• EDITORIAL – NAUFRAGIOS DEL TIEMPO, de Berta Lucía Estrada y Floriano Martins
Naufragios del Tiempo es una nouvelle escrita al alimón entre Floriano
Martins (Brasil) y Berta Lucía Estrada Estrada (Colombia). Al inicio de esta
aventura ninguno de los dos tenía un plan previsto; no solo no conocían a los
personajes, sino que tampoco sabían cuál sería el rumbo que tomarían a lo largo
de los 44 capítulos que conforman la obra ficcional. Sin embargo, muy
rápidamente, el tiempo, bajo la figura mítica de Cronos, se impuso como el
personaje central de la trama y se irguió como figura que ostenta el poder
sobre los demás actores y a los que gobierna a su antojo. Con sus manos
alargadas mueve los hilos invisibles de las marionetas que lanzará
ineluctablemente al vacío. Naufragios del Tiempo es una obra metafísica
que busca desentrañar las pasiones, que como un enorme maremoto, van a
desestabilizar a los cuatro personajes, ¿o son solo tres?, que danzan al ritmo
del dios todopoderoso. La existencia humana se devela como una enorme y
permanente pesadilla; un infierno del que no es posible evadirse; ni siquiera
con la presunta desaparición de algunos de los personajes o con su posible
muerte. En otras palabras, es una metáfora de la condición humana, entendida
como miseria, caos, derrumbe, naufragio, abismo, condena. En ese
universo no hay escapatoria posible. El Hombre sabe que no hay redención. Solo
existe la condena ad infinitum y el libre albedrío solo es un chiste
cruel. Como en las tragedias griegas el destino
se impone y aniquila los deseos de los pobres mortales. La presente edición,
bilingüe, presenta la novela en su idioma original, español, y la traducción al
portugués firmada por uno de sus autores.
A la narrativa de Naufragios del tiempo el azar
atrae una tercera voz, la de la artista Siegrid Wiese (México), que conocimos
en el número anterior de nuestra revista, dedicada a la obra plástica de Susana
Wald. La obra de Siegrid Wiese, con el misterio de su luminosidad, actúa como
una fuerza de atracción que revela lo más recóndito del escenario de Naufragios
del tiempo; una vez más se confirma la magia de lo impredecible. Los
acompañan las voces críticas de Emmanuel Baudier y Oscar Javier Martínez,
autores de los textos aquí reproducidos, respectivamente sobre las obras narrativa
y plástica. La edición en formato libro, bilingüe, será publicada por Amazon en
principios del 2021.
Con este número finalizamos el año de 2020, marcado por
este nuevo capítulo de la desagregación humana; la pandemia que lleva en sus
profundidades la llave de la revelación de las dos crisis contemporáneas: la
sanitaria y la política. El poder posee su lógica perversa de destrucción de la
humanidad, o al menos de una parte de ella, y que hoy opera con su grado más
alto de violencia, exponiendo, claramente, la verdad sangrienta de
nuestros gobiernos; así como el teatro de la política y sus mecanismos de
intereses privados. A este 2020 se suma el siguiente, que ya lo intuimos como
el escenario de una grave crisis económica, cuando tras las máscaras de los
poderes encontraremos los planes de carnicería impuestos al hombre, hace mucho
convertido en meros consumidores.
Os Editores
1. EMMANUEL BAUDIER | Una novela y los naufragios del tiempo
La nouvelle Naufragios del Tiempo nos acoge y nos introduce en una orgía
mística con Cibeles, con Caos y con Lavinia, la eterna amante, portavoz a su
vez del ejército de mujeres silenciadas, a las que ella recrea una y otra y
otra vez, ad infinitum. Rápidamente la orgía deja el tono provocador para dejar
el espacio libre a una habitación nauseabunda llena de fetos glaucos. El olvido
se hace necesario.
Berta
Lucía Estrada y Floriano Martins nos llevan a una peregrinación errática con el
fin de explorar la condición humana, sus preguntas, sus tormentos intemporales
y sobre todo inexorablemente encadenados al tiempo.
Al
igual que una tragedia griega los lectores acompañamos a los dioses y a los
héroes; la mayoría de las veces reflejos de los mortales. Y como en toda
tragedia griega el destino se impone y aniquila los deseos de los pobres
mortales. Acompañamos entonces a Teseo y a su avatar Alfredo, y aunque los dos
están enamorados de Cibele, en realidad son diametralmente opuestos. Con ellos
descubrimos a Cronos y al antro donde se refugia.
El
decorado y los personajes se presentan y saltan ante nuestros ojos.
Es
cuando nos sentimos aspirados por una danza en honor a Shiva que oscila a veces
en ciudades laberínticas o en abismos o bien nos convierte en átomos volando o
nos envía a mundos paralelos o nos lanza de nuevo a un big-bang para dejarnos
caer luego en huecos repugnantes. Dejamos un lugar y una historia que luego
reencontraremos más tarde; o bien, ¿es una historia ya vivida? Cibele y Cronos
se disputan el poder de Caos; pero, ¿quién domina en realidad? Ella crea y
recrea; él, manipulador, se desespera y contempla la destrucción de sus
creaciones y goza ante la imposibilidad que tiene de poder escapar a sus
designios. ¿Y qué pasa con los héroes? Teseo da tumbos entre el amor y la
guerra, sus dos grandes pasiones; y al mismo tiempo siente como el laberinto lo
inhala hasta sus más recónditas profundidades. Su vil y malvado antihéroe, el
de los fluidos vitales, aunque viciosos, el de las noches plagadas de
misterios, él y su sombra le recuerdan que también él, Teseo, forma parte de
ese mundo. Y aunque se separan múltiples veces es para reencontrarse a pesar de
sus diversas contradicciones. Y si bien Teseo busca a todo precio ir más allá
de los presentimientos y del deseo para engolosinarse con el heroísmo y la
sensatez racional de las controversias, el orgullo solo se encuentra asignado a
un solo dios. Y aunque Alfredo se ve a sí mismo vestido con los harapos de un
paria posiblemente solo es el traje del dios de las ruinas; siempre y cuando
sea menester hacer alusión a los dioses. ¿Acaso los dioses son tan numerosos
que el Hombre se ve en la imposibilidad de resistirlos? ¿O tal vez ese
Hombre está infestado de religiones y de egos que exigen cultos y
humillaciones?
A
todo lo largo de nuestra errancia nos confrontamos a diversas interrogaciones:
la realidad de lo real o la ilusión del dominio del caos; la conciencia del
vacío, o la abstracción del Todo; la contingencia del tiempo y la cronología en
los remolinos de las creaciones; la necesidad imperiosa del Hombre o su
ridícula futilidad; la vida como sinónimo de la muerte aun si la perpetuación
de la especie le hace creer lo contrario; el Hombre creado por dios o bien dios
creado por el Hombre; la memoria, léase lo inexistente, el sueño y el olvido;
el libre arbitrio, la causalidad; … y aún no termino esta lista a la Prévert y
sus interrogantes que el lector encontrará a todo lo largo de la lectura.
Destellos
de irrisión, de escarnio, de humor; frases como “Dios está pendiendo de un
hilo” y grita ¡Socorro!, o bien “la transfusión del alma de un oráculo a otro”
o “la intención cifrada de Cronos tardó aun más en funcionar porque en el
mercado negro los relojes de arena y los digitales alcanzaron precios
exorbitantes”, alivian esta inmersión metafísica y a veces asfixiante.
Ineluctablemente el desespero, la ruina, el caos nos lanza de nuevo al más
profundo de los abismos. Y de la metafísica, la caída brutal en el
hiperrealismo con la desertificación, las inundaciones, las hambrunas, las
migraciones y la aculturación; o “los excrementos omnipresentes de la especie
humana”; o “las máquinas de supresión de diferencias vertieron en los ríos la
variedad tóxica de su absurda química”, o “la espiral infernal de la cadena
alimentaria que mata la posibilidad misma de alimentar”. La utopía de la unidad
y del amor y de la creación, de Lavinia y Cibele destruidas por Caronte,
destruidas por la manzana y las manzanas del futuro. Los agelastes escrutan los
big-bangs y cuentan los elementos del puzle
que a su vez son alterados como si fuese un caleidoscopio por Caos y todo esto
bajo el ojo burlón de Cronos. Incluso si Caos se cree vencedor, Cronos, por su
parte, no se siente perdedor. Cibele es consciente que todas las creaciones
efímeras son iguales; Mnemósine, al igual que un karma trágico, repite la sed y
el hambre. ¿Y esas múltiples recreaciones no son simplemente la representación
misma del caos? ¿La muerte de Lavinia no sería la suya propia?
De
esta manera llegamos al final. Cibele cansada y desencantada, y aunque está
dispuesta a ponerse en manos de Caos, Cronos, celoso, se lo impide. “Me
aseguraré de que el tiempo esté siempre en otra parte”. “¡Al diablo con el
tiempo!” Henos aquí librados a nuestra suerte, ahogados por un enorme torrente
de interrogaciones, al mismo tiempo que nosotros somos los únicos responsables
de las respuestas.
2. OSCAR JAVIER MARTÍNEZ | El camino a la luz es un misterio
¿De
dónde viene la luz que da razón de ser a la mirada? ¿Puede ser esa luz bella
porque sí? ¿Puede darnos sentido a lo que somos, seres llenos de mortalidad que
deambulamos de día con las tinieblas a cuestas?
Los lienzos de Siegrid Wiese interpelan, hacen preguntas,
sugieren. Como fragmentos de un sueño milenario tienen una profunda conexión
con el misterio del alma humana. Sea en el violento danzar de los colores, sea
en los ojos profundísimos de una druida bicéfala o en la aparente placidez de
un paisaje, habita en ellos un estremecimiento, una pulsión. Una luz horadando
los intersticios del alma.
Tomás de Aquino escribió que la claritas sube
desde abajo, desde lo íntimo de la cosa, como autodeterminación de la forma
organizante. Color y luminosidad de los cuerpos deberían ser, por lo tanto,
consecuencias del recto estructurarse de un organismo. Sin embargo, nada hay de
rectitud canónica en los cuadros de Wiese. Por el contrario, las formas y los
juegos de luz son oficiantes en una ruta donde ir a la luz requiere valentía.
Porque nada es más valiente que reconocerse en la oscuridad.
Es ese diálogo con la luz, su mirada hecha veladura lo
que hace a la obra de Siegrid Wiese absolutamente personal. No hay aquí
historias entretejidas de antemano, ni personajes que obedezcan al guión de un
creador. Lo que hay es una férrea voluntad de asomarse al abismo, sumergirse en
lo profundo para percibir aquella luz que no viene de lo alto, sino por el
contrario asciende, telúrica, bañando en su evanescencia al ser.
Escribió el poeta Roberto Vallarino: para reconocer la
luz de las cavernas es necesario tener los ojos limpios, la mirada profunda y
el alma transparente. La luz que atrapa Siegrid Wiese es la pura e innata luz
de su alma, transmutada en el lienzo. Esos juegos de color, esas miradas nos
interpelan con profunda voz, como diciendo: No hay sombra sin destino, como
tampoco hay cuerpo sin luz.
El camino a la Luz es un Misterio y Siegrid vino a este mundo a recordárnoslo.
Berta Lucía Estrada | Floriano Martins | Siegrid Wiese |
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• ÍNDICE
ARC162-01-00 NAUFRAGIOS DEL TIEMPO I – IV
https://arcagulharevistadecultura.blogspot.com/2020/12/naufragios-del-tiempo-i-iv.html
ARC162-02-00 NAUFRAGIOS DEL TIEMPO V – VIII
https://arcagulharevistadecultura.blogspot.com/2020/12/naufragios-del-tiempo-v-viii.html
ARC162-03-00 NAUFRAGIOS DEL TIEMPO IX – XIII
https://arcagulharevistadecultura.blogspot.com/2020/12/naufragios-del-tiempo-ix-xiii.html
ARC162-04-00 NAUFRAGIOS DEL TIEMPO XIV – XVII
https://arcagulharevistadecultura.blogspot.com/2020/12/naufragios-del-tiempo-xiv-xvii.html
ARC162-05-00 NAUFRAGIOS DEL TIEMPO XVIII – XXII
https://arcagulharevistadecultura.blogspot.com/2020/12/naufragios-del-tiempo-xviii-xxii.html
ARC162-06-00 NAUFRAGIOS DEL TIEMPO XXIII – XXVI
https://arcagulharevistadecultura.blogspot.com/2020/12/naufragios-del-tiempo-xxiii-xxvi.html
ARC162-07-00 NAUFRAGIOS DEL TIEMPO XXVII – XXXI
https://arcagulharevistadecultura.blogspot.com/2020/12/naufragios-del-tiempo-xxvii-xxxi.html
ARC162-08-00 NAUFRAGIOS DEL TIEMPO XXXII – XXXV
https://arcagulharevistadecultura.blogspot.com/2020/12/naufragios-del-tiempo-xxxii-xxxv.html
ARC162-09-00 NAUFRAGIOS DEL TIEMPO XXXVI – XL
https://arcagulharevistadecultura.blogspot.com/2020/12/naufragios-del-tiempo-xxxvi-xl.html
ARC162-10-00 NAUFRAGIOS DEL TIEMPO XLI – XLIV
https://arcagulharevistadecultura.blogspot.com/2020/12/naufragios-del-tiempo-xli-xliv.html
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Agulha
Revista de Cultura
UMA AGULHA
NO MUNDO INTEIRO
Número 162 |
dezembro de 2020
Artista convidada: Siegrid Wiese (México, 1980)
editor geral
| FLORIANO MARTINS | floriano.agulha@gmail.com
editor
assistente | MÁRCIO SIMÕES | mxsimoes@hotmail.com
logo &
design | FLORIANO MARTINS
revisão de
textos & difusão | FLORIANO MARTINS | MÁRCIO SIMÕES
ARC Edições
© 2020
Dear friend Floriano in a distant land beyond the Atlantic Ocean.
ResponderExcluirThank you for today's shipment of a new issue of Agulha. I still admire your diligence, creativity, insight, but also a deep immersion into selected topics, into those adventures of human size based on individual knowledge of hidden corners of reason and emotion. I'm gaining new valuable information. These are horizons that we have no idea about. We are too Central European. How can you do all this? What strength strengthens you in this extremely unfavorable time? Apparently the power of faith in the greatness of the human spirit and the unwavering interest in literature and the visual arts, as well as in the passion of seeking and finding new perspectives and connotations. I'm still thinking about you. I'm worried about your health. The situation is dramatic and we know no other way than the invincibility of hope. I bow before you in reverence and with great appreciation.
Yours, Jan Docekal