quarta-feira, 23 de dezembro de 2020

CONEXÃO HISPÂNICA | Rosa Elvira Álvarez

JAVIER ALVARADO | Rosa Elvira Álvarez o la lengua visible de un deseo

 


Lo permanente, eso lo fundan los poetas, eso lo dijo el chileno Gonzalo Rojas. Y es por lo permanente de la belleza, de los versos, de la poesía que estamos, celebrando a Rosa Elvira Álvarez, la poeta de El Alba Perdurable. un verso de esta poeta, quien abrió sus ojos en la tierra del Valle de la Luna, parece contener toda la utopía de alguna salvación posible: Por alturas de amor yo soy tu abismo.

En el prólogo a El Alba Perdurable, publicado por el Instituto Nacional de Cultura en la década de los setentas, Gloria Guardia de Alfaro, confiesa, con temor y humildad, la difícil tarea de escribir sobre Rosa Elvira Álvarez, cuando lo hicieron las proverbiales plumas de Ramón J. Sender, Arturo Torres Rioseco y Pura del Prado.  Ahora imagínense, si una voz autorizada en nuestra literatura como Gloria Guardia, afirma, eso, para mi resulta y lo confieso con humildad, un desafío. Lo hago, porque hay varios motivos para ello.  Hace casi una década, en ese afán de escudriñar en nuestra historia y literatura, tuve noticias de que en cierto edificio de El Carmen, vivía una anciana, hermana de Rosa Elvira Álvarez; luego de varias indagaciones, logré visitar a esta dama, que me hablaba amorosamente y febrilmente de su hermana. Ella era Elsa Álvarez de Del Castillo. Nostalgia, Prisión, El Romance de la Montuna, entre otros poemas, adquirían un acento maravilloso, cuando ella los declamaba. Visité a doña Elsa en muchas ocasiones y así pude enterarme de muchos anécdotas y datos de la poeta; recuerdos de sus padres, la influencia de la geografía chiricana, sus amores y desamores, sus hijos y hasta que nuestra poeta tuvo papeles pequeños en Hollywood.

“De tanto extrañar a Panamá, ya tengo el corazón en forma de istmo,” siempre decía Rosa Elvira, me contaba doña Elsa. Hizo su vida en California, y en otras tierras, se dio aquel resplandor maravilloso en la memoria, el cual la impulsó a escribir Nostalgia:

 

Tengo una angustia en los ojos

y otra más honda en el alma

por haber visto estos cielos

y estos mares verde plata

las manos pálidas traigo

y largas por la nostalgia

gaviotas de picos rojos

sin un hogar ni una patria.

 

A nuestro Ricardo Miró, Barcelona, lo sumergió en un estado de nostalgia y escribió Patria; la poeta chiricana asume su panameñidad desde otra geografía. Es digno de encomio resaltar la labor de Rodrigo Miró, ese gran cronista de nuestra poesía panameña; ahí integró los versos de esta poeta panameña radicada en California.

La obra de Rosa Elvira Álvarez se conduce básicamente por tres ejes temáticos: el amor a la patria, el amor de pareja y el amor a Dios. La patriota, la amante y la mística. Una mujer que se desdobla en tres facetas y nos entrega tres caudales. Escoge los versos clásicos (sus lecturas básicas en cuanto a estilo están tomadas del Siglo de oro español y de la generación del 27) el octosílabo y el endecasílabo. Su maestría y perfección en estos versos es innegable dentro de la poesía panameña. Testimonio de su época, evocando quizás a la famosa cantante brasileña Carmen Miranda, en el poema Prisión antepone la alegría contra la tristeza y el ritmo contra el silencio. Toma de Santa Teresa, la gran mística, la contraposición:

 

que triste es quedarse en casa

si hay alegría en el alma

y el corazón pide a gritos

castañuelas y maracas.

 

Los acordes de un Romanticismo y Clasicismo, con elementos de vanguardia y del surrealismo se muestran con intensidad en el poema Retrato:

 

Hombre de mediana estatura,

en el alma llevo estampada

tu figura.

 

si yo fuera surrealista

te pintaría con un solo ojo oblicuo

claro, profundo y sadista.

 

En otro de sus poemas, el amor confeso: Yo, así, ahora, contigo:

 

Escribo, ahora, de amor por que lo siento,

porque te amo, lo digo simplemente

te amo y tu recuerdo me acompaña

como una llama loca y un tormento.

 

En un homenaje realizado en la Academia Panameña de la Lengua, con doña Elsa Álvarez leyendo y declamando los poemas de su hermana; el poeta, Dr. José Guillermo Ros-Zanet, ofreció una aproximación filosófica al universo de Rosa Elvira Álvarez:

 

Por el lenguaje Rosa Elvira no sólo habla para los otros, sino que habla también para sí misma; en los otros, esencialmente. Por eso es necesario acercarse a su existencia (a su vida) para comprender mejor las esencias de su ser y de su quehacer poéticos.

 

Monologismo y dialogismo intensos y extensos, a lo largo, ancho y profundo de una obra perdurable.

 

Con Rosa Elvira Alvarez se hace evidente que la poesía no es sólo monólogo, sino profundo y extendido diálogo. La dialogía poética. Encuentro con uno mismo y con mis semejantes, y con los objetos y los acontecimientos que llenamos y que nos llenan de tiempo, de eternidad.

 

Y es, en esa eternidad, donde eleva su poesía al aposento místico con el Señor.  La cumbre de la poesía de la poeta chiricana puede estar en los Sonetos al Escorial, escritos con suma maestría. Cito uno de ellos:

 

SONETO A ABEL

 

–Caín, Caín ¿qué hiciste de tu hermano?

–El dolor es la llave de la vida,

la puerta del saber está en la herida

abierta siempre, aunque abierta en vano.

La dicha es como un éxtasis lejano,

una flor no del todo florecida

cerca, muy cerca y lejos escondida

detrás de un dios confusamente humano.

Me das la vida y me la das prestada,

me das la dicha y tú la necesitas

y amándome te amas a ti mismo.

Amándote yo a ti, yo soy tu amada

y en estas ecuaciones infinitas

por alturas de amor yo soy tu abismo

 

La poesía mística no es simplemente colocar la palabra Dios entre versos y hablar de unión espiritual y carnal. Va más allá de eso. Gloria Guardia, distinguiendo los tres estadios del sitio místico, purgativo, iluminativo y unitivo, sitúa a la creadora de los Sonetos al Escorial en el estadio purgativo; es decir hay una intención comunicativa, buscando redimir la angustia a través de la poesía y poder alcanzar alguna gracia.

El poeta no sólo contempla su estadio interior, sino todo su alrededor de cierta forma es materia para la escritura. Emily Dickinson salía en ocasiones a su jardín, pero logró traspasar las murallas de ese jardín y creó su universo poderoso. Además, de amante, mística y patriota, encontramos en algunos poemas, una poeta solidaria con el dolor ajeno, traspasada por la injusticia social. Veamos La Oración del Limpiabotas:

 

Le escribe Juan Rodríguez, limpiabotas,

hijo de Pedro Hernández, zapatero.

Vivimos en un istmo muy pequeño

pero es ésta la tierra que más quiero,

verde indeleble, fértil y tan larga

que su nombre da vuelta al mundo entero.

Somos pobres, Señor, somos muy pobres

yuca y plátano, a veces ni eso almuerzo.

Mi padre remendando los zapatos

y yo su hijo con el pie en el suelo.

 

Otro poema de sesgo social, político y antirracista es el denominado Chicano.  Según la RAE, chicano es: “Se dice del ciudadano de los Estados Unidos de América perteneciente a la minoría de origen mexicano allí existente.” Los hijos de Rosa Elvira Álvarez eran mitad mexicanos y quizás observando alguna situación xenofóbica, escribió este texto, quizás vaticinando una minoría que se ha hecho mayoría en los Estados Unidos, con una idiosincrasia, literatura e ideologías particulares; que han sido objetos de estudios por parte de sociólogos y otros especialistas afines. El poema es un hermoso testimonio en pro de las etnias amerindias:

 

CHICANO

 

La palabra chicano es un reproche,

una angustia con algo de esperanza.

semilla por la pena soterrada

flor ahora, tal vez árbol mañana.

 

Es un reto, quizás una bandera.

El estandarte terco de una raza

trasplantada a un oasis o a un desierto.

Es un dolor moral hecho palabra.

 

Un silencio en voz alta y en voz nueva.

sed de siglos le abrasa la garganta.

brotó como las fuentes subterráneas,

viene de lejos, llega del Anáhuac.´

 

¡Qué importa un nombre! Viaja por la sangre,

Aymará, Arawák, Azteca, Arauca.

Es un largo silencio que hoy nos habla

y al mundo clama en forma de palabra.

 

La palabra chicano es una flecha

y el arco es el aliento de una raza.

 

Remitiéndome nuevamente a las palabras de Gloria Guardia en El Alba Perdurable:

 

La publicación de estas Obras Completas es un hecho de justicia. Hacía rato que estábamos en mora con Rosa Elvira Álvarez como con sus lectores.

 

Y creo que aún estamos en mora con Rosa Elvira Álvarez.  El Alba Perdurable merece reediciones. Tuvo como designio crear una obra meticulosamente trabajada, ritmo y rima, ritmo y verso libre y un espíritu que se movía sobre las aguas de un istmo, aunque lejos, ese corazón en forma de istmo que habitaba su pecho y esa gran poesía, que como dijo Zoraida Díaz de la poesía de Amelia Denis de Icaza, ese cerro Ancón cuyas aves se negaron a cantar en inglés; la poesía de Rosa Elvira Álvarez, siguió emanando en español; la lengua de Evelia, su madre, y de otros tantos hijos de El Valle de La Luna. 

 

 

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§ Conexão Hispânica §

Curadoria & design: Floriano Martins

ARC Edições | Agulha Revista de Cultura

Fortaleza CE Brasil 2021



 

  

 

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