quarta-feira, 27 de janeiro de 2021

ESCRITURA CONQUISTADA | Javier Sologuren (Perú, 1921-2004)

  


UNA POÉTICA DE LA LEVEDAD

 


FM | Ese esencial equilibrio que tu poesía consigue alcanzar entre ética y estética, y que le da una levedad extraordinaria, levedad profunda, medida por la precisión y concisión de sus imágenes, ciertamente es fruto de eso que Jorge Rodríguez Padrón sitúa como tu opción inequívoca: “abismarse en el vértigo de la creación, vagar entre los signos de la noche” (valiendo aquí recordar que la noche es posiblemente la más abarcadora de tus polisémicas metáforas). ¿Qué significa para ti ese “abismarse en el vértigo de la creación”? ¿Cómo te toca la poesía?

 

JS | Es cierto que el proceso de creación, mi poetizar si se quiere, se produce siempre en términos de una relación bipolar entre lo ético y lo estético; entre un deber ser, paradigmático, del texto (una meta expresiva oscura y casi penosamente entrevista) de una parte, y de otra, la verbalización de esa experiencia en formas que conjuguen transparencia, libertad y conciliador equilibrio. Esta relación trae por consecuencia, como se puede colegir, el insoslayable afloramiento de una tensión interna, la que a su vez trasunta un temple anímico sui generis: sentimiento de opresión, de molestosa gravidez. Al “entrar” en la escritura de un poema carezco enteramente del conocimiento previo de su “salida” pertinente, la noción de un rumbo por seguir que a veces puede ir clareando paulatinamente a lo largo de la escritura y en otros casos no se halla brújula al navegar en estas aguas inciertas, solo desgarrones, destellos, en medio de la oscuridad.

Por lo demás, pienso que esta situación por la que atravieso no debe ser, en el fondo, muy distinta a la que se debe presentar a todo poeta en trance de escritura.

La bien conocida agudeza crítica de Jorge Rodríguez Padrón –tal como me lo recuerdas– ha dado con la formulación precisa: “abismarse en el vértigo de la creación, vagar entre los signos de la noche”. Todo lo expuesto en las líneas precedentes no viene a ser sino su deshilamiento explicativo. Sin embargo, retomaré el hilo y seguiré, algo locuazmente, abundando en este asunto. La poesía me toca como un rayo de luz en la opacidad, en la ceguera de la existencia y, quizá alguna vez, “como una aurora en la noche”. Así como, después del día vivido, nos hundimos en el bálsamo del sueño, así también, me parece, sucede con la expresión poética. Aunque ya no en condición de olvido, como en el sueño, sino de aventura y revelación. Los signos son el pasto de mi hambre, nunca satisfecha, de sentido; de su busca tenaz. Es por esta, sin duda, que mi poesía es, así mismo, irrigada por la sangre del cuestionamiento y de la reflexión: monólogo o más bien diálogo con los translúcidos, o definitivamente impenetrables, sucesos de la existencia irremediablemente vulnerados por el agónico tiempo humano.

 

FM | Como bien dice el poeta cubano José Kozer, “el poema exige el sacrificio total”. ¿Qué significa para ti el proceso de creación poética? ¿Cómo lo enfrentas?

 

JS | El proceso de creación poética se me presenta como una tensión anímica que me reclama, para reducirse o descargarse totalmente, su cristalización en la palabra. A riesgo de repetirme una vez más, transcribo la respuesta dada, precisamente a José Kozer, con ocasión de una entrevista que me hizo en 1983: “Mucho me interesa –me dijo José– hables un poco de tu sistema poético en general y de tu búsqueda de una espiritualidad cabal y amplia que sirva de asidero en un mundo bullicioso y materializado”. Esta fue y es mi respuesta: “Tales afirmaciones no son indicios de un sistema poético que, al menos en un nivel consciente, carece de existencia. Provienen, en cambio, de un sentimiento que se ha ido sedimentando paulatinamente. El sentimiento de muchas y plurales experiencias en las que, largo tiempo después de haberlas vivido, he hurgado como quien lee en las cenizas.

Pero si bien no obedecen a un sistema previo, manifiestan un terco conato de edificación por el verbo de un mundo –cualquiera se su alcance– donde hallar mi espacio propio y libre, y mi verdadera identidad. Mis poemas son, aspiran a ser ciertamente, ese asidero del que hablas.”

Cuando la poesía está por suscitarse en mí, experimento un complejo de sensaciones muy cercanas a la manifestación de un malestar. Algo que gravita con exceso sobre mí, que me perturba y exige, para recobrar mi rutinaria normalidad (habitualidad), ser de algún modo expresado. Quizá por ello, al concluir un poema la impresión inmediata sea de alivio, al margen de la impresión de éxito o fracaso que dicho texto posteriormente me cause.

No acudo a factores externos como condicionantes de la “inspiración”, salvo, a veces, a la música. Vibro de mí mismo.

 

FM | José Miguel Oviedo cierta vez señaló la afinidad de tu poesía con la de Huidobro, Paz, Mallarmé, Reverdy, en lo que se refiere a la relevancia de los valores visuales y espaciales del poema. ¿El origen de esa relevancia estaría en la lectura de estos cuatro poetas o sería otra su fuente?

 

JS | José Miguel Oviedo se refería en particular a los poemas de mi libro Folios de El Enamorado y la Muerte, que reseñaba, y acertaba al hablar de afinidades con esos grandes poetas, a los que habría que añadir, en primer lugar, a Apollinaire. Todos ellos leídos, y en el caso de los franceses, traducidos en parte por mí (lo cual, como bien sabes, significa haber ejercido una lectura en profundidad y una consecuente mayor atención a sus poemas), todos ellos de algún modo y en proporciones por cierto no cuantificables, han afianzado mi concepto y práctica de los valores visuales y espaciales en función del discurso poético. Pero existe también otra fuente que considero importante. Es la poesía clásica japonesa. Tanka y haiku no solo por su brevedad sino de modo principal por la energía surgente y sugerente del yo-haku, el margen blanco o lo inexpresado; esa zona de silencio elocuente adonde nos remite, si lo sabemos sentir, estas sutiles, profundas, esenciales aprehensiones de los hechos del corazón y de la naturaleza.

Tal aptitud de concisión y síntesis, de especial estimación por el espacio en blanco, ese silencio cuya pureza original vamos a herir y alterar, por otro lado, me parece que se manifiesta en las páginas en prosa, en gran parte dedicadas a la poesía, que hasta la fecha he escrito.

Esas voces ajenas despertaron y despiertan algo que es propio de mi sensibilidad poética, de mi gusto personal, los que se ven así corroborados por su fecundo magisterio.

 

FM | Se discute con cierta insistencia si el Surrealismo habría sido una influencia vital o mortal para la poesía francesa. Con respecto a la poesía peruana, basta pensar en nombres como César Moro y Emilio Adolfo Westphalen para tener definida la extrema y vital importancia de ese movimiento. ¿Qué importancia asignas al Surrealismo en tu propia obra?

 

JS | Para mí, el Surrealismo ha ejercido directa u oblicuamente una removedora influencia que no puede calificarse sino de vital y universalista. La gran poesía de este siglo y en lenguas de aquí y de allá, al margen de todo tipo de fronteras, ha sido posible por la encarnación de los liberadores aportes del Surrealismo. Los poderes mágicos de la imagen, el libérrimo flujo de las asociaciones verbales, la inserción sorprendente en esa zona intermedia entre la realidad y el sueño, y tanto más, dan cuenta de lo que fue su insoslayable vigencia.

En efecto, tal como lo dices, en la poesía peruana el Surrealismo prendió, casi con exclusividad en César Moro y parcialmente en Westphalen, dando los admirables frutos que todos conocemos y gozamos. En mi caso, como en los de otros poetas de mi generación (Eielson y Blanca Varela, en especial), este movimiento (me resisto a llamarlo escuela) ha obrado junto a la rica tradición poética hispánica evitándonos el enquistamiento en una retórica consabida y exangüe. Según el crítico rumano Stefan Baciu, nos corresponde el rótulo de “parasurrealistas”, lo cual me parece exacto.

Esos principios activos del Surrealismo han perneado mi expresión conjugándose con los de la tierra natal de la tradición y sirviendo de correctivos a lo que podría haber sido una excesiva y anquilosadota gravitación de esta última.

 

FM | La poesía encarna la realidad, al revelarle su precariedad, su miseria irreductible. Y evidenciar esa miseria es su manera de tornarla fértil, su tentativa obstinada de rescatar la abundancia en pleno magma de la miseria, de la escasez. ¿Crees que ésta es una tarea posible, lo que haría de la poesía una pasión sin salida?

 

JS | Las tareas de revelación y rescate que reconoces como propias de la poesía (que considero ciertas) no son imposibles. Siglo tras siglo como día tras día, la poesía está actuando no solo en la sensibilidad estética del hombre, sino además paulatina y casi inadvertidamente, obra en su sensibilidad moral, elevándola, haciendo más lúcida su percepción de la condición humana. La poesía es, o puede ser, una pasión que jamás se agota en sí misma. Ella nos ofrece –salvando épocas, distancias, culturas– un espacio de reconocimiento de la unidad radical del ser humano, de su identidad sustancial. La poesía, en este sentido, alcanza esa meta de verdad poética que, de acuerdo con Paul Éluard, debe serle connatural. Congrega y apacigua, une y exalta. Lleva al hombre a más altos y duraderos designios. Lo he dicho y lo repetirá en tono de profesión de fe: la poesía es un agente de descubrimiento y recuperación de lo humano del hombre.

 

FM | Según Karl Kraus, todas las cualidades de una lengua tienen su raíz en la moral. ¿Concordarías, por extensión, en que la moral es también requisito fundamental de toda renovación del lenguaje poético?

 

JS | Pienso que todo hombre es una conducta y una moral en acción. Ineludiblemente. Por ello, la afirmación de Karl Kraus concita mi interés y reflexión. Asumo la verdad que revela y concuerdo, por extensión, en que toda renovación de la lengua poética supone necesariamente un previo cambio de lo que (algo pedantemente, me excuso) llamaré las estructuras morales subyacentes a toda conducta, entre estas, las de la expresión y de la comunicación. Un solo ejemplo al respecto. El enfrentamiento ante los hechos de la vida sexual y del erotismo, en nuestra ética social contemporánea, va traspasando los límites, siempre estrechos, de su silenciamiento o de su enmascaramiento.

A su vez, la ética en que se apoya el lenguaje poético puede ser enriquecida y estimulada a dar un paso más allá con las revelaciones que, entre otros rostros, la poesía puede brindar a la sociedad en la que se produce y alienta.

 

FM | A lo largo de los tiempos, los poetas siempre fueron investidos de alguna misión –entre los pueblos precolombinos se hablaba del poeta como de “aquel que hace que las cosas se pongan de pie”; Mallarmé lo hacía responsable por la “purificación de las palabras de la tribu” etc.–, lo que en cierta forma liga la creación poética con la idea de restauración. En este sentido, ¿concuerdas con que la poesía sea, al decir de Eugenio Montejo, “la última religión que nos queda”?

 

JS | Así es, en efecto. Y las misiones que citas poseen esa clara felicidad de lo dicho con las palabras justas. “Hacer que las cosas se pongan de pie.” ¡Qué admirable formulación! Las cosas se ponen de pie, despiertan, se echan a andar, la vida obra en ellas y ellas obran en nuestra vida.

De no ser la poesía, como postula Eugenio Montejo, “la última religión que nos queda’, sería en todo caso el último y supremo rito con que el poeta intenta consagrar o exorcizar los avatares de la vida humana.

 

FM | Es conocido y respetado tu magnífico empeño en traducir/editar poetas franceses, italianos, suecos, japoneses y brasileños en el Perú. Y también sabido que parte de tu propia poesía se encuentra traducida al francés, italiano, sueco, japonés, griego, ruso, inglés, húngaro y alemán –lo que confirma un admirable flujo de reconocimiento por tu trabajo ejemplar. Con todo, en el Brasil, e incluso teniendo en cuenta las antologías de la poesía de Mário y Oswald de Andrade, Cruz e Souza, Cassiano Ricardo, Sousândrade, entre otros, que entre 1977 y 1985 organizaste para el Centro de Estudos Brasileños, tu propia poesía sigue enteramente inédita. No se trata, sin embargo, de un caso personal. Casi la totalidad de la poesía hispanoamericana –y aquí vale destacar la indiscutible importancia de autores como Pablo Antonio Cuadra, José Lezama Lima, Oliverio Girondo, Vicente Huidobro, Alvaro Mutis, Jaime Sáenz, Enrique Molina, Juan Liscano, Enrique Lihn, José Emilio Pacheco, Carlos Germán Belli, entre innumerable otros– permanece inédita en el Brasil, lo cual constituye uno de los más graves crímenes perpetrados contra la cultura en todos los tiempos. ¿Qué piensan, en general, los escritores peruanos, y, en particular Javier Sologuren, respecto a esa “impenetrabilidad” de la poesía hispanoamericana en el Brasil?

 

JS | Hasta hace unas décadas, el Brasil era una isla rodeada de mar y selva, cuyas manifestaciones literarias y culturales eran generalmente desconocidas por los hispanoamericanos. Curioso fenómeno, pues su lengua escrita no constituye para estos una muralla insalvable. Mal que bien, podemos entendernos.

La política brasileña de apoyo, promoción y difusión de sus valores culturales –a través de sus representaciones diplomáticas, de convenios editoriales u otros medios– ha logrado que aquellos nos sean familiares. En particular, acá donde muchos poetas peruanos han traducido a un bueno número de poetas brasileños de todos los tiempos, tal como lo haces notar.

Nada semejante ha sucedido, como en justa reciprocidad lo merecen, con los poetas hispanoamericanos, aun teniendo en cuenta los de mayor relevancia (salvo contadas excepciones) como bien lo señalas. No existen pues las condiciones para el mutuo enriquecimiento y la ampliación de las experiencias y perspectivas poéticas que sería lícito esperar.

Esta situación deficitaria es realmente extraña. Esa “impenetrabilidad” puede deberse, de una parte, a la endémica falta de apoyo estatal para difundir nuestra poesía y hacer otro tanto en respuesta a lo que ha hecho tu país. Se puede pensar también en una progresiva pérdida de interés de los poetas brasileños ante la dificultad de disponer de los libros necesarios, ya que los nuestros no salen prácticamente del país.

Por suerte, tu empresa generosa de descubrimiento y difusión de la poesía hispanoamericana –a través de la traducción, el comentario, la entrevista, la edición– viene oportunamente a colmar ese gran vacío.

 

FM | ¿En qué circunstancias surgen en Lima las Ediciones de La Rama Florida? ¿Y cuál es la situación actual del mercado editorial peruano en lo que concierne a la poesía?

 

JS | La Rama Florida fue una pequeña empresa gráfica de carácter artesanal y doméstico. Una prensa elemental, de las llamadas minervas, ordinariamente empleadas en la impresión de tarjetas; unas cuantas cajas de caracteres movibles; una que otra herramienta, papel y tinta. De esa rama brotaron, año tras año (más o menos doce) libritos de poemas tanto peruanos como extranjeros, en una incesante continuidad, en ediciones trabajadas manualmente y de muy corta tirada. Guardo muy buenos recuerdos de esta obra que emprendí, sin contar con bienes de fortuna, con entusiasmo y cariño.

Todos sabemos –al menos acá en el Perú– que la publicación de textos poéticos no es negocio para los editores. Mi taller y mis ediciones, al no ser lucrativas, remediaron esta situación.

La ayuda económica decidida y abierta del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología ha hecho factible, en estos últimos años, la publicación de innumerables libros de poesía, al lado de otros dedicados a las disciplinas científicas, técnicas, científicos-sociales etcétera. Es un caso sin duda único. Quien no publica sus inéditos o sus poemas reunidos, es porque no desea hacerlo.

 

FM | La edición, este año, de tu obra completa, ¿significa el cierre de una etapa, de un ciclo?

 

JS | La edición, en el año que acaba de pasar, de mi obra poética, que va de 1939 a 1989, significa más bien una mostración de una etapa, larga sin duda, en un decurso que siento continuo y deseo permanente. Obedece, pues, a esa incitación propia de los aniversarios, más aún cuando son prolongados y se dan en cifras redondas. Pero la vida es un continuum que rechaza por su propia naturaleza toda división, toda artificiosa separación estanca. Y yo me valgo de esta condición para darle título a mi obra… 






  

 


Poeta, tradutor, ensaísta, artista plástico, dramaturgo, FLORIANO MARTINS (Brasil, 1957) é conhecido por haver criado, em 1999, a Agulha Revista de Cultura, veículo pioneiro de circulação pela Internet e dedicado à difusão de estudos críticos sobre arte e cultura. Ao longo de 23 anos de ininterrupta atividade editorial, a revista ampliou seu espectro, assimilando uma editora, a ARC Edições e alguns projetos paralelos, de que são exemplo “Conexão Hispânica” e “Atlas Lírico da América Hispânica”, este último uma parceria com a revista brasileira Acrobata. O trabalho de Floriano também se estende pela pesquisa, em especial o estudo da tradição lírica hispano-americana e o Surrealismo, temas sobre os quais tem alguns livros publicados. Como artista plástico, desde a descoberta da colagem vem desenvolvendo, com singular maestria, experiências que mesclam a fotografia digital, o vídeo, a colagem, a ensamblagem e outros recursos. Como ele próprio afirma, o magma de toda essa efervescência criativa se localiza na poesia, na escritura de poemas, na experiência com o verso, inclusive a prosa poética, da qual é um dos grandes cultores. Escritura Conquistada é um complemento aos projetos: Atlas Lírico da América Hispânica (revista Acrobata) – poemas traduzidos para o português – e Conexão Hispânica (Agulha Revista de Cultura) – estudos críticos sobre poetas. Nesta terceira linha, também dedicada à tradição lírica na América Hispânica, encontramos juntos os ensaios, entrevistas e prólogos assinados por Floriano Martins. Parte significativa desse material – as entrevistas – compõe o volume homônimo, Escrita Conquistada, publicado em 2018.


1874-1942 José María Eguren (Perú) A POESIA DE JOSÉ MARÍA EGUREN

1893-1948 Vicente Huidobro (Chile) LA COSECHA VERTIGINOSA DE LA IMAGEN POÉTICA

1899-1986 Jorge Luis Borges (Argentina) AS ENTREVISTAS COM JORGE LUÍS BORGES

1903-1958 César Moro (Perú) CÉSAR MORO ENTRE AMIGOS

1903-1973 Aldo Pellegrini (Argentina) SOBRE SURREALISMO

1904-1973 Pablo Neruda (Chile) A POESIA DE PABLO NERUDA

1910-1996 Enrique Molina (Argentina) OS COSTUMES ERRANTES DE ENRIQUE MOLINA

1912-2002 Pablo Antonio Cuadra (Nicaragua) POESÍA: EL ENSAYO DE LO INEFABLE

1915-1995 Enrique Gómez-Correa (Chile) TESTIMONIOS DE UN POETA EXPLOSIVO

1915-2001 Juan Liscano (Venezuela) LA EXPRESIÓN DE LO ESENCIAL

1917-2011 Gonzalo Rojas (Chile) A POESIA DE GONZALO ROJAS

1919-1974 Eunice Odio (Costa Rica) LAS VERTIENTES DEL FUEGO

1920-1994 Freddy Gatón Arce (República Dominicana) LA HUMANIDAD SECRETA DE LOS ABISMOS

1920-1999 Olga Orozco (Argentina) RETRATO-RELÂMPAGO DE OLGA OROZCO

1920-2004 Fernando Charry Lara (Colombia) PASIÓN Y REFLEXIÓN DE LA POESÍA

1921-2004 Javier Sologuren (Perú) UNA POÉTICA DE LA LEVEDAD

1921-2007 Otto-Raúl González (Guatemala) GUATEMALA Y SUS VOCES OCULTAS

1921-2010 Amanda Berenguer (Uruguay) VIAJES INCESANTES DEL LENGUAJE

1923-2013 Álvaro Mutis (Colombia) A POESIA DE ÁLVARO MUTIS

1924-2018 Claribel Alegría (Nicaragua) RECUERDOS DE LA REALIDAD

1924-2021 Manuel de la Puebla (Puerto Rico) MEMORIA POÉTICA DE UN PAÍS

1927 Carlos Germán Belli (Perú) PRECIOSOS MISTERIOS DE LA EXPERIENCIA POÉTICA

1927-2000 Francisco Madariaga (Argentina) “SOY SÓLO UN PEÓN DEL PLANETA”

1927-2010 Rolando Toro (Chile) A POESIA DE ROLANDO TORO

1927-2019 Ludwig Zeller (Chile) EL SURREALISMO EN LA MESA (Part. Susana Wald)

1928 Graciela Maturo (Argentina) LAS VANGUARDIAS EN ARGENTINA

1929-2016 Américo Ferrari (Perú) EL RECORTE SAGRADO DE LAS PALABRAS

1930-2011 Roberto Sosa (Honduras) HONDURAS EN SU AMBIENTE POÉTICO

1930-2018 José Guillermo Ros-Zanet (Panamá) ENCUENTROS Y DESENCUENTROS

1931 Juan Calzadilla (Venezuela) HUMOR Y SÍNTESIS EN EL ACTO CREADOR

1931-2016 Jorge Ariel Madrazo (Argentina) EL POEMA COMO CUERPO VIVO

1932 Circe Maia (Uruguay) UNA VOZ A TRAVÉS DEL TIEMPO

1932 Pedro Lastra (Chile) DEL ESPEJO A LA MULTIPLICACIÓN DE LAS VOCES

1932-2004 Marosa di Giorgio (Uruguay) DIÁLOGO SIN PAUSA

1932-2013 Carlos M. Luis (Cuba) DOS ENCUENTROS

1932-2019 Thelma Nava (México) SOBRE LA REVISTA PÁJARO CASCABEL

1933-2009 Alfredo Silva Estrada (Venezuela) INSCRIPCIONES EN EL ESPACIO POÉTICO

1933-2023 Manuel Mora Serrano (República Dominicana) DOS ENCUENTROS

1934-2014 Gerardo Deniz (México) RECORTES DE UNA IRONÍA APASIONADA

1934-2021 Rodolfo Alonso (Argentina) LA RIQUEZA ABANDONADA DE LA POESÍA

1937 Miguel Grinberg (Argentina) UNA MIRADA EN LAS VANGUARDIAS

1937-2020 Rodrigo Pesántez-Rodas (Ecuador) EL ECUADOR DE LAS LUCES

1938 Fernando Palenzuela (Cuba) CONVERSA SOBRE LA REVISTA ALACRÁN AZUL

1938-2008 Eugenio Montejo (Venezuela) ANOTACIONES DE LA PERMANENCIA DEL CANTO

1939 José Roberto Cea (Honduras) CASI UN TESTAMENTO POÉTICO

1939-2014 Ulises Estrella (Ecuador) SOBRE LAS REVISTAS PUCUNA E LA BUFANDA DEL SOL

1940 Francisco Morales Santos (Guatemala) DOS ENCUENTROS

1940 Gustavo Pereira (Venezuela) “AL DIABLO LOS VERSOS”

1940 José Kozer (Cuba) DOIS ENCONTROS

1940 Jotamario Arbeláez (Colombia) EXTRAVAGANCIAS POÉTICAS DEL NADAÍSMO

1941 Hildebrando Pérez Grande (Perú) LAS VANGUARDIAS EN EL PERÚ

1941 Luis Alberto Crespo (Venezuela) RESONANCIAS DEL ESPÍRITU POÉTICO

1943 Eduardo Mitre (Bolivia) LA RAZÓN ARDIENTE DE LA POESÍA

1944 Armando Romero (Colombia) DOS POETAS, CUATRO ENCUENTROS

1944 Francisco Proaño Arandi (Ecuador) DOS ENCUENTROS

1944 Renée Ferrer (Paraguay) DOS ENCUENTROS

1945 Harold Alvarado Tenorio (Colombia) POESIA & OUTRAS ESPÉCIES

1946 Carlos Vásquez-Zawadzki (Colombia) LAS VANGUARDIAS EN COLOMBIA

1946 Guido Rodríguez Alcalá (Paraguay) LAS VANGUARDIAS EN PARAGUAY

1947 Juan Cameron (Chile) LAS VANGUARDIAS EN CHILE

1947 Juan Carlos Mieses (República Dominicana) DETRÁS DE LAS PALABRAS Y LOS RITMOS

1947 Susana Giraudo (Argentina) LA POESÍA Y SUS NOMBRES INFINITOS

1948 Helen Umaña (Honduras) LAS VANGUARDIAS EN HONDURAS

1948 Miguel Espejo (Argentina) LAS VANGUARDIAS EN ARGENTINA

1948-2022 Alfredo Fressia (Uruguay) EN LAS FISURAS DE LA MIMESIS

1950 Alfonso Velis Tobar (El Salvador) LAS VANGUARDIAS EN EL SALVADOR 

1950 Soledad Alvarez (República Dominicana) LAS VANGUARDIAS EN LA REPÚBLICA DOMINICANA

1950-2018 Enrique Verástegui (Perú) O MOTOR DO DESEJO

1951 Carlos Francisco Monge (Costa Rica) DOS ENCUENTROS

1951 Jesús David Curbelo (Cuba) LAS VANGUARDIAS EN CUBA

1952 David Cortés Cabán (Puerto Rico) LAS VANGUARDAS EN PUERTO RICO

1952 Julio del Valle-Castillo (Nicaragua) LAS VANGUARDIAS EN NICARAGUA

1952 Martin Jamieson (Panamá) LAS VANGUARDIAS EN PANAMÁ

1952 Orlando José Hernández (Puerto Rico) LAS VANGUARDAS EN PUERTO RICO

1954 Ernestina Elorriaga (Argentina) DOS POETAS EN UNA MESA DE LUZ

1955 Berta Lucía Estrada (Colombia) UNA MESA VERTICAL

1955 Carlos Barbarito (Argentina) A POESIA DE CARLOS BARBARITO

1955 Mónica Salinas (Uruguay) LAS VANGUARDIAS EN EL URUGUAY

1956 Gary Daher Canedo (Bolivia) SITIO DONDE AGUARDA UN CÁNTARO

1957 Alejandro Bruzual (Venezuela) LAS VANGUARDIAS EN VENEZUELA

1957 Homero Carvalho Oliva (Bolívia) LAS VANGUARDIAS EN BOLIVIA

1957 Luis Bravo (Uruguay) LAS VANGUARDIAS EN EL URUGUAY

1958 Adriano Corrales Arias (Costa Rica) LAS VANGUARDIAS EN COSTA RICA

1958 Beatriz Hausner (Chile) CAMINHOS DO SURREALISMO

1958 José Ángel Leyva (México) DOS ENCUENTROS

1958 José Carr (Panamá) LAS VANGUARDIAS EN PANAMÁ

1958 Nicasio Urbina (Nicaragua) LAS VANGUARDIAS EN NICARAGUA

1958 Omar Castillo (Colombia) DIÁLOGO ENTRE DOS POETAS

1958 Rodolfo Häsler (Cuba) EN BUSCA DE LO IMPOSIBLE

1960 José Mármol (República Dominicana) LA OTREDAD SORPRENDIDA DEL POETA

1960 Vilma Tapia Anaya (Bolivia) DOS ENCUENTROS

1961 Enrique de Santiago (Chile) LAS VANGUARDIAS EN CHILE

1962 Arturo Gutiérrez Plaza (Venezuela) LAS VANGUARDIAS EN VENEZUELA

1962 Raúl Serrano Sánchez (Ecuador) LAS VANGUARDIAS EN ECUADOR

1963 Pedro Xavier Solis (Nicaragua) LAS VANGUARDIAS EN NICARAGUA

1963-2016 Gonzalo Márquez Cristo (Colombia) CORRESPONDENCIAS ENTRE POESÍA Y ACCIÓN

1965 Jorge Fernández Granados (México) LAS VANGUARDIAS EN MÉXICO

1969 Luis Alvarenga (El Salvador) LAS VANGUARDIAS EN EL SALVADOR

1972 Gabriel Chávez Casazola (Bolívia) LAS VANGUARDIAS EN BOLIVIA

1972 Xavier Oquendo Troncoso (Ecuador) DIÁLOGO EN EL CENTRO DEL MUNDO

1973 Carolina Zamudio (Argentina) LA ILUSIÓN TRANSITORIA DE LOS ESPACIOS

1973 Ricardo Venegas (México) LA POESÍA DE RICARDO VENEGAS

1974 Fabricio Estrada (Honduras) LAS VANGUARDIAS EN HONDURAS

1974 Javier Payeras (Guatemala) LAS VANGUARDIAS EN GUATEMALA

1983 Manuel Iris (México) LAS VANGUARDIAS EN MÉXICO

1984 Alex Morillo Sotomayor (Perú) LAS VANGUARDIAS EN PERÚ


 


 

 

OBRA ENSAÍSTICA PUBLICADA

 

El corazón del infinito. Tres poetas brasileños. Trad. Jesús Cobo. Toledo: Cuadernos de Calandrajas, 1993.

Escritura conquistada. Diálogos com poetas latino-americanos. Fortaleza: Letra & Música, 1998.

Escrituras surrealistas. O começo da busca. Coleção Memo. Fundação Memorial da América Latina. São Paulo. 1998.

Alberto Nepomuceno. Edições FDR. Fortaleza. 2000.

O começo da busca. O surrealismo na poesia da América Latina. Coleção Ensaios Transversais. São Paulo: Escrituras, 2001.

Un nuevo continente. Antología del Surrealismo en la Poesía de nuestra América. San José de Costa Rica: Ediciones Andrómeda, 2004.

Un nuevo continente. Antología del Surrealismo en la Poesía de nuestra AméricaCaracas, Venezuela: Monte Ávila Editores, 2008.

A inocência de pensar. Coleção Ensaios Transversais. São Paulo: Escrituras, 2009.

Escritura conquistada. Conversaciones con poetas de Latinoamérica2 tomos. Caracas: Fundación Editorial El Perro y La Rana. 2010.

Invenção do Brasil – Entrevistas [edição virtual]. São Paulo: Editora Descaminhos, 2013.

Esfinge insurrecta – Poesía en Chile [edição virtual, em coautoria com Juan Cameron]. Fortaleza: ARC Edições, 2014.

Un poco más de surrealismo no hará ningún daño a la realidad. México: UACM – Universidad Autónoma de la Ciudad de México, 2015.

Sala de retratos. São Paulo: Opção Editora, 2016.

Um novo continente – Poesia e Surrealismo na América. Fortaleza: ARC Edições, 2016.

Valdir Rocha e a persistência do mistério. Fortaleza: ARC Edições, 2017.

Laudelino Freire. Rio de Janeiro: Academia Brasileira de Letras, 2018.

Escritura conquistada – Poesía hispanoamericana. Fortaleza: ARC Edições, 2018.

Visões da névoa: o Surrealismo no Brasil. Natal: Sol Negro Edições, 2019.

120 noites de Eros. Fortaleza: ARC Edições, 2020.

 

TRADUÇÕES

 

Poemas de amor, de Federico García Lorca. Rio de Janeiro: Ediouro Publicações, 1998.

Delito por dançar o chá-chá-chá, de Guillermo Cabrera Infante. Rio de Janeiro: Ediouro Publicações, 1998.

Nós/Nudos, de Ana Marques Gastão (edição bilíngue). Lisboa: Gótica, 2004.

A condição urbana, de Juan Calzadilla (edição bilíngue). Florianópolis: Letras Contemporâneas, 2005.

Dentro do poema – Poetas mexicanos nascidos entre 1950 e 1959, Org. Eduardo Langagne. Fortaleza: Edições UFC, 2009.

A aventura literária da mestiçagem, de Pablo Antonio Cuadra (em parceria com Petra Ramos Guarinon). Fortaleza: Edições UFC, 2010.

III novelas exemplares & 20 poemas intransigentes, de Vicente Huidobro & Hans Arp. Natal: Sol Negro Edições/São Pedro de Alcântara: Edições Nephelibata, 2012.

Sobre Surrealismo, de Aldo Pellegrini (edição bilíngue). Natal: Sol Negro Edições, 2013.

Memória de Borges – Um livro de entrevistas (2 volumes). São Pedro de Alcântara: Edições Nephelibata, 2013.

Bronze no fundo do rio, de Miguel Márquez (edição bilíngue). Natal: Sol Negro Edições, 2014.

Tremor de céu, de Vicente Huidobro (edição bilíngue). Natal: Sol Negro Edições, 2015.

Costumes errantes ou a redondeza da terra, de Enrique Molina (edição bilíngue). Natal: Sol Negro Edições, 2016.

Reino de silêncio, de Mía Gallegos (edição bilíngue). Teresina: Kizeumba Edições, 2019.

Traduções do universo, de Vicente Huidobro. Natal: Sol Negro Edições, 2016.

O álcool dos estados intermediários, de Gladys Mendía. Santiago: LP5 Editora, 2020.

A tartaruga equestre, de César Moro (edição bilíngue). Natal: Sol Negro Edições, 2021.

 

  

 

Agulha Revista de Cultura

Criada por Floriano Martins

Dirigida por Elys Regina Zils

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