que intente una metáfora? ¿O un cuento
de lobos y una ciudad de madera?
PEDRO MIR
Carmen Natalia Martínez Bonilla y Josefina Padilla Deschamps
constituyeron parte esencial de la vanguardia en la lucha interna de la juventud
antitrujillista en la década del cuarenta. Carmen Natalia poetisa y ensayista petromacorisana,
muy notoria en la literatura, publicó su libro de poesía Alma adentro
en 1939. Hasta esos momentos brillaba en el parnaso criollo, su lira
romántica se hacía sentir con vigor y plena hermosura. No obstante, su sensibilidad
social no le permitía mantenerse indiferente ante la lobreguez política que abatía
al país. Sin arredrarse, se integró a una inolvidable jornada épica por la restauración
de las libertades públicas. El horrible vendaval dominante no pudo doblegarla.
En aquellos instantes harto tormentosos, el crítico
literario Pedro René Contín Aybar en su celebrada Antología poética dominicana,
editada en 1943, sin imaginárselo integraba a dos poetas petromacorisanos
que poco tiempo después se convertirían en opositores radicales a la tiranía: Pedro
Mir y Carmen Natalia. Contín Aybar comentó que la poetisa tenía un sello personal
como Juana de Ibarbourou, Delmira Agustini y Gabriela Mistral, colocándola en un
plano semejante a la poesía de los hombres, proclamando:
Vale decir, que su feminidad se universaliza, desentendiéndose
del círculo familiar para expresarse, humanamente, con voz de Hadas. Es la más poeta
de nuestras mujeres escritoras. Y la más personal. A los titubeos del comienzo,
opone ya, atrevidamente, la independencia de su alto sentido poético. (Pedro René Contín Aybar. Antología
poética dominicana. Editorial El Diario. Santiago, 1943).
No se imaginaba el antologista que además de su independencia
lírica, la poetisa estaba henchida de una emancipación social que le permitiría
no apocarse ante el entonces vigente reino de las tinieblas. En la segunda edición
de la Antología Poética Dominicana en 1951 de modo obvio Carmen Natalia
fue segregada, para reaparecer en la antología intitulada Poesía Dominicana
del referido autor en la época post-Trujillo en 1969. Alberto Baeza
Flores, poeta y antologista chileno muy vinculado a los dominicanos, anotó que su
correspondencia desde el exterior con la poetisa rebelde para evadir la censura
tenía que ser en clave, dado la peligrosa participación política de esta. (Alberto
Baeza Flores. La poesía dominicana en el siglo XX. Biblioteca Nacional. Santo
Domingo, 1986. p. 202). Joaquín Balaguer por “precaución” también asumió a la poetisa
en la época post-Trujillo, manifestando que:
Sus versos llamaron poderosamente la atención no sólo
por el sabor de protesta que contenían contra el estado de cosas entonces reinante
en el país, sino también por cierto acento inconfundible que quita a esos poemas
lo que pudieran tener como expresión de desahogos ocasionales. (Joaquín Balaguer. Historia de la literatura dominicana.
Editorial Liberia Dominicana. Tercera edición. Santo Domingo, 1965).
De manera hipócrita Balaguer acentuaba que su composición
a las hermanas Mirabal debía permanecer como imperecedera. No obstante, le atribuía
una actitud vengadora en sus versos políticos. Su lira solo procuraba justicia social,
naturalmente muy temida por los panegiristas del régimen, como era el caso del antologista.
La denomina Corina dominicana, en alusión a la poetisa griega caracterizada por
sus odas o poemas largos encantadores y su gran belleza. Corina le ganó a Píndaro
en varias competencias poéticas.
José Rafael Sosa en uno de esos penetrantes reportajes
que lo caracterizan, ha advertido sobre la poetisa: “No es una poeta romántica como
dicen algunas biografías y como se ha estado publicando en redes sociales”. (José
Rafael Sosa. ¿Una película sobre la novela La Victoria, de Carmen Natalia, honrada
por la Feria del Libro? Acento. Santo Domingo, 16
de abril 2022). Cierto, fue de modo primordial una combatiente en las primeras filas
en la rebelión contra la opresión. El reconocido intelectual Virgilio Díaz Grullón,
de los dirigentes de la Juventud Democrática, al esbozar como su actitud de poetisa
romántica se transformó en social, enfatizó que en su inspiración fue:
[…] extendiendo su temática hacia los problemas sociales
y haciéndola más recia y combativa pero sin caer en lo panfletario ni en el lugar
común porque su verso conservó siempre su altura, sin concesiones a la banalidad
ni a la demagogia
Recuerdo de esa
época su poema “La Miseria está en mi Pueblo” que marcó su rompimiento con el romanticismo
y fue la primera muestra de su nueva poesía. (Virgilio Díaz Grullón. Antinostalgia
de una Era. Fundación Cultural Dominicana. Tercera edición. Santo Domingo,
1992. p. 60).
De su amplia inspiración social, veamos una de las estrofas
más significativas de “La Miseria está de ronda”:
Los ojos de la Miseria son áridos y profundos
como los pozos vacíos. Sus lagrimales de fuego
queman lágrimas de sangre en la pira del silencio.
Las manos de la Miseria son frías y descarnadas.
Tantean el viento espeso buscando el pan escondido.
Y volviendo sólo devuelve el hambre de su vacío.
(Inés Díaz Soñé. Antología biográfica de poetas petromacorisanos. Universidad
Central del Este. San Pedro de Macorís, 1982)
Cuando la juventud criolla asumió las movilizaciones
patrióticas con fuerza a partir de 1945 tras la caída del imperio nazi, Carmen Natalia
estaba en la vanguardia. Vinculada al grupo opositor alrededor de los hermanos Viriato
y Antinoe Fiallo, también con la Juventud Democrática, donde participaba su hermano
José Rolando. Al romper con arrojo el pánico institucionalizado, de inmediato la
arropó la severa reprimenda oficial. Se cabildeó su cancelación del Circuito Rialto
donde laboraba, fueron prohibidos sus artículos en el periódico La Opinión,
fue suspendida de sus estudios universitarios, y proscrita del ámbito
literario de la época.
Gabriela Mistral en 1945 recibió el primer Premio Nobel
de Literatura de Amèrica. Trujillo quiso asociarse a los diferentes homenajes que
en el continente se le ofrecieron. El 4 de mayo de 1946 sería recibida por Harry
Truman presidente de Estados Unidos, Trujillo pretendió incorporarse al festejo
y se organizaron actos públicos en homenaje a la poetisa que coincidieran con la
fecha que sería recibida por Truman. Llegado el momento, Gabriela Mistral al saludar
al presidente Truman le dijo de modo público: «Señor Presidente ¿no le parece una
vergüenza que siga gobernando en la República Dominicana un dictador tan cruel y
sanguinario como Trujillo?». El presidente atónito no logró responder la inesperada
pregunta de la poetisa, la reunión terminó de inmediato. La noticia se regó en toda
Amèrica de inmediato y Trujillo ordenó la suspensión de los actos en honor a la
Premio Nobel. (Santiago Castro Ventura. La intelectualidad de América un tormento para Trujillo.
Editora Manatí. Santo Domingo, 2012. pp. 57-59). Carmen Natalia el año
anterior le había enviado una comunicación a la poetisa chilena denunciando la tiranía
criolla, solicitando su solidaridad con la lucha de los dominicanos, proclamando
a la Mistral como una «voz de todas las patrias». Al escribirle de nuevo para felicitarla
por su valiente actitud ante Truman, le decía en otra misiva:
Su voz nos ha llegado, no en la bella forma del verso,
sino en la pura forma de la sentencia ética. Nuestro pueblo ha sentido en carne
viva el grato escozor de esa voz suya, que ha venido a decirle “Estoy contigo” y
ha sido como un dulce despertar la vida. (Colección Archivo del Escritor/Gabriela Mistral.
Biblioteca Nacional de Chile).
La poetisa rebelde y su familia residían en la calle
Arzobispo Nouel próximo a la 19 de Marzo, de C.T. (Santo Domingo), donde luego funcionó
el cine Leonor. Encabezaba allí la Librería Vidamar, que era la sede primero secreta
y luego abierta de la Juventud Democrática. (Juan J. Cruz Segura. Bajo la barbarie.
La Juventud Democrática Clandestina 1947-1959. Testimonio de un protagonista. Editora
Taller. Santo Domingo, 1997. p. 33. Alejandro Paulino Ramos. La dictadura
de Trujillo. Vigilancia, tortura y control político. Impresora Soto
Castillo S. A. Santo Domingo, 2020).
Virgilio Díaz Grullón explicó en torno a ese histórico
centro de desahogo político y social: “En fin, todas nuestras actividades giraban
alrededor de aquella casa que nos brindaba una hospitalidad generosa y sin límites”.
Estableció en torno a su valor político:
Y Carmen Natalia era el centro de todo, ofreciendo su
entusiasmo, su inagotable capacidad de trabajo y su fe en el futuro democrático
de nuestro pueblo. La verdad es que no podríamos imaginar que lo que hicimos entonces
hubiera podido hacerse sin ella, sin el ejemplo permanente de su firmeza, de su
valor, de su abnegación. (Virgilio Díaz Grullón. Obra citada).
Juan J. Cruz Segura en sus memorias de joven opositor
militante, nos dice que una de las labores del grupo era la redacción y distribución
de un periódico clandestino, luego público pero con alto riesgo, manifestando que:
En estas faenas de ventas de periódicos en las calles
veo en mi memoria a Rafael Valera (Fefé), Vinicio Echavarría, Rafael Mieses (Cocuyo)
y otros compañeros universitarios o normalistas, catalizados generalmente por Carmen
Natalia Martínez B. Recuerdo esas para mí extrañas acciones (porque en las calles
nunca se sabía lo que podía ocurrir), […]. (Juan J. Cruz Segura. Obra citada).
Trujillo en cierto momento temeroso que la derrota del
nazismo lo arrastrara, permitió en 1946 las actividades públicas de las organizaciones
antitrujillistas clandestinas. Una prueba de laboratorio político que rápidamente
debió clausurar, cuando la juventud opositora se lanzó de modo abierto y masivo
a luchar contra su tiranía en las calles. La represión se hizo sentir con toda la
rudeza que caracterizaba al régimen. El intelectual y maestro de sociología Dato
Pagán Perdomo, de los jóvenes que participaron en la jornada, apuntó para la historia
sobre este inusitado movimiento:
Mientras tanto una amplia campaña nacional de agitación
en torno a las consignas del movimiento democrático general conmovía al país. Grandes
manifestaciones de masas en las principales ciudades y en los centros industriales
azucareros movilizaron a los grupos estudiantiles, a los trabajadores, al campesinado
y a todo el pueblo. (Dato
Pagán Perdomo. ¿Por qué lucha el pueblo dominicano? Imperialismo y dictadura en América
Latina. Archivo General de la Nación. Santo Domingo, 2012).
Porfirio Herrera Báez de los apologistas del régimen,
al acusar de “comunistas” a todos los integrantes de esta imprevista oleada de oposición
pública, manifestó en defensa del status quo trujillista:
La campaña sistemática, de proporciones orgiásticas,
a que se dio este partido, en su empeño de trastornar el orden social imperante
en el país, conmovió la opinión pública del país. Obedeciendo consignas traídas
desde el exterior por las estafetas del partido, el propósito ostensible de la incipiente
agrupación comunista dominicana, no consistía en llevar a la práctica un programa
de reivindicaciones sociales características. Su obsesión táctica era el descrédito
del Partido de Gobierno y de sus líderes, su palabra de orden era provocar el mayor
número posible de catástrofe públicas con el objeto deliberado de aterrorizar la
ciudadanía o conmoverla por el espectáculo de un melodramático automartirologio. (Porfirio Herrera Báez. Dogmática anticomunista de
Trujillo. Renovación. Organo del Instituto Trujilloniano. C. T. 1953.
Núm. 2).
Porfirio Herrera Báez desde la óptica gubernamental,
admitía que la movilización juvenil antitrujillista conmovió el país. Si el ambiente
era tan “democrático” no hubiesen logrado la opción los opositores de presentarse
en condición de mártires, como insistía el distinguido funcionario.
José Antonio Bonilla Atiles exvicerrector de la universidad,
se había opuesto de modo público a la continuidad de Trujillo. En mayo de 1946 fue
golpeado por un esbirro al salir del cine Rialto, cerca dela calle Del Conde, le
dejó la cabeza sangrante. Carmen Natalia era su sobrina y junto a la esposa e hija
del agredido, visitaron la embajada norteamericana para solicitar al embajador que
diligenciara con su homólogo de México el asilo de este ciudadano que su vida corría
grave peligro. (Bernardo Vega. Los Estados Unidos y Trujillo. Colección documentos
del Departamento de Estado y de las Fuerzas Armadas Norteamericanas. Año 1946. Fundación
Cultural Dominicana. Santo Domingo, 1982. T. I). (Bonilla Atiles tras superarse
la tiranía, fue delegado ante la O.E.A. del Gobierno golpista del Triunvirato y
votó por la ocupación militar extranjera en 1965).
Entretanto en el exilio se preparaba una invasión patriótica
que tentativamente debía llegar en diciembre de 1946, Juan Bosch envió un emisario
secreto chileno de nombre Freire a contactar el frente interno antitrujillista para
las acciones de apoyo, se destaca entre sus relacionados con la misión a Antinoe
Fiallo y Carmen Natalia, desde el domicilio de ella, el enviado salió a entrevistarse
con Mauricio Báez y Justino del Orbe, para coordinar una huelga de los trabajadores
azucareros en apoyo a la acción armada que se proyectaba. (Bernardo Vega. Un interludio
de tolerancia. El acuerdo de Trujillo con los comunistas en 1946. Fundación
Cultural Dominicana. Santo Domingo, 1987). La repatriación armada fue pospuesta
para el año siguiente y finalmente se frustró y solo quedó para la historia como
la «Intentona de Cayo Confites», en Cuba. Chito Henríquez exiliado en Cuba también
se refirió al mensajero que ubicaba como Freides. Señalando que fue enviado donde
una persona de:
[…] absoluta confianza, porque era muy amiga de los
Fiallo, de Viriato Fiallo y Antinoe Fiallo; es decir, fue siempre del grupo de ellos,
Carmen Natalia Martínez, antitrujillista, yo tenía ese punto de referencia para
cualquier cosa… (Relatos biográficos
de Francisco Alberto Henríquez Vásquez. Archivo General de la Nación.
Pastor de la Rosa, editor. Santo Domingo, 2017).
Cuando Trujillo ordenó embestir las manifestaciones
públicas de la juventud oposicionista en octubre de 1946, los domicilios de Josefina
Padilla y Carmen Natalia fueron los primeros en ser allanados por la policía política
en horas de la madrugada. (Félix A. Mejía. Viacrucis de un pueblo. Relato sinóptico de la tragedia
dominicana bajo la férula de Trujillo. Jus. S. A. Segunda edición. México,
1960).
El capitán del Ejército Eugenio de Marchena había planificado
un atentado patriótico contra Trujillo que fracasó, fue trasladado a la cárcel de
La Vega con el propósito de ejecutarlo. Poncio Pou Saleta, futuro héroe de la raza
inmortal, en sus memorias anotó que Marchena logró enviarle un mensaje secreto,
para que fuera entregado al cónsul norteamericano informándole sobre la necesidad
que lo visitara un funcionario de ese país. Poncio Pou estaba fichado como antiguo
preso político, se trasladó a Santo Domingo a cumplir la misión. Destacó no tenía
medios para llegar a los diplomáticos, le informaron que Carmen Natalia podía cumplir
esa misión y la delegó en ella. Luego enfatizó que, aunque mataron a Marchena, se
enteró que un funcionario de la embajada de Estados Unidos lo había visitado, se
cumplió la misión. De nuevo Carmen Natalia se involucraba en otra tarea muy peligrosa.
(Poncio Pou Saleta. En busca de la liberad. Mi lucha contra la tiranía trujillista.
Editora Lozano. Santo Domingo, 1998).
Carmen Natalia el 28 de febrero de 1947 le envió una
valiente carta a Trujillo enrostrándole la represión contra su familia, la cancelación
de sus hermanos, su padre y ella de empleos privados por presión del inefable funcionario
Paíno Pichardo y la solicitud del propietario de la vivienda que era su lugar de
residencia (José Elmúdesi) para que la desocupara por las presiones del susodicho
funcionario. Le reclamaba que en virtud de la libertad de tránsito establecida en
la Constitución, se le permitiera pasaporte a ella y su familia para abandonar el
país, con valor le manifestaba al “Jefe”:
Llevadas las cosas a ese extremo, no podemos sino entender
que nuestra familia constituye un estorbo para su gobierno, ya que son altos funcionarios
de su gobierno y de su partido quienes, de manera sistemática, ejercen las medidas
coactivas. Siendo así, invalidados de ejercer libremente el justo derecho de trabajar
honestamente y de vivir dentro de una casa -a lo que aspiran todas las personas
en cualquier región del globo, por incivilizada e inculta que sea esa región.
Comprendemos que la única solución posible está en abandonar
nuestro país, en procura de ese medio de subsistencia a que toda persona tiene derecho
en todas partes del mundo. (Documentos. Cuatro cartas de Carmen Natalia a Trujillo. Ecos. Instituto
de Historia UASD. Santo Domingo, enero-junio 2017).
La comunicación le fue respondida una semana después,
por Telésforo Calderón, otro de los enigmáticos funcionarios de la época, quien
le manifestaba no presentaría su comunicación al “señor presidente”. Le participaba
la misiva debía ser dirigida a los empleadores privados de ella y sus familiares.
Sobre el casero la refería al control de alquileres, el pasaporte al secretario
de Relaciones Exteriores. Sentenciaba de modo demagógico no consideraba que su familia
fuera un estorbo para el Gobierno, alegando:
[…] valga, el ejemplo, hasta las propias autoridades
policiales se desentendieron de la denuncia que se les hizo de que el padre de Ud.,
valiéndose de su posición en la Compañía de Teléfono, se daba a la tarea de interceptar
las conversaciones telefónicas de los más altos funcionarios del Estado. (Documentos. Cuatro cartas de Carmen Natalia a Trujillo).
[…] “LA NACION” del 15 de abril menciona por sus nombres
a tres señoritas estudiantes, y una de ellas es atacada en la calle por una mujerzuela.
En las semanas sucesivas son detenidos todos los miembros del Partido Socialista
Popular y Juventud Democrática que no consiguen asilarse a tiempo. (Jesús de Galíndez. La Era de Trujillo. Un estudio
casuístico de dictadura hispanoamericana. Editorial Americana. Buenos
Aires, 1962).
La embajada de Estados Unidos seguía de cerca los difíciles
sucesos políticos criollos, enviaba un informe al Departamento de Estado el 21 de
abril, informando:
El fin de semana transcurrió tranquilamente. Las hermanas
Martínez Bonilla (EMBTEL 81) abandonaron la Embajada peruana voluntariamente porque
no deseaban estar más seguras que la familia y amigos y desean unirse a los mártires
si realmente comienzan los arrestos. Se cree que las dos hermanas Padilla están
aun en la Embajada mexicana.
Aparentemente el Gobierno está empleando un método de
embestida y retirada para atemorizar a los pocos elementos de la oposición con valor
que quedan. La frecuencia y la violencia de las embestidas probablemente dependerán
de la rapidez con que la oposición se atemorice. (Bernardo Vega. Los Estados Unidos y Trujillo.
Colección documentos del Departamento de Estado y de las Fuerzas Armadas Norteamericanas.
Año 1947. Fundación Cultural Dominicana. Santo Domingo, 1984. T. I).
Solo de pensar la crítica situación que se vivía se
puede medir el valor de las Martínez Bonilla de salir del resguardo en la embajada
peruana. Josefina Padilla y su hermana también abandonaron la embajada de México.
Todas volvieron al activismo antitrujillista.
Las viviendas de estas damas eran vigiladas por los
servicios secretos del régimen. En diciembre de 1946 uno de ellos informaba que
una guagua de la Pan-American (compañía norteamericana de aviación) visitó la casa
de la poetisa, también un carro placa diplomática en que viajaban dos jóvenes rubios
y blancos, aparentemente de Estados Unidos, entregaron un sobre y pasaron a la librería,
decía pudo notar todo porque pasó varias veces por la puerta del mencionado lugar.
También reportaba las visitas de los opositores Roberto Sánchez Sanlley y uno de
los hermanos Fiallo, y Manuel Eduardo Cordero, de Santiago. Se llevaba un estricto
control de todo el que pasaba por ese hogar, donde Trujillo no era el “Jefe”. (Bernardo
Vega. Un interludio de tolerancia…).
Juan Ducodray Mansfield de la dirección de la Juventud
Democrática, relató los vínculos de Minerva Mirabal con Carmen Natalia como parte
de los ajetreos de la lucha antitrujillista, Ducodray destacó que conoció a la heroína
de Salcedo:
[…] en la calle 19 de Marzo esquina El Conde. Ella venía
de ver a Carmen Natalia Martínez Bonilla, en cuya casa de familia estaba el local
de la Juventud Democrática. Apenas conversamos un par de minutos, pues la persona
que la acompañaba la urgía a seguir caminando (pienso que a ello debe haber contribuido
el hecho de que Olivita, uno de los jefes del espionaje trujillista, se había parado
a nuestro lado para tratar de escuchar lo que decíamos). (Juan Ducodray. Réquiem por la utopía y otras
saudades. Editora Nomara, S. A. Santo Domingo, 2000).
Este espía sin ropaje era César Oliva García, que alcanzó
el grado de general de los agresivos servicios de inteligencia. El espionaje fue
constante, por ejemplo el 15 abril de 1947, Paíno Pichardo en esos momentos secretario
de la presidencia, le informaba al secretario de Guerra y Marina:
Para su conocimiento y fines de vigilancia, se informa
a usted que la señorita María Mercedes Rodríguez Vásquez, graduada de Medicina sin
haber presentado su tesis, residente en la calle Padre Billini No. 19, de esta ciudad,
y quien es hija de Juancito Rodríguez, visita con marcada frecuencia la casa de
la nombrada Carmen Natalia Martínez Aybar. (Bernardo Vega. Un interludio de tolerancia…).
Juancito Rodríguez de los principales opositores al
régimen en el exilio. María Mercedes Rodríguez Vásquez en sus testimonios históricos
publicados el pasado año, confirma que ciertamente Carmen Natalia era el contacto
para ellos tener noticias de su padre Juancito Rodríguez, principal líder de la
invasión patriótica que se organizaba en Cayo Confites. María Mercedes señaló como
«Blondí» el nombre de guerra de la poetisa, indicando que, tras el fracaso de Cayo
Confites, Blondí a través de Ana Emilia Lara le informó que su papá estaba en Guatemala
y la lucha seguía. (Jeanne Marion-Landais. María Mercedes Rodríguez Vásquez. Testimonio
de acoso y resistencia durante la tiranía. Colección del Banco Central
de la República Dominicana. Santo Domingo, 2021).
Como se observa con el seguimiento a Minerva Mirabal
y Mercedes Rodríguez, todo el que visitaba la Librería Vidamar era chequeado por
los organismos de espionaje gubernamental. Ellos sabían desde allí se manejaban
importantes secretos de la resistencia interna y externa.
En enero de 1947, Benjamín Cohén, secretario general
adjunto de las Naciones Unidas, dictó una conferencia en el Paraninfo de la Facultad
de Ciencias Médicas. El informante identificado como No. 12, reportó que un grupo
de afiliados a la Juventud Democrática al terminar la actividad abordó al conferenciante
y le solicitaron una entrevista que accedió, se ubicaba entre los solicitantes a
las dos hermanas Padilla Deschamps y Carmen Natalia Martínez B. (Bernardo Vega.
Un
interludio de tolerancia…).
En abril uno de sus hermanos fue apresado junto a otros
opositores en Santiago, imputados de “atentado contra la paz pública y el orden
del Estado”. Fueron “juzgados” y el fiscal le envió un informe directo a Trujillo,
expresándole que entre el numeroso público que asistió a la audiencia mencionada,
se encontraban miembros del Partido Socialista Popular y la Juventud Democrática,
como Carmen Natalia y su madre. El fiscal aceptaba la asistencia de «numeroso público
a la audiencia», quizás le falló el subconsciente o quiso ser muy sincero con el
“Jefe”. (Bernardo Vega. Un interludio de tolerancia… p. 392). En
junio se publicaba en el exterior un aviso de Carmen Natalia sobre la represión
contra sus familiares, el telegrama de denuncia llegó hasta el presidente de Estados
Unidos Harry Truman:
MI PADRE ENCARCELADO HOY STOP MIS HERMANOS JOSE ANTONIO
Y ANDRESITO SIGUEN PRESOS IGNORANDOSE SU PARADERO STOP ABRIGAMOS SERIOS TEMORES. (Bernardo Vega. Los Estados Unidos y Trujillo.
Colección documentos… Año 1947. T. I).
Al mismo tiempo un grupo de mujeres familiares de los
presos políticos, entre ellas Carmen Natalia su madre y hermanas, manifestaron ante
el embajador norteamericano, que éstos estaban siendo torturados y trasladados a
cárceles en la frontera, mientras a ellas se les había prohibido visitarlos. (Bernardo
Vega. Los Estados Unidos y Trujillo. Colección documentos… Año 1947. T.
I). Para la época Spruille Braden, enemigo declarado de la tiranía de Trujillo se
desempeñaba como subsecretario de Estado para asuntos latinoamericanos.
Cuando se organizó la expedición patriótica que llegó
a luchar contra Trujillo en junio de 1949 en Luperón, José Rolando Martínez Bonilla
fue uno de los sobrevivientes apresados. El comandante Horacio Ornes apuntó para
la historia que ellos en calidad de prisioneros de guerra en la fortaleza San Luis
de Santiago, exigieron que el propio Trujillo fuera quien los interrogara, indicando
que este se presentó a investigarlos, añadiendo:
En el interrogatorio a Martínez Bonilla hubo incidentes
particulares de tipo personal, debido a que su familia en los últimos años ha sido
una de las más distinguidas en la lucha contra la tiranía. El dictador se interesó
en sus relaciones de amistad con varias personas y no dejó también de considerarlo
traidor a su Gobierno, por aquello de la renuncia de un cargo en el servicio consular. (Horacio Ornes. Desembarco Luperón. Episodio
de la lucha por la democracia en la República Dominicana. Gráfica Itesa.
Santo Domingo, 1999)
Trujillo tenía muy presente la oposición a su tiranía
de Carmen Natalia y su familia. Ornes refirió que los domingos les permitían visitas
por 5 minutos de sus familiares, indicando que siempre asistían Carmen Natalia y
su madre. (Horacio Ornes. Obra citada). Durante este lapso, se ordenó enviar al
Instituto de Anatomía de la Universidad de Santo Domingo los cadáveres de cuatro
de los combatientes caídos en la repatriación patriótica de Luperón. El ilustre
anatomista Alejandro Capellán, jefe del departamento de morfología, asumió la peligrosa
responsabilidad de no exponer para los fines de disección esos cadáveres, sino conservarlos
de modo secreto en una de las piscinas de formol, para ser devueltos a sus familiares
en el futuro. Cruz Segura en sus memorias, apuntó se enteraron a través de Carmen
Natalia, que los cadáveres estaban en ese lugar. Dice que al final de la tiranía
pudo comprobar: “Era cierta la confidencia que habíamos recibido en la librería
Vidamar de la Arzobispo Nouel # 33, hogar de la familia Martínez Bonilla y sede
histórica de la Juventud Democrática”. (Juan J. Cruz Segura. Obra citada).
El consulado trujillista en San Juan era el centro de
espionaje de las actividades de los exiliados. El 28 de abril se enviaba a los organismos
de persecución política, un memorándum confidencial que establecía:
Después de más de dos meses de silencio, los enemigos
de la República han vuelto a dar manifestaciones de vida con la aparición del periodicucho
libeloso que sirve de órgano al llamado Comité Puertorriqueño Pro Democracia Dominicana.
en este último Boletín se pueden señalar los siguientes hechos: la incorporación
de Carmen Natalia Martínez entre los colaboradores del periodicucho; […]. (Mu-Kien Adriana Sang. La política
exterior dominicana 1844-1961. Secretaría de Estado de Relaciones Exteriores.
Santo Domingo, 2000. T. II).
Carmen Natalia recién llegaba a Puerto Rico, de inmediato
asumía un rol en la redacción del periódico de los exiliados dada su experiencia
como antigua columnista de La Opinión y redactora del periódico de
la Juventud Democrática. Díaz Grullón manifestó que todo lo hacía a la perfección:
[…] hasta redactar y mecanografiar un artículo para nuestro periódico “Juventud
Democrática”. (Virgilio Díaz Grullón. Obra citada).
El 4 de octubre, desde el consulado se enviaba otro
memorándum confidencial, notificando que el informante de esa entidad Freddy Martínez
había conversado con la familia Martínez Bonilla, y que siguiendo sus advertencias
se encontraba tranquila. El cónsul lo refutó y puso como ejemplo la colaboración
de Carmen Natalia con el periódico de los exiliados. El informante replicó que supuestamente
ella había escrito ese artículo por insistencia de algunos enemigos, indicando que
esta abandonaría la política. (Mu-Kien Adriana Sang. Obra citada). Sin embargo,
la labor de espionaje sobre la poetisa rebelde continuó dado que nunca se desvinculó
del movimiento antitrujillista.
En La Habana del 19 al 23 de junio de 1951 se desarrollaron
actos en recordación al segundo aniversario de la invasión patriótica de Luperón.
Se hizo un opúsculo con las diferentes actividades desarrolladas, se insertó un
poema de Carmen Natalia dedicado a su compañero de la Juventud Democrática, Salvador
Reyes Valdez, de los caídos en la jornada, intitulado: «Poema recóndito para un
mártir de la libertad», que lo diseñó en julio del 1949, viviendo aún bajo las garras
del terror en la entonces “Ciudad Trujillo”. (Luperón símbolo de libertad y
de heroísmo. Homenaje en el segundo aniversario de la tragedia y el martirologio.
F. Fernández y Cía. La Habana, 1949).
El 7 de noviembre de 1953, el consulado de San Juan
en su labor de espionaje informaba:
Desde hace aproximadamente como un año las desafectas
Maricusa Ornes y Carmen Natalia Martínez Bonilla, tienen una Academia de Arte Escénico
con el nombre de “Santo Domingo”, de la cual obtienen su sustento. Como esta es
la única escuela de su género en Puerto Rico, la misma tiene una matrícula numerosa.
Se me ha dicho que en ningún momento se ha hecho propaganda política dentro de la
escuela ya que de hacerlo muchos de los que tienen sus hijos en la mencionada escuela
los retirarían. La noche del jueves que fue la primera presentación en el Teatro
Tapia, en donde estarán actuando esta mañana domingo, la concurrencia no fue la
que ellas esperaban, a pesar de que tenían y tiene la cooperación de las sabandijas
exiliados. Hasta ahora no ha ocurrido nada contra nuestra política en estas presentaciones
y si lo hubiera la comunicaré con toda oportunidad a esa Cancillería, además de
que ellas no pueden usar el Teatro Municipal Tapara fines políticos. (Mu-Kien Adriana Sang. Obra citada).
Habían discurrido cerca de tres años desde la comunicación
que se establecía Carmen Natalia había abandonado la oposición al régimen, sin embargo,
todavía la tildaban de desafecta, lo que significaba que persistía en sus posiciones
políticas, respaldada por los que ellos denominaban “sabandijas exiliados”.
El Gobierno trujillista publicó en 1956 el tristemente
célebre Libro blanco del comunismo en la República Dominicana, fue encargado
un párrafo a los jóvenes del partido de Gobierno, criticando el manifiesto lanzado
por la Juventud Democrática en su accionar público diez años atrás, entre otros
cargos destacaban:
[…] y la poetisa Carmen Natalia Martínez Bonilla -parienta
y producto político de J. A. Bonilla Atiles- se consideró en el deber, y así lo
hizo, de dirigir un llamado a la conciencia de las mujeres dominicanas, para mostrarles
el rojo fondo que había a través de la floresta palabrera del manifiesto del citado
grupo. (Libro blanco del comunismo en
la República Dominicana. Secretaría de Estado de lo Interior. C. T.
1956).
En otro apartado del Libro blanco del comunismo, se
imputa a Carmen Natalia, Juan Bosch, Pedro Mir y Corpito Pérez Cabral, el “grave
delito” de comunistas:
Los literatos son los primeros en dejarse seducir. Pedro
Mir, a quien Boch bautiza con la significativa frase de “poeta socialista dominicano”,
Pérez Cabral y Carmen Natalia Martínez Bonilla son tres poetas que apuran sus primeras
lecciones marxistas junto al autor de la “Mañosa”. (Libro blanco del comunismo en la República Dominicana).
La poetisa continuará insurrecta contra el horror de
Estado, con su lira encendida persistió en el tableteo sin tregua procurando extirpar
el eclipse social y político, de ahí la: «Elegia a los mártires de Constanza, Maimón
y Estero Hondo», y «Réquiem para un cadáver desterrado», hasta llegar a su vibrante
«Oda heroica a la hermanas Mirabal». Sobre este potente poema, la muy ilustre historiadora
Carmen Duran ha comentado:
La Oda heroica a las Mirabal eleva el sentido
estético de la poeta, se transmuta, crece, se deshace en ternura para describir
el trágico episodio de violencia que segó el vuelo hacia lo eterno de las tres mariposas
(Carmen Durán. Escritos de ocasión y otros temas. Archivo General de la Nación.
Santo Domingo, 2021).
En enero de 1976 partía hacia el infinito la combatiente
contra el deshonor. Fernando Amiama Tió, vinculado al tiranicidio, apuntó para la
historia en torno a su funeral:
Cuando murió la poetisa Carmen Natalia Martínez Bonilla,
Félix Servio me ayudó a colocar sobre el sarcófago una bandera nacional que me facilitó
mí siempre amigo Francisco José Nadal Rincón. En el entierro de la insigne poetisa,
Pedro Mir dijo unos versos que, sin dudas, le fueron dictados desde el cielo. Yo
iba a leer unos versos míos, pero me los guardé después de oír los de Pedro. El
inmenso e intenso poeta que era Pedro Mir, dejó ese día las entrañas en el cementerio.
Lo mejor, después de oír a Pedro, era guardar silencio. Claro. (Fernando Amiama Tió. Ayer, el 30 de mayo y después,
vivencias y recuerdos. Comisión Permanente de Efemérides Patrias. Santo
Domingo, 2012).
Totalmente de acuerdo con Amiama Tió, se trataba de
don Pedro Mir, el colosal vate que junto a la grandiosa poetisa los panegiristas
del régimen de manera soez pretendieron extirpar del parnaso criollo. Félix Servio
Ducodray fue de los principales compañeros de la poetisa en la lucha antitrujillista.
Nadal Rincón, el especialista por muchos años en los protocolos oficiales. Luego
Amiama Tió publicó su poema a Carmen Natalia intitulado «Definitivamente», en su
poemario Lejanía.
La incansable poetisa e historiadora de la cultura Ylonka
Nacidit-Perdomo, ha interpretado para nosotros el paradójico momento aflictivo y
elegante en que el poeta nacional con un susurro que le dictaba el alma, atribulado
se despedía de la poetisa:
Pedro Mir al leer ante la tumba de Carmen Natalia el
Panegírico, el poema que le escribiera «Despedida», también hizo una segunda premonición
sobre su alma, le dijo entonces a la amiga-poeta que se desprendía a solas de la
danza de la vida, estas estrofas: «Ahora nosotros vámonos. La historia triste, lejos
de ti, tal vez nos junte/ Y entre tanto la vida que pregunte/ y tú sola contéstale
a la gloria. (Ylonka Nacidit-Perdomo. Encuentro
a solas con Carmen Natalia. Acento. Santo Domingo,
10 de julio 2017).
SANTIAGO CASTRO VENTURA (República Dominicana, 1949). Ensayista. Doctor en Medicina de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, especializado en Pediatría. Tiene una maestría en historia. Fue presidente de la Asociación Médica Dominicana. Ha sido ganador en dos ocasiones del Premio Nacional de Historia José Gabriel García. Posee una amplia bibliografía que le ha permitido recibir el reconocimiento de diversas instituciones. Autor de libros como Trujillo, perversidad hereditaria (2001), Evangelina Rodríguez, pionera médica dominicana (2003) y La vorágine del amor en los poetas (2006).
VERÓNICA CABANILLAS SAMANIEGO (Perú, 1981), es poeta y artista visual. Ha expuesto individualmente en Lima y colectivamente en Europa y Latinoamérica: El surrealismo hoy, homenaje a Eugenio Granell, Museo Eugenio Granell, Santiago de Compostela, España (2012), El asombro del colmillo, Le Petit Canibaal, Valencia (2014); Ludwig Zeller, componiendo la ilusión, Galería Taller de Rokha, Santiago de Chile (2017); Cien años de Surrealismo, Centro Cultural Espacio Matta, Santiago de Chile (2019-2020), International exhibition of surrealism, Galería Kudak, El Cairo-Egipto (2022), Eco del surrealismo contemporáneo, Instituto francés de Alexandria, Egipto (2022). Verónica es la artista invitada de este número de Agulha Revista de Cultura.
Agulha Revista de Cultura
Número 238 | setembro de 2023
Artista convidada: Verónica Cabanillas Samaniego (Perú, 1981)
editora | ELYS REGINA ZILS | elysre@gmail.com
ARC Edições © 2023
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