EL MUSEO DEL VISIONARIO, de Floriano Martins y Berta Lucía Estrada
Quien quiera ser protegido, debe resignarse a ser protegido hasta las últimas consecuencias.
FEDERICO FELLINI
LE CONSERVATEUR
En Europa del Este, durante la Guerra Fría, en muchos
países había algo llamado Oficina de la Normalidad, que investigaba crímenes inusuales,
naturalmente aquellos que dañaban la normalidad de la Gran Comuna. Con esto en mente
imaginé un personaje llamado Astuto Dramal, que fue a Brasil enviado por Bielorrusia
para identificar los brotes de normalidad y luchar contra ellos. Astuto termina
conociendo, o más bien, identificando en sus mensajes cifrados, a Eusébio Ataúde,
un brasileño de origen portugués, que se ocupó del contraespionaje; autor del famoso
manual de criptografía El cerebro en la sofistería.
Ojalá puedas tú misma, Chinela, componer las improvisaciones de modo que no se permita
al grillo del enfado cantar encima de las cabezas de la audiencia.
CHINELA ALVES
Yo empezaría con un disparo en el vacío y el silencio
que sigue y lo supera en misterio. Si fueron arrestados, ¿quién puede imaginarse
mejor revelando las intenciones de un crimen que no sabemos si ocurrió: el disparo
o el silencio? Así es como la vida empieza: con una duda tremenda.
LE CONSERVATEUR
La duda es la razón de vivir, jamás nos abandona; cuando
eso ocurre es porque ya somos partículas infinitesimales, es porque ya estamos vagando
en el aire.
NERLOCK
SHOLMES
Hay que consultar al camarada
Josepe Nabo quien ha trabajado en una fábrica de armas en los arrabales de Moscú.
Más que todos, Josepe sabe distinguir entre el disparo y el silencio.
LE CONSERVATEUR
El silencio es el arma letal
más poderosa; nos han hecho creer que Nagazaki e Hiroshima fueron bombardeadas;
en realidad las bombardeó el silencio.
CHINELA
ALVES
El pobre hombre que fue golpeado
habrá muerto de susto, incluso antes que la bala lo golpease. ¿No me creen? ¿Acaso
ignoran que la muerte sucede primero en los sueños? Al menos a mí me visitaba a
menudo; lo que pasa es que siempre le decía que todavía no era el momento. Hasta
que en uno de los sueños me preguntó bastante molesta qué cuándo era el día adecuado;
yo la miré muy seria y le respondí: – Estoy
tejiendo una mortaja, apenas la termine te lo hago saber. Ella me miró atónita,
y me dijo: – Te estás riendo de mí. Esa es
la historia de Amaranta. Yo me reí; y respondí: – Bueno, también podría ser Penélope… Desde ese día ya no me visita más;
lo que quiere decir que ya no sueño. Es terrible no soñar, no soñar es una verdadera
pesadilla.
NERLOCK
SHOLMES
La bala es más veloz que su
sonido. La víctima no oyó el disparo, ni siquiera sabe que murió. Eso mismo pasa
igual con los vivos, que viven sin saber que viven.
JOSEPE NABO
Ojalá sea una bala de plata, así la podríamos cambiar
por unas monedas desfiguradas y unas noches de finos guantes rojos.
ASTUTO DRAMAL
[entra de manera
furtiva por una escalera del palco] Es muy amplio el concepto de normalidad
objetiva. Al final, todo es espionaje y unos muertos salen de la tumba del olvido
y vuelven a prestar servicio para sus gobiernos. Nadie debería tocar ese papelito
amarillo cuya punta se muestra fuera del bolsillo de la víctima. Déjeme leerlo: TWXPQY XT HGXKQXZT. Está cifrado. ¿Alguien
tiene el manual de Eusébio Ataúde?
NERLOCK SHOLMES
Rápido, Chinela. Búscalo en mi mesa…
CHINELA
ALVES
Ya me voy con la luz más veloz
… [sale]
NERLOCK
SHOLMES
[cantando]
Por
la noche que me abre su boca de estrellas…
No
la miro, no la miro, pero la quiero tanto…
Tanto
y tanto que me arrastra en ciega pasión…
ASTUTO DRAMAL
[encorvado sobre
el difunto] Hay que tener mucha atención con esas muertes que se parecen con
la normalidad de la vida criminal de las ciudades. En mi experiencia internacional
he visto cadáveres que son como señales de otra cosa, como un juego de apariencias
en que una forma asume el significado de otra. En Tel Aviv encontré una noche a
una mujer desnuda sobre un piso mojado de leche. Su propio cuerpo era el mensaje,
el lenguaje encriptado que, después de mucha reflexión, llegué a la conclusión de
que era una indicación del lugar donde trabajaba y que su muerte señalaba –ahora
claramente, a mi mente acostumbrada a tantos acertijos– la razón y al asesino.
CHINELA ALVES
[al regreso] He encontrado tan solo un libro de cartas medicinales, así
que entonces para no llegar con las manos vacías, traigo una receta de lupinos.
No abriste el libro, la cubierta
era de cartas, con el fin de disfrazarlo, pero el manual era de Eusébio. ¿Y qué
voy hacer con estos lupinos?
CHINELA ALVES
Puedo hacer una ensalada, mi
señor…
NERLOCK
SHOLMES
Yo prefiero garbanzos, de cuya semilla se puede hacer un té para entretener la visión. Pero ahora,
déjame ver si me acuerdo de memoria la página que necesito… Creo que puedo
convertir en números el contenido del papelito: TWXPQY XT HGXKQXZT, a ver: 832914 28 37542946. Y luego:
ETERUM LA OTIRAJAP. Ahora
al revés: Matar el pájaro, no, Muerte al pajarito, eso, Muerte al pajarito.
JOSEPE NABO
Por eso mataron a la pobre mujer, como si fuera una espía…
¿Es verdad, Nerlock?
NERLOCK
SHOLMES
Cuando estábamos en Maranguape recuerdo que recibimos
un mensaje gracias a una paloma mensajera, en el que
podía leerse: Muerte al pajarito, y su
significado era que debíamos matar a la palomita, pues estaba llegando para la cena
Eusébio Ataúde y su plato preferido era paloma rellena de harina de maní.
CHINELA ALVES
Igual que en el Medioevo. Cuando un mensajero llegaba
a un palacio con una mala noticia, el rey lo hacía decapitar. Excelente método para
borrar de un solo tajo los problemas del reino o de allende el mar.
JOSEPE NABO
Como no hay paloma sino una mujer, podríamos rellenarla de harina de maní, ¿qué te parece?
CHINELA ALVES
Puedo preparar las especias, una salsa especial con lentejas,
tomates cherry, con un poco de licor de naranja y de pera. [se lleva los dedos a la boca como si ya estuviese
comiendo]
JOSEPE NABO
Necesitaré algunos cuchillos afilados para limpiar el
cuerpo y afeitar el coño del cadáver.
CHINELA ALVES
Puedes trabajar sin referir tus acciones, cabrón…
JOSEPE NABO
No me molestes, mi porcelana carnosa…
NERLOCK
SHOLMES
Preparen todo. Me preocupa que así estén las cosas en
el mundo del espionaje. Los criptógrafos ya no saben descifrar los mensajes. Una
bomba en la catedral se puede confundir con un juego de cortinas en el burdel. Las
horas que pasan pueden leerse como la dosis fatal de un veneno en la comida de un
general. [dirigiéndose a Chinela]
Súbitamente comienza
a sonar un teléfono con un ruido estridente, los personajes miran para todos los
lados; alguien se acerca a la bocina colgada del techo y se da cuenta que no suena.
Los personajes están atónitos, no saben de donde viene esa llamada; de pronto, uno
de ellos se dirige al fondo del escenario donde hay un basurero y comienza a sacar
papeles y restos de comida; el ruido se hace más y más fuerte, hasta que saca un
aparato rojo con bocina y disco; un viejo teléfono de los años ochenta del siglo
XX.
EL TELÉFONO ROJO
¡ALÓ! ¡ALÓ! Respondan no tengo mucho tiempo. Necesito
hablar con Le Conservateur.
LE CONSERVATEUR
[Nerlock Sholmes
le pasa el teléfono a Le Conservateur] Está
bien, está bien, atiendo la llamada; dáme ese dispositivo diabólico. [hace ademanes como si la bocina le quemase los
dedos; además está sucia, llena de restos de comida; se tapa la nariz al hablar;
y luego le entrega de nuevo el teléfono a Nerlock Sholmes]
JOSEPE NABO
Los vasos del placer
están llenos de hierbas aromáticas.
¿Quién puede con ellas?
Nadie, nadie. Nadie puede con ellas…
NERLOCK
SHOLMES
[al teléfono]
Me acabo de enterar de que nuestro asistente de texto ya no tendrá en sus manos
el guión. Estamos esperando la llegada –en cualquier momento– de nuestro hombre
de la KGB. Como siempre, vendrá a cenar con nosotros, como telón de fondo para una
misión. Estamos preparando un banquete para él. [silencio] De acuerdo. Puedo completar este acto solo, pero necesitaré
a alguien para el próximo viaje. Creo que el hombre de las cartas sería una buena
opción.
CHINELA ALVES
Nuestro invitado ya está llegando. ¿Qué bebida debo servir?
El hombre de negro
entra, con miradas sospechosas, buscando la salida de emergencia. El no dice una
palabra. Viaja a través del escenario y frente a la mesa, que tiene el cuerpo de
la víctima en el centro, cubierto de especias, ensaladas y frutas. Toma un cuchillo
y, en el muslo, corta un pedazo y lo prueba. Su expresión es de intensa satisfacción.
Utiliza una servilleta para limpiarse la boca, mira a todos los presentes y se va.
CHINELA ALVES
¿Es esto? ¿Solo esto? El idiota ni siquiera dijo buenas
noches.
JOSEPE NABO
¿Es esto un espía?
NERLOCK
SHOLMES
Es por esta razón que pueden moverse del cielo al infierno.
Ya sea en el Kremlin o en la Casa Blanca, en el Palacio da Alvorada o en el catecismo,
el fútbol o la macumba… Los espías están en todas partes. Algunos están invitados
a nuestra intimidad y comparten falsas preferencias. ¿Cómo sabemos cuáles no son
espías? Incluso los espejos esconden algo.
CHINELA ALVES
Siempre hay que desconfiar de los espejos, recuerden lo
que le pasó a Alicia; y eso que era solo una niña. Un día entré a un baño público
y encontré a una mujer discutiendo, estaba muy enojada, gritaba, vociferaba, yo
no sabía con quién discutía; luego me di cuenta que estaba peleando con su propia
imagen; al parecer no entendía porqué la otra mujer hacía los mismos gestos que
ella.
JOSEPE NABO
Al menos podemos disfrutar de este manjar que nos dieron
como un regalo casi místico. En realidad es un élixir de dioses. Comamos antes de
que se enfríe.
*****
Agulha Revista
de Cultura
UMA AGULHA NO
MUNDO INTEIRO
Número 156 |
Agosto de 2020
Artista convidado:
Franz Sedlacek (Áustria, 1891-1945)
editor geral
| FLORIANO MARTINS | floriano.agulha@gmail.com
editor assistente
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& difusão | FLORIANO MARTINS | MÁRCIO SIMÕES
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2020
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