segunda-feira, 13 de julho de 2020

FLORIANO MARTINS | Las horas que van passando y el tempo que no las cuenta – diálogo con Fernando Arrabal


El poeta brasileño sale de su caja virtual y posa en la pequeña mesa al lado del sillón donde se encuentra el dramaturgo español. Este encuentro es una bendición del acaso objetivo. Desde los 17 años, cuando Floriano Martins se encuentra fascinado con una edición de dos piezas de Fernando Arrabal, El cementerio de los automóviles y El arquitecto y el imperador de Asíria, que ha hecho a sí mismo el desafío de un día entrevistar su autor. Hace años ha buscado la entrevista una primera vez, pero Fernando ha contestado con el humor característico de su vena con el envío de una entrevista que ha concedido a Ba’al Z’vûv. Ahora, finalmente, sale el diálogo a la luz y ya con la luz de las quimeras que abrigan la vida y la obra de los dos. Al final una traducción de Floriano Martins para Striptease de los celos, de Fernando Arrabal:


FM | Empiezo por recordar la polémica azotada por Salvador Dalí al decir: ¡El surrealismo soy yo!”. Se pasamos por el Absurdo, el Surrealismo, la Patafísica, escuchamos afuera las voces preguntando en coro y las dejo entrar: ¿Quién es Arrabal?

FA | Tengo la suerte inmerecida de que usted y su prestigiosa revista se interese por mí. Como tuve la suerte de haber tratado a los seres singulares de mi tiempo. ¡Fue tan sencillo conocerles! ¡Tan asequible y natural conversar con ellos de lo esencial! E incluso tuve también la suerte que todos ellos me hicieran el honor [en una ocasión siempre imprevisible: cuando cesaron de protegerse con sus habituales custodias y amparos] de proporcionarme la dicha espiritual/intelectual de oírles exponer y exponerse. Yo diría que tengo una amante enamorada que me espera siempre y que nunca hace sistemáticamente nada sistemáticamente: y que trata de mostrarme que solo se puede crecer al sudor de los silencios o los repudios. Como si esa amante fuera un tatú (¿una cingulata?) con doce cinturones ceñidos.

FM | ¿Cómo reacciona frente a los dictados de la creación? ¿Fue siempre así o algo ha cambiado con el tiempo?

FA | No conocí ni conozco los 'dictados'; pero me impresionan. Me deja perplejo incluso el gorrino entapujado y escondido que mira ensimismado al arco iris. Los cuatro avatares de la modernidad en mi opinión nunca dictaron nada. Propusieron y proponen escribir mejor; y pensar o reflexionar mejor el saber (¿la ciencia?). E incluso (o muy especialmente) el pánico al referirse al rigor matemático de la confusión (o tohu-bohu).

FM | Por supuesto, el hombre está siempre buscando una verdad, pero me parece que la verdad que más apunta al hombre en su horizonte es la de un permanente desconocimiento de lo que sea verdad. En el centro de esta mesa, ¿filosofar sigue siendo diurético?

FA | Llegamos a entapujar los secretos-duendes ¿con los recelos? ¿Avanzamos enmascarados? (Larvatus prodeo) Aunque siempre de todo fuego ¿intentamos hacer nuestra leña?

FM | Ahora vemos su presencia en cosas que tuvieran su parcela de importancia para el siglo que ha quedado para tras: el Surrealismo, el Colegio de Patafísica y su creación pánica. ¿Todavía cree posible hablar de la influencia actual de eses actos o ellos se fueron como las demás perspectivas de la cultura?

FA | ¿Deambulamos en futuros del pretérito perfecto? En los avatares de la modernidad se construían y se construyen tales christos tales castillos en el aire (en Francia éstos castillos solo surgen en España) que no nos valen sus escombreras. La influencia actual… en las perspectivas de la cultura (podríamos añadir contemporánea para más inri) solo será mínima o inexistente. La palabra surrealista hace reír y no hablemos de las palabras pánico o patafísica. Se define unanimemente surrealista o pánica a cualquier tropelía intranscendente; olvidando los sensatos y renovadores mensajes de Marcel Duchamp, Topor o Vaché.

FM | El lector es de cierto modo un actor que interpreta los diversos personajes de su lectura. Hace parte de la ortodoxia del Surrealismo el rechazo del teatro, el mismo Breton ha defendido que la interpretación del Yo de la creación por un actor es una negación de esa manifestación personal. ¿Qué opina? Y ¿cómo fue su relación con Breton en los años que estuvo con el movimiento?

FA | Durante los años que fui diariamente al café surrealista de París (El paseo de Venus) siempre amanecía más temprano. Gracias a André Breton y a la deslumbrante ineficacia e insólita actualidad de la poesía.

FM | ¿De qué modo aún podemos mirar al futuro?

FA | ¿Poniéndonos al desnudo, pero sin rasgarnos las vestiduras?

FM | Uno crece escuchando mucha música, pero cuando empieza a crear lo que hace es una novela y otra y otra más. Yo mismo en la infancia leía muchas novelas, pero cuando me pongo a crear lo que sale de mí pluma son poemas y más poemas. ¿Cómo el teatro ha llegado en tu vida?

FA |De los que se subieron al margen del teatro como Beckett, o Tirso De Molina, o Ionesco, o Strindberg, es casi imposible llegar a descifrar sus huellas. Pero los más soberanos se acogieron como un maremoto.

FM | ¿De qué modo acercar tu concepción de un teatro del cuerpo, el teatro pánico, con el teatro de la crueldad de Artaud? Era su entendimiento, de Artaud, que el teatro ha nacido de las tinieblas como la luz del caos, y como luz emerge para vencer las tinieblas del caos. ¿Lo piensa igual?

FA | La obra de Artaud la conocí demasiado tarde; cuando ya había escrito más de la mitad teatral de la mía. Me asombró su voz captada por la radio. A André Breton por eso le pregunté tres veces diferentes ¿qué opina de Artaud? y las tres veces me respondió con la misma frase Un révolté pour rien. Tengo la impresión de que para el bouleversant Artaud como para el romano, el falo es fascinus, el coño (cunnus, la causa) y el placer fascinante.

FM | Y otros nombres del teatro surrealista, pienso en Jacques Prévert, por ejemplo, ¿cómo fue su relación con ellos?

FA | El porvenir luminoso de las luciérnagas fue siempre más esplendoroso que su propio presente ¡tan brillante!

FM | Pero, con el Surrealismo, nunca hubo problema, ¿es verdad?

FA | Nunca nadie nos expulsó del grupo surrealista. El incidente del calzoncillo verde, repito, ocurrió como he contado un montón de veces y últimamente en mi libro Famila (2020): Andy Warhol y Jack (Jean-Louis) Kerouac en la calle 42 de Nueva York intentando pasmar a André Breton seleccionaron un calzoncillo verde; a mi vuelta a París en el cafe-surrealista La promenade de Venus se lo envié por los aires a mi querido Jodorowsky con tan mala suerte que voló bajo la nariz de André Breton sin que nadie ni nosotros dos nos percataremos del hecho; al día siguiente  un grupo de jóvenes surrealistas nos prohibió a los dos que volviéramos al grupo o que osáramos llamarnos surrealistas; sentencia que desmintió el mismísimo André Breton media hora después del veredicto (que nada sabía del proceso) invitándonos en su casa a tomar una copita de ron blanco.

FM | Sobre el montaje de Victor García para su Cementerio de los automóviles, la crítica Odette Aslan ha escrito que mientras Arrabal tiende al sarcasmo en la sátira religiosa, Víctor acentúa sus detalles rituales, lo que hace que el encuentro entre los dos sea uno de los aspectos más destacados del teatro en el siglo pasado. ¿Está de acuerdo?

FA | A veces Víctor García contaba historias helenas para, aseguraba, hacerse comprender: Parhasios para pintar con todo verismo el Prometeo encadenado hacía torturar a un esclavo. Viéndose morir el modelo suplicaba Parhasios me muero. Sic tene : ¡quédate así!. Para Victor García no había que mover ni una pestaña cuando se alcanzaba el trance en el escenario.

FM | Específicamente sobre el trabajo de Víctor García, ha declarado, en 1985, que su llegada al mundo escénico fue la erupción de un teatro nuevo, inusual e increíble, que incluso le ha enseñado una nueva forma de ver el teatro. ¿Podría contarnos sobre otros directores de sus obras, qué importancia tuvieron en su vida?

FA |Víctor Garcia recordaba a la mítica Mesalina, que volvía de madrugada trayendo al tálamo imperial efluvios de lupanar. Víctor García, aun encendido por la fogosidad de sus vibrantes sentidos mientras creaba sus direcciones, a veces se aplacaba con felicidad. Sus colaboradores se transformaban en asistentes de la sumisión teatral. Y surgía un espectáculo único ¿que ya nunca más se dará?

FM | Los premios, ¿son un modo de frenar la imaginación –el arte de combinar recuerdos, como ya lo afirmó–?

FA | Solo el fracaso enseña lo que el triunfo oculta.

FM | ¿Cómo van los ensayos de Crumbs? ¿Qué nos puede contar sobre esta nueva creación? Es evidente que el confinamiento no nos hace más creativos, pero es imposible no ser tocado por el desastre de salud que enfrenta el mundo de hoy. ¿Estás bien?

FA | El cementerio de los confinados es decir de los apestados de Ginebra fue el de los reyes. Al final de la larga historia de Borges conmigo (como la hermosa historia de Crumbs) solo puedo referirme como si fuera una parábola. ¿A la derecha de Pan? Para la insondable divinidad Borges y su odiado Calvino (durante su adolescencia ginebrina) Calvino nutren el mismo tejo (un if) del parque por los siglos de los siglos.

FM | ¿Crees que sea posible un mundo sin maniqueísmo?

FA | Me gusta cuando maniqueamos ¿con los pelos de punta? Jean Paulhan oyó incrédulo a una jovencita inexperta y enamorada decirle voy a escribirle, mientras usted pasa el verano con su esposa, una de esas historias que tanto le gustan. Y de la nada aquella jovencita, con los pelos de punta, hizo que surgiera Historia de O.

FM | ¿Algo especial en algunas de las páginas críticas sobre tu obra?

FA | Soy la persona menos apta para ello, todas mis entrevistas me gustan, desde la primera del año catapún hasta la última; los ensayos que redactaron y redactan los autores de libros, thésards, críticos, articulistas… generalmente me enganchan, entusiasman, flechan, seducen, fascinan, alucinan, maravillan, impresionan, deslumbran, emocionan, encantan, ilusionan o arrullan…

FM | He dejado para el final una pregunta que usted mismo ya lo hizo en una entrevista concedida a Ba’Al Z’vûv: La vida ¿es una cascada ininterrumpida de golpes de azar?

FA | Solo cuando nada lo resuelve todo. Pues todos, siempre, tenemos derecho plenipotenciario a desmantelar la planificación y de inventar nuestro propio ritmo.


STRIPTEASE DO CIÚME
Balé em um ato

PERSONAGENS
Um homem | Uma mulher


Ergue-se a cortina. Luz muito intensa em cena que baixará progressivamente até dar passagem, ao final do ato, para a escuridão total. No meio do palco, um monumento de pedra. Em cima do monumento, deitada e em total imobilidade, UMA MULHER nua. À direita, uma esfera-jaula de 1,90 metros de diâmetro.

O HOMEM entra em cena.
Examina A MULHER nua com amor e severidade.
Põe um disco de uma música muito viva em um antigo fonógrafo. Senta-se e espera.
A MULHER pouco a pouco desperta e lentamente se incorpora. Começa a dançar, ao ritmo da música, como em um sonho.
Aos poucos dirige a dança ao HOMEM: é uma dança lasciva.

Cessam a música do disco e a dança.

A MULHER coloca uma coroa de ferro na cabeça do HOMEM; põe sobre seus ombros uma capa e em suas mãos um cetro-chicote.
Os dois se contemplam como deslumbrados.
Ela se ajoelha e lhe beija os pés.
O HOMEM a levanta. Se aproximam para beijar-se.

Barulho de gente. Risos nos bastidores.

O HOMEM, inquieto e colérico, olha para todas as partes.
Em seguida põe na MULHER nua calcinha e sutiã.

Risos nos bastidores.

A MULHER também ri, quem sabe com ironia.
Ele a golpeia raivoso com seu cetro-chicote.
Ela geme.
Ele agora se mostra terno com ela: ergue-a, magnânimo, e a beija.

Novamente se ouvem os risos nos bastidores. Ela também ri.

Ele, colérico e inquieto, olha para todas as partes.
Veste-a com um vestido negro longo. Cobre-lhe a cabeça com um véu que lhe oculta o rosto quase por completo. Põe umas botas, e então umas algemas nos punhos, e uns grilhões nos tornozelos.
Tranca-a na jaula esférica.

Risos nos bastidores. Ela também ri.

Ele a arrasta para leva-la.
Ela geme.
Ele a obriga a sair da esfera e a beija.

Risos nos bastidores. Ela também ri.

Ele, colérico, a açoita até que morra.
Já morta, abraça-a com muito amor.
Ergue-a sobre o monumento de pedra.
Deita-a sobre o monumento.
Desnuda-a novamente.
Ela, consequentemente, permanece morta e nua no monumento.
Finalmente, ele lhe põe a coroa de ferro.

Coro de crianças.

Ele coloca em si mesmo as algemas e se tranca na esfera-jaula.
Joga bem longe, com força, as chaves.

Escuridão.

CORTINA

SUGESTÃO DE VÍDEO
En Conversación: Fernando Arrabal con Ramón Barea https://www.youtube.com/watch?v=9Gfwy9mh7Ts


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Agulha Revista de Cultura
UMA AGULHA NO MUNDO INTEIRO
Número 154 | Junho de 2020
Artista convidado: Fernando Arrabal (Espanha, 1932)
editor geral | FLORIANO MARTINS | floriano.agulha@gmail.com
editor assistente | MÁRCIO SIMÕES | mxsimoes@hotmail.com
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revisão de textos & difusão | FLORIANO MARTINS | MÁRCIO SIMÕES
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