LAS VERTIENTES DEL FUEGO
NOTA
# 3 | Nada irrita en forma tan fuerte y descabellada a los burgueses –incluyendo
entre éstos a los políticos rusos y de los demás estados totalitaristas-comunistas,
reaccionarios en todo y más que en todo en arte– que estar frente a obras que, como
las suprarrealistas, plantean situaciones insólitas. Sus mentes de cal y yeso paleolíticos,
se sienten heridas, directamente ofendidas, ante lo inesperado y maravilloso que
no entienden.
NOTA
# 4 | Debo aclarar que no estoy adherida al suprarrealismo, como dijo una crítica
venezolana. Mi poesía y mis cuentos son, por ejemplo, lo contrario de la escritura
automática. Una y otros están pensados al centavo y superestructurados a tal punto,
que esa es una de las características que los distingue de la literatura que hoy
se escribe, en español o en cualquiera otra lengua.
Aunque
permanezca la inapropiada versión del termo surrealismo, ella misma observa que
lo hace como corrección a otras opciones comunes en español: subrealismo
y superrealismo, recordando que suprarrealismo comparte la idea francesa
de más allá. De todos modos, aquí están dos detalles que han cegado, ante
la crítica, el espíritu vigente de vanguardia de la obra y el pensamiento de Eunice
Odio.
Nacida
en San José de Costa Rica, el nomadismo incansable de su naturaleza fue la aguja
que ha definido su destino. Ha vivido –o simplemente pasado allí ciertos períodos
de su vida– en países como Nicaragua, Estados Unidos, El Salvador, México, Honduras,
siempre con una inquietud envidiable, en mucho movido por las disensiones políticas
y el deseo de más conocimiento. La pasión por la vida ha quemado sus días, con absoluta
y visceral pujanza. Al mismo tiempo esa grandeza de espíritu ha definido la incomprensión,
su inaceptabilidad entre los suyos, un tipo de aislamiento que tuvo también un componente
de recogimiento suyo, desde que se ha entregado a sus estudios de Cábala, llegando
a integrar el orden Rosacruz.
Pero
su red de amistades tuvo un carácter paradigmático, siempre con nombres de distinguida
importancia en sus áreas, empezando por la juventud en San José, donde ha publicado
sus primeros poemas en la legendaria revista Repertorio Americano, que dirigía
Joaquín García Monge, hasta sus afinidades estéticas con Max Jiménez, Yolanda Oreamuno
y Emilia Prieto, entre otros. En sus primeros viajes por Centroamérica y Caribe
conoce a Pablo Antonio Cuadra (Nicaragua), Salarrué (El Salvador), Clementina Suárez
(Honduras). El poeta nicaragüense Carlos Martínez Rivas ha dedicado a ella un intenso
y bello poema que lleva su nombre por título, donde podemos leer:
Por
eso, para hablar de tu cabello, quise
resistir
hasta ahora. Para decir
que
está detrás de ti como un árbol
y como
un árbol mucho follaje y sombra esparce.
Para
ocultarnos lo que nos haría enrojecer y temblar:
y al
Dios mismo en plena tarea, con las dos
media-lunas
de sudor alrededor de las axilas.
La naturaleza
de una declaración erótica encontrada en este poema tiene que ver con la lectura
que hacía de la inquietud de Eunice Odio, su excentricidad siempre polémica, su
risa alta y su sentido de libertad como atributos de una femme fatale. Eunice
Odio era una mujer bella y libre. Anotemos unas palabras de su biógrafa, Tania Pleitez
Vela, al decir que, aunque su belleza física fuera venerada, su forma de ser
libre y extravagante no cuadraba dentro de las costumbres y las convenciones de
la época, por lo que no faltaron los juicios constantes.
2 | Las cartas fueron un
medio de comunicación largamente utilizado por Eunice Odio, para el cambio de ideas
y los aportes de trabajo. En su amplio epistolario con el poeta Juan Liscano, director
de la revista venezolana Zona Franca, quien ha publicado ensayos y poemas
de Eunice, hay revelaciones muy espirituosas de sus cosas, como sus visiones de
cuerpos luminosos, sus relaciones con el mundo Rosacruz, el conocimiento de otros
poetas, su defensa estética –no es que deliberadamente busquemos que las palabras
se agrupen en un orden brillante, sino que ellas así llegan y nos asaltan: agrupadas
como quieren. Y se necesitaría ser un santo laico, para resistir al encantamiento
a que nos someten –primero que a nadie, lo decía en una de ellas–, y
otros temas. Hay dos pasajes que tratan de su visión poética que imagino sea importante
mencionarlos:
CARTA
DE 1965 | […] La poesía y el poeta, se ven afligidos, también por el problema
de la inidentificación. Todo aquel que crea se ve, en menor grado, o en mayor grado,
afectado por él, ya sea en alguna parte o en todas partes. El creador extraordinario,
el arquetípico, es el más inidentificado de todos –a mayor poesía mayor luz; por
lo tanto, mayor deslumbramiento y ceguera general–. Nadie cree que es lo que es
y, por lo mismo, la identificación es imposible. Se acostumbran demasiado a verlo,
porque parece igual a todos los hombres. […]
CARTA
DE 1967 | […] Y luego resulta que yo nunca creí en serio, eso de que tenía que
morirme… ¿Sabes quién sí está seguro de eso? Octavio Paz. Un día me dijo en el colmo
de la solemnidad y la seriedad. Tú, querida, eres de la línea de poetas que
inventan una mitología propia, como Blake, como Saint-John Perse, como Ezra Pound;
y que están fregados, porque nadie los entiende hasta que tienen años o aun siglos
de muertos. ¡Qué consolador! Y ahora se va a dar un quemón. Como profeta es una
pantufla, quizás porque no es cierto que yo haya inventado una mitología.
Todos esos personajes son arquetipos de la vida; seres vivientes y padecientes,
no dioses semejantes a los hombres, sino elegidos parecidos a los dioses.
[…]
Ahí
encontramos suficiente oro para leer la poesía de Eunice. Los arquetipos
que ha evocado, en especial en su libro El tránsito de fuego (1957), aunque
basados en divinidades ya existentes, son una lectura muy singular de las relaciones
de ellos con el hombre, empezando por la creación de un neologismo –pluránimo–
que expresa toda una concepción filosófica de la existencia, en el sentido de la
omnipresencia o, como ella misma ha dicho: Si un poeta no es la suma de todas
las ánimas, va mal. Y precisamente esta suma de todas las experiencias refleja
el dilema de la identificación y encuentra a esta poeta entre los grandes demiurgos
de la lírica hispanoamericana. Además, este es el libro de la entrada en mundos
del ocultismo, la cábala y la teosofía, en los aposentos iluminados de una nueva
concepción del hombre, en la dimensión polifacética de la vastedad sacramental de
conceptos como la verdad, la finitud y la trinidad, por ejemplo. Por ahí vamos a
las espigas del misterio, a la formación de secretos que pueden revelar distintos
modos de comprender la vida. Veamos un fragmento:
¿No
comprendes, entonces,
que
estoy guiado por signos de indecibles palabras?
Aunque
se levantaran en vilo sus arterias,
aunque
su sangre activa tuviera un olor
que
llegara al corazón de los muertos,
y estando
ahí pensaran que era grato,
dulcísimo
el olor,
y sonrieran
de súbito los muertos,
la víctima
no será rescatada.
El largo
y opulento libro, que es todo un viaje por eso que su amigo, el poeta nicaragüense
Pablo Antonio Cuadra, llamara de épica desmitologizada, la necesidad de transcender
el mito, desde su epígrafe inicial sugiere: Es verdad: Mas ¿de qué modo es verdad?
Así que Eunice no sigue los pasos de la mitología, sino que inventa su propio camino
por todo el espinazo eléctrico de estaciones metafísicas. De algún modo el libro
se acerca de la dimensión caudalosa de otro poeta hispano-americano de ramificación
metafísica, el chileno Humberto Díaz-Casanueva que incluso fue su amigo muy querido
en el período de pocos años que ha vivido en Nueva York. El mismo Humberto que ha
revelado creer que el lenguaje poético de mi tiempo es un poder todavía virgen
capaz de producir mayor revelación del ser humano. Este acto que el poeta comprendía
como un proceso de lucidez inconsciente, una penetración en las raíces del lenguaje,
una aventura del espíritu para llegar a secretos singulares.
3 | Precisamente ahora podemos
hablar de los errores y aciertos de las relaciones de esta poesía con el Surrealismo,
pues hay tanto de una cosa como de otra en su fortuna crítica. El diseño de una
atmósfera que es un poco inmersa en aguas del onirismo, sobre todo en el libro Los
elementos terrestres (1947) –libro en que la entonación amorosa está escrita
con un crepúsculo enredado entre la lengua–, así como el modo como ha buscado
en el imaginario una realidad sin límites, son características que acercan del Surrealismo
su visión de la creación, pero sin que la convierta a su ortodoxia, o sea, es imposible
clasificarla de surrealista en la medida en que la multiplicidad de sus códigos
estéticos son inclasificables, pero jamás como rechazo al movimiento que, ella misma
refiere como siendo, en todos los países hispanoamericanos […], más que un
programa una necesidad auténtica, un imperativo categórico.
En su
ensayo sobre la pintura surrealista en México, aquí ya citado, ella nos ofrece una
lectura fundamental de su pensamiento acerca del Surrealismo:
Si el
hombre corriente ama la libertad por encima de todo y la usa para hacer lo que le
plazca, allá en su fuero interno, el poeta y el artista son muy dueños de hacer
lo mismo. Y para ejercer la libertad de hacer lo que a uno le dé la gana no hay,
en arte, nada mejor que el suprarrealismo. Este no pone trabas a la imaginación,
ni al valor personal ni a ninguna de las calidades espirituales, ni a nada de lo
que consideramos inmensamente bello y valioso.
Ahora, lo que pasa es que la biografía de Eunice Odio está repleta de actos y opiniones políticas que son muy provocativos y hasta al punto de que la gente la considere reaccionaria. Uno de estos ejemplos está en el hecho de que tenía declaraciones muy duras en relación al comunismo y estaba por completo contra la revolución cubana. Esto que, a rigor traducía nada más que su defensa de un pensamiento libre, jamás fue aceptado y su nombre fue borrado de muchos ambientes, incluso en la literatura y el periodismo. Agréguese el hecho de que fue dada como autora de una escritura hermética, incomprensible, hecho que me parece demasiado nublado de prejuicios. Lo que tenemos hoy es la necesidad de recuperar la obra de una de las más importantes poetas del continente, con su fuego sacramental, su trasfondo iluminador y la efusión de libertad que supo hacer brillar como una geometría de paisajes interiores. Esta mujer que es la que dijo en un poema: Esta mañana he amanecido alegre, y que tuvo su cadáver encontrado en la bañera de su casa, una semana después de su muerte.
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Esfinge insurrecta – Poesía en Chile [edição virtual, em coautoria com Juan Cameron]. Fortaleza: ARC Edições, 2014.
Un poco más de surrealismo no hará ningún daño a la realidad. México: UACM – Universidad Autónoma de la Ciudad de México, 2015.
Sala de retratos. São Paulo: Opção Editora, 2016.
Um novo continente – Poesia e Surrealismo na América. Fortaleza: ARC Edições, 2016.
Valdir Rocha e a persistência do mistério. Fortaleza: ARC Edições, 2017.
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Escritura conquistada – Poesía hispanoamericana. Fortaleza: ARC Edições, 2018.
Visões da névoa: o Surrealismo no Brasil. Natal: Sol Negro Edições, 2019.
120 noites de Eros. Fortaleza: ARC Edições, 2020.
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Delito por dançar o chá-chá-chá, de Guillermo Cabrera Infante. Rio de Janeiro: Ediouro Publicações, 1998.
Nós/Nudos, de Ana Marques Gastão (edição bilíngue). Lisboa: Gótica, 2004.
A condição urbana, de Juan Calzadilla (edição bilíngue). Florianópolis: Letras Contemporâneas, 2005.
Dentro do poema – Poetas mexicanos nascidos entre 1950 e 1959, Org. Eduardo Langagne. Fortaleza: Edições UFC, 2009.
A aventura literária da mestiçagem, de Pablo Antonio Cuadra (em parceria com Petra Ramos Guarinon). Fortaleza: Edições UFC, 2010.
III novelas exemplares & 20 poemas intransigentes, de Vicente Huidobro & Hans Arp. Natal: Sol Negro Edições/São Pedro de Alcântara: Edições Nephelibata, 2012.
Sobre Surrealismo, de Aldo Pellegrini (edição bilíngue). Natal: Sol Negro Edições, 2013.
Memória de Borges – Um livro de entrevistas (2 volumes). São Pedro de Alcântara: Edições Nephelibata, 2013.
Bronze no fundo do rio, de Miguel Márquez (edição bilíngue). Natal: Sol Negro Edições, 2014.
Tremor de céu, de Vicente Huidobro (edição bilíngue). Natal: Sol Negro Edições, 2015.
Costumes errantes ou a redondeza da terra, de Enrique Molina (edição bilíngue). Natal: Sol Negro Edições, 2016.
Reino de silêncio, de Mía Gallegos (edição bilíngue). Teresina: Kizeumba Edições, 2019.
Traduções do universo, de Vicente Huidobro. Natal: Sol Negro Edições, 2016.
O álcool dos estados intermediários, de Gladys Mendía. Santiago: LP5 Editora, 2020.
A tartaruga equestre, de César Moro (edição bilíngue). Natal: Sol Negro Edições, 2021.
Agulha Revista de Cultura
Criada por Floriano Martins
Dirigida por Elys Regina Zils
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1999-2024
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