quarta-feira, 27 de janeiro de 2021

ESCRITURA CONQUISTADA | Juan Carlos Mieses (República Dominicana, 1947)

  


DETRÁS DE LAS PALABRAS Y LOS RITMOS

 


FM | Sophie Marínez observa, con respecto a tu Desde las islas (2001), que se trata de “recurrencia de una obsesión, la del génesis, y el escrutinio de nuestra identidad y formación como nación”, lo que daría a tu poesía una connotación bíblica. ¿De dónde viene esa obsesión?

 

JCM | Yo no hablaría de obsesión, sino de preocupación. La búsqueda de los orígenes es una inquietud legítima y natural en todo ser humano, y como intelectual nos adentra en el tema de la creación, la evolución y la definición misma de la vida. La Historia funciona como un espejo temporal de las sociedades; interesarse en ese espejo, mirarse en él, es una forma de buscar la comprensión de lo que somos, como individuos y como grupo social. Desde las Islas es una reflexión en torno a esas interrogantes, hecha desde un lugar específico: el mar Caribe, porque no sólo “somos” en el tiempo sino también en el espacio. Quiero aclarar que no estoy definiendo esa obra, sino compartiendo una faceta de su génesis. Por otra parte, es difícil dejar de navegar por las aguas bíblicas cuando se tratan temas como la Creación o el Apocalipsis (Urbi et Orbi, 1983), la saga de un hombre que también fuera rey, su paso por la Historia, su conciencia de ser (Flagellum Dei, 1985), o el nacimiento de un nuevo concepto del Yo (Desde las Islas).

 

FM | Vienes acumulando premios importantes (Siboney, Pedro Henríquez Ureña y el reciente Nicolás Guillén, de la UNEAC, Cuba). Sin embargo, me asombra que algunos poetas dominicanos, que habitualmente se dedicaron al estudio de la poesía en tu país, como Víctor Villegas, Andrés L. Mateo y José Mármol, no te mencionen en las revisiones que hicieron de innumerables desdoblamientos estéticos de la poesía dominicana a lo largo de este siglo. Me parece que esto crea una cierta condición de marginalización de una poética. ¿Cómo observas esa ausencia?

 

JCM | Mi literatura, a excepción quizás de Urbi et Orbi que obtuvo cierta atención de la crítica (no así su edición bilingüe en Francia que fue, en mi país, un no-acontecimiento), ha sido ignorada, con amables excepciones, por críticos, intelectuales y organismos culturales. Flagellum Dei a pesar de ser Premio Siboney, no mereció un solo comentario, una sola crítica, ni buena, ni mala; lo mismo pasó con Aquí, el Edén (1998) y Dulce et Decorum est… (1997). A Gaia (Premio Pedro Henríquez Ureña, 1991), le fue peor: misteriosamente fue censurado, bloqueando su distribución, y nadie, salvo unos cuantos lectores, gracias a los ejemplares que me correspondían, han tenido acceso a él; igualmente, el silencio de los críticos fue total. En cuando a Desde las Islas, no recibí ningún reconocimiento de mi país, ni de organismos culturales privados ni oficiales, a pesar de haber ganado un importante premio internacional. Me gusta pensar que una excesiva privacidad, una posición ideológica a contracorriente, un alejamiento físico del territorio nacional y una casi total ausencia de foros, peñas, reuniones, talleres, discusiones, asociaciones, cofradías, programas de televisión y de grupos en general, me han en cierta manera marginado y que esa ausencia la ha pagado, injustamente, mi obra. También puede ser que mucha gente no entienda o no acepte un recorrido intelectual diferente, o que simplemente a la mayoría no les guste lo que hago, o lo consideren sin interés, ¿por qué no? Creo que es a los críticos, en ultima instancia, a quienes les toca responder esa pregunta, y a mí, escribir mi obra, lo que precisamente hago cada día.

 

FM | El asunto me recuerda una idea de manipulación del tiempo, el aislamiento de hechos en una especie de imagen detenida –aquí recurro a la historiadora Catherine Darbo-Peschanski–, lo que conceptúa el tiempo como un lugar de conflictos e intereses. Pienso en esto no solamente en función de lo que observé anteriormente, sino también movido por tu propio interés por la historia, sea en la poesía o en la dramaturgia.

 

JCM | El paso del tiempo me intriga. Si para el intelecto el pasado funciona como herencia palpable, dinámica; algo que podemos medir, observar, manipular… para la conciencia de un individuo es sólo una realidad probable, tan presente como cualquier otro hecho-recuerdo, ajeno o personal, del que tengamos experiencia. Todo hecho histórico está tan cerca de mí como el día de ayer, o la paloma que acaba justo de pasar cerca de la ventana. Como me interesa la vida me interesa la historia. Toda nuestra experiencia, todo el bagaje de hechos y conocimientos se inscriben en él, a excepción de nuestra íntima cognición de ser, ese incesante transcurrir que dura lo que dura nuestra existencia. Mi interés en Atila (Flagellum Dei), en Pedro Santana (Dulce et Decorum) o en Nicolás de Ovando (La Cruz y el Cetro) no es sólo histórico; es humano. Son personajes que funcionan como arquetipos y me ayudan a mostrar aspectos comunes a todos nosotros.

 

FM | Romulo Pianacci, al escribir sobre García Lorca, evoca a Shakespeare y establece un posible paralelismo entre ambos: “llegan a la madurez trágica luego de haber pasado por la etapa de un juvenil aferrarse al drama histórico, la comedia de costumbres y el mero entretenimiento”. Una vez aceptado este paralelismo, ¿cómo situar tu experiencia dramatúrgica en este contexto?

 

JCM | Los géneros pueden ser una manera conveniente de clasificar las obras literarias, pero cuando se trata de crear, los considero como estructuras útiles a mi disposición. Independientemente de sus exigencias técnicas, permiten soluciones diferentes, elecciones posibles para los distintos enfoques y soluciones de escritura. He frecuentado algunos, entre ellos la canción dramática, el texto para multitudes, la frase comercial, el cuento infantil, el discurso y el teatro. Me ruboriza que los ejemplos que antepones sean tan ilustres, pero para el caso es lo mismo. El contacto con el drama permite tomar conciencia del efecto dramático de la palabra, su inmediatez y su calidad no-definitiva (es común realizar cambios en los parlamentos hasta momentos antes de la función). Además está el factor “voz.” En el teatro, la palabra deja de ser una sugerencia y se convierte en algo material, algo capaz de golpear. El Otro, el lector, en ese caso el público, está siempre presente y te recuerda el aspecto manipulador de la palabra, sus mecanismos de influencia. El texto teatral, es un entrenamiento eficaz para aprender a calibrar los utensilios de un escritor.

 

FM | Acostumbras decir que descubriste la poesía con Rubén Darío. ¿Hasta qué punto Darío no habría sido percibido, en su tiempo, en tu país? ¿Cómo eran las relaciones entre España y la República Dominicana en el pasaje del siglo XIX al XX, y cómo se reflejó ese rechazo del modernismo mencionado por varios historiadores dominicanos?

 

JCM | Sin duda, el fenómeno modernista representó una revolución literaria en mi país. Sirvió de puente entre una renaciente y atrevida poética francesa representada por Verlaine, y la poesía complaciente y respetuosa de la tradición que sobrevivía penosamente en nuestro medio. No soy un historiador ni nada parecido, sólo puedo hablar en términos personales. La primera vez que entré en contacto con el modernismo tenía quince años y era sólo un lector de poesía, pero ya me daba cuenta de que si pretendía escribir debía encontrar mi propia voz, ya que Rubén Darío había creado un universo del cual era él el centro, y ese universo era tan cerrado. Lo que le debo a Darío es el placer de la palabra precisa, el sentido de una escritura sonriente, la visión del verbo como sortilegio, la magia sencilla “hecha con las cosas de todos los días…” y esa íntima convicción de que la palabra es un vínculo prodigioso entre lo cotidiano y el misterio. Creo, por demás, que ese descubrimiento pudo haber sucedido con Whitman, con Borges, o con Prévert. El azar quiso que fuera Darío.

 

FM | ¿Estás de acuerdo en que la entrada en la modernidad, en el caso dominicano, se daría solamente con La poesía sorprendida y no con el postumismo? Aunque no te guste mucho hablar de influencias, percibo que, al menos a través de Franklin Mieses Burgos, hay un enlace posible entre tu poesía y la tradicióin poética renovada a partir de La poesía sorprendida. ¿Esta relación te incomoda? ¿ Y cómo medir la influencia surrealista en los dos casos?

 

JCM | La poesía sorprendida refleja un conjunto de corrientes de pensamiento en plena ebullición, en su momento; la búsqueda de un nuevo concepto de libertad con ecos freudianos y tintes surrealistas, la violación de las fronteras del verso, de sus múltiples límites; la liberación, un tanto tardía, frente a un modernismo avasallante en sus melodías, la búsqueda de una voz acorde con un mundo en pleno cambio… Le debo mucho a Franklin Mieses Burgos, a su persona, a su amistad, a sus palabras de aliento, y también a su poesía, sobre todo a su concepto del ritmo interno del verso, y me enaltecería cualquier relación que algún crítico travieso encontrara. En este punto debo señalar que para don Pedro Troncoso de la Concha, (a propósito de Urbi et Orbi) mi poesía se inscribe más bien dentro de una tradición postumista. En cuanto al postumismo de Moreno Jiménez, siempre lo he considerado, más que un fenómeno coyuntural, el renacimiento de una poesía universal, libre en su rigor y sencilla en su profundidad, que podemos encontrar en otros como Virgilio, Shakespeare o Whitman.

 

FM | ¿Qué implicaciones tuvieron en tu obra las residencias fuera de la República Dominicana? ¿De qué manera la experiencia del exilio define o consolida una poética? Y más: ¿de qué manera la poesía dominicana logra pasar límites geográficos? Si acaso hay un aislamiento, ¿qué lo define? ¿Y qué relaciones se pueden detectar entre ese aislamiento y una corriente de pensamiento que se conoce por “pesimismo dominicano”?

 

JCM | Viajar me ha permitido visitar universos intemporales. Cuando nos desplazamos no sólo lo hacemos en la geografía, sino también en la historia, en la dimensión lingüística, en la diversidad cultural, en el espacio vital del Otro. También nos alejamos de lo que hasta ese momento era nuestro pequeño mundo personal y curiosamente es entonces cuando lo vemos con ojos nuevos. Cuando el hombre llegó a la luna por primera vez, lo primero que se presentó a sus ojos asombrados, girando en el espacio como un azul y esférico milagro, fue ese gran planeta que era su hogar, la Tierra. Los viajes más enriquecedores se realizan a través del lenguaje. La geografía es una fuente de experiencias sensuales generadoras de reflexiones diversas, pero es la lengua la que te hace viajar por el espíritu de las civilizaciones. Aprendí francés en mi adolescencia porque quería leer a Verlaine en su lengua original. Junto a Verlaine me esperaba toda una dimensión de pensamiento, una manera diferente de ver y de expresar el hombre y su entorno, de apreciar la palabra. La lengua inglesa tiene paisajes más arrobadores que las Montañas Rocosas o la costa del Pacífico. Lo mismo es válido para todas las lenguas y las culturas. Hay, sin duda, una relación entre la experiencia personal del exilio y la producción poética pero no es algo que yo intentaría establecer. Por otra parte, no pienso que la poesía dominicana sea definida por límites geográficos. Las ediciones, la distribución, su difusión, quizá; pero no la poética. Si una obra como la de Avilés Blonda o de Freddy Gatón Arce no son globalmente conocidas, siguen siendo universales en su calidad. No veo cómo la insularidad se pueda aplicar al intelecto. En cuanto a la teoría del pesimismo a la que haces referencia, no la conozco; y no creo que la poesía dominicana sufra de pesimismo.

 

FM | Esa idea de un interés tuyo “en las posibilidades rítmicas del lenguaje y el poder de sugerencia de las palabras”, según observación del crítico José Acántara Almánzar, ¿de qué manera la abordas en la escritura de tus libros? ¿Cómo enfrentas el desafío de la escritura poética?

 

JCM | Cada uno de mis libros ha tenido puntos de partida diferentes que me han empujado, cada vez, a reinventar mi poesía. Creo que lo mismo sucede con los demás poetas. Lo que afirma Alcántara Almánzar se aplica a toda poesía verdadera porque en ella las palabras adquieren valores inéditos en sus connotaciones, en sus resonancias a través del paisaje lingüístico, en las curvas melódicas de las frases, en su riqueza sintáctica y en su tesoro de imágenes, movimientos y referencias de todo tipo, ya que la poesía cuando dice, sugiere; cuando nombra, bautiza; cuando señala, descubre; cuando muestra, asombra como los magos; cuando habla, canta; cuando se asoma, renace cada vez como manantiales de Heráclito. Nunca he tenido la impresión de enfrentar un desafío al escribir un poema, sino más bien, de ir en busca de un acertijo. No se trata de comunicar con otro ser humano, lo que en sí es ya difícil, sino de dejarle ver una parte de la realidad con nuestros ojos, de dejarle sentir el mundo con nuestra intimidad, prestada durante la lectura. Mi escritura, en sí misma, se alimenta de elementos que yo llamo “elemento orbital” porque es a su alrededor que gira y nace la totalidad del texto; puede ser una frase como en el caso de Gaia (un verso del poeta sueco Eric Lindegren), puede ser una melodía, como en Flagellum Dei (Carmina Burana de Orff), o la imagen múltiple de una ciudad (Aquí, el Edén). Pero como en la música, son los silencios, que la conforman en última instancia; detrás de las palabras, de los ritmos, de las denotaciones y de los temas se esconden sus diversos sentidos y sus verdades. ¿No es acaso lo mismo para todas las cosas este mundo?

 

FM | Antonio Leal menciona esa condición de cronista de una época cuyas referencias geográficas principales encontramos en Derek Walcott, Saint-John Perse y Aimé Cesaire. ¿De qué manera te relacionas con ese entendimiento de la poesía como canto de un lugar?

 

JCM | Somos siempre aquí, y ahora. No nos podemos sustraer a un lugar, a una ubicación. Aunque un poeta, un escritor, no busque en forma voluntaria convertir su quehacer en la voz de un lugar, invariablemente su discurso tendrá resonancias locales. Su visión partirá, por más universal que sea el mensaje, de un punto de visión específico, aun así, podrá encontrar la totalidad en cualquier detalle de su entorno. Quizá es lo que predendía decir Borges al afirmar: sólo hay un hombre. Es a partir de una porción del mundo, (la que sentimos que nos pertenece, o más bien que pertenecemos a ella), que entendemos, imaginamos y construimos todo lo demás. En algún lugar, para cada uno de nosotros, la estrella polar está a su perfecta altura, el barco sobre la mar y el caballo en la montaña. Ese lugar nos acompaña siempre, nos da el sentido del orden, de la pertenencia, y se refleja, de una u otra manera, en nuestra poesía.

 

FM | Me interesa mucho esa sugestión tuya de un “maniqueísmo perfecto” que evoca una relación entre Drácula y Cristo. ¿Podrías hablar un poco al respecto?

 

JCM | Los últimos veinte siglos, la zona de influencia cada vez más amplia de las renovadas ruinas del Imperio Romano, se ha visto definida por un fenómeno cultural sin paralelo en la historia: el cristianismo. Sus conceptos de individualidad, de libertad, de igualdad, de bondad, de dicha, de redención, de promesa de vida después de la muerte, han sido el fundamento de la llamada civilización occidental y de sus hechos más significativos. Cristo es la representación humana de esta civilización. Más que un hombre, solía decir Avilés Blonda, es un estado espiritual. Es normal que tal paradigma tenga su sombra, su anticristo. Si en la religión es la Bestia, en la literatura, en mi opinión, es Drácula. Yo no sé si Stoker estaba conciente de ello cuando creó al personaje, pero no tengo la menor duda de que la fuerza de su vampiro y su influencia en el inconsciente colectivo proviene de esa relación. Todo los une y los separa al mismo tiempo. Las promesas de eternidad, que en ambos requieren el paso por una misma puerta: la muerte; el vínculo de la sangre, que en uno es un ritual divino para la supervivencia del alma y en el otro una perversa necesidad del cuerpo; el uno es la luz, el otro la oscuridad; hacedores de milagros, uno camina sobre las aguas, otro vuela con alas bestiales, a uno lo anuncian ángeles y reyes, al otro los orates y las ratas; uno asciende hacia el cielo, otro baja a las profundidades de la tierra en las noches; a uno lo señalan las estrellas, al otro las tormentas; uno es el cordero y el otro el lobo; uno promete la vida eterna y otro sólo una no-muerte sin final. No es de asombrarse que el Conde Drácula, sobreviva las edades y las modas. Una acotación: he notado que la descripción de las facciones Conde contiene los mismos rasgos que se le prestan al rey Atila, percibido en la imaginación popular, víctima aún de la propaganda del imperio, como un anti-cristo capaz de volver estéril la tierra con sólo pasar sobre ella.

 



 

    

 


Poeta, tradutor, ensaísta, artista plástico, dramaturgo, FLORIANO MARTINS (Brasil, 1957) é conhecido por haver criado, em 1999, a Agulha Revista de Cultura, veículo pioneiro de circulação pela Internet e dedicado à difusão de estudos críticos sobre arte e cultura. Ao longo de 23 anos de ininterrupta atividade editorial, a revista ampliou seu espectro, assimilando uma editora, a ARC Edições e alguns projetos paralelos, de que são exemplo “Conexão Hispânica” e “Atlas Lírico da América Hispânica”, este último uma parceria com a revista brasileira Acrobata. O trabalho de Floriano também se estende pela pesquisa, em especial o estudo da tradição lírica hispano-americana e o Surrealismo, temas sobre os quais tem alguns livros publicados. Como artista plástico, desde a descoberta da colagem vem desenvolvendo, com singular maestria, experiências que mesclam a fotografia digital, o vídeo, a colagem, a ensamblagem e outros recursos. Como ele próprio afirma, o magma de toda essa efervescência criativa se localiza na poesia, na escritura de poemas, na experiência com o verso, inclusive a prosa poética, da qual é um dos grandes cultores. Escritura Conquistada é um complemento aos projetos: Atlas Lírico da América Hispânica (revista Acrobata) – poemas traduzidos para o português – e Conexão Hispânica (Agulha Revista de Cultura) – estudos críticos sobre poetas. Nesta terceira linha, também dedicada à tradição lírica na América Hispânica, encontramos juntos os ensaios, entrevistas e prólogos assinados por Floriano Martins. Parte significativa desse material – as entrevistas – compõe o volume homônimo, Escrita Conquistada, publicado em 2018.


1874-1942 José María Eguren (Perú) A POESIA DE JOSÉ MARÍA EGUREN

1893-1948 Vicente Huidobro (Chile) LA COSECHA VERTIGINOSA DE LA IMAGEN POÉTICA

1899-1986 Jorge Luis Borges (Argentina) AS ENTREVISTAS COM JORGE LUÍS BORGES

1903-1958 César Moro (Perú) CÉSAR MORO ENTRE AMIGOS

1903-1973 Aldo Pellegrini (Argentina) SOBRE SURREALISMO

1904-1973 Pablo Neruda (Chile) A POESIA DE PABLO NERUDA

1910-1996 Enrique Molina (Argentina) OS COSTUMES ERRANTES DE ENRIQUE MOLINA

1912-2002 Pablo Antonio Cuadra (Nicaragua) POESÍA: EL ENSAYO DE LO INEFABLE

1915-1995 Enrique Gómez-Correa (Chile) TESTIMONIOS DE UN POETA EXPLOSIVO

1915-2001 Juan Liscano (Venezuela) LA EXPRESIÓN DE LO ESENCIAL

1917-2011 Gonzalo Rojas (Chile) A POESIA DE GONZALO ROJAS

1919-1974 Eunice Odio (Costa Rica) LAS VERTIENTES DEL FUEGO

1920-1994 Freddy Gatón Arce (República Dominicana) LA HUMANIDAD SECRETA DE LOS ABISMOS

1920-1999 Olga Orozco (Argentina) RETRATO-RELÂMPAGO DE OLGA OROZCO

1920-2004 Fernando Charry Lara (Colombia) PASIÓN Y REFLEXIÓN DE LA POESÍA

1921-2004 Javier Sologuren (Perú) UNA POÉTICA DE LA LEVEDAD

1921-2007 Otto-Raúl González (Guatemala) GUATEMALA Y SUS VOCES OCULTAS

1921-2010 Amanda Berenguer (Uruguay) VIAJES INCESANTES DEL LENGUAJE

1923-2013 Álvaro Mutis (Colombia) A POESIA DE ÁLVARO MUTIS

1924-2018 Claribel Alegría (Nicaragua) RECUERDOS DE LA REALIDAD

1924-2021 Manuel de la Puebla (Puerto Rico) MEMORIA POÉTICA DE UN PAÍS

1927 Carlos Germán Belli (Perú) PRECIOSOS MISTERIOS DE LA EXPERIENCIA POÉTICA

1927-2000 Francisco Madariaga (Argentina) “SOY SÓLO UN PEÓN DEL PLANETA”

1927-2010 Rolando Toro (Chile) A POESIA DE ROLANDO TORO

1927-2019 Ludwig Zeller (Chile) EL SURREALISMO EN LA MESA (Part. Susana Wald)

1928 Graciela Maturo (Argentina) LAS VANGUARDIAS EN ARGENTINA

1929-2016 Américo Ferrari (Perú) EL RECORTE SAGRADO DE LAS PALABRAS

1930-2011 Roberto Sosa (Honduras) HONDURAS EN SU AMBIENTE POÉTICO

1930-2018 José Guillermo Ros-Zanet (Panamá) ENCUENTROS Y DESENCUENTROS

1931 Juan Calzadilla (Venezuela) HUMOR Y SÍNTESIS EN EL ACTO CREADOR

1931-2016 Jorge Ariel Madrazo (Argentina) EL POEMA COMO CUERPO VIVO

1932 Circe Maia (Uruguay) UNA VOZ A TRAVÉS DEL TIEMPO

1932 Pedro Lastra (Chile) DEL ESPEJO A LA MULTIPLICACIÓN DE LAS VOCES

1932-2004 Marosa di Giorgio (Uruguay) DIÁLOGO SIN PAUSA

1932-2013 Carlos M. Luis (Cuba) DOS ENCUENTROS

1932-2019 Thelma Nava (México) SOBRE LA REVISTA PÁJARO CASCABEL

1933-2009 Alfredo Silva Estrada (Venezuela) INSCRIPCIONES EN EL ESPACIO POÉTICO

1933-2023 Manuel Mora Serrano (República Dominicana) DOS ENCUENTROS

1934-2014 Gerardo Deniz (México) RECORTES DE UNA IRONÍA APASIONADA

1934-2021 Rodolfo Alonso (Argentina) LA RIQUEZA ABANDONADA DE LA POESÍA

1937 Miguel Grinberg (Argentina) UNA MIRADA EN LAS VANGUARDIAS

1937-2020 Rodrigo Pesántez-Rodas (Ecuador) EL ECUADOR DE LAS LUCES

1938 Fernando Palenzuela (Cuba) CONVERSA SOBRE LA REVISTA ALACRÁN AZUL

1938-2008 Eugenio Montejo (Venezuela) ANOTACIONES DE LA PERMANENCIA DEL CANTO

1939 José Roberto Cea (Honduras) CASI UN TESTAMENTO POÉTICO

1939-2014 Ulises Estrella (Ecuador) SOBRE LAS REVISTAS PUCUNA E LA BUFANDA DEL SOL

1940 Francisco Morales Santos (Guatemala) DOS ENCUENTROS

1940 Gustavo Pereira (Venezuela) “AL DIABLO LOS VERSOS”

1940 José Kozer (Cuba) DOIS ENCONTROS

1940 Jotamario Arbeláez (Colombia) EXTRAVAGANCIAS POÉTICAS DEL NADAÍSMO

1941 Hildebrando Pérez Grande (Perú) LAS VANGUARDIAS EN EL PERÚ

1941 Luis Alberto Crespo (Venezuela) RESONANCIAS DEL ESPÍRITU POÉTICO

1943 Eduardo Mitre (Bolivia) LA RAZÓN ARDIENTE DE LA POESÍA

1944 Armando Romero (Colombia) DOS POETAS, CUATRO ENCUENTROS

1944 Francisco Proaño Arandi (Ecuador) DOS ENCUENTROS

1944 Renée Ferrer (Paraguay) DOS ENCUENTROS

1945 Harold Alvarado Tenorio (Colombia) POESIA & OUTRAS ESPÉCIES

1946 Carlos Vásquez-Zawadzki (Colombia) LAS VANGUARDIAS EN COLOMBIA

1946 Guido Rodríguez Alcalá (Paraguay) LAS VANGUARDIAS EN PARAGUAY

1947 Juan Cameron (Chile) LAS VANGUARDIAS EN CHILE

1947 Juan Carlos Mieses (República Dominicana) DETRÁS DE LAS PALABRAS Y LOS RITMOS

1947 Susana Giraudo (Argentina) LA POESÍA Y SUS NOMBRES INFINITOS

1948 Helen Umaña (Honduras) LAS VANGUARDIAS EN HONDURAS

1948 Miguel Espejo (Argentina) LAS VANGUARDIAS EN ARGENTINA

1948-2022 Alfredo Fressia (Uruguay) EN LAS FISURAS DE LA MIMESIS

1950 Alfonso Velis Tobar (El Salvador) LAS VANGUARDIAS EN EL SALVADOR 

1950 Soledad Alvarez (República Dominicana) LAS VANGUARDIAS EN LA REPÚBLICA DOMINICANA

1950-2018 Enrique Verástegui (Perú) O MOTOR DO DESEJO

1951 Carlos Francisco Monge (Costa Rica) DOS ENCUENTROS

1951 Jesús David Curbelo (Cuba) LAS VANGUARDIAS EN CUBA

1952 David Cortés Cabán (Puerto Rico) LAS VANGUARDAS EN PUERTO RICO

1952 Julio del Valle-Castillo (Nicaragua) LAS VANGUARDIAS EN NICARAGUA

1952 Martin Jamieson (Panamá) LAS VANGUARDIAS EN PANAMÁ

1952 Orlando José Hernández (Puerto Rico) LAS VANGUARDAS EN PUERTO RICO

1954 Ernestina Elorriaga (Argentina) DOS POETAS EN UNA MESA DE LUZ

1955 Berta Lucía Estrada (Colombia) UNA MESA VERTICAL

1955 Carlos Barbarito (Argentina) A POESIA DE CARLOS BARBARITO

1955 Mónica Salinas (Uruguay) LAS VANGUARDIAS EN EL URUGUAY

1956 Gary Daher Canedo (Bolivia) SITIO DONDE AGUARDA UN CÁNTARO

1957 Alejandro Bruzual (Venezuela) LAS VANGUARDIAS EN VENEZUELA

1957 Homero Carvalho Oliva (Bolívia) LAS VANGUARDIAS EN BOLIVIA

1957 Luis Bravo (Uruguay) LAS VANGUARDIAS EN EL URUGUAY

1958 Adriano Corrales Arias (Costa Rica) LAS VANGUARDIAS EN COSTA RICA

1958 Beatriz Hausner (Chile) CAMINHOS DO SURREALISMO

1958 José Ángel Leyva (México) DOS ENCUENTROS

1958 José Carr (Panamá) LAS VANGUARDIAS EN PANAMÁ

1958 Nicasio Urbina (Nicaragua) LAS VANGUARDIAS EN NICARAGUA

1958 Omar Castillo (Colombia) DIÁLOGO ENTRE DOS POETAS

1958 Rodolfo Häsler (Cuba) EN BUSCA DE LO IMPOSIBLE

1960 José Mármol (República Dominicana) LA OTREDAD SORPRENDIDA DEL POETA

1960 Vilma Tapia Anaya (Bolivia) DOS ENCUENTROS

1961 Enrique de Santiago (Chile) LAS VANGUARDIAS EN CHILE

1962 Arturo Gutiérrez Plaza (Venezuela) LAS VANGUARDIAS EN VENEZUELA

1962 Raúl Serrano Sánchez (Ecuador) LAS VANGUARDIAS EN ECUADOR

1963 Pedro Xavier Solis (Nicaragua) LAS VANGUARDIAS EN NICARAGUA

1963-2016 Gonzalo Márquez Cristo (Colombia) CORRESPONDENCIAS ENTRE POESÍA Y ACCIÓN

1965 Jorge Fernández Granados (México) LAS VANGUARDIAS EN MÉXICO

1969 Luis Alvarenga (El Salvador) LAS VANGUARDIAS EN EL SALVADOR

1972 Gabriel Chávez Casazola (Bolívia) LAS VANGUARDIAS EN BOLIVIA

1972 Xavier Oquendo Troncoso (Ecuador) DIÁLOGO EN EL CENTRO DEL MUNDO

1973 Carolina Zamudio (Argentina) LA ILUSIÓN TRANSITORIA DE LOS ESPACIOS

1973 Ricardo Venegas (México) LA POESÍA DE RICARDO VENEGAS

1974 Fabricio Estrada (Honduras) LAS VANGUARDIAS EN HONDURAS

1974 Javier Payeras (Guatemala) LAS VANGUARDIAS EN GUATEMALA

1983 Manuel Iris (México) LAS VANGUARDIAS EN MÉXICO

1984 Alex Morillo Sotomayor (Perú) LAS VANGUARDIAS EN PERÚ


 


 

 

OBRA ENSAÍSTICA PUBLICADA

 

El corazón del infinito. Tres poetas brasileños. Trad. Jesús Cobo. Toledo: Cuadernos de Calandrajas, 1993.

Escritura conquistada. Diálogos com poetas latino-americanos. Fortaleza: Letra & Música, 1998.

Escrituras surrealistas. O começo da busca. Coleção Memo. Fundação Memorial da América Latina. São Paulo. 1998.

Alberto Nepomuceno. Edições FDR. Fortaleza. 2000.

O começo da busca. O surrealismo na poesia da América Latina. Coleção Ensaios Transversais. São Paulo: Escrituras, 2001.

Un nuevo continente. Antología del Surrealismo en la Poesía de nuestra América. San José de Costa Rica: Ediciones Andrómeda, 2004.

Un nuevo continente. Antología del Surrealismo en la Poesía de nuestra AméricaCaracas, Venezuela: Monte Ávila Editores, 2008.

A inocência de pensar. Coleção Ensaios Transversais. São Paulo: Escrituras, 2009.

Escritura conquistada. Conversaciones con poetas de Latinoamérica2 tomos. Caracas: Fundación Editorial El Perro y La Rana. 2010.

Invenção do Brasil – Entrevistas [edição virtual]. São Paulo: Editora Descaminhos, 2013.

Esfinge insurrecta – Poesía en Chile [edição virtual, em coautoria com Juan Cameron]. Fortaleza: ARC Edições, 2014.

Un poco más de surrealismo no hará ningún daño a la realidad. México: UACM – Universidad Autónoma de la Ciudad de México, 2015.

Sala de retratos. São Paulo: Opção Editora, 2016.

Um novo continente – Poesia e Surrealismo na América. Fortaleza: ARC Edições, 2016.

Valdir Rocha e a persistência do mistério. Fortaleza: ARC Edições, 2017.

Laudelino Freire. Rio de Janeiro: Academia Brasileira de Letras, 2018.

Escritura conquistada – Poesía hispanoamericana. Fortaleza: ARC Edições, 2018.

Visões da névoa: o Surrealismo no Brasil. Natal: Sol Negro Edições, 2019.

120 noites de Eros. Fortaleza: ARC Edições, 2020.

 

TRADUÇÕES

 

Poemas de amor, de Federico García Lorca. Rio de Janeiro: Ediouro Publicações, 1998.

Delito por dançar o chá-chá-chá, de Guillermo Cabrera Infante. Rio de Janeiro: Ediouro Publicações, 1998.

Nós/Nudos, de Ana Marques Gastão (edição bilíngue). Lisboa: Gótica, 2004.

A condição urbana, de Juan Calzadilla (edição bilíngue). Florianópolis: Letras Contemporâneas, 2005.

Dentro do poema – Poetas mexicanos nascidos entre 1950 e 1959, Org. Eduardo Langagne. Fortaleza: Edições UFC, 2009.

A aventura literária da mestiçagem, de Pablo Antonio Cuadra (em parceria com Petra Ramos Guarinon). Fortaleza: Edições UFC, 2010.

III novelas exemplares & 20 poemas intransigentes, de Vicente Huidobro & Hans Arp. Natal: Sol Negro Edições/São Pedro de Alcântara: Edições Nephelibata, 2012.

Sobre Surrealismo, de Aldo Pellegrini (edição bilíngue). Natal: Sol Negro Edições, 2013.

Memória de Borges – Um livro de entrevistas (2 volumes). São Pedro de Alcântara: Edições Nephelibata, 2013.

Bronze no fundo do rio, de Miguel Márquez (edição bilíngue). Natal: Sol Negro Edições, 2014.

Tremor de céu, de Vicente Huidobro (edição bilíngue). Natal: Sol Negro Edições, 2015.

Costumes errantes ou a redondeza da terra, de Enrique Molina (edição bilíngue). Natal: Sol Negro Edições, 2016.

Reino de silêncio, de Mía Gallegos (edição bilíngue). Teresina: Kizeumba Edições, 2019.

Traduções do universo, de Vicente Huidobro. Natal: Sol Negro Edições, 2016.

O álcool dos estados intermediários, de Gladys Mendía. Santiago: LP5 Editora, 2020.

A tartaruga equestre, de César Moro (edição bilíngue). Natal: Sol Negro Edições, 2021.

 

  

 

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