Si bien Cavar
recorría los laberintos de la introspección, jugando con los contrastes entre
la abundancia y el silencio –un blanco resonando como eco de preguntas sin
respuestas–, Acuareza
se adentra en un terreno en el que la voz poética se libera, permitiendo que el
lenguaje fluya sin ataduras. La autora no solo crea con las palabras y se
permite neologizar, sino que además
se deja crear por ellas en una danza audaz donde la espontaneidad y la búsqueda
formal se entrelazan; llevando a quien lee, a un ejercicio de indagación que
evoca la estilística de Karl Vossler, que sostenía que el sentido estético del
lenguaje trasciende sus estructuras y sistemas, lo hace móvil, cuestión que se
refleja en la obra de Estévez al desafiar la correctitud del decir.
En Acuareza,
la experimentación se convierte en una invitación a deconstruir el lenguaje, a
desprenderse de la secuencia temporal y sumergirse en un presente total, un presente orgánico donde las palabras son
otro nombre propio de la vida, como destaca Rafael Courtoisie en la
contratapa.
La influencia neobarroca de autores como José Lezama Lima y Severo
Sarduy, así como la herencia neobarrosa de Néstor Perlongher y las lecturas
contemporáneas del poeta uruguayo Gerardo Ciancio, se hacen evidentes en la
densidad y espesura estilística de su poesía. Porque la escritura de Estévez es
oscura, densa y abundante, características que me llevan a representarla con el
agua del río y su barro, en la tensión de sus texturas y opacidades. Asimismo,
la propuesta inicia con 3 citas –Orfila Bardesio, Cristina Peri Rossi y Olga
Orozco–, apuntalando esta tensión desde el comienzo de la lectura.
Con una mano impulsiva y espontánea, Estévez permite que el lenguaje
cobre vida en enumeraciones, aliteraciones y encadenamientos; en un arte
poético donde la palabra es, a la vez, melodía y pala que desentierra recuerdos
familiares y los expone en la intemperie. Como si siguiera cavando, la autora
persiste en refundar la duda, esa misma que nos proponía en su obra anterior.
En sus 30 poemas, Acuareza
–que también es acuarela y color– se
despliega en un abanico cromático y alusivo: el blanco de la pureza, el negro
de la oscuridad, el rojo de la pasión y la herencia familiar, el turquesa del mar
y la joya, el verde de la naturaleza, todos entrelazados en una urdimbre
neobarroca donde cultura y memoria se fusionan con el paisaje. Estévez escribe:
tienta la lisura verde y
tersa, espeja esa continuidad del bosque, inmaculada piel de la inocencia.
Cada verso está cargado de simbolismo, desafiando y atrayendo al lector en un aggiornado canto de sirenas.
El poemario se enriquece al incorporar múltiples tonalidades interpretativas: el azul del spleen, el violeta de la sororidad que enfrenta el juicio de la abuela asociado al luto, y el amarillo que se presenta como libertad resplandeciente. En este libro, Estévez nos invita a un juego con las palabras, desafiando los convencionalismos de lo poético y liberándose de las estructuras, creando una belleza que se palpa y se cuestiona al mismo tiempo. Es un salto hacia lo profundo donde la poeta se deja llevar por una corriente de creación genuina, resultando en un ejercicio de memoria y una búsqueda de identidad transformadas en arte.
Graciela Estévez
Rivero,
poeta y narradora (Montevideo,1965). Primer premio en Cuentos del taller, otorgado por
la Fundación Lolita Rubial, 2011 y 2013. Segundo premio en poesía, Concurso
Ignacio “Nacho” Suárez, Poesía
Reunida, Rumbo Editorial, 2017. Segundo premio en el Concurso Palabras
para Idea Vilariño y Mario Benedetti, SINTEP, 2020. En 2022 publica Cavar- refundaciones de la duda,
Deletreo Editorial, Mención Ópera Prima en Poesía, MEC 2023. En 2024 publica Acuareza, Yaugurú ediciones. Sus
poemas han sido incluidos en muestras de poesía actual y revistas. Ha
participado del Encuentro Internacional de Poesía Esteros (2022 y 2024)
entre otros.
TERESA KORONDI (Uruguay, 1966) es una poeta, narradora y comunicadora uruguaya que también traduce textos literarios. Es Diplomada en Apreciación y Estudios Poéticos por la Fundación La Poeteca, Caracas, Venezuela. Ha dictado talleres, conferencias y lecturas en festivales e instituciones educativas de varios países, entre ellas la Universidad Federal de Pelotas (Brasil) y la Universidad de Palermo (Buenos Aires), siendo publicada en el libro Reflexión Académica en Diseño y Comunicación Nº XLIV (2020). Forma parte de la Tercera Muestra de Poemas Ilustrados Nancy Bacelo Edición 2022, del Programa para el Fortalecimiento de las Artes de la Intendencia Municipal de Montevideo. Algunas de sus publicaciones son: Bo (disco poesía-canción, Fondo Nacional de Música, 2014), La enunciación (Editorial Yaugurú 2016), Escandinavia (Ediciones Del Azahar 2018), Par (Editorial Yaugurú 2021), Corre, corre (Colección IberLetras de Editorial Contexto y Asociación Cultural Iberoamericana de Huelva, 2021), Rodó porque rodaba (Premio Nacional Poesía Inédita del Ministerio de Educación y Cultura, 2021 – Solazul Ediciones 2023) y Otaku (Textos Intrusos, Argentina, 2023). Fue antóloga de la muestra Del Salvo al Barolo: un rioplatario poético (Textos Intrusos, Argentina, 2019) e integra Haikuscopio, Antología rioplatense de haikus (Ed. La pequeña gran Nilson, 2024) en el marco del Programa de Fomento al Sector del Libro del Ministerio de Cultura de Argentina.
SUZANNE VAN DAMME (Bélgica, 1901-1986). Pintora posimpresionista belga que evolucionó hacia el surrealismo en la década de 1940. Se formó en las Academias de Bruselas y Gante y en el Studio L’Effort de Bruselas. Durante su estancia en Ostende, recibió la influencia de James Ensor. A principios de la década de 1930, Van Damme se mudó a París, donde conoció al pintor y poeta italiano Bruno Capacci, quien se convirtió en su marido. Ella pasó mucho tiempo en París, el sur de Francia, Londres y Florencia. En 1941 entró en contacto con los surrealistas y participó en la Exposición Internacional Surrealista de 1947 en París, organizada por Breton y Duchamp. Sus obras de los años 1940 hacen claramente referencia a Picasso, De Chirico, Seligmann y también a Toyen. Expuso en la Bienal de Venecia en 1935, 1954 y 1962 y en la Bienal de São Paulo en 1953. Cuando más tarde se mudó a Florencia, comenzó a crear obras más abstractas antes de desarrollar un lenguaje muy personal lleno de signos y símbolos. Sus obras se convirtieron entonces en conjuntos de ideogramas compuestos por minipinturas con elementos abstractos y figurativos. Es de lamentar, sin embargo, que su obra surrealista de pinturas haya sido comprada por coleccionistas y rara vez aparezca en colecciones públicas. Suzanne van Damme es la artista invitada en esta edición de Agulha Revista de Cultura.
Agulha Revista de Cultura
Número 257 | novembro de 2024
Artista convidada: Suzanne van Damme (Bélgica, 1901-1986)
Editores:
Floriano Martins | floriano.agulha@gmail.com
Elys Regina Zils | elysre@gmail.com
ARC Edições © 2024
∞ contatos
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FLORIANO MARTINS | floriano.agulha@gmail.com
ELYS REGINA ZILS | elysre@gmail.com
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