ENRIQUE DE SANTIAGO | Jorge Cáceres o la poesía alada
El tiempo es como un barco rodeado
de cabelleras doradas
Ellas deliberan sobre la autenticidad
de las sirenas
Un corazón en medio del fuego más
escéptico
ENRIQUE ROSENBLATT
Su nombre verdadero
fue: Luis Sergio Cáceres Toro (Santiago
18 de abril
de 1923
- 21 de septiembre de 1949) Poeta, artista visual
y bailarín chileno, integrante del grupo surrealista Mandrágora.
Fue el tercer
hijo, de un total de cinco hermanos, de Ernesto Cáceres Ramírez y de Sofía Toro
Pérez. Hizo sus estudios primarios en el Instituto Luis Campino para luego continuar
la secundaria o humanidades en el Internado Nacional Barros Arana
en Santiago de Chile.
El 18 de julio
de 1938, se integró a la colectividad del grupo surrealista chileno Mandrágora,
cuando tenía 15 años, durante un acto realizado en la Universidad de Chile. En esa ocasión Enrique Gómez Correa, Braulio Arenas
y Teófilo Cid
esgrimieron como frases de lucha a la rebeldía perpetua del espíritu, pretendiendo
forjar la vida como la más inesperada y asombrosa alegoría.
Cáceres siendo
aún un estudiante secundario, se matriculó en la Escuela de Danza del Ballet Nacional
de Chile, que por esos años conducía, el coreógrafo alemán, Ernst Uthoff. Después
de un tiempo llegó a ser una de las principales figuras de ese cuerpo de baile que
cultivaba el ballet clásico. Esta práctica sería la que lo empujaría años más tarde
a tomar el movimiento tan propio en esta disciplina y transformarlo en performance,
punto donde fundiría el gesto helicoidal (como lo definiera tan bien Samuel Ibarra
*) de la danza, con la poesía, dando forma a una nueva expresión poética que se
convertiría en una manifestación que nutriría a los futuros epígonos de la región.
Conoció a Vicente Huidobro
cuando tenía 16 años. Huidobro en esos años influyó transversalmente en los jóvenes
poetas chilenos, y fue junto a Juan Emar uno de los responsables de difundir el
Surrealismo
en Chile, más que por su propia poesía, por los documentos vanguardistas que había
traído de Europa
y que hablaba del surgimiento de estas nuevas vanguardias literarias y plásticas,
en especial a los textos y manifiestos de este movimiento. Esta documentación fue
rápidamente distribuida entre los adherentes de "Mandrágora", e influyó
de manera especial en la mente de Jorge Cáceres a quien lo estimuló a escribir sus
primeros poemas y a hacer collages, fotomontajes y caligramas, tal como se estaban
realizando en el viejo continente. Por lo mismo Cáceres participó activamente en
la revista surrealista de este colectivo chileno y su presencia le dio una vitalidad
distinta a este impreso. Cáceres intervino, en 1941 en al primera exposición
surrealista en este país junto a Braulio Arenas, la que tuvo lugar en la Biblioteca
Nacional ocasión que muestra sus dibujos, fotomontajes y objetos poéticos. En aquella
oportunidad se editó un catálogo con textos de Enrique Gómez Correa y Braulio Arenas
sobre “la vida del Surrealismo” y “La poesía negra”. En 1943, participa en una exhibición
surrealista en la Galería Rosenblatt en Santiago titulada Soirée Surrealiste, con
Braulio Arenas,
en Santiago de Chile. Posteriormente, expuso sus trabajos, individualmente, en la
Galerie Bard de París,
en 1948,
oportunidad en que conoce a Breton. En ese viaje decide contactar a la maestra rusa
Preobalenska para perfeccionar su técnica de baile. Ese mismo año organiza junto
a Braulio Arenas la Exposición Internacional del Surrealismo en la Galería Dédalo,
la cual sería junto a la de Praga la octava exposición de este género desde la primera
realizada el año de 1935 en Tenerife. En ella participan el mismo Cáceres junto
a Breton, Péret, Hérold, Brauner, Matta, Arenas, Cid, entre otros insignes surrealistas.
La disposición y el diseño de la misma dentro de la galería estaba muy en la línea
de los diseños que realizaba Duchamp y Breton a las otras exposiciones surrealistas,
lo que produjo un alto interés del público santiaguino, quien se volcó en masa a
visitar este evento, que por aquellos años, era de una singularidad única, por no
decir que fue un espectáculo casi inédito. En lo general los medios de prensa cubrieron
con cierta mofa la exposición, lo que era característico de los medios de comunicación
de esos años, al no existir una cultura que fuera a la par con las denominadas vanguardias.
Tuvieron que pasar décadas, precisamente en el año 2013, para que la sociedad cultural
viniera a reconocer esta muestra, al ser el Museo Nacional de Bellas Artes de Chile,
quien re-montara esta exposición, dándole mucha difusión y organizando un ciclo
de charlas en torno al Surrealismo. En esa ocasión se destacó la figura de Jorge
Cáceres como una figura cuyo aporte a la poesía, la plástica y las artes escénicas,
fue fundamental para darle un impulso distinto a la escena nacional.
La poesía de
Jorge Cáceres posee una belleza particular y una metáfora encendida, muy análoga
con lo que fue su vida, presentando una convicción rebelde que era impulsora de
sus actos, el verso entonces era una especie de prolongación de la danza o viceversa,
existiendo un patrón único que animaba ambas expresiones. Hay versos iluminados
como en el poema de 1941, titulado “Banco” (extracto) editado en “mandrágora Nº
5.
Para
la mesa que cae al torrente
Y
eso
Pero
vano sobre esta calle de pan
Y
esta gran plaza que se mueve alrededor de mí
No
precisamente en medio de tu exacto rencor.
O aquel otro
poema editado en Mandrágora” Nº 6 de septiembre de ese mismo año que se titula “La
cabeza de franela”, donde el poeta marca su mayor ubicuidad dentro de la poesía
negra, desplegando un sinfín de sombríos versos, que marcan una suerte de desaliento
ambiental que también le es propio. Entonces la esencia de Cáceres se muestra traslucida
en cada palabra, en cada frase, como un elemento despechado del alma y merecedor
del espasmo que precipita la poesía a un salto al vacío. Así su tarjeta de presentación
está lanzada, es la tragedia de quien vive intensamente la secreta abominación de
haber surgido como poeta en la tierra. Su propia verdad recóndita, el amor impregnado
de un halo de sombra que lo arrastra por la ciudad, buscando el fulgor de la inmolación
poética.
Y
en el aceite del plato hay una mosca muerta
Por
el último calor
Que
sopla en vano
Cuando
yo me vuelvo entre los despojos de la cima.
Jorge Cáceres
además de la revista “Mandrágora” colaboró con la revista “Leitmotiv” animada por
Braulio Arenas, en “VVV” y en “Neón”
Otra expresión
dentro de lo manifestado por Cáceres fueron sus dibujos, donde se presentan imágenes
abstractas, fruto de su exploración del automatismo, estas tienen cierta concordancia
con los movimientos lineales de Miro, aunque su cromatismo es más austero, se ve
en ellas su devoción por el movimiento y la libertad del gesto tan familiar en la
danza moderna de la cual él también era cultor. Estos trabajos representan un anhelo
que solo se guía por los designios del inconsciente, más que de una aspiración estética,
acción que es tan propia del Surrealismo, la expresión plástica no desea constituirse
como un paradigma plástico ni mucho menos, es la libre realización del “ojo en estado
salvaje” y su aspiración es solo esa, la de representar la laberíntica existencia
humana sin ataduras de ningún orden.
Falleció el
21 de septiembre
de 1949, en su apartamento de calle Lira 314, en Santiago de Chile, donde vivía
sin compañía, según los diarios de la época, de un accidente doméstico en el baño,
que no quedó suficientemente aclarado y que podría tratarse de un ataque cardíaco
o de un suicidio ya que el informe de la autopsia señaló: Toxemia aguda, intoxicación
por inhalación de gas. Según Ludwig Zeller su muerte sería una falla cardiaca producto
del exceso de entrenamiento para la danza. Lo cierto que su temprana muerte despertó
el mito y lo elevó al status de poeta maldito de las letras chilenas y surrealistas.
Su gran amigo Enrique Gómez Correa, se encontraba en París y fue el mismo André
Breton quien tuvo que comunicarle la triste noticia.
Su obra breve pero intensa
es la siguiente:
René o la mecánica celeste (1941)
Pasada Libre (1941)
Monumento a los pájaros (1942)
Por el camino de la gran pirámide polar ( 1942).
El frac incubadora (1946)
Textos Inéditos (1979). Recopilación póstuma
de Ludwig Zeller (editorial Oasis, Toronto)
Jorge Cáceres, poesía encontrada (2002). Recopilación de Guillermo García, Pedro Montes, Mario Artigas y Mauricio Barrientos (Pentagrama Editores).
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§ Conexão Hispânica §
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Fortaleza CE Brasil 2021
El trabajo más completo sobre el multifácetico artista es la investigación realizada por Luis de Mussy, La hoja de prueba, editada en Santiago de Chile.
ResponderExcluirSu muerte se debió a un sobreentrenamiento para volver a interpretar a José, en el ballet La leyenda de José,a su regreso de Francia, donde sufrió un pre-infarto y le fue prohibido volver a la danza...
Jorge Cáceres se inmoló a la Danza... él sabía que NO podía volver a bailar.( Sofía Cáceres, periodista, hija mayo de su hermano Agustín).
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