LA POESÍA DE RICARDO VENEGAS
Este poeta trata ahora de publicar una antología de
sus primeros libros. La sed del polvo
(2013) reúne una selección de poemas de Signos
celestes (1995), Caravana de espejos (2000),
La sed del polvo (2007) y Turba de sonidos (2010), además una muy breve
muestra del inédito Trovas para ultramar.
Es una aventura muy arriesgada la que realiza. Y llama para sí una primera observación:
su poesía todavía no está estéticamente definida. Aunque no enferme de la principal
manía de cierta poesía latinoamericana, los adornos e impenetrabilidad presuntuosa
del neobarroco, por otro lado todavía sigue las equivocaciones del hai-kú –la dilución
que esta forma ha sufrido nada tiene con la magia paralela a la tradición japonesa
encontrada por José Juan Tablada– y el encanto por los hallazgos breves, sobre todo
con cierto humor algo blasé. Es lo que
encontramos en los primeros pasos de Ricardo Venegas por la tierra de la poesía.
En su primero libro también podemos leer unos sonetos en que el poeta mejor se realiza.
Ya en el libro siguiente –Caravana de espejos– empieza a transcurrir una lectura más propia y
consistente de lo que podemos llamar su estilo o voz poética. Gracias a los poemas
más largos Ricardo Venegas puede adentrar el misterio de la creación y dedicarse
a su oficio mágico, según el mismo poeta: “La necesidad de saciarse de la duda,
del resquemor que nos hace sentir como pasajeros de un viaje que acaba en el punto
de partida, que no termina”. Este es el mejor momento de la poesía del joven mexicano.
Luego vuelve a repetir unos errores del primer libro, así que la oscilación es un
hecho y hay que lastimarlo. De todos modos, en el libro de 2007, el mismo que da
título a la antología actual, hay un poema homónimo, La sed del polvo, que resulta una de las mejores páginas del poeta,
que finaliza con el enigmático: “Tiene que haber una manera
/ de escribir sin dejar tantos escombros, / tiene que haber una manera:”, así mismo,
con el final abierto, cargado de sugerencias.
Ricardo Venegas no simpatiza con la idea de las influencias poéticas, y trata de afirmar: “Nada se parece a nada, nunca nada se repite, nadie posee un molde permanente, aunque nadie escribe sin un maestro, es decir, siempre hay una tradición detrás de una obra, entre lo que llaman influencias y la tradición hay grandes diferencias”. Al mismo tiempo habla de su afinidad con la poesía de Saint-John Perse, Blaise Cendrars, William Blake, Xavier Villaurrutia y José Gorostiza, lo que confirma el modo como se siente muy bien –es lo que prueba su libro siguiente: Turba de sonidos– al tratar temas más amplios recurriendo para tanto a poemas más largos. Este es su territorio y requiere una mejor dedicación, o sea, luego de librarse de su primera poesía, Ricardo Venegas parece apuntar un camino, una definición muy clara de su voz poética. Es mi sincero deseo que el poeta avance por este camino, y que se aleje de los efectos circenses –nada más que excesos formalistas– de grande parte de la poesía contemporánea.
*****
Escritura Conquistada – Poesía Hispanoamericana
reúne ensayos, entrevistas, encuestas y prólogos de libros firmados por
Floriano Martins, además de muestra parcial de su correspondencia pasiva.
*****
*****
|
| |
|
|
|
Floriano Martins
ARC Edições | Agulha Revista de Cultura
Fortaleza CE Brasil 2021
Nenhum comentário:
Postar um comentário