segunda-feira, 20 de novembro de 2023

GLADYS MENDÍA | César Moro: La divina tortuga que asciende

 


Es importante para mí escribir acerca de un autor peruano, que desde que lo leí por primera vez en el año 2007 me ha impactado y con el que he sentido una afinidad más allá de la razón, César Moro. Nacido con el nombre de Alfredo Quíspez Asín en Lima, Perú, en 1903. Su vida y obra, así como su influencia en el surrealismo a nivel internacional nos ofrece un fascinante recorrido por la vanguardia artística y literaria del siglo XX.

Para acercarnos a la obra de César Moro es esencial conocer algunos aspectos de su vida. Moro vivió en una época de profundos cambios políticos y culturales en el Perú y en el mundo. Durante su juventud, se unió al movimiento literario vanguardista, que buscaba romper con las convenciones artísticas establecidas y explorar nuevas formas de expresión. Moro se destacó como un poeta, pero también como un artista plástico, lo que le permitió explorar la intersección entre la palabra y la imagen en su obra.

En el prólogo de la Exposición Internacional del Surrealismo, celebrado en 1940 en México, Moro dice lo siguiente con relación a la obra pictórica surrealista:

 

La aventura concreta por excelencia. Es el salto que aplasta las cabezas babosas y amorfas de la canalla intelectual. Del paso de la aventura surrealista quedan, entre millares de flores más grandes que lebreles y más pequeñas que el cielo, lancetas pueriles de quienes se pretendieron alacranes y sólo eran laboriosas hormigas. Una multitud de mariposas nocturnas cubre literalmente cada centímetro de pintura surrealista, los presagios y maldiciones suculentas pululan; el cielo inerme confiesa, al fin, su empleo de tela de fondo al tedio, a la desesperación del hombre. 

Su poesía y sus collages son manifestaciones claras de la afinidad surrealista, con el uso de imágenes oníricas, la exploración del subconsciente y la ruptura de las normas gramaticales y lingüísticas. Pero por sobre todo es una poesía auténtica, que encuentra su razón de ser en su propia existencia. Sus versos son esenciales, así como lo es la naturaleza y sus instintos. Lo que me atrapa en la poética de Moro es que viene de un movimiento irreprimible. Una vibración que nace con esas justas palabras y no con otras, con esas imágenes imposibles. Una palabra que nace liberándose de sus límites e inventa su propio giro en el que se juega la vida. Es todo o nada. Así es su pasión poética.

Moro es capaz de alcanzar los niveles más profundos, crea una red de relaciones inusitadas. En su búsqueda sobrehumana usa el lenguaje poético porque sería imposible decirlo en un lenguaje cotidiano. Para decir su verdad se vale de todas las herramientas posibles, humanas y cósmicas; lleva al extremo al lenguaje en su aventura de renovación. Además de la consciencia personal, la inconsciencia colectiva. No solo incluye y relaciona elementos contrarios, sino que también muestra la simetría sin limitaciones. Nos presenta ese “punto fosforoso donde la realidad se recupera, pero cambiada, transformada”, como dice el autor francés Antonin Artaud (1896-1948) en su libro El pesa-nervios; quien entiende el surrealismo como “un medio de liberación total del espíritu” y cree en las “cosmogonías individuales”.

Moro colaboró en la revista Amauta que dirigió José Carlos Mariátegui entre 1926 y 1930. En el número 14, abril de 1928, publicó tres de sus primeros poemas en español: “Oráculo”, “Folowing you around”, titulado después “Abajo el trabajo” y otro poema anterior escrito en Lima, “Infancia”, fechado en 1924.


César Moro es, sin duda, uno de los exponentes más importantes de la vanguardia en América Latina. A lo largo de su carrera se relacionó con figuras destacadas del movimiento surrealista (en 1928), como André Breton y Benjamin Péret. Allí comenzó a escribir en francés, idioma que aprendió en el colegio. En 1933 regresa a Perú. Junto a su amigo Emilio Adolfo Westphalen, se dedica a disfundir los principios del surrealismo. En 1938 se instaló en México. Comienza su amistad con escritores y artistas como Leonora Carrington, Wolfgang Paalen, Benjamín Péret, Remedios Varo, Xavier Villaurrutia, al mismo tiempo que se fue desvinculando del surrealismo parisino. Se acercó al universo poético de Marcel Proust. Es en México donde escribió su obra La tortuga ecuestre (escrita en 1938, pero publicada en 1957 por André Coyné). Inspirado en una experiencia amorosa desgarradora, la relación con su amante mexicano durante ocho años. La tortuga ecuestre es un ejemplo perfecto de su estilo surrealista, donde los elementos se entrelazan de manera inesperada y desafiante. Ahí están presentes el teniente mexicano Antonio, el poeta peruano César y una tortuga llamada Cretina. El siguiente poema citado no está incluido en La tortuga ecuestre, fue escrito en 1939 y publicado por primera vez en la Obra Poética 1 (1980) pero lo incluyo aquí para evidenciar el nivel de enamoramiento y pasión que siente César hacia Antonio durante esos años y cómo lleva al nivel cósmico esta adoración:

 

ANTONIO es Dios

 

ANTONIO es Dios

ANTONIO es el Sol

ANTONIO puede destruir el mundo en un instante

ANTONIO hace caer la lluvia

ANTONIO puede hacer oscuro el día o luminosa la noche

ANTONIO es el origen de la Vía Láctea

ANTONIO tiene pies de constelaciones

ANTONIO tiene aliento de estrella fugaz y de noche oscura

ANTONIO es el nombre genérico de los cuerpos celestes

ANTONIO es una planta carnívora con ojos de diamante

ANTONIO puede crear continentes si escupe sobre el mar

ANTONIO hace dormir el mundo cuando cierra los ojos

ANTONIO es una montaña transparente

ANTONIO es la caída de las hojas y el nacimiento del día

ANTONIO es el nombre escrito con letras de fuego sobre todos los planetas

ANTONIO es el Diluvio

ANTONIO es la época Megalítica del Mundo

ANTONIO es el fuego interno de la Tierra

ANTONIO es el corazón del mineral desconocido

ANTONIO fecunda las estrellas

ANTONIO es el Faraón el Emperador el Inca

ANTONIO nace de la Noche

ANTONIO es venerado por los astros

ANTONIO es más bello que los colosos de Memmón en Tebas

ANTONIO es siete veces más grande que el Coloso de Rodas

ANTONIO ocupa toda la historia del mundo

ANTONIO sobrepasa en majestad el espectáculo grandioso del mar enfurecido

ANTONIO es toda la Dinastía de los Ptolomeos

México crece alrededor de ANTONIO

 

Los giros que se manifiestan en La tortuga ecuestre participan de una dimensión cósmica y mítica, y traslada a la persona lectora a lugares celestes de dioses y semidioses. Dice Américo Ferrari, poeta, traductor y ensayista peruano, que La tortuga ecuestre tiene un historial. Al parecer, Moro había quedado muy impresionado al presenciar una cópula entre dos tortugas. Despúes adoptó una tortuga a la que llamó “Cretina”. Esta escena de la cópula de las tortugas, aparece en el poema “Libertad-Igualdad”:

 

La divina tortuga asciende al cielo de la selva

Seguida por el tigre alado

.........................................................................

En vano los ojos se cansan de mirar

La divina pareja embarcada en la cópula

Boga interminable entre las ramas de la noche

De tiempo en tiempo un volcán estalla

Con cada gemido de la diosa

Bajo el tigre real

 


Maravillosa representación poética y erótica. El tigre y la tortuga son la pareja divina. Antonio es el tigre que “en las mañanas escupe para hacer el día”, el “hermoso demonio de la noche, tigre implacable de testículos de estrella, gran tigre negro de semen inagotable...”

El siguiente poema fue el primero que leí de César Moro:

 

4

 

El agua lenta el camino lento los accidentes lentos

Una caída suspendida en el aire el viento lento

El paso lento del tiempo lento

La noche no termina y el amor se hace lento

Las piernas se cruzan y se anudan lentas para echar raíces

La cabeza cae los brazos se levantan

El cielo de la cama la sombra cae lenta

Tu cuerpo moreno como una catarata cae lento

En el abismo

Giramos lentamente por el aire caliente del cuarto caldeado

Las mariposas nocturnas parecen grandes carneros

Ahora sería fácil destrozarnos lentamente

Arrancarnos los miembros beber la sangre lentamente

Tu cabeza gira tus piernas me envuelven

Tus axilas brillan en la noche con todos sus pelos

Tus piernas desnudas

En el ángulo preciso

El olor de tus piernas

La lentitud de percepción

El alcohol lentamente me levanta

El alcohol que brota de tus ojos y que más tarde

Hará crecer tu sombra

Mesándome el cabello lentamente subo

Hasta tus labios de bestia

 

En 1944 se publica en México Carta de amor, traducido del francés al español por Westphalen. Allí Moro escribió poemas de amor de una reconodida intensidad lírica sin igual. Poemas que Américo Ferrari recomienda leer como cartas. El mismo autor en una carta a su amigo Westphalen dice: “Para leerlo bien habría que leerlo en un solo sollozo. Es demasiado íntimo. Piensa que es una carta con un destinatario”. Y en otro momento dice: “La mayoría de mis cartas son testimonios”.

 

CARTA A ANTONIO

 

Te quiero con tu gran crueldad, porque apareces en medio de mi sueño y me levantas y como un dios, como un auténtico dios, como el único y verdadero, con la injusticia de los dioses, todo negro dios nocturno, todo de obsidiana con tu cabeza de diamante, como un potro salvaje, con tus manos salvajes y tus pies de oro que sostienen tu cuerpo negro, me arrastras y me arrojas al mar de las torturas y de las suposiciones.

Nada existe fuera de ti, sólo el silencio y el espacio. Pero tu eres el espacio y la noche, el aire y el agua que bebo, el silencioso veneno y el volcán en cuyo abismo caí hace tiempo, hace siglos, desde antes de nacer, para que de los cabellos me arrastres hasta mi muerte.

Inútilmente me debato, inútilmente pregunto. Los dioses son mudos; como un muro que se aleja, así respondes a mis preguntas, a la sed quemante de mi vida.


¿Para qué resistir a tu poder? Para qué luchar con tu fuerza de rayo, contra tus brazos de torrente; si así ha de ser, si eres el punto, el polo que imanta mi vida.

Tu historia es la historia del hombre. El gran drama en que mi existencia es el zarzal ardiendo, el objeto de tu venganza cósmica, de tu rencor de acero.

Todo sexo y todo fuego, así eres. Todo hielo y todo sombra, así eres: hermoso demonio de la noche, tigre implacable de testículos de estrella, gran tigre negro de semen inagotable de nubes inundando el mundo.

Guárdame junto a ti, cerca de tu ombligo en que principia el aire; cerca de tus axilas donde se acaba el aire. Cerca de tus pies y cerca de tus manos. Guárdame junto a ti.

Seré tu sombra y el agua de tu sed, con ojos; en tu sueño seré aquel punto luminoso que se agranda y lo convierte todo en lumbre; en tu lecho al dormir oirás como un murmullo y un calor a tus pies se anudará e irá subiendo y lentamente se apoderará de tus miembros y un gran descanso tomará tu cuerpo y al extender tu mano sentirás un cuerpo extraño, helado: seré yo. Me llevas en tu sangre y en tu aliento, nada podrá borrarme.

Es inútil tu fuerza para ahuyentarme, tu rabia es menos fuerte que mi amor; ya tú y yo unidos para siempre, a pesar tuyo, vamos juntos.

En el placer que tomas lejos de mi hay un sollozo y tu nombre.

Frente a tus ojos el fuego inextinguible.

 

En una de las cartas enviadas a su amigo Westphalen, en la del 6 de julio de 1946 dice:

 

Si supieras cómo estoy atormentado y ese nuevo tormento se añade a mi persecución. Si pudiera decirte cuánto me agobia la vida, cómo se organiza para matar toda esperanza, todo deseo, antes de matarme físicamente. Darse enteramente a una idea o a un amor y después de ocho años de dedicación, de amor loco, de adoración, encontrarse peor que al comienzo, es decir, más solo por esta derrota y tan magullado”

 

Comenta el escritor colombiano Omar Castillo en un texto crítico literario incluido en el volumen bilingüe As selvas despeteadas gemendo (Cintra y ARC Edições, 2020):

 

La obra poética de César Moro se constituye en una muestra de las provocadoras búsquedas practicadas en las vetas del lenguaje y de los hallazgos obtenidos en ellas para la ampliación significante del idioma español. La forma como él realiza la escritura de sus versos y la ausencia en ellos de toda puntuación, les permite a sus poemas un ritmo en construcción constante, tuquio de imágenes produciendo una imantación de dibujo que revela lo impredecible de sus hallazgos, el súbito instante de toda palabra resurgiendo de entre las cenizas para atrapar la atención del lector atento.

 

Ya casi finalizando este breve ensayo, quiero compartirles un poema que me parece una declaración de vida en relación a la poesía:

 

VIAJE HACIA LA NOCHE

 

Es mi morada suprema,

de la que ya no se vuelve

 

KRISHNA (Bhagavad Gita)

 

Como una madre sostenida por ramas fluviales

De espanto y de luz de origen

Como un caballo esquelético

Radiante de luz crepuscular

Tras el ramaje denso de árboles y árboles de angustia

Lleno de sol el sendero de estrellas marinas

El acopio fulgurante

De datos perdidos en la noche cabal del pasado

Como un jadear eterno si sales a la noche

Al viento calmar pasan los jabalíes

Las hienas hartas de rapiña

Hendido a lo largo el espectáculo muestra

Faces sangrientas de eclipse lunar

El cuerpo en llamarada oscila

Por el tiempo

Sin espacio cambiante

Pues el eterno es el inmóvil

Y todas las piedras arrojadas

Al vendaval a los cuatro puntos cardinales

Vuelven como pájaros señeros

Devorando lagunas de años derruidos

Insondables telarañas de tiempo caído y leñoso

Oquedades herrumbrosas

En el silencio piramidal

Mortecino parpadeante esplendor

Para decirme que aún vivo

Respondiendo por cada poro de mi cuerpo

Al poderío de tu nombre oh poesía

 

César Moro, fiel a su instinto e intuición, es un tesoro único que merece ser redescubierto y celebrado en el contexto de la literatura universal y la vanguardia artística.




GLADYS MENDÍA (Venezuela, 1975). Poeta, ensayista, editora, artista plástica. Traductora del portugués al castellano, contando entre sus trabajos de traducción la antología poética de Roberto Piva titulada La catedral del desorden (2017). Fue becaria de la Fundación Neruda (2003 y 2017). Participó en el Taller de creación poética con Raúl Zurita (2006). Ha publicado en diversas revistas literarias, así como también en antologías. Sus libros: El tiempo es la herida que gotea, 2009; El alcohol de los estados intermedios, 2009; La silenciosa desesperación del sueño, 2010; La grita. Reescritura de Las Moradas, de Teresa de Ávila, 2011; Inquietantes dislocaciones del pulso, 2012; El cantar de los manglares, 2018, Telemática. Reflexiones de una adicta digital, 2021; LUCES ALTAS luces de peligro, 2022 y sus más recientes libros co-creados con Inteligencia Artificial: Fosforescencia tigra, Aire y Memorias de árboles (2023). Es editora fundadora de la Revista de Literatura y Artes LP5.cl y LP5 Editora, desde el año 2004. Cofundadora de la Furia del Libro (Feria de editoriales independientes, Chile). Como editora ha desarrollado más de veinticinco colecciones entre poesía, narrativa, ensayo y audiovisuales, publicando a más de 500 autores. Integra, con Floriano Martins y Elys Regina Zils, el equipo de traductores del “Atlas Lírico de Hispanoamérica”, de la revista brasileña Acrobata. Gladys Mendía es la artista invitada de esta edición de Agulha Revista de Cultura.




Agulha Revista de Cultura

Número 245 | novembro de 2023

Artista convidada: Gladys Mendía (Venezuela, 1975)

editora | ELYS REGINA ZILS | elysre@gmail.com

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