Esta entrevista fue realizada antes del estallido de la guerra de Israel
en Líbano. Esta es la razón histórico temporal por la cual en las preguntas no
se expresa nada sobre este oprobioso acto. Definitivamente, nada ha cambiado,
en sustancia, en la situación, quizá sólo ha empeorado. El encuentro con este
escritor israelí pudo haber sido en una tarde de verano, frente al mar, en las
cercanías del puerto de Haifa. Podríamos haber estado frente a frente a frente,
habernos tomado un jugo fresco de naranja con hombre escritor de cabello rizado
y plateado, con sus casi 70 años, de marcadas arrugas de expresión, a los
costados de su boca, de frente amplia y
de espaldas anchas y largas piernas. Deleitarme con su cordialidad y su
carácter impulsivo, con su charla
sencilla y directa. Buli le dicen los amigos; con sus trece libros a
cuestas, los cuales han sido traducidos a más de 20 idiomas. En castellano se
ha publicado, entre otros títulos, Viaje al fin del milenio (Siruela), El señor Mani (Anaya y Mario Muchnik), Divorcio tardío (Alfaguara) y La novia liberada (Anagrama). Pero a
falta de una charla amena y cálida, las posibilidades de los tiempos y la vida
sólo hicieron posible una entrevista a la distancia. Espero que haya momentos
distintos y nos podamos encontrar.
EM | Tomando en cuenta la novela Una novia
liberada, donde el tema de las obsesiones es parte importante del universo
de los personajes, desde el ilustre orientalista Riblin, cuya fuente de conflictos
radica en la intensa necesidad de obtener respuestas, tanto en el ámbito de lo
académico como lo familiar, en su propio hijo y la relación matrimonial
perdida, la pulsión de la madre árabe-israelí que reside en los territorios
palestinos y desea regresar a su aldea en Israel, la búsqueda de un académico
que busca afanoso el origen de la raíz del mal en los árabes, todos los
personajes giran alrededor de obsesiones ¿Qué implica la obsesión para usted
como escritor y ciudadano israelí?
ABY | Mi obsesión especial, y que es parte asimismo de
una problemática israelí, es la de la identificación con la pertenencia judía y
este conflicto de pertenencia se ahonda más al intentar encontrarla en esta
complicada situación en la que nos encontramos. Como escritor y también como
ciudadano israelí, acepto mi pertenencia al judaísmo, que es parte del complejo
y problemático proceso de la misma. El intento de llegar a una normalización
más completa en relación a aquellos componentes culturales inconscientes y
existentes que forman parte, en diversas formas, de los múltiples componentes
de la cultura, es un camino largo y deseoso al mismo tiempo. La riqueza
cultural de miles de años es sumamente vasta, pero asimismo es necesario
mejorar su estructura incorrecta y es necesario avanzar en dirección de una
vida más plena, en el territorio de la vida, en un marco más completo y a todo
aquello que confluye y se unifica a todo lo judío y de todo aquello que a lo
largo de la diáspora los judíos carecieron. El sionismo llegó a mejorar, de
cierta forma, la situación judía, no solamente como reparación, un arreglo de
la vida judía, sino también de su destino. Como escritor, mis obsesiones están
mucho más relacionadas, pendientes, de esos componentes psicológicos que
posibilitan el poder acercarse a desentrañar la verdad. Intentar comprender el
mundo, no únicamente en el ámbito de lo judío, sino también en diferentes
campos. De esa forma poder desentrañar componentes míos, no conscientes, como
ser humano, en el ámbito de la literatura.
EM | Las mujeres en esta novela tienen una presencia
fuerte, determinante, ellas toman las resoluciones, y alrededor de ellas gira
la tensión dramática. Me interesaría ver la parte del hombre en ese juego.
¿Cómo ve, y dónde ubica en la sociedad, el hombre a la mujer? En una sociedad
como la israelí, intensamente sumergida en una vida militarizada, ¿cómo cree
que se vive la igualdad y la libertad entre el hombre y la mujer?
ABY | Me da gusto que haya encontrado y descubierto, de
esta forma, el carácter de las mujeres, compuestas de fuerza y entereza. Es una
búsqueda en la comprensión de la relación entre la mujer y el hombre. Para el
hombre, en relación con su mujer, ésta funciona únicamente para satisfacer sus
propios deseos. La mujer es igual al hombre, como su par. La realidad de ella
en la vida es que no hay una verdadera división de trabajo en la vida, mientras
que éste no se ocupa de los niños, sólo realiza acciones en función de su
propia carrera profesional, sin ningún tipo de responsabilidad en la familia.
Hay carencia total de igualdad. Las mujeres representan siempre su expresión de
brillantez, soñadoras, de mayor fuerza, creatividad. Por lo tanto el cambio que
debe darse —es mi opinión— es como el papel actuado por la diosa Shiva de la
India: su insatisfacción, y eso lo podemos ver en las diosas, especialmente en
las hindúes. Asimismo, está en mi novela donde Jagit, una mujer dominante, es
la que se enfrenta a su marido y demuestra rotundamente su total falta de
satisfactores. Hasta ahora he escrito mis novelas de acuerdo con una mirada
masculina, no he logrado todavía realizar un escrito con la mirada femenina. En
la novela que escribo ahora, está construida como una especie de dueto, una
parte es la de la mujer, la otra parte es la del hombre, son una pareja de
casados. Espero lograr esa mirada femenina.
La mujer en la sociedad israelí se halla en una sociedad que es de
lucha, de combate, y ella se expresa de igual forma, va tomando papeles cada
vez más activos fuera del hogar. Está claro que las mujeres cambiaron su
actitud al interior de la sociedad, no como expresión de un feminismo radical,
como expresión intelectual, sino que los cambios se han realizado en la vida y
al interior de la misma. La mujer tiene una presencia fuerte en la sociedad,
aunque no se exprese en el ámbito de lo político, aunque en este momento
esto es una expresión casi técnica, que cambiará en el futuro.
Debo decir que recapacitando un momento, encontré que, desde mis
primeros escritos, las mujeres siempre han sido representadas como
representativas de una gran fuerza, a veces más, otras menos, pero las mujeres
siempre son fuertes. Finalmente para un escritor hombre, es importante que
busque y encuentre a la mujer que lleva adentro, como puede pensarse en lo
logrado por Flaubert o Tolstoi; si llego a obtenerlo, para mí será realmente un
logro real.
EM | En una novela anterior, Viaje al fin del milenio, hallo en lo que
podemos decir la introducción, el tema de la memoria, del deseo de la
constancia, de la presencia, en la historia del individuo y los individuos. Es
como ir en búsqueda permanente de la identidad del ser humano en este instante
histórico de odios, guerras y conflictos. ¿Qué piensas que debe resultar de la
búsqueda de esa identidad en los humanos contemporáneos? El eje de esta novela
es el viaje, donde el personaje principal, Ben Atar, realiza el viaje por mar y
por tierra en la Europa del siglo X, viaje que expresa una defensa de la
cultura sefaradí ante la ashkenazi. Siendo que tus raíces familiares son sefaradíes,
¿cuál ha sido y es tu relación con esa cultura?
ABY | En
realidad la novela trata más sobre la relación entre Oriente y Occidente, y no
sobre la dicotomía sefaradí-ashkenazi. Pero debe decirse que en siglo X, el 90
por ciento de los judíos vivía en el Oriente y sólo el porcentaje restante
vivía en Occidente. El elemento que me impulsó a escribir fue alrededor de la
cuestión de cómo es que se contactaban las diferentes comunidades dispersas a
lo ancho del planeta. Cómo los judíos —viviendo en civilizaciones diferentes,
con códigos culturales disímiles— en una forma prácticamente democrática —a
través de la palabra y sin la imposición de ninguna autoridad superior, ni un
papa o un rey, los cuales llegan a imponerse en el marco de un país— conseguían
continuar culturalmente unidos. Cómo es que sin la presencia de dicha
autoridad, éstos llegaban a conclusiones en el ámbito de una libre discusión.
Era como una especie de juicio, en el que ambas partes discutían y decidían.
Por otro lado, respecto
de la primera parte de la pregunta, sobre la presencia de la cultura sefaradí
en mi hogar, realmente el peso de la misma en la casa era muy reducida. El
hecho de que mis padres fueran de ascendencia marroquí, y que mi madre emigrara
de Marruecos en 1932, hizo que el ambiente vivido por ella en Jerusalén no
estuviese relacionado con el mundo de la cultura sefaradí. El hecho fue que
sólo emigraron ella y su hermana a Israel, mientras que el resto de la familia
se quedaba en Marruecos. Mi educación estuvo mucho más ligada al ámbito de lo
israelí, la presencia sefaradí fue muy reducida.
Pasando a otro tema, en lo que respecta al libro
La novia liberada, el tema central es las fronteras. Donde se encuentra
la frontera entre el hombre y la mujer, entre marido y esposa, entre el
estudiante y su maestro, entre el obrero y su patrón, obviamente la frontera en
Israel entre judíos y árabes, y de forma secundaria, el problema de los
palestinos. La formación de fronteras, el estar mas allá de las fronteras, el
regreso a las fronteras, qué es lo prohibido y lo posible, es uno de los temas
más importantes. Por ejemplo, un personaje de esta novela, Ofer, descubre un
secreto existente al interior de la familia de su esposa y él mismo traspasa la
frontera del secreto —que son hechos íntimos entre él y su esposa— y de esta
forma se incorporan de forma fructífera las acciones y los conflictos que nacen
en los personajes y en la propia trama, a partir de la trasgresión de esa
frontera.
EM
| ¿Cuál
es, a su juicio, la literatura que está a la vanguardia en temas y estilo, no
en cuanto a géneros o escuelas se refiere, sino escrita o producida en una
lengua determinada, y cómo se expresa esta presencia de búsqueda en los
escritores israelíes?
ABY | Referente
a la literatura de vanguardia, ésta rompió con modelos aceptados, en especial
con el realista. Pero frente a este tipo de literatura se hacía indispensable
la ruptura. Fue sumamente importante para mi generación y para poder liberarnos
de la generación anterior, que fue una generación muy ideológica, y para
realizar tal liberación fue indispensable cambiar los temas literarios. Uno de
los cuales, casi míticos, fue el de la Guerra de Liberación, misma que hizo
posible la construcción del país. Un grupo de escritores, entre los que me
encontraba junto a Amos Oz, tuvimos que construir una personalidad diferente a
esa concepción realista. La primera acción realizada fue la acción surrealista.
EM
| ¿Cuál
es su impresión de la literatura latinoamericana, hay algún escritor que le
haya impresionado, seducido?
ABY | Bueno,
varios de ellos. Obviamente a García Márquez, el cual escribe cosas admirables,
en su estilo del realismo fantástico. De sus libros me seduce especialmente El
amor en los tiempos del cólera. Conozco a Borges, el cual nos entrega esas
realidades deslumbrantes, que han hecho escuela en la literatura
latinoamericana. Lo que me es difícil, a veces, en esa literatura, es la falta
de una moral, una ética. Por lo tanto es difícil decir que haya sido atraído
especialmente por ella, pero hubo libros que me otorgaron gran placer leerlos.
EM | ¿Qué influencias, qué lecturas te son más fácil
de reconocer como incidencias importantes, tanto en tu formación literaria como
en tus obras?
ABY | El
escritor que ha sentado influencia en mí es Yosef Agnón. Aunque también otros,
en diferentes intensidades. Posteriormente fui influido por la escritura seca
de Camus y por la alegórica de Swift. Pero la gran influencia se encuentra en
Faulkner, que asimismo influyó, no se puede dejar de nombrar, de forma importante
en la literatura latinoamericana. Faulkner se descubre ante mis ojos como el
escritor más importante del siglo XX y su importancia insuperable se expresa en
la combinación magnífica de una estructura épica que retrocede generaciones
atrás y el enfrentamiento con diferentes mitos; y es muy adecuado para
nosotros, los judíos, que vivimos y nos confrontamos con mitos; y también en
sus últimas obras, las cuales en su estructura de estilo y en sus formas
literarias se vuelca con totalidad en sus monólogos, los cuales me han
influido. Su fotografía se encuentra en mi escritorio, frente a mí. Pero debo
decir que en la actualidad me encuentro mucho más liberado de su influencia.
EM | ¿A qué edad empezaste a escribir?
ABY | Comencé a
escribir a los 20 años, de forma muy lenta, algunos cuentos. Mi primera novela
fue realizada a los 40 años. Y de esa forma pude conjugar en la trama de la
novela el espíritu de mi escritura, en que se evidenciaba un estilo expresivo
muy concreto, sin retórica, sucinto. Creo que actualmente los jóvenes
escritores se embarcan demasiado rápido en el acto de escribir novelas, se
niegan a enfrentarse con el cuento corto, lo subestiman.
EM | En tu proceso creativo, cuando escribes, ¿tienes
algún método de trabajo?
ABY
| Lo
que debo saber es la estructura de lo que voy a escribir, cómo va a concretarse
su tiempo interno, su estructura es muy importante; en un momento bastante
adelantado ya sé cuál será la meta de lo escrito, me voy relacionando con esa
estructura, veo el espesor de la trama frente a mí, le doy su lugar, me acerco
a su presencia, presiento cuál es el lugar que será destinado a cada parte, y a
partir de cierta espontaneidad en el proceso de escritura me posibilita llenar
esa página en blanco. Saber de antemano la meta, la estructura, después ya
continúo con un ritmo bastante más libre.
EM | ¿Cómo se llama y de qué trata tu novela actual?
ABY | Sí, estoy
escribiendo una novela, le revelaré el nombre, pero no hablaré sobre el tema.
El nombre es Fuego amistoso.
EM | ¿Qué diferencias encuentras entre la literatura
judía, digamos la realizada en Europa de a mediados del siglo XX y la israelí?
ABY
| Yo
pienso que la literatura judía en el siglo XX se encontraba en la frontera
entre lo judío y lo no judío, especialmente en el ámbito de la realidad y la
identidad judía dividida entre la pertenencia al lugar, al idioma, y esa
identidad judía que nunca fue demasiado clara, y que intenta buscarla y
clasificarla, a veces la odia, otras escapa, todo eso con la pregunta de la pertenencia
entre lo judío y lo no judío. Estos son los temas de la literatura judía. Estos
problemas de la literatura judía no me interesan, no son mis problemas. Mis
preguntas no se refieren a la identidad israelí frente a algo diferente. Mi
identidad israelí es total, mi judaísmo es realista, total y concreto. Por lo
tanto, debo decir que desde ese punto de vista me interesan mucho más los
escritores no judíos, puesto que se relacionan con la realidad como algo que
les pertenece de forma natural.
ABY | De la
literatura árabe leo poco. De vez en cuando leo alguna traducción, algunos
cuentos que se editan. Es difícil decir, no me atrae en especial. Quizá en el
ámbito de lo político, donde me es difícil encontrar alguien de buen nivel
ideológico. Pero de cualquier forma, me interesa conocer lo que piensan mis
vecinos, con los cuales viviré hasta la eternidad. Sé que las personas que
traducen esta literatura hacen una buena acción. Pero yo encuentro que esta
literatura todavía no ha encontrado los instrumentos, las formas de expresión,
para que me pueda interesar, como sería en el caso de un escritor hindú o
turco, y leerlo con una base literaria común. Por lo tanto, en el caso de esa literatura me es difícil
encontrar algún ejemplo, porque es poco mi conocimiento.
EM | Como ciudadano israelí, ¿cuál sería para usted
un camino que pudiera llevar a una situación de paz estable, de coexistencia
armónica, con el pueblo palestino y los países de la región?
ABY | En este
momento no veo un acuerdo de paz permanente. A pesar de que yo firmé a favor de
la resolución de Ginebra, pero como algo deseable y no como una posibilidad
real. Creo que ante todo se debe crear una frontera clara entre nosotros y los
palestinos, sacar la mayor cantidad posible de colonias judías, ampliar lo más
posible el territorio palestino, para así facilitar la conformación de un
Estado palestino. En el caso de que los judíos continuasen radicando al
interior del territorio palestino, éstos pueden quedarse ahí como ciudadanos
palestinos. Para impedir la presencia de colonias en dicho territorio, es
indispensable acelerar el proceso de paz y el de la desconexión, como lo
sucedido en Gaza, y si esto funciona de acuerdo con las necesidades palestinas,
es el modelo que puede retomarse para continuar la ruta establecida: el
desmantelamiento de las colonias. Aunque se realicen encuentros, diálogos,
conversaciones, discusiones ideológicas, siempre se dan problemas, pero me
parece que es claro para todos que es imposible vivir y conquistar a otro
pueblo. Pero es posible realizar acuerdos, especialmente en lo relativo a la
seguridad, y de esta forma lograr una convivencia pacífica entre el Estado de
Israel y el Estado palestino.
*****
Organização a cargo de Floriano Martins ©
2016 ARC Edições
Artista convidado |
Imagens © Acervo Resto do Mundo
Esta edição integra o projeto de
séries especiais da Agulha Revista de Cultura, assim estruturado:
1 PRIMEIRA ANTOLOGIA ARC FASE I (1999-2009)
2 VIAGENS DO SURREALISMO, I
3 O RIO DA MEMÓRIA, I
4 VANGUARDAS NO SÉCULO XX
5 VOZES POÉTICAS
6 PROJETO EDITORIAL BANDA HISPÂNICA
7 VIAGENS DO SURREALISMO, II
8 O RIO DA MEMÓRIA, II
9 SEGUNDA ANTOLOGIA ARC FASE I (1999-2009)
10 AGULHA HISPÂNICA (2010-2011)
A Agulha Revista de Cultura teve
em sua primeira fase a coordenação editorial de Floriano Martins e Claudio
Willer, tendo sido hospedada no portal Jornal de Poesia. No biênio 2010-2011
restringiu seu ambiente ao mundo de língua espanhola, sob o título de Agulha
Hispânica, sob a coordenação editorial apenas de Floriano Martins. Desde 2012
retoma seu projeto original, desta vez sob a coordenação editorial de Floriano
Martins e Márcio Simões.
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