CARLOS DE LOS RÍOS MÖLLER | País Psiquiátrico

 

¿Qué es, entonces, lo que conozco en mi corazón? Sé que algún sentido relacional todo está vivo. Que el conocimiento no cognitivo, ya sea de los sueños, del arte, del cuerpo o de la locura declarada es, de hecho, conocimiento; que las sociedades como los seres humanos, son orgánicas, y que el intento de hacer ingeniería con las unas y los otros es destructivo; y finalmente, que estamos viviendo en un planeta moribundo, y que sin un cambio radical en nuestra política y nuestra conciencia, la generación a la que pertenecen nuestros hijos y nietos probablemente será testigo de los últimos días del planeta.

MORRIS BERMAN

El reencantamiento del mundo, Cuatro Vientos Editorial, 1995, Santiago, Chile.

 

Hay muchas preguntas que ya no me hago. Definitivamente ya no me interesa quien será el próximo presidente.

He dejado de ver los noticieros nacionales y me sorprendo cuando la gente comenta la noticia de último minuto. Me importa un comino el IPC y el valor de la UF. No me interesa el condicionamiento socio-cultural-religioso de pegatinas de colecta a la salida del metro. Nunca he usado un bus del Transantiago, gracias a Dios, pero me compadezco de sus miles de víctimas inocentes por culpa de unos hijos de su mamá tecnocrática.

Ya no me interesa pertenecer a ningún Club deportivo, social o partido político. Se pueden quedar con su maquinaria reiterativa, su grupo selecto de semidioses e infatuados correligionarios.

Ya no creo en esta democracia tan protegida con cara de complacencia psicopática. Me importa un pucho el matinal de la mañana y quien animará el próximo festival de Viña del Mar.

Seguro que el maletín literario aparecerá en el mercado persa o en las veredas del Paseo Ahumada o será vendido en las poblaciones para conseguir pasta base.

Pueden hacer un monumento a la indiferencia el patrimonio de monumentos nacionales. Quemar todos los libros mediocres los apernados complacientes de la Biblioteca nacional de la infamia.

Quedarse con los treinta mil millones de dólares los Harvard boys hincha bolas de Hacienda. Armar un café cabaret de comediantes los ex ministros de economía y confirmar que, para hacer buenas tortillas, los huevos has de romper.

Pueden seguir hinchando las pelotas, los globos aerostáticos los ilusionistas del progreso. Me da igual quien lleva la batuta y quien está dando la hora. Ya no pierdo el tiempo con los grandes elocuentes salvadores de la patria, los frescos de raja que pactaron entre gallos y media noche la transición eterna.

Eso si, y en esto soy categórico, les pido disculpa a los miles de jóvenes, campesinos, obreros, gente sencilla, que creyeron que era posible Otro Chile.

Les pido disculpa de corazón, sin burlarme de haber sidos burlados por los renovados renegados “apitutados”.

Les pido disculpas de veras por todos los abusos cometidos en las carreteras privatizadas, los trenes que no van a ninguna parte y las estaciones desmanteladas.

Recuerdo un chiste de la era soviética en que viajaban en diferentes épocas tres líderes soviéticos en un tren y se comparaba la actitud de cada uno de ellos cuando se caían unos pinos sobre los rieles.

En la primera imagen, ocurre este hecho; se para la locomotora y se baja Lenin quien llama a los otros viajeros a mover y retirar los pinos sobre los durmientes, encabezando el mismo Lenin todo el trabajo. Una vez concluida la faena, vuelven al tren, se suben y sigue la marcha normalmente.

En la segunda versión de Stalin, ocurre el mismo accidente, pero Stalin apunta con el revolver a los pasajeros para que retiren los pinos, quedándose el en su asiento.

Ya en la tercera imagen, viaja Leonid Brézhnev, caen los pinos sobre los rieles, nadie se baja del tren, y el secretario general del PCUS, dice: ¡movámonos en los asientos al vaivén!, ¡hagamos como que el tren se desplaza!

Hagamos como que avanzamos, y que vamos a lograr el desarrollo en 2020, total nadie va a pedir cuentas.

En lo que es personal, ya hace rato que me bajé de este largo tren llamado Chile. “Salte del camino y toma la ruta”, aconseja un proverbio. De eso se trata, de salirse de línea trazada por y desde el poder. Se trata de practicar la psicogeografía como salud mental y espiritual. Visitar y habitar los espacios cargados de emoción, deambular cuál nómade hasta encontrar lo que más te acomode. Salirse del rebaño, irse a Cartagena, Horcón o Con-Con, la idea es la del desacondicionamiento de lo heredado que ha enfermado al ser nacional.

Irse a la deriva, implica poder estar en el habitar poético. Perspectiva que entendieron muy bien nuestros bates nacionales de la poesía: todos unos desarraigados al fin y al cabo al contexto nacional, todos reconocidos bien lejos de este horroroso Chile, del cual nunca salió Lihn.

Lo telúrico y hermoso del paisaje que permanece, se enluta con los nuevos comendadores, emisarios del imperio y chupa medias de la colonia.

Es una realidad la reconquista española dentro de múltiples empresas que fracturaron y rompieron todos los derechos sindicales.

Para que nos venden la idea de un Proyecto País, cuando volvieron los conquistadores para buscar los que se les quedó hace doscientos años. ´

La ilusión de independencia es el mejor chiste para el bicentenario del 2010. Pero tampoco cuenten conmigo para la lucha de independencia de la colonia, ni para hablar mal de rey, ya que como cantaba “Tanguito”, aquel mítico roquero argentino de los años setenta del siglo pasado: “sino me zurcen la boca, no van hacerme callar…. y yo solamente estoy meando en la copa del rey”.

Callar la mentira histórica convertida en verdad a medias tintas, produce náuseas y rechazo de todo tipo.

Es mejor salirse del País Psiquiátrico y la red de farmacias que abundan en las esquinas de la mayoría de los rincones del país.

Total un enfermo cuando está realmente enfermo, la mayoría de las veces no tiene la más mínima consciencia de estar meando fuera del tiesto, y tiende a echarle la culpa al otro.

Por ende, la lucidez está en salirse del juego y callejón sin salida a que nos han conducido las representantes y tecnócratas nacionales.

Seguir dentro del juego siniestro del mercado, es trabajar para una muerte segura, antes de haber vivido la aventura de la práctica de la psicogeografía poética surrealista.

¡Bienvenidos out-siders!

 

NOTA

Este artículo, lo redacté el año 2007, cuando el modelo económico neoliberal chileno, se presentaba como ejemplo a seguir. El diagnóstico de País Psiquiátrico, se confirma el 18 de octubre del año 2019 con el llamado “estallido social”, el cual implicó un verdadero “pasaje al acto” de lo que estaba reprimido como una gran olla de presión, fruto de la camisa de fuerza, heredada del fascismo con su constitución realizada en plena dictadura en el año 1980. Muchos jóvenes perdieron su vista como efecto de la brutalidad policial y militar. Se podría decir; que donaron sus ojos para “hacer ver” aquello que durante treinta años de transición a la democracia; el cuento neoliberal había inculcado a las personas. Miles de rayados en la paredes y muros de Chile, trataban de anunciar los nuevos tiempos por venir: en uno de ellos se puede leer: “no era depresión; era capitalismo…” Los surrealistas, ocupamos un lugar en las barricadas de aquel día, dónde nos enfrentamos a las autoridades incompetentes… de la lógica instrumental de la razón.

 

CARLOS DE LOS RIOS MÖLLER. Nació en Viña del Mar, Chile, es médico-psiquiatra, ha escrito diversos libros relacionados con la creatividad, la salud mental y la mediación artística, tales como: Psiquiatría y Surrealismo (2004); Clínica del Arte: Introducción a la aplicación del arte en psicoterapia (2005); La flor en el barro: Psicoterapia & Budismo (2006), El Camino del Mandala: Teoría & Práctica (2008); Psicoarte: Psicología Analítica y Arte Terapia (2009); Apuntes de Psicoterapia & Literatura (2016) e Historia de la Psiquiatría & Expresión Plástica (2016). Como artista visual y poeta, ha participado en el movimiento surrealista internacional. Vive actualmente en Viña del Mar, Chile.

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Número 174 | junho de 2021

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