quarta-feira, 9 de dezembro de 2020

CONEXÃO HISPÂNICA | Jorge Cáceres

ENRIQUE DE SANTIAGO | Jorge Cáceres o la poesía alada

 


Vivir el vértigo vivir el abismo

El tiempo es como un barco rodeado de cabelleras doradas

Ellas deliberan sobre la autenticidad de las sirenas

Un corazón en medio del fuego más escéptico

 

ENRIQUE ROSENBLATT

 

Su nombre verdadero fue: Luis Sergio Cáceres Toro (Santiago 18 de abril de 1923 - 21 de septiembre de 1949) Poeta, artista visual y bailarín chileno, integrante del grupo surrealista Mandrágora.

Fue el tercer hijo, de un total de cinco hermanos, de Ernesto Cáceres Ramírez y de Sofía Toro Pérez. Hizo sus estudios primarios en el Instituto Luis Campino para luego continuar la secundaria o humanidades en el Internado Nacional Barros Arana en Santiago de Chile.

El 18 de julio de 1938, se integró a la colectividad del grupo surrealista chileno Mandrágora, cuando tenía 15 años, durante un acto realizado en la Universidad de Chile. En esa ocasión Enrique Gómez Correa, Braulio Arenas y Teófilo Cid esgrimieron como frases de lucha a la rebeldía perpetua del espíritu, pretendiendo forjar la vida como la más inesperada y asombrosa alegoría.

Cáceres siendo aún un estudiante secundario, se matriculó en la Escuela de Danza del Ballet Nacional de Chile, que por esos años conducía, el coreógrafo alemán, Ernst Uthoff. Después de un tiempo llegó a ser una de las principales figuras de ese cuerpo de baile que cultivaba el ballet clásico. Esta práctica sería la que lo empujaría años más tarde a tomar el movimiento tan propio en esta disciplina y transformarlo en performance, punto donde fundiría el gesto helicoidal (como lo definiera tan bien Samuel Ibarra *) de la danza, con la poesía, dando forma a una nueva expresión poética que se convertiría en una manifestación que nutriría a los futuros epígonos de la región.

Conoció a Vicente Huidobro cuando tenía 16 años. Huidobro en esos años influyó transversalmente en los jóvenes poetas chilenos, y fue junto a Juan Emar uno de los responsables de difundir el Surrealismo en Chile, más que por su propia poesía, por los documentos vanguardistas que había traído de Europa y que hablaba del surgimiento de estas nuevas vanguardias literarias y plásticas, en especial a los textos y manifiestos de este movimiento. Esta documentación fue rápidamente distribuida entre los adherentes de "Mandrágora", e influyó de manera especial en la mente de Jorge Cáceres a quien lo estimuló a escribir sus primeros poemas y a hacer collages, fotomontajes y caligramas, tal como se estaban realizando en el viejo continente. Por lo mismo Cáceres participó activamente en la revista surrealista de este colectivo chileno y su presencia le dio una vitalidad distinta a este impreso. Cáceres intervino, en 1941 en al primera exposición surrealista en este país junto a Braulio Arenas, la que tuvo lugar en la Biblioteca Nacional ocasión que muestra sus dibujos, fotomontajes y objetos poéticos. En aquella oportunidad se editó un catálogo con textos de Enrique Gómez Correa y Braulio Arenas sobre “la vida del Surrealismo” y “La poesía negra”. En 1943, participa en una exhibición surrealista en la Galería Rosenblatt en Santiago titulada Soirée Surrealiste, con Braulio Arenas, en Santiago de Chile. Posteriormente, expuso sus trabajos, individualmente, en la Galerie Bard de París, en 1948, oportunidad en que conoce a Breton. En ese viaje decide contactar a la maestra rusa Preobalenska para perfeccionar su técnica de baile. Ese mismo año organiza junto a Braulio Arenas la Exposición Internacional del Surrealismo en la Galería Dédalo, la cual sería junto a la de Praga la octava exposición de este género desde la primera realizada el año de 1935 en Tenerife. En ella participan el mismo Cáceres junto a Breton, Péret, Hérold, Brauner, Matta, Arenas, Cid, entre otros insignes surrealistas. La disposición y el diseño de la misma dentro de la galería estaba muy en la línea de los diseños que realizaba Duchamp y Breton a las otras exposiciones surrealistas, lo que produjo un alto interés del público santiaguino, quien se volcó en masa a visitar este evento, que por aquellos años, era de una singularidad única, por no decir que fue un espectáculo casi inédito. En lo general los medios de prensa cubrieron con cierta mofa la exposición, lo que era característico de los medios de comunicación de esos años, al no existir una cultura que fuera a la par con las denominadas vanguardias. Tuvieron que pasar décadas, precisamente en el año 2013, para que la sociedad cultural viniera a reconocer esta muestra, al ser el Museo Nacional de Bellas Artes de Chile, quien re-montara esta exposición, dándole mucha difusión y organizando un ciclo de charlas en torno al Surrealismo. En esa ocasión se destacó la figura de Jorge Cáceres como una figura cuyo aporte a la poesía, la plástica y las artes escénicas, fue fundamental para darle un impulso distinto a la escena nacional.

La poesía de Jorge Cáceres posee una belleza particular y una metáfora encendida, muy análoga con lo que fue su vida, presentando una convicción rebelde que era impulsora de sus actos, el verso entonces era una especie de prolongación de la danza o viceversa, existiendo un patrón único que animaba ambas expresiones. Hay versos iluminados como en el poema de 1941, titulado “Banco” (extracto) editado en “mandrágora Nº 5.

 

Para la mesa que cae al torrente

Y eso

Pero vano sobre esta calle de pan

Y esta gran plaza que se mueve alrededor de mí

No precisamente en medio de tu exacto rencor.

 

O aquel otro poema editado en Mandrágora” Nº 6 de septiembre de ese mismo año que se titula “La cabeza de franela”, donde el poeta marca su mayor ubicuidad dentro de la poesía negra, desplegando un sinfín de sombríos versos, que marcan una suerte de desaliento ambiental que también le es propio. Entonces la esencia de Cáceres se muestra traslucida en cada palabra, en cada frase, como un elemento despechado del alma y merecedor del espasmo que precipita la poesía a un salto al vacío. Así su tarjeta de presentación está lanzada, es la tragedia de quien vive intensamente la secreta abominación de haber surgido como poeta en la tierra. Su propia verdad recóndita, el amor impregnado de un halo de sombra que lo arrastra por la ciudad, buscando el fulgor de la inmolación poética.

 

Y en el aceite del plato hay una mosca muerta

Por el último calor

Que sopla en vano

Cuando yo me vuelvo entre los despojos de la cima.

 

Jorge Cáceres además de la revista “Mandrágora” colaboró con la revista “Leitmotiv” animada por Braulio Arenas, en “VVV” y en “Neón”

Otra expresión dentro de lo manifestado por Cáceres fueron sus dibujos, donde se presentan imágenes abstractas, fruto de su exploración del automatismo, estas tienen cierta concordancia con los movimientos lineales de Miro, aunque su cromatismo es más austero, se ve en ellas su devoción por el movimiento y la libertad del gesto tan familiar en la danza moderna de la cual él también era cultor. Estos trabajos representan un anhelo que solo se guía por los designios del inconsciente, más que de una aspiración estética, acción que es tan propia del Surrealismo, la expresión plástica no desea constituirse como un paradigma plástico ni mucho menos, es la libre realización del “ojo en estado salvaje” y su aspiración es solo esa, la de representar la laberíntica existencia humana sin ataduras de ningún orden.

Falleció el 21 de septiembre de 1949, en su apartamento de calle Lira 314, en Santiago de Chile, donde vivía sin compañía, según los diarios de la época, de un accidente doméstico en el baño, que no quedó suficientemente aclarado y que podría tratarse de un ataque cardíaco o de un suicidio ya que el informe de la autopsia señaló: Toxemia aguda, intoxicación por inhalación de gas. Según Ludwig Zeller su muerte sería una falla cardiaca producto del exceso de entrenamiento para la danza. Lo cierto que su temprana muerte despertó el mito y lo elevó al status de poeta maldito de las letras chilenas y surrealistas. Su gran amigo Enrique Gómez Correa, se encontraba en París y fue el mismo André Breton quien tuvo que comunicarle la triste noticia.

Su obra breve pero intensa es la siguiente:

René o la mecánica celeste (1941)

Pasada Libre (1941)

Monumento a los pájaros (1942)

Por el camino de la gran pirámide polar ( 1942).

El frac incubadora (1946)

Textos Inéditos (1979). Recopilación póstuma de Ludwig Zeller (editorial Oasis, Toronto)

Jorge Cáceres, poesía encontrada (2002). Recopilación de Guillermo García, Pedro Montes, Mario Artigas y Mauricio Barrientos (Pentagrama Editores).

 

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§ Conexão Hispânica §

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Fortaleza CE Brasil 2021



 

 

 

2 comentários:

  1. El trabajo más completo sobre el multifácetico artista es la investigación realizada por Luis de Mussy, La hoja de prueba, editada en Santiago de Chile.
    Su muerte se debió a un sobreentrenamiento para volver a interpretar a José, en el ballet La leyenda de José,a su regreso de Francia, donde sufrió un pre-infarto y le fue prohibido volver a la danza...

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  2. Jorge Cáceres se inmoló a la Danza... él sabía que NO podía volver a bailar.( Sofía Cáceres, periodista, hija mayo de su hermano Agustín).

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