I | Toda escultura es una escritura, por eso mismo Alberto Giacometti, lo
que hace en sus esculturas es escribirse y escribirnos. La forma no es lo
esencial, sino el teatro escritural de la forma, la que llama e invoca el
vacío, el vacío como el principio de la forma. La técnica de la escultura de
Giacometti es la forma y el vacío, como lo es para los orientales. Vacío de
todo y vaciado de la forma en la escultura, en su escritura. El escultor
intenta escribir con la escultura, para inmovilizarse en el vacío de la
forma. La forma es el vacío para él. La escultura de Giacometti habla del
vacío y escribe la forma, pero una forma vaciada de sí misma, podríamos decir
una forma sin forma, como de una escritura sin leyes escriturales. Él las
inventa y las crea.
Hay extinción de la forma y
extensión de lo escriturable por la escultura. Y en él, la escultura como es
escritura es también, con la misma intensión teatro. Es la escultura de
Giacometti una escultura teatral. Teatro de la escultura, porque siempre
proviene de ella misma, como máscara. Es lo que es y no lo que no es. Nada es
lo mismo después de que ya lo he percibido y lo conozco, y como me conoce ya
no es lo mismo. He ahí el drama.
II | Giacometti no domina la técnica de la escultura moderna. Inventa
entonces una nueva, porque el que no domina una técnica la inventa, como por
decir: Brancusi, Lipchitz, Ramírez Villamizar o Vayda. Lo que queremos decir:
es que él no sabe lo que hace, sino lo que revela, lo que imanta de sí mismo
y le da forma. El sentido no es lo que determina la búsqueda, lo que dice de
la búsqueda es el no sentido, lo que se inicia en lo insólito y el azar, lo
súbito. El objeto estructural de la escultura de Giacometti no es lo que se
ordena, sino lo que se mueve en el caos. Lo que transforma es el caos, lo que
inquieta y lo que revela.
De
eso se trata, cuando un escultor inventa su tratado para hacerse escultor,
cuando no necesita imitar a nadie, sino que se halla en sí mismo, obedeciendo
a su principio y a su hilo imantado. El método de Giacometti, es
matemáticamente dicho, el de la destrucción y el del exterminio de lo
imitable, de lo escultórico por lo escultórico. Nada de lo que halla es
imitación de la realidad sino una des/imitación, una destrucción del
"objeto hallado" como se estableció en el surrealismo, para
decidirse por el objeto invisible, como nos los dice Genet: "La soledad,
como yo la entiendo no significa condición miserable sino más bien realeza
secreta, incomunicabilidad profunda pero conocimiento más o menos obscuro de
una inatacable singularidad".
III | Las medida, la densidad y el peso de una escultura de Giacometti, es
el vacío. Todo tiene que desear la nada, como decía Sartre: "Giacometti
por igual niega la inercia de la materia y la inercia de su nada pura; el
vacío es lo pleno, flujo desplegado; lo pleno en el vacío orientado. Lo real
fulgura". La dimensión es la dimensión en sí misma y no en su extensión,
como lo habíamos observado hasta ahora, hasta él. Ya no es ni siquiera de la
escultura de Giacometti de la que hablamos sino de él, como el escultor que
ha quedado inmerso, radiado y proyectado por su escultura. Toca la materia y
la violenta, la materia lo toca y lo violenta a él y a su proyección. Disyunción
de lo real del escultor que toca su densidad, que ella no lo condena, como,
por decir a quien sin ser escultor hace escultura. Él exalta la condición de
la escultura misma.
El
escultor es el escultor; para Giacometti, los demás hacen esculturas. La
condición del escultor es la irritación que le provoca lo inimitable que hay
en la escultura y que constituye la formación de un tratado sobre ella.
Tratado de lo que está por hacerse y no de lo que está hecho. En él lo que
hallamos, lo que se ilumina, como para un "iluminador de libros" es
que la masa no interesa, no es lo esencial, como sí podría haberlo sido para
Rodin. Lo esencial entonces es como ella misma, es prueba de nuestra
inconsistencia, de nuestra incoherencia y de nuestro morir. Giacometti ha
inventado la escultura-dibujo, porque ellas poseen líneas y trazos. Y sus
esculturas son trazos que como lo indicaba Michel Leiris: "Fabrican el
espacio". Ese es el escultor, el que no ornamenta y para el cual la
escultura no es un accesorio que llena lo que esta "vacío" o más
bien vaciado.
En
la relación de mi mirada, llena de una eclosión indecible y no mensurable de
subjetividad y objetividad, de y con las esculturas de Giacometti, de lo que
puedo proveerme es de la muerte. De la muerte de mi mirada ante estos objetos
escultóricos, que es irrevocable, porque somos y estamos hechos para la
muerte, pero en la que hay momentos de un vacío ideal-real, en el cual la
muerte se libera de nosotros, y es ella misma, sin necesidad de destruirnos.
El lector de las esculturas de Giacometti, sabe que es leído y destruido por
ellas y es más: excavado. Lo que el escultor hace es excavar la mirada del
observador. Y he ahí su poder. La escultura y la escritura femenina de
Giacometti, así lo prueban. Esta feminización del orden del mundo, es el
nuevo orden de la escultura, su sensibilidad y su percepción. La forma no es
el volumen, sino la densidad.
NOTAS
1. Genet, Jean. El objeto invisible. Escritos sobre arte, literatura y teatro. Barcelona. Editorial Thassália, 1997., p. 44. 2. Sartre, Jean Paul. Literatura y arte. Situations IV. Buenos Aires. Editorial Losada, 1966., p. 268.
Oscar González. Ensayista,
poeta y conferenciante. Ha publicado La ciudad soñada (1999)
y Pincel de hierba (2001). Pertenece al Comité Editorial de
la revista Punto Seguido. Contato: ojgonzal@eafit.edu.co.
Página ilustrada com obras de Alberto Giacometti.
Agulha
Revista de Cultura # 24. Maio de 2002.
Página ilustrada com obras de Alberto Giacometi (Itália).
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PRIMEIRA ANTOLOGIA ARC FASE I (1999-2009) | 05 de 10
Organização a cargo de Floriano Martins © 2016 ARC Edições
Artista convidado | William Blake
Imagens © Acervo Resto do Mundo
Esta edição integra o
projeto de séries especiais da Agulha
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1 PRIMEIRA ANTOLOGIA ARC FASE I (1999-2009)
2 VIAGENS DO SURREALISMO
3 O RIO DA MEMÓRIA
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Willer, tendo sido hospedada no portal Jornal de Poesia. No biênio 2010-2011
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Hispânica, sob a coordenação editorial apenas de Floriano Martins. Desde 2012
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