quinta-feira, 13 de novembro de 2025

CODINOME ABRAXAS # 08 – FESTIVAL INTERNACIONAL DE POESÍA DE MEDELLÍN (COLOMBIA)

 

∞ editorial | O espírito do vento e da poesia

 


 01 | Nos anos 1960, Século XX, a poesia encontrou um significativo eco internacional, cuja raiz se encontrava na América Hispânica, através da publicação de revistas e a realização de grandes eventos de leitura de poemas. Já em 1962 surge no México a revista El Corno Emplumado, que permitiu dar ampla voz à poesia de incontáveis países, indo além das fronteiras continentais. Margaret Randall e Sergio Mondragón foram seus principais impulsores. Logo chegaria o também poeta Miguel Grinberg, argentino que, apoiado pelo grupo de El Corno Emplumado, fundaria o Movimento da Nova Solidariedade, juntamente com a Liga Interamericana de Poetas. Em 1964 surge o Primeiro Encontro Americana de Poetas, com a presença de poetas de 15 países. A partir daí começam a surgir eventos de portes diversos em toda a América Latina, sendo o mais coeso deles o Festival Internacional de Poesia de Medellín, Colômbia, cuja primeira edição se deu em 1991. O poeta Fernando Rendón foi o responsável por sua idealização, assim como também pelo projeto editorial da revista Prometeo e, posteriormente, a criação do Movimento Poético Mundial. Longevo e vultoso, o Festival atravessa os tempos e resiste até hoje. A quem dele participou, sempre impressionou a organização e a imensa participação de público. A este Festival, que é hoje um símbolo quase isolado de uma ampla difusão da poesia, dedicamos a presente edição de Agulha Revista de Cultura, como um gesto de reconhecimento e cumplicidade. Contamos também com a presença do artista brasileiro Lucas Fier (1989). Surrealista contemporâneo, sua obra é permeada por temas como erotismo, o sagrado e a heresia, desafiando as fronteiras entre o sagrado e o profano, a realidade e o sonho, a objetividade e a subjetividade. Explorando elementos simbólicos com grande detalhe e uma técnica voltada para o realismo, ele funde estados oníricos, psicodélicos e fantásticos para exaltar a materialidade dos corpos, a opulência da vida e o fascínio pelo mistério. É doutor em História pela UFPR, mestre em Artes pela Faculdade de Artes do Paraná (Unespar) (2021) e bacharel em Desenho pela Escola de Música e Belas Artes do Paraná (Unespar) (2012). Em suas obras, utiliza óleo, grafite, caneta, tinta da Índia, aquarela e acrílico. Lucas Fier é o artista convidado desta edição da Agulha Revista de Cultura.

 


 02 | En la década de 1960, la poesía encontró una importante resonancia internacional, arraigada en Hispanoamérica, gracias a la publicación de revistas y la realización de grandes recitales. Ya en 1962, surgió en México la revista El Corno Emplumado, dando amplia voz a la poesía de innumerables países, trascendiendo fronteras continentales. Margaret Randall y Sergio Mondragón fueron sus principales promotores. Poco después, llegó el poeta argentino Miguel Grinberg, quien, apoyado por el grupo El Corno Emplumado, fundó el Movimiento Nueva Solidaridad, junto con la Liga Interamericana de Poetas. En 1964, tuvo lugar el Primer Encuentro Americano de Poetas, con la participación de poetas de 15 países. A partir de entonces, comenzaron a surgir eventos de diversa magnitud en toda Latinoamérica, entre los que destacó el Festival Internacional de Poesía de Medellín, en Colombia, cuya primera edición tuvo lugar en 1991. El poeta Fernando Rendón fue el artífice de su idealización, así como del proyecto editorial de la revista Prometeo y, posteriormente, de la creación del Movimiento Poético Mundial. De larga trayectoria y gran relevancia, el Festival ha perdurado a través del tiempo y continúa hasta nuestros días. Quienes participaron siempre se mostraron impresionados por la organización y la inmensa participación del público. A este Festival, que hoy es un símbolo casi aislado de la amplia difusión de la poesía, dedicamos esta edición de Agulha Revista de Cultura, como gesto de reconocimiento y complicidad. Nos acompaña también el artista brasileño Lucas Fier (1989). Surrealista contemporáneo, su obra está impregnada de temas como el erotismo, lo sagrado y la herejía, desafiando los límites entre lo sagrado y lo profano, la realidad y el sueño, la objetividad y la subjetividad. Explorando elementos simbólicos con gran detalle y una técnica orientada al realismo, fusiona estados oníricos, psicodélicos y fantásticos para exaltar la materialidad de los cuerpos, la opulencia de la vida y la fascinación por el misterio. Es doctor en Historia por la UFPR, máster en Artes por la Facultad de Artes de Paraná (Unespar) (2021) y licenciado en Dibujo por la Escuela de Música y Bellas Artes de Paraná (Unespar) (2012). En sus obras utiliza óleo, grafito, bolígrafo, tinta china, acuarela y acrílico. Lucas Fier es el artista invitado de esta edición de Agulha Revista de Cultura.

 


 03 | In the 1960s, poetry found significant international resonance, rooted in Latin America, thanks to the publication of magazines and the staging of large-scale recitals. As early as 1962, the magazine El Corno Emplumado (The Plumed Horn) emerged in Mexico, giving a broad voice to poetry from countless countries and transcending continental borders. Margaret Randall and Sergio Mondragón were its main promoters. Shortly afterward, the Argentine poet Miguel Grinberg arrived, who, supported by the El Corno Emplumado group, founded the New Solidarity Movement, along with the Inter-American League of Poets. In 1964, the First American Meeting of Poets took place, with the participation of poets from 15 countries. From then on, events of varying magnitude began to emerge throughout Latin America, among which the Medellín International Poetry Festival in Colombia stood out, its first edition taking place in 1991. The poet Fernando Rendón was the architect of its conception, as well as the publishing project of the magazine Prometeo and, later, the creation of the World Poetry Movement. With a long history and great relevance, the Festival has endured through time and continues to this day. Those who participated were always impressed by the organization and the immense public participation. To this Festival, which today is an almost isolated symbol of the widespread dissemination of poetry, we dedicate this edition of Agulha Revista de Cultura, as a gesture of recognition and solidarity. We are also joined by the Brazilian artist Lucas Fier (1989). A contemporary surrealist, his work is imbued with themes such as eroticism, the sacred, and heresy, challenging the boundaries between the sacred and the profane, reality and dream, objectivity and subjectivity. Exploring symbolic elements with meticulous detail and a technique geared towards realism, he fuses dreamlike, psychedelic, and fantastical states to exalt the materiality of bodies, the opulence of life, and a fascination with mystery. He holds a PhD in History from UFPR, a Master of Arts from the Faculty of Arts of Paraná (Unespar) (2021), and a Bachelor of Arts in Drawing from the School of Music and Fine Arts of Paraná (Unespar) (2012). His work utilizes oil, graphite, pen, India ink, watercolor, and acrylic. Lucas Fier is the featured artist in this edition of Agulha Revista de Cultura. 

Os Editores



∞ índice

 

CLAUS ANKERSEN | Un grito de guerra

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FERNANDO RENDÓN | La poesía como alumbramiento

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FERNANDO RENDÓN | Origen y actualidad de la revista Prometeo

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FLORIANO MARTINS | La cultura más allá de su tiempo y su lugar – Una entrevista con Fernando Rendón

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JAIRO GUZMÁN | Festival Internacional de Poesía de Medellín para un balance de sus primeros veinte años

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JIDI MAJIA | Identidad personal, voz grupal, conciencia humana

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MIGUEL HERNÁNDEZ DÍAZ | Reflexión filosófica del maya en el pasado y el presente

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SUSY DELGADO | La antigua búsqueda de la palabra-alma

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FESTIVAL INTERNACIONAL DE POESIA DE MEDELLÍN | Testimonios

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ZOË SKOULDING | Los cuerpos desterritorializados: un ensayo sobre la escucha

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Lucas Fier




Agulha Revista de Cultura

CODINOME ABRAXAS # 08 – FESTIVAL INTERNACIONAL DE POESIA DE MEDELLÍN (COLOMBIA)

Artista convidado: Lucas Fier (Brasil, 1989)

Editores:

Floriano Martins | floriano.agulha@gmail.com

Elys Regina Zils | elysre@gmail.com

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∞ contatos

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FLORIANO MARTINS | floriano.agulha@gmail.com

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ZOË SKOULDING | Los cuerpos desterritorializados: un ensayo sobre la escucha

 


Los intrincados remolinos y cavidades del oído crean un espacio negativo en el cuerpo, una abertura hacia el mundo y el lenguaje, tanto real como metafórica. La escucha podría considerarse el reverso del poema, la recepción silenciosa que enmarca la expresión lingüística, si no fuese por la escucha, que por sí misma se infiltra en el poema, determinando su composición, su forma y la relación con el lector. Si la escucha es difícil de precisar, esto puede deberse a que, como escribe David Toop, “los límites del sonido adolecen de transparencia”, al esparcirse en el aire –como sucede - o al llegar de los lugares más recónditos”, una carencia que crea relaciones desconcertantes entre las propiedades de los estados: el interior y el exterior, el material y el inmaterial en la medida en que los pensamientos se vayan convirtiendo en sonidos a través del habla, y los sonidos externos se vayan transformando en impresiones sensoriales que se transformen en pensamientos cuando pasen a través de los oídos y la membrana externa hacia la conciencia. [1]

El sonido de un poeta leyendo un poema podría grabarse en el oído de tal forma que se modifiquen las posteriores lecturas silenciosas de ese poema. Dado que escuchar implica un retraso de la señal acústica que llega al oído, y una nueva demora en el procesamiento y conversión de esa señal al lenguaje inteligible, estas dos experiencias (la de escuchar la voz del poeta y la de reinventarla por medio de la memoria) se encuentran más cercanas de lo que podríamos imaginar. Ambas cosas son ecos a posteriori, transformadas por el lugar de encuentro y sus resonancias. Este razonamiento nos conduce a expresar que la voz es también un eco que responde a otras voces, que la escucha tiene lugar antes de que el poema exista y que, independientemente de qué tan original sea el poema, éste no puede estar completamente aislado de las comunidades ni de las continuidades sonoras que lo preceden. El Festival de Poesía se constituye de esta manera en un buen ejemplo de las comunidades sonoras y de escucha. Escuchamos poesía de la traducción, aunque podamos estar capturando tan sólo fragmentos de un lenguaje que entendemos parcialmente. Esforzamos nuestros oídos y prestamos atención a lo desconocido. Como poetas, podemos llegar marcados con los más arraigados sellos de diversas nacionalidades, pero ingresamos a una comunidad más vasta en la que las ideas alternativas habitan entre las lenguas sin poseer territorio alguno.

El libro breve de Jean-Luc Nancy, Listening, enfatiza 'l'écoute' como un medio para dirigir la atención hacia el mundo.

 

Escuchar es tendre l’oreille, -literalmente, extender la oreja – expresión que evoca una movilidad particular entre los aparatos sensoriales del pabellón auricular del oído-; una intensificación y una preocupación; curiosidad y ansiedad. (…) Si “oír” es entender el sentido […] escuchar es esforzarse por encontrar un posible significado y, como consecuencia, uno que no sea accesible de inmediato. [2]

 

Nancy define la escucha como un patrón de relaciones a través de las cuales se forma la subjetividad; el oyente existe en un universo de materia en movimiento, y el objeto se forma por la relación de la percepción individual ante dichos movimientos. [3] A este respecto, mucho depende de los contextos lingüísticos y filosóficos en los que se utilizan estos términos. Entendre en francés significa no sólo escuchar sino también absorber lo ya comprendido mientras que escuchar, écouter, es la actividad que nos conduce hacia nuevas relaciones. A nuestro alrededor todos somos testigos de los efectos políticos del miedo a lo desconocido y a lo extraño: el desafío de escuchar es el desafío de permanecer abiertos al otro.


Esta tensión entre oír y escuchar puede plasmarse de diferentes maneras. El poeta norteamericano, Charles Bernstein, distingue entre cómo escuchamos el discurso oral y cómo escuchamos el sonido que no surge del habla, señalando cómo la poesía regresa el lenguaje a su materialidad, activando una fusión entre los dos tipos de escucha. Él usa los términos “oír” y “escuchar” en un sentido casi inverso al de Nancy, lo que sugiere que “la poesía crea en buena medida las condiciones necesarias para oír (no sólo para escuchar) una lengua extranjera: la escuchamos como idioma, no como música o sonido, aunque no podamos procesar inmediatamente su sentido”. [4] Él arguye que la poesía puede expandir la percepción de los oyentes del mundo inanimado cuando dejan de oír y comienzan a escuchar; es decir que, al no decodificar, se inicia un acercamiento mediatizado por la simple interferencia de la lengua”. [5] El escuchar poesía en un idioma extranjero puede revelarnos los aspectos musicales del poema, pero también nos permite convertirnos en extranjeros de la lengua misma, escuchándola como si fuera la primera vez.

Tanto la poesía como la música ofrecen un espacio en el que lo que se escucha puede tornarse audible. Lejos de ser un refugio para la nostalgia, puede ofrecer nuevos entendimientos. Joan Retallack describe el impacto permanente que tuvo el descubrimiento de John Cage sobre el silencio como algo “densamente, ricamente, inquietantemente pleno. Pleno de esas cosas que no habíamos visto y que hasta “ahora” podemos advertir; o porque observándolas a regañadientes, las habíamos descartado por considerarlas simples tonterías o ruidos.” [6] La antesala de la observación es la orilla del conocimiento. Este es el punto en el que opera la escucha. El argumento de Retallack se mueve desde el ámbito auditivo, “la pieza silenciosa” del famoso 4’33” de Cage, hacia un silencio cultural más amplio; en este caso, la atención a las escritoras: “Si antes el silencio era lo que no estábamos preparados para oír, el silencio es actualmente lo que hace audible, aunque ininteligible. El reino de lo ininteligible es la frontera permanente, lo que queda fuera del alcance de lo culturalmente preconcebido […]”.[97

Si la idea de frontera sugiere una forma activa y vanguardista de la escucha, paradójicamente se entrelaza con el silencio y con los sonidos de la otredad que se resisten a la apropiación territorial. El fallecido poeta británico Tom Raworth, en una entrevista realizada en 1972, describe, con honestidad y receptividad, su concepto sobre la escucha de un texto: "Realmente no tengo juicio alguno sobre la cuestión del conocimiento. En absoluto. Mi idea va en sentido contrario, como usted sabe. Seguir completamente vacío y ver entonces lo que sobrevenga.  Las múltiples críticas y puntos de vista de un poema de Raworth parecieran ser mera distracción, salvo que su sinceridad es la antítesis de los efectos absorbentes por las redes sociales. Y es por ello que la escucha es importante: como práctica cultural, ya que ésta puede ser un medio para pensar más allá de los actuales enfoques cognitivos. “La escucha disruptiva”, como la describe el artista sonoro Hildegard Westerkamp, es un medio para llamar la atención sobre el tiempo y las experiencias simbólicas, una resistencia que es necesaria, nos dice, porque “el poder del mundo empresarial nos empuja para que sucumbamos a la percepción temporal del 24/7, que amenaza con desequilibrar de manera profunda nuestros ritmos de vida , y, como una prolongación de ello, el peligroso quiebre que ya se observa en las condiciones biológicas, ambientales y ecológicas de la tierra. [8] “El papel del artista no es sólo escuchar sino articular eso que escucha para los demás, porque lo que experimentemos de manera negativa y perturbadora proviene no sólo de los signos sino del ruido, la alteridad y la resiliencia.


Si la idea de escucha ambiental, destacada por Westerkamp, es fundamental para percibir el tiempo, una forma más social de la escucha también es fundamental para alcanzar el sentido de comunidad que está igualmente amenazado por la hiperactividad virtual. Las estructuras de las redes sociales determinan que, en lugar de que éstas sirvan como un medio para que establezcamos una conexión real entre todos, propendemos a develar nuestras propias imágenes a través de ellas. Como expresa Byung Chul-Han,

 

El mundo virtual es pobre en la alteridad y en la resistencia (Widerständlichkeit) que nos ofrece. (…) En todos los espacios imaginarios de la virtualidad, ante todo se halla el ego narcisista. Cada vez más, la virtualización y la digitalización están haciendo que lo real desaparezca, lo que hace que se pueda reconocer a sí mismo debido a la resistencia. [9]

 

Una de las causas de esto, desde la perspectiva de Han, es la falta de un destinatario concreto en muchas de las interacciones que se dan en las redes sociales. [10] “Sin la presencia del Otro, la comunicación degenera en un intercambio acelerado de información”, y, en ausencia de una relación de vecindad, no puede haber comunidad, dado que “la comunidad es la audiencia”. [11]

 

La escucha sucede en los espacios: la escucha del discurso oral es modificada por la materia desde las cuerdas vocales que producen el sonido hasta la amplificación en un salón: el discurso hace que los pensamientos se materialicen, vinculando la experiencia vivida en comunidad con la de un entorno físico activo. La escucha también transforma los espacios. El espacio temporal del Festival de Poesía es una oportunidad para experimentar un solo poema desde múltiples perspectivas: cada oyente escuchará algo diferente, creando un espacio multidimensional en el poema para hallar múltiples formas de habitar el mundo.




NOTAS

[1] David Toop, Resonancia siniestra: La mediumnidad del oyente (Londres: Bloomsbury Publishing).

[2] Jean-Luc Nancy, Escuchar, trans. Charlotte Mandell (New York: Fordham University Press, 2007).

[3] Nancy, Escuchar.

[4] Charles Bernstein, Close Listening: Poetry and the Performed Word (Oxford: Oxford University Press, 1998).

[5] Bernstein, Cerca de escuchar.

[6] Joan Retallack, La apuesta poética (Berkeley: University of California Press).

[7] Retallack, La apuesta poética.

[8] Byung-Chul Han, La expulsion del otro (Cambridge: Polity Press, 2018).

[9] Byung-Chul Han, The Burnout Society (Stanford: Stanford Briefs, 2015).

[10] Byung-Chul Han, The Expulson of the Other (Cambridge: Polity Press, 2018).

[11] Han, The Expulsion of the Other.




ZOË SKOULDING (Gales, 1967). Poeta, editora, música, performer y profesora universitaria. Ha publicado, entre otros, los libros de poemas: El comercio del espejo, 2004; Alambres oscuros, en colaboración con Ian Davidson, 2007; El museo de los sonidos evanescentes, 2013; Teñido, 2016; y Las habitaciones y otros poemas, 2018. En la actualidad trabaja como investigadora en la Universidad de Bangor, donde explora el sonido en la poesía, la traducción, y la relación entre poesía y espacio urbano. También enseña escritura creativa. Entre 2008 y 2014 fue la editora de la prestigiosa revista Poetry Wales. Dundó y dirigió el Festival Internacional de Poesía de Gales entre 2012 y 2017. Recibió el Premio Cholmondeley de la Sociedad de Autores en 2018 por su contribución a la poesía.




LUCAS FIER (Brasil, 1989). Surrealista contemporáneo, su obra está impregnada de temas como el erotismo, lo sagrado y la herejía, desafiando los límites entre lo sagrado y lo profano, la realidad y el sueño, la objetividad y la subjetividad. Explorando elementos simbólicos con gran detalle y una técnica orientada al realismo, fusiona estados oníricos, psicodélicos y fantásticos para exaltar la materialidad de los cuerpos, la opulencia de la vida y la fascinación por el misterio. Es doctor en Historia por la UFPR, máster en Artes por la Facultad de Artes de Paraná (Unespar) (2021) y licenciado en Dibujo por la Escuela de Música y Bellas Artes de Paraná (Unespar) (2012). En sus obras utiliza óleo, grafito, bolígrafo, tinta china, acuarela y acrílico. Artista invitado de esta edición de Agulha Revista de Cultura.

  



Agulha Revista de Cultura

CODINOME ABRAXAS # 08 – FESTIVAL INTERNACIONAL DE POESIA DE MEDELLÍN (COLOMBIA)

Artista convidado: Lucas Fier (Brasil, 1989)

Editores:

Floriano Martins | floriano.agulha@gmail.com

Elys Regina Zils | elysre@gmail.com

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FESTIVAL INTERNACIONAL DE POESIA DE MEDELLÍN | Testimonios

 


INTRODUCCIÓN: Hemos reunido aquí una selección de testimonios de diversas personas que estuvieron presentes en diferentes ocasiones en el Festival Internacional de Poesía de Medellín, testimonios que fueron solicitados para esta edición, así como otros que fueron enviados directamente a Fernando Rendón, con el fin de destacar la importancia de este evento en el panorama poético de nuestro tiempo. [FM]

 

1.

La idea de que la poesía pueda salvar una ciudad, cambiar la imagen de un país, sólo se le puede ocurrir a aquellos que creen en los sueños dentro de los sueños, pero a la vez están siempre muy despiertos, como reflexionaba Rilke, o como hubiera podido pensar Borges, sino le hubiera tocado en suerte fundar su ciudad y no tener que reconstruirla a partir de los escombros.

No otra cosa me viene al encuentro cuando recapacito en lo que es y ha sido y seguirá siendo el Festival de Poesía de Medellín: esta empresa de poetas a todo corazón, poetas que comprendieron que si la palabra controlada por las fuerzas de poder, era el arma destructora de la sociedad colombiana, esa misma palabra, envuelta en poesía, podía ser constructora no sólo de una realidad en sueños sino en vida.

Aunados a los esfuerzos de otros hombres y mujeres tan corajudos como ellos, estos poetas de Medellín, con las herramientas de versos y metáforas, levantaron la ciudad, le colocaron una columna vertebral allí donde habitaba una masa humana humillada por su propia miseria. Y así, el Festival de Poesía de Medellín no fue y sigue siendo sólo una empresa de celebración de la belleza, del alma de los pueblos que va dentro del poema, sino la presencia decisiva de esa luz que ayuda a disipar las sombras en las que lamentablemente nuestro país ha vivido por mucho tiempo. Que la comunidad mundial así lo haya reconocido, que hoy en día miles de poetas de todo el mundo celebren la realidad de la poesía en Medellín, es prueba contundente de esto.

Creo oportuno señalar aquí que hace varios años salió en Italia el libro Mappe Colombiane, del poeta Alessio Brandolini, hermoso libro que tuve la fortuna de prologar y que surgió de la visita de este poeta al Festival. Este libro, franco, directo al corazón del país, hubiera sido impensable sin los caminos que los poetas de Medellín, gracias al Festival, mantienen abiertos. Y así como éste, muchos poetas más han escrito y continuarán escribiendo sobre Colombia. A comienzos de este siglo, en Atenas, el poeta griego Tassos Denegri me recordaba todo su amor por Colombia, y la felicidad de sus días en Medellín. Tuve la fortuna de acompañar a este amigo poeta, tan querido siempre y tan lamentado por su ausencia, en sus días en el Festival. Fuera de la intensa belleza de la lectura de sus poemas en cárceles (esta vez de mujeres) y en barriadas pobres, un día libre fuimos con nuestras esposas a ese pueblo cercano a Medellín que se llama Santafé de Antioquia. Pueblo hermoso con un viejo puente sobre el río Cauca, río que me acompaña desde mi infancia en Cali, miles de kilómetros al sur. Tassos me contaba de nuevo de su amor por Colombia desde los días en que un grupo de estudiantes colombianos en Roma le enseñaron que uno puede ser un magnífico estudiante al mismo tiempo que un empedernido parrandero. También, y esto fue muy profundo, el poeta colombiano Jaime Jaramillo Escobar, amigo mío desde mi infancia de poeta rebelde nadaísta, quien no asistía al Festival por ser un poco huraño y muy reservado, me pidió el favor de presentarle a Tassos. Su propósito era besarle la mano a quien cargaba la sangre y el espíritu de Homero. Y así lo hizo. Tassos estaba muy sorprendido, como se puede suponer.

Muchos poetas amigos y admirados pude ver en el Festival durante las dos o tres veces que allí participé. Recuerdo a Rafael Cadenas bailando rumba con mi esposa Constanza a instancias de su esposa Milena, quien quería verlo bailar una vez en su vida. También están presentes en mi memoria poetas como Rogelio Echavarría con quien me unió siempre una gran amistad, Mario Rivero tratando de sacudirse su contagio con el nadaísmo en su juventud, Juan Manuel Roca exhibiendo su ingenio desde el barroco bar, y los poetas de mi viejo Cali Orietta Lozano, Horacio Benavides, Julián Malatesta. Y muchos más, siempre en esa fiesta de amor donde vuelan y bailan las palabras.

Hubo una época en que el Festival sufrió una embestida de fuerzas oscuras, rabiosas y malignas, la cual recuerdo con profunda tristeza. Algunos poetas colombianos se lanzaron injustamente y sin razón contra el Festival de Poesía, esgrimiendo diferencias políticas tan circunstanciales y perecederas, como es el hecho de que tiempo atrás estos mismos poetas habían sido defensores de esas mismas ideas que ahora abominaban. Estos poetas me llevaron a pensar en la intolerancia que desarrollan esos fumadores y bebedores, que han dejado de serlo, contra aquellos que todavía celebran su liberadora oralidad. Uno de ellos que ahora se bautizaba en la extrema derecha política, recuerdo, celebraba años antes las obras completas de Mao, sin importarle para nada el horror de la “revolución cultural”. Afortunadamente, poco tiempo después, esa turba enceguecida por odios personales e ideológicos, se dispersó y fue despareciendo poco a poco.

Personalmente nunca he defendido ninguna idea política, nunca he seguido a un líder o comandante. Abomino la facilidad de lo circunstancial. Me adhiero a la siempreviva poesía, a ese grano de arena que no puede aplastar lo que de más vil tiene el hombre: la pobreza de ser. Por eso hoy desde mi casa al lado del río Ohio, levanto mi mano para saludar desde esta tribuna abierta por el gran amigo y poeta Floriano Martins, a mis amigos del Festival de Poesía de Medellín, festejar con ellos su libertad de pensar, de vivir, de crear, que es nuestra libertad, la libertad de la poesía.

ARMANDO ROMERO | Poeta, narrador, ensayista, Colombia

 

2.

El Festival Internacional de Poesía de Medellín, ese milagro que desde hace treinta y cinco años —cuando en Colombia aún se sufría el azote de la narcoviolencia—, nos ha dado acceso a poetas que de otra forma no habrían enriquecido nuestras vidas. La persistencia y excelencia del Festival ha logrado mantener en alto la bandera de la poesía en momentos en los que la esperanza se pierde e invade el desánimo.

Nunca he asistido, me encantaría ir; pero ver en los videos que publican cómo cientos de personas se congregan a escuchar a poetas de países muy lejanos, que quizás hasta desconocen, me parece una bendición. La Memoria Audiovisual de las lecturas que se guarda en su página web, los más de mil videos subtitulados en español de noventa lenguas, que incluyen a casi mil poetas provenientes de ciento setenta países y cuarenta y una naciones indígenas, constituye uno de los mejores regalos que la ciudad de Medellín le ha hecho al mundo.

Este espacio imprescindible para la poesía me permitió escuchar por primera vez, entre otros, la "Canción de los dos mundos” del colombiano William Ospina, los poemas en maya quiché de Humberto Ak’abal, la maravilla de “En el principio” de la maorí Katarina Kawana de la nación Aotearoa de Nueva Zelanda y leer también” La Creación” de la hondureña imprescindible, Amanda Castro.

Solo quiero expresar mi inmensa gratitud a los organizadores del Festival Internacional de Poesía de Medellín y mi esperanza de que sigan por muchos años más.

MARITHELMA COSTA | Poeta, Puerto Rico

 

3.

En estos tiempos oscuros, en esta hora en la que la humanidad se coloca en las fronteras de la rabia, el vacío y la incertidumbre, frente a la crueldad del genocidio sionista en Palestina y la amenaza de una invasión estadounidense en el Caribe, los poetas nos acercamos a los lugares que nos unen; a ese foco de todas las luces que por tres décadas ha dado voz y arraigo mundial a lo creativo: el FESTIVAL INTERNACIONAL DE POESÍA DE MEDELLÍN, que hoy sufre la embestida de los poderes más mezquinos que amenazan con estrangular su misión y libertad.

Como panameña, nieta de colombianos, crecí mirando siempre hacia la Patria Grande, a los países del Libertador Bolívar; estudiando entre asombros la obra épica que nos dio historia en una misma identidad. Por ello, cuando fui invitada al Festival —aunque era el año de la pandemia— participé con entusiasmo y muchísimo agradecimiento porque sabía de su importancia, de su extensión sin fronteras, y me sentí parte de un concierto literario sin igual.

Hoy me entristece que se atente contra el futuro de esta institución pionera y gigantesca que es el Festival Internacional de Poesía de Medellín: símbolo de resistencia, patrimonio de la humanidad y expositor solidario de todas las culturas. Me entristece, además, porque este empeño destructivo se dirige contra Medellín, una ciudad que supo alzarse —como ave Fénix— de sus duras turbulencias y que ahora brilla establecida como piedra fundacional de todos los festivales mundiales de poesía.

La humanidad atraviesa un momento existencial de espanto colectivo. Es la hora de los desafíos y, por lo tanto, de tomar partido. No dejemos que la indiferencia nos aturda. Unamos nuestras voces como poetas, como intelectuales, como seres solidarios y sensibles y protestemos contra la iniquidad que atenta contra la existencia del Festival Internacional de Poesía de Medellín. Esta no es una petición banal: es una cuestión de decidir entre cultura o aniquilamiento.

En mitad de la rabia y la tristeza —pero también con esperanza— levanto mi voz en protesta y ofrezco desde aquí todo mi apoyo al poeta, gestor y director del evento, Fernando Rendón, a la querida Gloria Chvatal, a Luis Eduardo Rendón y a toda la estructura de organización para que el Festival Internacional de Poesía de Medellín continúe siendo ese gran amplificador de voces que el mundo necesita para contrarrestar la banalidad, la incultura y la indiferencia.

GIOVANNA BENEDETTI | Poeta, Panamá

 

4.

No ha existido en los últimos años un festival de poesía como el Festival de poesía de Medellín. ¿Cuál ha sido su valor excepcional? Podría resumirlo en su lema: la poesía como reconciliación de la humanidad.

Medellín fue la ciudad conocida por la violencia, el terror, el narcotráfico, especialmente en los años 80 y 90. ¿Qué hacer contra esta cultura de la muerte? Era la pregunta. La respuesta vino de la poesía. Los poetas Fernando Rendón, Gabriel Jaime Franco y muchos y muchas más se unieron a este sueño convocando, en abril de 1991, al Primer Festival de Poesía de Medellín. Unir poesía y ciudad promoviendo la paz, fue su primer objetivo.

35 años han pasado, el festival ha crecido hasta tal punto en que Medellín se ha convertido en la capital mundial de la poesía. Diferentes idiomas, razas, pueblos y culturas reunidos en una ciudad que expande la voz poética de Asia, Oceanía, Naciones Indígenas, Europa, América y África, por eso, no es extraño que en 2006 recibiera el Premio Nobel Alternativo “por su labor de promover el diálogo y la paz por medio de la poesía”.

Tuve el honor de ser invitada en 2019 a la versión 29° del Festival. Ya algunos poetas de mi país habían sido testigos de su cordialidad, generosidad y grandeza. Mi compañera ese año fue la poeta de la Nación Mapuche Maribel Mora Curriao, quien fue una de las inauguradoras del evento dedicado ese año a las comunidades y soberanía de los pueblos.

El ambiente cálido, afectivo y festivo me hizo compartir de manera cercana intercambiando conversaciones, libros y poemas con poetas tan distintos como Shen Haobo, de la república Popular China, Tyehimba Jess, de los Estados Unidos, Margarita Losada, de Colombia, Rethabile Masilo, de Leshoto, Amale Haddazi, de Marruecos entre muchos otros y otras. Conocer a través de sus poemas, la realidad de otros países y regiones que añoran la paz. Reencontrarme, también, con amigas-poetas queridas, como Diana Bellessi, de Argentina. Llegar hasta pueblos pequeños de distintos Municipios de Antioquia a compartir lecturas con alumnas y alumnos de colegios; recorrer calles de pequeñas ciudades con nombres bíblicos, en que la violencia pasada dejó sus marcas y donde ahora los y las jóvenes han dejado sus poemas como muestras de reconciliación. Conocer el Proyecto Gulliver, dirigido a niños, niñas y adolescentes que han vivido conflictos.

Cómo no admirar y replicar en nuestros países y comunidades la forma en que este Festival recoge lo mejor de la poesía, admirar y reconocer los esfuerzo de sus fundadores y continuadores: hombres y mujeres poetas que han logrado la unión de seres humanos que, desde otra lógica, se han comprometido con la acción: en este caso, la instalación a través de los años de una gran comunidad pensante que lucha mediante la palabra, canción, danza, signo, contra la ferocidad del sistema y las mentes que están detrás, las que en pocos años con promesas baratas o incumplidas se han apropiado o absorbido la libertad de otras mentes, de otros seres. ¿Cómo detener esa avalancha?

Y aquí está la grandeza del Festival de Poesía de Medellín que durante tres décadas nos ha mostrado la forma quieta, sin armas, para resistir la avalancha: la poesía y la unión.

Hoy este Festival se ve amenazado por una derecha política que, desde el Municipio, quiere imponer su lógica y terminar con la efectividad de un evento que contradice su actuar. La poesía no tiene armas que dividen, matan, secuestran. El gran mérito de este Festival de Poesía es que muestra, contagia, engrandece, comunica y hace pensar, crear.

Es absolutamente indispensable que el Festival de Poesía de Medellín, tal como se ha desarrollado hasta ahora, continúe con su labor mundial en pro de la paz y la humanidad.

SOLEDAD FARIÑA | Poeta, Chile

 

5.

Triste fue mi sentir al enterarme de las dificultades que atraviesan, cuestionando la supervivencia misma del festival. El mundo más que nunca tiene necesidad de poesía, para cantar al amor frente a la pandemia de odio, para promover solidaridad entre los habitantes del planeta frente a los constructores de muros y excavadores de grietas, para valorar la sensibilidad humana frente a artificiales inteligencias y un desarrollo tecnológico cuyas consecuencias estamos lejos de imaginar.

Más allá de divisiones políticas y discursos pre moldeados el mundo tiene necesidad de la palabra poética para acercarse a la verdad, salir del laberinto, reencontrar la luz.

Participé del Festival Internacional de Poesía de Medellín, pude apreciar personalmente el valor de esos momentos compartidos con otros poetas y un público numeroso que, en escuelas, universidades, asociaciones barriales, clubes deportivos… asistía con avidez a nuestras lecturas, produciendo la alquimia que le dio renombre internacional a vuestro festival.

Si esta modesta misiva solidaria llega a quienes tienen poder de decisión sobre la continuidad del Festival Internacional de Poesía de Medellín, les pido por favor considerar que se trata de más que un festival, se trata de un oasis de vida y esperanza, de horizontes solidarios. Los desiertos hostiles crecen, sepamos cultivar estos oasis.

JOSÉ MUCHNIK | Poeta, Argentina

 

6.

En el tiempo casi como si fuese un milagro fueron dejando atrás, el penoso y dolido nombre de el cartel de Medellín que sembró la muerte a diestra y siniestra en su territorio; ya es casi olvido, o al menos ya la bella Medellin no está asociada al antojo de Pablo Escobar y sus secuaces. La profunda y valiente lucha desde la palabra poética que ha emprendido Fernando Rendón y un comprometido equipo de trabajo, durante 35años asocia, para el mundo todo, la palabra Poesía a su emblemático nombre.

Lejos la guerra y la muerte, cerca la palabra construyendo belleza y justicia. Hoy y gracias a la perseverancia y capacidad de gestión de sus organizadores la asociación inmediata al oír su nombre: es Festival Internacional de Poesía de Medellín.

Estuve en el año 2017 y vivencié el modo de construcción de un trabajo que realiza la Escuela de Poesía de Medellín y el proyecto Gulliver, que no empieza y acaba en los días que dura el Festival, al visitar escuelas, municipios, teatros y bibliotecas, en cada uno de estos sitios pude comprobar que la participación de la comunidad es el producto de una participación activa y comprometida en el día a día.

Exigimos la continuidad de este faro de libre expresión, de reconocimiento a la diversidad de lenguas y de voces, de poesía compartida, de uno de los pocos donde el arte es resistencia, belleza y compromiso.

Con gratitud siempre

TINA ELORRIAGA | Poeta, Argentina

 


7.

Queridos amigos poetas de Medellín:

Con todos los amigos poetas de Francia estoy a vuestro lado: el Festival que organizáis (¡con corazón y profesionalismo!) en Medellín es un acontecimiento mundial: ¡atrae las miradas del mundo entero sobre Colombia, desde donde se extiende un mensaje de paz por la escucha y la creatividad!

¡Es el mundo que se da cita en esta ciudad magnífica y en los pueblos más pequeños de las montañas circundantes donde la poesía es compartida, escuchada y esperada!

Jack Lang nuestro ministro de Cultura siempre pone como ejemplo este fascinante lugar de Colombia donde late el corazón de la poesía más inmensamente compartida! Es la idea misma de cultura, de multiplicación de las lenguas, es la riqueza humana que es vuestra tradición y también vuestro proyecto: esto nos es vital, para la amistad de cada uno y la conciencia universal.

¡Qué mensaje para la juventud del mundo! Su mensaje se ha vuelto aún más importante en la era informática, donde los jóvenes aprenden de usted estos valores fundamentales: la palabra, la creatividad, la escucha, el encuentro, en una palabra: la poesía. ¡Viva el festival de Medellín!

ALAIN BORER | Poeta, Francia

 

 

8.

El Festival de Medellín se creó cuando la gente necesitaba un apoyo espiritual como la poesía para guiarlos hacia la bondad y el humanismo.

¡Todos los colombianos deberían estar orgullosos del Festival de Medellín, porque es el festival más grandioso y famoso! ¡Es fácil destruir algo tan bueno, pero muy difícil de crear! No todos los países, ni todos los organizadores y poetas, son capaces de organizarlo a tal escala.

¡El gobierno de la ciudad de Medellín hizo un gran trabajo apoyando a su principal instigador, el gran poeta y glorioso colombiano Fernando Rendón! Debes continuar apoyando esta misión sagrada.

Si destruyes un proyecto tan grande del siglo, serás avergonzado. ¡Que la historia los registre con letras de oro como amables mecenas de poetas del siglo XXI, en lugar de villanos! Creo que entiende nuestra petición. En nombre de los poetas, con gran respeto,

ALTYNAI TEMIROVA | Poeta, Kirguistán

 

9.

Concejo de Medellín

Gobierno de Colombia

Les saluda Susy Delgado, poeta y periodista paraguaya que ha tenido el privilegio de participar de uno de los encuentros anuales del Festival Internacional de Poesía de Medellín y vino siguiendo con interés y admiración la andadura de esta fiesta mundial de la poesía a través de los años.

Considero que este festival es uno de los acontecimientos culturales de mayor importancia y proyección cultural no solo en América sino en el mundo. Concebido y desarrollado en torno al arte mayor de la literatura –la poesía-, ha logrado convocar a centenares de sus cultores, destacados representantes de la enorme diversidad lingüística y cultural del planeta. Y ha convertido estas reuniones grandes por sí mismas, en semilleros que van extendiendo su maravillosa carga sensibilizadora hacia todos los puntos cardinales. Se ha ubicado en el sitial de paradigma en su género, inspirador de numerosas y variadas iniciativas de promoción y difusión de la poesía.

En un tiempo agobiado por las inequidades que en muchos casos se expresan en dolorosos desencuentros, la palabra poética sigue siendo simiente de paz y convivencia armónica que debe preservarse entre las más caras riquezas culturales.

Por estas razones aquí resumidas, me permito solicitar de ustedes –y por su intermedio a las autoridades y entidades colombianas pertinentes- el apoyo a la continuidad del Festival Internacional de Poesía de Medellín, considerada fundamental por mí e innumerables escritores y personas del mundo.

Agradeciendo su atención, les saluda

SUSY DELGADO | Poeta, Paraguay

 

10.

Ante las amenazas y otros agravios que enfrenta el Festival Internacional de Poesía de Medellín, un evento que ha sido un faro cultural para nuestra región, hago un alto para dejar patente mi admiración y respeto hacia lo que representa este encuentro, el cual ha ayudado a crear una identidad poética a nivel regional, dándole un rostro nuevo a esta geografía.

La obra que se ha generado a lo largo de tantos años de ejercicio poético define una grafía tan diversa y resonante, cuya espina ha logrado congregarnos alrededor de la misma herida, la misma sutura y de la misma sangre que late en nuestras venas.

En esta imaginería de guerras silenciosas, donde el progreso arrasa con la diversidad, la expresión poética recrea nuevas realidades y encuentra un modo sensible y sostenible de llevar adelante tanta humanidad postergada. La poesía nos da la posibilidad de respirar en medio de la adversidad, ella es el aire de todas las artes y en ese sentido su alimento es indispensable.

Creo que el Festival Internacional de Poesía de Medellín alberga un hecho vivencial fundamental para el mundo, ya que en este espacio la palabra se convierte en un acto de respiración e inspiración, una bocanada de aliento que cada poeta ha logrado modular a lo largo de las distintas ediciones.

Para quienes hemos participado de esta cita, la experiencia se ha convertido en un continuo canto de gratitud y de reconocimiento a la vida, que se ha ido profundizando con el tiempo, un gesto aireado y profundamente nuestro, un gesto primigenio que en sí mismo encierra un soplo indispensable para seguir.

SHIRLEY VILLALBA FERNANDO DE LA MORA | Paraguay

 

 

11.

Con profunda consternación e indignación, me he enterado de que el Festival Mundial de Poesía de Medellín se verá privado de su financiamiento.

Debes saber que este Festival da voz a poetas de países pobres, poetas que de otro modo carecerían de los medios económicos para viajar y participar en la comunidad poética mundial, en nombre de la solidaridad, la paz y la resistencia.

No tengas miedo: ningún poema puede detener tus guerras o tus tratos comerciales. Solo permítenos seguir soñando con un mundo sin guerra, un mundo que exija justicia. No nos quites ese sueño.

Durante 35 años, el Festival ha acogido a casi 2.100 poetas de 197 países. Debe preservarse a toda costa—como símbolo y punto de encuentro de las fuerzas poéticas y espirituales que el mundo necesita hoy.

Con saludos combativos,

SOTIRIOS PASAKAS | Grecia

 

12.

Soy Taniya Chakraborty de India. Creo que ya es hora de expresar mis sentimientos sobre el Festival de Poesía de Medellín. En mi opinión, el Festival de Poesía de Medellín es uno de los festivales literarios más preciados porque nutre pensamientos superiores que unen a muchas naciones.

Recuerdo que incluso durante la pandemia de COVID-19, el festival logró mantener su legado. El Festival de Poesía de Medellín respeta todos los aspectos culturales y literarios de los idiomas de origen en todo el mundo. Antes de la publicación de mi poema, su traductor habló conmigo con gran atención. No es simplemente un festival; es un taller concentrado de literatura.

Deseo que este festival esté al lado de las generaciones futuras. El mundo entero está en una crisis de trauma mental, ansiedad y pensamientos de guerra. En el medio, esta es la única forma en que podemos llegar a las personas; esta es la búsqueda de la felicidad a través de la poesía.Este festival tiene un nombre enorme en todo el mundo porque todos saben que es un centro cultural para intercambiar pensamientos e inteligencia de la manera más extraordinaria. Siempre espero con ansias este festival.

Desde India, como escritor, como poeta y como ser humano, deseo que el festival de poesía de Medellín viva mucho. Tengo un gran respeto por todos los miembros del festival, especialmente por el Director Fernando Rendón, un gran hombre y poeta que ha prosperado toda su vida por la poesía. Por favor, preserven este festival por el bien de la humanidad.

TANIYA CHAKRABORTY | Poeta, India

 

13.

Tuve la suerte de asistir en 2016 al emblemático Festival Internacional de Poesía de Medellín. No hace falta reiterar —como lo han hecho en estos días desde todos los continentes— que es una instancia única en el mundo para los poetas, una cita a los que todos quieren asistir. No solo porque tiene en su haber 35 años de existencia, sino porque ha realizado la proeza de reunir a cerca de dos mil poetas de todo el mundo. Toda una maravilla.

Guardo en la memoria de mi paso por allí no solo la Clausura en el Parque de los Deseos de la hermosa Medellín ante más de cinco mil personas, sino la mañana en que di un taller a niños dentro del “Proyecto Gulliver”, que acerca la poesía a los chicos y sus familias, en distintas comunas, durante todo el año. El festival también me trasladó a Bucaramanga y a Carolina del Príncipe, entre otros auditorios y bibliotecas donde nos recibieron con las manos abiertas.

También fue impactante una noche en que teníamos previsto un recital en un anfiteatro que comenzaba exactamente a la misma hora en que la Selección Colombia jugaba un partido clave. Pensábamos que seríamos de la partida solo los poetas, el equipo de producción del festival y algún que otro distraído. El auditorio con capacidad para unas quinientas personas estuvo para nuestra sorpresa casi colmado. Y fue una fiesta.

Relato estas anécdotas que guarda una memoria caprichosa como la mía porque creo que solo lo memorable se conserva intacto con imágenes, gestos, colores y hasta aromas. Lo cuento porque unas dos mil almas que reinciden en el alto oficio de la poesía tienen estas memorias y seguramente su efecto impacta en distantes puntos del planeta como un rayo de luz esperanzada.

Conocí allí a destacadas figuras de la literatura con quienes de alguna forma aún mantengo cercanía o con quienes realicé como poeta o gestora cultural diversas acciones: Hugo Mujica, Emilio Coco, Pablo Montoya o Juan Carlos Mestre, entre otros muchos hombres y mujeres.

En suma, sería no solo una picardía sino una terrible guadaña a la cultura de Colombia, de Hispanoamérica y del mundo todo el cese del mítico Festival Internacional de Poesía de Medellín que es faro y emblema. Comunión y raíz. Unión. Fe en el poder de la poesía.

CAROLINA ZAMUDIO | Poeta, Argentina, Fundadora y directora de la Fundación Cultural Esteros

 

14.

He tenido la fortuna de estar dos veces en el Festival Internacional de Poesía de Medellín. Una verdadera fiesta de la palabra y del espíritu. Un lugar donde se llenan salas, auditorios, teatros, como si fueran estadios de fútbol. Un Festival donde participan poetas de todos los continentes. Un encuentro para la paz del mundo.

Antes, Medellín era un lugar peligroso porque se ponían coche-bombas, pero después llegó el Festival de Poesía a sanar heridas, y hoy Medellín se reconoce en el mundo, entre otras cosas, por el Festival de Poesía.

La poesía es la savia de una sociedad. No se ve, pero está allí, presente, dando vida. Todos se fijan en los frutos de los árboles, en la producción, en la economía, pero nadie, al ver un árbol, piensa en la savia que nutre desde la raíz. No se ve, sin embargo, es lo que da vida. Así es la poesía para la sociedad.

Pero a todo árbol que da frutos le lanzan piedras. Hay quienes pretenden hoy torpedear la organización y el financiamiento del Festival. Yo quiero pedir, desde Venezuela, que cesen las hostilidades, las mezquindades, los resentimientos contra el Festival, y manifestar mi total solidaridad con el Festival Internacional de Poesía de Medellín, que dirige Fernando Rendón y un maravilloso grupo de poetas.

Ser poeta no es ningún privilegio. Es la máxima responsabilidad. El mayor de los riesgos. El más peligroso de los peligros. El poeta siempre está en la línea de fuego, en un mundo que pareciera avanzar vertiginosamente hacia las tinieblas y la autodestrucción. Por eso el poeta debe hablar. Todo lo que calle será utilizado en su contra.

La poesía es el avío para el que se va, pero también es el alimento espiritual para el que se queda. Si nuestros poemas, cuentos, leyendas, historias, acompañan a alguien en esta vida, si le dan fuerza para seguir el camino, si le ayudan a vivir, estaremos felices cuando ya seamos humus, viento y lluvia.

Larga vida para el Festival Internacional de Poesía de Medellín.

GONZALO FRAGUI | Poeta, Venezuela

 


15.

Desde la Unión General de Escritores y Poetas de Palestina, expresamos nuestra plena solidaridad con el Festival Internacional de Poesía de Medellín, considerado uno de los festivales poéticos más importantes del mundo. Gracias a él, la ciudad de Medellín se ha convertido en una capital mundial de la poesía, un refugio de belleza, poesía y alegría, que celebra la estética y el bien común.

Las restricciones impuestas al festival y a sus organizadores constituyen una ofensa sin precedentes e inaceptable contra la poesía y contra este evento que, a lo largo de 35 años, ha acogido a los poetas más destacados del mundo.

Desde aquí, desde Palestina, y en nombre de todos los poetas palestinos que han escrito con su sangre y siguen escribiendo, alzamos nuestra voz en solidaridad, reafirmando la necesidad de garantizar la continuidad del festival y la importancia de apoyarlo y sostenerlo, para que siga siendo un faro cultural y un punto de encuentro para poetas de todo el mundo.

Asimismo, anunciamos el lanzamiento del Premio Internacional de Poesía de Palestina, en cooperación con el Festival Internacional de Poesía de Medellín, con un valor de 10.000 dólares, otorgado por la Unión General de Escritores y Poetas de Palestina, como expresión de nuestro apoyo ilimitado al festival y de la importancia de su continuidad en la celebración de la vida, la belleza y la poesía.

La poesía seguirá siendo un puente de bondad, alegría y esperanza frente a la oscuridad, la fealdad y la derrota.

Con todo nuestro respeto y aprecio,

MURAD AL-SUDANI | Secretario General, Unión General de Escritores y Poetas de Palestina

 

16.

En el Festival Internacional de Poesía de Medellín se escribe un poema colectivo: el texto se convierte un cerro ancestral que converge en un teatro a espacio abierto y se escucha en árabe, ruso, inglés, húngaro, chino, francés, croata, mapuche, lenguas originarias, español; entre otros idiomas y dialectos. Es multifónico y, a su vez, resulta ser un solo abrazo entre los invitados y el público. Mujeres, ancianos, niños, niñas, jóvenes y hombres leen y re-crean el poema en el ritual sutil de la escucha plena. Han pasado 35 años para lograr ese silencio que ocurre también en los templos en que lo espiritual habita las montañas. Treinta y cinco reencuentros en donde la confianza plena de la poesía dentro de la vida surge efecto.

Las personas de comunas y municipios ensueñan un mundo mejor. Y avivan los versos con su afecto por la palabra. Un equipo de artistas planea cada paso y cree firmemente en la transformación social a través de la poesía. Un equipo enorme, no sólo por cantidad, también por lo grande de su hacer, por lo generoso de su andar en esta tierra dolida, dando un remanso a quienes se acercan a los recitales de manera consciente o desprevenida.

Entre otras cosas, el Festival se dedica a la construcción de una cultura de paz, una pedagogía poética y la visibilidad de nuestro país ante el mundo, para ser y hacer de la poesía un Gran lugar mejor para todos, llamado UniVerso, debe seguir por muchos años más. Quienes hemos estado como invitados al Festival Internacional de Poesía de Medellín, sabemos que la poesía permite la migración de la muerte a la vida, en un país que tanto la reclama.

Entonces ¿Puede siquiera pensarse en que deje de existir un espacio donde esto sucede? El Festival de poesía de Medellín no puede, ni debe dejar de existir: sería deshonrar el patrimonio cultural inmaterial de nuestro país.

MÓNICA LUCÍA SUÁREZ BELTRÁN | Poeta colombiana, Consejera distrital de cultura en Literatura

 

17.

El Festival de Poesía de Medellín, seguramente es el más importante del mundo. A lo largo de más de treinta años viene atrayendo a dos mil poetas de cerca de doscientos países del mundo y logra reunir en un coliseo a cinco mil espectadores en sus momentos estelares y llevar la poesía a diferentes lugares más allá de los límites de la ciudad.

Es un espectáculo grandioso que honra a Colombia y una atracción turística para cientos y miles de aficionados a la lírica de todo el planeta. Dirigido por el poeta Fernando Rendón, el Festival se prepara todo el año y cuenta con colaboradores voluntarios de todo el valle de Aburrá y de allende las fronteras de Colombia.

En estos momentos especialmente complejos para todos los habitantes de todos los continentes, el Festival de Poesía de Medellín cumple un papel especial en favor de la paz y la fraternidad entre todos los seres humanos.

Desde que comenzó el Festival, el Perú ha sido representado por varios de sus más destacados poetas, entre ellos Luis La Hoz, Enrique Sánchez Hernani, Carlos López Degregori, que han leído algunos de sus mejores versos ante públicos ávidos de recibir su palabra fina y bien trabajada.

Aparte de conocer a poetas de todo el orbe, los hispanoamericanos que acudimos a este Festival tenemos la ocasión histórica de disfrutar de cerca la viva tradición colombiana que honra a la lengua castellana, por la profusión de los poetas que no quieren otra cosa que ponderar con la calidad de sus versos, la vida de la gente que anhela la paz y el sosiego para todo el género humano. La rica tradición que viene de José Asunción Silva, Guillermo Valencia, se enriquece día con tantos poetas de calidad como León de Greiff, Luis Carlos López, Meira Delmar, Jaime Jaramillo, J. Mario Arbeláez, Elkim Restrepo, Piedad Bonett, María Mercedes Carranza. Ellos, a su vez, generan interés en muchos jóvenes que sienten la poesía no solamente como un oasis, sino como una palanca para actuar mejor en la sociedad.

La poesía en sus primeros tiempos fue preferentemente oral, se juntaba un público que escuchaba embelesado las historias que los aedas decían casi siempre de memoria. Conforme ha ido pasando el tiempo, la poesía se ha difundido más de forma escrita. Los llamados clérigos en la edad media, sacerdotes algunos y otros civiles, escogieron las bibliotecas como lugares de solaz. Pero los juglares no han desaparecido, ahora son goliardos, hombres de lugares conventuales para escribir, pero ganados por la oralidad para llegar a más personas. Eso es lo que hace el Festival de Poesía de Medellín, junta en una fiesta de la palabra la escritura con la oralidad.

MARCO MARTOS | Poeta, Perú

 

 

18.

En 1994, durante un viaje que hicimos Leonardo Padura y yo a Medellín, Fernando Rendón nos ofreció que convocáramos en La Gaceta de Cuba, revista en la que trabajábamos, un concurso de poesía cuyo premio consistiría en que el autor premiado participara en el imprescindible Festival de Poesía, además de, como es natural, la publicación de los textos en las páginas de nuestra revista.

El poeta Víctor Rodríguez Núñez, quien vivía entonces en esa ciudad, participó e impulsó aquellas conversaciones fundadoras.

Desde entonces y hasta años muy recientes, existió ese Premio, que se convirtió en uno de los más importantes de nuestro país. Fueron galardonados poetas consagrados y jóvenes que se dieron a conocer a través de él. Norberto Codina, director de La Gaceta de Cuba hasta 2021, era el encargado de coordinarlo.

También, Fernando Rendón nos pedía que le propusiéramos nombres de otros poetas cubanos a invitar, de manera que cada año eran varios los cubanos que asistían y, a su regreso, nos contaban, maravillados, sus experiencias, en especial los intercambios con colegas de muchas partes del planeta, y las lecturas que escuchaban con devoción cientos de personas.

No soy capaz de imaginar un mundo sin el Festival de Poesía de Medellín.

ARTURO ARANGO | Escritor, Cuba

 

19.

Hay pocos lugares en la tierra donde la poesía pueda encontrar un hogar entre los poetas del mundo. Donde la pasión y el poder de la poesía puedan alcanzar la máxima expresión de su propósito: ofrecer su don a los corazones de las personas. Durante 35 años, el Festival Internacional de Poesía de Medellín ha ofrecido ese lugar. Rindo homenaje a los poetas que, durante generaciones, han ofrecido sus poemas para enriquecer y garantizar que el espíritu de lo sagrado en la palabra hablada llegue a quienes vienen a escuchar. Como poeta invitado, he sido testigo de la increíble asistencia a los foros presentados en Medellín y en los pueblos de montaña de Colombia. La poesía vive en el alma de los ríos y los bosques y de su gente. La poesía vive en los pueblos indígenas y en su increíble conocimiento del mundo antiguo. Nosotros, los poetas que comprendemos el deseo de libertad de nuestros pueblos y alimentamos sus sueños más profundos, debemos ofrecer nuestras voces para garantizar que el Festival Internacional de Poesía de Medellín continúe. Los tiempos en que vivimos son confusos para los pueblos de la Madre Tierra. Los míticos y antiguos que establecieron los credos por los que vivimos saben que la poesía es la música del alma. Colombia está dotada de este conocimiento. No debe perderse.

Con esperanza para la Madre Tierra y sus habitantes.

LANCE HENSON | Jefe y poeta de la nación cheyenne de Oklahoma, Director de “Words from the edge”

 

20.

Medellín, desde el inicio mismo de sus célebres Festivales Internacionales de Poesía, se ha convertido en el centro capital de la literatura, del arte y de la cultura colombiana, con proyección latinoamericana y universal. Poetas de todos los continentes, sin otra exigencia que la maravillosa dignidad y relevancia de su obra, llegan a Medellín hermanados por su palabra y su Poesía. Se diría que esta –la Poesía– se vuelve allí una sola y misma voluntad de acercamiento, de fraternidad y de paz entre los pueblos del mundo.

Yo, Jaime Quezada, poeta de Chile –la tierra de Gabriela Mistral y de Pablo Neruda, nuestros poetas tutelares en la americanidad literaria contemporánea–, he tenido la honrosa y grande dicha de participar en tan memorable Festival de Poesía de Medellín.

Uno más con mi voz y mi palabra entre otros tantos de tantos poetas del mundo en Colombia. Quedó, y para siempre en mí, ese muy plural sentido de hermandad y fraternidad dada por la Poesía y por esa maravillosa respuesta y presencia de las gentes todas de Medellín en sus escuelas, en sus campus universitarios, en sus bibliotecas, en sus sindicatos, en sus estadios públicos. Pues el Festival, bella y pluralmente une y congrega.

Valoro el significativo esfuerzo creador y la voluntad de acción de los organizadores del Festival Internacional de Poesía de Medellín, que año a año han mantenido la llama viva de la Poesía en Colombia, es decir, en el mundo. Esa llama, iluminadora en su trascendencia universal, es también un memorable acto de paz y de humanidad.

JAIME QUEZADA | Chile, Presidente Fundación Premio Nobel Gabriela Mistral

 


21.

El Festival Internacional de Poesía de Medellín es, como todos los encuentros dedicados a la palabra poética, una alta manifestación del espíritu humano. Cuando fui invitada en 2011, sentí que no llegaba solo a un festival, sino a un territorio consagrado a la poesía como energía sagrada, como respiración del alma del mundo. Allí comprendí que la poesía puede ser una forma de oración colectiva, una invocación de vida frente a las sombras de la historia. Defender la poesía es defender la posibilidad de un mundo guiado por la sensibilidad, la memoria y la solidaridad: valores que hoy son más urgentes que nunca.

En una ciudad como Medellín, que aprendió a transformar su dolor en creación, la poesía se alza como un árbol de voces que cobija a todos los pueblos. Durante décadas, el Festival ha convocado a poetas de todos los lugares del mundo para hermanar culturas y celebrar la unidad esencial de la existencia. Cada verso pronunciado en sus montañas se eleva como una luz compartida, un llamado a la conciencia planetaria, a la reconciliación profunda del ser con la tierra y con los otros. Allí, las palabras se vuelven puente: unen lenguas, sanan heridas, despiertan memorias. En cada lectura, en cada mirada compartida, se siente cómo respira el mundo entero. Ese es su verdadero sentido: no solamente un evento poético, sino un movimiento espiritual que busca la comunión entre los pueblos mediante la belleza y la imaginación.

RAQUEL LANSEROS | Poeta, España

 

22.

Querido Sr. Fernando Rendón y Miembros del Concejo Municipal de Medellín,

Les escribo desde Estambul, Türkiye, con respecto al recorte de fondos propuesto para el Festival Internacional de Poesía de Medellín.

Durante 35 años, este festival ha reunido a casi 2.100 poetas de 197 naciones. Se erige como una de las plataformas más importantes del mundo para el diálogo intercultural. Entre los poetas a nivel internacional, una invitación a participar conlleva un reconocimiento sustancial.

Este festival es igualmente significativo para la propia Colombia. La reputación internacional de Medellín como centro cultural está directamente vinculada a este festival. El evento posiciona a Colombia como líder en diplomacia cultural, atrayendo la atención internacional, fomentando el turismo cultural y fortaleciendo el poder blando del país. Esta visibilidad tiene un valor medible para la posición global de Colombia.

Una reducción en la financiación de este festival afectaría significativamente la infraestructura que tardó décadas en construirse. Los festivales de poesía no son ornamentales, funcionan como espacios donde el lenguaje se convierte en una herramienta para comprender a través de las divisiones políticas y culturales.

El compromiso de Medellín con este festival refleja una mayor inversión en diplomacia cultural e intercambio internacional. La decisión que tenga ante usted determinará si esa inversión continúa creciendo y si Colombia mantiene esta forma distintiva de presencia internacional.

Asistí al festival como poeta invitado en 2023. Adjunto mi artículo "Una Magia Llamada Festival de Poesía de Medellín" publicado el 10 de agosto de 2020 en Cumhuriyet, uno de los periódicos más antiguos y prestigiosos de Türkiye. El artículo documenta la edición virtual de 2020, en la que también participé, que demostró la capacidad del festival para adaptarse y mantener el compromiso global incluso durante un confinamiento pandémico. Ese año demostró claramente que este festival sirve a una comunidad mundial, no solo a una local.

El Festival Internacional de Poesía de Medellín representa conocimiento institucional, redes internacionales e infraestructura cultural que no pueden replicarse fácilmente.

NURDURAN DUMAN | Poeta, dramaturga y periodista, Turquía

 

23.

Estimados miembros del Concejo de Medellín,

El Festival Internacional de Poesía de Medellín es una antorcha que ha estado ardiendo durante 35 años, iluminando a la comunidad poética mundial. Ha enseñado a muchos y ha sido imitado por muchos festivales de poesía en todo el mundo, al tiempo que ha sido el motivo de la creación de nuevos festivales de poesía en todo el mundo. Es la más grande y brillante de todo el mundo, porque tiene una organización impecable, metas altas, reúne cada año lo mejor que el mundo de la poesía tiene para mostrar y se ha convertido en una fábrica de fermentación de nuevas avenidas, tendencias y corrientes poéticas. Sería una pena detener esta institución que da energía a la dignidad colectiva. Necesitamos este festival como necesitamos oxígeno para respirar. Les hago un llamado para que continúe su existencia porque la ciudad de Medellín, con este festival, seguirá siendo el centro indiscutible de la poesía mundial.

Con gran respeto,

DINOS SIOTIS | Director del Festival Literario Internacional de Tinos, Director del Festival Mundial de Poesía de Atenas, Fundador del Círculo de Poetas y La Red de Poetas, Grecia

 

24.

Si las palabras han sido hechas para ayudar a construir la casa de la verdad y no para destruirla, pocas veces como ahora tienen estas, más sentido para alzarse en defensa de una de las nobles causas del humanismo y la cultura, la casa de los diálogos que hospedó durante décadas la conciencia y las voces de la diversidad de los pueblos del mundo: el Festival Internacional de Poesía de Medellín.

He sido partícipe de esa asamblea de diálogos en libertad que de tan extraordinaria manera tanto ha contribuido al diálogo por la paz, la fraternidad entre las naciones y a que se extinguiera el infierno de la violencia hasta convertirse en símbolo universal de la tolerancia y refugio ético de una civilización que ha de apostar por la tolerancia y la convivencia como un mejor e irrenunciable modo de vivir, pensar y reflexionar sobre el destino de la mujer y del hombre en nuestro planeta.

Resulta inconcebible que después de 35 años de tal ingente esfuerzo pudiera cuestionarse hoy la extraordinaria contribución del Festival de Medellín al conocimiento y la educación, al avance y progreso del saber, al diálogo de la conciencia poética y la hermandad de cuanto representa la literatura en la conversación del mundo.

Manifiesto mi total apoyo a tal tarea y asumo la defensa de su continuidad en defensa de los más altos valores que ha de seguir representando, bajo el imperativo categórico de la memoria y la repoblación espiritual de nuestro mundo. No existe mayor argumento que el testimonio del buen trabajo que dio voz a la asamblea de los poetas de todo el orbe, la inteligencia creativa de los pueblos, la asamblea de la imaginación con que se ha de seguir imaginando un mejor futuro para el horizonte de la humanidad que el irrefutable y noble quehacer con que el Festival Internacional de Poesía de Medellín ha de seguir representando y dar así continuidad a todos los sueños pendientes de ser soñados. Defender, salvar el Festival el Festival de Medellín, se constituye hoy en una obligación moral y ética para con la cultura democrática y la perdurable memoria de la belleza como resistencia a todas las formas del males que inquietan y abruman a la sociedad humana. Larga vida al más libre de los espacios de las ideas y la creatividad del ser contemporáneo.

JUAN CARLOS MESTRE | Poeta, España




LUCAS FIER (Brasil, 1989). Surrealista contemporáneo, su obra está impregnada de temas como el erotismo, lo sagrado y la herejía, desafiando los límites entre lo sagrado y lo profano, la realidad y el sueño, la objetividad y la subjetividad. Explorando elementos simbólicos con gran detalle y una técnica orientada al realismo, fusiona estados oníricos, psicodélicos y fantásticos para exaltar la materialidad de los cuerpos, la opulencia de la vida y la fascinación por el misterio. Es doctor en Historia por la UFPR, máster en Artes por la Facultad de Artes de Paraná (Unespar) (2021) y licenciado en Dibujo por la Escuela de Música y Bellas Artes de Paraná (Unespar) (2012). En sus obras utiliza óleo, grafito, bolígrafo, tinta china, acuarela y acrílico. Artista invitado de esta edición de Agulha Revista de Cultura.

  



Agulha Revista de Cultura

CODINOME ABRAXAS # 08 – FESTIVAL INTERNACIONAL DE POESIA DE MEDELLÍN (COLOMBIA)

Artista convidado: Lucas Fier (Brasil, 1989)

Editores:

Floriano Martins | floriano.agulha@gmail.com

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