En el taller de Las tres lunas, de Juan José
Hernández, la poesía de Molina estaba muy presente. Enrique venía a los
cócteles de presentación. Ilustró con collages un libro de
Adelia Harilaos. Enrique me dijo que estaba descontento con las entrevistas que
le hacían porque era muy tímido y no podía hablar. [Se lo mostraba leyendo
poesías en el Escorial.] Organicé entonces una comida en mi casa y cuando llegó
Enrique, le dije "Soy una traidora. Vamos a hacer una entrevista". En
ese entonces se grababa con paraguas para cuidar la iluminación. Por último
aceptó. El habló con toda fluidez, en un clima de gran intimidad, con mucha
gracia.
[La lectura de los poemas que
hace Enrique Molina es de un período anterior. Le regaló a Adelia Harilaos una
grabación de Dylan Thomas. A continuación de esa grabación, él había grabado
tres poemas, registrados quizá sin que él se haya dado cuenta].
LRG | El viaje que vos hiciste apenas recibido de
abogado tuvo un carácter casi iniciático, ¿no es así?
EM | Desde chico soñaba con viajes, con aventuras,
con novelas de Salgari, con todas esas cosas que leían entonces los chicos, un
mundo fabuloso, incitante, mágico, que abría una perspectiva: el horizonte de
la inquietud. No soñaba con una familia, con hijos, nada establecido ni
estructurado. Me recibí, no saqué el título, lo retiré quince años después. Mi
casa no me gustaba mucho, la domesticidad no me atraía, no estaba estructurado
para una vida muy familiar. Andaba con otra gente. Me embarqué en un barco
noruego, un barco mercante, el Betancuria, que era espléndido. Estaba tripulado
por unos noruegos enormes, que te hacían sentir el hombre invisible. Los únicos
latinos éramos un cubano, ayudante de cocina, y yo, y para los noruegos, los
latinos éramos de lo último. Los ingleses los consideran las últimas ratas del
mar. Yo también era ayudante de cocina. Noruega no había entrado en a guerra,
navegábamos por la noche con las luces apagadas. No tengo idea exacta de las fechas.
LRG | ¿Adónde fueron con ese barco?
EM | A Nueva York. Navegando de noche. Después el
barco regresó para acá. Pero yo no volví en ese barco. No quiero hablar tanto
de ese itinerario. No me acuerdo.
EM | Desde chico escribía. La vocación es una cosa
muy misteriosa porque es lógico en hijos de artistas que sigan una carrera de
artista. Mi caso no era ése. Mi padre era ingeniero agrónomo. No tenía nada que
ver con el arte.
LRG | ¿Y tu abuela? Porque tu primer libro está
dedicado a tu abuela.
EM | Le dediqué el libro porque ella me hizo una vez
una donación de unos pesos con los que me fui a España. Creo que mi abuela no
vivía cuando el libro se publicó. Era un reconocimiento tardío.
LRG | O sea que ella no te guió en la literatura.
EM | No. Yo empecé a leer de chico y me fascinaba. El
primer verso que escribí, cuando era my chico, era a una estrella. Una noche,
tenía ocho años, estaba sentado en un patio grande, en el campo, y miraba el
cielo. No sé cómo, escribí una cuarteta dedicada a una estrella. Sentí una
emoción por la noche, que quería expresar, comunicar. Uno nunca alcanza a
comunicar la conmoción de un chico que, de repente, tiene conciencia de la
noche, del verano, del cielo, del cosmos, del universo. Era una noche de campo,
en Corrientes, en Bellavista, cerca del Paraná, en una estancia que tenía mi
padre.
LRG | En tu poesía, está muy presente el Norte,
Corrientes.
EM | Todo lo subtropical, sobre todo Corrientes, me
impresionó mucho. Aún hoy Corrientes es una provincia extraordinaria, de una
fuerza muy especial, que uno no encuentra en otras provincias, como en San
Luis, que parece mucho más atemperada. Corrientes es una provincia muy brava,
como el guaraní. En esa época, todavía había mucha gente con revólver. En otras
provincias, en cambio, antes se veía el cuchillo, no el revólver.
LRG | Cuéntame de tu amistad con Oliverio Girondo.
EM | Lo conocí en Buenos Aires. De chico, viví en el
campo, en Buenos Aires, en un campo de mi padre que se llamaba La María.
Siempre un nombre de mujer presidiendo todo. Con Oliverio tuve una gran
amistad, más bien paternal de parte de él. Teníamos bastante diferencia de
edad. Él era mayor que yo. Era un ser extraordinario, con una personalidad
brillante, que se imponía en todos lados. Donde él estaba, era el centro. Tenía
una gran capacidad de comunicación, de expresión, un señorío criollo. Al mismo
tiempo, conocía el extranjero, era muy culto, lo mandaban a Europa todos los
años. Porque él también, como yo, estudió abogacía. Cada materia que daba, lo
mandaban a festejar a Europa.
LRG | Vos le dedicaste dos libros a Oliverio.
EM | Sí, creo que sí. En esa época, se había separado
de Sur. El había sido uno de los fundadores de Sur y empezó a buscar la
amistad, la compañía de los chicos jóvenes que estaban escribiendo. La gente de
mi generación s fue juntando a su alrededor, en su casa. El vivía en la casa
que está al lado del Museo Fernández Blanco. Había en ella una atmósfera muy
particular. Tenía una parte llena de huacos peruanos, cuadros muy lindos.
LRG | Él te regaló unas ranas de su colección.
EM | Sí, esas ranas estaban dentro de un escenario,
de una cierta profundidad. Dentro de ese escenario, se desarrollaban unas
escenas protagonizadas por las ranas. En una escena, las ranas jugaban en un
club muy paquete, de repente se peleaban y hacían una escena de mucha
violencia.
LRG | ¿Todavía las tenés?
EM | Las tenía empotradas en una pared del comedor.
Eran dos cajas. Pero parece que Oliverio también se las había prometido a
Neruda. Y Neruda me escribió.
LRG | ¿Te pedía las ranas?
EM | Sí, me las pedía, él las llamaba "los
sapitos". Eran unas ranitas embalsamadas, muy extrañas. Me las quería
cambiar por un poncho araucano muy antiguo. Yo le dije que no podía dárselas
porque las tenía empotradas en la paed. Se quedaron conmigo. Todavía las tengo,
no sabemos qué hacer con ellas...
EM | La fundé con Aldo Pellegrini. Yo fui el fundador
y el primer director. Era una revista de tendencia absolutamente surrealista en
esa época. Tenía un carácter especial. No era como una revista literaria que
recibe colaboraciones de todo tipo y busca más bien la calidad. Partir
de cero buscaba la unidad. Era la única revista absolutamente
surrealista que apareció en la Argentina. Salieron tres números nada más, como
toda revista literaria. Tenía una diagramación muy linda. Era muy distinta.
Después del segundo número, decidimos que no tenía que haber un director. Las
cosas tenían que ser de todos los colaboradores. Pusimos como dirección a todos
los colaboradores. El primero y segundo número los dirigí yo.
LRG | ¿Cómo nació Una sombra donde sueña Camila O
Gorman, con la que ganaste el Primer Premio Municipal?
EM | Es un largo texto poético, es una novela, pero
su lenguaje no es narrativo. Tampoco es un lenguaje netamente poético pero hay
a lo largo de todo el libro una atmósfera poética. El hecho histórico es que
Camila se escapó con un cura y Rosas la hizo perseguir. La fusilaron estando
embarazada, sin ningún juicio. Para que el hijo que tenía en gestación no
muriera hereje, le hicieron tomar a Camila un litro de agua bendita. Esa es la
leyenda que hay sobre ella. Fue un episodio muy trágico. Camila es una imagen de
poesía total, de libertad total en la pasión, en el amor, en contra de los
poderes constituidos, restrictivos y represores de la sociedad, que eran la
religión, el poder político y el ejército. Camila se rebeló contra todos esos
poderes, aunque ella era una chica perteneciente a la alta sociedad porteña,
amiga de Manuelita Rosas, habituée de las reuniones de
Palermo. Escaparse en ese momento era romper absolutamente con todo. El padre
le pidió a Rosas que le aplicara la máxima pena. La máxima pena era la muerte.
El hermano fue el fundador de la policía de Buenos Aires, y el otro era
sacerdote. En la casa, estaban representados todos los poderes contra los que
ella se enfrentó en nombre del amor, de la pasión.
LRG | ¿Te tomó mucho tiempo entrar en ese mundo?
EM | Tuve una inspiración. Yo lo acompañaba a Girondo
a la casa de anticuarios de San Telmo, a Pardo, que tenía documentos, cartas de
próceres, de escritores, de políticos. Un día cuando acompañaba a Oliverio,
encontré un expediente y vi que era el sumario que le habían hecho a Camila
cuando la tomaron presa. Me quedó esa imagen y, pasado un tiempo, siempre
seguía pensado en escribir esa historia, hasta que un día me resolví a hacerlo.
Busqué documentos. La hice en tres o cuatro meses. Fue una cosa bastante
disparatada. El impulso que tuve fue disparatado. Lo particular de esa novela,
que después siguió en la literatura contemporánea, es que la novela histórica
tradicional tomaba un fondo histórico. En Los tres mosqueteros aparece
la corte, e rey, Francia, Richelieu, y unos personajes imaginarios que juegan
en ese fondo histórico. En Camila... es al revés. La protagonista
es un personaje real, también Rosas, los caudillos del momento, y sobre ellos
se fantasea, de acuerdo con lo que esos personajes le sugieren al autor.
En Camila…, hay una parte histórica, en la que el hecho histórico
está tomado con absoluta fidelidad, inclusive con el aporte de nuevos
documentos sobre la cuestión, que desmienten a historiadores muy conocidos.
Sobre ese relato histórico, se hace una interpretación delirante, onírica, que
va en paralelo. Se reúnen en un solo plano los dos planos irreconciliables de
la realidad: el de los sueños y el de la historia. Severo Sarduy me escribió un
comentario muy interesante. Me dijo que en Occidente hasta hoy la Historia con
mayúscula es el gran ámbito en el que se desarrollan las circunstancias de la
aventura humana. En cambio -dice Sarduy- yo creo que hay otro ámbito mayor, del
que la Historia es un círculo ms restringido. Ese ámbito mayor es la poesía,
que abarca todo: lo subjetivo, la poesía, lo histórico, la realidad inmediata.
Es un campo más vasto.
LRG | Esa idea aparece en todo lo que has hecho,
también en tus collages, en esas mujeres deslumbrantes, sensuales, que
describís en palabras y en dibujos. Sos un poeta mayor.
EM | Sí, un poeta mayor de edad (Risas)... Y al
hacerse mayor, uno se hace más chico, se vuelve a la infancia.
LRG | Tu último libro, La isla incierta, ganó el
Premio del Fondo de las Artes.
EM | Ahora también recibió un premio muy importante
de Venezuela, el Pérez Bonalde, que es el nombre de un poeta venezolano del
siglo pasado, del romanticismo. Nosotros lo conocemos porque fue el primer
traductor de "El cuervo", el poema de Poe. Cuando uno era chico, leía
"El cuervo" en esa traducción. Han establecido este premio en
Venezuela para la poesía, con la intención de que sea tan importante como el
Rómulo Gallegos para la novela. Este premio se da por un libro, n por la
trayectoria, por eso me sorprendió mucho que lo dieran por unanimidad a La
isla incierta. El jurado es muy interesante: Vitier, el poeta cubano;
Sánchez Pelay, venezolano; Blanca Varela, la poeta peruana; Santana, un poeta
brasileño.
LRG | ¿Seguís escribiendo y haciendo tus collages?
EM | Espero no escribir más. Pero escribir es una
fatalidad. La vida no ha tenido otro sentido que lograr una expresión poética y
he dejado lo que para otros es la vida más normal, en busca de ese sueño, de
esa locura que es la poesía cuando la querés vivir en su totalidad. Por
supuesto, nunca se logra, nunca se alcanza lo que uno quiere, es una presa que
siempre se escapa. De todos modos, ha sido mi única motivación, el único
impulso, que me ha llevado. No concibo separar la vida de la poesía, ése es en
realidad el sentido profundo del surrealismo: identificar en un solo término la
poesía, el amor y la libertad.
NOTA
Esta entrevista fue realizada en la casa de
Lía Rosa Gálvez en noviembre de 1993 y grabada en video. En éste, se ven
fotografías de niñez del escritor y se lo escucha recitar algunos de sus poemas
que, por casualidad, quedaron registrados en una grabación de Dylan Thomas,
regalada por Molina a la poeta Adelia Harilaos.
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Organização a cargo de Floriano Martins © 2016 ARC Edições
Artista convidado | Ana Eckell (Argentina, 1947)
Imagens © Acervo Resto do Mundo
Esta edição integra o projeto de séries especiais da Agulha
Revista de Cultura, assim estruturado:
1 PRIMEIRA ANTOLOGIA ARC FASE I (1999-2009)
2 VIAGENS DO SURREALISMO, I
3 O RIO DA MEMÓRIA, I
4 VANGUARDAS NO SÉCULO XX
5 VOZES POÉTICAS
6 PROJETO EDITORIAL BANDA HISPÂNICA
7 VIAGENS DO SURREALISMO, II
8 O RIO DA MEMÓRIA, II
9 SEGUNDA ANTOLOGIA ARC FASE I (1999-2009)
10 AGULHA HISPÂNICA (2010-2011)
A Agulha Revista de Cultura teve em sua primeira fase a
coordenação editorial de Floriano Martins e Claudio Willer, tendo sido hospedada
no portal Jornal de Poesia. No biênio 2010-2011 restringiu seu ambiente ao
mundo de língua espanhola, sob o título de Agulha Hispânica, sob a coordenação
editorial apenas de Floriano Martins. Desde 2012 retoma seu projeto original,
desta vez sob a coordenação editorial de Floriano Martins e Márcio Simões.
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