terça-feira, 23 de fevereiro de 2021

FLORIANO MARTINS | Cinco poetas de Puerto Rico en defensa de la poesía: Lourdes Vázquez (1948), Etnairis Rivera (1949), Myrna Nieves (1949), Johanny Vázquez Paz (1960) y Maribel Sánchez-Pagán (1961)


Esta encuesta es parte de un viejo proyecto de la Banda Hispânica, banco de datos creado, en principios de este siglo, para difusión de la poesía hispanoamericana en Brasil. Poco a poco hemos tratado de recuperar sus páginas relevantes, primero para la Conexión Hispánica y ahora para las páginas de Agulha Revista de Cultura.

 

1. ¿Cuáles son tus afinidades estéticas con otros poetas hispanoamericanos?

 



LOURDES VÁZQUEZ | Recuerdo noches junto a seis compañeros de clase alrededor de una mesa de seminario en NYU, con el propósito de estudiar a José Martí. Todo un semestre dedicado a José Martí. Antes de esa experiencia solo conocía una que otra de su poesía y en ese seminario se presentó el gigante de la palabra, del exquisito concepto de la poética. Han pasado más de veinte años de aquella conversación alrededor de una mesa y puedo sentir todavía el calor del salón con su luz tenue arropándonos y el ulular del viento del invierno contra la ventana y me imagino a Jose Martí caminando entre el frío salvaje de New York para encontrar a sus compañeros de batalla, mientras construía un verso o leía a Walt Whitman, en ese otro diálogo con la poesía norteamericana. ¿Por qué no se analiza en detalle la influencia de la poesía norteamericana en la hispanoamericana? ¿Por qué no se habla de esa ‘pluralidad lingüística’ como dijo Martí? Unheard repiten los hispanistas. Dentro de esa pluralidad anoto a Allen Ginsberg porque supo conversar con Walt Whitman contestando en HOWL con un aullido evocador el pesar de la vida norteamericana en los cincuenta. Hay que señalar que la introducción de la primera edición de Howl fue escrita por William Carlos William, ese otro norteamericano-puertorriqueño.

Continúo en esta conversación esta vez junto a un amigo en Puerto Rico que nos aleccionaba de una forma muy extraña: cada libro que iba leyendo lo llevaba debajo del hombro. ¿Y ahora qué lees?, preguntaba y su contestación se limitaba a enseñarme la carátula del libro para luego sentarnos debajo de cualquier palma de la Universidad de Puerto Rico. Entonces leía en voz alta a Octavio Paz, Neruda, Huidobro, Vallejo, Borges, la generación del 27 completa, en fin, the usual suspects. Y esto no lo digo de forma peyorativa, au contraire, lo afirmo porque han sido todos ellos los grandes maestros de los que todos hemos aprendido. De ahí en adelante lo que me ha preocupado es descubrir lo que Noé Jitrik define como la poesía como conocimiento. Por ejemplo, El arco y la lira fue fundamental en su momento porque recoge una discusión esencial: ¿existe un decir poético?, ¿cómo se comunica?

Otros poetas que descubrí con el tiempo y que han calado hondo por precisamente intentar contestar esa pregunta han sido los caribeños: Aimeé Cesaire de Martinica, el Premio Nobel-Derek Walcott de Saint Lucia, y Pedro Mir de República Dominicana; Eliseo Diego y Lezama Lima de Cuba; los poetas peruanos Blanca Varela y Javier Sologuren, Lugones y Girondo de Argentina, la escuela centroamericana: Ernesto Cardenal, Gioconda Belli, Claribel Alegría y Pablo Antonio Cuadra. Los mexicanos: Carlos Pellicer, Salvador Novo, Jaime Sabines, toda la familia Huerta, a saber: Efraín, Thelma Nava, David y Raquel; además de José Emilio Pacheco y Sergio Mondragón, quien fundó la revista El Corno Emplumado y, sobre todo la aún desconocida poesía puertorriqueña.


ETNAIRIS RIVERA | La Poesía me llega por vía oral desde la infancia cuando las nanas que me cantaba mi padre eran sus boleros del Caribe. Los versos sencillos de José Martí fue mi primer libro preferido en mi formación. Recité los poemas cadenciosos de Luis Palés Matos cada año en el fin de fiesta de clase en el colegio preuniversitario. En la Universidad, aprendí la dimensión inmensa de su obra. En mi juventud universitaria, me impactó Neruda y Vallejo, aunque me sentí entonces más cerca del primero. Entonces conocí en genio y figura al Poeta que sería un amor de por vida. Fui afín a la poesía y personalidad de mi Mentor el gran Poeta puertorriqueño Francisco Matos Paoli, a su lenguaje surreal, libertario, en ocasiones hermético y místico, donde reina la Madre Naturaleza como personaje omnipresente. Su libro Canto de la Locura, memoria magistral de su prisión política, es una de las obras cumbres de nuestra literatura. La compañía Teatro de la Magia, que fundamos junto a Zoraida Shanti Barreto y Coqui durante la segunda mitad de la década del ’70, llevó a lenguaje teatral y documental fílmico el Canto de la Locura del Maestro, a quien llamamos cariñosamente Don Paco. Otros grandes poetas-patriotas caribeños que impactaron mi desarrollo y aliento poético fueron los puertorriqueños Juan Antonio Corretjer y Clemente Soto Vélez y el gran antillano Pedro Mir, nacido en la República Dominicana, de madre puertorriqueña y padre cubano.

Por otro lado, siempre comparto una retroalimentación literaria con los poetas de la llamada generación del ‘70 de mi país y con las generaciones más jóvenes. Asisto a lecturas y organizo lecturas, recopilo textos de mis compañeros y compañeras para hacerlos publicar en diversos foros. Conozco la obra de mis contemporáneos y disfruto con sus logros. Es importante mantener viva la comunidad del arte, reírnos juntos y brindar con un buen vino, pues contribuye a nuestra felicidad. Me gusta la diversidad, de manera que aprecio la obra de otros y otras, aunque no se acerquen a mi estilo. No creo en capillas literarias. Hay un hilo de crecimiento y vivencias que me une a las poetas Yvonne Ochart, Vanessa Droz, Áurea María Sotomayor, Rosario Ferré. Extraño a las que marcharon a otra dimensión de vida, Ángela María Dávila y Olga Nolla.

Admiro la obra que nos abrió caminos de las Maestras Julia de Burgos, Alfonsina Storni, Juana de Ibarbouru, Delmira Agustini, Gabriela Mistral, Dulce María Loynaz, aunque, a la luz del tiempo histórico que me ha tocado vivir, haya distancia con algunas de ellas en criterio de vida entristecida por la ausencia del varón. Soy feminista (aunque el término esté en desuso) en mi vida personal y literaria. Me encanta el desenfado y erotismo de Carilda Oliver y la gracia y don verbal de Claribel Alegría, tan grande y tan sencilla. Me gusta Eunice Odio, y las mexicanas Elva Macías y Elizabeth Cazessús. Vibro con la obra y con el ser humano apasionado, vital y afectuoso que es mi querida amiga Ana Istarú. Estimo grandemente la voz poética y cantora de la ecuatoriana Margarita Lasso y la profundidad de la cubana Reina María Rodríguez. Me gusta el dominio de la palabra de Soledad Álvarez. Soy afín a la poesía de las jóvenes colombianas Lauren Mendinueta y Andrea Cote Botero. De España: Blanca Andreu, Ana Rossetti.

Amo lo filosófico y esencial en Octavio Paz, comparto su afinidad con la poesía oriental y precolombina. Me encantan Netzahuacóyotl. y Macuilxóchitzin. Conecto con la universalidad y la claridad en José Emilio Pacheco, con quien conversé y reí en el Festival Internacional de Poesía de Medellín 2004. Gusto de Westphalen, Blanca Varela, Rodolfo Hinostroza, Antonio Cisneros. Me gusta la poesía del peruano Odi González y el cubano Jesús Barquet,

No puedo obviar la importancia de españoles que han influido en mi imaginario poético: Garcilaso de la Vega, San Juan de la Cruz, Juan Ramón Jiménez, Vicente Aleixandre, Lorca, Luis Cernuda y Blas de Otero ni al portugués Fernando Pessoa.

Por mi crecimiento literario, agradezco también la diversidad poética en Kavafis, Sylvia Plath, John Keats, Derek Walcott, Hölderlin, Rilke, Eugenio de Andrade, Yannis Ritsos, Mallarmé, Rimbaud, Paul Valery, Lao-Tse, Li-Tai Po, Tagore, Gibran, Omar Khayyam, Nguyen Duy, el poeta Maestro Zen Thich Nhat Hanh, y las poéticas enseñanzas compasivas de Kundun, el Dalai Lama.

 


MYRNA NIEVES | Aparte de poetas “clásicos” que han tenido una gran influencia en mí, como García Lorca, Julia de Burgos, Palés Matos, Neruda, César Vallejo y Pedro Pietri, no quiero nombrar poetas específicos de ahora, porque son muchos y están muy cerca. Lo que sí quiero señalar es que me atrae el verso breve de metáforas imaginativas que comunique certeramente estados emocionales y reflexiones filosóficas o el poema de aliento histórico y social que nombre y documente. Pero, a menudo todo sesgadamente, como se atisba por una entrepuerta. Actualmente, siento mucha afinidad con varios poetas latinoamericanos, particularmente peruanos y dominicanos, además de poetas de Puerto Rico de mi generación y los más jóvenes. Me interesan grandemente los poetas puertorriqueños y latinos que viven en Nueva York y escriben en inglés y español. Entre las afinidades estéticas con algunos de los poetas que admiro: interés por los mitos tradicionales y los mitos modernos de las sociedades de consumo; la presencia de lo onírico como recurso para develar aspectos claves y encubiertos de la realidad; la emigración, el exilio y la dislocación geográfica y cultural que intensifica nuestra percepción; la mujer y su emergente presencia en la conciencia y los esfuerzos por la paz; la preocupación por la naturaleza y el sentido de humanidad en el contexto urbano; y por último, las complejidades del amor o el desamor, que vuelven siempre al ser humano de vuelta hacia sí mismo.

 


JOHANNY VÁZQUEZ PAZ | Pienso que todos los poetas nos alimentamos del trabajo de otros escritores, y después de masticar, tragar y hacer la digestión de lo leído, lo devolvemos procesado con nuestra propia perspectiva. Entonces se convierte en la misma comida con sabores diferentes, únicos e irrepetibles según la mano que les añadió la sazón. También pienso que a través del tiempo uno va cambiando la estética de su poesía, se experimenta con formas diferentes y escribe de temas según lo que nos obsesione en esa etapa de nuestras vidas. Por eso creo que es imposible para mí descifrar cuáles son los poetas con los cuales tengo afinidades estéticas. Lo que sí puedo señalar son los poetas que marcaron ciertas etapas de mi vida. De jovencita mi amor a la poesía comenzó con un poeta puertorriqueño poco conocido en la Isla: Gaspar Genera Bras. Mi abuelo (quien también escribía poesía) me regaló su libro a los 10 años y desde entonces el amor a los versos marcó mi vida. Después, Julia de Burgos ha sido mi guía y maestra poética. Luis Palés Matos fue indispensable para aprender de ritmo y musicalidad en la poesía. Luego Pablo Neruda, César Vallejo, Mario Benedetti, Ernesto Cardenal. Tuve una etapa española con Federico García Lorca, Antonio Machado, Pedro Salinas, Miguel Hernández, entre otros. Tuve otra época que sólo leía mujeres como Clara Lair, Alfonsina Storni, Juana de Ibarbourou, Delmira Agustini, Rosario Castellanos, Gioconda Belli y otras. Cuando me vine a vivir a Estados Unidos conocí a los poetas latinos que viven aquí, como a Piri Thomas, Pedro Pietri, Miguel Algarín, Sandra María Esteves, Luz María Umpierre, entre otros; y a los de Chicago, como a David Hernández, Carlos Cumpián, Sandra Cisneros y otros. Además, siempre he hecho un esfuerzo por leer a todos los poetas puertorriqueños anteriores y contemporáneos. De éstos me gustaría señalar a Francisco Matos Paoli, Juan Antonio Corretjer, Manuel Ramos Otero y Angelamaría Dávila.

 


MARIBEL SÁNCHEZ-PAGÁN | Más que afinidades creo que lo que podría destacar es a poetas leídos que ya sea por su temática, su estilo o su transgresión me han llamado la atención siempre y a los que vuelvo a releer. Indiscutiblemente llegaron primero a mis manos en el ámbito de la poesía hispanoamericana el peruano César Vallejo y el chileno Vicente Huidobro, que marcaron en mí ese gusto por los poemas en prosa y el verso libre. De ahí pasé a leer poetas como; Pablo Neruda, Octavio Paz, Jorge Luis Borges, José Lezama Lima y Roque Dalton, entre otros. A la par fueron llegando paso a paso las mujeres poetas como; Alfonsina Storni, Sor Juana Inés de la Cruz, Gabriela Mistral, Juana de Ibarbourou, Delmira Agustini y la entonces jovencísima costarricense Ana Istarú, donde todas marcaron con su pluma a esta rebelde y aprendiz de poeta. Además, no podría dejar fuera a los poetas puertorriqueños(as) que fueron de alguna forma lecturas y maestros(as); como José María Lima, Antonio Ramírez Córdova, Joserramón (Che) Melendes, Edwin Reyes, Julia de Burgos, Clara Lair, Rosario Ferré, Olga Nolla y Ángela María Dávila, entre muchos(as) otros poetas de mi país que no incluyo en esta lista porque sería demasiado extensa. Sin contar los poetas o escritores(as) no hispanoamericanos que han pasado por mis ojos y han dejado su huella.

En cuanto a lo que sería mi escuela pues, soy una impía. Mis lecturas mayores han sido y son en; filosofía, biografías, novelas históricas e historia en general (con énfasis en las religiones antiguas y modernas), relatos, ensayos críticos y poesía, en este orden. Por eso los temas que siempre estoy estudiando y tratando de entender son; la temporalidad del hombre (la muerte) y la desigualdad desde todos los puntos (el social, el de género, el político, el religioso, entre otros). En cuanto a mi escritura sólo puedo escribir lo que siento, lo vivido, soy autobiográfica. Pero entiéndase que la autobiografía lo es todo; las lecturas hechas, las canciones escuchadas, los viajes realizados, el momento histórico que nos ha tocado vivir, nuestra filosofía de vida, nuestra visión política, nuestro género (ser mujer, nunca escribiré como un hombre), entre otras cosas.

Para mí escribir es una necesidad de vida, mi necesidad de coser palabras, de desnudarme, es un sino, un destino, algo que nació conmigo. Posiblemente puesto en mí por Erato la musa de la poesía lírica. ¿Quién es capaz de negarme la intervención de esa musa? Por eso, cada mundo poético es único y cada autor tiene su voz, su música, su forma de renombrar. Yo lo trato de hacer a través de lo erótico-romántico porque es también una forma muy personal de ser rebelde. De la misma forma que a las mujeres se nos ha negado beber vino a través de la historia también se nos ha querido negar hablar de nuestra erótica.


Como comencé diciéndote más que afinidades creo que el escritor es un lector. El lector se apropia de lo que lee y lo traduce a su mundo. La poesía deja de ser del autor y todo lo escrito pasa a ser parte del lector y su prehistoria. Es reinterpretada como la filosofía. No importa cuál fue el propósito el lector alcanzará a contemplarse en los versos como si fueran suyos, esto es lo importante. Desde los hombres primitivos estamos escuchando poesía, el mismo lenguaje, los idiomas, son metáforas de la cosa misma. Hay poesía en todo lo que el hombre escribe, hasta en la prosa de Roa Bastos cuando nos traduce en sus obras el guaraní, en los rituales antiguos de los egipcios en el Libro de los muertos, en fin, sólo hay que buscarla con el corazón.

 

2. ¿Cuáles son las contribuciones esenciales que existen en la poesía que se hace en tu país que deberían tener repercusión o reconocimiento internacional?

 

LOURDES VÁZQUEZ | En el archipiélago del Caribe se manejan un sinnúmero de idiomas; a saber: español, inglés, francés, holandés, creole y papiamento, además de otro montón de religiones: cristianismo, hinduismo, islamismo, Rastafarian, santería, espiritismo y vudú. ¿Se me quedaría alguna por mencionar? La poética del Caribe en su singularidad está formada dentro de una diversidad de historias coloniales que afectan las formas de ver y actuar, a la manera de Gramsci. Las dimensiones literarias de esta poética son tan profundas como diversas, mas conviven y confabulan como protagonistas principales, pero por alguna razón misteriosa y que a mí me resulta folklórica, la isla de Cuba ha sido siempre la más estudiada, los escritores cubanos los más visibles. Ya ves, no puedo hablar de mi isla-Puerto Rico, sin hablar de la región. Una región en que la música, el cuerpo y el sabor son parte sine qua non de la fórmula: en ese sentido somos mucho más similares a Brasil que a cualquier otro país de América Latina. Debo añadir un dato importante: más de la mitad de los puertorriqueños viven en Estados Unidos. Yo soy parte de esa diáspora.

Dentro de esta introducción, esbozo un inventario de poéticas esenciales de mi país. Pienso en el diálogo poético entre dos grandes poetas: William Carlos William (de madre puertorriqueña) y Luis Palés Matos. Mientras uno trabajaba su obra en inglés y en Estados Unidos, el otro trabajaba desde Puerto Rico y en español lo que llamo hoy la poesía imprescindible de mi isla. Todos conocemos la enorme trayectoria de William Carlos William, muy pocos la influencia de sus orígenes sobre su poesía. Por ejemplo, uno de sus primeros libros (escrito en inglés) se titula Al que quiere (1917) y su bibliografía incluye un sinnúmero de traducciones al inglés de poetas españoles y latinoamericanos entre los cuales se incluyen a Neruda y a Nicanor Parra, entre otros. En el año 41 del siglo pasado William Carlos Williams quedó enormemente impactado por una visita a la isla. Allí conoció, entre otros, la magistral poesía de Luis Palés Matos. Luis Palés Matos, de otra parte, recoge la estética del cuerpo de la región formulando una poesía híbrida sin dejar de trabajar el tema de la validación nacional. La editorial Ayacucho le dedicó un número en los noventa, lo que nos honra, pero aún así sigue siendo ese gran desconocido en Hispanoamérica pese a que ya han salido unos cuantos libros críticos sobre su obra - tanto en Puerto Rico como en Estados Unidos.

Los cuatro del nacionalismo: así les he bautizado. Me refiero a: Juan Antonio Corretjer, Clemente Soto Vélez, Graciany Miranda Archilla y Julia de Burgos. El discurso de la autodefinición como nación y el proyecto de educar al pueblo hacia la independencia fueron sus constantes. No obstante, no hablo de una poesía regionalista, sino de una poética latinoamericana comprometida y de una belleza inigualable, capaz de mover audiencias. Tanto Clemente, Juan Antonio como Graciany estuvieron presos en cárceles de Estados Unidos por su ideología independentista. A Clemente Soto Vélez, una vez fuera, no se le permitió regresar a Puerto Rico hasta su vejez. Del otro lado el FBI persiguió a Julia de Burgos de día y de noche haciéndole la vida papelitos; ya que apenas pudo conseguir una estabilidad económica, pero no impidió el que lograra una poesía radical e intimista con una dimensión irrefutable. Valga de ejemplo los primeros versos de su poema ‘Himno de Sangre a Trujillo’ Que ni muerto ni las rosas del amor te sostengan,/ General de la muerte, para ti la impiedad./ Que la sangre te siga, General de la muerte,/ hasta el hongo, hasta el hueso, hasta el breve gusano condenado a tu estiércol.


Debo mencionar que Clemente nos aleccionó sobre la historia de los puertorriqueños en la diáspora, como ningún otro. Sentada en el piso de la sala de su apartamento, recuerdo todavía su brillante discurso, su memoria infatigable, su poderosa poesía. Años después se me hacen absolutamente imprescindibles otros poetas, también de la diáspora: Iván Silén por su indomabilidad estética y su postulado de absoluta independencia intelectual al escribir de frente a cualquier escuela poética o generacional, élite o grupo. Pedro Pietri, discípulo directo de Whitman y de Ginsberg por elaborar un seductor mapa de la realidad del ser puertorriqueño en la diáspora. Recuerdo haber compartido escenario con Ginsberg y Pedro Pietri en el maratón del Poetry Project en New York por allá por los años 90 y como el público ovacionaba a estos gigantes-Yo incluída. Así de impactante fueron los performances de ambos poetas. Continúo con este inventario y pienso en la poesía contundente de historia y amor de Rosario Ferré y en la poesía insospechadamente original de José María Lima, uno de nuestros poetas menos conocidos y más importante. Por último, Manuel Ramos Otero porque elaboró una poesía contestataria hispanoamericana con hablantes disfrazados con kimonos, cual coro griego ajeno a las desgracias.

 

ETNAIRIS RIVERA | Nuestra poesía tiene una gran tradición de siglos conectada por herencia cultural con la mejor producción hispánica. Las creadoras y creadores del Gran Arte contribuyen siempre al ámbito universal que nos une, pues al fin y al cabo somos seres humanos del planeta Tierra, con sensibilidades afines de alta vibración. Por tanto, toda buena poesía creada en cualquier geografía de este mundo redondo que viaja en el espacio infinito, alimenta las mentes creativas y sensibles de los demás. El mundo se agrupa por familias lingüísticas más que raciales, pues a esta altura de la historia nos hemos fusionado. El Caribe parecería ser la síntesis del planeta donde llevamos sangre de todas las razas y donde se hablan diversas lenguas y dialectos. El Caribe Hispánico unido y aislado a la vez por el mar siempre ha tendido sus amores y sueños de hermandad hacia la Tierra Firme. De manera, que la familia iberoamericana es una gran nación o matria apalabrada. Nuestra poesía tomada por la omnipresencia del mar lleva una cadencia que nace con las olas, los tambores y el sincretismo espiritual. Eso tenemos en común con Brasil. La Naturaleza está casi siempre presente en nuestra poesía en sentido general, aunque que existen buenos poetas concentrados en el tema urbano. Mi biblioteca hace que viva en una especie de casa tomada, como dijo el Maestro Cortázar, libros por todas partes. Me gusta leer diversos géneros, pero es la poesía la que viene conmigo a la cama, al campo, a la playa, al avión o me socorre en alguna tristeza momentánea. No soy dada a leer todo lo que sale nuevo en el mercado, como una especie de religión pos-posmoderna. Sí leo las nuevas publicaciones de los poetas en mi país y lo que alcanzo a conseguir de poesía lírica hispánica contemporánea. Mi cultura literaria me llega de muchas fuentes universales y clásicas, que considero perlas, esmeraldas que iluminan mi mente para que, a su vez, pueda yo contribuir en reciprocidad a las nuevas generaciones. En ese sentido, la intensa poesía puertorriqueña recoge nuestra particular vivencia cultural innegablemente enlazada con Latinoamérica y la hace converger con el concierto poético del mundo.

 

MYRNA NIEVES | El canto a la vida y la libertad en el contexto de un país caribeño colonizado, oprimido, y desgarrado o bendecido por las experiencias límites que ofrecen las emigraciones nuestras y el flujo de refugiados de otros países. La obra de nuestros mejores poetas apunta a lo puertorriqueño como símbolo de la situación actual de la humanidad en la Tierra, su sentido de extranjería, su persistencia y esfuerzos de transformación. La poesía puertorriqueña en Nueva York, particularmente, crea a partir de una experimentación lingüística y visual que explora la identidad en medio del cambio y la constante apertura a otras realidades.

 

JOHANNY VÁZQUEZ PAZ | Primero que nada, la historia de Puerto Rico es única. Para bien o para mal, somos una colonia de los Estados Unidos, sin fechas de independencia para celebrar porque pasamos como botín de guerra de las manos de España a Estados Unidos. Esta situación política contribuye a que los escritores tengan una perspectiva particular desde el punto de vista del colonizado al cual le podemos añadir la vertiente de la mezcla de razas y culturas que resultan en una voz única en las Américas. Reciento mucho que, en lo que usualmente es considerado el canon literario, no se incluyan a escritores puertorriqueños. Esto lo observé de cerca cuando estudié literatura en Estados Unidos y en los textos de los cursos de literatura hispanoamericana no había ni un puertorriqueño incluido. Todavía lo sigo observando ahora como profesora y tengo que escoger textos universitarios con bien pocos o ningún escritor de mi país incluidos. Si me baso en el estudio literario que usualmente se hace leyendo escritores representativos de diferentes movimientos o escuelas literarias, me parece imperativo que, por ejemplo, se añadan a escritores puertorriqueños como José de Diego y Luis Lloréns Torres (entre otros) a la hora de estudiar el Modernismo en Latinoamérica. Al estudiar estos escritores se puede observar que este movimiento en Puerto Rico se alejó de la superficialidad que lo caracterizaba y tenía un sabor más criollo debido a los problemas de identidad nacional que atravesaba el país. Vuelvo a señalar que nuestra situación histórica ha resultado en que nuestros escritores tengan una voz única. Otras contribuciones de escritores puertorriqueños que pienso son imprescindibles a la hora de estudiar literatura de las Américas son: Manuel A. Alonso, José Gautier Benítez, Lola Rodríguez de Tió (Romanticismo); José I. de Diego Padró y Luis Palés Matos (Vanguardismo / Diepalismo); Graciany Miranda y Clemente Soto Vélez (Vanguardismo / Atalayismo); Evaristo Ribera Chevremont, Juan Antonio Corretjer, Clara Lair y Julia de Burgos (Generación del 30); Francisco Matos Paoli y Félix Franco Oppenheimer (Generación del 45); Vicente Rodríguez Nietzsche, Angelamaría Dávila, José María Lima, María Arrillaga, Olga Nolla, Rosario Ferré (Generación del 60). De las nuevas generaciones hay muchísimos poetas talentosos que merecen estudio entre los que se encuentran Etnairis Rivera, Luz Ivonne Ochart y Áurea María Sotomayor. Esta es una muestra muy escasa a la cual le faltan muchísimos nombres, pero espero que el acercamiento a los poetas mencionados les abra las puertas a los demás grandes escritores de mi país. 


MARIBEL SÁNCHEZ-PAGÁN | Como primero en la lista de los que me preceden (no me pongo a su altura, ni soñarlo) y hablando de la poesía puertorriqueña del siglo XX, creo que no se ha reconocido como se debe al poeta Luis Palés Matos. Falta mucho por conocer de toda su obra poética, no solamente en el ámbito de la poesía afroantillana. Hablo de toda su obra, que comienza en la escuela modernista, luego pasa al postmodernismo y las vanguardias (Diepalismo), al movimiento de la poesía afroantillana donde destaca Margot Arce de Vázquez: “[…] el diepalismo y sus poemas afroantillanos se anticipan a Motivos de Son de Guillén y a las obras de algunos poetas negros norteamericanos.”) y termina en su poesía posterior y última, léase como prueba nada más, “Puerta al tiempo en tres voces”. Escucha esta estrofa:

Yo, evaporado, diluido, roto,

abierta red en el sinfín sin fondo…

Tú, por ninguna parte de la nada,

¡qué escondida, cuán alta!

Muchísimos(as) más poetas puertorriqueños(as) podría mencionar, pero para no hacer de esta respuesta una lista infinita te digo algunos nombres de los que humildemente creo deben leerse del parnaso poético del pasado siglo XX y las generaciones de poetas antes de los 80’s a la que pertenezco. De los(as) que ya se han ido; Francisco Matos Paoli, Clemente Soto Vélez, Juan Antonio Corretjer, Julia de Burgos, Clara Lair, José María Lima, Ángela María Dávila… De los más cercanos(as); a todos los que ya he mencionado; a toda la Generación de Poetas del 60 a la que llamo mis padres espirituales sin ellos saberlo…; a los que van siguiendo los pasos, Yván Silén, Venessa Droz, Etnairis Rivera, Ivonne Ochart, María Arrillaga…; de los más jóvenes, Mayda Colón, Irizelma Robles, Abdiel Echevarria…, y tantos(as) otros(as)… que escriben en Puerto Rico y fuera de Puerto Rico. Sé que esta lista se complementará con las otras que te respondan los demás entrevistados. Imposible mencionarlos a todos. ¿No crees?

En el caso de mi generación denominada de los 80’s somos lo que yo llamo la generación dispersa. Una característica entre las que se nos adjudican está el que somos poetas inéditos en su mayoría. No fue hasta principios de los años 2000 que se ha comenzado a ver más ediciones de los poetas de esta generación y que aparece la primera antología en Puerto Rico, El límite volcado: Antología de la Generación de Poetas de los Ochenta (Isla Negra, 2000) y sus antólogos fueron Alberto Martínez-Márquez y Mario R. Cancel, quienes incluyeron además una bibliografía sobre la generación. Luego de que se comienzan a ver más libros de los autores aparecen también otros intentos de antologías. Como lo fue, Poetas sin tregua: compilación de poetas puertorriqueñas de la generación del 80 (Ráfagas, 2006) de la cual fui la compiladora y donde se intentó dar a conocer voces inéditas en libro. A estos dos esfuerzos se pueden unir dos antologías que también incluyen a poetas de mi generación, una en Puerto Rico, Poesía en el tiempo… editada por Leticia Ruiz Rosado que incluye poetas desde la década de los 60’s a la actualidad; y una en España, editada por Uberto Stabile bajo el Número 14 de la Revista de Poesía Aullido, titulada (Per)versiones desde el paraíso: poesía puertorriqueña de entre siglos, con la participación de Ana María Fuster Lavín como editora. Esta edición de Uberto Stabile que preparó como Edición Homenaje a Juan Ramón Jiménez en el 50 aniversario de la concesión del Premio Nobel de Literatura, es la única que yo conozca y que haya llegado a mis manos, que se ha preparado a nivel internacional sobre poetas puertorriqueños en los últimos años. La misma incluye poetas del 70, 80, 90 y actuales, que residen en Puerto Rico y fuera de Puerto Rico. También para cualquier interesado en nuestra promoción está la bibliografía que ha creado y actualiza la escritora y poeta Zoé Jiménez Corretjer en la Internet: www1.uprh.edu/zjimenez/GENERACION80/bibliografia.htm.

Para explicarte el fenómeno editorial de Puerto Rico mejor pasemos a la próxima pregunta que están ambos temas muy relacionados.

 

3. ¿Qué impide una existencia de relaciones más estrechas entre los diversos países que conforman Hispanoamérica?

 

ETNAIRIS RIVERA | Actualmente, la tecnología nos ayuda grandemente a mantener comunicación mundial y nos permite compartir poesía, arte, ideas magistrales, conocimientos científicos, noticias de eventos en la mayor parte del planeta. Sin embargo, la política belicosa y los conflictos mundiales de las naciones dominantes y sobretodo del imperio estadounidense nos priva de mayor contacto físico, siempre de gran importancia. Las distancias físicas pueden causar olvidos o desconocimiento de verdaderas afinidades. Manda que nos mantengamos creando y organizando eventos internacionales donde podamos concurrir para intercambiar ideas, creaciones, alianzas artísticas, editoriales, juntes antológicos que contrarresten las distancias impuestas por la cruel guerra física o ideológica. Es vital que trabajemos hacia un fluir mayor de visitas a nuestros respectivos países en aras de difundir nuestras obras con igual amor y fraternidad. Puerto Rico y sus nacionales conscientes e inconscientes sufrimos de un agravante terrible que nos condena a cierta marginalidad causada por un colonialismo anacrónico sostenido por los yanquis, quienes invadieron, como es aún su costumbre, y se posesionaron de nuestra tierra en 1898 hasta hoy día. Empeñados en su dominio, crean un cerco para liquidar nuestra economía y mantenernos dependientes a su mercado cautivo, para desnaturalizarnos, si no estamos alertas. Por suerte, podemos decir que en nuestra isla- país, innegablemente nación caribeña sin soberanía, la cultura de raigambre latinoamericana y el idioma español han sido nuestra muralla de contención ante la amenaza de la desaparición del ser puertorriqueño. En ese sentido, en más de un siglo, no han podido con la fuerza de la cultura de nuestro pueblo. Nos ayuda en gran medida que en general la mayor parte de la clase artística de nuestro país defiende con valor la cultura, aspira o trabaja activamente en diversas formas y foros por alcanzar la libertad ansiada, como dijera nuestro gran poeta patriota Juan Antonio Corretjer, … lo demás es la nada… Aún así, nos sostenemos de esa creativa luz interior donde vibra la Paz y la Poesía.

 

MYRNA NIEVES | Habría que empezar por identificar lo que impide relaciones más estrechas en la misma nación; por ejemplo, en el caso de los puertorriqueños, la literatura Nuyorican apenas se conoce y se lee en Puerto Rico y salvo contadas excepciones, la literatura de los puertorriqueños en Puerto Rico apenas es leída a cabalidad por los puertorriqueños de Nueva York que escriben en inglés. Algo similar ocurre con otros países caribeños que tienen grandes éxodos a otros países. Más esfuerzos sistemáticos de traducción podrían aliviar esta situación, pero en el fondo es un asunto de actitud e iniciativa personal. Es también un proceso de apertura y cambio. Debo señalar que existe en Nueva York un grupo de poetas puertorriqueños que escribimos en español o en ambos idiomas y esto es bien importante. La Serie de Poesía de Boricua College en Nueva York tuvo como uno de sus propósitos el establecer puentes entre Puerto Rico y Nueva York (y otros países) y también lo hará en octubre de 2010 la Feria Internacional del Libro de Puerto Rico, al celebrar un Encuentro Internacional dedicado a los Poetas de la Diáspora Caribeña.

Para la existencia de relaciones más estrechas entre los países latinoamericanos, enfatizaría (y se puede aplicar a lo anteriormente dicho) la continuación del diálogo, a pesar de las distancias y los pre-juicios. Acciones concretas como este proyecto de Banda Hispánica y la proliferación de oportunidades de publicación (incluyendo por el Internet). Políticas antológicas de inclusión y difusión, que requieren humildad y perspicacia al apreciar la creatividad de otros. Fondos para intercambio y facilitar viajes a festivales literarios. Amarnos y aceptarnos a nosotros mismos y valorar nuestra obra. Ser consecuentes con nuestros proyectos, bajo toda lluvia de escombros.

 

JOHANNY VÁZQUEZ PAZ | La primera respuesta que me viene a la mente es la política. Nuestra historia está llena de dictadores, militares, invasores y gobernantes ineptos. Cada uno con su meta de oprimir y silenciar al pueblo para obtener poder y riqueza. En este ambiente, el arte usualmente es una de sus primeras víctimas aunque, no importa cuan opresiva sean las circunstancias, los poetas y artistas usualmente buscan la manera de expresarse. Sin embargo, pienso que con la ayuda de adelantos tecnológicos como la Internet, el correo electrónico, las redes sociales como Facebook, las páginas cibernéticas o blogs, etc. estamos más cerca y mejor informados de lo que pasa en otros países y, por lo tanto, sí creo que existen relaciones más estrechas entre los escritores y habitantes de los diversos países de Hispanoamérica. Esto no quiere decir que políticamente existan mejores relaciones, la política (como mencioné anteriormente) es muchas veces el cáncer de nuestros países.

 

MARIBEL SÁNCHEZ-PAGÁN | Esta pregunta te la voy a contestar desde mi perspectiva como puertorriqueña que lleva 10 años fuera de Puerto Rico en su exilio auto impuesto por razones amorosas. Te hablo como una puertorriqueña criada y educada en Puerto Rico que ha vivido también lo que es la distancia, la invisibilidad de nuestra Isla y el desconocimiento que tienen en general los norteamericanos y los hispanoamericanos de nuestro país. Escucha que digo “en general” porque siempre hay sus excepciones de encontrarte con algún escritor o hispano que sepa por lo menos que no hablamos Spanglish, aunque esos son los menos. En cualquier conversación con algún hispano (sea residente o invitado) en el caso mío actualmente en Estados Unidos, cuando comienzo a hablar puedo ser, venezolana, colombiana, de cualquier parte de Hispanoamérica menos, de Puerto Rico. Imagínate lo complejo del asunto nada más a través de este ejemplo. Desconocen que nuestra lengua materna es el español y que hemos luchado y defendido la lengua que nos une a su ámbito, al ámbito hispanoamericano e iberoamericano. Como dice el refrán: “Para muestra con un botón basta.”

Añadido a esto Puerto Rico carece de grandes editoriales que tengan intercambio internacional. Cuando me fui hace diez años de Puerto Rico todavía la Editorial de la Universidad de Puerto Rico era la que más títulos tenía editados de las editoriales puertorriqueñas y tenía una larga lista en espera de títulos por publicar. Es imposible que la Universidad publique todo, eso es comprensible. Así que los escritores puertorriqueños sólo cuentan con la Editorial del Instituto de Cultura Puertorriqueña (con su larga lista de títulos por publicar también) y con unas cuantas editoriales independientes (fuera del par de editoriales internacionales que están en la isla y responden a los intereses multinacionales de su empresa) y a su vez, esas editoriales independientes no tienen la capacidad para competir con las editoriales hispanoamericanas establecidas. Añadiendo que la producción en costo en Puerto Rico es más alta que en muchos países hispanoamericanos. Con este panorama: ¿Cómo se puede dar a conocer a un escritor puertorriqueño fuera de sus fronteras, a un poeta, ya que la poesía no vende como la prosa? Con esto tuvo que lidiar nuestra generación y las anteriores. Ejemplo de titanes fue el que aprendimos del ya mencionado aquí, Che Melendes con su editorial qAse y que gracias a él nuestra generación y las posteriores han podido leer al maestro José María Lima, entre otros. Ahora hay nuevas esfuerzos, pero que no llegan a los niveles internacionales que se necesitan por la razones que he presentado aquí, como lo son las editoriales de dos poetas también, Isla Negra y Terranova, entre otras emergentes que vi en mi última estadía en Puerto Rico.

En fin, los escritores que están fuera de la academia y permanecen inéditos no tienen la posibilidad de editar sus trabajos y hacer el intercambio razonable entre países. A menos, que ellos mismos editen sus trabajos y en sus viajes los intercambien con otros escritores. El viaje, claro, lo tienen que costear también ellos porque carecemos de instituciones que respalden la cultura. Desgraciadamente, nuestros escritores (fuera de algunos prosistas que he logrado ver en librerías fuera de Puerto Rico como; Luis Rafael Sánchez, Rosario Ferré, Luis López Nieves, Mayra Santos Febres y algunos escritores puertorriqueños de la diáspora que han traducido sus obras al inglés o de forma bilingüe) no se pueden dar a conocer ni en Hispanoamérica ni en ninguna parte del mundo.

Por todo lo expuesto anteriormente creo que la Internet se ha convertido con sus páginas y blogs literarios en un punto de encuentro con Hispanoamérica e Iberoamérica y sí se están exponiendo al diálogo entre las nuevas generaciones. Ejemplo es esta Banda Hispana tuya que intenta comenzar ese diálogo entre países. Bueno, y para concluir esta plática quiero acentuar que han sido editores independientes (como tú) los que en mi caso personal han trabajado en rescatar la poesía puertorriqueña para sus países. En España está Uberto Stabile a quien Puerto Rico todavía no ha podido recibir para agradecerle su trabajo y en Portugal se encuentra Fernando Esteves Pinto quien actualmente prepara una muestra bilingüe de la poesía femenina puertorriqueña actual. A ambos y a ti (que desde Brasil nos tiendes la mano amiga) deseo agradecerles su entusiasmo y solidaridad. 



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Agulha Revista de Cultura

UMA AGULHA NA MESA O MUNDO NO PRATO

Número 166 | fevereiro de 2021

Fotógrafos convidados: Désiré-Magloire Bourneville (França, 1840-1909) & Paul-Regnard (França, 1850-1927)

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