Agulha Revista de Cultura: Agulha Revista de Cultura # 207

∞ editorial | El tirón de las puertas que escondemos dentro de nosotros

00 | Una línea es tan solitaria que no sabe hasta dónde puede germinar otra combinación de su existencia. En sus rasgos improvisados se convierte en un truco del horizonte. Y aun represaliado como símbolo de simbiosis aislada, no define solución para el recuerdo de cuantas veces fue borrado por la nada. Esta línea puede ser la clave de lo que más llevamos escondido en nuestro interior. Todo lo que de alguna manera logramos en la vida tiene el sabor de una llave mágica que abre el camino a tantas otras búsquedas de lo desconocido.

Recuerdo esta analogía en el momento en que recibo un correo electrónico de Jacob Klintowitz, querido amigo, colaborador de Agulha Revista de Cultura y una de las voces más respetadas en la escena de la crítica de artes en Brasil. Él dice:

Floriano, querido amigo,

Eres un fenómeno sideral. Creo que es imposible que haya otra persona en nuestro planeta con tanta capacidad de edición. Eres el editor universal. Conozco el costo de editar una revista importante y sustancial, como Agulha, sin recursos financieros. E incluso con recursos sería una tarea para Hércules. Veo que reúnes a personas de alto nivel para esta tarea común. Es otro milagro. Las personas de alto nivel están involucradas en sus propios problemas, tratando de lograr lo que les indica su intuición, y ansiosas por la viabilidad de sus proyectos. Y, como la mayoría son latinoamericanos, son personas que luchan contra la falta de reconocimiento en sus respectivos países. Debo concluir que eres capaz de obrar más que milagros, conjunciones cósmicas.

Abrazo amoroso,

Jacob Klintowitz

Por supuesto, él se refiere más concretamente a lo que seguimos haciendo con esta serie SURREALISMO SURREALISTAS: http://arcagulharevistadecultura.blogspot.com/2022/01/surrealismo-surrealistas.html, palabras que dan fe del buen uso de una de esas llaves que nos conducen al corazón de lo que él mismo llama conjunciones cósmicas. Muchas cosas de nuestra vida no se pueden explicar de otra manera, con ese revelador sabor a milagro que toma la forma de mil perspectivas.

01 | En esencia, los objetos siempre combinan con otra idea que tenemos de ellos. Algunos incluso podrían sugerir una pequeña visita casual para que los dioses de la escritura puedan reconocerse nuevamente. Ciertos objetos perezosos terminan preguntando dónde encontrarán una nueva función para ellos. Sin embargo, el insomnio toma la forma de un resplandor y la metamorfosis actúa sobre ellos asegurando que, sin importar la forma que adopten, siempre será una sorpresa encontrar frente al espejo una imagen nunca especulada sobre su naturaleza. Muchos objetos son como aparejos desparejados que deberían afinar el mismo instrumento, hacer que los mismos pies caminen, facilitar que la arquitectura levante sus cuerpos al vacío. Un libro que se está escribiendo lentamente, por ejemplo, es una combinación de objetos que se encuentran en el camino. No importan las páginas que quedaron atrás, lo que recomienda la lectura es que las imágenes deben multiplicarse, revelando nuevos horizontes. La simple idea de pasar página, que puede equivaler a renombrar un objeto o dar forma a otro, es quizás esa línea de insuficiencia que hace que las cosas cambien de rumbo. ¿Adónde iríamos, después de todo, cuando los hitos esenciales de la existencia estén borrosos? ¿Crees en el nuevo mundo prometido por los híbridos? Nada se reconoce ni se completa fuera del tacto, por mucho que el alma enumere las sutilezas con que percibe las cosas a su alrededor. Los objetos de alguna manera mantienen un ojo en el hecho de que la madera o el metal del que están hechos es más que un truco del lenguaje. Cualquiera de nosotros puede incluso amar una imagen, pero nunca nos sentiremos completos en el vacío de su memoria. La imaginación reconoce el dilema de sus trucos mucho más que quien lo imagina.

02 | El Instituto de Onirocrítica Comparada, a través de José Manuel Rojo y José Sagasti, realizó en 2019 una encuesta sobre sueños y mercancías. Muy amables, me pidieron que contestase a algunas preguntas, sobre la presencia o no de mercancías en mis sueños, la intensidad y frecuencia de esa presencia, su importancia en mi vida, mis reacciones etc. Desconozco si la encuesta llegó a publicarse, pero todavía recuerdo mis respuestas:

Aunque el escenario de un sueño sea el completo vacío, así mismo esta ausencia de todo puede ser una mercancía, ofertada por la ciencia-ficción o por ciertos ritos mágicos. De modo que el problema –esto si de hecho hay un problema– no está en la mercancía o en el sueño, pero en lo que uno hace con las dos formas de representación de su vida.

El mismo sueño en muchas veces es una mercancía, que uno puede encontrar en píldoras en una tienda de milagros que se llama farmacia. Allí es posible elegir la noche de la angustia o la otra, de la exaltación. Un cadáver por noche, pero pueden ser más.

No encuentro diferencia entre el sueño y la vigilia, pues los dos son formas de representación de lo que somos. La mercancía es todo: el escenario, el guion, los personajes, el público etc.

No salgo de un sueño como quien sale del Infierno o del Cielo. Así que es igual para mí la comprensión que tengo de las mercancías en nuestra vida: dormidos o despiertos. No se trata de la publicidad o de la política o de la religión. Nosotros nos convertimos en mercancías unos de los otros. Siempre me suena como una broma cuando escucho hablar de contagio de la publicidad en nuestra vida, como si fuéramos solamente víctimas. Pero, ¿víctimas de quién? ¿Acaso del mismo hombre que somos individual y socialmente? La podredumbre del mundo está en que el hombre mismo jamás supo vivir sin creer permanentemente en la existencia de un enemigo a quien responsabilizar por sus fracasos.

El fetichismo de la mercancía no domina solamente la vida de vigilia. El hombre jamás supo vivir sin la presencia de una moneda de cambio. Es increíble, pero tendremos todos que releer con más atención el libro El crudo y el cocido, de Claude Lévi Strauss. En verdad –y Salvador Dalí bien lo sabía, igual que Georges Bataille– el hombre es su mismo fetiche.

Quiero agregar unas cosas más sobre el sueño y la mercancía y el efecto de sus actuaciones en nuestra vida. Vuelvo a Dalí, al decir que El éxtasis es la consecuencia culminante de los sueños, es la consecuencia y la verificación mortal de las imágenes de nuestra perversión. O sea, el hombre no puede, como quería René Magritte –pero creo que entonces bromeaba, pienso yo– reivindicar para la vida despierta la libertad de los sueños. Así puesto nosotros ocuparíamos nuestra existencia en la realización de las frustraciones, sí, pero también de los malos pensamientos creados por ellas. La vigilia, en este sentido, sería un escenario de venganzas y otras deformaciones de la realidad. La presencia de las mercancías en los sueños refleja el hecho que el hombre no recuerda un tiempo, pasado o futuro, en que la sociedad no sea comprendida por un doble sentido de mercancía. El uno, que sea la perversión en su más alto grado, la conquista de uno sobre otros, la revolución industrial en su más primaria razón de ser. El otro, el confort anímico, espiritual, físico, material, que la tecnología ha dado a todos. Sin la actuación de las mercancías nosotros no tendríamos ahora mismo este diálogo. Tampoco sin la actuación de los sueños.

03 | JULIA SOBOLEVA | Nacida en Letonia, 1990, es una artista de medios mixtos que reside en el Reino Unido. Sus procesos involucran pintura y collage sobre imágenes fotográficas encontradas, así como performance y video. Nacida y criada en una era postsoviética y sin poder encontrar su propio lugar frente al complicado pasado de su nación, Julia explora las nociones de locura y realidad, familia, tabú y trauma transgeneracional en su trabajo. Obtuvo una maestría en ilustración de la Escuela de Arte de Manchester y luego trabajó como educadora e ilustradora independiente. Entre sus exposiciones más recientes se encuentran “Einblick 6: Julia Soboleva” Hamburgo, 2021), “I Have Found the Light in the Darkness” (Italia, 2021), “Danse” (Francia, 2021), “Please Don’t Mind Me Mientras I Ugly Cry” (Grecia, 2022) y “The Rogues Gallery” (en línea, 2022).

Descubrí el trabajo de Julia Soboleva gracias a una sugerencia de la inmensa fotógrafa brasileña Ana Sabiá, en uno de esos momentos felices en los que le preguntaba por nuevos artistas surrealistas propios. Luego traté de informarme y le escribí directamente a ella, quien me recibió con un cariño delicioso. Mientras se preparaba para enviar las 46 imágenes que ahora reproducimos en nuestra edición, le hice una pregunta sobre su relación con el Surrealismo y cómo lo expresa a través de su creación. Julia respondió así:

Considero el surrealismo más real y más cercano a la experiencia de la condición humana que la racionalidad y el realismo. Damos sentido y creamos historias para no volvernos locos. Así que creo que el surrealismo sigue siendo un mecanismo de creación de significado, pero las narrativas que obtienes son más emocionantes y más cercanas a la experiencia de la vida.

En una historia normal hay una puerta cerrada con el secreto escondido detrás. Un personaje se acerca a la puerta, su ritmo cardíaco aumenta, gira el pomo y abre la puerta. Lo que sea que esté detrás de la puerta es la culminación de la historia.

En una historia surrealista hay una puerta cerrada. Pero aquí las cosas son mucho más complicadas. Un personaje puede pasar la eternidad detrás de la puerta, sin abrirla nunca. O un personaje puede SER la puerta real. O la puerta puede tener millones de cerraduras y la llave de cada cerradura está escondida en el vientre de una mágica ballena azul en algún lugar del planeta de los tristes peces gigantes.

Así, el arte es un contenedor perfecto para sostener el surrealismo como una herramienta para expresar toda una gama de ideas irracionales y una mente subconsciente, que son aspectos fundamentales del ser humano. Así es exactamente como lo uso en mi trabajo. Creo que me volvería loca sin él.

Floriano Martins