Pedro Porras (1910-1990) consagró
más de medio siglo a desafiar las narrativas históricas convencionales,
desvelando los inquebrantables rastros de una civilización sepultada bajo las
sombras vegetales. Su meticulosa labor en estos menesteres ha dejado claro que
la Amazonía es hoy apenas un eco de lo que pudo haber sido, un eco que marca
con dificultad el umbral para concebir a las culturas no humanas.
Un siglo atrás, Rafael Karsten
(1879-1956) visitó estas tierras para escribir su afamado libro “Los Shuar, cazadores
de cabezas del Amazonas occidental”, en el que trazó una síntesis, demasiado
incompleta, sobre los espíritus que pueblan estas selvas. Por su parte,
clérigos investigadores, con pereza de atender a tantas deidades, en sus
tratados demonológicos lo redujeron todo a una sola: El Ivianchi.
Por el contrario, los filósofos
naturales, con dedicación y sin presumir de sus conocimientos, han invertido
incontables noches en discernir las diferencias entre las diversas criaturas
que habitan los bosques, desde las frías cumbres de los Andes hasta las cálidas
selvas tropicales. Gracias a ellos sabemos del señorío universal de Arútam, del
amor filial del caimán, de la increíble reencarnación del jaguar, así como del
refulgente trabajo de las luciérnagas. Pero también estamos al corriente de las
tesis más sobrecogedoras como el magnetismo visual de la anaconda, las entrañas
seminales del arco blanco, la mudanza infame del basilisco, el estupro solapado
del chuzalongo, la remilgada adaptación del duende, las apariciones peregrinas
de los antropomorfos, la reencarnación oprobiosa de ciertos seres en animales
del hogar y el gusto por amamantarse que tienen algunas culebras. Por ello, son
ellos los más calificados para diferenciar al wakani washi del shiro.
El presente escrito pretende ser una
primera aproximación, incompleta pero bienintencionada, al quehacer de los
filósofos naturales. Para ello, los autores de este trabajo, desprendidos de
florituras y brillos infecundos, se han ensuciado las botas recorriendo caminos
fangosos para recoger las palabras más simples, esas que han desechado los
filósofos naturales por considerarlas indignas de su esencia. Y con ellas han
reconstruido las historias de algunos entes naturales que los lugareños
atestiguan haberlas visto recientemente.
En consecuencia, el lector advertirá
que se trata de una obra despojada de los clichés etnográficos y antropológicos
que toman demasiada distancia como si fuese un asunto mitológico. Una obra
fantástica que afirma, de una vez por todas, que estos seres existen, aunque no
los hayamos visto en nuestras ciudades. Una obra con los monstruos más temidos
por quienes vivimos en carne propia las historias de nuestros antepasados. Una
obra para prolongar la existencia de algunas bestias agónicas y para aprender a
cuidarnos de las más ladinas. Una obra para ayudar al estudiante a cumplir su
tarea y al profesor a enviarla. En fin, una obra sedienta de lectores.
Los autores
INFORMACIONES
EDITORIALES
“Un libro de esta índole es necesariamente
incompleto; cada nueva edición es el núcleo de ediciones futuras” —Borges y Guerrero recordaban en
El libro de los seres imaginarios; esta tercera entrega confirma esa
intuición, incorporando criaturas, anécdotas y voces que ensanchan el mapa
simbólico de la Amazonía.
25 criaturas —de la Anaconda al
Yájanua— descritas con rigor etnográfico y pulso literario.
Prefacio crítico que contextualiza el cruce
entre mito, ciencia natural y filosofía amazónica.
Ilustraciones a color que dialogan con la
tradición de los bestiarios medievales y la gráfica latinoamericana
contemporánea.
Biografías ampliadas de autores e ilustrador,
recuperando sus vínculos vitales con la Amazonía ecuatoriana.
Con esta edición, LP5 Editora reafirma su compromiso con la bibliodiversidad y con la preservación de los imaginarios que dan sentido a nuestras selvas, heraldos de una Amazonía que, pese a toda amenaza, sigue hablando a quienes se atreven a escucharla.
[Los autores no proporcionaron fotos a la editorial]
MIGUEL CABRERA-ARÉVALO (Chordelég, Ecuador, 1955) es docente jubilado. Aunque nació en la Sierra, vive en la Amazonía desde su infancia. Hijo de colonos agropecuarios, mantuvo una estrecha relación con comunidades shuar, que lo integraron en actividades tradicionales como la caza y la pesca. Estas vivencias, junto con su labor docente, le permitieron recopilar historias orales que inspiran las criaturas del Bestiario Amazónico. Fue beneficiario de los Fondos Concursables del Ministerio de Cultura del Ecuador en 2010, 2015 y 2017. En su jubilación se ha dedicado a la escritura y ha sido incluido en antologías de narrativa ecuatoriana. Reside en Limón Indanza.
PATRICIO CABRERA-TENECELA (Macas, Ecuador, 1984) es autor de obras literarias de la Amazonía. Obtuvo una mención de honor en el Premio Nacional de Novela Breve Medardo Ángel Silva (2007). Ha colaborado en proyectos como Crónicas de Alta Mar (2017) y en antologías de literatura amazónica. En el ámbito académico, es investigador en varios proyectos, y docente de metodología en posgrados. Ha publicado numerosos artículos científicos sobre educación, trabajo, filosofía e identidad. Actualmente realiza estudios de doctorado en ciencias sociales en la Universidad de Salamanca (España) y dirige la South American Research Journal.
GEOVANNY CALLE-BUSTOS (Cuenca, Ecuador, 1977) es ilustrador, escultor y docente. Su obra combina elementos fantásticos y realistas, con énfasis en la relación entre arte, memoria y territorio. Fue reconocido con el Premio del Público en el Tercer Salón Nacional de Escultura del Museo Municipal de Arte Moderno (2006). Es profesor e investigador en la Carrera de Artes Visuales de la Universidad de Cuenca. Ha publicado artículos en revistas académicas y ha coeditado libros especializados, como Teoría de la forma (2019) y Hacia una nueva estética desde América Latina (2020), sobre nuevas perspectivas del arte en la región.
FRANKLIN CASCAES (Brasil, 1908-1983). Folclorista, ceramista, antropólogo, gravurista e escritor. Dedicou sua vida ao estudo da cultura açoriana na Ilha de Santa Catarina e região, incluindo aspectos folclóricos, culturais, suas lendas e superstições. Usou uma linguagem fonética para retratar a fala do povo no cotidiano. Seu trabalho somente passou a ser divulgado em 1974, quando tinha 66 anos. A Universidade Federal de Santa Catarina mantém um arquivo com a obra de Cascaes, aproximadamente 4.000 peças em cerâmica, madeira, cestaria, gesso, gravuras em nanquim e desenhos a lápis, além de um razoável conjunto de escritos que envolvem lendas, contos, crônicas e cartas, todos resultados do trabalho de 30 anos do escritor junto a população ilhoa coletando depoimentos, histórias e estórias místicas em torno das bruxas, herança cultural açoriana. Por sugestão de Elys Regina Zils, Franklin Cascaes é o artista convidado da presente edição de Agulha Revista de Cultura.
Agulha Revista de Cultura
Número 261 | junho de 2025
Artista convidado: Franklin Cascaes (Brasil, 1908-1983)
Editores:
Floriano Martins | floriano.agulha@gmail.com
Elys Regina Zils | elysre@gmail.com
ARC Edições © 2025
∞ contatos
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FLORIANO MARTINS | floriano.agulha@gmail.com
ELYS REGINA ZILS | elysre@gmail.com










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