Agulha Revista de Cultura: ALFONSO PEÑA | Enrique de Santiago y su compás primigenio

El silencio amaranto vuelve a mecer la estrella

y como la linfa silente

buscas romper más allá de la cáscara fundamental

esa que alcanzaste a conocer de manera primigenia

en las estancias dulces de la creencia.

Enrique de Santiago

ITINERARIO | Los dibujos “a tinta china” de Enrique de Santiago, sus pinturas, serigrafías, ensayos, curadurías de exposiciones, edición de libros, y su poesía, son parte de su corpus creativo y explosivo, de su andamiaje filosófico y de pensamiento, de la búsqueda constante de las bifurcaciones oníricas y maravillosas.

Al posar la mirada por 2018 nos percatamos de la intensidad, de la libertad creativa, de las asociaciones lúdicas con otros creadores y amigos… Sus propuestas abarcaron pinturas, dibujos, los homenajes a sus amigos Ludwig Zeller y Susana Wald (Con ediciones cuidadas de bellos volúmenes y exposiciones colectivas con artistas de la órbita surrealista), conferencias, charlas, investigaciones, colaboraciones para revistas y suplementos hispanoamericanos, ediciones internacionales para la colección “El amor por las palabras”, Editora Cintra y Arc Edições, Brasil y ¡Zaz! la rumba no termina en este punto, pues nos resta enumerar su poemario –objeto artístico– La Cúspide Uránica, (Dharma Comunicaciones, Santiago de Chile), edición sobre papel y digital. La edición electrónica se puede consultar en el enlace: https://issuu.com/dharmacomunicaciones/docs/la_cuspide_uranica__enrique_de_sant.

En abril de 2018, aparece la primera edición de La Cúspide Uránica, configurado de una tinta china del autor en la cubierta del libro, un pórtico introductorio firmado por el poeta, sus caligramas y una suma de “Poemas visuales” que bailan con ritmo y frenesí en los diversos espacios y junturas del poemario.

Desde el “introito” el propio aeda, en un texto esclarecedor y bien hilvanado da cuenta del viaje que nos espera por realidades ignotas, por espacios paralelos, donde el agua y el aceite se pueden encontrar, como se pueden repeler… Y en medio de esa vorágine alquímica un nuevo día, un amanecer con colores hipodérmicos… El texto nos anuncia, nos da pistas, de la cosmovisión mapuche, que bien podría ser la hopi, boruca, o tupi guaraní, y pone en evidencia los designios y misterios holísticos y mediúmnicos (en un continente donde los rituales chamánicos, iniciáticos, animistas, están a flor de piel, no obstante que la flor fue truncada hace más de 500 años y de un modo mágico florece y retoña…). ¿De qué modo se puede interpretar La Cúspide Uránica? La respuesta la encontraremos en los bellos tejidos poéticos, con sus trazos –saberes antiguos– y metáforas donde la premonición, la utopía, y una nueva existencia cósmica abre sus alas resplandecientes… Parafraseando al cantor: Es por lo tanto importante reconocer todas las partes involucradas –lo holístico– en nuestra construcción como seres, y para eso es preciso tomar las enseñanzas anteriores, para adquirir el conocimiento de la magia que nos circunda, esa ánima que se revela en el espiritismo chamánico, poseedor de las llaves hacia los muchos planos ocultos. En ese sentido, el libro La Cúspide Uránica, viaja a una de esas tantas zonas del no-ser, para describir las percepciones que suceden en el ejercicio de la mediumnidad, el delirio y el amor, aquellos tres estados que nos revela nuestra naturaleza astral.

BATUCADA: son chamánico… | Como una premonición, o viñeta especular el poeta lanza por los bosques su cuchillo hechizado: “El viento solar/acaricia los hombros del mundo/mientras la luna danza bajo los océanos/ con sus mareas de agua extintas,/olvidadas,/calladas, como la mudez antes del principio,/ese fin circular que besa el futuro/ con el nombre del aparejo que trae el olvido, el cual no recuerdo”.

Signos, símbolos, colores que se engullen así mismos, dualidad primigenia: “ese aliento creador del bosque sumergido/bajo tu nombre/con sus vástagos etéreos/como plumajes mecidos por el viento/.

Universo en movimiento, ráfagas telúricas: “la madre tierra busca el perfume de la redención/y el hombre lejos en su abismo ausculta la noche para ganar objetos/ en el juego vacío del tener/es cuando se nombra entre los rostros sin habla/así entonces las bodas alquímicas quedaron preparadas sin algún hallazgo para tus ojos…/

Fentrepu (poema visual sonoro)

aaaaaaaaaaaaaaamuchaaaaaaaaaaaaaaaaadistannnnnnnnnnnnnncccccccccccccccciiiiiaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa plannnnnnn/////plonnnnnnnnnnnnnnnnnnnnn/ ****************plummmmmmmmmmmmmmpatalam…//ttttttttttttemmmmpoeeeeeeeeeeeeessssssssssspaaaaaaaaaaaaaaciiiiiiiiiiiiiiiiiiiio (Se repite con percusión y barajas).

Diapasón cíclico en la alta madrugada: “y a mis oídos llega el estruendo del beso terráqueo/como un sonido para ser polvo ocre en la / memoria solar…”

El poeta/chamán traza un dibujo alquímico y ora: “y vi un paraje nuevo/bajo el colmillo oxidado/donde un pájaro hablaba en sánscrito/omitiendo las tildes del miasma/esa ave conocía/toda putrefacción de la joya/tan áspera con el beso de la amada ausente/”.

La pluma especular (Se canta en la montaña con coros de oropéndolas de plumas rojas, verdes, azules, amarillas)

“Fui mecido por los vientos/en ese territorio al que nadie llega/porque ese lugar estaba dentro de mi delirio/”

Exponenciar el azar (Poema visual sonoro)

“aaaaaaaaaaaazzzzzzzzzzzzarpoemadellaberiNto, plumkablammmmmmmmmmmturcapppppppppppppcandonggggggggggggaaaaaaaaaaarrrritoooonnnnnnnnnnnnnnnn” (Se reitera seis veces con tambores broncos).

Registro primordial (fusión gráfica poética)

La levedad de tu pupila me enseñó a mirar más allá/hacia ese lugar donde nos comprendemos/una estancia donde el vacío es plenitud/habiendo suficiente espacio para rozar tu pelo (tambores, ocarinas y sonajas le cantan al advenimiento del amor…)

El aeda yergue su mano y traza círculos, óvalos cósmicos con aleaciones numéricas que prefiguran los guarismos del amor: 1. 3. 76. 987. 0565. 5558. 8877743…