terça-feira, 1 de junho de 2021

VANIA DÍAZ ROMERO PAZ | Representaciones de personajes femeninos como un cuerpo vulnerado



En la literatura boliviana contemporánea podemos encontrar el tema de la violación sexual como detonante dramático en varias novelas que son parte del canon literario y de los programas educativos que se enseñan en escuelas y normales superiores. Es curiosa la continua presencia de diversos personajes femeninos que son, frecuentemente, raptados, abusados, violados, ejecutados y/o asesinados. Todos ellos son representaciones de un cuerpo femenino vulnerado, cuyo destino, en la mayoría de los casos, es la muerte. Debido a estas recurrencias, me atrevo a formular que esta fábula violenta es la génesis de todo relato que versa sobre la construcción de lo nacional y que la sociedad está fundada en la violencia y en la opresión femenina por parte de poder patriarcal, y esto es un componente esencial del relato boliviano moderno del que se nutre la retórica revolucionaria.

Entendemos la violencia sexual como parte de una cultura colonial feminicida y como elemento estructural de las naciones latinoamericanas. Sueli Carneiro, filósofa, escritora y docente brasileña, activista del Movimiento Negro de su país, desde la perspectiva del feminismo postcolonial, explora el significado de la violación colonial y de la identidad nacional, y sostiene:

 

En Brasil y en América Latina la violación colonial perpetrada por los señores blancos a mujeres negras e indígenas y la mezcla resultante está en el origen de todas las construcciones sobre nuestra identidad nacional, estructurando el decantado mito de la democracia racial latino-americana que en el Brasil llegó hasta sus últimas consecuencias. Esa violencia sexual colonial es también el cimiento de todas las jerarquías de género y raza presentes en nuestras sociedades (Sueli Carneiro).

 

La violación colonial es una parte intrínseca de nuestra historia, ha determinado la estructura de la sociedad y nuestra historia como nación y está reflejada en varias obras canónicas de la literatura boliviana donde el abuso sexual y la violencia son, como se dijo, detonadores de la trama central. Tal es el caso de Soledad (1847) de Bartolomé Mitre, [1] Raza de Bronce (1919) de Alcides Arguedas, Yanakuna (1952) de Jesús Lara, Los muertos están cada día más indóciles (1972) [2] de Fernando Medina Ferrada y La Cruel Martina (1989) de Augusto Guzmán, por nombrar algunas. Voy a hacer un sucinto repaso de los personajes de las novelas citadas, desde la perspectiva que planteé.

Soledad (1847) narra el matrimonio entre una joven criolla pobre y un hombre español que le dobla la edad. La protagonista accede a un matrimonio por conveniencia para cumplir la voluntad de su madre, esto visibiliza la instrumentación y sujeción del sujeto femenino, por parte de su familia y de la institución matrimonial (ambas creaciones funcionales al patriarcado) ya que Soledad, además de ser tratada como mercancía, es víctima de la violencia de su marido. Luego, se suma el tópico de la amenaza de la infidelidad, porque es acosada por un joven aventurero que pone a prueba su “virtud”. Como toda heroína romántica, es rescatada por su primo Enrique, un soldado que participa en las luchas por la independencia y que llega justo a tiempo y evita que Soledad incurra en una aventura extramatrimonial. Luego de haber estado a punto de ser asesinada por su marido por su casi “falta”, queda felizmente viuda y Enrique se casa con ella, de esta forma, el nuevo galán se posiciona como el salvador de la integridad y del honor femenino. Desde una lectura de la novela como romance familiar y construcción de lo nacional, Enrique representa al héroe criollo masculino como vanguardia del nuevo proyecto nacional. Su unión con Soledad simboliza la posibilidad del surgimiento de la nueva nación criolla, liberada del yugo español, por lo que la novela se edifica como un romance nacional. [3] El abuso doméstico oculto que el personaje femenino sufre en el matrimonio con el hombre viejo, representa la fricción entre el poder español en decadencia y el deterioro de las relaciones hegemónicas y de dependencia entre la metrópoli y sus colonias. En esta lectura, la mujer, en términos de botín, pasa de su condición de sujeto oprimido por el esposo español, al de trofeo que sostiene el sujeto criollo. Soledad es una heroína romántica, inicialmente, una mujer abusada física y emocionalmente; la unión con Enrique augura descendencia, pero Soledad seguirá encapsulada en el proyecto masculino; por lo tanto, la construcción de esta nueva nación se nutre del trauma femenino de la vejación y de la sujeción, pero no de la emancipación.


En Yanakuna (1952) de Jesús Lara, Wayra, la protagonista, es una muchacha indígena que primero es vendida por su madre para pagar el suntuoso entierro de su padre y, luego, es violada por el tata cura de su familia adoptiva, como consecuencia de este hecho tiene una hija, Sisa. Después de muchos años la historia se repite, la misma Wayra ve cómo su hija Sisa es violada a los once años por el hijo del patrón de la hacienda. Wayra viaja a la ciudad y trata de lograr justicia, pero se enfrenta con un sistema excluyente porque para los indígenas no hay abogados que los defiendan. Esta novela ambientada antes de la Revolución de 1952, durante la Guerra del Chaco en 1932, nos muestra cómo la violación por parte de los hacendados era una “costumbre” corriente que no tenía repercusiones sociales, ni legales. La trama es compleja, pero quiero destacar la historia de Wayra como una cadena de violencia, tanto por su condición de mujer como de indígena. Es un personaje que se opone a su destino, quiere cambiar la realidad y toma la justicia por sus manos. [4] Sin embargo, resulta que al final es condenada a muerte junto a otros comunarios porque la responsabilizan del alzamiento de los indígenas y la quema de varios patrones de haciendas, incluyendo el violador de su hija. Nuevamente la fábula tiene como protagonista un cuerpo de mujer vulnerado que además es llevado al cadalso.

Raza de Bronce (1919) de Alcides Arguedas es la historia de una comunidad indígena sometida a los abusos de los hacendados y tiene como protagonista a Wuata Wuara, una muchacha indígena que es violada por su patrón y sus amigos. Ella se encuentra embarazada, pero esto no es un impedimento para los violadores, que no cesan en su cometido y matan a la mujer y al niño que lleva en el vientre. Agiali, el esposo de Wuata Wuara, y Choquehunaca, el sabio de la comunidad y protector de muchacha, junto a los demás comunarios cobran venganza y matan a los responsables de la muerte de Wuata Wuara. La violación sexual se ha trocado en feminicidio y no hay mensajes reconciliadores, ni redentores; sino la evidencia de un cuerpo femenino indígena degradado, violado y asesinado. La muerte del feto, simbólicamente, podría ser el extremo de la cadena de violencia que extermina aun la semilla de la estirpe.

En La Cruel Martina (1989) de Augusto Guzmán, un cuento largo que fue llevado al cine, somos testigos de la violencia sexual que se repite de generación en generación. Martina, la protagonista, una joven de pollera de un pueblo cochabambino, es violada por el corregidor Ardiles, en casi las mismas condiciones en las que su madre lo fue. Esta cadena de violencia, sin embargo, será interrumpida por Martina ya que será ella su propia vengadora. Aquí nos encontramos con un relato donde el personaje femenino se resiste al mestizaje forzado y a la mujer validada solo como útero. Martina se opone a ser formulada como víctima e invierte los papeles y castiga a su violador. En una secuencia truculenta, ella invita al corregidor a comer a su casa, entonces, la venganza toma ribetes funestos y, luego que este ha finalizado el último bocado, le confiesa haberle dado de comer a su propio hijo. Ante la evidente antropofagia, Ardiles vomita el “antes manjar” que es el cadáver del niño que ha engendrado. Martina le devuelve el producto de la violación en un acto de suma crueldad y sin un ápice de remordimiento. Es un relato acabado, pesimista, en cuanto a una solución de la construcción de la nación a través del mestizaje y, más bien, cuestiona y castiga, de manera ejemplificadora, la mezcla forzada, el hijo que es producto de la unión forzada es devuelto a su progenitor y a Martina le espera el cadalso por haber cometido filicidio.


Los muertos están cada día más indóciles (1972) de Fernando Medina Ferrada, [5] plantea una visión crítica de la Revolución de 1952, tiene como protagonista a Juan, un periodista de mediana edad y se centra en dos sucesos: el colgamiento de Villarroel en 1946 y los tres días de insurrección armada con los que se inaugura la Revolución de 1952. Juan es un personaje existencial que se cuestiona constantemente su participación en los hechos que están sucediendo en su contexto y de los que no se siente partícipe verdaderamente. Trabaja como periodista en la radio Illimani, que es la emisora del oficialismo, y desde la ventana es testigo del asalto al Palacio de Gobierno. Juan huye porque toda institución pública está en peligro, escapa por los techos y desde allí ve como la turba ejecuta a Villarroel y a sus colaboradores. Enajenado con tal escena, va deambulando y en algún momento lo reconocen como al periodista de la radio, es linchado por la muchedumbre, pero alguien interviene y salva su vida. Escapa a Oruro y vive en la clandestinidad por algunos años. Hay un salto temporal y de pronto la novela se sitúa en la insurrección de 1952. Juan se encuentra siguiendo a un grupo de revolucionarios a mando de un tal Zapatero, sin verdadera convicción, como si una voluntad ajena lo mantuviese allí. Es testigo de cómo, otros al igual que él, van sumándose al grupo sin saber el porqué, intuyendo una causa y dejándose llevar por la euforia del momento. La adhesión de Juan es ambigua ya que oscila entre un involucramiento con la causa revolucionaria “casual” y una actitud crítica hacia la misma. El grupo de revolucionarios está en pleno enfrentamiento con el ejército, pero como trasfondo o realidad paralela se da lugar una escena obtusa que adultera la épica revolucionaria: uno de los “revolucionarios” está violando a una “india”, es así como la nombra el narrador en el texto, destacando su origen étnico. Mientras los ideólogos de la revolución plantean ideales colectivos y supremos, un grupo de milicianos ha perdido la noción del porqué luchan, cansados y con hambre, pero con la energía para violar a una mujer detrás del fortín improvisado.


A partir de este breve repaso, podemos ver cómo estas novelas están cruzadas por la violación sexual y aluden a cómo las sociedades coloniales se estructuraron a partir de esta depravación, que tiene como punto extremo el feminicidio. Esta herencia o trauma perdura en la formación de las naciones modernas, ya que funciona como relato genérico o trauma de origen sobre el que se asienta la fábula de la nación. Por todo lo expuesto, el enunciado: detrás de cada revolución hay un cuerpo de mujer vulnerado cobra sentido, pero no lucidez. 

 

NOTAS

1. N. de los E. Bartolomé Mitre, el historiador, escritor y estadista argentino publicó su romance Soledad en Bolivia.

2. Los muertos están cada día más indóciles de Fernando Medina Ferrada, Fernando obtuvo el Premio Casa de las Américas en 1972.

3. Para un análisis de Soledad como romance nacional, tenemos el ensayo de Fernando Unzueta: “Soledad o el romance nacional como folletín: proyectos nacionales y relaciones intertextuales." Y he aquí una cita clave para interpretar esta novela y sus relaciones con el romance y la historia: “Para establecer estas relaciones simbólicas entre el romance familiar y el de la historia nacional, se puede ver al héroe como el representante del pueblo y de un nuevo movimiento nacional, ya que Enrique regresa de las guerras de independencia como vencedor del pasado colonial. Soledad, el objeto deseado, está relacionada con la nación, la tierra y la cultura; los antagonistas, que pretenden apropiarse de lo nacional, serían representantes del pasado y del poder ilegítimo o de un criollismo “conservador” e irresponsable. Al colectivizar el romance, la misión del héroe consiste en rescatar la nacionalidad usurpada y devolverla a sus dueños legítimos. El matrimonio final se puede interpretar como la unión del pueblo con la tierra y la cultura, proceso que permite la formación de la nacionalidad” (Unzueta, 245).

4. Willy Muñoz describe de esta manera a este personaje femenino: “Wayra, la heroína de Yanakuna, es un personaje inolvidable: motivada por un deseo desesperado de libertad, provista de una energía inagotable, andariega infatigable, nos lleva junto a ella para mostrarnos sus trajines, su vida tan llena de sacrificios y penurias y tan escasa de alegrías. En este personaje coexisten tanto el odio, el rencor, como el agradecimiento y la ternura; es frágil e ingenua para el amor, y puede ser arrastrada por la compasión, así como reaccionar como una fiera herida para defender lo que es suyo. […] Anotemos de pasada que este personaje está inspirado en la vida de una campesina que contó al autor su ciclo de tribulaciones” (1986: 239).

5. Fernando Medina Ferrada obtuvo el Premio Casa de las Américas en 1972. 

 

VANIA DÍAZ ROMERO PAZ es Ph D. en Lenguas Romances de la Universidad de Oregón y máster en Literatura Hispánica de la misma universidad. Es profesora de español para hablantes de herencia en Chemeketa Community College. Actualmente, está preparando una antología que recopila las historias de vida y memorias de estudiantes hispanos en Salem, Oregón, US.



*****

SÉRIE PARTITURA DO MARAVILHOSO

 

ARGENTINA


BOLIVIA

BRASIL

CHILE

COLOMBIA

CUBA

ECUADOR

EL SALVADOR

GUATEMALA

HONDURAS

MÉXICO

NICARAGUA

PANAMÁ

PERÚ



REP. DOMINICANA

URUGUAY

VENEZUELA

 *****

Agulha Revista de Cultura

UMA AGULHA NA MESA O MUNDO NO PRATO

Número 172 | junho de 2021

Artista convidada: Elvira Espejo (Bolívia, 1981)

Curadora convidada: Vilma Tapia Anaya

editor geral | FLORIANO MARTINS | floriano.agulha@gmail.com

editor assistente | MÁRCIO SIMÕES | mxsimoes@hotmail.com

logo & design | FLORIANO MARTINS

revisão de textos & difusão | FLORIANO MARTINS | MÁRCIO SIMÕES

ARC Edições © 2021

 

Visitem também:

Atlas Lírico da América Hispânica

Conexão Hispânica

Escritura Conquistada

 



 

 

Nenhum comentário:

Postar um comentário