SS | Sí, sí, yo diría que ésta raíz común es el personaje principal de ambos
libros, a saber, la Habana. Me refiero sobre todo en este caso a Gestos, que ha
De donde son los cantantes; pero en la obra de Cabrera Infante y en la mía hay
en efecto una obsesión de base que es la Habana, y cuando digo la Habana,
quiero decir la lengua habanera. Cabrera Infante decía que su libro era
ilegible, es decir, para poder interpretar todo lo que he escrito en este libro
sería necesaria una persona que hubiera vivido en Cuba, en la Habana, en mi
barrio, en mi propia casa y que durmiera conmigo. Todo esto transpuesto a un vocabulario
más pedante, es decir al vocabulario, por ejemplo, de la lingüística, querría
significar que su fuerza idiolectal es enorme, no se trata ya de un lenguaje,
no se trata ni siquiera de un microlenguaje, se trata de la noción precisa de
idiolecto, es decir de una parcela del lenguaje al borde de lo indecifrable.
Hay pues, efectivamente, una especie de substrato o de simulacro común entre
ambos libros. La Habana, y La Habana como imagen obsesionante y como habla; se
trata sobre todo de eso, de captar el habla habanera. Guillermo lo ha hecho
recurriendo a procedimientos fonéticos, es decir, tratando de reconstruir
fonéticamente el sonido de la lengua cubana. Yo quizás no he recurrido aún a
ese sistema de notación, yo no hago ningún tipo de brusquedad con respecto a
las estructuras.
HAT | Esta relación no existe a nivel de los temas, de los personajes…
SS | Yo pienso quizás que no la hay, en el sentido siguiente: yo no creo que
yo trabaje realmente con personajes, yo no creo que se pueda decir, pero en éste
caso mi lectura y mi percepción son muy humildes y muy discretas, yo no creo
que se pueda hablar realmente en mí de personajes; se trata yo creo más bien de
simulacros, de simulaciones, de anamofismos, es decir, de fenómenos
característicos del barroco y el mimetismo animal defensivo, el camuflaje de
las mariposas indonesias, por ejemplo, el camuflaje de una mariposa indonesia
que se llama Calima y que al disfrazarse para protegerse va más allá de sus
fines a tal punto que es devorada por los pájaros; ese camuflaje que Lezama
calificó de hipertélico, es decir, lo que va más allá de sus fines, es lo que
yo creo que es el Barroco o en el neo-Barroco el personaje; no hay propiamente
dicha entidad o substracción u ontológico del personaje, hay simulación…
HAT | Si no son personajes ni individualidades, serían arquetipos,
generalizaciones de las aptitudes del habanero o la habanera…
SS | Bueno, repito otra vez, del lenguaje, y vamos a tomar esto desde otro
punto de vista, vamos a ver por ejemplo como se constituye un personaje;
tradicionalmente se supone en la novela sicológica e incluso en la novela de
tradición expresiva, argentina sobre todo, se supone que un personaje es la
manifestación o la concretización de algo interno del escritor, es decir, hay algo
de esa interioridad que pasa al personaje, esa es una de las versiones; otra de
las versiones, el personaje no refleja ninguna interioridad, sino al contrario,
refleja una exterioridad, refleja una realidad, refleja algo que no está en la
conciencia del escritor, se trata en este caso de la actitud realista digamos,
bueno, yo quisiera proponer lo siguiente, qué el personaje no se encuentre ni
en esa interioridad expresiva del autor ni en su sicología, ni en sus
movimientos, ni en sus pulsiones, ni tampoco en un exterior de escritor, es
decir, en un plano de una realidad que el texto no haría más que reconstruir o
criticar; yo quisiera que el personaje se encuentre en el medio de esos dos
polos, es decir, en el texto. El personaje no es más que un simulacro del
código, y para citar al inventor de unas camisas conocidas, no es más que un
tigre de papel…
SS | El barroco es la historia de las lenguas románicas. Y no me limito al
español, ha tenido dos momentos fulgurantes, uno en Góngora, y otro, en Lezama
Lima, es decir, Cuba ha dado a la historia de la sintaxis de las lenguas
románicas, la cúspide enorme que es Lezama Lima. Yo creo que al partir del
surgimiento de este coloso cubano podemos interrogarnos efectivamente del por
qué de la instancia, de la persistencia, de la obsesión del barroco y del por
qué del barroco sudamericano en ese país. La explicación digamos ortodoxa hasta
ahora es la de Eugenio D’ors, a mi juicio explicada en la obra de Carpentier.
D’ors suponía que la naturaleza sudamericana dada su proliferación, su
superposición, dada su frondosidad y densidad, debía de irradiar forzosamente
un barroco. Carpentier la obra de Carpentier, a mi juicio es la que pone en
escena, la que da a ver cómo una escenografía esta ideología D’orsiana del
barroco. Sin embargo, a mí me gustaría proponer humildemente otra noción de la
etiología, como se dice en medicina, del barroco. Yo creo que no se trata de
una restitución de la naturaleza, y en literatura me importa siempre muy poco
lo que haya de natural, pues repito, creo, que se trata de un código de papel,
de un mecanismo de artificialización extrema; mi tendencia sería afirmar que en
América se produce un fenómeno de inserto de lenguajes que supone, cuando yo
hablo de injerto de lenguajes, la metrópoli, la colonia, Europa, es decir: el
Renacimiento, el Renacimiento llega a América como un lenguaje colonizador y protector,
este lenguaje se instituye como lenguaje normativo, como lenguaje oficial, como
lenguaje que va empezar a numerar, a codificar, a realizar la taxinomía de la
naturaleza americana, pero hay, como se vé en las fachadas de Alejandriño, lo
pronunció muy mal, como se ve en la obra del Indio Condore y cómo va a verse
finalmente en Lezama, hay una serie de injertos lingüísticos que acaban no por
ornamentar este idioma de base, sino por destruirlo, de allí la fuerza
irrisoria, paródica, subversiva, revolucionaria del barroco. El poder está no
sólo puesto en tela de juicio, no sólo tirado a choteo está subvertido,
ironizado, el rey no es ya el centro, la monarquía absoluta no dictamina ya, el
sol no está situado al centro de una órbita circular como creía Galileo sino es
uno de los dos polos de una elipse, el otro polo obturado, ese es el barroco…
HAT | De Carpentier a Lezama y de ellos a Sarduy y Cabrera hay una evolución
en lo barroco, y quizás una destrucción de él en los dos últimos.
SS | Totalmente, totalmente. Yo no puedo muy bien situar mi trabajo, porque
la palabra obra sería megalómana, con respecto a mí; yo no puedo situar bien
mis ejercicios con respecto a Lezama por una sola cosa, por un motivo esencial,
mi trabajo, eso que pretenciosamente puede llamarse mi obra, no viene después
de Lezama, y como se ha dicho, haciéndome un honor, como una añadidura o una
rectificación moderna de la obra de Lezama. Yo creo que lo que yo hago está
inserto en el interior de Lezama, es decir yo creo que yo soy una posibilidad
del mundo de Lezamesco, uno de sus potens como decía él,
empleando una palabra etrusca. Algunos críticos, por ejemplo, me han hecho el
honor de decir que efectivamente yo corrijo con cierta modernidad, con cierto
mundo de neón, de artificio, de travestismo, de aportes orientales, sobre todo
tibetanos, nepaleses, ceilaneses, indios, la obra de Lezama. Efectivamente,
digamos, la batería narrativa que yo empleo no es la de Lezama, la de él se
encuentra más bien diría yo en una órbita proustiana si así se quiere,
efectivamente, es decir a nivel de los mecanismos textuales, sí, son muy
diferente; a nivel yo creo de la irrupción barroca yo estoy comprendido en
Lezama. Por ejemplo, mi próxima novela, Maitreya, trabaja con un
personaje que se llama Luis Lenge, Lezama le dedica en Paradiso una
o dos frases, Lezama señala únicamente que es un concierto, un poco aparatoso,
que mezcla camarones con una salda indebida, que es alumno del mulato Juan
Izquierdo y que suscita la cólera de Rialta porque dice que a la cocina cubana
no le van bien esas fanfarronerías, en fin, estoy parodiando o paragramatizando
a Lezama. ¿Qué hago yo?, yo a éste personaje del cual Lezama da dos notaciones,
lo hago nacer en Ceilán de una familia china que ha atravesado la India en exilio,
describo su adolescencia ceilanesa, lo traigo, siguiendo a Lezama a París, lo
devuelvo a Sagua la Grande, donde hay una importante colonia china, en fin, yo
trazo la vida entera de éste personaje. Mi nivela es la vida de Luis Lenge, es
decir, yo amplío si se quiere macroscópicamente lo que en Lezama es como los
mantras que dan los maestros tibetanos, es decir, cada sílaba es un núcleo de
significación que puede repercutir, que puede ampliarse, mi obra, entre
comillas, está pues inserta digamos en el discurso inaugural del maestro; yo no
quedaré, por supuesto, ante la pequeña historia (a pesar de la enciclopedia que
ya me incluye), como un escritor, sin embargo, yo creo que de eso si estoy
orgulloso, y señalo mi situación muy fanfarronamente, yo creo que yo quedaré
como el que ha visto, el que ha visto al maestro, el que pudo señalarlo, no soy
el primero, por supuesto, Cintio o José Rodríguez Feo lo vieron antes que yo,
el que se ha dado cuenta de su inmensidad, y el que para repetir un pequeño
texto que hice en homenaje a él, el que sabe que vive en la Era Lezama. Termino
con una pequeña anécdota, que es un texto de Borges, un texto que se llama
Infierno I,32, en ése texto, como todos los de Borges perfecto, el escritor
argentino cuenta como un tigre encerrado en una jaula, en las postrimerías del
siglo XII comprendió que su función en la vida era la de aportar una palabra a
la Comedia, Dante debía verlo y añadir que el infierno es 1,32 la palabra
tigre. Su vida quedó pues justificada, porque sirvió como añadidura de una
palabra a la Conmedia; mi vida también está justificada, yo he comprendido que
vivo en la Era Lezama.
SS | Con respecto al método borgiano yo creo que la actitud nuestra es muy
clara. Borges representa el paradigma de un rigor. En una de sus grandes boutades un
día Borges me dijo: Mi editor francés quiere hacer editar mis Obras Completas,
y yo me he negado porque no ocuparían ni un solo volumen, se trata de textos
extremadamente breves, fragmentarios, de algunas líneas, nunca he sido un autor
proliferante, ni masivo. Ahora bien, lo que él ha aportado, qué es radical, es
el sentido del rigor, es decir, es un sistema orbital, planetario, galáctico,
un sistema que nos soporta ni el más mínimo desarreglo o perturbación, se trata
de un sistema orbital, eso es lo que yo creo que Borges ha dado, es decir,
ningún adjetivo, ninguna coma, ningún sustantivo puede venir por azar, y aquí
no quiero hacerme el mártir de la escritura, ni la Juana de Arco de la
fonética, pero a veces los adjetivos me cuentan días, días, ya horas sería poco,
me cuesta días para obtener el carácter sorpresivo que debe tener la escritura,
es decir ninguna información supuesta por el lector o adivinable debe ir en el
texto, todo lo que se aporta debe ser totalmente insospechado y éste carácter
literalmente insólito, inédito del texto exige un trabajo enorme, sobre todo
llegar a lo humorístico. ¿Cómo se llega a lo humorístico?, respuesta: tomando
la forma en serio, únicamente cuando la forma ha sido objeto de una seriedad,
de un trabajo propiamente neurótico; allí surge la risa, una buena medida que
yo tengo de cuando un texto mío ya debe de entregarse a la imprenta es cuando
me empiezo a reír solo…
HAT | Hablemos un poco de erotismo. La búsqueda en tus textos se logra casi
siempre en el pasado, no hay un presente ni un futuro…
SS | Sí, sí, esa pregunta si me apasiona, y casi escribiría un libro para
responderla, esto me vuelve a vincular a Lezama. Lo que escribe en mí, eso que
escribe en mí, eso que practica la escritura, y conste que ese enigma de que
cosa escribe me ha intrigado por mucho tiempo, lo que escribe es el deseo
sexual. La pulsión, la energía, el arranque de la escritura está en la energía
sexual; quizá voy a hacer referencia, puesto que vivo en ese mundo, a un
diagrama tibetano, a un diagrama táncrito, ese diagrama representa al hombre en
posición de loto con los seis chacras o centros de radiación o de vibración que
componen el eje de su cuerpo, desde el sexo hasta el cerebro, en que cuando la
energía sube estalla en un loto blanco de mil pétalos. Lo que irradia a través
del cuerpo del hombre, lo que sube a través del sexo son dos canales que
significativamente son las vocales y las consonantes. Eso que sube por el sexo
en el caso de los iluminados hasta el cerebro, en el mío hasta la mano, eso es
la escritura; como una energía sexual que se va desarrollando, la imagen que se
da en el tantrismo es la de una serpiente alrededor de la columna vertebral,
ésta energía sube pues hasta la mano, anima el movimiento de la mano, ésa
energía es sexo, lo que escribe es sexo, lo que escribe es el deseo, la pasión
de mi vida no habrá sido el miedo, sino el deseo…
HAT | Tu literatura se inscribe en el juego, tu incluso descrees del juego que
escribes…
SS | Vamos a darle a la palabra juego, si tú quieres otra acepción. La
palabra juego tiene dos significaciones, una de ellas es la que me interesa. Se
habla de juego como actividad lúdica, por ejemplo cuando un niño juega, pero se
habla también, y esto me interesa, las piezas de un auto, se dice eso no?, es
decir juego implica también la estructuración, el funcionamiento, el
acomodamiento de una serie de regiones para que la totalidad funcione; en ése
sentido digo sí, hay juego pero en éste segundo sentido de la palabra, es
decir, juego en el sentido lúdico; por ejemplo, juegos de palabras en todo lo
que yo he escrito no hay ni uno solo, jamás he hecho, jamás he trabajado con el
juego puramente mecánico, es decir, si es para jugar en ese sentido no me
interesa, el juego en el otro sentido sí, es decir, hay que aceitar, hay que
modelar, hay que insertar unas piezas en otras, en las otras, para lograr el
funcionamiento general de un aparato utilitario, no se trata de un aparato en
función informativa, no, se trata de un aparato de transmisión de un mensaje,
se trata de un aparato que se ríe y se burla de sí mismo; en ése caso
compararía mi juego al de las grandes máquinas de Tingueli por ejemplo, enormes
artefactos aceitados, bruñidos, brillantes, cuya última función es agitar una
pluma. Lo cual, quiero señalar, no es tan banal ni tan anodino como puede
parecer. Hay aquí toda una impugnación, toda una contestación y toda una
crítica violentísima de orden…
HAT | El texto Sarduy, que al lector no avisado le lleva a creer en un
divertimiento, ¿lo es o no lo es para ti?
HAT | El lector sería Sarduy, o solamente habría cópula entre el texto y su
lector…
SS | La percepción o el acceso que el lector tiene al texto no está en lo más
mínimo regulado, digamos, por la tradición literaria. Yo no pretendo en lo más
mínimo que el lector capte todas las connotaciones que hay en el texto.
Recientemente me está sucediendo una aventura interesante y es que estoy
escribiendo para la prensa, estoy haciendo artículos de gran difusión,
bastantes seductores, atractivos si es posible, pero me cuestan fusión,
bastante seductores, atractivos si es posible, pero me cuesta un trabajo
enorme, casi más que un texto, porque el rigor de la escritura es extremo, es
decir, yo pretendo en definitiva que el lector tenga acceso a una especie de
mundo que yo le construyo, casi como en los cuadros del Bosco, a una esfera
paradisíaca. Roland Barthes, que me ha hecho el honor de escribir algunos
ensayos sobre lo poco que he podido ir haciendo, dice que yo estoy en un
paraíso y que ese paraíso es el paraíso de las palabras. Efectivamente, él va a
entrar en esa órbita mía, él va a entrar en esas vibraciones, él va a entrar en
esa especie de mundo anaranjado y rojo como el cuadro del Bosco que vibra ante
él y se despliega, que lo va a abarcar como una música o como un cuerpo amante
y deseado, él va a entrar allí, el quizás se pierda, quizás pierda sus coordenadas
habituales, de todo orden, en ése caso cuando él ya se ha perdido, entonces se
ha recuperado para el texto…
HAROLD ALVARADO TENORIO (Colombia, 1945). Poeta, traductor, ensayista, creador y director de la revista Arquitrave, Alvarado ha publicado innumerables libros en todos los ámbitos de su actividad, desde las traducciones de Kavafis y Eliot, pasando por estudios como 25 Conversaciones (Colombia, 2011), Ajuste de cuentas (España, 2014) y Retratos de memoria (México, 2022), hasta su relevante poesía, expresada en libros como Summa del cuerpo (2002), Ultrajes (2007) y De los goces del cuerpo (2012). Como consta en la biografía registrada en su sitio web, En la Universidad Nacional de Colombia impulsó la creación de la carrera de estudios literarios tras años de desprecio por las literaturas nacionales, fue Director de Departamento de Literatura, realizando actividades como periodista en el diario La Prensa donde llevó por más de un lustro la página de Cultura, que le valiera el Premio Simón Bolívar. En Beijing trabajó como asesor cultural de la Editorial China hoy, y publicó una antología de Poemas chinos de amor, que luego ha sido reeditada en varios países.
GINA PELLÓN (Cuba, 1926-2014). Fue una artista muy conocida que vivió y trabajó en París, Francia, desde 1959 hasta su muerte. Fue precisamente en Europa donde conoció a los surrealistas parisinos y luego conectó con el grupo COBRA, uno de los principales movimientos de vanguardia e hitos del expresionismo abstracto europeo. Su carrera en Europa fue muy prolífica con amplias exposiciones en París, Lausana, Bruselas, Ámsterdam, Toulouse, Silkebour (Dinamarca) y Larvik (Noruega). También ha realizado exposiciones individuales y colectivas en otras ciudades como Miami, Nueva York y Caracas, entre otras. Su actitud incansable y entusiasta es una constante que marca la producción de toda su vida. En sus propias palabras, pinto todos los días… desde el amanecer hasta el atardecer. En este proceso tengo la necesidad de crear, de retratar emociones, y una vez que estoy a punto de terminar una obra, siento la necesidad de atacar otra. El estilo y la paleta de Pellón están marcados por una excelente espontaneidad y colores brillantes. Con pinceladas enérgicas y fluidas, crea composiciones vibrantes donde la mujer es el tema principal. Además de la pintura, la dilatada trayectoria de Gina Pellón también ha incluido el grabado y la poesía. La artista ha recibido numerosos premios y distinciones y su obra forma parte de numerosas colecciones públicas y privadas de todo el mundo.
Número 242 | outubro de 2023
Artista convidada: Gina Pellón (Cuba, 1926-2014)
editora | ELYS REGINA ZILS | elysre@gmail.com
ARC Edições © 2023
∞ contatos
https://www.instagram.com/agulharevistadecultura/
http://arcagulharevistadecultura.blogspot.com/
ELYS REGINA ZILS | elysre@gmail.com
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