Estamos en la moda de esparcir las cenizas
del difunto. ¿Se es más difunto en cenizas o en cuerpo entero? ¿En ataúd o en cofre?
Si se viaja en cenizas, debe contratarse un seguro contra viento. Si el viento sopla
hacia el doliente portador de las cenizas, ni para que respirarlas. Con la modalidad
ceniza, el muerto se pone a tono con la tendencia ambiental. Contamina menos. Se
anticipa la candela del infierno, si esa es la ruta.
Morirse es un mal negocio. Si de rentabilidad
se tratase. El difunto pierde todos los amigos y socios. El vivo solo pierde uno.
Desde que se inventó el cielo, y no se sabe
si se basa en propiedad posesoria, aumenta el número de los aspirantes a mudarse
para allá, sin embargo nadie quiere morirse. Todos quieren ir al cielo, pero nadie
que se lo lleve La Parca. Venden por internet muchas parcelas en el cielo, y con
buenas ofertas, se adquiere contratos de compra-venta, no obstante los inquilinos
están renuentes a posesionarse del bien. Desganados, como el Gobierno, a trabajar
a marchas forzadas.
“Como dijo Tristán ¿o fue Guillermo?: “Frente
a la muerte/solo morirse cabe”. ¿Para qué más conclusiones o postergaciones? No
sigamos filosofando ad infinitum, como para salvarse, por arte de magia, de esa
asestada suprema, que puede ser elegante, para nada traicionera, y cantada desde
antes de poner pie en tierra.
53 poemas de tres poemarios: A manera de
protesta, Protestas sin maneras y Protestas del catorce. El autor es Chito Martínez
y el editor es la Academia Panameña de la Lengua, de cuya directiva él es parte.
Los títulos anuncian el estilo del profesor: El espectáculo atómico, Palabras antes
del final, Aquel mañana que anunciaba ayer, Neopatriotismo, Los de arriba, Los peores
sordos, Velorio de moscas, Los ángeles soeces, El cuervo, Moda fúnebre, Oferta sin
clientes y Reglas de Pitágoras.
Aún no ha cumplido los 80. Nació el último
día del año, capricorniano, como Alí. Estudió en el Instituto Nacional y en la Universidad
de Chile. Crítico literario, académico y profesor de literatura de la Universidad
de Panamá. Director general del INAC. Galardonado con las medallas Neruda y Mistral,
del Estado chileno. Autor de antologías poéticas, de las generaciones panameñas
de poetas, incluso de poesía vanguardista, con Sinán de abanderado.
Estrujar la palabra con ocurrencia. La parodia,
hija del sarcasmo y de la ironía: ante palabras necias, oídos sucios: el tiempo
no desgasta este griterío: oligarquía, imperialismo, vendepatria, tiranía, yugo.
La verdad es triste por la mentira ya tiene solera. Está tan aclimatada que se enseñorea
de verdad. Volverá, por tanto, a pasar el
camello por el ojo de la aguja. Por la hoja, también.
Se habla de bomba atómica como se fuese a
podar el jardín. La treta no es tan sencilla: es un espectáculo para desaparecer.
Como en el teatro: es mutis, pero definitivo. El actor no regresa, ni siquiera para
despedirse del público. Es perder a diario la vida. Así comienza su colección de
poemarios. Chito, no quiero morirme. Borra ese cuervo de allí y esa canallada y
horror de Hiroshima.
Esos trogloditas –el sustantivo es mío– pretenden
“desaparecer el mundo por arte de magia”, como si fuera un filme de suspenso, y
busco la Libertad –la diosa y la Lamarque también– y guiña a Wall Street y le da
la espalda al sur.
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Agulha Revista de Cultura
UMA AGULHA NA MESA O MUNDO NO PRATO
Número 193 | dezembro de 2021
Curadoria: Floriano Martins (Brasil, 1957)
Artista convidado: Ela Urriola (Panamá, 1971)
editor geral | FLORIANO MARTINS | floriano.agulha@gmail.com
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