quarta-feira, 20 de setembro de 2023

RITA KRATSMAN, SELVA DIPASQUALE | Conversando con María Meleck Vivanco

 


María Meleck Vivanco nació en el Valle de San Javier, de Traslasierra, Córdoba. Residía en Ramos Mejía, Provincia de Buenos Aires. Representó a la poesía argentina en el “3er. Congreso Latinoamericano de Mujeres Escritoras” en la Universidad de Ottawa (Canadá). Su obra literaria fue comunicada en dicho evento en 1978. Fue invitada al “Congreso Internacional del Surrealismo en el 3er Milenio” Roma, (Italia) 1999. Parte de su obra ha sido traducida al italiano y al portugués. Ha publicado: Hemisferio de la Rosa (1973), Rostros que nadie toca (1978), Los Infiernos Solares (1988), Balanza de Ceremonias (1992), Canciones para Ruanda (1998). A la fecha de la entrevista permanecían inéditos siete libros: Plaza Prohibida, La Moneda Animal, Bañados de Sereno, Mi Primitiva Cruza, Mar de Mármara – Alucinaciones del Azar, Taitacha Temblores (poemas quechuas).

Ha recibido los siguientes premios: Libro de Oro, Lima (Perú), 1956, 2do. Premio “Municipal de la Ciudad de Buenos Aires”, 1978, 1º Premio “Fundación para la Poesía Argentina” (Colección de Poetas Contemporáneos), Buenos Aires, 1988, Premio “Fondo Nacional de las Artes”, Buenos Aires, 1991, Nominación por Argentina en “UNICEF” de Nueva York (U.S.A), inédito, 1996, Premio “Universidad de Letras” de La Habana (Cuba), 1997, Premio Fundación “Sociedad de Los Poetas Vivos”, Buenos Aires, 1998.

Falleció el 8 de noviembre de 2010.

 

LA VIDA, LOS AMIGOS, LA GATA Y UN LIBRO PERDIDO… O CASI…

MMV | Me considero una mujer montaraz nacida en la chunca, vale decir en pleno valle de San Javier, Traslasierras Comechingones de Córdoba.

Tuve una infancia sana y mis costumbres siguen siendo sencillas y transparentes. Me gusta la carne asada, matear con los amigos y conversar cosas de la vida que divierten el alma. Hablar de poesía, obvio, es lo más apasionante que puede pasarme.

No soy una obsesiva, pero prefiero rodearme de gente joven, llena de proyectos y alegría. Son los nuevos hacedores, con herramientas de libertad y de pasión. Suelo decir bromeando que los vampirizo, en el buen sentido de la palabra.

Mi libro “Taitacha Temblores”, con lenguaje mezcla de castellano y quechua, no se editó, pero fue premiado con el “Libro de Oro” en Perú. Sus textos andan extraviados de aquí para allá, como desperdigados. No obstante, memorizo los que más auténticos son los cantos musicales primitivos de mi adolescencia y en lengua vernácula.

 

¿CUÁNDO LLEGÓ MARÍA MELECK VIVANCO A BUENOS AIRES?

MMV | Llegué a Buenos Aires en el año 1945 muy jovencita. La gran ciudad se me brindó con la “crema” de los poetas surrealistas, del momento, los “monstruos sagrados” del primer movimiento en la década del 40’. Dios o el Azar me arrojaron al centro de esa tribu maravillosa. Trabajé en la famosa Editorial “Claridad” como traductora de francés y correctora de pruebas. Tengo buenos recuerdos de su dueño, un personaje… Don Antonio Zamora. Yo ganaba más que suficiente. Empecé viviendo en Flores con mi tía Ofelia Casas Vivanco, prima de mi padre, luego ella viajó al interior y yo pasé a una pensión familiar, poco tiempo, pues Alfredo Martínez Howard, exquisito poeta, me ofreció su casa en Villa del Parque, donde me entreveré con sus hijos, en mi nueva familia.

 

YO NO ERA LA MÁS JOVEN DE AQUEL GRUPO SURREALISTA”

MMV | Fui la única mujer en ese primer movimiento surrealista, pero 5 años mayor que mi gran amigo de la vida, el más amado y el más completo Francisco Madariaga, el hermano fiel del corazón. Cuando lo conocí recién llegado de los esteros correntinos él tenía sólo 14 años y yo 5 más.

Bueno, ahora espero guiarme por el mapa psicológico de ustedes dos, mis amorosas, a la manera surrealista. Y seguiré recordando.

De muy chica, me hacía bien escribir, me desahogaba. Me sigue pasando ahora. Escribo, porque corresponde, pienso, a una catarsis muy personal. Y lo hago siempre a mano.

Construyo un verso en cualquier momento sin un tema puntual (jamás sé lo que va salir). No me subyugan las máquinas virtuales de la modernidad, aunque reconozco que ayudan y ordenan mejor la obra. Mis delirantes y jóvenes “secretarios”, se me ofrecen para tamaña tarea. Son generosos y valientes.

 

LA POESÍA ME SALE FÁCIL PORQUE NO ME PRIVO DE INCORPORAR LAS TRAVESURAS”

MMV | La poesía me sale fácil, porque no me privo de incorporar las “travesuras” que me dicta el inconsciente y el sueño. Y me transformo en una inconsciente total, sin remedio.


Soy anti-académica, pero respeto esa cultura adocenada que entrega la Universidad, que abrillanta las personalidades, sin dudas. Yo prefiero la médula del conocimiento inconsciente, su ancestral sabiduría. Estoy hecha de un material arcaico y revolucionario sui-generis y afirmo lo ya conocido hace mucho tiempo “que lo que natura non da, Salamanca non presta”. El auténtico poeta nace, no se hace. Elijo entre los jóvenes aquellos que presiento “poetas naturales”. En mi larga vida aprendí que la mejor escuela es la lectura y el gozo que dan los creadores, aquellos poetas iluminados de todos los tiempos.

Considero de vital importancia el íntimo contacto con la Naturaleza, como un acto de comunión con ella y también como ya lo expresé en otro lugar, son indispensables “los destrozos de la vida” que irradian un lenguaje perturbador pero lleno de magia.

 

“OLGA SIEMPRE COLOCABA UN CANTITO RODADO EN SU MANO IZQUIERDA MIENTRAS ESCRIBÍA”

MMV | No practico rituales. La entrañable Olguita Orozco, “la poeta maga” del Siglo XX, siempre colocaba al escribir un canto rodado en su mano izquierda –algo tan antiguo que emite mucha energía. Ella me regaló piedras que a su vez regalé a mis amigos poetas, como reconocimiento y ofrenda a su incomparable talento.

Con Olga nos sentábamos frente a su mesa ovalada llena de libros, una en cada extremo, intentábamos el poema. Siempre me repetía “¿Karim, vos crees que sos mi amiga por buena poeta? Te digo que si no escribieras, te querría lo mismo, de amiga a amiga, de mujer a mujer. Existe mucha comunicación entre nosotras”.

Karim me llamaban desde la infancia, cuando pude descubrir el idioma de los incas y les dediqué esos cantos inspirados en mi terruño.

Kari-Karim, significa lirio de oro. Olga me dijo antes de morir: “acabamos de cumplir 48 años de amistad”. Y esas palabras me sonaron a gloria, porque provenían de su corazón tan generoso y entero.

 

(María Meleck nos indica una de las muchísimas fotos que con otros adornos memoriosos tapizan las paredes de su departamento. “Este –señala- es Alfredo Martínez Howard, tres meses antes de morir. Me la mandó desde “La Serranita” en Córdoba, con mi hermano Wilfredo. Y más atrás, Ana Teresa Fabani, la bella entrerriana que murió de tuberculosis a los 28 años, dejándonos un sólo libro, bellísimo, de poemas titulado “Nada tiene nombre” y una novela, “Hogar de Niebla”, los que no fueron reeditados, lamentablemente”.)

 

“SE PUEDE SER POETA CON UN SOLO VERSO”

Ya ven que no vine tras un amor de pareja, como se dijo, sino a conocer a mi amiga personalmente, después de 5 años de carteo.

Creo que cada poeta tiene su propia voz. Todos somos los dueños de nuestras voces. No conozco la poetometría. Felizmente, todavía no existe un aparato que mida la calidad de la poesía. Se puede ser poeta con un solo verso. No puedo concebir que alguien se embronque o tenga problemas con los demás, porque son más chicos, más grandes o distintos. No se debe escribir para un premio y menos para la posteridad (esa ambigua falacia que suele preocupar a los tontos).

Escribir versos en mí fue como un hecho natural. Como una pasión congénita que le dio significado a mi vida, a la vez iluminada e indescifrable, a veces con hondo sufrimiento psíquico por mi extrema juventud. Pero la verdad estaba, indeclinable en mi vocación y para siempre.

 

POESÍA, CUERPO Y NATURALEZA

MMV | Mi madre anotaba en un cuaderno mis expresiones de niña. Eran imágenes bastante atrevidas y “voladas” de la preciosa Naturaleza del Valle. Yo adoraba los arroyos, la gente dulce y sencilla, los árboles fragantes, los cielos luminosos y las tormentas también. El apego a los animales primitivos (aún los venenosos merecían mi ternura).

Soy licenciada en Kinesiología y Dra. en Medicina Física. Trabajo en rehabilitación. Conocí muchas partes del mundo con las becas y los Congresos de la especialidad. Esto me ha dado innumerables satisfacciones.

“La poesía se hace sola” dice Gonzalo Rojas, el eximio poeta chileno. A mí me quedó un tiempo siempre para cumplir mis fantasías abstractas y sentirme completa con la escritura.


Del 45’ al 55’, el círculo de poetas surrealistas era bastante cerrado y nos encontrábamos casi todas las noches a cenar en un modesto restaurant como el Robino de Corrientes y Ángel Gallardo o piringundines cercanos al puerto, en la Avda. Alem, en sus recovas. Y de allí pasábamos en la madrugada a saborear el chocolate caliente con churros en la legendaria Avda. de Mayo. Contentos de disfrutar la más loca bohemia. Reflexionábamos filosofía barata cargada de convicción. Nos enterábamos también de los escritores contemporáneos europeos en sus traducciones. Recitábamos nuestros textos, se hablaba de los famosos manifiestos de Bretón, como si se tratara de la Biblia. El grupo más representativo lo formaban: Aldo Pellegrini, Francisco Madariaga, Juan José Ceselli, Oliverio Girondo, Carlos Latorre, Enrique Molina y Antonio Vasco. Quién nos seguía a todas partes con verdadera devoción era Jacobo Timerman, quien ya se perfilaba, como un gran periodista. Fue más adelante, Director y propietario del diario “La Opinión” que ocupó un lugar muy relevante en la cultura de los años 70’.

 

DIOS, EL DESTINO Y EL AZAR Y LA AMISTAD CON ENRIQUE…

MMV | Me encanta jugar con el Azar. Creo que Dios, el Destino y el Azar, en su inminencia, son una misma cosa. Son Dios.

Mi especial afecto fue el “gitanito” Madariaga, como ya lo dije. Pero por proximidad física, Enrique Molina y su mujer Susana compartieron conmigo una fuerte y honesta amistad (éramos vecinos de ventana por medio, durante años). Nos leíamos, intercambiábamos libros, monedas y comidas como si fuéramos de la misma familia. Poeta extraordinario, Enrique. Hablaba poco, componía sus famosos “collages”. Cierro los ojos y lo veo recortando papeles y figuras afanosamente sobre la ancha cama de su modesta habitación, en la calle Piedras al 200, una pensión pobre pero digna.

En ese lugar flameaba su gran misterio, su masculinidad, como consecuente amador no tan romántico y sí efectivo, con todas las “féminas” que se le cruzaban. Inaudito, él que desmembraba poemas para realizar prodigios y cuyas imágenes podían como un puzzle ubicarse arriba o abajo del texto. A la hora de la edición no le daba la menor importancia al detalle. Creaba los increíbles “opuestos” que tanto fascinaban entonces a los poetas franceses.

Era el rey de la transgresión, cuyos ojos redondos y chispeantes observaban lo que ocurría a su alrededor con gesto de niño inocente.

Anotaba palabras despistadas que se le ocurrían en el momento y las usaba como esqueleto de sus futuros poemas.

 

“LA CONDICIÓN DE AMAR ES MÁS IMPORTANTE QUE LA DE SER AMADO”.

MMV | “Kari, Karita, Kariño” -me decía, Enrique Molina- “todos tus poemas son de amor. Quedarás como la surrealista romántica… Sos una loca apasionada”. Rara coincidencia, actualmente ese excelente poeta y gran amigo se trata de Jorge Ariel Madrazo, me llama “la poeta gótica”. No sé qué quiere decir, pero me agrada.

Pasional, romántica o gótica, la cuestión es que ahora comprendo con eso que la condición de amar es más importante que la de ser amado, aunque te destruya y te mueras.

He vivido pasiones fuertes, algunas no tan ocultas, como con Telo Castiñeira de Dios. Estuvimos juntos por años. Él se perfilaba como un talentoso periodista, inquieto, brillante, muy sensitivo y generoso.

Posteriormente, volví a enamorarme y me casé con un hombre extraordinario, padre de mis dos hijos que adoro. Enviudé en el 81’. Mi hija Juana Guaraglia, vive en Uruguay. Es periodista y escribe cuentos que han merecido buena crítica. Prevalecieron mis genes, parece. El varón se acostumbró a las serranías de Córdoba y se dedica a la venta inmobiliaria como lo hacía su padre.

 

“CUIDO QUE NO SE ME ENFRÍE EL CORAZÓN”

MMV | En cuanto a la relación entre la kinesiología y la poesía, tiene que haber una fusión sensual y humanística que las ligue. El cuerpo se expresa, las palabras también. Existen palabras maravillosas, palabras tan intensas que una sola te conmueve hasta las lágrimas, que rompen el silencio de una manera increíble.

La persona que más admiro es Jesús y no soy nada original. Fundamentalmente como cristiana desubicada, no profeso ninguna religión. Lejos de los sacerdotes y del Vaticano, pero con respeto. La riqueza de la Iglesia, me parece una parodia inadmisible. A Jesús lo imagino pobre y descalzo en las playas del Mar Rojo, bendiciendo y repartiendo pan y peces a la gente más humilde. Es un Cristo humano el mío y lo separo de las mansiones ostentosas, de los tapices de oro, de la solemnidad. Cuido que no se me enfríe el corazón.

Yo no sé lo que vendrá después de la muerte. Pienso que este misterio nos será revelado cuando crucemos el límite. Algo presiento, sin embargo, quiero convencerme que si somos humildes y piadosos nos espera la proximidad del señor con su preciosa Luz.

 

“A ANA TERESA FABANI, TENDRÍAMOS QUE HACERLE EL HOMENAJE QUE SE MERECE”

MMV | Volviendo a Ana Teresa Fabani ella era muy amiga de Juan L. Ortiz y lo visitaba a menudo. Bueno, un día van a venir ustedes tan amorosas, y hablaremos largo de Ana Teresa y de mi singular amistad con ella. Tendríamos que hacerle el homenaje que se merece como mínimo en la Biblioteca Nacional. Era agnóstica, pero con mucha humanidad adentro. Yo me dormía sobre su frondosa cabellera extendida a modo de cola de pavo real y de un castaño dorado fuera de serie. Era muy fácil contagiarse la tuberculosis, sin remedio, pero los jóvenes jamás piensan en el peligro. “Mi único consuelo – me decía- es que mi cuerpo no conocerá la vejez”. Con su nivel de ternura tan alto y su extraña belleza, se la veía como iluminada.


Yo me considero una abstracta natural (desconozco o no entiendo los diferentes niveles del surrealismo clásico. Tampoco me interesa el tema). Me expreso así desde pequeña, por supuesto antes de conocer al movimiento. Viví, siempre como tal, cultivando mi particular bohemia como ambicionaba Bretón, libre de toda libertad y dejándome fluir sin contenciones. Adornando con mi imaginación todo lo que me rodea. Así me sentía ganadora y feliz.

 

(María nos lee un poema de Ana Teresa: “La luz llega/entorna la ventana/ si del cristal que anoche se hubo abierto/deja que siga el sueño/ ya lejana…”)

 

“… UNA PATRIA DE INSPIRADOS POETAS…”

MMV | Mi padre era inspector de ganadería asignado al Valle de San Javier y mi madre una extraordinaria pianista llegada a los 14 años de la Isla de Cerdeña (sur de Italia). La de ellos fue una relación larga y difícil, pero se amaron eternamente.

La verdadera poesía, me da placer. Y hasta la automática me gusta. También la rimada, si es bella. No me fanatizo con tal o cual escuela. También los vanguardistas son interesantes y valiosos. Únicamente pido calidad, emoción y misterio. Si me modifica y me deja pensando, si me conmueve, ya está. En cuanto a los contemporáneos argentinos que admiro, es pregunta difícil de responder, son bastantes los nombres, algunos los tengo muy presentes, Redondo, Gelman, Boccanera, Madrazo, Castilla, etc… y me quedo corta, pues aparecen verdaderos tapados que me dejan con la boca abierta. Felizmente somos una patria de inspirados poetas.

 

“ALMA NATURAL”

MMV | No tengo una vida misteriosa ni la quisiera tener. Soy una mujer sencilla, expresiva, cálida y muy comunicada. La soledad física me asusta. La busco para hacer rendir mi tiempo en mi profesión que me da de vivir modestamente, en el descanso mínimo cuidando mi salud, en la música que me apasiona y en las actividades propias del hogar. Como canceriana, hago lo posible por permanecer bastante “en la cuevita” por donde los gorriones se mezclan con los murciélagos que entran por la ventana.

Muchas veces esto de “hacer rendir mi tiempo”, hace que me arrepienta y busque compañía humana con desesperación.

Existen cosas que odio: la violencia, la solemnidad y la hipocresía.

La vida es la gran separadora. Hace muchos años que no veo a mis amigos del Valle y eso me da tristeza. Sabe Dios que los amo.

Vengo de una familia numerosa de clase media y el marido que elegí no me defraudó, respetaba mi trabajo poético. Y me daba la libertad necesaria para “volar” soñando. ¿Qué más podía pedir?

En mis últimos libros, no usé puntuación ni la forma tradicional del poema, sino que utilicé cortes muy particulares, empezando los versos con mayúsculas. Estaba en estado de rebelión con mi escritura y pretendía que el lector colocara más acertadamente las pausas. El poema “Alma Natural” es el que más quiero. Siento que soy yo, que me representa indiscutiblemente libertaria y natural. Apasionada en mis convicciones por mi ascendencia vasca pero hipersensible ante la pobreza y el dolor.

Los jóvenes me convencieron de no poner títulos. Me hicieron creer que estos “frisos irreverentes” que hago, tienen un contexto universal que no puede ser resumido en un título y que por mi discurso hermético, puede convertirse en una pista falsa para el lector. De cualquier manera, yo soy muy espontánea y hago lo que me parece, sin pensarlo demasiado.

Conozco el quechua. Soy descendiente de peruanos en quinta generación. Mi querido sobrino Gustavo Vivanco Ortiz, todo un joven personaje, es un chamán muy respetado y vive en la ciudad de Cuzco.

 

Alma natural

 

Exhorto a la pasión de las arenas móviles A la resonancia

primitiva del circuito de la ternura A colocar las sienes a la

altura del corazón Que una indefensa cacatúa sea el homenaje del sueño

La saliva imantada La asimetría de la sombra que crece

hasta el exilio El aprendizaje de la simulación La compañía

de los insensatos Las marionetas del payaso que entresacan

y alternan la demencia La piel cristalizada en lapislázuli

para el contacto caníbal del amor Las ciudades australes que

exaltan la poesía Cuerpos gloriosos que son el claroscuro del

temblor de un palomo El regazo al rojo vivo y la gitanería

errante Eligen a sus víctimas

Alma natural hemos paseado por galerías encaladas acariciando

mis retratos Es como si el campanero de la memoria

del canto, volviera a equivocarse

 

POESÍA Y MISTERIO

MMV | Desde “Balanza” en adelante, le di otra forma a mi escritura. La concebí como si fueran dos respiraciones. La primera, formulaba un texto más extenso y se imponía un silencio entre las dos. La segunda respiración llegaba desde el inconsciente como un huésped extraño, despegado de la historia. Como fantasma enigmático de apariencia sospechosa, que era aceptado con felicidad.

No me animo a enseñar poesía. No creo en los talleres. Yo puedo sugerir algo a los jóvenes, nada más. Hacer un comentario de las mejores imágenes y estimularlos siempre a la creación. Todo según mi gusto o mi criterio personal –entendámonos- De ninguna manera pontifico como maestra de literatura y menos presiono. Aprendí más de los jóvenes que ellos de mí, lo cual agradezco infinitamente.

Y para terminar esta larga charla, me resta asegurarles desde mi “cuasi verdad” que el único género que para existir necesita del misterio, es la poesía. Sin misterio, no hay poesía.

 

NOTA

En febrero de 2007 entrevistamos en la casa de Ramos Mejía a la poeta María Meleck Vivanco para el blog La Infancia del Procedimiento.

 

 


RITA KRATSMAN (Argentina, 1940). Integró el taller de pintura de Demetrio Urruchúa (1956-1962), el taller de teatro-danza (método Susana Milderman) en el Instituto Creig (1985-1989) y el taller de poesía coordinado por Arturo Carrera y Daniel García Helder (1992-1996), y cursó Historia General del Arte en el Museo Nacional de Bellas Artes (2016-2017). | SELVA DIPASQUALE (Argentina, 1968). Publicó Teoría de la ubicación en el espacio (1994), Camaleón (1998) y Paraselene (2005). Integra diversas antologías de poesía argentina. Es la responsable del blog La infancia del procedimiento. | La infancia del procedimiento es el nombre de un blog creado en 2006 por Selva Dipasquale y sostenido a lo largo del tiempo por ella y por Rita Kratsman. La convocatoria consistió en que poetas de todo el país respondieran algunas preguntas acerca de sus procedimientos de escritura, acercaran fotos de su infancia y textos poéticos. La propuesta fue exitosa y derivó también en presentaciones, encuentros y nuevas redes de afinidades.
 

 


ANA TISCORNIA (Uruguay, 1951). Artista plástica, su obra incluye instalación, collage, ensamblaje, pintura y fotografía. Residente en Estados Unidos desde 1991, donde se desempeña como profesora emérita de la Universidad Estatal de Nueva York. Es autora del libro Vicisitudes del Imaginario Visual: Entre la utopía y la identidad fragmentada sobre el arte uruguayo de 1959 a 1995. Entre sus muestras más recientes, encontramos: “A la Vuelta de la esquina”, Espacio Mínimo, Madrid, Spain, 2022, “Una vez más”, Galería Nora Fisch, Buenos Aires, Argentina, 2023, y “A dos voces: Ana Tiscornia y Liliana Porter”, Galeria del Paseo, Lima, Perú, 2023. Ana Tiscornia es la artista invitada en esta edición de Agulha Revista de Cultura.




Agulha Revista de Cultura

Número 239 | setembro de 2023

Artista convidada: Ana Tiscornia (Uruguay, 1951)

editora | ELYS REGINA ZILS | elysre@gmail.com

ARC Edições © 2023 

 


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