael Lozano, el Dr. Atl, Arqueles Vela y Gabriela Mistral, entre otros.

El grupo editorial de esta revista mostró gran entusiasmo cuando Miguel Aguillón dio a conocer a sus amigos el Manifiesto Actual No.1 del poeta Manuel Maples Arce. Más tarde, al leer el libro de Maples Arce, Andamios Interiores, no dudan en formar parte del movimiento de vanguardia bautizado por su iniciador como Estridentismo. De esta manera, Manuel Maples Arce viaja a Puebla donde redacta y publica con List Arzubide, el segundo manifiesto estridentista - el más famoso y jocoso, que muchos acreditan a Don Germán-, el primero de enero de 1923 trazando la trayectoria del grupo poblano de vanguardia que tendrá repercusiones hasta 1930. Setenta años más tarde, durante un homenaje a Don Germán List Arzubide, sería lanzado el quinto manifiesto estridentista. En ciudad Victoria y Zacatecas, respectivamente, fueron publicados el tercero y el cuarto de los manifiestos.

El estridentismo (la vanguardia mexicana) se inició como movimiento literario, muy pronto se extendió hacia otros campos artísticos como la pintura, la escultura, la fotografía y la música contando con la participación; de ilustres artistas como Silvestre Revueltas, Ángel Salas, Fermín Revueltas, Ramón Alva de la Canal, Germán Cueto, Leopoldo Méndez, Jean Charlot, Tina Modoti y Edward Weston. En todos estos ámbitos fue marcado el desafío hacia los viejos moldes artísticos y sociales y la búsqueda y construcción de nuevas poéticas a la luz de las vivencias del siglo que iniciaba. Se hizo evidente la búsqueda de un arte genuino, digno de la nueva y moderna sociedad, producto de la Revolución. Es notorio que esta vanguardia mexicana fue contemporánea de la europea.

Don Germán escribió cinco libros de poesía estridentista: Esquina (1923), El viajero en el vértice (1926), El canto de los hombres, con fotografías de Tina Modoti y aún inédito, Cantos del hombre errante (1970) y El libro de las voces insólitas (1986).

De su poesía social notamos: “Plebe” (1925), “Allende Allende más allá” (1970), “Carta a los indios de Oaxaca” (1956).

Una parte del núcleo estridentista se traslada a Xalapa a principios de 1926, List

funda aquí la revista Horizonte, en junio del mismo año, en la Ciudad de México es desalojado el Café de Nadie por las fuerzas de salud pública y el núcleo estridentista que allí permanece se dispersa momentáneamente. En Xalapa, los iniciadores del movimiento estridentista también se separan momentáneamente a finales de 1927. List Arzubide se dedica entonces a publicar la revista de vanguardia Norte y a actividades sociales como la promoción cultural, la organización de sindicatos y la colaboración con el grupo “Manos fuera de Nicaragua” en favor de Sandino, el Comité por la defensa de los obreros Sacco y Vanzetti y la Liga Antiimperialista. Con respecto a esto último, cabe recordar que Don Germán asistió al congreso antiimperialista en Alemania en 1929 con la comisión de llevar una bandera estadounidense capturada por el ejército sandinista durante un combate. Por tal acto de valentía y solidaridad -pues tuvo que trasladarse de New York para de ahí embarcarse rumbo a Frankfurt -el 20 de febrero de 1985 el Ejército Popular Sandinista le reiteró el grado de capitán del Ejército Defensor de la Soberanía Nacional de Nicaragua que le fuera otorgado en 1929 por Augusto Cesar Sandino. Por tal acto los sindicatos de obreros soviéticos lo invitan a visitar por un año la URSS. En el verano de 1930 se traslada a París donde se reúne de nueva cuenta el grupo estridentista y toma parte de las actividades del grupo de vanguardia internacional Círculo y Cuadrado (Cercle et Carré). A su regreso a México funda con Germán Cueto y Angelina Bellof el teatro guiñol didáctico mexicano. Desde 1932 hasta 1936 es inspector especial de escuelas primarias particulares haciendo que se cumpla el artículo 3o constitucional. Aquí empiezan las luchas por el laicismo en la educación que lo llevan a escribir el libro Práctica de Educación Irreligiosa (1933), fruto de estas campañas es la modificación al artículo 3o constitucional que elabora su jefe Narciso Bassols (1934) y que regirá 12 años, aunque luego se le quita el calificativo de socialista, queda radical en su laicismo educativo. En 1934 prologa el libro de un joven poeta desconocido, un republicano español Rafael Alberti. En 1935 cuando Antonín Artaud viene a México y es atacado por sus propuestas de teatro de vanguardia para los niños, List lo defiende, como vanguardista que es, en el Palacio de Bellas Artes de la ciudad de México. A continuación asiste al Congreso de Paz de Bruselas donde es nombrado por el pleno de la asamblea como representante para dictar un discurso ante la XVII asamblea de la Sociedad de las Naciones, trasladándose para tales fines a Ginebra.

Carlos Chávez musicalizó su ópera infantil Mi amigo el gato (1936) y Silvestre Revueltas su programa infantil de radio Troka el poderoso (1938).

Frutos de estas experiencias fueron los libros de historia y ensayo: Mueran los Gachupines. Relatos del vivir contemporáneo (1924); Emiliano Zapata (1926), (primera biografía del héroe), con siete ediciones consecutivas; El Movimiento Estridentista (1927); La huelga de Río Blanco (1935), Historia de la lucha social, en colaboración con Armando List Arzubide; La lucha contra la religión en la URSS (1931); 1o. de mayo (1936); Prácticas de educación irreligiosa (1934, 2da. ed.); Puebla (1946); La batalla del cinco de mayo (1962); Polonia en mi cariño (1963); Visión de Venecia (1964); El México de 1910, El maderismo (1964, 2da. ed.); Tlatoani, Vida del gran señor Netzahualcóyotl (1974). Y los folletos: Copérnico (1973), Pushkin, romántico y realista (1955); Mi visita a Rumania (1961), La gran Rebelión de los Constituyentes de 1917 (1964) y Ramón López Velarde. Su más reciente obra es López Velarde y la Revolución Mexicana, publicada por la UAM. Otra obra inédita: La Revolución Mexicana en la frontera con Estados Unidos.

Además, List Arzubide ha escrito cuento y teatro Guiñol: Tres comedias revolucionarias, teatro proletario (1935); Tres comedias infantiles. Teatro para muñecos (1936); Tres comedias para teatro de muñecos (1936); Cinco comedias del laboratorio teatral, teatro obrero y campesino (1936); Hombres sin tierra, homenaje a Emiliano Zapata dedicado a los niños (1934); Troka el poderoso, cuentos infantiles (1939) El robo de la mujer de Rubens (1976) Y Arco iris de cuentos mexicanos (1989).

Fue fundador del teatro guiñol en México. Secretario de Venustiano Carranza, en su temprana juventud. Fundador de la Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios(LEAR) 1934, del ala izquierda de empleados federales(1936). fundador de la Academia Mexicana de la Educación (1957), Orden Lenin de la Paz (1970), Premio Nacional de Periodismo (1983), Premio Puebla (1986) y Premio Nacional de Ciencias y Artes 1997 (Area de lingüística y literatura) y Creador Emérito del Sistema Nacional de Creadores (1998).

 

3.

A Germán List Arzubide -lugar común- se le califica con frecuencia de mal poeta, [5] de poeta menor, olvidando que su libro El Movimiento Estridentista, es un libro clásico, no sólo mexicano, si no universal, es un libro escrito en prosa pero de intensa poesía, “uno de los libros más bellos que he leído”, diría Gabriela Mistral.

Nunca he entendido las razones de esa descalificación, si Maples Arce era el, gran poeta (en verso), el profeta (el Jesús), el principal bardo del movimiento –del que ni siquiera conocen su poética compleja (el Abstraccionismo, poética del Estridentismo en verso)-, la mayoría de apologistas y enemigos; Germán List fue, el bardo, el seguidor principal de esa fe, el propagandista (Pedro), y unos de los mejores poetas del movimiento en prosa (es una magnífica prosa poética, escrita por un poeta, prosa de poeta, para que no haya dudas), junto a la señorita etcétera, de Arqueles Vela. [6]

 El Movimiento Estridentista es un deliciosa obra inmortal (el libro-bandera del movimiento), de la que los mexicanos y latinoamericanos debemos estar profundamente orgullosos (así como no cualquier país tiene una gran poesía prehispánica, y después un gran poeta en la colonia como Sor Juana, así, no cualquiera cuenta con un movimiento inaugural de la vanguardia mundial), sin este libro fundamental, el movimiento –basado también en la poética-táctica de la propaganda de guerra- perdería buena parte de su brillantez, humor y frescura.

Así como, poco a poco, Maples Arce y el movimiento fue siendo reconocido, descubierto, [7] desenterrado por un extranjero, [8] recordado en los ochenta sólo por un chileno mexicanizado (y el movimiento infrarrealista inspirado por el Estridentismo también) Roberto Bolaño, recién fallecido, y unos de los novelistas más reconocidos actualmente, sobre todo por su novela Los detectives salvajes que tiene como trama principal la búsqueda de una poeta sobreviviente del grupo estridentista, que creo identificar con Nelly Campobello, ahora mítica escritora de la novela de la revolución y que por primera vez editó Germán List Arzubide, entre sus muchos aciertos y hazañas.

 

NOTAS

1. Hugo J. Verani. Las vanguardias literarias en Hispanoamérica (manifiestos, proclamas y otros escritos). F.C.E., Méx., 1991.

2. Germán List Arzubide. El Dolor del Norte (Transcripción y nota de Salvador Cruz), Catedral, Semanario Cultural de Sintesis, Méx., Sáb. 29 de nov., de 1997.

3. El Doctorado Honoris Causa otorgado por la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, el presente texto fue mi semblanza del poeta para tal ceremonia, celebrada el 26 de noviembre de 1998, para esta presentación aumento el texto y hago algunas correcciones.

4. Frase de Evodio Escalante, que por cierto acaba de publicar uno de los últimos libros sobre el estridentismo: Elevación y caída del estridentismo, La centena Ensayo, CONACULTA-EDICIONES SIN NOMBRE, 2002.

5. Generalmente “sus críticos” repiten los estigmas de sus enemigos, los Contemporáneos, sobre todo de Xavier Villaurrutia y de Jaime Torres Bodet hacia los estridentistas, lo que sucedió con el estridentismo, fue que, me cito: “al mediatizarse la revolución mexicana, el argumento que los sostenía y su proyección: llevar la revolución al espíritu, al arte, se quedó en el aire, no sucedió lo mismo con el futurismo (equivalente al estridentismo en muchos aspectos por ser los dos paralelismo o continuación del futurismo de Marinetti) y la vanguardia rusa, su mayor continuidad y despliegue responde a la mayor radicalidad de la Revolución rusa, que se acercó más al socialismo, mientras la mexicana se quedó en una revolución mediatizada democrático burguesa. Maples Arce, por si fuera poco, se envolvió ante esto, con las carpetas del embajador burgués”.

Como los Contemporáneos, dominaron la cultura del nuevo sistema, al que estaban mejor acoplados, accediendo a los puestos principales en los gabinetes de Relaciones Exteriores, Educación, Cultura, etc. , su poder marginó casi absolutamente a esta gran vanguardia.

6. Para Evodio Escalante, uno de los estudiosos más serios de esta vanguardia, El Movimiento Estridentista de Germán List Arzubide, la señorita etcétera de Arqueles Vela y Panchito Chapopote de Xavier Icaza, son las tres obras maestras de la prosa estridentista.

7. Está por salir, en esta editorial, el ensayo La poética del estridentismo ante la crítica, de la maestra Clemencia Corte, tesis dirigida por mí en la Maestría en Literatura Mexicana, en la BUAP, hace tres años. En este trabajo se estudia a fondo la poética estridentista, el Abstracionismo, y se compara a partir de aquí las opiniones –generalmente desinformadas, prejuiciadas, sobre todo de la crítica mexicana- a favor y en contra del movimiento.

8. El querido maestro argentino Luis Mario Schneider con El Estridentismo o una literatura de la estrategia, México, Instituto Nacional de Bellas Artes, 1970.

 


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