MAURICIO KAGEL
Un
creciente y sostenido proceso de dasnarrativizacion general atraviesa la vida en
el mundo contemporáneo. Se asienta una sensación de fugacidad. Bajo regímenes de
híper producción el ser humano se transforma en un “animal laborans tardomoderno”.
Una entidad gerenciada por los flujos de la oferta y la demanda. El cálculo como
patrón rector de todo desplazamiento colabora definitivamente con la ideología del
adelgazamiento de sentido, imponiendo la lógica de lo liviano para que nada se haga
políticamente problemático
Desnarrativizar supone restar palabras a las imágenes, desbaratar
contenido y sustraer la necesaria complejidad que suponen los signos dispuestos
en un trayecto. Desnarrativizar es desalojar del sentido la densidad simbólica para
narrar las fuerzas que lo mueven.
El ruido como búsqueda y experimentación aspira a tensionar
las formas sonoras preconcebidas y consideradas tradicionales, aunque justamente
a veces su propuesta este lejos de las consideraciones o valoraciones académicas
o institucionales los artistas ruidistas se juegan entre la indiferencia y la porfiada
insistencia en actos estéticos que no aspiran a “cambiar la música” sino a pensar
figuras donde la disonancia radical abre otras vías de interpretación.
Si cierta música experimental en su fase hipermoderna ha entrado
en una tendencia hacia lo digital, asépticamente programada y de factura ultra limpia,
el ruido nos ha nutrido de una rugosidad tensa y critica, deformando y haciendo
estallar la ilusión de una realidad musical impuesta. Su operatoria de deformación
sonora toma elementos que nos rodean y se mezclan apropiándose de desechos y estímulos
exógenos no solo remitiendo en su acción a lo natural sino desanudando una compleja
traslación sónica de los diagramas con que se organiza nuestro orden subjetivo y
social. En estos trazados no es difícil leer las fuerzas que hoy crispan lo social,
lo económico y lo cultural.
El ruido y su política de contraposición de las dominancias
alteran la comodidad de las dinámicas del consumo avanzando desde una tipología
ideal del sonido hacia un deseo de desprogramación de una escucha automática a otra
donde se descubren y se leen traumáticamente a veces formas ocultadas e intentadas
domesticar para que se despojen de sus dificultades e incomodidades discursivas.
El ruido enciende narrativas y llena de sustancias los espacios donde la fantasía
tecnológica ha pretendido decretar la última palabra desautorizando la anarquía
de lo vivo.
En esta conversación, el músico ruidista Sebastián Tapia (1985)
habla de sus procesos y como ellos operan en consonancia con un deseo de investigar
vitalmente los espacios, movilizando cadenas de afectos, deseos y una profunda conciencia
de hacer lugar y territorio desde su cuerpo siempre en zigzag, en fugas y retornos.
SIC | ¿Que detonó tu
acercamiento al trabajo con sonido? ¿Cuáles son tus procedencias biográfico-culturales
y cómo desemboca en lo que vienes realizando?
ST | Creo que todo parte al haber sido
bombardeado por estímulos sonoros-visuales durante mi infancia, principalmente por
mi hermano Joan y luego por mi primo Pedro, con ellos conocí desde el folclore hasta
el grindcore. Sin duda ahí se formó mi amor por la música y el ruido. Cuando era
más grande asistía a un montón de tocatas, iba a ciclos de cine, escuchaba mucha
radio, principalmente la Radio Valentín Letelier quienes además, organizaban eventos
de música de vanguardia, también asistía a las fechas de Acéfalo, que tenía otro
nombre en ése entonces, ahí vi un montón de propuestas increíbles, cómo al Finao
Karkowski que me voló las orejas e hizo que me enamorara del ruido, eso fue el año
2007.
Creo que también algo importante fue cuando estudié sonido (2003)
y música (2007), no solo por el hecho de aprender “lo correcto”, sino porque ahí
conocí algunos compas que tenían inquietudes similares en relación a la experimentación
y el ruido, también ahí conocí a Graciela Muñoz y Cristián López quienes me mostraron
otro universo musical y sonoro. Luego en el 2011 viví un tiempo en Sao Paulo, ahí
comencé a participar de una orquesta de improvisación durante aproximadamente seis
meses app, al volver a Valparaíso decidí que mi camino tenía que ir por lo experimental
y así fue.
Desde ese entonces he participado en diferentes proyectos como:
Smisilastilan (2005-2013), Cola de Zorro (2008-2013), Kafarenass (2008-2010), Planeta
Minimal (2008-2010), Orquesta Errante (2011), Laboratorio de Arte Sonoro (2012-),
Colectivo Eunk (2013-2018), Hogareño (2014-), DONFERNANDO (2014-), SRTN (2016-),
Funcionario Público (2017-), Colectivo No (2018-), Rata Sorda Rec (2018-), Sísmica
(2019-), Soro (2019-). Con algunos de estos proyectos he tenido la suerte de poder
viajar, tocar en festivales y encuentros en: Chile, Argentina, Perú, Brasil, España,
Francia, Alemania y Estados Unidos. Además de grabar cerca de 40 discos.
SIC | Entre referentes,
influencias, citas e intertextos ¿Cómo se ha modelado tu trabajo? ¿Qué lugar ocupa
en él lo conocido y lo revisado? ¿Qué valor le asignas a conceptos como originalidad
o repetición?
ST | Por lo general en mis proyectos
creo mantenerme bien permeable, trato de escuchar harta música de distintos estilos,
por otra parte me gusta incorporar cosas que me rodean, que me parezcan interesantes
o que me llamen la atención, desde sacar, por ejemplo, nombres o ideas de noticias,
libros o películas, hasta recoger objetos en la calle y utilizarlos para hacer ruido.
En el proyecto Hogareño, junto a Renato Ortiz, utilizamos objetos que hemos recolectado
de nuestras casas o de la calle, cosas en desuso. Lo que me parece entretenido de
eso es poder darle vida a algo que aparentemente no tiene, además, estos objetos
crean un lugar común con la gente que asiste a nuestras presentaciones, claro escuchan
unos sonidos que pueden parecerles rarísimos, pero ese sonido abstracto es generado
por objetos que las personas manipulan a diario, como por ejemplo un tarro de café.
Recuerdo una vez en NY (2015), íbamos a presentarnos con Toto Alvarez e Isidora
Edwards en “Downtown Music Gallery” antes de tocar yo recogí unas latas de la basura
y encontré hasta una mesa para poder poner mi set de materiales reciclados, estábamos
junto a un amigo que falleció que se llamaba Ryan Walsh, él me dijo: “además de
guitarrista eres un basurerista”.
En relación a la originalidad, creo que es algo importante,
siempre y cuando no sea algo forzado. En lo personal, durante mi proceso creativo,
la verdad no pienso mucho si lo que hago es original o no, de lo que si me preocupo
es tratar de tener conciencia de donde estoy creando, en que tiempo y lugar, y ver
que ha sucedido antes y como eso influye en lo actual. Para eso hay que mantenerse
abierto a mirar y escuchar lo que sucede en nuestra contemporaneidad. Por otro lado
creo que la experimentación puede generar un resultado particular y original, quizás
no siempre, pero puede suceder.
Y sobre la repetición, se me viene a la cabeza el señor Álvaro
Peña que tiene una canción que se llama “La repetición mata” no sé qué habrá querido
expresar en su canción, pero el nombre me parece genial y concuerdo con eso, supongo
que por eso me encanta la improvisación, porque hace que las cosas estén en movimiento,
siento que es algo fresco, por eso también me gusta participar en varios proyectos
con formatos, personas e instrumentos diferentes, me gusta el movimiento de las
cosas.
SIC |¿Es posible tejer
una relación entre ruido y política? ¿Cómo definirías tu política del ruido?
ST | Claro que si, creo que el ruido
como expresión es una liberación y si es una liberación ha de ser porque existe
una represión. Dedicarse a hacer ruido, a mi parecer, es algo que se aleja del sistema,
del mercado de la música y del arte, ya que propone un paradigma distinto. Cuando
uno está en la experimentación te das cuenta que no hay mucho apoyo, que todo depende
de uno y estás obligado a practicar la autonomía en amplio sentido, creo que eso
es algo muy valioso que he aprendido durante estos años. Además en la actualidad
los creadores estamos obligados a hacer todo, crear, registrar, publicar, difundir,
organizar, cobrar la entrada, ver la parte técnica. Es agotador si uno está solo,
pero siempre hay alguien que apaña y es genial cuando comienzas a conocer gente
que está en la misma sintonía en otros lugares y comienzas a generar vínculos, a
trabajar en conjunto, eso es lo hermoso de todo esto, creo que esa es la forma con
la cual esta contracultura adquiere un sentido.
Mi política del ruido, o más bien mi acción en esta política,
tiene que ver con la propagación de expresiones sonoras que no tienen apoyo ni lugares
para difundirse y presentarse, a mí en lo personal me agota mucho el tema de la
gestión, de hecho tengo una visión bastante crítica hacia la gestión cultural, sin
embargo realizo esas labores por el compromiso que tengo con el ruido, por la necesidad
de compartir con gente, expresar ideas distintas a través del ruido y la experimentación.
Por eso desde el año 2013 he trabajado en la organización de actividades y también
por eso creé el proyecto Rata Sorda Rec para seguir esparciendo el ruido.
SIC | En tu proyecto
Funcionario Público el cuerpo aparece caracterizado como un trabajador oficinista,
el maletín es un meta dispositivo donde se crea y administra el sonido que se va
generando ¿Cómo fuiste armando ese personaje? ¿Cómo pensaste su performance?
Para nutrir el proyecto pienso en el cliché del trabajador que
no tiene tiempo para nada más en su vida, que es un esclavo del sistema y que por
diversas razones no puede escapar de esa situación, con una mezcla de asesino en
serie tipo “American Psyco” y con la histeria de Álvaro de Campo (heterónimo de
Fernando Pessoa). El ruido sería como la forma de expulsar o transmutar todo lo
negativo de este personaje, sería su liberación.
SIC | Rata Sorda opera
como banco de información acústica que se nutre de elecciones tuyas. Está curada
por afinidades que se organizan barrocamente. Cómo ves el problema del archivo sonoro
hoy. ¿Qué rol cumpliría en una época rebasada de información y producción?
ST | Desde el 2013 he trabajado haciendo
registros de audio en actividades vinculadas a la experimentación junto a Acéfalo,
Colectivo Eunk, Hogareño, entre otros. Cada vez que organizábamos una actividad
hacíamos el registro. De esa manera fue como llené mi computador (herramienta de
trabajo) de archivos de audio, hasta que el año 2018 decidí comenzar a publicar
todo el material que tenía. Así nace Rata Sorda Rec que se define como un espacio
de difusión de música experimental, ruido y otras expresiones sonoras.
En relación a la pregunta, el proyecto Rata Sorda Rec es totalmente
inútil, en el sentido utilitario o mercantilista, su única finalidad es compartir
(el compartir podría ser algo “revolucionario” en esta época individualista, (capitalista).
Actualmente la página tiene cerca de 120 archivos de audio. Imagínate, un archivo
que estaba alojado en un computador, donde nadie lo escuchaba, luego se publica
sin ser editado y ahora tiene más de 100 reproducciones, seguramente cuando fue
realizado el registro no llegaron más de 30 asistentes. Con esto podemos concluir
que se cumple el objetivo de difundir y compartir. Estos registros de audio se convierten
en archivos que nos permiten corroborar que algo sucedió, cómo una foto o un video,
de esta manera, para mí, adquieren un gran valor. Por otra parte los archivos que
hay en Rata Sorda son de artistas que se dedican a la experimentación de forma comprometida,
quiero decir que no es cualquier archivo, hay un trabajo y un bagaje tras cada propuesta
registrada.
Podríamos decir que el público de Rata Sorda son las personas
que gusten de expresiones sonoras más arriesgadas, que se escapen de los cánones
de la música tradicional.
Actualmente estamos trabajando junto a Renato Ortiz en el proyecto
y los planes son seguir registrando actividades en vivo principalmente en formato
de audio y foto, algunas veces en video de corta duración. Además estamos invitando
gente para publicar discos, por el momento virtuales, y estamos trabajando para
organizar una especie de festival, o mejor dicho, jornada de ruido “Rata Sorda Fest”
que haremos en Valparaíso en el mes de Noviembre.
ST | Creo que, al igual que muchas
otras cosas en la actualidad, los creadores sonoros deberíamos trabajar en la deconstrucción,
de alguna manera ya hemos dado un paso al estar generando sonidos o ruido de una
manera experimental, pero por lo general seguimos atrapados en ciertos modelos hegemónicos
del mercado, de la industria y la cultura musical.
Un desafío interesante sería quizás pensar e idear nuevas formas
de difusión, pienso por ejemplo que publicar en cassette, CD y vinilo está bien
pero quizás deberíamos idear otras formas. Con el proyecto Hogareño publicamos el
año 2016 un disco-fanzine que se llama “Picotéo” hicimos una convocatoria por internet
para que gente enviara textos e imágenes bajo ese concepto, fue algo entretenido,
en el sentido que no fue solo un disco, sino que hubo un trabajo colaborativo interesante.
Luego el 2017 hicimos un disco-objeto “A-LKX” la idea fue hacer un homenaje en vida
a Lukax Santana, un referente de la improvisación libre quien utiliza como instrumento
una amplia variedad de objetos cotidianos, por eso decidimos que el disco fuera
un objeto sonoro que tuviese un código con el link que te permitiera ir a la página
web donde está alojado el disco, nuestro amigo Rodrigo Acevedo nos propuso esa increíble
idea. El año 2016 con Hogareño organizamos “IV ciclo sonoro experimental” que consistió
en invitar a 4 proyectos a realizar una intervención en la feria del Belloto, en
dos de esas fechas nos cortaron la luz y nos echaron, pero lo importante fue el
vínculo que se generaba con las personas, claro, había de todo, unos nos odiaban
y otros agradecían lo que estábamos haciendo.
Creo que ese tipo de cosas, por lo menos para nosotros, nos
ayuda a mantener la experimentación viva y no estar estáticamente haciendo lo mismo
siempre.
SIC | ¿En qué medida
crees que los creadores ruidistas y Noise colaboran a tensionar críticamente los
modelos culturales centrados en la alienación y el consumo? ¿Su misión es únicamente
una operación de fractura o hay en definitiva un planteamiento estético también?
ST | Técnicamente podemos decir que
el ruido -noise- propone un quiebre a la larga tradición de la música occidental
(desde el siglo V hasta la actualidad) que se centra principalmente en la tonalidad.
Con esto podemos decir que al trabajar con ruido se propone un paradigma distinto
al de la música tradicional, ahora esto puede, o no, ser algo relevante, depende
de cada uno. Por otro lado, al igual que en todas partes, dentro de la gente que
se dedica al ruido encuentras variadas posturas e ideales, además de diferentes
líneas estéticas.
Por lo general a mí me gusta trabajar con gente y en actividades
con una linea más independiente y autónoma, me refiero a que no están vinculados
a una institución, tengo un grupo de amigos dentro y fuera del país que se mueven
de la misma manera y es muy gratificante encontrarse con personas que están en una
sintonía similar, organizando actividades, haciendo ruido y compartiendo.
SAMUEL
IBARRA COVARRUBIAS. De nacionalidad
chilena. Es artista e investigador independiente de performance. Es curador de muestras
y organizador de eventos en torno a la emergencia del cuerpo en el arte contemporáneo
en Chile. Su obra se muestra regularmente dentro y fuera del país. Es director de
los festivales de arte acción Maquina Mistral y ARTE y TRABAJO/ bio-políticas de la
productividad. Vive y trabaja en Santiago.
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SÉRIE PARTITURA DO MARAVILHOSO
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Agulha Revista de Cultura
UMA AGULHA NA MESA O MUNDO NO PRATO
Número 174 | junho de 2021
Artista convidado: Miguel Ángel Huerta Zuñiga (Chile, 1964)
Curador convidado: Enrique de Santiago (Chile, 1961)
editor geral | FLORIANO MARTINS | floriano.agulha@gmail.com
editor assistente | MÁRCIO SIMÕES | mxsimoes@hotmail.com
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