quinta-feira, 28 de janeiro de 2021

ESCRITURA CONQUISTADA | Miguel Grinberg (Argentina, 1937-2022)

  


UNA MIRADA EN LAS VANGUARDIAS

 


FM | Eco Contemporáneo es de las revistas más consistentes en términos de contenido de su época. La opción por una pauta de ensayos, encuestas y manifiestos funcionó bien como complemento a la opción por un destaque a la poesía en las demás revistas. ¿Cómo surge Eco Contemporáneo y cuál es su repercusión internacional?

 

MG | Mi revista fue el resultado de una progresión de acontecimientos que fueron entrelazándose en mi vida a partir de 1957, cuando yo tenía 20 años. Cursaba el tercer año de la Facultad de Medicina de Buenos Aires y la vida universitaria de entonces bajo un gobierno militar era existencialmente chata y culturalmente mediocre: estaba políticamente escindida entre los dos antiperonismos de aquellos días, el católico y el comunista. Me refugiaba casi diariamente en el consumo de películas, especialmente cine-arte. De niño, mi madre me había inscripto en el Liceo Británico, y yo dominaba el idioma inglés. Leía como loco las revistas norteamericanas que conseguía en los quioscos de la calle Florida: Time, Life, Newsweek, Look. Fue así que me enteré de la aparición de la Generación Beat en USA y de los Angry Young Men en Gran Bretaña. Leía también O Cruzeiro de Brasil, Ercilla de Chile y Bohemia de Cuba. Era una fiebre: por fuera de la superficialidad comercial de la época sentí el nacimiento de algo nuevo. A través de la librería inglesa Pigmalion conseguí On the Road de Jack Kerouac y Howl de Allen Ginsberg. En 1958 largué la universidad y me puse a estudiar arte escénico en la escuela de la Sociedad Hebraica. Una compañera me introdujo a la obra de Albert Camus: me aluciné con El hombre rebelde. Me involucré en el movimiento de teatro independiente, entonces potentísimo. En 1959 traduje unos poemas de Ginsberg y escribí a la editorial City Lights de San Francisco pidiendo permiso para publicarlos en revistas literarias. El propio poeta me contestó desde Tánger y nos hicimos amigos por correo. Empezaron a conocerse en la zona del Río de la Plata las películas de Ingmar Bergman. Avanzaba la Revolución Cubana. Los chinos invadieron el Tíbet. Descubrí a Pablo Neruda. Y escribí mis primeros poemas. Apareció luego la “Nouvelle Vague” del cine francés. Hubo dos eventos cruciales en 1960: el estreno de La Dolce Vita de Federico Fellini y hacia septiembre la eclosión de la Bossa Nova en Río de Janeiro. Mi querido amigo Zito decidió irse a Nueva York para estudiar en el Actor’s Studio. Persiguiendo jóvenes actrices yo me había hecho amigo de un talentoso escritor desconocido, Antonio Dal Masetto, también enamorado de la bossa brasileña. A fin de 1960 los dos pusimos el “pé na estrada” y pasamos la noche de Año Nuevo 1961 acampados en las Cataratas del Iguazú. Una semana después llegábamos a Rio de Janeiro: nos dieron alojamiento en la Casa do Estudante do Brasil, a corta distancia del aeropuerto Santos Dumont. Conocí a algunos poetas cariocas, entre ellos Walmir Ayala. Almorzaba por dos cruzeiros en O Calabouço (un restaurante estudiantil). Con permiso especial del delegado local fuimos los primeros que durmieron en una barraca en la playa de Paquetá. Después, permanecí tres meses anclado en la playa de Ipanema, enamorado de una pintora, carnaval incluido. Regresé a Buenos Aires alucinado, con libros de Drummond de Andrade y Clarice Lispector, y muchos discos. Había descubierto al movimiento Nadaísta de Colombia, a nuevos poetas peruanos, mantenía correspondencia con L. Ferlinghetti y LeRoi Jones. Trabé amistad con el maestro surrealista Aldo Pellegrini. Traté de publicar todos esos materiales en revistas de Buenos Aires, pero tanto las publicaciones “de izquierda” como “de derecha” manifestaban desprecio por las nuevas corrientes latinoamericanas. Eco Contemporáneo nació una noche de primavera en un bar junto al cine-arte Lorraine y frente al Teatro Municipal (avenida Corrientes) cuando junto a Dal Masetto y Juan Carlos De Brasi (un estudiante de filosofía) decidimos hacer nuestra propia revista. Apareció a fin de 1961.

 

FM | ¿Qué antecedentes de Eco Contemporáneo podrían ser localizados en la Argentina?

 

MG | No había nada parecido a lo que nosotros hicimos. Excepto dos grupos literarios que también habían sintonizado la frecuencia de la poesía “Beat” y que la tradujeron y publicaron en sus ediciones: Aguaviva (con los poetas Eduardo Romano, Susana Thénon y Alejandro Vignati) y Airón (con escritores como Leandro Katz, Eduardo Costa, Marta Teglia y Basilia Papastamatiu), publicaron la primera traducción de Aullido.

 

FM | Mencionaste el nombre de Aldo Pellegrini. Él y los demás poetas surrealistas. ¿Qué relación mantenías con esos poetas y sus revistas?

 

MG | Aldo era un ser excepcional, vivía poéticamente y me premió con su amistad durante las tertulias de los sábados por la mañana en la librería francesa Galatea. Allí confluían para conversar muchos poetas, en particular los adscriptos al grupo Poesía Buenos Aires, ya activos desde los años 50: Raúl Gustavo Aguirre, Rodolfo Alonso, Enrique Molina, Edgar Bailey… y muchos otros como Mario Trejo, Franco Mogni. Personalmente, a mí no me atraía el surrealismo, por cuestiones ideológicas: no me interesaba Europa, sino América. Leí los manifiestos de Breton y sentí que repudiaba un mundo ajeno a mi naturaleza americana. Lo viví como algo de otro planeta. No obstante, Aldo me indicó lecturas cruciales, como Antonin Artaud o Arthur Rimbaud, que eran “iracundos” a su manera. En sus últimos años creó la Librería del Dragón en el centro de Buenos Aires, y yo lo visitaba con frecuencia. Su sector de poesía del mundo era sensacional. Surrealistas fueron nuestras conversaciones.

 

FM | El número inicial de Eco Contemporáneo es ya un fuerte ejemplo de la calidad de la revista y, sobre todo, de su conexión con los acontecimientos más importantes en todo el continente. Desde la encuesta sobre el ambiente político-ideológico latinoamericano, pasando por el relato de LeRoi Jones sobre su visita a Cuba, la declaración de los nadaístas sobre el Congreso de Escribanos Católicos, hasta el panorama de la poesía brasileña anotado por Walmir Ayala. El parágrafo inicial del primer editorial declara: “América nunca fue América. No solamente porque no la dejaron desarrollarse, sino también porque siempre la tergiversaron.” Vamos a dar un salto en el tiempo y traer a los días de hoy esta afirmación. ¿Cuál es su actualidad?

 

MG | Querido poeta: hace 50 años nuestro destino continental estaba dando sus primeros brotes generacionales, como un jardín joven en medio de mausoleos y ruinas ideológicas. En el mismo momento en que nosotros encuadernábamos Eco Contemporáneo en todas las grandes ciudades de América Latina había jóvenes poetas que hacían lo mismo impulsados por la misma pasión, el mismo amor fraternal. A mitad de 1961 comenzamos a intercambiar revistas, cartas y poemas por correo. Sigue siendo totalmente actual (potenciado por la Internet) porque la confluencia de las Américas precisó siempre poesía, pero también arte, espiritualidad, ecología y –ahora mismo– una visión política y profética. Durante décadas fue una siembra artesanal. Hoy tenemos que fecundar las almas de pueblos ya maduros para la gran comunión americana. Es una boda de evolución revolucionaria y un amanecer de trascendencia colectiva.

 

FM | Recuerdo aquí el Movimiento Nueva Solidaridad y el I Encuentro Americano de Poetas (1964), que fue una iniciativa tuya. ¿Por qué ese encuentro se realizó en México y no en la Argentina, que hubiera sido una opción natural, considerando que es tu país y también donde se hacía la revista Eco Contemporáneo?

 

MG | Eco Contemporáneo nació como “revista interamericana”, no como revista “argentina”. El gran puente entre el Norte y el Sur latino lo encarnaba en México la revista El Corno Emplumado. Cuando fundé el Movimiento Nueva Solidaridad en 1962 recibí más apoyos desde el exterior que de mi país. Julio Cortázar adhirió desde su exilio en Francia, así como lo hicieron Henry Miller y Thomas Merton desde Estados Unidos. México estaba a “medio camino” para todos. Y el poeta Efraín Huerta consiguió allá el Club de Periodistas como sede del Primer Encuentro. Mientras, en Buenos Aires estábamos bajo un régimen “de facto” después que el presidente Arturo Frondizi fue depuesto y detenido en la Isla de Martín García el 28 de marzo de 1962. Lo reemplazó un presidente títere pero mandaban los militares. Margaret Randall, Sergio Mondragón y Thelma Nava (de Pájaro Cascabel) lo organizaron maravillosamente. Yo soñaba y ellos concretaban los sueños. Poesía pura.

 

FM | He insistido junto a protagonistas de la época, a ejemplo de Margaret Randall, Jotamario Arbeláez, Juan Calzadilla y Ulises Estrella, respecto de las posibles conexiones entre surrealismo y Beat Generation. Inclusive indagando sobre la existencia o no, en los años 60, de lo que se podría identificar como una segunda vanguardia, considerando que la creación artística de la época no podría ser caracterizada como una expresión tardía del primer momento de las vanguardias. ¿Cuál es tu opinión al respecto?

 

MG | Personalmente no distingo conexiones entre surrealismo y generación beat durante la crucial década de los sesenta en América Latina. Tanto en las artes visuales como en la poesía hubo expresiones surrealistas reconocibles, pero meramente individuales, focales: no se constituyeron como un movimiento. Se trata de dos latitudes de la mente absolutamente singulares. Lo beat está empapado de jazz y de rock. El surrealismo trató de no ser arrastrado por la agonía de Europa. Lo beat es un ceremonial del Nuevo Mundo.

 

FM | Hubo grupos declaradamente surrealistas, a ejemplo de Mandrágora, en Chile, y Refus global, en Canadá. Y pensando en expresiones individuales (no hay otro modo de demostrar la grandeza estética de un poeta), el surrealismo en América Latina reveló poetas magníficos, empezando por los argentinos Enrique Molina y Francisco Madariaga. De cualquier manera, por lo que me dices me da la impresión de que consideras que la Beat Generation es el movimiento de mayor fuerza en nuestro continente, el más activo y renovador. ¿No es así?

 

MG | Hasta fines de los años 50 el surrealismo tuvo una presencia poética vigorosa en nuestra zona del mundo. Pero al despuntar los años 60 la Beat Generation primero, y después el folk de Bob Dylan y casi enseguida el rock marcaron otra actitud y otra sensibilidad. En ningún momento se trató de ser “beats” como los norteamericanos. El rock argentino surgió con personalidad propia. Creamos nuestra propia contracultura. Y no nos quedamos cristalizados en la poesía o la música, también incorporamos la ecología y la espiritualidad.

 

FM | De entre las cartas publicadas en Eco Contemporáneo # 4, destaco una de Sergio Mondragón que parece ser el resumen de una discusión contigo al respecto de la doble cara de la revolución, o de las relaciones entre conocimiento y revolución. Hay un trecho en que Mondragón sugiere lo que nítidamente sería un ardid, el hecho de que la revolución podría no pasar de un pretexto para generar la desorientación en términos existenciales. Cuéntame algo acerca del diálogo que entonces mantenías con Mondragón a este respecto.

 

MG | El impacto de la Nueva Solidaridad fue tan grande en Cuba que un año después del Encuentro en México la Casa de las Américas de La Habana nos invitó a ser Jurados del famoso premio literario de esa entidad (febrero 1965) presidida por Haydeé Santamaría, figura de la Revolución. Fuimos Allen Ginsberg, el venezolano Edmundo Aray del Techo de la Ballena, el nadaísta Elmo Valencia y el anti-poeta chileno Nicanor Parra. Ginsberg llevó sus discos de Bob Dylan y yo los de Los Beatles, los primeros que entraron a la isla. Una tarde, Haydeé me mostró una carta que le había enviado la créme de los poetas comunistas de la Argentina. Me preguntó: “¿Son amigos tuyos?” Repasé los nombres y respondí: “Los conozco de vista, nada más.” El texto repudiaba mi presencia en Cuba, sosteniendo que yo “no era representativo”. Y tenían razón: sostuve que yo soy un poeta profético y libertario, sólo represento la revolución de los corazones, al diablo con la ideología. Le devolví la carta a la heroína de la Sierra Maestra. La rompió en cuatro y la tiró a un canasto. En la época, los poetas y prosistas de la Casa de las Américas traducían a los beat y los publicaban en el suplemento literario del diario Lunes de Revolución, mientras se peleaban con los estalinistas de la Unión de Escritores presidida por Nicolás Guillén. Recuerdo mi última reunión con Mondragón (actual experto en budismo) hace un año en Buenos Aires, junto a Mario Pellegrini (editor, hijo de Aldo) y Leandro Katz. Brindamos con buen vino y celebramos el revolucionario acto de seguir vivos.

 

FM | ¿Con qué intensidad y frecuencia el Brasil participaba de un escenario ocupado por revistas tan expresivas como Eco Contemporáneo, El Corno Emplumado, Rayado sobre el Techo, Nadaísmo, Yugen, El Pez y la Serpiente, Pucuna etc.?

 

MG | Un día recibí el texto Fronteras y dimensiones del grito donde Claudio Willer citaba ampliamente un manifiesto de Ginsberg que traduje y publiqué en el número 5 de Eco Contemporáneo. Entablé con él una amistad que sigue hasta estos días. A la distancia, recuerdo que El Corno se esforzó en publicar poesía brasileña. En febrero de 1964 pensábamos hacer el Segundo Encuentro en Rio de Janeiro con apoyo de los poetas locales, la embajada argentina (donde trabajaba el poeta Alejandro Vignati, a esa altura encorporado a nuestro grupo) y la Unión Nacional de Estudiantes. Pero cuando en abril vi en el New York Times la foto del predio incendiado de la UNE después del golpe militar, supe que en el Cono Sur venían tiempos difíciles. Eco Contemporáneo dejó de ser una revista literaria y pasó a documentar el pensamiento transformacional. Brasil no participó mucho de todo eso. Después, entre 1982 (me casé con una brasileña nacida en Petrópolis) y 2007, viví parcialmente en Campinas y la historia fue diferente, pero en torno de la ecología social (fui un protagonista de la ECO 92 en Río).

 

FM | El libro de Willer se llama Anotações para um apocalipse (1964). El título que mencionas es el del manifiesto que integra la edición. ¿Cómo comprendes la ausencia reincidente del Brasil en un panorama cultural latinoamericano?

 

MG | No puedo hablar de Latinoamérica en general, salvo que los hispanoamericanos tienen dificultad para sintonizar el idioma portugués. Pero puedo asegurar que Brasil estuvo y está muy presente en la Argentina, a partir de la Bossa Nova y la MPB. Los nombres de Carlos Drummond de Andrade, Thiago de Mello, Vinicius de Moraes, Manuel Bandeira o Joao Cabral de Mello Neto, siempre tuvieron eco en nuestras revistas literarias. Aunque por cierto la difusión poética nunca fue masiva. El copyright de la nula difusión poética brasileña en las capitales del Sur hispanohablante es exclusividad de los agregados culturales de las Embajadas del Brasil.

 

FM | ¿Qué llevó al final de Eco Contemporáneo? ¿Cuándo y por qué la revista dejó de circular?

 

MG | Terminó el ciclo de los Sesenta después de la Masacre de Tlatelolco (2 de octubre de 1968) que El Corno condenó y que obligó a Margaret Randall a buscar asilo en Cuba con sus tres hijos. Anne Mette Nielsen y Nicolenka Beltrán filmaron en 2005 un espléndido documental sobre aquella historia nuestra de los ‘60. Yo paré de publicar Eco Contemporáneo en 1969 y comencé de inmediato la revista Contracultura con Antonio Das Mortes en las portadas. Después edité una revista de cine y comencé a hacer programas de Rock por radio, hasta empezar la edición de la revista Mutantia en los ‘80 donde traduje a Willer, a Luiz Carlos Maciel, a Artur da Távola y a otros pensadores brasileños. Ahora estoy compilando, era hora, un libro sobre el Movimiento Nueva Solidaridad. Los manifiestos de la Generación Beat ya los publiqué en un libro titulado Beat Days. La plataforma contracultural argentina está registrada en mi libro La Generación ‘V’, Mi historia del rock argentino está contada en el libro Cómo vino la mano que ya va por la 4ª edición. Hoy no publico revistas sino una docena de blogs.

 




    

 


Poeta, tradutor, ensaísta, artista plástico, dramaturgo, FLORIANO MARTINS (Brasil, 1957) é conhecido por haver criado, em 1999, a Agulha Revista de Cultura, veículo pioneiro de circulação pela Internet e dedicado à difusão de estudos críticos sobre arte e cultura. Ao longo de 23 anos de ininterrupta atividade editorial, a revista ampliou seu espectro, assimilando uma editora, a ARC Edições e alguns projetos paralelos, de que são exemplo “Conexão Hispânica” e “Atlas Lírico da América Hispânica”, este último uma parceria com a revista brasileira Acrobata. O trabalho de Floriano também se estende pela pesquisa, em especial o estudo da tradição lírica hispano-americana e o Surrealismo, temas sobre os quais tem alguns livros publicados. Como artista plástico, desde a descoberta da colagem vem desenvolvendo, com singular maestria, experiências que mesclam a fotografia digital, o vídeo, a colagem, a ensamblagem e outros recursos. Como ele próprio afirma, o magma de toda essa efervescência criativa se localiza na poesia, na escritura de poemas, na experiência com o verso, inclusive a prosa poética, da qual é um dos grandes cultores. Escritura Conquistada é um complemento aos projetos: Atlas Lírico da América Hispânica (revista Acrobata) – poemas traduzidos para o português – e Conexão Hispânica (Agulha Revista de Cultura) – estudos críticos sobre poetas. Nesta terceira linha, também dedicada à tradição lírica na América Hispânica, encontramos juntos os ensaios, entrevistas e prólogos assinados por Floriano Martins. Parte significativa desse material – as entrevistas – compõe o volume homônimo, Escrita Conquistada, publicado em 2018.


1874-1942 José María Eguren (Perú) A POESIA DE JOSÉ MARÍA EGUREN

1893-1948 Vicente Huidobro (Chile) LA COSECHA VERTIGINOSA DE LA IMAGEN POÉTICA

1899-1986 Jorge Luis Borges (Argentina) AS ENTREVISTAS COM JORGE LUÍS BORGES

1903-1958 César Moro (Perú) CÉSAR MORO ENTRE AMIGOS

1903-1973 Aldo Pellegrini (Argentina) SOBRE SURREALISMO

1904-1973 Pablo Neruda (Chile) A POESIA DE PABLO NERUDA

1910-1996 Enrique Molina (Argentina) OS COSTUMES ERRANTES DE ENRIQUE MOLINA

1912-2002 Pablo Antonio Cuadra (Nicaragua) POESÍA: EL ENSAYO DE LO INEFABLE

1915-1995 Enrique Gómez-Correa (Chile) TESTIMONIOS DE UN POETA EXPLOSIVO

1915-2001 Juan Liscano (Venezuela) LA EXPRESIÓN DE LO ESENCIAL

1917-2011 Gonzalo Rojas (Chile) A POESIA DE GONZALO ROJAS

1919-1974 Eunice Odio (Costa Rica) LAS VERTIENTES DEL FUEGO

1920-1994 Freddy Gatón Arce (República Dominicana) LA HUMANIDAD SECRETA DE LOS ABISMOS

1920-1999 Olga Orozco (Argentina) RETRATO-RELÂMPAGO DE OLGA OROZCO

1920-2004 Fernando Charry Lara (Colombia) PASIÓN Y REFLEXIÓN DE LA POESÍA

1921-2004 Javier Sologuren (Perú) UNA POÉTICA DE LA LEVEDAD

1921-2007 Otto-Raúl González (Guatemala) GUATEMALA Y SUS VOCES OCULTAS

1921-2010 Amanda Berenguer (Uruguay) VIAJES INCESANTES DEL LENGUAJE

1923-2013 Álvaro Mutis (Colombia) A POESIA DE ÁLVARO MUTIS

1924-2018 Claribel Alegría (Nicaragua) RECUERDOS DE LA REALIDAD

1924-2021 Manuel de la Puebla (Puerto Rico) MEMORIA POÉTICA DE UN PAÍS

1927 Carlos Germán Belli (Perú) PRECIOSOS MISTERIOS DE LA EXPERIENCIA POÉTICA

1927-2000 Francisco Madariaga (Argentina) “SOY SÓLO UN PEÓN DEL PLANETA”

1927-2010 Rolando Toro (Chile) A POESIA DE ROLANDO TORO

1927-2019 Ludwig Zeller (Chile) EL SURREALISMO EN LA MESA (Part. Susana Wald)

1928 Graciela Maturo (Argentina) LAS VANGUARDIAS EN ARGENTINA

1929-2016 Américo Ferrari (Perú) EL RECORTE SAGRADO DE LAS PALABRAS

1930-2011 Roberto Sosa (Honduras) HONDURAS EN SU AMBIENTE POÉTICO

1930-2018 José Guillermo Ros-Zanet (Panamá) ENCUENTROS Y DESENCUENTROS

1931 Juan Calzadilla (Venezuela) HUMOR Y SÍNTESIS EN EL ACTO CREADOR

1931-2016 Jorge Ariel Madrazo (Argentina) EL POEMA COMO CUERPO VIVO

1932 Circe Maia (Uruguay) UNA VOZ A TRAVÉS DEL TIEMPO

1932 Pedro Lastra (Chile) DEL ESPEJO A LA MULTIPLICACIÓN DE LAS VOCES

1932-2004 Marosa di Giorgio (Uruguay) DIÁLOGO SIN PAUSA

1932-2013 Carlos M. Luis (Cuba) DOS ENCUENTROS

1932-2019 Thelma Nava (México) SOBRE LA REVISTA PÁJARO CASCABEL

1933-2009 Alfredo Silva Estrada (Venezuela) INSCRIPCIONES EN EL ESPACIO POÉTICO

1933-2023 Manuel Mora Serrano (República Dominicana) DOS ENCUENTROS

1934-2014 Gerardo Deniz (México) RECORTES DE UNA IRONÍA APASIONADA

1934-2021 Rodolfo Alonso (Argentina) LA RIQUEZA ABANDONADA DE LA POESÍA

1937 Miguel Grinberg (Argentina) UNA MIRADA EN LAS VANGUARDIAS

1937-2020 Rodrigo Pesántez-Rodas (Ecuador) EL ECUADOR DE LAS LUCES

1938 Fernando Palenzuela (Cuba) CONVERSA SOBRE LA REVISTA ALACRÁN AZUL

1938-2008 Eugenio Montejo (Venezuela) ANOTACIONES DE LA PERMANENCIA DEL CANTO

1939 José Roberto Cea (Honduras) CASI UN TESTAMENTO POÉTICO

1939-2014 Ulises Estrella (Ecuador) SOBRE LAS REVISTAS PUCUNA E LA BUFANDA DEL SOL

1940 Francisco Morales Santos (Guatemala) DOS ENCUENTROS

1940 Gustavo Pereira (Venezuela) “AL DIABLO LOS VERSOS”

1940 José Kozer (Cuba) DOIS ENCONTROS

1940 Jotamario Arbeláez (Colombia) EXTRAVAGANCIAS POÉTICAS DEL NADAÍSMO

1941 Hildebrando Pérez Grande (Perú) LAS VANGUARDIAS EN EL PERÚ

1941 Luis Alberto Crespo (Venezuela) RESONANCIAS DEL ESPÍRITU POÉTICO

1943 Eduardo Mitre (Bolivia) LA RAZÓN ARDIENTE DE LA POESÍA

1944 Armando Romero (Colombia) DOS POETAS, CUATRO ENCUENTROS

1944 Francisco Proaño Arandi (Ecuador) DOS ENCUENTROS

1944 Renée Ferrer (Paraguay) DOS ENCUENTROS

1945 Harold Alvarado Tenorio (Colombia) POESIA & OUTRAS ESPÉCIES

1946 Carlos Vásquez-Zawadzki (Colombia) LAS VANGUARDIAS EN COLOMBIA

1946 Guido Rodríguez Alcalá (Paraguay) LAS VANGUARDIAS EN PARAGUAY

1947 Juan Cameron (Chile) LAS VANGUARDIAS EN CHILE

1947 Juan Carlos Mieses (República Dominicana) DETRÁS DE LAS PALABRAS Y LOS RITMOS

1947 Susana Giraudo (Argentina) LA POESÍA Y SUS NOMBRES INFINITOS

1948 Helen Umaña (Honduras) LAS VANGUARDIAS EN HONDURAS

1948 Miguel Espejo (Argentina) LAS VANGUARDIAS EN ARGENTINA

1948-2022 Alfredo Fressia (Uruguay) EN LAS FISURAS DE LA MIMESIS

1950 Alfonso Velis Tobar (El Salvador) LAS VANGUARDIAS EN EL SALVADOR 

1950 Soledad Alvarez (República Dominicana) LAS VANGUARDIAS EN LA REPÚBLICA DOMINICANA

1950-2018 Enrique Verástegui (Perú) O MOTOR DO DESEJO

1951 Carlos Francisco Monge (Costa Rica) DOS ENCUENTROS

1951 Jesús David Curbelo (Cuba) LAS VANGUARDIAS EN CUBA

1952 David Cortés Cabán (Puerto Rico) LAS VANGUARDAS EN PUERTO RICO

1952 Julio del Valle-Castillo (Nicaragua) LAS VANGUARDIAS EN NICARAGUA

1952 Martin Jamieson (Panamá) LAS VANGUARDIAS EN PANAMÁ

1952 Orlando José Hernández (Puerto Rico) LAS VANGUARDAS EN PUERTO RICO

1954 Ernestina Elorriaga (Argentina) DOS POETAS EN UNA MESA DE LUZ

1955 Berta Lucía Estrada (Colombia) UNA MESA VERTICAL

1955 Carlos Barbarito (Argentina) A POESIA DE CARLOS BARBARITO

1955 Mónica Salinas (Uruguay) LAS VANGUARDIAS EN EL URUGUAY

1956 Gary Daher Canedo (Bolivia) SITIO DONDE AGUARDA UN CÁNTARO

1957 Alejandro Bruzual (Venezuela) LAS VANGUARDIAS EN VENEZUELA

1957 Homero Carvalho Oliva (Bolívia) LAS VANGUARDIAS EN BOLIVIA

1957 Luis Bravo (Uruguay) LAS VANGUARDIAS EN EL URUGUAY

1958 Adriano Corrales Arias (Costa Rica) LAS VANGUARDIAS EN COSTA RICA

1958 Beatriz Hausner (Chile) CAMINHOS DO SURREALISMO

1958 José Ángel Leyva (México) DOS ENCUENTROS

1958 José Carr (Panamá) LAS VANGUARDIAS EN PANAMÁ

1958 Nicasio Urbina (Nicaragua) LAS VANGUARDIAS EN NICARAGUA

1958 Omar Castillo (Colombia) DIÁLOGO ENTRE DOS POETAS

1958 Rodolfo Häsler (Cuba) EN BUSCA DE LO IMPOSIBLE

1960 José Mármol (República Dominicana) LA OTREDAD SORPRENDIDA DEL POETA

1960 Vilma Tapia Anaya (Bolivia) DOS ENCUENTROS

1961 Enrique de Santiago (Chile) LAS VANGUARDIAS EN CHILE

1962 Arturo Gutiérrez Plaza (Venezuela) LAS VANGUARDIAS EN VENEZUELA

1962 Raúl Serrano Sánchez (Ecuador) LAS VANGUARDIAS EN ECUADOR

1963 Pedro Xavier Solis (Nicaragua) LAS VANGUARDIAS EN NICARAGUA

1963-2016 Gonzalo Márquez Cristo (Colombia) CORRESPONDENCIAS ENTRE POESÍA Y ACCIÓN

1965 Jorge Fernández Granados (México) LAS VANGUARDIAS EN MÉXICO

1969 Luis Alvarenga (El Salvador) LAS VANGUARDIAS EN EL SALVADOR

1972 Gabriel Chávez Casazola (Bolívia) LAS VANGUARDIAS EN BOLIVIA

1972 Xavier Oquendo Troncoso (Ecuador) DIÁLOGO EN EL CENTRO DEL MUNDO

1973 Carolina Zamudio (Argentina) LA ILUSIÓN TRANSITORIA DE LOS ESPACIOS

1973 Ricardo Venegas (México) LA POESÍA DE RICARDO VENEGAS

1974 Fabricio Estrada (Honduras) LAS VANGUARDIAS EN HONDURAS

1974 Javier Payeras (Guatemala) LAS VANGUARDIAS EN GUATEMALA

1983 Manuel Iris (México) LAS VANGUARDIAS EN MÉXICO

1984 Alex Morillo Sotomayor (Perú) LAS VANGUARDIAS EN PERÚ


 


 

 

OBRA ENSAÍSTICA PUBLICADA

 

El corazón del infinito. Tres poetas brasileños. Trad. Jesús Cobo. Toledo: Cuadernos de Calandrajas, 1993.

Escritura conquistada. Diálogos com poetas latino-americanos. Fortaleza: Letra & Música, 1998.

Escrituras surrealistas. O começo da busca. Coleção Memo. Fundação Memorial da América Latina. São Paulo. 1998.

Alberto Nepomuceno. Edições FDR. Fortaleza. 2000.

O começo da busca. O surrealismo na poesia da América Latina. Coleção Ensaios Transversais. São Paulo: Escrituras, 2001.

Un nuevo continente. Antología del Surrealismo en la Poesía de nuestra América. San José de Costa Rica: Ediciones Andrómeda, 2004.

Un nuevo continente. Antología del Surrealismo en la Poesía de nuestra AméricaCaracas, Venezuela: Monte Ávila Editores, 2008.

A inocência de pensar. Coleção Ensaios Transversais. São Paulo: Escrituras, 2009.

Escritura conquistada. Conversaciones con poetas de Latinoamérica2 tomos. Caracas: Fundación Editorial El Perro y La Rana. 2010.

Invenção do Brasil – Entrevistas [edição virtual]. São Paulo: Editora Descaminhos, 2013.

Esfinge insurrecta – Poesía en Chile [edição virtual, em coautoria com Juan Cameron]. Fortaleza: ARC Edições, 2014.

Un poco más de surrealismo no hará ningún daño a la realidad. México: UACM – Universidad Autónoma de la Ciudad de México, 2015.

Sala de retratos. São Paulo: Opção Editora, 2016.

Um novo continente – Poesia e Surrealismo na América. Fortaleza: ARC Edições, 2016.

Valdir Rocha e a persistência do mistério. Fortaleza: ARC Edições, 2017.

Laudelino Freire. Rio de Janeiro: Academia Brasileira de Letras, 2018.

Escritura conquistada – Poesía hispanoamericana. Fortaleza: ARC Edições, 2018.

Visões da névoa: o Surrealismo no Brasil. Natal: Sol Negro Edições, 2019.

120 noites de Eros. Fortaleza: ARC Edições, 2020.

 

TRADUÇÕES

 

Poemas de amor, de Federico García Lorca. Rio de Janeiro: Ediouro Publicações, 1998.

Delito por dançar o chá-chá-chá, de Guillermo Cabrera Infante. Rio de Janeiro: Ediouro Publicações, 1998.

Nós/Nudos, de Ana Marques Gastão (edição bilíngue). Lisboa: Gótica, 2004.

A condição urbana, de Juan Calzadilla (edição bilíngue). Florianópolis: Letras Contemporâneas, 2005.

Dentro do poema – Poetas mexicanos nascidos entre 1950 e 1959, Org. Eduardo Langagne. Fortaleza: Edições UFC, 2009.

A aventura literária da mestiçagem, de Pablo Antonio Cuadra (em parceria com Petra Ramos Guarinon). Fortaleza: Edições UFC, 2010.

III novelas exemplares & 20 poemas intransigentes, de Vicente Huidobro & Hans Arp. Natal: Sol Negro Edições/São Pedro de Alcântara: Edições Nephelibata, 2012.

Sobre Surrealismo, de Aldo Pellegrini (edição bilíngue). Natal: Sol Negro Edições, 2013.

Memória de Borges – Um livro de entrevistas (2 volumes). São Pedro de Alcântara: Edições Nephelibata, 2013.

Bronze no fundo do rio, de Miguel Márquez (edição bilíngue). Natal: Sol Negro Edições, 2014.

Tremor de céu, de Vicente Huidobro (edição bilíngue). Natal: Sol Negro Edições, 2015.

Costumes errantes ou a redondeza da terra, de Enrique Molina (edição bilíngue). Natal: Sol Negro Edições, 2016.

Reino de silêncio, de Mía Gallegos (edição bilíngue). Teresina: Kizeumba Edições, 2019.

Traduções do universo, de Vicente Huidobro. Natal: Sol Negro Edições, 2016.

O álcool dos estados intermediários, de Gladys Mendía. Santiago: LP5 Editora, 2020.

A tartaruga equestre, de César Moro (edição bilíngue). Natal: Sol Negro Edições, 2021.

 

  

 

Agulha Revista de Cultura

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Dirigida por Elys Regina Zils

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