En 1998 concluían once años de trabajo comunitario
en la revista Alforja. Una publicación que se inspiraba en la labor de los
poetas Sergio Mondragón y Margaret Randall en el Corno Emplumado, durante
los años sesenta, la cual tuvo una presencia fundamental en Sudamérica en un momento
en el que aparecían nuevas vanguardias literarias a finales de los años cincuenta,
como los Nadaístas, los Tzantzikos, el Techo de la Ballena, por mencionar algunos.
Ese espíritu que más tarde se reflejaría en México con la aparición casi subterránea
del Infrarrealismo, capitaneado por Roberto Bolaño y Mario Santiago Papasquiaro,
y cuya fama emerge ya en el siglo XXI gracias al éxito de la narrativa del primero.
En un proyecto colectivo cada quien es responsable
de su papel en el trabajo o en el ideal común, en la construcción o destrucción
del esfuerzo. Esa fue justamente la dinámica en Alforja, no un solo propósito e interés sino varios objetivos individuales
que con el paso del tiempo emergieron con fuerza y sin tapujos, pero amparados bajo
la mampara poco creíble de “la fraternidad universal de los poetas”, pues la revista
concluyó con la disolución de las amistades y la disputa por los méritos y quizás
hasta de su historia. Así, La Otra, que
se iba a llamar La Otra Alforja, para
evitar conflictos por el pasado y con el pasado, se quedó sólo en La Otra, pues fue un nombre en disputa por
el fundador e iniciador de aquel proyecto colectivo.
La diseñadora, María Luisa Martínez Passarge y yo
decidimos crear un nuevo proyecto, con un formato y un diseño más modernos, pero
también con una idea diferente, sin desechar la experiencia que ya teníamos con
Alforja. En octubre del 2008 pusimos a
circular el primer número de la revista impresa y retomamos el camino ya iniciado
en su soporte electrónico. Coincidía con la presencia de un gran número de poetas
internacionales que venían a Poetas del Mundo Latino y otros que habían venido a
la Feria del Libro de Nuevo León, como fue el caso de Lêdo Ivo, quien se tomó la
primera foto un lunes, en el centro cultural Casa Lamm, y el martes voló a Río de
Janeiro para volver el jueves por la noche y estar en la segunda foto el viernes
por la mañana. La vitalidad de Lêdo era apabullante. Allí quedó constancia en las
fotos de Rogelio Cuéllar, y en algunas tomas colaterales de Pascual Borzelli, pero
también en un documental muy divertido que filmó Alfonso Serrano Maturino y que
puede verse en YouTube. (www.youtube.com/watch?v=8PhsYN85FDQ)
Pronto, no más allá del número cinco de la publicación,
se dio de nuevo otro divorcio afectivo y editorial entre la diseñadora y yo. Ella
se quedó con la editorial que habíamos fundado juntos, La Cabra ediciones, y en
la que inauguramos una importante colección de poesía, Azor, en la que dábamos salida
a las grandes plumas de la lírica universal. Más de 50 títulos hasta ese momento
marcaron nuestra complicidad venida desde los tiempos de Alforja, donde también
publicamos libros. Me quedé al frente de la publicación concebida más como un lastre
que como un gran proyecto. Así redoblé esfuerzos para continuar imprimiéndola, casi
siempre en coedición con alguna institución, particularmente universitaria. La Universidad
Autónoma de Sinaloa fue la que nos apoyó de manera más prolongada. Fue inevitable
volver al camino de los libros ante la insistencia de muchos autores y compañeros
de letras.
Más tarde, se incorporó al equipo Alfredo Fressia, uruguayo residenciado en Sao Paulo, Brasil, y luego Víctor Rodríguez Núñez, cubano nacionalizado estadounidense. No ha sido un proyecto editorial de consignas ni de propósitos estéticos o ideológicos, sino de coincidencias existenciales, literarias y yo diría de energías y espíritus. No hay un compromiso oficial ni de intereses mutuos, simplemente nos unió el azar y la empatía intelectual, y diría que la amistad y la distancia. Trabajamos cada quien por su lado y nos comunicamos por los medios que estén a nuestro alcance. Víctor es un agente activísimo que aporta mucho a la revista sin descuidar sus propios objetivos y sus intereses. Con él surgió la necesidad de reinventar la colección Azor, que se había quedado en manos de La Cabra y fue así que tras una larga caminata y una conversación emotiva surgió la idea de crear Temblor de Cielo, como un homenaje a Vicente Huidobro.
La colección 20 del XX es otro de nuestros proyectos
centrales, pues intenta dar a conocer, en ese juego de cifras, el bagaje lírico
de cada país. 20 poetas del siglo XX representan ventanas a la andadura poética
de diversos países, que inevitablemente acusan sus diferencias no sólo literarias
sino culturales y sociales. Así hemos publicado antologías de: México, Colombia,
Venezuela, Ecuador, Islas Canarias, Cataluña, República Checa, Italia, Portugal,
Chile, Gales, y tenemos ya encaminadas las de Cuba, Argentina, España, Luxemburgo.
La revista impresa ha dejado temporalmente de circular,
pero no perdemos la ilusión de que regrese a la prensas o de que aparezca virtual
con el formato anterior. La Otra retomó el hilo de Alforja en su formato
electrónico, de una manera natural. De algún modo La Otra ya lo era antes
de ser. La publicación se envía a más de 50 mil destinatarios, directamente a su
bandeja de entrada y cuenta con una muy plural y amplia gama de colaboradores, en
su mayoría de habla hispana, pero también de otras lenguas y de diversos continentes.
Contiene en su haber la historia de Alforja, cuyos números pueden consultarse
en la página web de revista (www.laotrarevista.com), lo mismo que el acervo impreso y digital de La
Otra, que posee una rica colección de videos con lecturas de poetas, de programas
de radio Yo es otro. El cual nació por iniciativa de la periodista Verónica
Ortiz, quien dirigía en ese entonces la estación de radio de la Secretaría de Cultura
de la Ciudad de México y nos invitó a realizar un programa radial, cuyo espacio
fuera dedicado a la poesía y a los diálogos propios de La Otra.
En ese sentido puede descubrirse la alteridad de
la publicación. Sus temas siempre son los otros, sus preocupaciones son aquellas
que no están a la luz de los reflectores de la moda o del poder, sino donde se asientan
las interrogantes y los cambios, los enigmas y los sueños, la insumisión y la libertad,
pero sobre todo, la poesía. Hemos llegado a los casi tres millones de visitas desde
nuestra creación y en la que siempre han estado en el quehacer cotidiano personas
muy valiosas como Reyes Sánchez Villaseñor, Alfonso Sánchez, Pascual Borzelli.
Alfredo Fressia es un personaje muy valioso desde
la modesta dinámica de su gigantesco entorno en São Paulo, y de su soledad poblada
de amistades y afectos, también desde el dominio de las lenguas que siente como
casi maternas además del español, el portugués y el francés. Hay muchos otros personajes
ligados a la revista electrónica y antes a la impresa, como Carlos Maciel, pintor
e historiador ahora jubilado, quien ha hecho muchas gestiones para el sostenimiento
de la publicación. Pero están todos los que han hecho antologías para la colección
20 del XX, los autores de la colección Temblor de cielo, y quienes en otro momento
de manera desinteresada apoyaron nuestro esfuerzo como Luis Ignacio Sáinz y el narrador
Hernán Lara Zavala. La Otra estará también siempre en deuda con los artistas
plásticos que han apoyado desinteresadamente su existencia, como Leonel Maciel,
Arturo Rivera, Samuel Vásquez, Jussara Teixeira, Octavio Bajonero, por citar algunos
nombres de los más cercanos colaboradores.
Estoy convencido de que la velocidad no es prisa
ni ansiedad, es parte de esa percepción del tiempo y el espacio que advirtieron
Baudelaire y Rimbaud hace un siglo y medio. Creo que estamos muy cerca, si no dentro,
de una era en la que volvemos a ser los nuevos hombres rupestres que se sientan
ante un muro para contemplarlo y encontrar sus posibilidades plásticas, comunicativas,
recreativas, místicas, y en la penumbra de nuestro entendimiento hablarle al porvenir
de nuestras emociones cotidianas, de nuestro entorno y nuestro asombro. La insubordinación
y la rebeldía tienen que ser la punta de lanza nuevamente contra estas culturas
de zombis, contra este gusto de muertos vivientes, contra esta moda de uniformes
caros. Y sin embargo, La Otra se mueve.
*****
JOSÉ ÁNGEL LEYVA (México, 1958). Poeta, ensayista, editor. Es el
director general de una de las más importantes revistas de cultura de su país, La Otra.
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Organização a cargo de Floriano Martins © 2017
ARC Edições
Artista convidado | Pierre Fudaryli (México, 1984)
Imagens © Acervo Resto do Mundo
Esta edição integra o projeto de séries
especiais da Agulha Revista de Cultura, assim estruturado:
1 PRIMEIRA ANTOLOGIA ARC FASE I (1999-2009)
2 VIAGENS DO SURREALISMO, I
3 O RIO DA MEMÓRIA, I
4 VANGUARDAS NO SÉCULO XX
5 VOZES POÉTICAS
6 PROJETO EDITORIAL BANDA HISPÂNICA
7 VIAGENS DO SURREALISMO, II
8 O RIO DA MEMÓRIA, II
9 SEGUNDA ANTOLOGIA ARC FASE I (1999-2009)
A Agulha Revista de Cultura teve em sua
primeira fase a coordenação editorial de Floriano Martins e Claudio Willer, tendo
sido hospedada no portal Jornal de Poesia.
No biênio 2010-2011 restringiu seu ambiente ao mundo de língua espanhola, sob o
título de Agulha Hispânica, sob a coordenação
editorial apenas de Floriano Martins. Desde 2012 retoma seu projeto original, desta
vez sob a coordenação editorial de Floriano Martins e Márcio Simões.
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