LAS
VANGUARDAS EN PUERTO RICO
OJH | Las
expresiones iniciales de la vanguardia literaria puertorriqueña comienzan con
la poesía de Evaristo Ribera Chevremont, quien estuvo ligado al Ultraísmo de
pós-Primera Guerra Mundial en Madrid y quien comienza a publicar a principios
de los años ‘20, a su regreso a la isla, poemas de corte vanguardista. Hubo
algunas búsquedas estéticas por parte del poeta Luis Lloréns Torres, en el
período de pre-Guerra, con algunos conceptos liricos que llamó Pancalismo y
Panedismo, pero que no representaron una renovación formal, por lo que no
pueden considerarse poesía de vanguardia propiamente. Pero Ribera Chevremont no
forma escuela y posteriormente vuelve a las formas líricas tradicionales.
Continúan las expresiones de Luis Palés Matos y de De Diego Padró: Diepalismo y
el Euforismo. Se multiplicaron los ismos en una especie de pasatiempo que en
algunos casos asumió un carácter lúdico. Pero en realidad, no todos los ismos
hicieron vanguardia, pues algunos no proponían rupturas formales o
exploraciones de las nuevas actitudes y temáticas que acarreaba la modernidad
mediante innovaciones en la tecnología y la reestructuración de las formas de
producción cultural.
Además
Luis Muñoz Marín, que tuvo una gestión política importante y controversial
posteriormente, se inicia a la vida cultural como un poeta de orientación
estética que se ha llamado “proletarismo”. Se discute si efectivamente se trató
o no de una estética de vanguardia, y esta discusión debe reflejarse en el
libro.
Los
dos verdaderos movimientos importantes fueron el Noísmo (1926-27) que publicó
una revista interesantísima llamada hostos (“así, con letra pequeña”, como se
leía en la presentación del primer número, como protesta contra la
grandilocuencia) y el Atalayismo (1928-34), que tuvo como plataforma la revista
Alma Latina. La revista hostos es la primera expresión del marxismo en la
cultura letrada isleña. Se estudia y comenta la entonces muy reciente obra de
José Carlos Mariátegui. La revista es de corte anti-imperialista y caribeñista.
Por su parte, el grupo de escritores atalayistas fue más cercano al
Nacionalismo, y varios de sus miembros más destacados (Graciany Miranda
Archilla y Clemente Soto Vélez) colaboraron con Albizu Campos cuando este
regresó a Puerto Rico en el 1930 de su viaje por Latinoamérica. La nueva
estética también incluye las artes gráficas, sobre todo los estupendos trabajos
de Oliver Shaw.
Sería
importante contextualizar las propuestas estéticas de los movimientos
vanguardistas con un trasfondo socio-económico y político que producen lo que
he llamado una primera ola de modernización “subsidiaria” o supeditada al
servicio de los intereses de los Estados Unidos, en momentos en que Puerto Rico
era una colonia clásica de ese no país.
FM | Los movimientos locales, ¿estaban de acuerdo con las ideas de las
vanguardias europeas correspondientes o acaso agregaban algo distinto?
OJH | Curiosamente,
los movimientos que tuvieron mas influencia fueron el Ultraísmo, el Maquinismo
o Futurismo, en alguna medida también el Neogongorismo (García Lorca y la
revalorización de Góngora que se da a partir de su cuatricentenario en el
1927), y de un modo muy particular, el Negrismo. Este último se reconoce desde
hace relativamente poco tiempo como una temática concurrente con la vanguardia
literaria en el Caribe, aunque en la plástica europea haya tenido más
aceptación como una de las corrientes significativas de las vanguardias
artísticas. Es precisamente en los años ‘30, a raíz de los planteamientos de
Palés Matos sobre “una poesía antillana” y de sus poemas de temas
afrocaribeños, que se comienza a discutir la significación de la presencia
africana en la cultura puertorriqueña.
No
hay muchos textos de filiación surrealista, con la notable excepción de algunos
elementos del poemario Responso a mis poemas náufragos (1930) de Miranda
Archilla. Muy posteriormente, el Surrealismo deja una marca notable en la
importante obra de José María Lima y la de otros escritores como Iván Silén.
FM | ¿Qué relaciones mantenían estos mismos movimientos con las corrientes estéticas
de los demás países hispanoamericanos?
OJH | Se
leen las aportaciones de la vanguardia argentina y cubana. Se lee a Mariátegui.
El Noísmo y la revista que publican los noístas, que se llamaba hostos (“así
con letra pequeña”, leía la presentación en el primer número de la revista) es
la primera expresión del marxismo en la cultura letrada isleña. Los movimientos
más notables son el Noísmo (1926-28), que propuso una posición marxista,
mestiza y pancaribeña, y el Atalayismo (1928-32), que adoptó una posición
nacionalista. Las ideas estéticas que propulsaban entonces los escritores que
participaron de estos dos movimientos requieren más estudio y análisis. Entre
los noístas principales se encontraban Emilio Delgado, Juan Antonio Corretjer,
Géigel Polanco, Samuel R. Quiñones y Luis Palés. Las voces más destacadas del
Atalayismo fueron Graciany Miranda Archilla, Clemente Soto Vélez, Alfredo
Margenat, Fernando González Alberty, Antonio Cruz y Nieves, Samuel Lugo, y un
muy joven Francisco Matos Paoli. En ambos movimientos hubo un intento de
integración de las corrientes plásticas, por artistas como el propio René
Golman (Dionisio Trujillo), y en la caricatura, por los artistas gráficos
Oliver Shaw (Ángel Oliveras) y Antonio Filardi. Hubo narrativa vanguardista en
mucho menor medida y parte de ella necesita recopilarse. Los narradores más
importantes fueron De Diego Padró (En babia), y los cuentistas Alfredo Collado
Martel (Cuentos de misterio y otros cuentos), y Antonio Cruz y Nieves (relatos
dispersos).
Obras
claves que son logros significativos de la vanguardia:
1.
Palés Matos: Tuntún de pasa y grifería (1937).
2.
José de Diego Padró: En babia: manuscrito de un barquicéfalo (1940).
3.
Clemente Soto Vélez: Caballo de palo (1959), La tierra prometida (1979).
4.
Graciany Miranda Archilla: Himno a la caballa (1971) y Visita al cero verde
(2002).
La
novela de De Diego Padró fue escrita en Nueva York de los años ‘20. Las obras
de Miranda Archilla y Soto Vélez antes mencionadas también se escribieron en
Nueva York, aunque décadas después. Esto también debe ser objeto de reflexión
crítica.
FM | ¿Qué aportes significativos de las vanguardias fueron incorporados a la
tradición lírica y cuáles son sus efectos en los días de hoy?
OJH | Los aportes son diversos. Como en otros países, la vanguardia libera el
lenguaje y la imaginación en escritores cuya obra es de alta significación en
la literatura puertorriqueña. La vanguardia produce algunos de los clásicos de
la poesía puertorriqueña y escritores fundamentales. En poesía: Palés Matos,
Juan Antonio Corretjer, Emilio Delgado, Graciany Miranda Archilla, Clemente
Soto Vélez. En ficción: José I. De Diego Padró, Collado Martell. Ensayistas:
Antonio S. Pedreira, Géigel Polanco.
FM | Los documentos esenciales de las vanguardias, ¿se han recuperado?, ¿es
posible tener acceso a ellos?
OJH | Se han recuperado en buena medida, aunque hay omisiones importantes. El
libro de Hernández Aquino, Nuestra aventura literaria recoge una buena parte de
los documentos, pero hay bastantes textos que todavía deben recuperarse. Los
textos de Palés Matos y de De Diego Padró se han recuperado en algunos libros y
estudios, como el de De Diego Padró: Luis Palés Matos y su trasmundo poético y
los de Luce López Baralt. En revistas y periódicos de la época he podido
recuperar una gran cantidad de los que faltaban del movimiento atalayista.
Espero dedicar algún tiempo durante las próximas semanas a buscar algunos de
los textos claves de los noístas, sobre todo, los publicados en la revista hostos.
Los relatos de Antonio Cruz y Nieves también necesitan recopilarse y darlos a
conocer.
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Escritura Conquistada – Poesía
Hispanoamericana reúne ensayos, entrevistas, encuestas y
prólogos de libros firmados por Floriano Martins, además de muestra parcial de
su correspondencia pasiva.
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Floriano Martins
ARC Edições | Agulha Revista de Cultura
Fortaleza CE Brasil 2021
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