MATTA
Matta, es uno de los artistas chilenos de mayor influencia e impacto en la cultura del Siglo XX, pero antes que todo, es un surrealista, pintor, poeta y militante de los valores de este movimiento. Este texto se enfoca en este aspecto y busca contribuir a la comprensión de la obra de este artista entregando nuevas claves para su lectura, ya que está escrito desde el Surrealismo y habla con el mismo lenguaje de surrealidad que pulsaba desde este tan singular personaje. En esta singular vida hace ya más de un siglo de su nacimiento, he querido presentarlo acompañado de quienes también viven el fascinante derrotero de la búsqueda de lo maravilloso, lo arcano e invisible, es decir en el viaje surreal, aquella aventura al otro lado del espejo. Él ha transitado por universos ignotos con sus obras, textos y poesías, y acá va un intento para quienes lo conocen, lo entiendan en su lenguaje, transiten como él, en las múltiples dimensiones de lo maravilloso, donde aún lo siento habitando en un cubo transfigurado, en una nebulosa espectral o en una veladura mediúmnica.
Estas manifestaciones
vienen a ahondar el conocimiento que de él se tiene y develar algo más profundo.
Lo primero es expresar que no fue “El último surrealista vivo”, tampoco una suerte
de pintor de academia. Pues, Matta en una entrevista confesaría; “Es decir, que otra cosa puedo hacer, yo no puedo
ser sino que esa especie de Matta que ustedes llaman Matta, que yo no tengo idea
que cosa quiere decir, porque para mi ese Matta no existe.”. Los que lo acompañan
hoy, viven y a su vez entregan el testimonio a los más jóvenes que vienen en la
misma y sempiterna búsqueda de lo que se oculta.
Matta era un
ser colectivo en esencia y un ser social y político al igual que el resto de los
surrealistas. Su llegada al movimiento se da en 1937 y al año siguiente participa
en la “Exposición Internacional del Surrealismo” en París. Luego, en los aciagos
días del advenimiento de la Segunda Guerra emigra a Nueva York, donde conoce e influye
en los que serán posteriormente los iniciadores del Expresionismo Abstracto: Pollock,
Motherwell, Baziotes y Gorky entre otros. En este período también viaja a México,
vuelve a Europa después del término de la Segunda Guerra. Es expulsado del Grupo
Surrealista en 1948, pero en la década del 50 es acogido por los ex integrantes
del Grupo CoBrA como Corneille y Jorn con quienes realiza una serie de trabajos
en conjunto. En esos años se une al “Movimiento Phases” [1] invitado por
Edouard Jaguer, su fundador y animador. “Phases” es por entonces un numeroso colectivo
que lleva a su máxima expresión el término de internacionalismo surrealista. Matta
además conoce a la gente del “Grupo Nuclear” y trabaja especialmente con Enrico
Baj en Italia. A fines de 1959 es reintegrado a las filas del Surrealismo y es parte
de un centenar de personas que asisten en el departamento de la poeta Joyce Mansour
en París, un 2 de diciembre, en la performance realizada por Jean Benoit, conocida
como “Ejecución del testamento del Marqués de Sade”.
[2] En esta ocasión, muy emocionado por lo que había visto, se abre la camisa, toma el fierro candente
que tenía en su extremo la palabra “Sade” esculpida por Benoit y se la pone en la
piel.
Contrario a
lo que se piensa Matta viaja a Chile en 8 ocasiones. La primera vez en 1948, cuando
participa en la Exposición Internacional del Surrealismo organizada por los Mandrágoricos
Braulio Arenas y Jorge Cáceres en la Galería Dédalo en Santiago (después de este
evento presentaría su propia individual en ese mismo espacio). Sus viajes más fecundos
a Chile, son, el de 1954, donde expone en el Museo de Bellas Artes. También en 1961,
año en que crea el gran lienzo “Vivir enfrentando las flechas” donándolo en esa
ocasión a la Universidad Técnica del Estado (UTE) Otra visita especial es la de
1971, cuando pinta junto a la Brigada Ramona Parra el mural titulado “El primer
gol del pueblo chileno” en la comuna de La Granja. Al año siguiente en 1972, su
último viaje, en que expone en una industria, pinta, colabora en afiches políticos,
conversa, dialoga con todos. En seis de estas oportunidades su estadía en estas
latitudes bordeó los seis meses.
Sería excesivo
enumerar la cantidad de personas con la que Matta se involucró, trabajó y solidarizó.
Muchas también fueron las iniciativas en que Matta participó desde la actividad
surrealista, entendiéndose como aquella que es plástica y a su vez revolucionaria.
Acerca de esto él manifiesta; “Para mí y para
los surrealistas, toda actividad es revolucionaria. La estética contemplativa no
cuenta.” [3]
Estos
pensamientos y el detalle de su vida podríamos situarlos y citarlos de mejor forma
en una biografía, pero como sería muy extenso para lo que se pretende en este texto,
sólo he citado los hechos más relevantes y que dan claridad sobre su actitud consecuente,
comportamiento donde siempre imperó el afán de ir tejiendo “vasos comunicantes”
con la vida y el ser humano. Esto lo menciono, al constatar la admiración y respeto
que profesan los surrealistas que participan en este evento conmemorativo, Por lo
tanto es pertinente destacar a Matta como un hombre comprometido con lo social,
lo colectivo-creativo y la actividad solidaria y libertaria, sea donde esta ocurra
y que por ende requiriese la atención de la acción surrealista. En este sentido
Matta nos señala claramente:
Por lo que a mí respecta, intentaré no faltar a
mis deberes, mientras viva: no faltar a mis deberes para con la historia de los
hombres, ya que solo vivo para ella. El papel del pintor consiste, esencialmente,
en estar comprometido, puesto que estamos todos vinculados. Un día será evidente
para la conciencia lo que hoy se deforma completamente o se enmascara con un montón
de discusiones: que si faltamos a nuestros deberes para con los demás, echamos a
perder nuestra vida. [4]
En el aspecto
individual, el de estudio, el íntimo, Matta fue un sempiterno buscador, un explorador
de lo que permanece oculto al ojo, aquello que solo ve la pupila del alma, de quien
vive en estado de rebelión permanente y se ha liberado de la pesada carga de una
realidad impuesta sin cuestionamientos.
Para llegar
a un momento crucial de esta búsqueda, debemos remitirnos nuevamente a 1937 cuando
Matta comienza a desarrollar sus primeros dibujos, para en 1938 crear sus “Morfologías
psicológicas” y los “Inscapes” en 1939. Estas surgen primero como formas indecibles
e ignotas sobre un plano geométrico, primeramente sobre papeles, para luego ser
llevadas a un plano más pictórico a través de su impresión en el lienzo. Estos trabajos
a diferencia de sus obras posteriores poseen una mayor carga ígnea, geo-energética
y atávica, propia de nuestras geografías. Es una expresión que guarda relación con
ciertos fenómenos telúricos, que provistos de una nueva vestidura cromática se desempeñan
como una pulsión que tiene cierta procedencia en lo vernáculo ligado a la dinámica
tectónica de las placas sudamericanas y a la naturaleza de los macizos andinos de
su tierra natal, una cartografía visible que se funde con el propio mapa de su psique.
Matta dice de estos trabajos:
Llamo morfología psicológica a las transformaciones
en la absorción y emisión de las energías en el objeto desde su aspecto inicial
hasta su forma final en el medio geodésico psicológico. [5]
Matta ya había
comenzado a explorar nuevas zonas desde el interior, una sucesión de microcosmos
con una fuerte carga de morfologías “residentes”, donde el paisaje interior está
contenido, pronto a eclosionar desde su prisión magmática. Son de este primer periodo,
“Invasión de la noche” de 1941, “The hanged man” de 1942. Matta, señala al respecto
que este es un “espacio euclidiano en transformación
rotatoria y pulsátil”, [6] lo que se puede leer como
un espacio aún medible que pugna con su medio para transformarse en una realidad
distinta o mejor dicho en una nueva surrealidad.
Posteriormente
se produciría un desplazamiento hacia otra zona más vasta e insondeada: la del macrocosmos,
con una fuerte sensación de inconmensurabilidad. Es entonces que a partir de fines
de 1943 y en especial en 1944 con “El vértigo de Eros”, que el espacio se transforma
en otro, uno que es infinito, donde su formalidad basal geométrica incipiente se
abre, se desnuda y explosa. Por una parte se hace más visible y por otra los elementos
magmáticos se transmutan hacia una geometría más fractal que la anterior, (el punto
de las transmutaciones que nos señalara el hermetismo). El espacio dentro del espacio
se torna impredecible, la forma invisible que surge del espacio intersticial de
uno o varios puntos del cubo es una forma oculta que por esta manera adquiere visibilidad.
Es entonces el sostén desconocido del cosmos que besa la forma conocida, es la comunión
de las potestades espirituales con la esencia visible. Matta no usa el sueño como
ámbito exploratorio según sus antecesores, lo hace desde el éxtasis, según hace
mención Eliphas Lévi, quien señala al respecto, que el estado embrionario, el sueño
y el éxtasis como los tres estados para unificarse con la vida universal. Matta
usando este vehículo de aproximación nos revela así, estados ocultos en su pintura,
estados de la esencialidad como nos señalará el alquimista en sus escritos diciendo:
Estas obras
contienen una acentuada luminosidad negra que constituye su sello característico.
Sobre esto señala: “Toda forma es el gráfico
resultante de la adaptación de las energías internas en movimiento a los obstáculos
creados por el medio”. [8]
Matta además había conocido a Einstein quien lo
ilustra acerca de los fenómenos físicos que son invisibles al ojo. Es ahí donde
Matta tendría las otras bases teóricas para la obra que desplegaría durante su vida.
Se suman entonces a su acervo pictórico los fenómenos eléctricos, los iones e isótopos
radiactivos, la geometría del espacio, quasars y nebulosas.
Por ese entonces ya había surgido el mito de “Los
grandes transparentes”, los que se asoman en sus trabajos que contagian y entusiasman
a Breton de tal manera que lo incluye en sus Prolegómenos para un Tercer Manifiesto.
A propósito de esto Matta nos dice:
Yo inventé esto de los “trans-perents”, que representan
los poderes invisibles y en que hay un juego de palabras. A André (Breton) le gustaron
y entonces me los pidió para su Tercer Manifiesto, que se publicó originalmente
con mis dibujos. Pero André los interpretó a su modo…yo pienso que demasiado antropomórficos…a
lo Gulliver. [9]
Con esto la
obra de Matta se podría definir en esta segunda etapa como una suerte de creación
pneumo-poiética, la llamada transfiguración a partir de un cuerpo geométrico que
desencadena las fuerzas que sostienen el diseño animal, vegetal o mineral. La materia,
la forma muta de algo corruptible en una cosa incorruptible, aquello que es la naturaleza
oculta que lo alienta. Matta es un vidente que accede a la configuración supra-geométrica
de las formas. Él posee la llave del misterio de los arcanos mayores y nos re-presenta
las formas visibles para sublimarlas y sondear su materia con su anti-materia, la
infra-materia, la no-materia.
Todo esto será
una constante iconográfica en su obra y podemos encontrarla siempre presente a lo
largo de su extenso trabajo, pues haciendo un análisis desde su semiosis y la cualificación
de sus formas, estas imágenes rizomáticas que lo conectan con estas ideas.
Las geometrías
fractales de Matta vuelven con mayor o menor intensidad dependiendo del tópico abordado,
incluso a veces, en su otra obra, la más social. En esta vertiente surge lo totémico
de diversos pueblos originarios de América. También surge la imaginería “etrusca”
o “minoica” que da soporte de lo mítico greco-latino como en su obra gráfica el
“Hom-mere”. Buscando la fuente de estas imágenes originarias que se
turnan en aparecer en sus obras (con mayor presencia en su obra gráfica), será en su
viaje a América en 1939 y en especial a México en 1940, donde esta manera de crear
y plantear su mirada, se fundiría con lo antiguo de su geografía, retomando contacto
con sus raíces, con la imagen totémica, lo chamánico, lo social, lo que asoma en
lo más político de su obra. Entonces surgen en su trabajo, una surrealidad inmediata
(más figurativa), que se conjuga en mayor o menor grado durante el transcurso de
los años, con otra surrealidad más profunda, ambas se ven reflejadas en sus pinturas,
donde conviven los sustratos ocultos de un cosmos, junto a las imágenes totémicas
de una región que le es cercana, tanto a él, como a los habitantes de esta región,
es una invocación a ciertos elementos reconocibles que sean conducentes o imágenes
guías hacia arcanos espacios dimensionales. También es visible en la obra más social
de Matta la influencia del comics, del cual se vale para desplegar su poesía en
frases, para tal objetivo se vale del uso de los glóbulos aplásticos (globos de
historietas) adicionándose como otro “perceptema”
[10] más en la obra.
José Pierre
se refiere a este momento como: ¿El mismo
que había solicitado del automatismo el aliento a la par que la forma, renunciaba
a él? El hombre que surgió heredero de los Célibes de Duchamp, desgarrado y desgarrador,
obligado constantemente a defenderse de la mirada de Octrui o, como El peregrino
de la duda (1947), atrapado en el vertiginoso engranaje de los deberes, se lo impuso
a Matta el desencadenamiento de las fuerzas del mal. [11]
Matta aporta
al Surrealismo una nueva vitalidad; primero introduciendo la práctica de la perspectiva
axonométrica en la composición (El sistema axonométrico tiene
como base de referencia un triedro trirrectángulo. Este triedro está formado por
tres planos que son perpendiculares entre sí). [12]
En
un segundo término, Matta va aún más lejos, se adentra en busca del fruto de las
Hespérides, basado en la misma carta de navegación de los argonautas para poder
contemplar el secreto con sus ojos. Este pintor crea a partir del encuentro con
una sabiduría que se ha mantenido inmutable desde el principio de los tiempos, aquella
que aún no había podido ser representada en la pintura y que solo se hallaba en
el argot de los libros. Su gran logro fue detener los flujos inefables del tiempo
y el espacio para abrir la geometría que se manifiesta en el universo, colisionar
los triedros para desarmar sus sostenes, abrir su nomenclatura subyacente y poder
extraer el logos contenido, de esta manera
pudo capturar las formas de lo que siempre estuvo invisible, aquello que no es perceptible
salvo para el vidente- Estas diversas visiones cósmicas y dimensionales que él nos
muestra habrían permanecido siempre en la surrealidad, sostenida por eones para
ser atisbadas solo por el que busca, siendo su plausible merito el haber logrado
llegar a esos espacios para re-interpretarlos, traerlos a su pintura y transformarlos
en un neo-eikon, lo que se podría denominar como una suerte de transmutación inversa
Podemos agregar con lo anterior, que ese “todo” que se devela en sus lienzos no
es un “algo” inventado, es mejor referirse a aquello como: “un paisaje revelado,
que siempre estuvo en ese lugar” como bien nos dice Fulcanelli:
Nosotros no inventamos nada,
no creamos nada. Todo está en todo. Nuestro microcosmos no es más que una partícula
ínfima, animada, pensante, más o menos imperfecta del macrocosmos. Lo que creemos
descubrir por el solo esfuerzo de nuestra inteligencia existe ya en alguna parte.
La fe nos hace presentir lo que es; la relevación nos da de ello la prueba absoluta. [13]
Hoy reconocemos
el legado e influencia de Matta en este encuentro, con el claro propósito de que
ese maravilloso universo que se prodiga desde su pintura, sea también percibido
por el público en las obras de quienes hoy lo acompañan y celebran, sus pares surrealistas.
NOTAS
1.
El “Movimiento Phases”, que también edita una revista (Phases), surge en 1952, fundado
y animado Por Edouard Jaguer. Este sentó las bases para una actividad internacional
surrealista que renovó al movimiento, abriéndose a toda nueva exploración, especialmente
retomando el camino dejado por el expresionismo abstracto. Participaron en él, nombres
como Matta, Lam, Ernst, Man Ray, Corneille, Alechinsky, Chávez, Charbonel, Welson,
Chab y más de un centenar de miembros. La última exhibición supervisada por Jaguer
fue en Santiago de Chile en 2005.
2.
Este evento celebrado en el 145 aniversario de la muerte de
Sade, y fue el preludio de la Octava Exposición Internacional del Surrealismo dedicado
al erotismo, cuya inauguración fue el 15 de diciembre en la “Galerie Daniel Cordier” en París.
3.
y 4. Entrevista con Matta por F.C. Toussaint, Las Lettres Francaises, 16 de junio
de 1966
5.
y 6. Matta, “Morfologías psicológicas” 1938
7.
Basilio Valentín “Tratado Químico-Filosófico de las Cosas Naturales y Sobrenaturales
de los metales y de los minerales”. Traducido de la Edición de 1679.
8.
Matta, “Morfologías psicológicas”
9.
Entrevista de Mónica Godoy Divine a Matta, publicado en “Breton, Entre dos estrellas”,
Ediciones Manquel, 1997
10. Claudio Cortes López “Semiótica y Estética de la pintura: una aproximación
desde la teoría Peirce-Bense”. En este ensayo nos dice: “Los cromolegisignos
y morfolegisignos estructuran lo que M. Bense y E. Walther llamaron "perceptemas",
fenómeno asociado con la semiótica del color-forma-visual”
11.
José Pierre “El Surrealismo” Ediciones Aguilar, Madrid, España.
12.
http://www.monografias.com/trabajos78/proyeccion-axonometria
13. Fulcanelli, “Le Mystere des Cathédrales et l’interprétation
ésotériques des symboles hermétiques du Grand-Oeuvre”.
ENRIQUE DE SANTIAGO | Poeta, artista visual, ensayista y agitador cultural. Autor de libros como Frágiles tránsitos bajo las espirales (2012), Elegía a las magas (2014) y Bitácora de un viaje ontológico (2018). Su obra plástica es hoy reconocida internacionalmente, sobre todo en el ambiente surrealista. Enrique ha organizado algunos tomos dedicados a la obra Susana Wald, Cruzeiro Seixas y Ludwig Zeller. Importante destacar su presencia en estudios internacionales del Surrealismo, firmados por Arturo Schwarz y Floriano Martins. Actualmente, él mismo prepara un largo volumen La historia del Surrealismo en Chile.
JOHN WELSON (País de Gales, 1953). Poeta e artista plástico, Welson é um desses personagens admiráveis por sua incondicional obsessão pela criação. Desde a infância que se dedica à pintura, ao desenho, à cerâmica e logo dando início também à escritura poética. Resultado dessa voracidade criativa é que tem em sua agenda um registro de mais de 300 participações em galerias em vários países. Nas últimas décadas produziu um abstracionismo lírico cuja ótica central é a paisagem de seu País de Gales. A seu respeito escreveu John Richardson: Quer sejamos encantados com a poesia de John Welson, fascinados quando suas pinturas batem à porta de nosso inconsciente, ou nos encontremos iludidos por suas colagens enquanto conscientemente reordenam nossa visão de o que é e o que pode ser, é possível, acredito, discernir através do vidro as sombras, os traços e os impulsos que revelam seu compromisso com a liberdade e o surrealismo. […] Para John, a violência em tomar ou separar é apenas a primeira etapa necessária de uma grande obra de desconstrução, necessária para reconstruir e reconstruir, permitindo assim que a realidade latente da vida cotidiana, que a ideologia burguesa mascara, surja e se destaque. É dessa maneira orgânica que o Maravilhoso nos é revelado. Mais uma vez, ele nos oferece um vislumbre do que poderia ser.
Agulha Revista de Cultura
Série SURREALISMO SURREALISTAS # 05
Número 204 | março de 2022
Artista convidado: John Welson (País de Gales, 1953)
Tradução: Susana Wald
editor geral | FLORIANO MARTINS | floriano.agulha@gmail.com
editor assistente | MÁRCIO SIMÕES | mxsimoes@hotmail.com
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