terça-feira, 28 de setembro de 2021

AGULHA REVISTA DE CULTURA # 182 – outubro de 2021

 

• EDITORIAL – LOS OJOS SALVAJES DE SUSANA WALD

 


Esta edición de Agulha Revista de Cultura está acompañada de una serie de dibujos de Susana Wald. Ella misma observa, cuando manifiesto mi felicidad con ellos: Me alegra que te hayan gustado mis dibujitos. Los hago como ejercicio, a la manera en que los pianistas practican tocar escalas. Es algo que muchos artistas consideramos ejercicio esencial. Aquí en Oaxaca esto se me hace difícil. En Toronto, mientras daba clases de dibujo, lo hacía todos los días. Eso da muchos dibujitos. Susana es una mujer fascinante, con un espíritu que lleva en sí las incontables edades de la vida. La idea – hasta donde pude mantener la sorpresa – era reunir aquí algo como algunos de los sorprendentes collages de la existencia de esta mujer, uno de los personajes más relevantes de mi vida y sobre quien he escrito un libro, comentando su vida y obra. Al lado de los dibujos he pensado en reunir algunos de sus recortes críticos, su mirada sobre el mundo. Los dibujos están como esos acordes de una melodía esencial, como ellas los describe, pero también hay los trazos finalizados, algunos de ellos ya publicados en libros, revistas, exposiciones. Los textos, una parte se encuentra en el libro Intuiciones y obsesiones, de Susana Wald (ARC Edições, 2017), que me ha tocado editar en Brasil. Los demás, unos inéditos y otros que se encuentran en algunas revistas. Los puentes mágicos entre ellos, nuestra amistad, nuestro diálogo sin pausa.

 

FM | Siempre me pareció que la evocada relación entre vida y obra por los surrealistas no se da únicamente en aquellos creadores que están más acá de la dimensión mágica del arte, o sea, esta relación siempre hubo en la historia de las artes. El surrealismo destaca su imperativo en una época en que los demonios de la razón andaban por las calles de una Europa devorada por los mecanismos de un voraz positivismo, igual como hoy se pasa con el mundo en que vivimos, agotado por las prostituidas leyes del mercado. ¿Qué te parece el tema?

 

SW | Explorar esta idea requiere un enfoque político. No es mi fuerte. Bien dices que en las artes siempre hubo una dimensión mágica. En el romanticismo alemán y subsiguientes hay un enfoque especial en esto.

 

FM | Y luego de su respuesta seguimos con nuestro diálogo que trato aquí de ayudar a hilar. Recuerdo un impresionante relato tuyo de algo que pasó hace tiempo, en tus palabras: Entre las muchas catástrofes que padeció la humanidad en el siglo veinte está la guerra civil que hubo en el Líbano. Durante ese conflicto apareció una foto en un diario de Toronto que me golpeó y que también afectó profundamente a Ludwig Zeller. En la foto aparece un niño con un gran parecido a nuestro hijo, Javier Zeller. Le faltan las dos manos, y un ojo. Con el otro ojo mira la cámara. Cubierto de vendajes, el niño está en el asiento de un avión mientras es transportado desde el Líbano a un país adonde le habían ofrecido ser rehabilitado. Una imagen de horror que no me abandonó durante mucho tiempo. La tuve colgada en mi taller para no olvidarla ni un minuto. Al ver esta espantosa tragedia humana de una vida tan cruelmente cercenada, había decidido que cualquiera cosa que yo pudiera crear en mi labor artística, visual u otra, que no fuera alimento para el alma de ese ser torturado, no valía la pena hacer y carecía de significado. Me he mantenido fiel a esta consigna. Por supuesto que tu idea va más allá de la defensa de Michel Leiris al decir que la finalidad de una obra de arte es la de hacer sensible el misterio de los elementos que ésta pone en juego. Pero ¿cómo entiendes que se manifieste la percepción de tu consigna, o sea, ¿cómo el público se relaciona con tu creación?

 

SW | Realmente no sé. Mi motivación en hacer arte que tenga sentido para este niño torturado por la vida es prácticamente religiosa. El niño es para mí un santo, muy a pesar suyo, una imagen de Cristo. De este tipo de cosas se habla poco, los temas religiosos realmente no están de moda.

 

FM | Luis Buñuel decía que el azar aparece sólo una vez y casi nunca rectifica. Incluso el azar me parece impotente. Y tú me dirás: Creo que todos nacemos por azar. Que dónde, no importa, los nacionalismos no pueden mantener su vigencia cuando ya todos tenemos consciencia de ser habitantes de un pequeño planeta. La vida misma que llevamos, la que llevo, es una secuencia de azares. Existe una ilusión de albedrío, pero cualquier poco que observamos podemos ver que nuestras decisiones y propósitos están constantemente expuestos a intromisiones del azar. El azar, por lo demás, es simplemente manifestación de la presencia del misterio que a su vez es fruto de nuestra incapacidad de percibir la complejidad de los eventos simultáneos. Somos un detallito de un devenir inmensamente superior a nosotros. ¿Crees que las dos percepciones del azar son antagónicas?

 

SW | Lo que es incomprensible, lo que no puede explicar la conciencia, las manifestaciones que se dan desde el inconsciente colectivo, lo llamamos azar.

 

FM | Dime ¿por qué lloran las mujeres? Por supuesto que imagino que prefieras hablar de la dimensión milenaria del llanto.

 

SW | Por supuesto. Existe un tipo de llanto que embarga a todos por igual cuando se sufre una pérdida irreparable, cuando lo perdido no se puede aceptar, cuando se desmorona el mundo conocido y acostumbrado alrededor de nosotros. Ese llanto puede ser momentáneo, el equilibrio puede ser recuperado, la herida física o mental puede sanar. Pero hay un llanto más profundo, un llanto por algo que se va en forma muy permanente, un algo que demora milenios en recuperarse. Ese es el llanto milenario al que me refiero. Decir milenario es incluso una manera de ocultar la verdadera extensión del tiempo de este llanto. Son por lo menos cuatro mil quinientos años y quizás más. Hace cuarenta y cinco siglos o más que lloran las mujeres. ¿Por qué lloran las mujeres? ¿Y qué lloran? ¿Qué lamentan?

Al parecer en los tiempos de hace cuarenta y cinco siglos ha comenzado un cambio en la suerte de lo femenino, dentro de la humanidad. De lo femenino en general, no tan sólo lo femenino de las mujeres. Por esos remotos tiempos comenzó un proceso en que lo femenino dejó de considerarse sagrado y para diez siglos más tarde se impuso la superioridad de lo masculino y la sacralización de lo masculino con ello. Hace cuarenta y cinco siglos todavía existía la noción de que la divinidad podía ser femenina, que el poder todopoderoso era algo femenino, que lo más sagrado era lo femenino. Era sagrado el agua, la tierra, era más fuerte y más poderoso que el aire y el fuego al que también contenía. La Diosa, entidad que existió con mil nombres y formas, era más poderosa que toda otra deidad y todo procedía de Ella. Procedían de Ella los otros dioses y la importancia de éstos estaba en relación con Ella misma. Así estamos entendiendo poco a poco, a medida que se nos revela en los estudios de los últimos sesenta años, una época que se extendió durante un periodo muy largo de doce milenios en que los seres humanos, hombres y mujeres, rendían culto a Ella.


Ella era cambio constante, era unión de opuestos, era suave y era violenta, era delicada y era fuerte, era doncella y guerrera y podía vencer al más robusto que la atacara. En ella se veneraba la tierra, la naturaleza, la lluvia suave y el terremoto devastador, los lagos cristalinos y los volcanes en erupción. En ella se veneraba la gracia, el hogar, el refugio y el brazo poderoso. Ella era origen de toda vida y toda muerte, la que paría a los seres vivos y los recogía en su mismo vientre cuando acababan sus días.

Se conjetura que se produjo un cambio porque surgió un grupo de humanos montados a caballo, guerreros, valientes y violentos, a quienes Marija Gimbutas designa como los protogriegos. Se conjetura que el cambio vino con la invención de la escritura que produjo un cambio en la estructura misma del cerebro de los humanos como lo propone Leonard Schlein en su libro que recopila ideas a las que él agrega el enfoque biológico.

En todo caso, para el tiempo de hace treinta y cinco siglos comenzó en serio el cambio, se fue imponiendo el Dios masculino, se fue también esbozando la idea del Dios inmutable y eterno, Dios único, todopoderoso y vencedor de todas las diosas que lo precedieron.

Yo creo que cuando se veneraban las diosas, cuando se veneraba lo femenino, las mujeres no lloraban. No se concebía el llanto milenario. Las mujeres participaban en el poder y la dignidad de la deidad femenina, así como ahora los hombres no lloran y participan en el poder y la dignidad de la deidad masculina. Yo no creo que las mujeres hayan estado al mando de todo, no creo que el tiempo anterior al patriarcado haya sido un matriarcado, no necesariamente. Así como sobreviven animales como las iguanas, que existen desde el tiempo de los dinosaurios que mientras tanto han desaparecido, así también sobreviven entre la humanidad grupos cuyas culturas y religiones reflejan lo que pudo haber sido la idea de la humanidad en los tiempos en que se veneraba deidades femeninas y también masculinas.

Hay grupos indígenas, algunos pequeños, como entre los indígenas de Norte América, o incluso en números muy vastos, como los de la zona andina de América del Sur que veneran la idea de lo femenino. Entre los descendientes de los tiempos de los Incas, están los que antes de comer o beber convidan un poco de lo que tienen a la Pachamama, la tierra, entidad femenina poderosa y acogedora. O hay grupos de indígenas en el norte de los Estados Unidos en que los varones, que son los que mandan, antes de tomar sus decisiones consultan con las mujeres ancianas de su tribu porque tienen en gran respeto su sabiduría y sus opiniones. Yo estoy segura que la anciana a quien se tiene en tal estima no es una mujer que llora. Es mujer que anda con la cabeza erguida y el alma en paz, porque sabe que tiene poder.

La razón principal del llanto de las mujeres es precisamente que, al perder poder la divinidad femenina, todo lo femenino se ha degradado, demonizado, aplastado, dominado. Lo femenino ha perdido el poder.

La mujer deja de llorar en el momento en que percibe que tiene poder, ya sea porque domina a los otros con su capacidad mental, erótica o social. En la mujer que percibe que tiene poder resurge una época que durante muchísimos siglos ha estado enterrada. Estamos presenciando una especie de resurrección de una posibilidad de venerar nuevamente lo femenino en muchos aspectos de nuestra cultura. Es una resurrección lenta y difícil. Un resurgimiento de las ideas y fuerzas de lo femenino que se está dando lentamente, muy lentamente, porque el peso del patriarcado y su poder es enorme. Y el patriarcado se resiste a perder el dominio, aunque este régimen de la adoración de lo masculino signifique la muerte para todos, hombres y mujeres por igual.

Resurge lo femenino en todos los resquicios que da el resquebrajamiento del férreo dominio de las ideas del culto al Dios masculino, único y todopoderoso y sus muchas manifestaciones que casi nunca son del todo religiosas. Resurge lo femenino en las artes, en la poesía que es la esencia de lo creativo. En la poesía comienza este cambio hace ya ocho siglos y no se concreta completamente aún. Resurge lo femenino en la música y la danza, elementos de la conducta humana que siempre han estado más cerca de la Diosa. Y sobre todo resurge en la explosiva presencia de las imágenes. La imagen fue antes que la palabra, pero durante un periodo muy extenso la palabra predominó. Incluso se pretendió que la palabra fue primero. Pero no, al parecer nuestras mentes perciben las cosas primero como imágenes y sólo luego les damos nombres. Y ese dar nombres es también esencial y una enorme conquista de la humanidad.

Porque el problema no está en el movimiento, la vida y la permanencia de lo masculino. Sólo hay problema si lo masculino domina y aplasta lo femenino. Ello enferma a mujeres y hombres y afecta más negativamente a las primeras. Si se logra que el surgimiento de lo femenino, sea armonioso; si se logra que lo femenino pueda abrazar y aceptar lo masculino y viceversa, se da un periodo de enorme creatividad y vitalidad en la vida de los humanos. Porque entonces se incorporan a la creatividad las mujeres que han estado excluidas de ella durante un tiempo tan largo que ya ni sabemos cómo es la totalidad de esa creatividad y en qué consiste su verdadero aporte.

El mundo al que llegamos hoy en día es aún un mundo hecho por hombres y para hombres. Hecho para hombres incluso por las mujeres, en la mayoría de los casos. Porque la casi totalidad de las mujeres que participan en el mundo de hoy son aceptadas porque son capaces de incorporarse y sustentar el mundo de los hombres.

No sabemos cómo podrá ser el mundo en que las mujeres puedan de nuevo sentir el poder de lo femenino y puedan participar con los hombres en la veneración de lo femenino en la misma medida de la veneración de lo masculino. Pero sí sabemos que desaparecerá su llanto milenario, que van a dejar de llorar.

 

FM | Así que miramos nuestra vida y lo que alcanzamos está más allá de lo que somos, en el sentido de que la vida de cada uno no podría ser jamás un acto aislado. Y con eso te pregunto algo con que finalizamos este collage de fragmentos de tu existencia: ¿cómo es tu convivencia con los demás? Pienso en el mundo concreto, pero también en una dimensión estética, las relaciones entre artes, no solamente entre creadores.

 

SW | Creo que mi relación con otros es buena. Soy básicamente sociable. Me importa el contacto con la gente y me es importante que ese contacto no sea superficial. No soy buena para la cháchara y detesto el chisme. También me parece absurdo que los seres se tengan miedo unos a otros. Sin ese miedo no hay odios raciales, ni persecuciones, ni opresión. Creo en la necesidad de la colaboración, del compartir, y esencialmente me parece que es imprescindible la compasión, es decir, la intención de entender a la interioridad del otro.

En cuanto a lo estético, me gustan las artes. No tengo tanto talento para lo literario como para lo visual, pero me resulta imprescindible leer. Me gusta la poesía y el ensayo principalmente. Leo en cuatro idiomas europeos y gozo del hecho de que cada lengua de cada grupo humano guarda elementos propios y esquemas especiales. Me interesa por ello la traducción que es complicado de hacer, sobre todo si se hace bien, pero que da muchas satisfacciones. Me gusta la música, no puedo vivir sin ella. Disfruto mucho la música clásica. En la música popular prefiero los blues, la música andina y la música popular húngara. He intentado cantar y tocar piano, pero no lo hago bien y eso me parece que no es perdonable. No hay por qué torturar a otros… Disfruto mucho del buen cine y me gusta el teatro. El ballet y la danza moderna me fascinan.

Considero que las artes y las ciencias están relacionadas. Me interesan ambas y me interesa la interpolinización de todas las actividades humanas. Las matemáticas y las ciencias tienen mucho que ver entre ellas. La física y la química tienen que ver con las artes visuales.

Todas nuestras actividades vienen de un mismo fondo: nuestra mente. Eso lo compartimos todos los humanos. Somos comunicadores que simplemente usamos varios tipos de lenguajes. Y somos básicamente gregarios. Necesitamos unos de otros.

 

FM | Unas últimas palabras de agradecimientos a Dulce Ángel Vargas, que firma las fotografías de los dibujos que acompañan nuestra edición.

Os Editores

 


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• ÍNDICE

 

SUSANA WALD | Animistas, [seguido de] Magia y energía

https://arcagulharevistadecultura.blogspot.com/2021/09/susana-wald-animistas-seguido-de-magia.html

 

SUSANA WALD | Edgar Saavedra y su libro Acedia, [seguido de] Esculturas de Javier Marín

https://arcagulharevistadecultura.blogspot.com/2021/09/susana-wald-edgar-saavedra-y-su-libro.html

 

SUSANA WALD | El desequilibrio y el equilibrio [seguido de] El cielo y la tierra

https://arcagulharevistadecultura.blogspot.com/2021/09/susana-wald-el-desequilibrio-y-el.html

 

SUSANA WALD | El dibujo, [seguido de] Las palabras

https://arcagulharevistadecultura.blogspot.com/2021/09/susana-wald-el-dibujo-seguido-de-las.html

 

SUSANA WALD | La Sagrada Diosa Tierra o la espiritualidad de lo femenino, [seguido de] Educar las mujeres

https://arcagulharevistadecultura.blogspot.com/2021/09/susana-wald-la-sagrada-diosa-tierra-o.html

 

SUSANA WALD | Manifiesto obligado, [seguido de] La materia

https://arcagulharevistadecultura.blogspot.com/2021/09/susana-wald-manifiesto-obligado-seguido.html

 

SUSANA WALD | Pensamiento espermático, [seguido de] Materia y energía

https://arcagulharevistadecultura.blogspot.com/2021/09/susana-wald-pensamiento-espermatico.html

 

SUSANA WALD | Sobre la necesidad del surrealismo, [seguido de] La revolución

https://arcagulharevistadecultura.blogspot.com/2021/09/susana-wald-sobre-la-necesidad-del.html

 

SUSANA WALD | Viajo desde muy temprana edad, [seguido de] Climas, plantas y selva oscura

https://arcagulharevistadecultura.blogspot.com/2021/09/susana-wald-viajo-desde-muy-temprana.html

 

SUSANA WALD | Reencuentro con Edouard Jaguer, impulsor del movimiento Phases, [seguido de] Raoul Wallenberg

https://arcagulharevistadecultura.blogspot.com/2021/09/susana-wald-reencuentro-con-edouard.html

 

 


Susana Wald

 

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SÉRIE PARTITURA DO MARAVILHOSO

 























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Agulha Revista de Cultura

UMA AGULHA NA MESA O MUNDO NO PRATO

Número 182 | outubro de 2021

Artista convidada: Susana Wald (Hungria, 1937)

editor geral | FLORIANO MARTINS | floriano.agulha@gmail.com

editor assistente | MÁRCIO SIMÕES | mxsimoes@hotmail.com

logo & design | FLORIANO MARTINS

revisão de textos & difusão | FLORIANO MARTINS | MÁRCIO SIMÕES

ARC Edições © 2021

 

Visitem também:

Atlas Lírico da América Hispânica

Conexão Hispânica

Escritura Conquistada

 



 

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