1. Sábanas y tumbas
El poeta colombiano Harold Alvarado Tenorio (Buga, 1945)
pertenece a un grupo de escritores que se conoce como la generación
desencantada. Él, un lobo solitario que abandonó el Valle del Cauca y vive
ahora bajo el solazo de Cartagena de Indias, es el más desencantado de todos.
De todos los colombianos.
Su poesía se parece al hombre o al
revés, pero se roban, se hacen emboscadas y amanecen fajados por el
protagonismo en los espacios culturales de su país.
La competencia es leal ya que los
contendientes tienen el poder de una esencia común. El desafío es beneficioso
para Colombia y para el idioma español porque con cada línea de verso Alvarado
le da más vigor, claridad y pureza a una obra que le deja las complicaciones y
el misterio a los mensajes internos y se presenta a los lectores disfrazada con
una indumentaria elemental. Y, a la vez, el escritor se empeña en ser
implacable en sus críticas y en transferir la virtud del cuchillo de monte a
las palabras mientras espera que los suecos convoquen un premio Nobel para la
diatriba.
“Yo cultivo mi poesía, mi
conciencia replicante y mis enemigos”, le dijo a Víctor Bravo hace poco en
Caracas. Y agregó: “Me he dedicado a combatir aquéllos que usan del dinero
público para darse lustre, para pasarlo bomba, con el cuento de que son poetas,
grandes narradores y en verdad son grandes avivatos”.
Ése es el Alvarado más
espectacular y publicitado en su país, un tipo que recorre la actualidad
literaria con un patíbulo en el maletero de su carro para que no se salve
ninguno de los escritores, editores y críticos que dormitan en sus infinitas
listas negras.
El autor de Espejos de máscaras y
Los goces del cuerpo recibe también una andanada diaria de ataques y
reconvenciones, pero ni las víctimas de su prosa de poeta recargada con
dinamita, ni otros observadores neutrales de esas escaramuzas verbales niegan
que el enorme señor de Buga es un ensayista brillante, un traductor de primera
y un periodista polémico, culto, agudo y valiente.
Su poesía, identificada por su
angustia por la fugacidad del tiempo y por la sorprendente levedad del placer,
tiene una fuente directa en Jorge Luis Borges, la poesía china y en la
generación española de los 50, con preferencia por Jaime Gil de Biedma, aunque
nunca deja de mencionar a Caballero Bonald, Ángel González y Francisco Brines.
Lo recuerdo ahora, en su casa de
Cartagena, independiente y solitario, frente al ordenador en el que tiene su
redacción la famosa revista de poesía Arquitrave,
fundada en el año 2000 y que tiene ya 51 ediciones de papel y 53 digitales.
No conozco los horarios de
Alvarado para sus guerras despiadadas y los artículos que levanta con tinta y
alcayatas. Sospecho que para escribir versos no tiene que ir al teclado porque
dijo una vez que, sin la poesía, ya se hubiera dado un tiro en la cabeza. Me
gusta compartir con los lectores de EL MUNDO lo que piensa el poeta de su
salvadora:
Tú, la detestada, la leprosa, la purulenta,
eres la mejor de las hembras,
la mejor madre,
la mejor esposa,
la mejor hermana,
y la más larga y gozosa de las noches.
NOTA
Publicación original: El
Mundo, Madrid, 19 de marzo de 2001.
2. Hombre de paso
Por aquí anda, con una maleta llena de libros y revistas
y una cámara fotográfica. Ha regresado a España después de muchos años, y lo
primero que hizo fue retratar a Juan Gelman, el poeta argentino, quien paseaba
solitario por la Puerta del Sol. Después se fue a comer con Luis Antonio de
Villena y Luis Muñoz, y a darle un abrazo a José Manuel Caballero Bonald.
Es Harold Alvarado Tenorio, el
escritor y periodista colombiano, que realiza un viaje a su pasado con la
esperanza de verse tan joven como cuando estudiaba letras en la Universidad
Complutense de Madrid, donde se doctoró con una tesis sobre Jorge Luis Borges.
Se propone, además, que Angel González lo reciba y lo escuche hasta el
amanecer, y quiere que la excursión le sea propicia para adivinar en la ciudad
el recuerdo del poeta Jaime Gil de Biedma.
Trajo el número 33 de la revista
que dirige: Arquitrave. La
publicación comienza con un homenaje al poeta nadaísta Jaime Jaramillo Escobar
(Pueblorrico, Colombia, 1932) y termina con una nota sobre la vida y la obra de
Paco Umbral.
Alvarado nació en Buga, en 1945, y
pertenece a la llamada generación desencantada. Junto a la revista, viene un
libro suyo, Ultrajes. Una selección de los poemas que escribió entre 1965 y
2005.
Traductor y ensayista, Alvarado
publicó en 1980 la antología Cinco poetas
españoles de la Generación del Cincuenta y estudios críticos sobre la
poesía de T. S. Eliot y de Kavafis. Summa
del cuerpo, Poemas chinos de amor
y Fragmentos y despojos son algunos
de sus libros más conocidos.
Es un poeta sensual, explosivo,
provocador. Alguien que odia la violencia física, se confiesa seguidor de Buda,
entrenó a un perro para que se alimentara de relojes y se hace retratar con un
gato que se llama Borges. Al mismo tiempo, jura en público que no sabe quién es
Harold Alvarado Tenorio.
Muchos críticos aseguran que su
poesía tiene sus soportes más leales en el placer. Y que él usa ese placer como
arma para reaccionar contra las represiones que imponen la sociedad y el
Estado.
El poeta responde: “El placer ha
sido siempre subversivo, pero es un camino de doble vía. Luchamos por el placer,
pero si caemos en su trampa seremos de nuevo sus víctimas. Todo es una vana
ilusión, una mentira. Lo único cierto es que debemos luchar por ofrecer alguna
luz a los que nada tienen”.
NOTA
Publicación original: El
Mundo, Madrid, octubre 6, 2007.
3. Facturas con rabia
Polémico, monumental, hiriente y escandaloso, Ajuste de
cuentas es un libro que Harold Alvarado Tenorio escribió para tener un espejo y
para multiplicarse y acosar a los batallones de sus enemigos también desde los
estantes de las bibliotecas. Pero hay que decirlo todo y esta antología de la
poesía colombiana del siglo XX, escrita con temblor de verdugo, es una obra de
la que ya no se puede prescindir para acercarse a los hombres y mujeres que
escribieron y escriben versos en los últimos años en aquel país.
Es una pieza abarcadora, de casi
700 páginas, ilustradas con fotos de los autores antologados, una selección de
poemas de cada uno y unas notas introductorias del poeta y director de la
revista Arquitrave que son la fuente del mayor conflicto que acompaña al libro
por la severidad de sus juicios personales y el retrato implacable que hace de
la mayoría de los 38 escritores que incluye en su parroquia estelar.
Ajuste de cuentas, por encima de
las opiniones privadas del autor De los gozos del cuerpo y Fragmentos y
despojos, es un libro útil y beneficioso para la literatura colombiana porque
el crítico lúcido que es Alvarado Tenorio le gana siempre la batalla al hombre
y reconoce talentos ajenos, descubrimientos, aciertos y aportes.
El escritor y periodista Antonio
Caballero considera que es uno de los pocos amigos que le quedan en la vida a
Alvarado Tenorio. Por eso, entre otras cosas, accedió a escribir el prólogo de
la controvertida selección. Es una nota inusual, dura, de cuchillos al aire, en
la que habla del “odiado y odioso” Alvarado Tenorio como un poeta capaz de “rotundas
sentencias heraclitianas” y “un crítico certero”. Dice que el libro es “enredado,
caótico, escrito por erupciones venenosas de palabras y de imágenes, y que casi
siempre en cada página cede a la tentación de dar absurdas explicaciones
ideológicas a los caprichos del autor”.
Caballero, uno de los escogidos
para aparecer en Ajuste de cuentas, afirma que Alvarado Tenorio detesta a todos
los poetas de la antología, vivos o muertos. “A unos por sus versos, a otros
por sus personas, a otros por las intenciones que les atribuye… a otros por
haber ganado un premio literario completamente inmerecido y en general
desconocido por alguien que no es él mismo. A unos pocos los admira a su pesar”.
Alvarado Tenorio, una voz
importante, un inventor de poemas y prólogos de Jorge Luis Borges, creador de
falsos y buenos poetas chinos, traductor, profesor, ensayista, animador (a su
manera) de la cultura, con todo su rencor y sus reservas, entrega un libro
significativo, de consulta obligada, para la literatura colombiana y de América
Latina. Aunque los poetas seleccionados y los que no incluyó no lo perdonen
nunca.
Firmaba con el seudónimo de Javier
Garcés. Su nombre real era Gabriel García Márquez. Estos seis versos son del
soneto que aparece en Ajuste de cuentas:
Si alguien llama a tu puerta una mañana/
sonora de palomas y campanas/
y aún crees en el dolor y la poesía./
Si aún la vida es verdad y el verso existe./
Si alguien llama a tu puerta y estás triste,/
abre, que es el amor, amiga mía.
NOTA
Publicación original: El
Mundo, Madrid 29/04/2014.
RAÚL RIVERO (Colombia, 1945-2021). Estudió periodismo en la Universidad de la Habana. Trabajó en varios diarios de su país y en las revistas Bohemia, Unión y Cuba Internacional. En la década de los setenta se desempeñó como corresponsal de la agencia Prensa Latina en Moscú. En 1995 fundó un grupo de periodismo alternativo, Cuba Press. Ha publicado libros de crónicas y de poesía en Cuba, España, Francia, Estados Unidos, Colombia, República Checa, Polonia y Suecia. Desde abril de 2005 es columnista de El Mundo. Vive en Madrid, después de ser liberado de la cárcel en Cuba donde cumplía una condena de 20 años por su labor a favor del periodismo sin mandato. Es Premio María Moors Cabot y Guillermo Cano de periodismo.
KAREL DEMEL (República Checa, 1942). Diseñador gráfico e ilustrador, expone con frecuencia en países como Alemania, Bélgica y los Países Bajos. Su obra contempla un diálogo permanente con temas figurativos que el artista encuentra en ambientes teatrales, poéticos y musicales. Karel es el artista invitado de nuestra edición.
Número 241 | outubro de 2023
Artista convidada: Karel Demel (República Checa, 1942)
editora | ELYS REGINA ZILS | elysre@gmail.com
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∞ contatos
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ELYS REGINA ZILS | elysre@gmail.com
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