terça-feira, 18 de agosto de 2020

ACTO VII | El culto distorsiona el mito

EL MUSEO DEL VISIONARIO, de Floriano Martins y Berta Lucía Estrada

 

El arte es una garantía de salud mental. 

LOUISE BOURGEOIS

 

La escena tiene lugar en la sala de un hospital psiquiátrico, es de noche y detrás de los ventanales hay una enorme hoguera alrededor de la cual danzan sombras carnavalescas. En realidad, es un aquelarre que se lleva en la sala del hospital.

 

LE CONSERVATEUR

¡Por fin estamos todos reunidos en el único lugar que merece nuestra locura! El fuego habrá de redimirnos; y lo que es más importante aún, gracias a él nuestros cuerpos gravitarán por los siglos de los siglos por encima de la estratosfera; nuestras cenizas pasarán a ser las micro-partículas que navegarán de galaxia en galaxia. Seremos eternos. Formaremos parte de un segundo, tercer, cuarto big bang; cada vez que eso ocurra nos transformaremos en materias necesarias para los nuevos universos.

 

LA SEÑORA KNORR

¿Seremos divinidades?

 

LE CONSERVATEUR

No, las divinidades no son eternas. Hoy nadie le rinde culto ni a Zeus ni a Atenea ni a Chía ni a Baco ni a…; ni para que sigo nombrando los millones de dioses que han sido olvidados. Nosotros seremos parte de la creación permanente del cosmos.

 

EL TELÉFONO ROJO

¡Nada de culto! ¡Nada de Culto!

 

SERTÃO

El culto distorsiona el mito.

 

JAULA DE METAL

[sobre una mesa y con algunas fotografías adentro] Sertão teme que algún día se convierta en el mar. Tu destino es tu maldición. Por eso desprecia todos los cultos, que son estrictamente formas de destruir mitos.

 

EL TELÉFONO ROJO

¡Nada de culto! ¡Nada de Culto!

 

EL BOSQUE

Y ahora el idiota de ese teléfono resuena como un cuerno roto. Ya sé cómo se pueden repetir los fracasos humanos. El dogma siempre corrompe el instinto.

 

NERLOCK SHOLMES

Habría que recordar a Diógenes, nadie como él para ser tan lúcido. ¡Quítate de ahí que me tapas el sol! ¿Recuerdan esa frase? El culto oculta el sol, impide que la luz del conocimiento ilumine nuestros caminos; así creamos siempre que caminamos entre las sombras. El culto nos empobrece como seres vivos. ¿Acaso han visto al Lagarto arrodillarse ante alguien? Los animales no tienen dioses; ni siquiera los lobos o los orangutanes, que viven en sociedades tan complejas, se han inventado uno.

 

EL TELÉFONO ROJO

¡Nada de culto! ¡Nada de culto!

 

PERSONAJE NEGRO 1/PERSONAJE NEGRO 2

[al uníssono] Y vaya con el Teléfono Rojo; pareciera que no tiene nada más qué decir.

 

ARLEQUINA KRACOVIA

Ni siquiera en mi otra vida, en la que me llaman Rata-calva-voladora, le rindo culto a alguien. Y aunque están las viejas ratas-calvas-voladoras sabemos bien que no son diosas; y eso que controlan la entrada al nido de toda la tribu antes que la luz del sol salga en lo más profundo del horizonte, ellas son solo guías; nos debemos respeto entre todas.

 

EL TELÉFONO ROJO

¡Y esas dos columnas negras que hablan solo gracias al sentido del humor de Dios!

 

ABAD SARNENTO

¡No te enfades con ellos, Teléfono! Incluso si tus mensajes casi siempre llegan tarde, es importante mantener en casa la ilusión de que podemos comunicarnos con el mundo.

 

SULA MANITA

[se acerca a la mesa con la jaula de metal y saca una de las fotos, mostrándola a todos] Nada en esta vida me impresiona tanto como estos descubrimientos que hemos hecho del pasado de algunas personas. Echa un vistazo a este payaso deambulando por las calles de la ciudad mientras recibe sobornos en las tiendas por las que pasa. ¡Quién podría decir que algún día sería presidente!

 

EL PRESIDENTE

[tragándose un puro por el susto] ¡Qué diablos es esto! ¿Cómo llegó esta foto aquí? ¡Es mentira!

 

SULA MANITA

Si, lo sé. ¡Todo tu pasado es una mentira!

 

LE CONSERVATEUR

Construiste una vida que se sostiene en un par de signos de interrogación; nadie cree lo que dices; tus gritos ya no amedrentan a nadie; así algunos desaparezcan luego en ese juego de artilugio que haces cada vez que te quitas la máscara con la que crees proteger tu vida. Eres solo una caricatura que se cuela por entre los dedos de la historia. Si, esa historia que te da tanto tantísimo miedo, así digas que no te importa lo que ella dirá de ti dentro de cincuenta o cien años. Sé que ante su narración te cagas del susto. Si, no abras esos ojos que se te salen de tus orbitas y nos ensucias el piso. Repito: ante la historia te cagas del susto; tanto tú como tus hijitos.

 

JAVIER MANFURDO

Al menos yo me arrastro por el suelo y soy consciente de ello; tú, en cambio, reptas aunque te creas de pie. Eres un reptil prehistórico, y eso que al decirlo insulto a mis antepasados. Así que tómalo con derecho de inventario. Recuerda, en lo más profundo de mi madriguera guardo los arcanos de todos nosotros. El Bosque me ayuda a preservarlos.

 

EL BOSQUE

Javier, ¿qué dicen tus cartas médicas sobre el cocodrilo?

 

JAVIER MANFURDO

Que uno debe vivir lo más lejos de los sentimientos nublados de ese tipo de animal. Siempre que nos habla es como si estuviera diciendo algo que se nos ha escapado, pero en realidad es un juego, quiere que hagamos tonterías. Cuando se mueve, se lleva a una pequeña banda de fanáticos con él. Siempre será mejor no confiar en él.

 

BÁRBOL

Me pregunto cómo puede ser la vida de alguien con tantas desgracias.

 

EL PÚBLICO

¡No importa! ¡No importa! ¡Morir! ¡Morir!

 

PERSONAJE NEGRO 1/PERSONAJE NEGRO 2

[al unísono] Rodeados de vestiglos del océano / juegan a la ruleta rusa con el amigo suicida / caminan una vez más sobre la cuerda floja / han olvidado la pértiga necesaria al equilibrio

 

ARLEQUINA KRACOVIA

¿Escucharon eso? De todos nosotros el verdadero suicida es el Presidente. Por mi parte lo he intentado muchas veces y siempre fracaso. En cambio, el Presidente se suicida a cada segundo, renace, se metamorfosea, y vuelve a suicidarse; y así… ad infinitum. Como decía Melquiades: El tiempo da vueltas en redondo. Así nos pasa a nosotros en este eterno mito que es el aquelarre.

 

ASTUTO DRAMAL

[el espía sale de debajo de la mesa donde estaba escondido] El suicidio sigue una línea que sale de las mantas. El que se suicida muere convencido de su fracaso. Ya les soplé en el oído a muchos perdedores que era imposible recuperar la imaginación.

 

EUSÉBIO ATAÚDE

Aquí está la clave del enigma de los suicidios: el lugar secreto donde la imaginación no puede llegar. Envié este mensaje encriptado a muchos gobiernos con la esperanza de que las sílabas no se perdieran del significado del aforismo: El que se suicida tiene una imaginación poderosa. Un ilusionismo que raras veces funcionó.

 

LA SEÑORA KNORR

¿Cuántos presidentes se han suicidado hasta la fecha? ¿Y qué hacer con los que ya deberían haberlo hecho?

 

CHINELA ALVES

Creo que la mejor solución es publicar en las redes sociales y enviar un mensaje de condolencia por el suicidio del presidente a la prensa y las instituciones. ¿Haremos esto?

 

EL PÚBLICO

¡Morir! ¡Morir!

 

El público se pone a enviar el texto sugerido por Chinela Alves. En menos de cinco minutos la noticia le ha dado la vuelta al mundo. Otra vez la serpiente mordiéndose la cola. Antes era Orson Welles anunciando por la radio que los extraterrestres habían llegado a nueva York. Ahora la gente da gritos de júbilo y algunos lo lloran o fingen llorar.

 

EL PRESIDENTE

Mis pobres mascotas se rebelan de cuando en cuando; como en la Granja de los Animales. Sin embargo, en menos de lo que canta un gallo yo retomo los hilos con los que los dirijo el carnaval en que ustedes participan todos los días. Ustedes siguen a ciegas el rol que les he dado a cada uno. ¡Pobres imbéciles! ¿Acaso creían que eran dueños de sus vidas? ¿Aun creen en el libre albedrío? ¡Eso es! Dancen, dancen la danza macabra: ¡pronto habrán de caer!

 

EL PÚBLICO

¡Morir! ¡Morir!

 

*****

 

Agulha Revista de Cultura

UMA AGULHA NO MUNDO INTEIRO

Número 156 | Agosto de 2020

Artista convidado: Franz Sedlacek (Áustria, 1891-1945)

editor geral | FLORIANO MARTINS | floriano.agulha@gmail.com

editor assistente | MÁRCIO SIMÕES | mxsimoes@hotmail.com

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revisão de textos & difusão | FLORIANO MARTINS | MÁRCIO SIMÕES

ARC Edições © 2020

 

 

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