LA CREACIÓN POÉTICA Y SUS ESPEJOS
BLE | Debo decir que no soy una cazadora de imágenes, son ellas
las que me atrapan a través de las lecturas. Y cuando hablo de lecturas lo digo
en el sentido literal de la palabra; es decir, la lectura de libros, de una obra
de arte, de una exposición determinada, de un concierto, de un viaje, de un paseo
por las montañas o por los ríos o la contemplación del infinito que es el mar, de
una conversación, de la luz del alba o la del atardecer, de la lluvia que cae sobre
el techo de mi casa o de la lluvia que me baña si estoy en la calle. Las imágenes
nos rodean y nos habitan; lo que pasa es que no siempre sabemos identificarlas.
FM | ¿Tienes una esperanza de vida ideal? ¿Cuál? ¿De qué modo tu creación hace parte
de ella?
BLE | La vejez, y lo que ella conlleva, me preocupa ya que soy una
mujer extremadamente independiente. Así que lo que menos deseo es convertirme en
una carga física y mental para las dos personas que más amo en mi vida, mi marido
y mi hijo. Además, cuando quedé en embarazo me dije a mí misma que ese hijo que
iba a traer al mundo no era para amarrarlo sino para darle alas. En solo tres años
cumpliré setenta años, así que creo que si dejo de existir en los cinco años siguientes
sería algo perfecto. La madurez que trae el proceso de envejecer ha sido lo mejor
que me ha pasado en mi vida profesional y personal. Lo que he escrito en la última
década años no hubiera podido escribirlo a los treinta o cuarenta años.
FM | ¿Cómo percibes las diferencias entre lo que pretendías crear y lo que realmente
creas? ¿Te molesta este abismo sutil de vez en cuando? Si se ha reducido (o incluso
desaparecido) con el tiempo, ¿a qué atribuyes tal evidencia?
BLE | Yo no veo una gran diferencia entre lo que deseo crear y el
resultado del proceso de escribir; así que no puedo hablar con respecto a ese abismo
sutil al que haces alusión.
FM | Al visitar el templo de Zoroastro, Italo Calvino descubre que el fuego real es el fuego oculto. ¿Cómo alimentas
el fuego de la creación en tu escritura? ¿Podríamos hablar de la existencia de algún
rito?
BLE | Yo no tengo ritos a la hora de crear, tal vez el único es
la disciplina, el rigor y sobre todo la lectura, mucha lectura. No entiendo cómo
hay escritores que dicen que solo se alimentan de su vida personal o de sus viajes;
yo me alimento antes que nada de los libros que leo y que estudio.
FM | ¿Crees que hay un exceso de ideas en el mundo y que hay una especie de mal uso
de esas ideas? ¿Es necesario minar constantemente nuevas ideas o lo que falta en
el mundo es orden y perseverancia en las ideas existentes?
BLE | Como librepensadora que soy no creo que haya un límite determinado
de ideas, creerlo sería caer en ese abismo tan peligroso que es el adoctrinamiento;
bien sea religioso o político o con respecto a alguna otra variante social (deporte,
comida vegana, por poner sólo dos ejemplos). Tampoco creo en un orden y en una perseverancia
determinados. Cada pueblo, cada época histórica, cada cultura, tiene sus propios
ritmos. No hay verdades reveladas, los dogmas son peligrosos, extremadamente peligrosos.
Aunque cabe recordar que en lo que a Occidente se refiere nos seguimos nutriendo
de los mitos helénicos, y que son ellos los que nos han enseñado la inmortalidad
y la infinitud; y por supuesto, no me refiero ni a la mortalidad ni a la infinitud
judeocristiana.
FM | ¿Cómo has contribuido a mejorar el mundo?
BLE | Yo no tengo ese tipo de pretensiones, no creo ni por un instante
que pueda mejorar el mundo; no sólo no sabría hacerlo sino que sería incapaz de
llevar a cabo una tarea tan titánica. Tal vez mi único grano de arena, y creo que
ni siquiera llega a ser un grano de arena, es haber contribuido en algo a la educación
y en el trabajo que llevé a cabo en una biblioteca pública. Tal vez otro pequeño
grano de arena es que hay muchas mujeres más jóvenes que escriben en parte porque
ven que yo le he dedicado mi vida a la literatura.
FM | ¿Existe una realidad hispanoamericana o el conjunto de sus 19 países aún no
ha descubierto sus verdaderas perspectivas culturales para la acción conjunta? ¿Cómo
cree que debería funcionar esa América tan deseada y a veces imposible?
BLE | El mito de una América Hispánica reunida es algo que cada
vez está más lejos, tal vez por la soberbia de sus clases dominantes, por el racismo
y el clasismo que la caracterizan. En cierta forma nunca dejaron la ideología colonialista
de los españoles y portugueses. Colombia es un país de castas, extremadamente desigual
y extremadamente violento. Cuando no hay inclusión hablar de unidad es algo verdaderamente
utópico. Tampoco hay que olvidar el machismo, la misoginia y la homofobia que tanto
daño le hacen a nuestros pueblos y que son alimentados desde los atrios de las iglesias
católica y protestante. América Latina no ha hecho verdaderos esfuerzos por una
educación inclusiva, una educación para todos, y una educación igualitaria. Las
diferencias proverbiales existentes en la actualidad entre la instrucción recibida
por las élites económicas y la educación pública -léase precaria y mediocre en la
mayoría de los casos- es cada vez más grande; el caso de Chile es tal vez el ejemplo
más flagrante de lo que hablo. También habría que dar más importancia a las bibliotecas
públicas y al ministerio de la cultura.
FM | ¿Qué sueles leer fuera del español? No me refiero sólo a la literatura, porque
aquí me interesa evocar tu entorno de lectura. ¿O crees que leer poetas es el único
material imprescindible para tu creación?
BLE | Yo suelo definirme a mí misma como una muy buena lectora,
la lectura me centra en mi propio mundo, me pone retos y fronteras inalcanzables.
Yo leo en castellano y en francés, navego de una lengua a la otra, me sumerjo en
ellas y respiro gracias al bilingüismo. En los últimos años me he interesado mucho
por la historia; y al hacerlo pienso siempre en mi padre que era un excelente lector;
y él me repitió muchas veces que entre más envejecía más se interesaba por la historia.
También leo mucho sobre antropología cultural, sobre la historia de las religiones
y sobre la historia del arte; y no de ahora sino desde mis tiempos universitarios.
También leo mucho ensayo.
FM | ¿Crees en la existencia de la sociedad?
BLE | Si, si creo en la existencia de la sociedad; aunque no en
el sentido decimonónico que se le daba a ese concepto de estructura social y cultural.
Las sociedades contemporáneas son multidiversas. Por ejemplo, en este momento me
acabo de instalar en una pequeña ciudad de solo 10.000 habitantes -en Colombia la
llamarían “pueblo”- con una gran presencia magrebí. Desde la ventana de mi sala
escucho hablar a mis vecinos tanto en árabe como en francés; esas son las sociedades
contemporáneas. La riqueza cultural y lingüística, lejos de ser una barrera, es
una oportunidad para un mejor conocimiento y entendimiento de los pueblos del mundo
en el que habitamos y que en definitiva es nuestra única casa.
FM | ¿Quién eres de todos modos?
BLE | Suelo definirme a mí misma como librepensadora, feminista,
atea y defensora de la otredad.
FM | ¿Qué te parece la idea de
incluir un poema propio, comentando algo que motivó su creación?
HIPATIA,
EL FARO DE ALEJANDRÍA
Alejandría, la del Faro. Alejandría, la del
Museion que alberga la Biblioteca, la Universidad, el Jardín Botánico, el Observatorio
Astronómico y una Sala de Anatomía. Alejandría, la ciudad de los catorce mil estudiantes
que vienen del mundo helénico y más allá.
Yo,
Hipatia de Alejandría,
astrónoma,
vi la luz
en esta polis del Delta del Nilo imaginada por
Alejandro
Yo,
Hipatia de Alejandría,
Hija
de Teón, el filósofo,
discípula
de Teano,
-la
gran matemática que sobrevivió a Pitágoras-
Soy maestra de Sinesio
y amiga de Orestes
Yo, Hipatia de Alejandría,
hice de mi casa
un ágora;
y desde mi terraza
desentraño los secretos
del universo
Observo el sol y su elipse,
mejoré el astrolabio
Me casé con Isidoro
y soy virgen;
solo abrazo al conocimiento
Yo, Hipatia de Alejandría,
sé que Cirilo lanzará su horda de monjes
y seré su antorcha
Sé que husmean alrededor del Museion
Jamás el miedo habitó mis lares
No huiré
Los espero sentada al lado del crepúsculo y a la hora del
alba que me sorprende estudiando antiguos papiros
Esta tarde
vagaré por los muros
de Alejandría
Este poema cierra el
libro titulado Naufragios, ganador del Primer Premio Nacional de Ediciones Embalaje
del Museo Rayo (Colombia-2021); y que me fue otorgado el pasado mes de julio. La
escritura de este libro surgió de la lectura de Hipatia de Alejandría de María Dzielska.
BERTA LUCÍA ESTRADA (Colombia, 1955) es escritora, ensayista, poeta, dramaturga, crítica literaria y de arte. Integrante del PEN Internacional/Colombia. Es librepensadora, feminista, atea y defensora de la otredad. Ha publicado catorce libros y ha recibido seis premios de poesía. Ha escrito tres obras de teatro y una nouvelle al alimón con el poeta Floriano Martins. Algunos de sus artículos y poemas han sido difundidos en las revistas Triplov (Portugal), Agulha Revista de Cultura (Brasil) y en publicaciones de la Universidade Estadual do Oeste do Paraná – UNIOESTE (Brasil), Esteros (Uruguay), revista Crear en Salamanca (España), Blanco Móvil (México), Nueva York Poetry y Aleph (Colombia). En este año 2022 uno de sus poemas fue escogido para formar parte de una Antología de ONU MUJERES en la cual participaron más de 400 poetas y solo 65 fueron seleccionadas. En la Feria de Madrid 2022 se lanzó Vástagos del tiempo, con la Editorial Diwan Mayrit; y en el mes de julio se presentó Naufragios, la obra ganadora del XXXVII Concurso de Mujeres Poetas del Museo Rayo 2021. Ha sido traducida al francés, portugués, rumano, griego e inglés.
CONEXÃO HISPÂNICA
2021-2023
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Conexão Hispânica
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design: Floriano Martins
ARC Edições | Agulha
Revista de Cultura
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Fortaleza CE Brasil
2022
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