XOT
| Creo mucho en
la captación de la belleza, en la poesía desde su concepción original, desde el
asombro más que desde el puro concepto relacionado sobre todo con la lengua o
lo morfología. Amo la imagen porque creo que es un conjunto de figuras
literarias en dónde están todos los sentidos y todas las alegorías que nos
llevan hacia la originalidad y a la estética profunda de la poesía. Luego de
establecer una relación filial y directa con la belleza entonces todo tema
puede aparecer dentro de ese lenguaje poético y ya deja de ser el tema simple
para pasar a ser el tema de la poesía, Tal cual lo decía Juan Gelman, a
propósito del único tema que existe cuando uno está escribiendo poesía, que es
ese mismo hecho, porque resulta ser que la gran preocupación temática siempre
será entrar en la estética del poema.
FM
| ¿Tienes una
esperanza de vida ideal? ¿Cuál? ¿De qué modo tu creación hace parte de ella?
XOT
| Mi esperanza
de vida ideal tendría que ver con el hecho de que la literatura sea
efectivamente la forma absoluta para vivir, para establecer un contacto social,
para convivir en la amistad, en el amor, en el compañerismo, en el conocimiento
de la vida y de la muerte. Estar siempre vinculado con la poesía y las demás
formas de arte, luego encontrar una realidad hostil como la vida actual y
moverse por los lados proponentes de la belleza que entrega la literatura para
justificar la vida y resignarse a la suerte de vivir en un mundo paralelo,
minoritario, solitario donde el asombro y la belleza sean un consuelo.
FM
| ¿Cómo percibes
las diferencias entre lo que pretendías crear y lo que realmente creas? ¿Te
molesta este abismo sutil de vez en cuando? Si se ha reducido (o incluso
desaparecido) con el tiempo, ¿a qué atribuyes tal evidencia?
XOT
| Creo que el
acto de creación es muy parecido a la teoría platónica del mundo de las ideas.
La idea siempre será perfecta, pero al materializarse, al volverse un texto
lingüístico comienza esa imperfección eterna con la que hay que luchar: la
famosa corrección de un poema está allí en ese momento en donde se produce esa
maravillosa lucha entre poeta y poema, sin que ésta se frene hasta que el texto
se publique, se versione, se lo deje en paz por un tiempo hasta cuando uno
vuelve sobre él y se vuelva a encontrar esa imperfección. El poema siempre será
el ideal más grande del poeta.
FM
| Al visitar el
templo de Zoroastro, Italo Calvino descubre que el fuego real es el fuego
oculto. ¿Cómo alimentas el fuego de la creación en tu escritura? ¿Podríamos
hablar de la existencia de algún rito?
XOT
| Más que un
fuego, un rito, es un tiempo catártico, unos momentos en medio de los días
largos, monótonos, donde la poesía está siempre en el pensamiento, mas no es el
momento para traspasarla al formato del papel. Esa catarsis se produce cuando
hay un divorcio temático entre el poemario anterior, su forma, su ritmo, su
sustancia. Y se produce un nuevo momento de música y concepto, donde fluye la
poesía como una nueva atmósfera en la que puedes decir, transmitir y llegar a
algo similar a la belleza, a la destrucción de los prosaico. A lo que, en un
inicio, inclusive, puede ser algo parecido a la felicidad.
FM
| ¿Crees que hay
un exceso de ideas en el mundo y que hay una especie de mal uso de esas ideas?
¿Es necesario minar constantemente nuevas ideas o lo que falta en el mundo es
orden y perseverancia en las ideas existentes?
XOT
| En la pregunta
anterior me referí al mundo de las ideas de Platón, coincidentemente. Creo que
la dispersión de ideas es también un momento grandísimo del universo líquido en
el que vivimos, de esta enorme y rápida cantidad de imágenes, conocimientos y
formas que nos plantea la tecnología de punta, la rapidez, La inmediatez, los
formatos de las redes sociales que son tan útiles, fáciles, situados justo en
un momento en donde la gente cree tener la razón, la información, la verdad.
Allí es donde la poesía debería entregar una idea alejada, apartada de los
mismos conceptos trillados, de la misma caja de estereotipos de este universo
cómodo y repetitivo.
FM
| ¿Cómo has
contribuido a mejorar el mundo?
XOT
| Mi mundo es el
que ha mejorado con la poesía. Yo no he podido mejorar el mundo. Y mi mundo es
muy pequeño, amo a pocas personas, tengo unos pocos lectores en la lengua
española, unos amigos poquísimos que me quieren en verdad, algunos momentos
donde las felicidades crean unos momentos de paz, de reflexión, de
interioridad. Algunos lugares para disfrutar la vida, algunos viajes, algunas
lecturas algún momento de distracción. Y claro, la poesía, que es en verdad, la
que cambia mi mundo.
FM
| ¿Existe una
realidad hispanoamericana o el conjunto de sus 19 países aún no ha descubierto
sus verdaderas perspectivas culturales para la acción conjunta? ¿Cómo cree que
debería funcionar esa América tan deseada y a veces imposible?
XOT
| El idioma, la
historia, sus preocupaciones, sus gobiernos, sin madurez, sus ritmos, su
barroco, su riqueza, su generosidad, su alegría, su forma de soportar la
crisis, todo es un conjunto de formas que nos hacen iguales. Sin embargo, no
queremos encontrarnos como tal si no que queremos conquistar unos universos
amparados en la idea de la desunión, de la impavidez, de la melancólica forma
de vislumbrar el pasado, mirando en el futuro solamente individualidades y no
uniones para cimentar una gloria fuera de fronteras que tenga que ver con la libertad,
la autonomía, la responsabilidad con nuestros semejantes.
FM
| ¿Qué sueles
leer fuera del español? No me refiero sólo a la literatura, porque aquí me
interesa evocar tu entorno de lectura. ¿O crees que leer poetas es el único
material imprescindible para tu creación?
XOT
| Leo mucho de
lo que llega a la editorial El Ángel Editor, para valorar libros y cuadernos en
prosa y verso. Leo canciones y cantantes, porque amo la música y creo que es
una forma de sujetar mis sentimientos y sensaciones. Leo mucha literatura
académica y pedagógica debido a mis clases y talleres de literatura. También me
alimento de mucho de la información mediática. Aunque siempre estoy
absolutamente dispuesto a hacer un acercamiento a las lecturas de poesía debido
a que ella crea, efectivamente, una suerte de atmósfera en mi vida cotidiana.
FM
| ¿Crees en la
existencia de la sociedad?
Creo en la sociedad. Y creo que cada vez
está más sin criterio, más dominada, menos original, menos dispuesta a apostar
por algo nuevo. Sociedades que son más un reflejo de una sociedades
consumistas, anti creativas, burdas, hostiles, ingenuas, peligrosas,
individualistas, con poca relación con los otros, con poca solidaridad, con
poca libertad, con poca fraternidad. Sin embargo, existe y tiene un solo rasgo
que la vuelve interesante y antropológicamente válida: la esperanza.
FM
| ¿Quién eres de
todos modos?
XOT
| Soy alguien
que cree en la poesía como un analgésico, como un oficio mágico, metódico,
medular para entenderme. Soy un gestor cultural que ama a los libros, a los
poetas, a las cuestiones casi imposibles. Me gusta la soledad, la libertad, el
viaje, los exilios cortos, el descanso, la pedagogía, la didáctica, la edición,
Las publicaciones, las conversaciones, la música, los amigos, lo poco que queda
de las utopías y lo mucho que queda en el futuro de la poesía.
FM
| Al final de la
entrevista, sugerimos que incluyas un poema propio, comentando algo que motivó
su creación.
XOT
| Incluyo este
poema en prosa de mi último libro, Tiempo
libro (Valparaíso Ediciones, 2022), que considero que explica el tema de la
motivación de la poesía.
LA POESÍA Y EL PRINCIPIANTE
Fue en noviembre de 1990. La lluvia se había registrado en
el cielo para hacer una temporada larga y sin censura. Llevaba en mi cuaderno
de apuntes la efímera impresión de un poeta principiante. Cargaba algo menos de
18 años entre mis huesos y en los tristes momentos del desayuno enseñaba la
bufanda con la que cubría la falta de roce, la poca socialización, la timidez.
Tomé la poesía como un pretexto, como si la vida fuera el desierto del Sahara y
algo de páramo y de bosque tropical y algo de marino que se hace más azul en su
abundancia y algo de roca y casi todo lo que puede ser luminosidad.
Tenía cabeza de acionado de metáforas e hice versos que no
acionaron a nadie. Me dejé llevar por esa fuerza que entrega la poesía a sus
guardianes. Vi crecer mis ganas y un trozo de mi hombría se rompía entre las
siete cabezas de la poética. Fueron años para pasar por ese campo de fuerza
donde gravita el poeta y sus mentiras y esa fuerza de apóstol y esa sonrisa que
no está para contarse entre los públicos. No había que hacer nada más que lo
que ya estaba hecho. Cada vez que se vuelve a rehacer un verso, el asombro de
los otros se acerca a este nuevo hallazgo con generosa ingenuidad.
Recuerdo que Juan Gelman leyó un poema (6) en un patio de
San Luis Potosí. Recuerdo que Marco Antonio Campos observó quedamente al
argentino con humildad alucinada. Luego vi al mayor decir ese poema sobre el
tío Juan: que si la poesía podía servir para algo más que para que otro poeta
escuche a Juan en un patio de San Luis. Yo me fui con ese poema por algunos
paseos y caminos y por unos tiempos y por unas esquinas sin mucha gloria. Por
otro lado, Marco Antonio Campos leía un poema (7) que es lo que quedó luego de
tanta alharaca poética y Juan en los ecos se sostenía como un rayo en la luz.
Si no hubiese pasado por la tierra mojada y felizmente
triste de noviembre de 1990, cuando tuve 18 años y escribí un algo que nunca
fue un poema (8) y nunca lo será, yo me habría muerto en una infancia larga,
pateando una pelota.
___
6 /.../ volviendo a la poesía/ los poetas ahora la pasan bastante mal/
nadie los lee mucho/ esos nadie son pocos/ el oficio perdió prestigio/ para un
poeta es cada día más difícil conseguir el amor de una muchacha/ ser candidato
a presidente/ que algún almacenero le fíe/ que un guerrero haga hazañas para
que él las cante/ que un rey le pague cada verso con tres monedas de oro/ y
nadie sabe si eso ocurre porque se terminaron las muchachas/ los almaceneros/
los guerreros/ los reyes/ o simplemente los poetas/ o pasaron las dos cosas y
es inútil romperse la cabeza pensando en la cuestión/ lo lindo es saber que uno
puede cantar pío-pío en las más raras circunstancias/ tío juan después de
muerto/ yo ahora para que me quieras. (Sobre la poesía, Juan Gelman).
7 ¿Y qué quedó de las experimentaciones, / del “gran estreno de la
modernidad”, / del “enfrentamiento con la página en blanco”, / de la rítmica
pirueta y/ del contrángulo de la palabra, / de ultraístas y pájaros concretos,
/ de surrealizantes con sueños de/ náufrago en vez de tierra firme, / cuántos
versos te revelaron un mundo, / cuántos versos quedaron en tu corazón, / dime,
cuántos versos quedaron en tu corazón? (Los poetas modernos, Marco Antonio
Campos).
8 Tengo un hijo feo/ que me sigue como un testamento. // Es feo. / Carece
de fantasía. / No me habla por despecho. // Le hice creer que era rosa/ y es,
apenas, flor de páramo. / Pero lo amo. (El cigoto, X. Oquendo —inédito por
siempre—).
XAVIER OQUENDO TRONCOSO (Ecuador, 1972). Periodista y Magíster en Escritura Creativa. Profesor de Letras y Literatura. Ha publicado doce libros de poesía. Sus últimos títulos son: Lo que aire es (2014), Manual para el que espera (2015), Compañías limitadas (2020) y Tiempo abierto (2022) recogidos en su obra reunida El tiempo y las alas (1993-2022) y una veintena de libros recopilatorios de su obra poética publicados en América Latina y Europa. Ha incursionado en la narrativa corta y la literatura infantil y juvenil. Organizador del Encuentro internacional de poetas “Poesía en paralelo cero”, director y editor de la firma editorial El Ángel Editor, en donde ha publicado alrededor de 500 libros de poesía de autores ecuatorianos y del mundo, haciendo una amplia difusión de la poesía contemporánea en la región.
CONEXÃO HISPÂNICA
2021-2023
http://arcagulharevistadecultura.blogspot.com/2022/12/conexao-hispanica-2021-2023_27.html
Conexão Hispânica
Curadoria & design: Floriano Martins
ARC Edições | Agulha Revista de
Cultura
http://arcagulharevistadecultura.blogspot.com/
Fortaleza CE Brasil 2022
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