segunda-feira, 14 de dezembro de 2020

AGULHA REVISTA DE CULTURA # 162 – dezembro de 2020


• EDITORIAL – NAUFRAGIOS DEL TIEMPO, de Berta Lucía Estrada y Floriano Martins

 


Esta es una edición muy especial de Agulha Revista de Cultura, además de ser la última del año. El encuentro de dos poetas y una artista plástica, es una prueba de cómo lo imprevisible puede hacer coincidir distintas visiones del mundo y cómo esta cita mágica con el azar puede alcanzar una dimensión artística que permite la creación de un nuevo mundo; siempre inesperado. En una entrevista Octavio Paz ha referido la presencia determinante en el siglo pasado de una crítica de la ilusión del tiempo. Berta Lucía Estrada y Floriano Martins, desconociendo las palabras del poeta mexicano, crearon un escenario donde pasa exactamente lo mismo.

Naufragios del Tiempo es una nouvelle escrita al alimón entre Floriano Martins (Brasil) y Berta Lucía Estrada Estrada (Colombia). Al inicio de esta aventura ninguno de los dos tenía un plan previsto; no solo no conocían a los personajes, sino que tampoco sabían cuál sería el rumbo que tomarían a lo largo de los 44 capítulos que conforman la obra ficcional. Sin embargo, muy rápidamente, el tiempo, bajo la figura mítica de Cronos, se impuso como el personaje central de la trama y se irguió como figura que ostenta el poder sobre los demás actores y a los que gobierna a su antojo. Con sus manos alargadas mueve los hilos invisibles de las marionetas que lanzará ineluctablemente al vacío. Naufragios del Tiempo es una obra metafísica que busca desentrañar las pasiones, que como un enorme maremoto, van a desestabilizar a los cuatro personajes, ¿o son solo tres?, que danzan al ritmo del dios todopoderoso. La existencia humana se devela como una enorme y permanente pesadilla; un infierno del que no es posible evadirse; ni siquiera con la presunta desaparición de algunos de los personajes o con su posible muerte. En otras palabras, es una metáfora de la condición humana, entendida como miseria, caos, derrumbe, naufragio, abismo, condena. En ese universo no hay escapatoria posible. El Hombre sabe que no hay redención. Solo existe la condena ad infinitum y el libre albedrío solo es un chiste cruel.  Como en las tragedias griegas el destino se impone y aniquila los deseos de los pobres mortales. La presente edición, bilingüe, presenta la novela en su idioma original, español, y la traducción al portugués firmada por uno de sus autores.

A la narrativa de Naufragios del tiempo el azar atrae una tercera voz, la de la artista Siegrid Wiese (México), que conocimos en el número anterior de nuestra revista, dedicada a la obra plástica de Susana Wald. La obra de Siegrid Wiese, con el misterio de su luminosidad, actúa como una fuerza de atracción que revela lo más recóndito del escenario de Naufragios del tiempo; una vez más se confirma la magia de lo impredecible. Los acompañan las voces críticas de Emmanuel Baudier y Oscar Javier Martínez, autores de los textos aquí reproducidos, respectivamente sobre las obras narrativa y plástica. La edición en formato libro, bilingüe, será publicada por Amazon en principios del 2021.

Con este número finalizamos el año de 2020, marcado por este nuevo capítulo de la desagregación humana; la pandemia que lleva en sus profundidades la llave de la revelación de las dos crisis contemporáneas: la sanitaria y la política. El poder posee su lógica perversa de destrucción de la humanidad, o al menos de una parte de ella, y que hoy opera con su grado más alto de violencia, exponiendo, claramente, la verdad sangrienta de nuestros gobiernos; así como el teatro de la política y sus mecanismos de intereses privados. A este 2020 se suma el siguiente, que ya lo intuimos como el escenario de una grave crisis económica, cuando tras las máscaras de los poderes encontraremos los planes de carnicería impuestos al hombre, hace mucho convertido en meros consumidores.

 

Os Editores

 


1. EMMANUEL BAUDIER | Una novela y los n
aufragios del tiempo

La nouvelle Naufragios del Tiempo nos acoge y nos introduce en una orgía mística con Cibeles, con Caos y con Lavinia, la eterna amante, portavoz a su vez del ejército de mujeres silenciadas, a las que ella recrea una y otra y otra vez, ad infinitum. Rápidamente la orgía deja el tono provocador para dejar el espacio libre a una habitación nauseabunda llena de fetos glaucos. El olvido se hace necesario.

Berta Lucía Estrada y Floriano Martins nos llevan a una peregrinación errática con el fin de explorar la condición humana, sus preguntas, sus tormentos intemporales y sobre todo inexorablemente encadenados al tiempo.

Al igual que una tragedia griega los lectores acompañamos a los dioses y a los héroes; la mayoría de las veces reflejos de los mortales. Y como en toda tragedia griega el destino se impone y aniquila los deseos de los pobres mortales. Acompañamos entonces a Teseo y a su avatar Alfredo, y aunque los dos están enamorados de Cibele, en realidad son diametralmente opuestos. Con ellos descubrimos a Cronos y al antro donde se refugia.

El decorado y los personajes se presentan y saltan ante nuestros ojos.

Es cuando nos sentimos aspirados por una danza en honor a Shiva que oscila a veces en ciudades laberínticas o en abismos o bien nos convierte en átomos volando o nos envía a mundos paralelos o nos lanza de nuevo a un big-bang para dejarnos caer luego en huecos repugnantes. Dejamos un lugar y una historia que luego reencontraremos más tarde; o bien, ¿es una historia ya vivida? Cibele y Cronos se disputan el poder de Caos; pero, ¿quién domina en realidad? Ella crea y recrea; él, manipulador, se desespera y contempla la destrucción de sus creaciones y goza ante la imposibilidad que tiene de poder escapar a sus designios. ¿Y qué pasa con los héroes? Teseo da tumbos entre el amor y la guerra, sus dos grandes pasiones; y al mismo tiempo siente como el laberinto lo inhala hasta sus más recónditas profundidades. Su vil y malvado antihéroe, el de los fluidos vitales, aunque viciosos, el de las noches plagadas de misterios, él y su sombra le recuerdan que también él, Teseo, forma parte de ese mundo. Y aunque se separan múltiples veces es para reencontrarse a pesar de sus diversas contradicciones. Y si bien Teseo busca a todo precio ir más allá de los presentimientos y del deseo para engolosinarse con el heroísmo y la sensatez racional de las controversias, el orgullo solo se encuentra asignado a un solo dios. Y aunque Alfredo se ve a sí mismo vestido con los harapos de un paria posiblemente solo es el traje del dios de las ruinas; siempre y cuando sea menester hacer alusión a los dioses. ¿Acaso los dioses son tan numerosos que el Hombre se ve en la imposibilidad de resistirlos? ¿O tal vez ese Hombre está infestado de religiones y de egos que exigen cultos y humillaciones?

A todo lo largo de nuestra errancia nos confrontamos a diversas interrogaciones: la realidad de lo real o la ilusión del dominio del caos; la conciencia del vacío, o la abstracción del Todo; la contingencia del tiempo y la cronología en los remolinos de las creaciones; la necesidad imperiosa del Hombre o su ridícula futilidad; la vida como sinónimo de la muerte aun si la perpetuación de la especie le hace creer lo contrario; el Hombre creado por dios o bien dios creado por el Hombre; la memoria, léase lo inexistente, el sueño y el olvido; el libre arbitrio, la causalidad; … y aún no termino esta lista a la Prévert y sus interrogantes que el lector encontrará a todo lo largo de la lectura.

Destellos de irrisión, de escarnio, de humor; frases como “Dios está pendiendo de un hilo” y grita ¡Socorro!, o bien “la transfusión del alma de un oráculo a otro” o “la intención cifrada de Cronos tardó aun más en funcionar porque en el mercado negro los relojes de arena y los digitales alcanzaron precios exorbitantes”, alivian esta inmersión metafísica y a veces asfixiante. Ineluctablemente el desespero, la ruina, el caos nos lanza de nuevo al más profundo de los abismos. Y de la metafísica, la caída brutal en el hiperrealismo con la desertificación, las inundaciones, las hambrunas, las migraciones y la aculturación; o “los excrementos omnipresentes de la especie humana”; o “las máquinas de supresión de diferencias vertieron en los ríos la variedad tóxica de su absurda química”, o “la espiral infernal de la cadena alimentaria que mata la posibilidad misma de alimentar”. La utopía de la unidad y del amor y de la creación, de Lavinia y Cibele destruidas por Caronte, destruidas por la manzana y las manzanas del futuro. Los agelastes escrutan los big-bangs y cuentan los elementos del puzle que a su vez son alterados como si fuese un caleidoscopio por Caos y todo esto bajo el ojo burlón de Cronos. Incluso si Caos se cree vencedor, Cronos, por su parte, no se siente perdedor. Cibele es consciente que todas las creaciones efímeras son iguales; Mnemósine, al igual que un karma trágico, repite la sed y el hambre. ¿Y esas múltiples recreaciones no son simplemente la representación misma del caos? ¿La muerte de Lavinia no sería la suya propia?

De esta manera llegamos al final. Cibele cansada y desencantada, y aunque está dispuesta a ponerse en manos de Caos, Cronos, celoso, se lo impide. “Me aseguraré de que el tiempo esté siempre en otra parte”. “¡Al diablo con el tiempo!” Henos aquí librados a nuestra suerte, ahogados por un enorme torrente de interrogaciones, al mismo tiempo que nosotros somos los únicos responsables de las respuestas.

 




2. OSCAR JAVIER MARTÍNEZ | El camino a la luz es un misterio

¿De dónde viene la luz que da razón de ser a la mirada? ¿Puede ser esa luz bella porque sí? ¿Puede darnos sentido a lo que somos, seres llenos de mortalidad que deambulamos de día con las tinieblas a cuestas?

Los lienzos de Siegrid Wiese interpelan, hacen preguntas, sugieren. Como fragmentos de un sueño milenario tienen una profunda conexión con el misterio del alma humana. Sea en el violento danzar de los colores, sea en los ojos profundísimos de una druida bicéfala o en la aparente placidez de un paisaje, habita en ellos un estremecimiento, una pulsión. Una luz horadando los intersticios del alma.

Tomás de Aquino escribió que la claritas sube desde abajo, desde lo íntimo de la cosa, como autodeterminación de la forma organizante. Color y luminosidad de los cuerpos deberían ser, por lo tanto, consecuencias del recto estructurarse de un organismo. Sin embargo, nada hay de rectitud canónica en los cuadros de Wiese. Por el contrario, las formas y los juegos de luz son oficiantes en una ruta donde ir a la luz requiere valentía. Porque nada es más valiente que reconocerse en la oscuridad.

Es ese diálogo con la luz, su mirada hecha veladura lo que hace a la obra de Siegrid Wiese absolutamente personal. No hay aquí historias entretejidas de antemano, ni personajes que obedezcan al guión de un creador. Lo que hay es una férrea voluntad de asomarse al abismo, sumergirse en lo profundo para percibir aquella luz que no viene de lo alto, sino por el contrario asciende, telúrica, bañando en su evanescencia al ser.

Escribió el poeta Roberto Vallarino: para reconocer la luz de las cavernas es necesario tener los ojos limpios, la mirada profunda y el alma transparente. La luz que atrapa Siegrid Wiese es la pura e innata luz de su alma, transmutada en el lienzo. Esos juegos de color, esas miradas nos interpelan con profunda voz, como diciendo: No hay sombra sin destino, como tampoco hay cuerpo sin luz.

El camino a la Luz es un Misterio y Siegrid vino a este mundo a recordárnoslo. 


Berta Lucía Estrada          |          Floriano Martins          |          Siegrid Wiese
 

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• ÍNDICE

 

ARC162-01-00 NAUFRAGIOS DEL TIEMPO I – IV

https://arcagulharevistadecultura.blogspot.com/2020/12/naufragios-del-tiempo-i-iv.html

 

ARC162-02-00 NAUFRAGIOS DEL TIEMPO V – VIII

https://arcagulharevistadecultura.blogspot.com/2020/12/naufragios-del-tiempo-v-viii.html

 

ARC162-03-00 NAUFRAGIOS DEL TIEMPO IX – XIII

https://arcagulharevistadecultura.blogspot.com/2020/12/naufragios-del-tiempo-ix-xiii.html

 

ARC162-04-00 NAUFRAGIOS DEL TIEMPO XIV – XVII

https://arcagulharevistadecultura.blogspot.com/2020/12/naufragios-del-tiempo-xiv-xvii.html

 

ARC162-05-00 NAUFRAGIOS DEL TIEMPO XVIII – XXII

https://arcagulharevistadecultura.blogspot.com/2020/12/naufragios-del-tiempo-xviii-xxii.html

 

ARC162-06-00 NAUFRAGIOS DEL TIEMPO XXIII – XXVI

https://arcagulharevistadecultura.blogspot.com/2020/12/naufragios-del-tiempo-xxiii-xxvi.html

 

ARC162-07-00 NAUFRAGIOS DEL TIEMPO XXVII – XXXI

https://arcagulharevistadecultura.blogspot.com/2020/12/naufragios-del-tiempo-xxvii-xxxi.html

 

ARC162-08-00 NAUFRAGIOS DEL TIEMPO XXXII – XXXV

https://arcagulharevistadecultura.blogspot.com/2020/12/naufragios-del-tiempo-xxxii-xxxv.html

 

ARC162-09-00 NAUFRAGIOS DEL TIEMPO XXXVI – XL

https://arcagulharevistadecultura.blogspot.com/2020/12/naufragios-del-tiempo-xxxvi-xl.html

 

ARC162-10-00 NAUFRAGIOS DEL TIEMPO XLI – XLIV

https://arcagulharevistadecultura.blogspot.com/2020/12/naufragios-del-tiempo-xli-xliv.html 

 


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Agulha Revista de Cultura

UMA AGULHA NO MUNDO INTEIRO

Número 162 | dezembro de 2020

Artista convidada: Siegrid Wiese (México, 1980)

editor geral | FLORIANO MARTINS | floriano.agulha@gmail.com

editor assistente | MÁRCIO SIMÕES | mxsimoes@hotmail.com

logo & design | FLORIANO MARTINS

revisão de textos & difusão | FLORIANO MARTINS | MÁRCIO SIMÕES

ARC Edições © 2020


 

 

Um comentário:

  1. Dear friend Floriano in a distant land beyond the Atlantic Ocean.
    Thank you for today's shipment of a new issue of Agulha. I still admire your diligence, creativity, insight, but also a deep immersion into selected topics, into those adventures of human size based on individual knowledge of hidden corners of reason and emotion. I'm gaining new valuable information. These are horizons that we have no idea about. We are too Central European. How can you do all this? What strength strengthens you in this extremely unfavorable time? Apparently the power of faith in the greatness of the human spirit and the unwavering interest in literature and the visual arts, as well as in the passion of seeking and finding new perspectives and connotations. I'm still thinking about you. I'm worried about your health. The situation is dramatic and we know no other way than the invincibility of hope. I bow before you in reverence and with great appreciation.
    Yours, Jan Docekal

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