Los primeros esbozos
de la ciencia en Costa Rica: desde la independencia hasta inicios del siglo XX
Costa Rica, junto con el resto de países de
Centroamérica, con la excepción de Belice y Panamá, logró su independencia el 15
de setiembre de 1821. Conforme se fueron estableciendo las bases institucionales
de la nueva república, se dieron los primeros pasos en la investigación científica
en el país. Esta etapa inicial estuvo marcada fundamentalmente por el trabajo de
científicos-naturalistas extranjeros, principalmente europeos y norteamericanos,
quienes visitaron el país y estudiaron diversos aspectos de la rica biodiversidad
del país. Entre estos investigadores sobresalen los alemanes Moritz Wagner y Karl
Scherzer, el danés Anders Sandoe Oersted y el estadounidense William Gabb, todos
ellos de gran prestigio. No obstante, sus trabajos se publicaron en Europa o los
Estados Unidos de América y no tuvieron difusión en Costa Rica. Por ello, Coronado
denomina a estos científicos como ‘cometas’, en el sentido de
que pasaron por el país, pero no dejaron una escuela; fueron ‘eventos irrepetibles’.
En las últimas décadas del siglo XIX
ocurrieron transformaciones económicas, culturales e institucionales de gran impacto
en Costa Rica, en lo que se ha denominado las ‘reformas liberales’. Desde el punto
de vista económico, se consolidó la privatización de tierras y el desarrollo acelerado
del cultivo, procesamiento y exportación del café, que vinculó al país a los mercados
internacionales. Se fue cultivando una identidad nacional centrada en el imaginario
de una supuesta excepcionalidad costarricense, de cara a los demás países de la
región y, en el ámbito institucional, se dieron reformas importantes en los planos
educativo y salubrista, entre otros. Hacia mediados de siglo se había creado la
Universidad de Santo Tomás, la cual fue clausurada por el proyecto liberal en 1888,
como parte de las reformas educativas en curso. En el plano cultural se dio una
creciente influencia europea como parte de una visión positivista y de modernización
capitalista del país.
Dos naturalistas y
médicos alemanes que ejercieron una influencia importante en Costa Rica fueron Karl
Hoffman y Alexander von Frantzuis. Ambos hicieron estudios relevantes sobre nuestra
fauna y flora y se incorporaron de diversas formas a la vida nacional. Von Frantzius
fue mentor de José Cástulo Zeledón, un costarricense que efectuó estudios en los
Estados Unidos y trabajó en Ornitología. En medio de las reformas educativas, arribó
al país un grupo muy selecto de profesores europeos, quienes se incorporaron a la
enseñanza secundaria y jugaron un papel importante en la promoción de la ciencia
y en la germinación de los primeros esbozos de ciencia endógena en el país. Entre
esos profesores, el que tuvo mayor impacto fue el suizo Henri Pittier, quien desplegó
una amplia actividad científica y educativa y se vinculó con instituciones de reciente
creación en el país. En 1887 se creó el Museo Nacional, siendo su primer director
Anastasio Alfaro, uno de los principales naturalistas costarricenses.
Al calor de las reformas
liberales y del creciente interés por el estudio de la flora y fauna costarricenses
se crearon una serie de instituciones que desempeñaron un papel importante. Entre
ellas destacan, además del Museo Nacional, el Observatorio Nacional, el Instituto
Físico-Geográfico y el Servicio Geográfico, entre otras. Ello fue generando, poco
a poco, un sustrato endógeno de investigación científica en el país. En ese contexto,
destaca la figura de José Fidel Tristán, quien efectuó estudios en Chile y fue un
destacado profesor y naturalista nacional.
La primera mitad del
siglo XX
Los esfuerzos iniciales
se fueron consolidando durante las primeras décadas del siglo XX, en las que destacan una
serie de naturalistas y educadores de las ciencias naturales, quienes realizaron
aportes significativos. Entre ellos cabe mencionar, además de los citados anteriormente,
a Rubén Torres Rojas, Alberto Manuel Brenes, Manuel Valerio y José María Orozco
Casorla, quienes trabajaron en diversos aspectos de la historia natural del país.
Como parte del proyecto liberal, muchos jóvenes nacionales recibieron apoyo, sobre
todo de sus propias familias, para efectuar estudios en Europa, Sudamérica y Norteamérica.
Ello fue generando, poco a poco, un colectivo de intelectuales de formación ecléctica quienes influyeron
en muchos aspectos de la vida nacional, entre ellos la ciencia.
Ciencia en la universidad
En 1940 se creó la Universidad de Costa Rica
(UCR), lo cual representó un punto de inflexión en la historia institucional del
país, y fue parte de una serie de reformas fundamentales ocurridas en Costa Rica
en la década de 1940, las cuales sentaron las bases del estado social de derecho
e influyeron de manera decisiva en el devenir nacional. Durante sus primeras décadas,
la UCR centró su prioridad en la formación de profesionales en muy diversas áreas
del conocimiento. A partir de la década de 1950, paulatinamente la investigación
se fue abriendo camino en la joven institución. Se crearon unidades de investigación en economía y en agronomía
y se generó un núcleo de alto nivel en la Facultad de Microbiología, siguiendo la
tradición de Clodomiro Picado a través de uno de sus discípulos,
Alfonso Trejos Willis. En 1953 se creó la Revista de Biología Tropical en dicha
universidad. A partir de la década de 1950 la UCR generó un programa de becas para
formar profesores y profesoras en estudios de posgrado en diversas regiones del
mundo.
A
raíz de un importante
congreso universitario celebrado en 1971-1972 se efectuaron transformaciones de
fondo en la estructura y la esencia de la UCR. Como parte de esos cambios, se creó
la Vicerrectoría de Investigación y, en pocos años, se establecieron una gran cantidad
de centros e institutos de investigación en áreas diversas del
conocimiento; paralelamente se creó el Sistema de Estudios de Posgrado. Con el tiempo
se consolidó una cultura amplia de investigación científica en esta institución,
lo que la ha llevado a convertirse en el principal reservorio de ciencia y tecnología
del país, con fuertes vínculos internacionales.
Como
parte del proceso de consolidación de la educación superior pública en Costa Rica,
en la década de 1970 y en décadas subsiguientes se crearon nuevas instituciones
universitarias: Instituto Tecnológico, Universidad Nacional, Universidad Estatal
a Distancia y Universidad Técnica Nacional. Este universo de instituciones ha contribuido
al desarrollo de la investigación científica en Costa Rica. Más recientemente aparecieron
el Centro Nacional de Alta Tecnología (CENAT) y el Centro Nacional de Innovaciones
Biotecnológicas (CENIBiot), bajo el amparo del Consejo Nacional de Rectores (CONARE),
que agrupa a las universidades públicas. También se han desarrollado actividades
de investigación en otras instituciones del sector público como el Instituto Costarricense
de Investigación y Enseñanza en Nutrición y Salud (INCIENSA), perteneciente al Ministerio
de Salud, la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS), el Centro Agronómico Tropical
de Investigación y Enseñanza (CATIE), el Instituto Costarricense de Electricidad
(ICE) y el Instituto de Biodiversidad (INBio), entre otras instituciones.
Hacia un Sistema Nacional
de Ciencia, Tecnología e Innovación
Siguiendo una tendencia
continental fomentada por la UNESCO y los gobiernos de la región, en 1972 se creó
el Consejo Nacional para Investigaciones Científicas y Tecnológicas (CONICIT), con
el liderazgo de Rodrigo Zeledón Araya, microbiólogo y parasitólogo de las universidades
de Costa Rica y Nacional. Posteriormente, en 1986 se creó el Ministerio de Ciencia
y Tecnología (MICIT), actualmente Ministerio de Ciencia, Tecnología y Telecomunicaciones
(MICITT), con Zeledón como su primer ministro. Luego, en 1990 se aprobó la Ley de
Promoción del Desarrollo Científico y Tecnológico, que incluía diversos puntos de
estímulo y fomento a la ciencia y la tecnología. Muy pronto, en 1992, se creó la
Academia Nacional de Ciencias, con el objetivo de promover la ciencia en sus diversos
aspectos en el país.
Todos
estos procesos fueron conformando el sistema nacional de ciencia y tecnología, definido por la
ley como “el conjunto de las instituciones, las entidades y los órganos del sector
público, del sector privado y de las instituciones de investigación y de educación
superior, cuyas actividades principales se enmarquen en el campo de la ciencia y
la tecnología, o que dediquen una porción de su presupuesto y recursos humanos a
actividades científicas y tecnológicas”. Hoy día se habla del
sistema de ciencia, tecnología e innovación, para incorporar
el componente de la innovación, de gran relevancia actualmente.
Situación actual de
la ciencia en Costa Rica
Los esbozos anteriores
de la evolución de la ciencia en Costa Rica dejan ver que el país
ha efectuado importantes esfuerzos por consolidar este sector, lo cual ha redundado
en la existencia de una comunidad científica con fortalezas relativas, especialmente
en ciertos campos del conocimiento, sumado a una institucionalidad relacionada con
el tema. No obstante, la actividad científica de Costa Rica continúa adoleciendo
de deficiencias importantes que le impiden convertirse en una verdadera palanca
para generar prosperidad, equidad y desarrollo económico, social y cultural.
El
Programa Estado de la Nación, perteneciente a CONARE, es un proyecto que genera
informes sobre el estado de diversos temas de la vida nacional, y se ha convertido
en un referente diagnóstico de gran impacto en el país. Como parte de este programa,
en el año 2014 se generó el informe sobre el estado de la ciencia, la tecnología
y la innovación (http://eccti.or.cr/media/documentos/ECTI-Book.pdf), que constituye
el diagnóstico más completo de este tema en Costa Rica. Este
informe plasmó un escenario complicado para la ciencia del país, el señalar los
siguientes puntos:
-El sector privado
nacional invierte poco en investigación y desarrollo.
-Se
cuenta con un contingente humano en ciencia escaso, sin redundancia, con brechas
de género y endogamia académica.
-En
términos de publicaciones en revistas especializadas, el país tiene una producción
académica modesta, con una tendencia a la baja en el número de citaciones.
-Existe
una excesiva priorización hacia la investigación aplicada y tecnológica, en perjuicio
de la investigación básica.
-Con
notables excepciones, existe una desconexión entre los sectores que generan conocimiento
y necesidades diversas de la sociedad.
-Se
observa un dislocamiento entre las áreas establecidas como prioritarias por las
autoridades en ciencia y tecnología y las áreas que han desarrollado mayor fortaleza,
que principalmente están en las ciencias biomédicas, biológicas y agronómicas.
Este
escenario desfavorable se ha agudizado en los últimos años debido
a la problemática fiscal, la reducción de los presupuestos universitarios y las
limitaciones de diverso tipo para la incorporación de personas jóvenes a los grupos
de investigación. Por otra parte, la priorización en temas de transferencia tecnológica
y de innovación, con un énfasis desmedido en la aplicación del conocimiento a las
necesidades del sector productivo-empresarial, se ha concretado en una ley reciente
que convierte al CONICIT en una institución denominada Promotora Costarricense de
la Innovación y la Investigación, con una junta directiva dominada por sectores
empresariales. Esto ha provocado preocupación y críticas por parte de la comunidad
científica.
Hacia el futuro: ¿Cómo consolidar una actividad científica endógena robusta
y con fuertes vínculos con diversos sectores en el país y el exterior?
El
escenario arriba descrito deja ver una situación compleja donde
se combinan esfuerzos históricos por fomentar la investigación científica en Costa
Rica con una realidad política, económica e institucional actual que no fomenta
como se debe la ciencia del país. Ante esta tesitura es necesario reflexionar sobre
cómo fortalecer este importante ámbito de la vida del país, con el objetivo
de incorporar la generación endógena de conocimiento como uno de los elementos necesarios
para construir una sociedad donde prevalezcan la equidad, la prosperidad, la inclusión
y el bienestar para todas y todos quienes habitamos este país. A continuación, se
mencionan algunos aspectos fundamentales para conseguir estos objetivos:
-Es necesario consolidar
un contingente robusto y redundante de personas con formación de posgrado dedicadas
a la investigación científica en diversos ámbitos del país, particularmente en las
universidades públicas. Este fortalecimiento conlleva el apoyo a programas de posgrado,
la existencia de becas para estudiar en el país y fuera de él, la apertura de puestos
de trabajo para investigadoras e investigadores jóvenes, le existencia de programas
de financiamiento para estas personas. Este objetivo conlleva también la procura
de la equidad de género en el trabajo científico. En este plano resulta de vital
importancia vincular a personas costarricenses que trabajan en ciencia en diversas
partes del mundo, para que se vinculen con los grupos de investigación del país.
-Se debe fomentar
una visión integral del desarrollo científico-tecnológico y de innovación,
de manera que se fortalezcan simultáneamente las ciencias básicas y las sociales,
la investigación tecnológica y la transferencia
de tecnología, la innovación y la forja de vínculos entre la comunidad generadora
de conocimiento y los sectores de la sociedad que demandan ese conocimiento. O sea,
se requiere promover un modelo de desarrollo de la ciencia, la tecnología y la innovación
que sea integral y holístico, y que se aleje de las visiones economicistas y reduccionistas
que prevalecen actualmente. En este plano, es importante fomentar la investigación
inter- y trans-disciplinaria alrededor de temas complejos de alto impacto en el
país y la región.
-Se requiere desarrollar
políticas sólidas de cooperación internacional, que permitan
vincular a la comunidad científica del país con grupos académicos de otras latitudes,
fomentándose planos de cooperación norte-sur y sur-sur, incluyendo a la diáspora
científica costarricense. En el cumplimiento de este objetivo es necesaria la interacción
entre los grupos de investigación, las autoridades universitarias y nacionales de
ciencia, el ministerio de relaciones exteriores y otras instancias que permiten
entretejer una red amplia y robusta de cooperación internacional.
-No menos importante
que los puntos anteriores, el país requiere hacer ingentes esfuerzos para que la
ciencia sea ‘endogenizada’ como parte de la cultura del país, que la
comunidad perciba el beneficio de contar con una comunidad científica robusta, y
que muy diversos sectores de la sociedad se apropien de la ciencia y participen
activamente en los procesos sociales y políticos relacionados con el desarrollo
científico. La ciencia de Costa Rica debe dejar de ser un tema para especialistas
únicamente, para convertirse en un tópico transversal en la vida nacional, con amplia
participación ciudadana.
Referencias citadas
Coronado, G. (1997)
La actividad científica en Costa Rica: un bosquejo de su evolución. En: Zamora,
Á. (compilador) El Otro Laberinto. Cartago: Editorial
Tecnológica de Costa Rica.
JOSÉ MARÍA GUTIÉRREZ. Profesor Emérito, Instituto Clodomiro Picado y Facultad de Microbiología, Universidad de Costa Rica, San José, Costa Rica.
*****
SÉRIE PARTITURA DO MARAVILHOSO
ARGENTINA | BOLIVIA | BRASIL | CHILE |
COLOMBIA | CUBA | ECUADOR | |
EL SALVADOR | GUATEMALA | HONDURAS | MÉXICO |
NICARAGUA | PANAMÁ | PERÚ | |
REP. DOMINICANA | URUGUAY | VENEZUELA |
*****
Agulha Revista de Cultura
UMA AGULHA NA MESA O MUNDO NO PRATO
Número 171 | maio de 2021
Artista convidada: Leda Astorga (Costa Rica, 1957)
Curador convidado: Adriano Corrales Arias
editor geral | FLORIANO MARTINS | floriano.agulha@gmail.com
editor assistente | MÁRCIO SIMÕES | mxsimoes@hotmail.com
logo & design | FLORIANO MARTINS
revisão de textos & difusão | FLORIANO MARTINS | MÁRCIO SIMÕES
ARC Edições © 2021
Visitem também:
Atlas Lírico da América Hispânica
Nenhum comentário:
Postar um comentário